PlatinumAlchemist
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| Tema: ¿ Deberíamos pasar al plato principal? Capitulo 9. Si Insistes. Mar Nov 27, 2012 2:20 am | |
| Noveno!!! Título: ¿Deberiamos pasar al plato principal? Resumen: Harry Potter, un alumno de quinto semestre de Medicina empieza a tener sueños húmedos donde siempre aparece un hombre de ojos negros... todo seria muy normal si estos sueños no fueran tan recurrentes y si no le cobraran factura. Provocando en el chico cansancio crónico y ataques de ansiedad por su misterioso amante. Todo por lo que esta luchando parece irse por el drenaje cuando descubre que su adorado desconocido es igual a su nuevo profesor de Farmacología. El grandioso Profesor Severus Snape. Categoría: Harry Potter Personajes: Harry Potter, Severus Snape, Géneros: Romance, Sobrenatural, Drama Clasificación: NC-17 Advertencias: AU=Universos Alternos, Lemon. Desafío: Día Internacional del Snarry (23 de octubre) - Convocatoria 2012 Capitulo: 9/12 Completa: Si Disclaimers: Como saben, Harry Potter y sus personajes pertenecen a la Maravillosa J.K. Rowling.[/size] ¿Deberiamos Pasar al Plato Principal? Si insistes.
Después que Severus le dejara en las puertas de la tienda, Harry medito todo lo que habían descubierto esa tarde. Era una perturbadora casualidad que Severus tuviera sueños con el. Sobre todo eróticos…pensó mientras las mejillas se le coloreaban al recordar ese pequeño detalle que al igual que el, Severus siempre tenía. En su vida hubiera pensado que ese horrible juez al que detesto por dos años completos después de la vergüenza que le hizo pasar en el Premio Ingles fuera el mismo hombre que ahora amaba. No era su culpa que no le reconociera, después de todo Harry habia estado tan nervioso que habia vomitado minutos antes de su presentación después de ver desfilar a competidores mas aguerridos y seguros de si mismos que él.
FLASHBACK
Al fin fue su turno de presentar su trabajo. Las luces casi le cegaban los ojos, las piernas le temblaban y su garganta estaba seca. Pero fue durante su presentación, después de recitar el discurso que había estado ensayando toda la noche anterior que todo el salón quedo en silencio cuando termino de declamar con todo su esfuerzo. Los segundos pasaban sin que nadie dijera nada. Harry pudo observar en sus rostros que muchos estaban fastidiados, cansados e indiferentes. Después de todo fue una perdida de tiempo venir aquí… admitió derrotado para si mismo con lagrimas necias formándose en sus ojos por la impotencia y justo cuando estaba a punto de tirar la toalla una voz cavernosa provino de enfrente.
Señor Potter, hipotéticamente hablando, si se presentara un caso de un feto con una enfermedad crónica terrible, como por ejemplo, Diprospus y además le agregamos Sífilis Congénita y malformaciones en el sistema linfático. Dígame ¿Por qué habría de gastar una fortuna en salvar a un producto defectuoso? Si seria más fácil y moralmente correcto dejarle morir de manera natural.
Las voces empezaron a llenar la sala con susurros indiscretos después de que la imponente voz termino de hablar. Harry batallo un poco para verle, pues la luz le impedía ver de quien se trataba. Un hombre alto, el más alto sentado en el palco de los jueces. Vestía completamente de negro, sentado con las manos juntas a la altura de lo que seria su rostro, el cual Harry no fue capaz de distinguir tras sus flecos un poco largos que le cubrían parte del rostro. Pero quedo prendado de esos ardientes ojos negros como el carbón que le miraban burlones. Fue entonces que Harry empezó de nuevo a hablar, insultando al juez, enojado por el cuestionamiento y como si le hubieran inyectado una fuerte dosis de adrenalina regreso a la carga. Y poco después Harry habia sido investido con el titulo de ganador.
Aun con el premio en sus manos, la cólera del ojiverde no bajaba y después de terminar las felicitaciones que hipócritas rivales y completos desconocidos le dieron procedió a la búsqueda del misterioso extraño para terminar de decirle un par de verdades. Pero lo que recordaba era muy vago como para encontrarle entre todo el bullicio ahí presente. Derrotado se fue a casa, sin ser capaz de encontrar a su extraño de ojos negros.
FIN DEL FLASHBACK
Al fin llego a las puertas de los Siete velos de Isis y antes de buscar sus llaves se sorprendió de encontrar las puertas abiertas. Que extraño, por lo regular cerramos a las 5:30… entro al edificio con cautela, pensando en la posibilidad de un robo. Pero en lugar de eso se encontró con Tía Sybil, encogida en una esquina llorando y gimiendo desesperada.
