alisevv
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| Tema: Wrapped Around His Finger. Capítulo 6- I Miér Mayo 20, 2009 10:41 am | |
| Arqueó su espalda mientras largos dedos presionaban contra la protuberancia de sus jeans, y una voz profunda murmuró cerca de su oído:
—Mm, muy agradable… ¿esto es por mí?
Dientes rasguñaron el lóbulo; luego, una lengua caliente se deslizó al resto de la oreja antes que la voz susurrara ásperamente:
>>Mejor que sea así. Yo no comparto.
Él abrió la boca para contestar pero los talentosos dedos se movieron, haciéndolo gemir mientras asentía. Luego, la tenue voz ronroneó:
>>Bien, Potter. ¿Tu cama o la mía?
Harry despertó abruptamente, parpadeando para alejar los restos de sueño y preguntándose qué lo había despertado tan temprano, hasta que escuchó que Ron repetía con impaciencia:
—¡Harry! Te dije que subieras tus cobijas.
Jaló de la manta y se cubrió mejor, mirando hacia el lugar de donde venía la voz mientras preguntaba:
—¿Ron? ¿Por qué?
—Ya está decente, Hermione—dijo el aludido en lugar de responder a Harry—. Puedes pasar.
—Luces.
La lámpara sobre el escritorio de Harry se iluminó sola y el chico parpadeó repetidamente mientras se giraba hacia la mesilla de noche, buscando sus anteojos. Ron y Hermione entraron en la habitación, dirigiéndose hacia la cama mientras el ocupante deslizaba hábilmente sus lentes con una mano y preguntaba, aturdido:
—¿Pasa algo malo?—subió las mantas aún más, arrugándolas con la mano, mientras bostezaba y agregaba—: ¿Qué hora es?
—Nada malo—contestó Ron, mientras se sentaba a los pies de la cama, en el lado más cercano a la puerta.
Hermione caminó hasta sentarse al otro lado de la cama, encogiendo las piernas bajo si misma y sentándose cómodamente.
—Sólo queríamos hablar contigo antes del desayuno. Hace poco que amaneció, Harry.
—Vaya, eso es definitivamente ‘antes del desayuno’… Cómo dos horas o algo así—jaló las cobijas para llevarlas con él mientras subía en la cama para apoyarse contra la cabecera, paseando la mirada de Ron a Hermione. Estaba esforzándose en ignorar que ellos estaban completamente vestidos mientras él sólo llevaba su ropa interior y aún sufría los resultados naturales de un sueño muy agradable, pero era muy difícil—. ¿De qué desean hablar?
—Bueno, Harry, en primer lugar quería disculparme—la familiar expresión avergonzada en el rostro de Ron hizo que su amigo sonriera—. Siento haber sido un culo en todo este asunto. Si ser Aprendiz de Snape es lo que quieres, entonces es lo que debes hacer.
Hermione le sonrió y luego regresó su atención a Harry, mientras agregaba:
—Y nos gustaría ayudarte si hay algo que podamos hacer.
Harry sonrió a ambos, mientras regresaban rápidamente los recuerdos de la noche anterior.
—Gracias. Significa mucho para mí que ambos quieran ayudarme, pero no lo necesito. Sev firmó los contratos anoche, y esta mañana vamos a llevarlos a Remus y el profesor Dumbledore para que firmen como testigos.
—¿Sev?— preguntó Ron con incredulidad—. ¿Ya estás llamado a Snape con algo como ‘Sev’?
Harry sonrió y asintió.
—En realidad, él no es tan malo como todos creen. Puede ser una compañía bastante buena cuando quiere, y tiene un buen sentido del humor cuando no está tratando de intimidar a todo el mundo que tiene a la vista—hizo una pausa y luego se echó a reír, como si se le acabara de ocurrir algo—. De lo que he visto, es así sólo cuando no hay nadie a la vista. Bueno, excepto yo; por alguna razón, está bastante relajado cuando estoy alrededor.
—¿Cómo reaccionó al contrato, Harry?—interrogó Hermione, su expresión apenas un poco sorprendida, mientras Ron miraba a su amigo como si pensara que estaba demente.
