La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Dame tu mano. Capítulo 06.- A pesar de todo.

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MeiYua
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MeiYua


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MensajeTema: Dame tu mano. Capítulo 06.- A pesar de todo.   Dame tu mano. Capítulo 06.- A pesar de todo. I_icon_minitimeMiér Nov 23, 2011 12:20 am

Dame tu mano.
(Beta: Mishima Reika)

Capítulo 06.- A pesar de todo.


El corazón de Harry había dado un vuelco al escuchar la declaración de Snape. Aun ahora, después de haber pasado casi cinco minutos en un ensordecedor silencio, las palabras seguían resonando en su oídos, tan potentes y claras que hacían que perdiera por instantes el equilibrio.

Snape no había dudado ni un segundo en decirlo, en aceptar ser el padre del hijo que Harry estaba esperando hacia ya más de cuatro meses y, con esa sencilla declaración, también estaba aceptando haber hecho la atrocidad que Voldemort le hizo. El chico trataba de pensar firmemente que lo que había escuchado no era más que una mera alucinación creada por los nervios que sentía. Snape no había podido decir que fue él el que lo había tomado, el que había disfrutado de su cuerpo sin importarle sus sentimientos, porque si había sido así, si Snape de verdad confesó hacerlo, no comprendía por qué lo había hecho o quizá era que se rehusaba a entenderlo, ya que sospechaba que el motivo del hombre era el amor que le profesaba. Aunque claro, las circunstancias en las que había sido concebido el feto, junto con el resto de la verdad, solo cuatro personas en esa sala la conocían.

Snape se conservaba mirando fijamente a Ginny, con una insondable seguridad reflejada en el rostro. Harry se sostenía torpemente de Ron, abriendo y cerrando la boca constantemente pero sin decir absolutamente nada, mientras este miraba interrogante a Hermione, la cual solo levantaba los hombros, dejando con esto en claro que se encontraba en las mismas que él.

El señor y la señora Weasley miraban de hito en hito a su hija, esperando que la chica se echara a reír como siempre que les estaba tomando el pelo, pero aguardaban en vano. Ginny le correspondía, casi con la misma intensidad, la mirada a Snape, notablemente firme en sus creencias, aunque, a pesar de todo el temple que quería demostrar tener, su rostro aun reflejaba el miedo que el profesor le infundía.

Harry no sabía qué hacer, si aclarar el malentendido o quedarse callado y dejar que Snape siguiera diciendo lo que quisiera. George, Bill, Charlie y Fleur miraban a Harry fijamente, pasando de su rostro a su vientre con una expresión desconcertaba y, fue justamente la chica la que habló luego de aclararse la garganta para romper el silencio:

—Pero... ¿Como es que Harry puede estar esperando un bebe? él es hombre y los hombres no puedes tener hijos... no sin una mujer —argumentó la chica con su marcado acento francés mientras miraba recelosa a Harry.

Era bien sabido que ella y Bill habían estado intentando tener hijos pero que a cada mes las ilusiones se les venían abajo y la depresión los consumía. Harry se cubrió un poco el vientre al notar la mirada de la joven y se volvió a sorprender cuando Snape dio un paso de costado, cubriéndolo con su cuerpo de la mirada. Al parece tampoco a él le había gustado ni un poco.

—El hecho de que usted no lo sepa por sus limitados conocimientos no quiere decir que no sea probable. Harry es joven y está en perfectas condiciones para quedar esperando cuantas veces quiera.

—Oh, claro... y un hombre de su edad también lo está, por supuesto.

La frustración de que un hombre estuviera esperando y ella, que era mujer, no lo estaba fue lo que hizo que contestara con desprecio, cruzándose de brazos y girando la mirada hacia una ventana, como si de repente lo que sucedía en el jardín fuera mucho más interesante que lo de dentro. Snape dejo pasar el comentario sin pena ni gloria ya que lo que ahora le importaba y, en lo que estaba totalmente centrada su atención era en la forma que los tres hermanos Weasley mayores miraban a Harry, el cual se asomaba por encima del hombro de Snape.