-Tía Sybil ¡¿Qué le pasa?!- Harry se acercó a su tía preocupado y buscando alrededor de la tienda indicios de lo que se pudieron haber llevado, pero para su sorpresa la tienda estaba intacta. Salvo por una taza rota en mil pedazos y café derramado. Harry mas tranquilo examino a la gimiente mujer que balbuceaba cosas incomprensibles sobre torres y diablos. Tal vez necesite un descanso. Pensó Harry llevándose a su tía arriba para poder tratarla.
Harry suspiro aliviado cuando la Benzodiazepina empezó a ser efecto y tía Sybil empezó a dormirse. Sin hacer ruido salió de la habitación. Tenía la camisa empapada por las lágrimas de su tía. La mujer se había aferrado a el desesperada gritándole cosas sobre que se alejara de su amante, el demonio, torres volteadas, fracasos y demás desgracias. La mujer sin lugar a dudas se había vuelto loca. Mañana llamaría a su madre para ver que es lo que harían. Desgastado por el cumulo de emociones que paso durante el dia Harry tomo una toalla, unos boxers limpios y sus pijamas y se encamino al baño.
Poco después, con la tina rebosante de agua caliente y unas gotas de aceite con olor a lavanda se introdujo en la tina y reclino la cabeza en uno de las orillas. Se quedo dormido recordando los bellos momentos que paso con Severus en el día. Unos minutos después cuando del agua emergieron un par de largas y pálidas manos que empezaron a recorrer el torso de Harry, delineando cada musculo y el ojiverde soltó un gemido cuando sintió una lengua deslizarse sobre su estomago para ir bajando poco a poco hasta su miembro.
Harry se aferro a las orillas de la tina cuando sintió como la calidez de unos labios recorriendo su glande y casi chilla de placer cuando su miembro fue engullido por esa garganta experta con voracidad. Entreabrió los ojos y vio como una melena negra flotaba en el agua, bajando y subiendo a un ritmo apresurado sin detenerse ni para respirar. Gemía descontroladamente por las succiones, lametones y mordiscos le provocaban esas fauces hambrientas. Cuando Harry se sintió cerca del ansiado clímax, cerró los ojos y se aferro a la mata negra con ambas manos mientras se corría hasta dentro de la ansiosa garganta. Y entre espasmos disfruto como la lengua de su amante limpiaba su falo hasta dejarlo limpio. De entre el agua surgió un hombre alto, pálido y de músculos fibroso. El ojiverde ya sabía de quien se trataba desde antes que el sujeto se apartara el cabello de la cara. Era idéntico a Severus, pero algo en Harry le decía que no era su Severus. Severus no tenia una sonrisa tan tétrica, ni le miraría de esa forma, como si Harry se tratara de un festín.
Harry intentaba recuperar la cordura pero le era extremadamente difícil con las manos del falso Severus recorriendo su cuerpo, besando su sensible cuello y no pudo contener un gemido cuando sintió el miembro descomunal del hombre frotándose contra el suyo. Pero a pesar del agua caliente y del calor del propio Harry, el miembro de su atacante era frio al tacto.
Harry empezó a resistirse a sus deseos, pero el hombre beso a Harry a la fuerza cogiéndolo por los cabellos y lacerando sus labios con sus afilados colmillos. Sus labios no eran cuidadosos ni afectuosos. Harry se sintió enfermo al sentir esa lengua penetrar su boca. Sus besos no tenían ese mismo sabor a té negro que emanaba de la cálida boca del Severus que amaba. Los dientes del extraño le punzaban los labios mientras que Severus a penas lo rozaba, como si fuera a lastimarle. Ya las caricias de este desconocido no le parecían excitantes sino le dejaban una sensación desagradable. Haciéndole sentir sucio. Como si embarraran mierda en cada lugar por donde pasaban estas manos.
-Te he dicho que pares.- Grito Harry. La sensación de repugnantes dedos cerca de su entrada fueron como descargas de terror que le dio las fuerzas para apartarlo de su cuerpo.- ¡NO ME VUELVAS A TOCAR!
-¿Qué has dicho?- el falso Severus le miro perplejo. Furibundo le tomo por los cabellos para besarlo otra vez pero esta vez Harry fue más rápido y consiguió poner las manos antes de que el otro hombre lo consiguiera. Mientras mas forcejeaba contra el hombre, Harry se sentía cada vez mas despierto, como si le hubieran quitado ese velo que nublaba su mente durante cada encuentro con su tenebroso amante.
-¡Aleja…- intento gritar Harry antes que el hombre le zambullera al agua, rodeando con sus calavericas manos el delgado cuello del chico. Harry cada vez mas desesperado por oxigeno empezó a patear y arañar lo mas que pudo hasta que sintió como sus fuerzas se le escapaban. Severus, ayúdame… pensó Harry cuando casi caía en la inconciencia sin embargo antes de terminar su frase, despertó. Ya no percibía esas huesudas manos asfixiándole y Harry salió del agua jadeando por aire. Espantado por lo este escalofriante sueño, Harry se acurruco en un rincón de la tina y abrazo sus piernas sollozando hasta que el agua se enfrió.