—Me dijo que Sirius tenía razón y que yo estaba loco—contestó con una sonrisa, complacido consigo mismo—. Luego dijo que debería aceptar el tomarme como Aprendiz, aunque sólo fuera para salvarme de mi mismo.
—Él tiene razón sobre eso, Harry—declaró Ron—. ¡Estás demente!
Hermione le lanzó una mirada desagradable y se volvió hacia Harry.
—¿Conversaste sobre tu educación con él, o sólo saltaste a ciegas con ambos pies?
—Sev mencionó que me enseñaría algunas otras cosas además de Pociones, y estudiaré con la mayoría de los libros de su colección privada. Tiene un estudio repleto de libros, y mencionó que cualquier cosa que necesitara la encontraría allí—la sonrisa de Harry se volvió compungida y agregó—: También dijo que soy de una ‘ignorancia deplorable’, pero no parece pensar que sea una causa perdida. Aunque ambos convinimos en que esto tomaría más de cinco años.
—¿Me estás tomando el pelo?—exclamó Ron, impactado—. ¡¿Los malditos contratos ni siquiera han sido firmados por los testigos y ya estás pensando en una extensión?!
Hermione miró a su chico con furia al tiempo que Harry reía ligeramente y contestaba:
—Es más bien el caso de que ambos sabemos que cinco años es un tiempo insuficiente para que me enseñe todo lo que puede, aunque supongo que esto suena un tanto extraño. Sin embargo, no espero que él me de una extensión formal; sólo permanecer a su lado.
—¿Permanentemente?—preguntó Hermione con curiosidad.
La sonrisa de Harry se decoloró en una mucho más pequeña y bajó la mirada hacia sus manos, jugueteando con el borde de la cubrecama.
—Si él me acepta.
Ron abrió la boca para decir algo pero la chica puso una mano sobre su rodilla para detenerlo, observando el rostro del joven de ojos verdes mientras preguntaba suavemente:
—¿Estás enamorado de él, Harry?
El aludido alisó la cobija entre sus manos, reflexionando largo rato antes de levantar la mirada hacia Hermione finalmente.
—Aparte de ustedes dos, de Sirius y de Remus, nunca he tenido una familia realmente. ¿Cómo puedo decir si lo que siento indica que estoy real y verdaderamente enamorado de él y no es simplemente que me interesa mucho? ¿Cómo saber dónde está la línea entre un amigo a quien quieres y respetas y alguien de quien estás enamorado?
—Bueno, ¿cómo te sientes respecto a él, Harry?—interrogó Hermione, dándole una mirada de aliento.
Los labios del chico se fruncieron en una sonrisa ligeramente irónica mientras miraba los ojos de ella, esquivando a Ron pues temía lo que pudiera encontrar reflejado en el rostro de su amigo.
—Creo que haría cualquier cosa para que se sintiera orgulloso de mí, o incluso sólo complacido. Una sonrisa suya hace que sienta toda la calidez y felicidad que sentí la primera vez que atrape una snitch. Me encuentro intentando imaginar más maneras de lograr que sonría, sólo para sentirme así de nuevo—encogió un hombro y, mirando sus manos nuevamente, agregó—: Sólo deseo estar con él. Y creo que podría ayudarlo a ser feliz, si me dejara.
—Estás completamente loco por él—dijo Ron de repente, haciendo que Harry levantara la cabeza, sorprendido—. Suenas igual que Fred y George en su último año en la escuela, cuando sólo podían ver a Oliver en Hogsmeade los fines de semana—rió de improviso, y agregó—: Es malditamente aterrador pensar que estás tan loco por Snape; sabes eso, ¿cierto?
Hermione aplastó el hombro de su novio, sonriéndole a Harry.
—Ignóralo, Harry. Si el profesor Snape te hace feliz es todo lo que importa, no lo que nadie más piense sobre eso—el chico le sonrió, al tiempo que ella volvía a preguntar—. ¿Discutieron cuáles serán los arreglos cuando vivan juntos?
El otro asintió velozmente.