Ginny se había puesto entre ellos, buscando la protección de sus celosos hermanos mayores a la vez que trataba de ocultarse de la furibunda mirada que su madre le dedicaba, y ni que decir de la de su padre, ambos parecían estar en llamas a causa de los rojos que se habían puesto del coraje, acompañado del vivido tono de su cabello.

—Yo en Hogwarts, preocupada por ti cuando mi hermano Fred se había muerto por tu culpa y tu revolcándote con este... este sucio tipo —reprochó Ginny con una voz cargada de odio hacia ambos— ¿No hubieras preferido morirte, Harry? así no estarías esperando una abominación, aunque claro... ya habías salvado a tu amorcito, ¿no? Era obvio que no querías morirte. Deseabas estar con él, pensabas solo en sus brazos, en sus caricias cuando yo estaba rezando por ti.

Ginny tenía los orificios nasales dilatados, hablaba con una expresión en la cara que la hacía parecer un perro rabioso, Harry tenía los puños apretados y trataba de quitar de enfrente a Snape para plantarle cara, a ella y sus hermanos que, con cada palabra que su hermana decía, iban afilando sus miradas cada vez mas. Parecía que esperaban herir a Harry con esto. Ron aferraba fuerte a Harry del brazo, aunque cuando volteo se dio cuenta de que lo hacía solo para no abalanzarse en contra de su pequeña hermana. Hermione parecía estar poniendo toda su voluntad en no sacar su varita y Snape se aferraba a no quitarse del medio.



—¡Quítate de enfrente de una maldita vez, Snape! —Gritó Harry cuando no tuvo más paciencia— Les voy a contar toda la verdad, les diré como estuvieron las cosas y veremos si sigue hablando así.

—Tranquilo, Potter —susurró el hombre con calma— Piense en el bebe, no es bueno para el que se encuentre de esta manera, así que no espere que me vaya a quitar y mucho menos que lo deje decir ninguna verdad.

—Pero es que usted...

—Yo sé lo que hago y en lo que me meto, así que no se preocupe, limítese a quedarse en silencio al lado de sus amigos.



Harry frunció el entrecejo, jamás le había gustado que Snape le dijera que hacer y menos que lo tratara como un niño que no sabe nada, pero esta vez lo hizo. Aceptó con una seca cabezada y se cruzo de brazos, devolviéndole con creces la furibunda mirada a Ginny.



—Y yo que pensaba que tú eras bueno, Harry —hablo serio George— Fred y yo creíamos que serias un buen cuñado, pero al parecer nos equivocamos. Te veías con el profesor que decías detestar mas mientras mi hermana estaba aquí, sufriendo por ti. Los dos son un par de...

—¡Silencio, George! —le cortó la señora Weasley molesta— Por el tiempo de la guerra Harry no estaba saliendo ya con Ginny, tenía todo el derecho de estar con quien quisiera, eso no tiene que importarnos a nosotros.



El rostro de Ginny se descompuso aun más cuando se sintió traicionada por su propia madre:



—¡Él me daba alas, madre! me besaba, me miraba igual que como cuando estábamos juntos.... quizá hasta pensaba que yo era Snape. ¡¿Aun con todo eso estas de parte suya?!

—No estoy de parte de nadie y tú no tienes que hacerte la victima aquí. ¿Como conocías la dirección de ese medimago de quinta? ¿Como sabias que Harry no moriría? ¿Por que estabas tan segura de todo?

—Me parece que la respuesta es algo obvia —interrumpió Snape con un tono desdeñoso— Claramente su hija a tenido experiencia en ese lugar y el hecho de que constantemente me entregara justificantes alegando que sus ausencias se debían al dolor menstrual solo termina justificándolo.



La mujer se giro de golpe a Snape, ofendida por la insinuación.



