La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Labyrinth (Crossover - Sareth and Snarry coprotagonist ships) ATP - cap1

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Labyrinth (Crossover - Sareth and Snarry coprotagonist ships) ATP - cap1 Empty
MensajeTema: Labyrinth (Crossover - Sareth and Snarry coprotagonist ships) ATP - cap1   Labyrinth (Crossover - Sareth and Snarry coprotagonist ships) ATP - cap1 I_icon_minitimeDom Oct 01, 2023 10:52 pm

Resumen: El laberinto guarda muchos peligros, es una tierra de fantasía y magia pura. Su Rey necesita nuevos niños o su poder se debilitará. En medio de una escapada al mundo humano, rescata a un bebe con mucho potencial mágico. Alguien que pondrá su vida de cabeza, llenando su corazón solitario con esperanza... y llevándolo a conocer a su amor verdadero.

* Snarry
* Sareth
* Fanfiction Crossover entre Labyrinth de Jim Henson y la saga de Harry Potter de J.K. Rowling



Relaciones amorosas:
Jareth/Sarah Williams (Labyrinth)
Harry Potter/Severus Snape

Relaciones amistosas:
Jareth (Labyrinth) & Severus Snape
Sarah Williams (Labyrinth) & Harry Potter
Sarah Williams (Labyrinth) & Severus Snape

Relación fraternal y mentor/aprendiz:
Jareth (Labyrinth) & Harry Potter

Personajes:
Jareth (Labyrinth)
Jareth's Family (Labyrinth)
Harry Potter
Petunia Evans Dursley
Sarah Williams (Labyrinth)
Irene | Karen Williams
Robert Williams (Labyrinth)
Severus Snape
Albus Dumbledore
Minerva McGonagall
Filius Flitwick
Remus Lupin
Sirius Black
Goblins (Labyrinth)
Tom Riddle | Voldemort
Voldemort (Harry Potter)

Additional Tags:
Fae Jareth (Labyrinth)
Owl Form Jareth (Labyrinth)
Jareth is Good With Kids (Labyrinth)
Jareth is the mentor of Harry
Jareth Adopt Harry
Jareth (Labyrinth) Backstory
Harry is the Goblin Prince Heir
Harry is turned into a Fae


laola   sev  harry   laola



Capítulo 1: El Rey Goblin y El Niño Que Vivió


Jareth estaba paseando, de nuevo, por el mundo humano. Llevaba consigo dos de los libros que la Condesa le había creado. Dada la muerte de la creencia humana sobre la magia, la mujer había pensado en hacer dos cuentos para dejar caer entre los mortales y ver si así conseguía nuevos bebes. El rey de los goblins no estaba muy a gusto con la idea, pero tuvo que admitir que no perdía nada con intentarlo. Cada vez más, se acercaba la fecha límite para el fin de su reinado… ¡debía encontrar un sucesor! Sus padres le recomendaron que no dejara las cosas para último minuto… y fue eso, justamente, lo que Jareth hizo.

En ese preciso momento, Jareth caminaba por las calles de Surrey, en Reino Unido. Por alguna razón, siempre volvía al continente, como si su sangre veneciana le pidiera estar cerca de su tierra natal.

⸺Bueno ¿no es un ambiente deprimente?

Jareth observo el mundo mágico de los humanos, parecían en guerra. Estaba por darse por vencido, cuando una joven mujer llamo su atención.

Estaba peleando -verbal y magistralmente- contra su hermana mayor, cosa que dedujo por los rasgos en común. Sin embargo, la belleza de la bruja era particular: cabello rojo intenso como amanecer, los ojos de un bonito verde bosque, la piel de un hermoso tono durazno pálido. Y la fuerza que irradiaba era abrumadora, sin lugar a duda su magia venia de una fuente muy poderosa y (si a Jareth no le fallaba la vista) su inminente descendencia heredaría su potencial.

Se convirtió en búho y la siguió, intrigado.


*****


Poco más de un año, y sentía que el momento estaría cerca: Harry caería en sus manos.

La familia de la pelirroja se refugió, pero Jareth sabía sobre el “amigo” del padre: confiaron demasiado en otros y el precio ya estaba fijado. A veces pensaba que los humanos no podían ser tan estúpidos, pero siempre conseguían superar sus expectativas. El niño quedaría huérfano, sus poderes de vidente le mostraron el futuro del pequeño… decir que algo dentro de él se sintió mal por Harry era ser discreto.