Hermione se encontraba en su escritorio, leyendo el libro que usaba como referencia para su ensayo de Farmacología. Habia un tema que le habia llamado poderosamente la atención. Súcubo. Es un demonio con forma femenina que ataca a los hombres durante la noche para robarles su semen. Su manera de obrar es similar al del íncubo (es el demonio masculino del súcubo), aunque cuenta con la ventaja de que el hombre tiene menos barreras, piensa más con el pene y es más fácil de seducir, por lo que, casi siempre, no hace falta precalentarlo y se le ataca directamente bajo una forma atractiva, llena de curvas y redondeces. Tras una noche de muchas erecciones y eyaculaciones, mezcladas con punzadas de miedo y vértigo, vendrá la bajamar: una mañana de debilidad, cansancio y recuerdos borrosos y morbosos pero inquietantes. Muchas veces, aún consciente de estar bajo el influjo de un súcubo, el hombre no podrá evitar derramar su energía seminal cada noche, dejando trabajo, mujeres, hijos y amantes para entregarse en cuerpo y alma a su demonio nocturno... hasta la muerte. Para liberarse del embrujo de un incubo la victima deberá rechazarle durante tres días con sus noches. A diferencia del súcubo, que pasaran a ser siete. A menos la victima rechace al súcubo en su forma original justo frente de aquella persona a la que el súcubo haya tomado forma.
Cuando su celular vibro, quebrando su concentración. Lo tomo y descubrió que era un mensaje de un numero anónimo, intrigada abrió el mensaje y lo que se revelo en la pequeña pantalla de su móvil la dejo sin palabras.
Harry no pudo dormir y se fue al cuarto de su tía a pasar la noche. Algo podría pasarle a tía Sybil. No es que tenga miedo… sobresaltándose ante cada ruido por minúsculo que fuera. Cuando llego el amanecer Harry se dirigió a su habitación para cambiarse y se aseo lo mas rápido posible, evitando a toda costa quedarse demasiado en la bañera.
Fue de los primeros en abordar el autobús y también de los primeros en llegar a su facultad. Tomo asiento junto a la ventana para admirar el paisaje. Saco su libreta de apuntes, y justo cuando estaba a punto de escribir la fecha en el apartado de Fármaco, noto con decepción que hoy no tenía clases con Severus. Poco después el salón empezó a llenarse, y después de saludar a sus amigos, advirtió que Ron, Hermione y Neville estaban muy extraños. Los dos primeros parecían fastidiados y Neville sencillamente se habia limitado a ignorarle. Incluso se cambio de lugar cuando Harry se sentó con el como siempre, y se fue junto a Lee Jordan.
-Oye, Hermi. ¿Qué ocurre? ¿Hice algo malo o que?- pregunto Harry pasmado por la actitud de sus amigos.
-No se de lo que estas hablando.- le contesto Hermione cortante y tomando sus cosas camino hacia la salida. Seguida muy de cerca por Ron, quien choco con el deliberadamente y le hizo tirar su mochila al piso.
-¿Qué mosca les pico?- se pregunto Harry en voz alta.
-Pues si quieres saber… te esperaremos en el jardín sur a las 2.- le contesto Neville antes de salir por la puerta.
Todo el dia fue muy incomodo para Harry, pues no solo sus mejores amigos no parecían dirigirle ni la mirada, sino además tuvo que soportar las preguntas indiscretas de los demás. Pero se las arreglo, contestando con evasivas hasta el final de su clase de Parasitología, la ultima antes de su mentada reunión con ellos.
Al terminar la clase y mientras Harry terminaba de copiar los últimos apuntes en su libreta, recibió un codazo de Ron. Que salía del salón muy de cerca de Hermione y Neville. Este último le hizo una seña que siguiera con la cabeza. Y el ojiverde así lo hizo.
Cuando llegaron a los jardines del ala sur, Harry observo como sus amigos parecían esperar a que el jardín se vaciara poco a poco para empezar.
-¿y bien? ¿Ya me van a decir que les hice para que me traten así?- dijo Harry cuando vio como la ultima persona que habia aparte de ellos mismos desaparecía por entre los arbustos.
-¿Ser un hipócrita y traidor chupa-pollas no te parece suficiente?-contesto Ron encabronado soltándole un puñetazo a Harry.
-¡¿Qué mierda te pasa, ron?!-le respondio Harry y cuando parecía que ambos empezarían a golpearse Hermione se interpuso, arrojándole unas hojas de papel al rostro.
-Mira con tus propios ojos y dinos si no es cierto.- le dijo Hermione con voz helada.