—¿Estas sugiriendo que mi hija ha tenido relaciones sexuales? y lo que es peor... ¿que ha tenido abortos? —Se había parado a un centímetro de él y lo miraba para arriba desde la altura de su pecho—¡Dudo que mi hija no sea virgen y dudo también que sea tan estúpida como tú, como para no saberse poner un maldito condón Muggle si no te alcanza la inteligencia, profesorucho de quinta, para hacer una poción anticonceptiva básica!



Harry notaba como Snape jugaba con su varita por lo bajo, mirando sin expresión en el rostro a la mujer que había empezado a golpearlo con un dedo en el pecho. Una vena resaltaba en su sien, por entre su pelo. Estaba poniendo todo de su parte por no hacer gala de sus vastos conocimientos oscuros en Molly Weasley, aunque Harry no estaba seguro de hasta qué punto podría soportar. Hasta a él le estaban cabreando sus palabras.



—Como nunca has tenido una mujer en la cama en toda tu sucia y despreciable vida, como nadie en su sano juicio seria capas de acostarse contigo forzaste al pobre chico, ¿no es verdad? Esa es la única forma que creo eso de que Harry este esperando un hijo tuyo y me parecería una estupidez si no hubiera estado mirando vigilarlo. ¡¿Como puedes caer tan bajo como para quererle cobrar las bromas de colegiales que James te hizo a él que carece de toda malicia?!

—Mama, tú no sabes lo que paso, mejor no digas nada que después te vas a arrepentir, te lo puedo asegura —dijo Ron, adelantándose para tratar en vano de separar a su madre Snape antes de que este la mandara a volar.

—¡Él que no sabes nada eres tú, Ronald Weasley! o ¿es que también estas insinuando que tu hermana es una cualquiera? —preguntó ella sin dejar de mirar a Snape.

—Yo solo digo que Snape no hizo todo eso que dices... —susurró Ron mirando inseguro a su hermana— ¿Pero por que tenia la dirección?

—¡Pues pudo habérselo escuchado decir a algún mortífago! Y no lo defiendas, es tu segura de que este tipo es capaz de eso y más. Por algo se gano la confianza de Voldemort.

—Señora Weasley —murmuró Hermione, tratando a la vez de persuadir a Harry de sus impulsos— Yo estoy de acuerdo con Ron, el profesor no hizo tal bajeza.

—¿Cómo puedes estar tan segura? —Intervino el señor Weasley sereno— ¿Como puedes decir eso? por lo que se ustedes estaban en mal estado en esos momentos.

—Quizá los tenga amenazados o con una maldición Imperius —dijo Ginny regodeándose por la situación a su favor.



Harry se soltó de golpe de Hermione y aparto de su camino a Snape con una descomunal fuerza, haciendo que el hombre tuviera que apoyar de de la mesita que tenia al lado para no caer junto con Hermione que se le había colgado de la capa al ser apartada tan bruscamente. Observo a la familia Weasley frente a él con el seño fruncido, dedicándoles su peor mirada asesina y cuando hablo lo hizo con una voz que alcanzaba fácilmente el que Voldemort empleaba antes de matara a alguien a sangre fría.



—Felicidades, ahora veo que sus diminutos cerebros sirven para algo, equivocarse. Pero no se preocupen, les daré un premio de consolación por el arduo esfuerzo que hicieron en pensar, especialmente tú, Ginny. Les voy a decir toda la verdad, la que tanto quieren escuchar, así que pongan atención que no se los pienso repetir.

—Potter... Piense lo que dice —reprendió Snape.