—Tendré una habitación en sus aposentos. Es bastante agradable; algo así como el doble de ésta, con mi propia chimenea, un sofá, sillas y algunos estantes. Ya tomó las previsiones para que me aceptaran las protecciones de sus dependencias; lo hizo al tiempo que me las mostraba—sonrió repentinamente—. Dos de las protecciones me hablaron.
—¿Qué te dijeron?—indagó Hermione, mientras se inclinaba hacia adelante, luciendo profundamente curiosa.
—Una de las protecciones sólo nos dio la bienvenida como los hijos de Salazar, diciendo que en su interior encontraríamos habitaciones donde podríamos vivir en paz y seguridad—contestó de inmediato—. Sev dijo que se había comportado de forma diferente cuando ambos la tocamos, y que cuando él había arreglado las protecciones para él no le había hablado. Aunque pienso que la otra protección es aún más interesante. No tuvimos que tocarla juntos, y que yo viera, él no hizo nada para enlazarla a mí; sin embargo, la protección habló:
‘Gryffindor y Slytherin… Una extraña combinación, pero verdadera y correcta. Puedes entrar, hijo de Godric, pero protege bien el privilegio’.
Hermione y Ron se miraron uno a otra y luego a Harry, en tanto la chica preguntaba prontamente.
— ¿Le contaste a él lo que eso te dijo?
—Sí, lo hice—asintió.
Sus amigos lo miraron con expectación, pero como Harry no proseguía, Hermione presionó, impaciente.
—¿Bien? ¿Qué te dijo?
—Oh—Harry se rió ligeramente—. Disculpen. Severus mencionó que creía era algo relacionado con el hecho de que yo casi fuera elegido para Slytherin, pero yo no estoy seguro. Quiero decir, si eso es lo que quiso decir, no me hubiera llamado hijo de Godric, ¿cierto?
Hermione se mostró pensativa, mordisqueando su labio inferior antes de señalar, de improviso:
—Pienso igual. Puede que casi fueras elegido para Slytherin, pero has sido un Gryffindor durante siete años. Tu padre era un Gryffindor, y tú eres heredero de Gryffindor…—su voz se apago y luego agregó, casi dudando—. Yo pensaría que más bien se estaba refiriendo a ambos.
—¿Cómo el hechizo podría saber que Harry tenía algo con Snape, y por qué le importaría?—cuestionó Ron, observando a su novia con evidente curiosidad.
—Bueno, puede que fuera una protección de linaje—contestó Hermione luego de un momento, todavía pensativa—. Ésta reconocería a Harry por su línea sanguínea en lugar de por su Casa. Si Snape es la única persona que también tiene acceso a las habitaciones, puede que hiciera la suposición obvia de que tienen una relación.
—¿Y por qué la otra puerta nos llamó ‘hijos de Salazar’?—preguntó Harry, incluso más curioso que Ron.
—Quizás reconoció tus habilidades con el parsel—replicó, impasible—. Pudo suponer que ése era un talento que sólo poseería un descendiente directo de Salazar Slytherin—hizo una pausa antes de agregar, casi con nostalgia—. Desearía poder estudiar un poquito esas protecciones, suenan muy interesantes.
—Dudo que Sev permitiera eso, Hermione—Harry le dio una sonrisa compungida—. Dijo que le tomó bastante tiempo resolverlas, y sé que desea que sus aposentos permanezcan privados.
—Entonces, ¿por qué quiere que tú te mudes allí?—preguntó Ron, confundido.
Las cejas de Harry se alzaron en señal de sorpresa.
—¿Por qué no querría? No es como si yo fuera a llevar a alguien allí. Si tengo visitantes, no tendrán porqué ir a nuestras habitaciones, hay todo un castillo para recibirlos.
—Entonces, ¿no vamos a estar invitados a entrar en tu habitación?—Ron frunció el ceño—. Tus mejores amigos.
—Ron, estás siendo ridículo—terció Hermione, antes que Harry pudiera contestar—. El profesor Snape es un hombre muy reservado, y sabes que ninguno de nosotros le gustamos mucho. Por supuesto, no vamos a irrumpir en su hogar.
