La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 ¿Deberiamos pasar al plato principal? Capitulo 8. La escena de la Torre.

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PlatinumAlchemist

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MensajeTema: ¿Deberiamos pasar al plato principal? Capitulo 8. La escena de la Torre.   ¿Deberiamos pasar al plato principal? Capitulo 8. La escena de la Torre. I_icon_minitimeMiér Nov 28, 2012 4:20 pm

OCTAVO Y SEGUIMOS AVANZANDO!

Título: ¿Deberiamos pasar al plato principal?

Resumen: Harry Potter, un alumno de quinto semestre de Medicina empieza a tener sueños húmedos donde siempre aparece un hombre de ojos negros... todo seria muy normal si estos sueños no fueran tan recurrentes y si no le cobraran factura. Provocando en el chico cansancio crónico y ataques de ansiedad por su misterioso amante. Todo por lo que esta luchando parece irse por el drenaje cuando descubre que su adorado desconocido es igual a su nuevo profesor de Farmacología. El grandioso Profesor Severus Snape.

Categoría: Harry Potter

Personajes: Harry Potter, Severus Snape,

Géneros: Romance, Sobrenatural, Drama

Clasificación: NC-17

Advertencias: AU=Universos Alternos, Lemon.

Desafío: Día Internacional del Snarry (23 de octubre) - Convocatoria 2012

Capitulo: 8/12

Completa: Si

Disclaimers: Como saben, Harry Potter y sus personajes pertenecen a la Maravillosa J.K. Rowling.[/size]

¿Deberiamos Pasar al Plato Principal?


La escena de la Torre.



El taconeo de sus botas retumbaba alrededor del pasillo que le llevaría hasta el salón principal. Mientras iba avanzando Draco Malfoy cerró los ojos y a los pocos segundos se transformaba conforme se acercaba más a su destino. Primero el traje de vestir se fue desgarrando poco a poco hasta que solo quedo una especie de guayaco blanco a la altura de la marca de sus caderas. La prenda le venia muy suelta, con los costados abiertos revelando parte del nacimiento de sus piernas, los bordes desgarrados y se balanceaba al compas de su contoneo.

Su pequeño y delicado cuerpo se estiro para tomar una forma más estética y torneada. Sus rasgos redondeados y rellenas mejillas se aplanaron para refinar cada trazo de su rostro. Abandonando su antigua apariencia casi infantil para convertirse en un hermoso joven de aproximadamente 25 años.

Su cabello rubio se aclaró hasta casi alcanzar un tono plateado y en su frente lucia un Maang Tikka que consistía en tres finas cadenas que se juntaban justamente en su frente y en medio tenían una piedra ámbar. Nuevamente los ojos de Draco parecieron colorearse de amarillo en vez de gris.

Su desnudo pecho tenía un largo Rani Haar compuesto por una larga cadena color plateado con cuentas negras y en el centro la cabeza de una serpiente con dos piedras ámbar en forma de ojos. Y alrededor de su garganta una tira plateada mas gruesa que en medio tenia un dije hecho de cuentas verdes y plateadas con la forma de una pluma de pavorreal.

Aparecieron alrededor de sus muñecas un centenar de pulseras plateadas con incrustaciones de amatistas en su mano derecha y granadas rojizas en la izquierda respectivamente. Las últimas pulseras, aquellas con las piedras más grandes tenían largas cadenas que terminaban en forma de anillos que cubrían su dedo medio que tenían el color contrario de su pulsera correspondiente. De sus brazos surgieron un par de brazaletes de plata en forma de serpientes, mejor conocidos como Bajuband.

Iba descalzo y en cada tobillo tenia dos discretas cadenas en forma de Payal plateados que en cada nudo contaban con pequeños cascabeles que tintineaban a cada paso que daba. Lo grotesco de las joyas era que no se les veían los broches sino que parecían nacer desde dentro de la carne del chico.

Llego a la inmensa puerta de madera hecha de marfil rojo con decorados de lianas y serpientes. Se detuvo y espero hasta que escucho una áspera voz del interior que le ordeno entrar.

-¿me mandaste a llamar, padre?- dijo Draco después de atravesar el salón silenciosamente y se arrodillo mansamente.