—Lo estoy pensando perfectamente, Snape, y es hora de que lo sepan —dijo Harry mirando de reojo como Ron se iba al lado de Hermione y Snape, apoyándolo—. Ginny tiene razón, todo el tiempo que estuve con ella pensaba en Snape, por la sencilla razón de que me gustaba, me atraía... me excitaba mirarlo caminar, su voz, la forma en que me miraba —hizo una pausa para mira de reojo a Snape, enfatizando sus palabras— ¿Saben desde cuando fue? desde que descubrí que él era miembro de la orden del fénix. Aunque claro, como no quería dañar su reputación y tampoco sabía si yo le gustaba me tuve que conformar con salir con Ginny, aunque era totalmente sosa comparada con él. Y sabe, señora Weasley, él no me forzó a nada, yo lo quise así. Me entregue a él en el momento en que Voldemort se fue y déjeme decirle que fue lo más rico que he sentido en mi vida, un placer que he estado repitiendo cada día desde entonces, antes claro de que me separara de él por miedo a que no quisiera reconocer a nuestro hijo. Sin embargo ahora que sé que lo hará no tengo por qué ocultarlo más.



Hermione y Ron miraban a Harry con la boca entreabierta. Snape guardaba como siempre la compostura, sin afirmar o negar absolutamente nada. El resto de los Weasley no sabían que decir o donde fijar su mirada. Fue Ginny la que se atrevió a decir algo:



—Está bajo una Imperius, estoy segura.



Harry soltó una risa despectiva y la miro como su fuera una enferma mental a la que el compadecía.



—¿Crees, Ginebra Weasley, que puedo caer en una maldición de Snape después de haber soportado las de Voldemort? porque si es así entonces me equivocaba cuando creía que eras inteligente.



Harry se dio media vuelta, se acomodo las gafas sobre su nariz y miro finalmente a sus amigos. Estos lo miraban como si de repente se hubiera vuelto loco, notó por la forma en que Snape lo observaba que no estaba de acuerdo con la forma en que había tomado las cosas y lo que había dicho. Sin embargo se sorprendió un poco al ver que el hombre extendía una mano hacia él, apoyándolo con la mentira.



—Creo que es mejor que nos marchemos de aquí Harry. No te pienso dejar solo ni a ti ni a nuestro bebe, y tampoco creo que seas bienvenido más en este lugar.



Harry tomo un profundo suspiro, tomo la mano de Snape y sonrió antes de contestar:



—Tienes razón, vámonos de aquí. —Se encamino tranquilamente a la puerta, seguido de Snape y agrego—: Mandaré a Kreacher a recoger mis cosas más tarde. Hermione, Ron... lamento no haberles dicho tampoco nada de esto, pero espero que me hagan el favor de mandarlo todo, ¿vale?

—Ahh... claro —contestó la chica no muy segura de que decir.



Harry salió de la habitación aferrado a la mano de Snape ante las miradas serias del resto de los presentes. Era perfectamente claro que los había ofendido, que se sentían decepcionados por sus acciones y por la manera en que trató a Ginny, ya que al parecer, no creían que la chica hubiera hecho nada malo solamente por conocer una dirección. Cruzó por el umbral de la casa y recorrió los jardines sin decir ni media palabra, sin mirar atrás y sin arrepentirse de lo que había dicho. Pensaba que ellos eran los que tenían que pedirle perdón él y Snape, aunque quizá ese momento nunca fuera a llegar ya que no sabía si algún día les llegaría a contar lo que de verdad había pasado aquel remoto día.

Harry caminó firmemente por el jardín. No se atrevió a mirar a Snape sino hasta que hubo alcanzado el nivel de la conocida verja. Temía un poco como fuera a reaccionar el mayor ante todas aquellas cosas que había dicho motivado por la rabia y el dolor que sentía al escuchar las palabras de Snape y el poco apoyo que la familia le había dado. Tenía fe en que no se lo fueran a tomar tan mal, después de todo había crecido con ellos y los consideraba a su familia, aunque ahora le parecía claro que todos ellos fueran a apoyar a un verdadero miembro de la familia. Se sentía herido, cuando estaban en guerra habían sacado de sus vidas a Percy por mucho que eso les doliera, ¿había sido por Dumbledore? ¿Ahora que ya no había peligro no tenían por qué apoyarlo más? ¿O simplemente la noticia no les había sentado nada bien y necesitaban tiempo? Cualquieras que fueran las respuestas Harry no tenía ganas de escucharlas, lo único que quería era alejarse de ese lugar.