—A menos que él los invite a entrar—la corrigió Harry—. Podría hacerlo, no lo sé. Sin embargo, no voy a preguntarle; ya ha renunciado a una buena parte de su privacidad por mí. Ni siquiera Dumbledore puede entrar en sus aposentos a menos que Sev retire las protecciones, pero las unió a mí para que yo pueda entrar y salir libremente. No voy a permitir que se arrepienta si puedo evitarlo—miró a uno y a otra antes de preguntar—: ¿Pueden entenderlo, verdad?
Ron lo miró un momento, y finalmente suspiró y asintió.
—Sí. Lo lamento, Harry, me comporté como un imbécil.
—No te preocupes. Si pudiera, sabes que los dejaría entrar cada vez que quisieran—sonrió y agregó, burlón—: Aunque espero que encontrarán algún lugar, además de mi cama, para follar a partir de ahora.
—¿Oh, Dios!—exclamó Hermione, enrojeciendo vivamente, mientras empujaba con fuerza a Ron, casi sacándolo de la cama—. ¡ Te dije que se daría cuenta!—el chico ni siquiera tuvo la gracia de enrojecer mientras se encogía de hombros, sonriendo. Hermione lo miró con furia y luego a Harry, su rostro todavía rojo brillante—. Lo siento, Harry, aunque él no lo haga; Eso no volverá a pasar.
—¡¿Qué?!—exclamó Ron mientras desaparecía su sonrisa—. ¿Por qué no? ¡A Harry no le importa!
El aludido sonrió a Hermione.
—Ron tiene razón, sólo estaba bromeando.
—¡Pues a mí me importa!—replicó Hermione, mirando a Ron, todavía furiosa—. No debería haber dejado que tú empezaras, no hasta que yo tuviera mi anillo, pero puedes ser tan dulce que dejé que me convencieras.
—Bien, si un anillo es todo lo que estabas esperando, ¿por qué no lo dijiste antes?—preguntó el pelirrojo, indignado—. He tenido ese anillo por siglos.
—¿Qué tu qué?—exclamó la chica, y luego se apoyó sobre Ron tan abruptamente que toda la cama se sacudió mientras ella cruzaba los brazos sobre su pecho—. ¡Ronald Weasley, cómo puedes ser tan gilipollas! Llevo meses deseando que hicieras esto oficial y esperando que fueras capaz de permitirte el lujo de comprar un anillo, y tú lo has tenido todo el tiempo! ¡Debería decirte que te guardaras tu maldito anillo!
—Hermione, no, no es eso—se arrastró por la cama para alcanzar el hombro de ella mientras Harry sólo los observaba perplejo—. Quería aguardar hasta que termináramos la escuela—agregó, dando a Hermione su mirada de súplica más convincente—. Ya hice todos los arreglos: una cena romántica en Venecia, ya que siempre has querido ir allí, y luego iba a mostrarte el apartamento que adquirí en Londres, con el dinero que hice trabajando para Fred y George el verano pasado, y darte el anillo cuando te pidiera que te mudaras conmigo.
La chica miró a Ron, intentando, con obvia dificultad, permanecer enojada, pero luego de un momento falló y suspiró, sorbiendo por la nariz como si estuviera a punto de llorar.
—Eso sonó tan dulce, y tan romántico, y ahora me siento terrible por haberlo arruinado.
—No, Mione—replicó Ron rápidamente—. Yo debería haber dicho algo, o esperado… bueno, ya sabes. He conseguido todo esto para ti, sólo espero que puedas esperar unos pocos días más.
Harry luchó contra el impulso de poner los ojos en blanco ante el humor cambiante de Hermione, muy alegre de ser homosexual. Pero, obviamente, ése era un día demasiado especial como para entretenerse en lidiar con ella, y quizás si tenía suerte, las hormonas de la chica recuperarían sus niveles normales para el día siguiente. En realidad, debería haber esperado esos cambios de humor; siempre se volvía una arpía la última semana de luna menguante. Habitualmente, anticipaba el hecho y hacía planes para apartarse de su camino, pero había estado tan distraído con el final del año que no había pensado en la luna; y de repente, pensaba si ella no lo habría olvidado también.