-¿Tienes algo que decirme, hijo?- pregunto el hombre sobresaltando a Draco.
-No, padre. No hay nada digno de reportarle.- levanto la mirada Draco hacia Lucius. Que estaba recostado sobre un sillón lleno rodeado de amplios cojines. El hombre al igual que Draco era rubio platinado solo que su cabello le llegaba hasta la parte media de la espalda. A diferencia de la extravagante indumentaria del más joven, el rubio mayor solo tenía una larga capa negra algo roída cubriendo su pecho, un pantalón de cuero con desgarraduras por casi todos lados y un cinturón deshilachado del cual colgaban múltiples saquitos de cuero. No aparentaba más de 35 años.

-¿de verdad? sabes muy bien que no me gusta que me mientan…- Lucius sonrió macabramente mientras que con su pie acariciaba el torso del chico y bajaba cada vez mas causándole un estremecimiento con una sensación de nausea al menor.
-si padre.- respondio Draco intentando hacerle frente a los ojos negros de Lucius, apretó los puños con toda su fuerza para no demostrar temor ante el mayor.-todo va co…-

Pero Draco no pudo terminar de hablar, pues Lucius le miro con furia. Sin mover un solo dedo le estampo contra la pared mas próxima sin importarle el montón de vasijas y antigüedades que re rompían a su paso. Lucius aparto la capa y se paro de golpe. Camino hasta donde estaba el adolorido joven y lo levanto desde la cintura hasta que sus pies no tocaron el suelo.

-No deberías tentarme, Hijo. Últimamente no me ha ido bien en mi cacería y no estoy con mi mejor humor.- murmuro Lucius casi tocando los labios de su hijo mirándole lujuriosamente mientras este forcejeaba para soltarse aterrado al sentir como las manos del mayor bajaban hacia sus glúteos.- ¿como se te ocurre utilizar tus poderes con simples mortales y en publico? Si ni siquiera aprendes a contenerlos y colapsaste. Y no intentes negarlo porque lo sentí.

-Yo… lo lamento padre. No volverá a pasar.- se disculpo Draco cuando Lucius le soltó, cayendo sobre el suelo y abrazándose a si mismo tembloroso.

-¿Y bien? ¿Qué fue lo que paso para que te descontrolaras así?-pregunto Lucius sentándose sobre una de las mesas de café y miraba duramente a su hijo.

-Todo fue por Severus, padre. Lo encontré cerca de ese sujeto y me descontrole.-admitió Draco avergonzado frente a su padre.

-¡¿OTRA VEZ ESE MORTAL?! Habiendo tantas presas mas fáciles por ahí.- los vidrios de las ventanas crujieron bajo el potente grito de Lucius.- ¡Siempre es ese pedazo de carne humana! ¿Qué tiene de especial? ¿Acaso no puedes encontrarte algo más fácil y terminar con todo esto?

-No es tan simple, padre…-suspiro Draco y cogió aire mientras sus mejillas se teñían de carmín.- Él es el hombre al que he escogido como padre de mi primer hijo. Y sabes que para los de mi especie es difícil quedar embarazado…

-Eres un súcubo, por todo lo maldito. El único varon de tu especie que ha nacido en siglos.- bramo su padre arrojando un jarrón al suelo, tan cerca de Draco que le saltaron algunos fragmentos pero no dijo nada.- aunque seas un súcubo macho, tienes todo lo necesario para enloquecerlo y te posea todas las veces que sea necesario. Mírate. Eres hermoso y medio averno te desea. Pero aun así elegiste un mortal. Un insignificante humano. ¿Por qué? ¿Por qué lo tomaste para algo más que como tu alimento?

-Perdón padre. Pero no puedo evitar quedar prendado de él. Me ha atrapado su sabiduría e inteligencia.- sonrió ligeramente cuando recordó al pelinegro.- además fue el quien me encontró cuando me desmaye y me ayudo cuando lo necesite.

-si, si, ya me contaste. Pero tu humano ya ama a alguien. ¿No es verdad?-le riño su padre- Aquel de quien tomas forma cuando lo asaltas en su sueño. Y sabes lo que podría pasar si le corresponde.