Fijó su atención en el rostro de Snape. Él se mantenía serio, mirando hacia el frente mientras caminaba a la par que Harry. Le parecía que él también se encontraba sumergido en sus pensamientos, rememorando lo ocurrido. Harry sabía que había estado mal dejarse llevar por sus impulsos y además haber incluido a Snape esta vez. Aunque pensaba que si este se lo llevaba a reclamar, tan solo diría que estaba apoyando su precipitada mentira de ser el padre de su pequeño. Las cosas no habían pasado de la mejor manera posible y a Harry hasta le aprecia que estaban peor ahora.

Estaba tratando de sacar aquellos pensamientos de su mente cuando se dio de bruces contra algo entre firme y blando. Levanto la mirada. Snape se había detenido y girado de golpe y era justamente con él con el que había chocado. Harry frunció el seño interrogante y la única respuesta que recibió fueron los brazos de Snape rodeándolo a manera de abrazo. Se quedo pensando entonces que era lo que Snape planeaba hacer esta vez, si intentaría cobrarse por lo que había dicho, aunque al poco momento lo comprendió. Los Weasley seguramente estaban mirando por la ventana, asegurándose de que salían de su propiedad y se marcharan por lo que Snape tenía que guardar las apariencias.

Apoyó entonces las manos en el pecho de Snape, recargándose ligeramente en su hombro y cerró los ojos. No tardo mucho en sentir como desaparecían de ese lugar y aparecían casi al instante en otro, aunque no se movió, se quedo un rato más en esa posición. No entendía ni quería comprender porque se sentía seguro en esos brazos, pero así era. Agradeció mentalmente que Snape tampoco se apartaba o dijera nada que lo arruinara todo. Sabía que en cuanto abriera los ojos su vida cambiaria por completo.



***



Harry se mantenía mirando fijamente la chimenea que Snape había encendido al momento de llegar a su antigua y pequeña casa. No le había preguntado a Harry a que sitio deseaba ir, tan solo los había aparecido en la verja a ambos y había guiado al chico hasta la estancia. Harry pensaba que era porque no quería dejarlo solo en esa situación. Seguramente temía lo que fuera a hacer siguiendo una de sus repentinas ideas. No sabía si estar feliz o molesto con eso, así que tan solo acepto sin hablar lo que el mayor quería. De hecho, ninguno había dicho una sola palabra desde haber abandonado la madriguera. Quizá era porque no tenían nada que decir al respecto, porque temían tocar el tema, o sencillamente porque esperaban que el otro hablara primero.

El sol aun seguía afuera en el cielo, pero las paredes de la casa parecían consumirlo por completo antes de que llagara tan siquiera calentar las paredes por dentro. Harry se había hecho un ovillo en el sillón más cercado a la chimenea, tratando de calentarse un poco y Snape se había servido una copa de Whisky de fuego. Harry le había pedido una para el también pero el mayor se había negado rotundamente a servirle nada que tuviera tan siquiera un grado de alcohol. Le parecía excesivo, pero no podía hacer nada ante la voluntad de hierro que tenía el hombre.

Snape se llevo la copa a los labios, tomo un largo trago y hablo con una voz pausada.



—Es bueno saber que tiene talento como actor Muggle, señor Potter. Sus argumentos fueron realmente convincentes, claro está que para todos aquellos que no tenían ni la menos idea de nada, porque para los que conocían la historia de principio a fin sus palabras solo denotaban que se había vuelto loco —dijo e hizo una pausa para vaciar completamente su copa y luego pregunto—: ¿Por que actuó de tal manera? ¿Acaso esos recuerdos han dejado de dolerle como para que ahora ya esté jugando con ellos? los modifico de una forma que sinceramente me parece.... improbable.

—Usted fue el que empezó con eso de "Yo soy el padre del hijo que espera Potter" —trato de imitar su voz— ¿Era mejor que dejara en evidencia su mentira o que la apoyara? aparte no me gusto todo lo que estaban diciendo. Parecía que no me conocían.