No sabía mucho sobre la biología femenina, pero vagamente recordaba que una mujer era más fértil justo antes que hasta las muggles se convirtieran en brujas por una semana. Se preguntaba cuánto tiempo habrían estado follando en su cama, y se enfrentó a la repentina imagen mental de Hermione y Ron en su cama, desnudos. En lo que a Harry concernía, el pensamiento de Hermione desnuda era tan incorrecto como lo era el de Molly o Ginny desnudas.
Hermione se giró y se acercó a Ron, sin percatarse de la expresión en el rostro de Harry.
—Debería haber tenido más fe en ti, Ron. Sé que me amas.
—Mas que a nada—contestó el chico con una sonrisa, inclinándose hacia ella en un obvio intento de besarla.
—Antes que ustedes dos tengan cualquier acercamiento, déjenme irme—pidió Harry, logrando que ambos lo miraran mientras se escabullía hacia el borde de la cama—. Luego pueden besuquearse, follarse, o cualquier cosa que quieran hacer, siempre y cuando no me vuelvan a dejar otros pequeños regalos.
Hermione adquirió un rubor rojo brillante y se apartó para permitir que Harry saliera de la cama.
—Estoy realmente apenada por eso, Harry.
El joven tomó su túnica de la percha cercana a la cama y se la colocó, para luego dirigirse hacia su baúl a conseguir algo de ropa al tiempo que hablaba:
—No te preocupes por eso, Hermione. Es sólo que fue un tanto sorpresivo encontrar ropa interior rosa y de volantes bajo mi almohada.
Ron se echó a reír, ganándose una furiosa mirada de su novia, que hizo que se enseriara rápidamente.
—Disculpa por eso, compañero. Fue mi culpa.
Harry sonrió y se enderezó.
—Lo imaginé—se dirigió hacia la puerta, agregando—: Aunque, por otra parte, unos boxers de seda negros…
Tanto Hermione como Ron lo miraron, impactados, sin conseguir decir nada mientras lo observaban salir de la habitación para ir a ducharse. Harry vestía boxers rojos de tela escocesa, y así había sido desde que había podido comprar su propia ropa en lugar de vestir lo que los Dursley desechaban, así que era bastante obvio suponer que se estaba refiriendo a que deseaba encontrar los boxers de alguien más en su cama.
A ninguno de los dos le tomó mucho tiempo descubrir en quién había pensado Harry.
Guardaron silencio por un largo tiempo hasta que Ron, finalmente, musitó:
—Voy a pretender que no escuché eso.
—De acuerdo—convino Hermione, todavía con los ojos muy abiertos.
El pelirrojo miró alrededor unos instantes, medio temiendo encontrarse con un par de boxer de seda negra en el piso, pero incapaz de dejar de buscarlos. Finalmente, se convenció de que estaban solos y se giró hacia Hermione, haciéndole una pequeña mueca traviesa.
—¿Qué tal un morreo?
La chica dejó escapar una carcajada, pese a que no tenía intención de hacerlo.
—Nunca cambiarás, ¿verdad, Ronnie?
—No—contestó, sonriendo y moviendo las cejas cómicamente, mientras se inclinaba más cerca—. Vamos, Mione, sabes que lo quieres…
La chica sólo rió y se inclinó para encontrarse con él. Claro que quería, y aunque puede que no lo admitiera, no iba a argumentar demasiado para evitarlo. Ron siempre se aseguraba de ser muy cuidadoso, y a ella le encantaba sentirse tan bella y deseable como se sentía siempre que estaba en sus brazos. Ron podía ser un idiota para algunas cosas, pero sabía que podía contar con que no sería un idiota respecto a eso.
Un poco más tarde, Harry se dirigió hacia el Gran Comedor, su cabello aún húmedo de la ducha mientras hacía su camino a través de las desiertas escaleras. Siguió sus movimientos sin perder la sonrisa, aunque ya las escaleras habían alargado su viaje al doble, al moverse y subirlo un piso; distraídamente, se preguntaba si habría hecho algo para molestarlas. Tener las duchas para él solo había sido un cambio agradable, pero luego de que hubo atendido el problema que sus sueños le habían dejado, no se había quedado más tiempo.