-No lo hará…- dijo Draco mientras se encogía y abrazaba sus rodillas.
-Y cuando vayas a asaltar su sueño aun con la forma del amado, notara la diferencia. Se dará cuenta que no eres el.-se agacho Lucius para verle a los ojos.- notara que el sabor de tus labios no es el mismo, ni las caricias, ni el sonido de los gemidos, ni el calor de tu piel. Notara que no eres aquel que ama.

-No lo hará, No lo hará, No lo hará, No lo hará…-seguía repitiendo Draco ocultando su rostro entre sus piernas.

-Si lo hará. Siempre lo hacen.- le susurro Lucius.- y cuando lo haga hará lo único que puede detenernos. Te rechazara. Te rechazara durante siete días con sus noches. Y después de ello no podrás volver a verle.

-¿y entonces porque crees que estoy haciendo todo esto? –respondio el rubio enojado y le empujo hasta el otro extremo del cuarto.- ¿Para que me tome la molestia de robar estos cuerpos? ¿Para que robamos su identidad? Draco Malfoy es mil veces mejor que ese idiota de Potter. Hare que lo olvide, se enamorara de mí y lograre que me desee. ¡Juraste que me apoyarías, padre! Ya veras, Severus Snape será mio. Me hará un hijo y no podrá separarse de mi lado.

- no terminare de entender jamás la naturaleza de los súcubos y su manía de aferrarse solo a una clase de personas. - Lucius cogía su capa y abría la ventana para salir por ella levitando mientras el chico salió de la habitación hecho una furia. Durante el trayecto Lucius esperaba que esta noche le fuera mejor durante su cacería. Ese roñoso ojiverde se hace demasiado del rogar… ni que fuera la gran cosa…





-Lo lamento, Señor Potter. ¿Le he lastimado?- dijo Snape preocupado pero sin separarse de Harry. Aprovecho para ponerle la chamarra por encima. Quería disfrutar de la calidez del cuerpo de Harry y le gustaba la sensación de tenerle entre sus brazos. Realmente entre sus brazos.

-Nno. No se preocupe. E-estoy bien.- tartamudeo Harry. Cuando Harry levanto su rostro ambos se quedaron mirándose mutuamente sin decir palabra alguna.

Para Severus no habia criatura mas hermosa entre toda la creación. Sus mejillas estaban sonrosadas, sus ojos verdes brillaban de tal manera como si en el fondo hubiera un mar de pececillos asustados como si estuvieran a merced de un depredador, podía aspirar el aroma de su cabello cuando este le acariciaba la nariz e inflo su pecho orgulloso por poder rodear su cadera con sus brazos. Sus labios estaban un poco resecos y partidos pero aun así se le hacían apetecibles. Deseaba con todas sus fuerzas poder ser digno probar su miel. Sin querer coló su mano derecha dentro de la camisa ondeante del ojiverde y este jadeo al sentir el contento de esa cálida mano sobre su helada piel.

-Señor Potter ¡usted esta helado!- dijo Snape alarmado por la baja temperatura de su piel. Notando que los estremecimientos del chico aumentaban, y Severus temía que fueran los síntomas de una hipotermia.

-¡Nn-no! Profesor Snape ¡Es-estoy bien!- intento aclarar Harry pero Severus le ignoro, apretándole lo mas que pudo entre su cuerpo y sacándose el abrigo a como podía. Severus contuvo una sonrisa cuando noto que a pesar de sus palabras de protesta el chico no hacia nada por intentar separarse de su lado y no solo eso. Ahora Harry se aferraba fuertemente de su solapa. Al fin después de mucho forcejear Severus pudo quitarse su pesada pero abrigadora chaqueta-gabán y se lo coloco a Harry por encima de sus hombros.

Severus amplio un poco mas su sonrisa, divertido por como se le veía la inmensa prenda a alguien tan pequeño y delicado como Harry mientras este batallaba neciamente por colocárselo sin separarse del cuerpo de su maestro. Eres tan inocente que me siento culpable por amarte…Y lo mejor de todo sin percatarse de ese minúsculo detalle ni de como la distancia entre sus rostros habia disminuido considerablemente. Y yo tengo que seguirme conteniendo para respetarte… tal vez tu eres el cruel por exponer todo un festín ante un hambriento… Harry al fin termino de acomodarse el abrigo y volteo hacia arriba para agradecerle el detalle a su profesor. Y Severus sin poder resistir mas su sed eliminando la distancia.