Harry se removió en su asiento de tal manera que pudiera poner ambas manos en su vientre. Al menos no todos habían atacado a su bebe como él pensaba, tan solo Ginny decía que era una aberración. Aunque no sabía si podría estar tranquilo todavía, los Weasley eran solamente los primeros que se habían enterado. ¿Que sería cuando todo el mundo mágico lo hiciera? No podía evitar a pesar de todo que él pequeñito no tendría una buena vida, donde quiera que fuera sería rechazado, en el mundo mágico al ser hijo de dos magos famosos, ya fuere Snape uno de ellos o no, y también en el muggle, ¿Como les explicaría que sus dos padres eran hombres? Hubiera planeando mejor aquel día para no meterse en tantos líos.



—Entiendo que este molesto, hasta yo esperaba que tomaran la situación de una forma más neutral, pero parece que mi intervención en el asunto no fue buena. Ellos son una familia unida y yo soy el ex-mortífago que mato a Dumbledore y embarazo a Potter que intenta separarlos. Es lógico hasta cierto punto. Sin embargo me parece que exagero un poco.



—No exagere —se defendió de inmediato Harry— Solamente dije lo que tenía que decir y no se tiene que quejar por eso, al contrario, debería estar disfrutando de la idea.

—Bueno, no es que no me guste eso de que le excite mirarme caminar, mi voz, la forma en que lo miro y que hacerlo conmigo haya sido lo más rico que haya sentido en si vida, pero me parece un tanto insensible de su parte que lo dijera.

—Severus Snape me está diciendo insensible, tengo que tomármelo en serio.



Harry se llevo una mano a los ojos y los talló ligeramente mientras bostezaba. Snape había dejado la copa en una mesita y estaba levantándose cuando pregunto más serio:



— ¿Que es lo que va a hacer ahora, Potter?

—Supongo que me quedare aquí por un tiempo y después iré a Grimmauld Place, cuando te acostumbras no es un mal sitio para vivir. Kreacher puede atender la casa y yo no tendría que salir, nadie me tendría que ver embarazado, su reputación no se dañaría mas y todo estaría algo bien, ¿no?

—¿Que hay con el bebe? —cuestionó mirándolo de reojo.

—No lo sé. Sé que no tendría una buena vida ni a mi lado ni al de nadie mas... y ya no quiero deshacerme de él, aunque tampoco creo que me lo quiera quedar. Así que no sé lo que hare.

—Yo puedo ser el padre de ese niño, Potter. Puedo educarlo, darle lo que mi padre no me dio a mí y mientras estemos fuera del colegio no lo reprenderé tanto. Independientemente si usted está conmigo o no quiero ser el padre de ese niño.

—¿Usted? —Preguntó Harry escéptico— ¿Que clase de vida podría darle alguien como tú, Snape?

—Al menos le quiero dar una.



Harry lo miro fijamente. No sabía que pensar o que decir. Quizá un hombre como Snape podría hacer que respetaran al pequeño, seguramente lo dejaría verlo las veces que quisiera y no dudaba que hiciera un gran mago de él, pero había una parte que se rehusaba a la idea.



—No... No creo que sea bueno.

—¡¿Entonces cree que es mejor deshacerse de él?! —Explotó Snape— Se está rebajando a un ser aun más bajo de Voldemort, señor Potter. Está planeando matar a sabiendas a su propio hijo, a un ser indefenso que lleva su propia sangre, la de su madre, la de su padre. Se bien que usted no es Lily, pero al menos tenga en cuenta que su madre no habría hecho tal atrocidad, ni siquiera creo que el idiota de su padre lo haya permitido. Ellos dieron su vida por proteger a un infante y usted ahora hace esto.

—Cállate... —susurró Harry mirando fijamente las llamas, con la culpabilidad recorriendo su ser.