La excitación de saber que su Aprendizaje sería oficial esa mañana, le había urgido a apresurarse a través de su habitual rutina matutina, aunque faltaba casi una hora para que el desayuno comenzara oficialmente. Estaba esperando que, ya que era Premio Anual y tenía su propia habitación, el profesor Dumbledore pudiera sugerir que se adelantara y se mudara de una vez a los aposentos de Severus. Entonces, Ron y Hermione podrían tomar su habitación las últimas noches que pasaran en la escuela y él podría pasar más tiempo con Severus, a quien quería poder conocer un poco mejor.
“Y no sólo porque quiera saber cuan certeros son mis sueños”, pensó Harry, sonriendo para si mismo mientras recordaba la noche anterior. Se había quedado dormido pensando en Severus, y sus sueños estuvieron repletos de largos miembros delgados, suave piel pálida, cabello negro, y esa voz sexy que había notado mucho antes que al resto del hombre que la poseía. “Incluso cuando está más enojado suena como puro pecado; ese sonido cuando esté teniendo sexo real tendría que ser incluso mejor. Dios, espero estarlo interpretando correctamente… No parece en absoluto disgustado ante la idea de que quiero tener una relación con él, y después de eso me dijo que lo llamara Sev”
—¡Harry, espera!
Harry miró hacia atrás y se giró para observar con una sonrisa como la escalera donde estaban Seamus y Dean pivotaba hasta detenerse donde él se encontraba.
—¡Ey, chicos, madrugaron!
—Estuvimos en la torre de Astronomía. Crookshanks nos despertó antes del amanecer—informó Dean, mientras ambos saltaban de la escalera incluso antes que ésta se detuviera. Los tres continuaron su camino por las siguientes escaleras, con Seamus caminando entre Harry y Dean, mientras este último proseguía—: Estuvo aullando lo bastante alto como para despertar a un muerto, porque quería entrar en el dormitorio para despertar a Ron.
—Sí—agregó Seamus—. Creo que Ron es el único que permaneció dormido durante la queja de ese gato, pero un almohadazo en la cabeza lo despertó con bastante rapidez.
Harry se echó a reír.
—Creo que él podría dormir con una tormenta de granizo, incluso estando afuera—los otros dos rieron, asintiendo—. ¿Van a desayunar?
Seamus asintió de nuevo, sonriendo a Harry, mientras los tres bajaban rápidamente por el último tramo de escaleras.
—Se consiguen las mejores cosas si se llega temprano, ya sabes. Hace un par de mañanas hubo bistec y huevos, y los mejores dulces siempre los sirven al principio. Dean asintió, sonriendo también.
—Las dónuts son nuestras amigas.
Harry les devolvió la sonrisa, replicando:
—No por nada siempre madrugan. Pensé que sólo era para tener las duchas para ustedes solos.
—Eso también es agradable—terció Dean, riendo—, pero no creí que lo hubieras notado.
Seamus estiró el brazo y le empujó en las costillas, sonriendo.
—Tú eres tan gay* como Dean, Harry, así que ¿por qué no nos juntamos los tres? Ya sabes, un poco de sexo entre amigos puede ser muy divertido.
Harry rió, tratando de ignorar su repentino rubor.
—¿Me creerían si les dijera que es por eso que me gusta dormir hasta tarde?
Seamus sacudió la cabeza y Dean se le adelantó, diciendo:
—Ni por asomo, Harry.
—De hecho, deberías admitir que eres demasiado tímido como para considerarlo siquiera—añadió Seamus, aún sonriendo—. Sabemos que ésa es la razón de que no tengas un chico en tu habitación cada noche.
Harry sonrió mientras doblaba hacia el Gran Comedor, completamente ignorante de la oscura figura parada al pie de las escaleras, mientras comentaba:
—¡Pero yo tengo un chico en mi habitación cada noche!
La oscura figura se envaró y giró en redondo, alejándose rápidamente de la risa de Seamus…
Última edición por alisevv el Sáb Abr 09, 2016 7:11 pm, editado 6 veces | |
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