Jareth se vio reflejado en él: ambas madres darían su vida por su amado hijo, en medio de una guerra y dejándolos a merced de la crueldad de un destino que lo alinearía con el estatus quo.

Tal vez…

Jareth voló a la casa de la hermana de la pelirroja y dejo allí uno de sus cuentos, con un poco de suerte (y mucho de su magia de persuasión) la desagradable mujer tendría el único gesto bueno para con su sobrino.


*****


Un poco asustada por el ruido, Petuña se levantó de la cama. Observo a su marido y salió al pasillo, escuchando: el sonido venia del salón. Hacía dos días que se topó a su sobrino en la puerta de la casa, lo que puso furioso a Vernon. Y hacia cinco días que tenía el libro rojo oculto de los ojos de su esposo.

La mujer se adentró en su salita de estar, pero nada había allí. Iba a volver a las escaleras cuando el cuadernito le llamo la atención: El Laberinto la esperaba enfrente de la puerta del armario debajo de las escaleras. Si se esforzaba, podría escuchar el sollozo casi silencioso del bebé que estaba dentro.

Sabes que quieres decir las palabras ¿Qué te detiene?

La voz masculina era seductora y maliciosa, incentivándola. Petuña resoplo angustiada, nada la detenía, pero, ¿era eso una posibilidad? A pesar de saber del mundo mágico ¿Qué le garantizaba que aquel libro fuera cierto?

⸺Si no pasa nada, simplemente seré una ilusa…

Además, nadie lo sabrá ¿verdad?

Respiró hondo, agachándose a recoger el librito de tapas rojas y, con todo el anhelo que poseía, deseo.

⸺Deseo que los goblins vengan y te lleven de aquí… ahora mismo.

Unas risitas -que parecían de niños haciendo travesuras- se escucharon por detrás, mientras que unas patitas recorrían el pasillo. La mujer estaba asustada, pero con la esperanza clavada en su mirada.

Jareth no se hizo esperar, atravesó volando la cocina desde afuera y se detuvo frente a la mujer, recuperando su apariencia semi humana. Ella grito aterrada, retrocediendo unos pasos hasta chocar con el sofá.

⸺¿Q- quien… eres…?
⸺Oh, lo sabes Petuña…

La pobre alma desvió la mirada al objeto entre sus manos.

⸺El Rey de los Goblins.
⸺Dime, querida ¿Qué puedo ofrecerte por tu pequeño bebé?

La codicia absorbió el miedo y, pronto, demando que a su marido le fuera excelente en todos sus tratos para ganar más dinero. Jareth, riéndose de ella, le concedió su deseo a cambio del valioso niño.

Niño que ya había sido tomado por sus goblins y llevado a su reino.


*****


Necesitando un momento de tranquilidad (quien diría que los arrebatos mágicos de un bebé poderoso podrían sacarlo de quicio), así que viajo de nuevo al mundo humano. Esta vez, decidió ir a ver una obra de teatro en Londres.

Se sentía agotado, Harry era un niño de carácter tranquilo, sin embargo, odiaba quedarse quieto durante el día. Los juegos estaban empezando a quedársele cortos, sus ideas empezaban a decrecer… necesito un rato para mí.

Motivado por un llamativo cartel de una artista muy guapa, entro al lugar y pago su boleto. Finalmente, tras varias horas, pudo recuperarse del estrés que ser cuidador de un infante le causaba.

Jareth estaba por dejar un ramo de flores a la actriz principal, cuando una niña llamo su atención: su piel de un dulce color salmón, sus preciosos ojos eran del verde de la jungla salvaje, su cabello negro parecía las alas de un cuervo; la niña (junto al que supuso seria su padre) charlaba contenta con el director de orquesta sosteniendo un peluche que, curiosamente, se parecía a su alcalde.

Aquello lo descoloco y, tras desvanecer el ramo, se acercó a la pequeña.

⸺Hola dulzura.

Los bellos ojos lo miraron con inocencia, mientras los de su padre lo hacían con cautela.

⸺Hola, señor.
⸺Tienes un peluche muy lindo ¿de dónde lo sacaste?

Los dos hombres que la acompañan lo observan con atenta curiosidad.

⸺Oh, es mi amigo el sr. T, me lo hizo mi abuela.

Echo a mano…Curioso, muy curioso.