Harry volteo hacia arriba para poder agradecerle al Profesor Snape. Y todo pasó como cámara lenta. Su profesor estaba tan cerca que podía oler el aroma de su colonia, admirar de cerca y sin restricciones los ojos de su profesor, noto que aunque eran profundos como un acantilado pero habia un deje de tristeza en sus ojos. Y en el fondo, muy en el fondo un resplandor muy pequeño luchando por asomarse.

Fueron los labios de su maestro contra los suyos los que le detuvieron de su análisis. Una simple y casta unión de labios. Harry hubiera caído al suelo de no ser por los fuertes brazos que le apresaban sin lastimarle. Eran delgados y suaves, además el simple roce que le daban era suficiente para encenderle al máximo. Harry cerró los ojos disfrutando el contacto de sus labios. Sintió la lengua de su profesor acariciando sus labios como si estuvieran hechos de papel de arroz y pudieran rasgarse ante la menor agresión. Hasta que empujo ligeramente contra el, pidiendo permiso para entrar y Harry sin pensárselo se lo concedió.

Harry se tenso, no sabia como responder al beso que le daba Severus. Nunca en su vida habia besado a un hombre y no sabia que hacer. Nunca habia sentido nada igual y su mente daba vueltas sin parar. Soltó un jadeo cuando sintió las manos del mayor colarse por su camisa y acariciar su espalda dando como resultado que Harry se moldeara como el barro ante las manos del artista. Era sublime la sensación de la lengua de Severus danzando con la suya y enloquecía cuando acariciaba su boca con adoración. Cuando Harry empezó a marearse por la falta de oxigeno pero no se separo, dispuesto a ahogarse si era en el mar de sensaciones que le embriagaban.

Fue entonces cuando Severus intempestivamente rompió el beso pese a los quejidos del ojiverde. Solo dándole tiempo suficiente para recuperar un poco de aliento volvió a besarle. Pero esta vez estampándolo contra la pared, pero Harry no sintió el dolor de su cabeza golpeando la dura superficie, pues su profesor habia colocado su mano para protegerle y para sujetarle. Como si tuviera miedo a que huyera. Como podría querer irme si al fin te tengo. Pensó Harry permitiéndole el acceso otra vez a su invasor. El sabor de Severus no era como nada que hubiera probado antes. Era como si se le hubieran abierto las puertas del cielo y se le permitiera probar aquel alimento celestial conocido como maná.

El Severus de sus sueños se le paso por la mente. No habia punto de comparación entre el ficticio y el real. No era comparable con la manera tan amorosa en la que le cobijaba entre sus brazos, ni el olor a sándalo que provenía de su piel, las caricias eran incluso distintas, como si quieran entregar en vez de poseer. Un beso del Severus de carne y hueso era mejor que cualquier fantasía que pudiera imaginar.

Una punzada le atravesó el estomago y la imagen de su profesor besando a Draco apasionadamente. Y un torrente de lava corrió por sus venas. Snape apenas ayer habia besado a Draco. Lo estaba besando de la misma manera que le besaba ayer. Recordó a Draco a merced de la voluntad de su profesor y como Snape le aferraba de la misma manera que ahora lo hacia. Incluso le hacia gemir como ayer gemía el rubio.

-No. Basta.- se detuvo Harry empujando a su profesor con todas las fuerzas que fue capaz. Pero solo consiguió separarle de sus labios, pues Severus no parecía dispuesto a alejarse de su cuerpo.-

-¿Qué ocurre? ¿No te gusto algo?- pregunto el hombre sin aliento. Harry agacho intimidado por la sincera preocupación que salía de sus ojos.- ¿Hice algo mal?

-Nos estas haciendo lo mismo…-Titubeo Harry y se mordía los labios para no llorar.- juegas con ambos… tal y como lo harías con cualquiera. ¿Verdad?




Severus tardo unos segundos en captar la situación, aun intoxicado por el sabor de los labios de su amado ojiverde. Le miro perplejo, sin comprender de qué le acusaba. No entendía a que se refería ni a la razón de que de sus hermosos ojos verdes se asomaran gruesas lágrimas amenazando con manchar su bello rostro. De repente cayó en cuenta al evento de ayer en las escaleras.