—Si no quiere a ese bebe entonces démelo a mí, Potter, yo lo adoptare y si usted no quiere no saber nada suyo entonces no lo hará. Lo aseguro que daré todo de mi para que se bebe sea feliz y si... si no tenerlo a su lado lo hace feliz a usted también entonces lo hare con mayor razón.



Harry contemplo fijamente a Snape. La seguridad que denotabas la voz del mayor lo desconcertaba, ¿estaba realmente dispuesto a llegar a tanto por él o era que en realidad quería quedarse con él pequeño? Cualquiera que fuera la respuesta todo le resultaba realmente confuso. Ya no sabía si dejarse convencer como había hecho con Ginny o si lo mejor era rehusarse ante la idea. No podía dejar de pensar el hecho de no saber qué hacer ya con su vida pero ¿y si era una prueba? Si era así y aceptaba… ¿Qué pasaría? Pero ¿Qué tal si Snape hablaba en serio?

Aun más confundido que como había llegado a esa casa, Harry sacudió la cabeza y profirió un largo bostezo. Le parecía ridículo querer dormir en ese momento, pero realmente estaba terriblemente cansado, sus ojos amenazaban con quedarse cerrados en uno de sus parpadeos y el calorcillo de la chimenea no le ayudaba en absoluto a estar despierto.

Miró a Snape de reojo mientras se alborotaba el pelo, le daba algo de pena admitirlo ante él, ¿Dónde seria que dormía Snape? Pensó entonces que ni en sus sueños más locos se imagino que algún día fuera a estar con una simpática barriguita pidiéndole a Snape un sitio para dormir, mucho menos con este enamorado de él.



—Sígueme, Potter —habló Snape— Mañana continuaremos hablando de esto. Por ahora será mejor que vaya a la cama por que si se queda dormido aquí no piense que lo voy a cargar hasta ella.

—¿Cama? —preguntó Harry alarmado.



Snape se giró y comenzó a caminar, guiándole.



—Las camas son esas cosas rectangulares y blandas que generalmente hay en los dormitorios y en las que los humanos, por sorprendente que parezca, duermen.

—¡Yo sé lo que son! —Se defendió Harry— Solo que me extraña que me lleve a una. Y no pienso dormir con usted, no señor, de ninguna manera.

—Usted se quedara en un cuarto y yo en el otro, Potter —aclaró Snape con aire de paciencia infinita.



Harry no logró decía nada más ya que al fin habían llegado a su destino Snape abrió la puesta y Harry miro el interior la hitación no estaba mejor que la que tenia con los Dursley, pero al menos no estaba llena de ingredientes de poción como había imaginado.

Entró sin decir nada y se despidió de Snape cerrando la puerta mientras se encaminaba a la cama y a una noche de merecido sueño reparador.



***



A la mañana siguiente a Harry lo despertó un extraño bullicio. Era como si se hubiera dormido en medio de un Tsunami de medios de comunicación. Creía que aun estaría soñando, ya que escuchaba perfectamente los flashazos de las cámaras mágicas a lo lejos, el ligero susurró como del rasgar de las plumas “a vuela pluma” y personas protestando.

Abrió pesadamente los ojos y agradeció por que los vómitos matutinos hubieran desaparecido ya. Se sentó tallándose un ojo y encantes se dio cuenta de que no estaba soñando, en realidad se escuchaba todo aquello. Extrañado se levanto de un salto y fue a la ventana. Apenas había sentido el sol calando en sus ojos cuando fue cegado por una lluvia de flashes.



—Pero que… —balbuceó con una mano en los ojos.

—Aléjese de la ventana, Potter —ordeno Snape a sus espaldas.



Harry abrió levemente los ojos al momento que las cortinas se cerraban por obra de la varita de Snape. Ya sin la luz molestándole en la vista se giro para mirar a Snape.



—¿Qué está pasando? —Preguntó— ¿Qué era todo eso?

—Eso, señor Potter, se llama prensa y buscan tener una exclusiva.

—¿Exclusiva? ¿De qué notica?