Jareth no logra ver en la mente de la niña y, sin la persona que hizo el peluche, tampoco puede dar con la respuesta. Aun así, decide dar un salto de fe: saca de su chamarra el otro libro rojo.

⸺¿Te gustan las historias, pequeña?

A la niña se le iluminan los ojos y voltea a ver a su padre con una sonrisa, quien observa al rubio analíticamente.

⸺Si, muchísimo.
⸺Entonces, tengo algo que te podría gustar.

Jareth extiende El Laberinto y las manitos de la pequeña lo toman con reverencia. Por alguna razón, la ternura se despierta en el corazón del Rey.

⸺¿Enserio? ¿Para mí?
⸺Claro, linda… Si tu padre acepta, claro.

Jareth observa al hombre y este, viendo que solo es un libro de cuentos, asiente a su princesa.

⸺Si, por supuesto, señor, muchas gracias.

La dulce niña salta contenta y abraza al desconocido, agradeciéndole con un tierno e inocente beso infantil.

⸺Gracias, muchas gracias.

La mejilla del rubio se siente algo caliente, su corazón empieza a retumbar embravecido y, no dispuesto a prolongar esa molestia, se levanta con un cabeceo a los otros adultos.

⸺Ha sido un placer, me tengo que ir… Adios.
⸺Oh, claro… Ven, Sarah, vamos a buscar a mamá.
⸺Si.

Torpemente, el rey de los goblins sale de allí a toda prisa logrando a duras penas retener el nombre de la jovencita.

Sarah… ¿Qué demonios me pasa?...

Una última mirada atrás, para ver el teatro, y regresa al Underground.


*****


No está seguro de lo que sucedió ese día, ni intenta descubrirlo. El nombre se queda grabado en su mente, y su dulzura en el corazón.

El tiempo avanza más rápido allí que en el mundo humano, por lo que su encantador invitado está creciendo muy rápido. Las primeras palabras fueron a los dos años, los primeros pasos fueron a los tres… para los cinco ya era imposible seguirle el ritmo.

De vez en cuando, vuelve al mundo humano y espía al hombre anciano que dejo a Harry con Petuña. Le sorprende, e irita, que el tipo no se digne a revisar al infante que (en teoría) está bajo su ala.

Jareth no va a enviar al chico a Hogwarts, no se fía nada del viejo negligente. Tendrá buenas intenciones, pero no se puede confiar ciegamente en alguien que solo te escribió una vez: Albus Dumbledore no conoce, para nada, a la hermana de Lily Potter.

De paso, se entera que su primer libro termina donado a la caridad. Aquello logra sacarle una sonrisa irónica y maliciosa.

Con un Harry de ocho años, Jareth empieza con su educación sobre magia. Y el chico destaca como lo había anticipado: su poder es bruto y basto.

A los diez, y según la investigación de su espía, el chico puede rendir libre los tres primeros años de la famosa escuela de magia y hechicería. Algo que hacen con la discreción de sus goblins más listos y unos cuantos hechizos de ocultación: no querían dar la alarma tan pronto.

Y, así, es como Harry llega a su decimoprimer cumpleaños: sabiendo mucha magia, siendo adorable, peligrosamente calculador y muy intuitivo.

Su Majestad le arma una bonita fiesta con toda la parafernalia y regalos. El pequeño le agradece con entusiasmo y lo anima a jugar con él por el resto del día. Jareth termina cantando, bailando, disfrazado y agotado.

Pero es feliz, el agujero negro que llevaba siglos sintiendo ha estado disminuyendo considerablemente. Aunque una pequeña parte persiste, solo aplazando su inconformidad cuando ve el crecimiento de la encantadora Sarah desde sus cristales. No quiere buscar la razón de tal accionar, por el bien de su sanidad mental.


*****


Jareth siente la mirada analítica de su aprendiz.

Algún día tengo que decirle lo orgullo que me hace.

Sonríe con malicia a los dignatarios del jefe Fae, viéndolos temblar y sudar frio. Una pequeña carcajada de sus goblins, el soplido molesto de su alcalde y la contundente sentencia de Harry: la ley era rechazada.

Tras unos minutos de despedidas, el rubio y el jovencito quedan a solas.

⸺Jareth, estoy preocupado… ¿estás seguro de que Seralyndra ha muerto?

El rey de los goblins suspira pesadamente, recordando las palabras del Gran Rey Faeríco.