-Escucha Harry, eso no es lo que piensas.- Respondio Severus sin saber por donde empezar. Pues la angustia de ver a su amado niño sufriendo por su culpa le impedía ordenar sus pensamientos.- no se desde donde viste y hasta donde… o tampoco hasta donde te hayan dicho. Pero te aseguro que lo que paso con Draco no fue nada de lo que piensas.

-¡Ósea que hubo aun más!- le grito Harry empujándolo sin contener sus lágrimas ni intentar limpiárselas.

-¡Escúchame! El señor Draco tuvo un ataque de asma en las escaleras.- le intento explicar Severus cogiéndole por la muñeca antes que se el joven se fuera.-intente imitar la función de una bolsa de papel.

-¡Ah si, claro! Como las bolsas de papel te meten la lengua hasta la garganta.- el rostro de Harry se encendió de coraje.- ¡eso es en caso de hiperventilación! ¡No me creas estúpido!

-¡¿y yo como podría diferenciar uno del otro?! Soy químico farmacobiologo, no medico.- Snape exclamo ofendido- ¡y cuando le pedí ayuda a cierta persona que se supone que va para medico, este sale corriendo!

-¡Como esperabas que reaccionara si le estabas comiendo la cara a Malfoy!-grito Harry.- además bien que lo tenias bien agarrado por todos lados. ¡Y no habia necesidad de que te lo llevaras de paseo por los jardines en brazos!

-¡el chico estaba temblando! Lo agarre para que no se me cayera. ¡Y no le estaba comiendo nada!- siguió gritándole Severus.- ¿y a donde crees que lo lleve? Obviamente que a la enfermería, que esta justamente cruzando el jardín. ¡Además no lo iba a llevar arrastrando!

-¿y porque simplemente no lo dejaste ahí?- dijo Harry entre sollozos. Llevándose las manos al rostro para que no lo viera llorar.- ¡No tenias porque exhibirte frente a todos! Me encabrona que ahora todas quieran contigo solo porque la hiciste de príncipe azul.

-¿y porque te molesta? No soy más que tu profesor.- pregunto Severus. Capto el mensaje oculto de las quejas del chico. Y le miro esperanzado. Del nada todo su coraje se esfumo para sustituirle una impaciencia por la respuesta del pelinegro.

-¡¿cómo no quieres que me enoje?! Tu eres mio. No puedes andar rescatando a nadie, ni soportar como coquetean contigo, ni ser tan condenadamente atractivo. ¡Es mas, si pudiera te prohibiría dar clases!- exclamo el chico perdido en sus celos, pero se tapo la boca cuando se dio cuenta de lo que habia dicho.

Severus aun estaba estupefacto por la confesión de Harry. Ni en sus más grandes sueños espero que le correspondiera. Las fantasías eróticas no tenían nada que ver con esto. El chico prácticamente le gritaba que le amaba. Lo abrazo por la espalda con delicadeza, y Harry se volteo hacia él, apoyando su pecho para seguir llorando pero esta vez bajo el cobijo de Severus. Quien sonriente, le sobaba la espalda en círculos y le intentaba calmar.

-Me temo que va a ser imposible por ahora que deje mi trabajo.- dijo Severus apartándole un poco para besar la frente de Harry.-pero creo que aun puedo hacer algo con respecto a todo lo demás.

Dicho eso le acaricio el rostro, limpiándole los restos de lágrimas que aun tenia y se inclino para besarle suavemente. – Escúchame bien, porque no pienso volvértelo a aclarar con palabras. Te quiero desde que te conocí. Y te aseguro que no fue mi intención lastimarte.




Harry termino de procesar lo que Severus dijo. Estaba sorprendido. No sabia que hacer. Su mente era un laberinto mientras que sus entrañas estaban de fiesta. Pero cuando descubrió que Severus era sincero se lanzo a abrazarlo sin poder contener más su alegría.