Harry se acerco a él un tanto temeroso por la respuesta que podría obtener. Snape miro a la ventana y contestó ofreciendo el periódico a Harry.



—¿Por qué no lee un poco el profeta de hoy, señor Potter?



Harry lo tomo y casi de inmediato se puso a leer la página principal. El encabezado rezaba en enormes letras negras de n cuarto de página:



“El-niño-que-venció embarazado de ex-mortífago”



Harry se tensó de inmediato, invadido por un repentino mareo y un creciente enojo. ¿Cómo que se habían enterado?



—P-Pero… ¿como es que…? —balbuceo Harry.

—Siga leyendo, se pone mejor —le invitó Snape serio.



Harry no dudó ni un instante en hacerlo. Abrió el periódico y no tardó mucho en encontrar el artículo. De hecho le pareció que todas las páginas hablaban de lo mismo: Él, Snape y su bebé nonato.



El día de ayer nos llegó la sorprendente noticia de que nuestro héroe está esperando a su primogénito. Tratándose de un adolecente de su edad nos pareció comprensible que hubiera premiado a alguna chica afortunada. Sin embargo nos llevamos la enorme sorpresa de que era Él quien se encontraba esperando al infante.

Miembros capacitados de nuestro personal se dieron a la tarea de entrevistar a nuestro informante, del cual no diremos el nombre por protección, y nuestra sorpresa aumentó a niveles inimaginables al enterarnos del nombre del padre.

“Se trata de un profesor de Hogwarts” nos dijo nuestro informante notablemente desconcertado “Harry y él mantenían una relación desde que aun eran profesor y alumno, cuando Harry tenía 15 años para ser exactos. Todos notábamos que algo raro pasaba pero no dijimos nada por quién era. Harry se escapaba constantemente de la torre de Gryffindor, una vez me atreví a seguirle y descubrí que iba a las mazmorras. Duraba horas dentro y después salía caminando raro de allí. Ahora sé que ambos tenían sesiones de incansable pasión que obviamente terminaron en un embarazo”

Como lo han de imaginar ya, el padre del bebe que Harry espera es nada más y nada menos que Severus Snape, el odiado profesor y conocido ex-mortífago. Al parecer el-niño-que-vivió dejo de ser niño desde muy joven y con un hombre que podía ser su padre. Lo más seguro es que el pequeño chico tratara de asegurar con esto la victoria, sin embargo no se puede negar que la relación es perturbadora e inicio en un delito.

Ahora nos enteramos de que Harry se mudó a la casa de Snape y planean una vida juntos. El ministerio está haciendo averiguaciones sobre una posible maldición Imperius.

Los mantendremos informados.



Harry termino de leer con los ojos en blanco. Otros encabezados saltaban a su vista nublando sus pensamientos.



“Harry Potter gay”

“Virginidad en las mazmorras. La primera vez de Harry Potter”

“Snape el pervertido”

“Pedofilia en Hogwarts”

“Los extraños gustos del héroe”




—Oh, creo que me va a dar algo… —exclamó al fin Harry dejándose caer en la cama.

—Creo que se han encargado de agregar detalles a su historia, Potter —dijo Snape.

—Pero como… quien… por qué… ¿Y ahora qué?

—La estancia está repleta de cartas también, estamos haciendo la segunda noticia del año, después de la muerte del señor tenebroso.

—¿Por qué me meto en estas cosas? —se lamento Harry

—Iba a suceder tarde o temprano y entre más pronto sea antes se terminada todo.



Harry se tapo la cara con las manos, apoyando sus cosos en las rodillas. Realmente odiaba el profeta.



—Llego también un recordatorio del ministerio —agregó Snape sacando un sobre abierto— Es para recordarle que tiene que ir hoy a las tres de la tarde a su cita en la sala de misterios.

—Oh... no…



Harry levanto la cabeza hasta el sombre, petrificado. Había olvidado completamente lo que le había dicho el ministro.



—¿Qué pasa, Potter? ¿Qué asunto tiene con el ministerio?

—V-Voldemort.

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