⸺Si, Harry. Y estoy tan preocupado como tú por las nuevas diligencias… pero debemos tener cuidado, podría tener espías o aliados ocultos aun en movimiento.

Seralyndra fue la bruja bendecida con la magia de la diosa Líuna, quien creo el plano de Fantasía y sus muchos reinos. El Underground (o también llamado Abalarys, en su idioma nativo) es solo una pequeña parte, lugares como Narnia, Underland (o Dimblarys en su idioma faeríco natal), Andalasia o Los Reinos Unidos de Storybrooke son bastantes más amplios que el reino goblin (ya solo el ultimo reunió a muchos otros bajo su unificación tras varias maldiciones oscuras y mezcla de familias influyentes). La Bruja Bendita, como se la llamo popularmente, fue un faro por mucho tiempo: su poder de luz, su bondad y su honor ayudo a muchos reinos contra las fuerzas que querían lastimarlos. Sin embargo, un día cualquiera Seralyndra rechazo ayudar en la Gran Guerra de los Arroyos y se la declaró traidora. Tras unos meses de la dificultosa victoria, la mujer fue visitada por el rey Eärendor en su refugio, hubo una pelea muy fuerte y Su Majestad termino hiriéndola de muerte. Aunque hoy día, mil trecientos ochenta años después, el pobre monarca se lamentaba de su arrebato. Y, por supuesto, los simpatizantes de la poderosa bruja (o fans muy locos, como les decía Jareth) aun pululaban por las tierras fantásticas.

Harry observo el rostro maduro de su mentor, mientras este pensaba sobre la situación en la que estaba su mundo. No podía negar que agradecía el que Jareth se cruzara en su vida y lo salvara de la horrible mujer con la que compartía lazos sanguíneos, pero a sus trece años Harry no era estúpido: sabía que el Rey Goblin (el título oficial otorgado por la corte fae) necesitaba más que un aprendiz. Jareth necesitaba una esposa y herederos, como los altos mandos fearies demandaban. Y, dispuesto a darle una mano, lo había estado espiando por unos meses descubriendo a la joven de casi quince años llamada Sarah. No iba a dejar pasar la oportunidad, solo esperaba que el rubio no se enojara con él por meterse en el medio.

⸺Bueno, ya que no podemos hacer más… ¿puedo hablarte de un tema que me da curiosidad?

El apuesto faerie salió de su mente y observo el casi inocente rostro del chico de cabellos negros. Entrecerró con algo de desconfianza los ojos y, con calculada cautela, retomo su asiento para asentir a su compañero.

⸺Estaba releyendo Unankitan y me preguntaba ¿Cómo es posible que el hechizo de Italí no lo llevara hacia su amada?

¡Ah! La historia romántica de los fundadores de Dimblarys… También es de mis favoritas.

⸺Bueno, principalmente porque no guardo su corazón por precaución… y segundo, porque la bruja Khaldriana estaba usando su amuleto de ocultación.

Harry deliberó la respuesta un momento y, al entender, volvió a preguntar entusiasmado.

⸺¿Es posible sacar tu corazón y dejarlo a resguardo? ¿para qué podría servirte algo así?
⸺Si, lo es. Y la mejor razón es que puedes resguardar una parte de tu poder: si haces un trato que te debilita, o por algún motivo pierdes fuerzas, tendrías un último as bajo la manga.

Harry volvió a guardar silencio, pensando en esas palabras y como llegar a donde quería. Pronto, lo tuvo claro.

⸺¿Y tú has hecho eso alguna vez?

Jareth estudio a su discípulo antes de responder con verdades a media.

⸺Puede que sí, puede que no, soy invencible ¿para qué tener un resguardo?

Harry se carcajeo divertido: por supuesto que esa sería su respuesta, no que él buscara saberla. Una vez calmado, se enderezo para pedir lo que quería.

⸺Si yo quisiera hacerlo ¿podrías enseñarme cómo?

Jareth se sorprendió de la seriedad que tenía el semblante ajeno. Aun así, no respondió de inmediato, no era un tipo de magia que se debía hacer por mera diversión.

⸺¿Un durazno maduro sabe mejor que uno a medio camino?

Harry abrió sus ojos ante la prueba de su mentor. Pero, no estando dispuesto a retroceder respondió con seguridad.

⸺Así como las nubes son de azúcar, y las hojas de los árboles son de menta.

Jareth se carcajeo por el descaro del morocho, sabía que tenía valor.