-¿de verdad? –Pregunto Harry colgado de su cuello, hasta que cayo en cuenta que algo no le cuadraba-pero como es posible, si tiene pocas semanas que iniciamos clases.-

-llevo pocos días como tu maestro, pero ya son cinco años desde que te vi por primera vez.- contesto Severus bajándolo suavemente.- ¿no me recuerdas?
Harry le miro con atención e intentando con todas sus fuerzas encontrar a que se refería Severus. Al ver la desesperación de Harry seguramente por no recordarle, Severus se recogió el cabello con una mano.- la ultima vez no me conocías como el Profesor Snape. De hecho me llamaste algo como bestia inhumana o algo por el estilo.

El ojiverde de pronto recordó todo y ato cabos. Y se separo del profesor avergonzado.- perdón, te juro que no quería ofenderte…

Pero Severus no le permitió continuar. Y volvió a besarle nuevamente, realmente no tenia ganas de escuchar las disculpas de Harry ni explicaciones banales, sino se le antojaba más provocarle otra sesión de gemidos y jadeos contra cierta cómoda pared, ahora que se sabía correspondido.

- Si es verdad dime que no estoy soñando.- susurro Harry abrazándole fuertemente mientras Severus se dedicaba a devorar su cuello.- Dime que esta vez no te esfumaras como siempre lo vienes haciendo casi cada noche.

Severus se congelo ante las palabras del chico. Le examino con la mirada y descubrió que el realmente le veía y se aferraba de una manera entre angustiada y suplicante. Como si de verdad el pudiera esfumarse. Y vacilante se animo a preguntarle.- No puede ser. ¿Tu también?

-Creo que eso quiere decir que tenemos que hablar…- contesto Harry. Tenía un mal presentimiento y sabía que seguramente no le iba a gustar nada de lo que iba a descubrir.

Ambos amantes no se percataron de que como una figura les miraba asombrada y oculta de tras de la puerta de hierro. Ni escucharon el sonido de la cámara del celular al captarlos abrazándose y mucho menos de como se huía rápidamente después de presenciar como Severus besaba la frente de Harry otra vez y le transmitía fuerzas.



Entre tanto, en los Siete Velos de Isis. Apoyada en su vitrina y con una tasa de té turco a su lado. Madame Sybil se aburría catastróficamente pues en todo el dia ningún cliente se asomo ni por casualidad. Tal vez es porque me traigo pantis grises… cuando debí haberme puesto las amarillas que atraen el dinero. Además es miércoles, hoy no es un buen dia para los negocios.

Por lo que para pasar el rato decidió realizar una tirada de cartas con su sobrino como objetivo. ¿Cómo le ira a Harry en el amor? Pensó en la pregunta varias veces mientras barajeaba el mazo. Las corto con la mano derecha y las amontono en cinco partes. Repitiendo la pregunta mentalmente una y otra vez las fue volteando.

La mujer contuvo la respiración al darse cuenta que todas salieron al revés Y las cartas salieron precisamente en el siguiente orden: la fuerza. Situación de desequilibrio, perdida de oportunidades por fatiga y cansancio Disputas con compañeros. Eres victima de una manipulación. El diablo. Persona intrigante que va armando líos por donde va si ningún tipo de escrúpulo, enviando energía negativa a su paso. Trastornos sexuales con excesos y libertinaje .Los amantes. Riesgo de ser seducido hacia tentaciones en las que no quiere caer. Falta de seguridad y de amor, pruebas y dudas difíciles de resolver sobre el amor. Debilidad mora, atracciones contrapuestas, libertinaje, infidelidad, deslealtad, engaños y separación. La torre. Escándalo por abusos escondidos pero que salen a la luz. Imprudencia que hace romper una relación o negocio. Detención por actos contra la ley. Y por ultimo el mundo. Ambiente hostil que impide ver claro. Fracaso en estudios y en trabajo. Obstáculos por falta de concentración. El triunfo puede estar próximo a venir pero de momento esta bloqueado y no puede llegar a conseguirse nada.
-Oh, mi pobre Harry, en que líos te has metido…- dijo Tía Sybil sollozante y tomo con su mano temblorosa la taza de café humeante pero antes que se la pudiera llevar a los labios, la aza de esta se partió en dos, quebrando la taza en mil pedazos contra el suelo. El liquido se rego por todo el suelo y los restos de café se fueron juntando hasta tomar la forma de un rayo. Un rayo idéntico al de la cicatriz que Harry tenía en la frente.





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