⸺Muy bien, mi aprendiz. Te enseñare, pero una advertencia: cuidado donde lo dejas.


*****


No habían pasado ni dos semanas y ya estaba arrepentido de dar su brazo a torcer. Harry era un dolor en el trasero, en el mejor de los casos, y una dragona a la que le quitaron su bebé, en el peor. Había dominado el encantamiento de desdoblamiento y encapsulación, creando una magnifica pieza de cristal encantado como objeto que representaba su corazón: duro, transparente y puramente mágico, como él mismo era.

¿El problema?

Ahora quería saber cómo, a través de su corazón materializado a partir de su magia, podría encontrar a su pareja de alma. Lo que conllevo a que Jareth le mostrara con el suyo.

¡Y maldita sea su suerte que dio con ella!
Sarah.
La niña del peluche de goblin.
Sarah.
La niña de ojos hermosos.
Sarah.
La niña a la que le había obsequiado el segundo libro.
Sarah.
La hermosa quinceañera que le robaba horas del día.
Sarah.
La hermosa jovencita que lograba sacarle ternura.
¡Maldito seas, mocoso del demonio!

Harry se propuso a atormentarlo cada hora, de cada día, en que Jareth no se decidía a ir en busca de la chica. “Ve, dale un ramo y dile que te gustaría cortejarla”, o “Ve, ráptala y dile que es la elegida por una profecía para ser tu esposa”, o “¡Pero que necio eres! Ve y dile que la amas ¿no querrás que alguien te la robe, o sí?” eran algunas frases que estaban poniendo a prueba su paciencia.

Por desgracia, Jareth sabía que el chico tenía razón: entre más tiempo pasara sin presentarse, más le dolía la distancia. Un resplandor dorado medio apagado lo saco de sus pensamientos.

⸺Harry… lo estas sobre pensando, trata de relajarte…
⸺Uf, es más difícil de lo que creía…

Jareth pensó que, si él era tan insistente en que el monarca fuera con su pareja, estaba alegre de que Harry no dominara el hechizo y encontrara a las suya. Casi que le daba pena esa pobre alma que no tenía idea la clase de peso pesado que era el muchacho.

Va a necesitar una buena lengua afilada que le pare el carro… o ser el doble de terco.

El solo pensamiento le dio escalofríos y espero, contra todo pronóstico, no estar entre esos dos personajes o su cordura peligraría. Harry es muy poderoso, no creo que tarde mucho en realizar el embrujo… ¡pobre de mí! Estaba por dar por finalizado el aprendizaje, cuando uno de sus hombres lo interrumpe.

⸺Carta de su Real Majestad.

La concentración del jovencito se interrumpió, por lo que su lección se dio por terminada. Jareth, sorprendido y curioso, despacho al goblin después de tomar la misiva.

⸺Que raro…
⸺Ya lo creo.

Estuvieron un momento en silencio, hasta que un suspiro cansado salió de los labios delicados del monarca.

⸺Ve a empacar tus cosas, Harry: el rey Eärendor te requiere en una misión.

Aquello era inesperado, pues nunca habían solicitado a su aprendiz. Que fuera el mismo Gran Rey el que lo hiciera decía mucho, no negaría el orgullo que este acontecimiento le traía… junto con la preocupación de todo adulto que manda a un jovencito a la guerra.

Levantó la mirada y observó al sorprendido Harry con una leve sonrisa.

⸺Y, Harry… procura no meterte en problemas.

La sonrisa brillante del muchacho le da una agradable sensación de tranquilidad.


*****


Un año, el muchacho se había ido hace poco más de un año y la soledad ya estaba atormentándolo otra vez. Hace cuatrocientos años no le abría importado, pero, de un tiempo a esta parte, llevaba sintiéndose demasiado cansado. Del tiempo que no parece traerle ningún cambio, de las caras de los imbéciles de la corte, de sus descerebrados súbditos… todo permanecía igual. Harry había sido un aire fresco a su monótona existencia, una que regreso con peso pesado.

Bueno, tal vez…

Mas tarde, ese día, no recordaría lo que estaba por decir, cuando una fuerza mágica traída por el viento le susurro las palabras.

Desearía… desearía…

¡Bendita sea! Era ella… Mi Sarah.

Jareth se alisto, algo en el aire le decía que esta noche seria la oportunidad perfecta.

Y no podía echarla a perder.


Capítulo 2
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