Harry recogió las hojas y se quedo con la boca abierta. Eran foto de Harry y Severus. Cuatro fotos donde Harry y su maestro se demostraban su amor besándose y abrazándose.
-No es posible… ¿Quién les dio esto?- dijo Harry sin poder apartar la mirada de los retratos. De pronto se le ocurrió quien era la única persona que le odiaría lo suficiente además de Draco Malfoy como para hacerle esto.- ¡¿Fue Ginny, verdad?!
-¡Para que lo sepas no fue ella, imbécil!-vocifero ron.- ¡A mi me llego antes que a mi hermana y ella esta devastada!
-¿hasta donde eres capaz de llegar por estar en el proyecto?-Hermione le grito a su amigo.- ¿acaso así es como avanzas, Harry? ¿Abriéndote de piernas para los profesores que no te alaban solo por ser el famoso Premio Ingles? ¡No te importo pisotear los sentimientos del pobre Neville con tal de ser la puta de Snape!
-¡Basta!-se interpuso Neville y sus ojos avellana se encontraron con los verdes.- sé que Harry tiene una explicación. ¿Verdad? ¿Verdad que tu también estas enamorado de el?
Una solitaria lágrima cruzo la mejilla de Neville y justamente la defensa del castaño la que le hirió más que todos los insultos que Hermione y Ron le hubieran podido dar en su vida.
-No, Neville. Yo no estoy enamorado. Y perdóname pero yo le amo.- dijo Harry y lo reafirmo con una seguridad como nunca la habia tenido en la vida.- Yo le amo y él también me ama. Son libres de creerme o no. No me importa. No le perderé a el por conservarlos a ustedes.
Sus tres amigos se quedaron estupefactos y Harry se volvió a disculpar con Neville antes de partir con la frente en alto y sin mirar atrás.
Severus entro a la Dirección de la Facultad de medicina con su gabardina ondeando al aire y ese andar tan solemne que le caracterizaba. No fue necesario recurrir a Filch para que le anunciara, pues el anciano director ya le esperaba en la puerta de su despacho.
-Severus, pasa muchacho.- Dumbledore le sonrió amablemente, cediéndole el paso y Severus entro sin decir nada. Espero de pie frente al escritorio de su superior y escucho como Albus cerraba y pasaba el seguro.
-Vamos, toma asiento.- le pidió el sonriente anciano, sentándose en su silla mientras cogía un recipiente de vidrio que estaba a su lado.- ¿gustas un caramelo de limón? Además de deliciosos son maravillosos para la garganta con este frió que hace.
-No, gracias.- respondio Severus.- ¿puedo saber porque me has mandado a llamar a plena clase de Genética Clínica? Me aseguraron que era urgente.
-Y lo es. Mi querido Severus.- dijo Dumbledore tomando uno de los dulces y llevándoselo a la boca.
-Entonces ¿serias tan amable de ilustrarme?- lanzo Severus mordazmente, irritado por el sonido que hacia el director al sorber la golosina dentro de su boca.
-Severus, mi querido Severus. Sabes, creo a pesar del poco tiempo que llevas dando clases y tu nula experiencia previa, ya eres uno de mis mejores profesores eres todo un ejemplo a seguir. Eres brillante, puntual, honorable, culto, objetivo, estricto, responsable, puedes dar muchas clases aunque no sean directamente tu especialidad y sobre todo astuto. Eres una personalidad intachable. –empezó a decir Albus mirándole- En fin, todo lo que se esperaría de alguien como tu. La viva personificación de lo que Cambridge representa. No me cabe la menor duda de que eres todo un reflejo de lo que se esperaría del Premio Ingles de hace 20 años. Si sigues en la misma dirección, posiblemente podrías aspirar a ser el director de la facultad de Farmacología.
-Vamos directamente al grano, Albus. No creo que me hayas citado aquí solo para enaltecerme.- a Severus le daba mala espina el hecho que Dumbledore empezara a alabarle así. ¿Qué vendrás a pedirme ahora, Albus?
-bueno solo quería expresarte la imagen que tenia de ti hasta hace poco. Y debo aceptar que estoy muy decepcionado.- dijo Albus.- no me esperaba que fueras precisamente tu quien se involucraría en algo tan escandaloso y tan fuera del reglamento.
-Creo que ya entiendo para donde va esto. ¿Tiene que ver con el chico Malfoy de quinto, verdad?-le interrumpió Snape.- ya me tienen harto de ese asunto. Sabes bien que solo fue simplemente respiración artificial. Solamente encontré al chico en una crisis de asma, lo ayude de la manera que primero se me ocurrió y lo lleve a la enfermería. Fin. Tan simple y sencillo como eso. ¿Acaso va contra el reglamento apoyar a un alumno en peligro?
-No es el evento con el joven Malfoy lo que nos tiene aquí, Severus. Aunque nuevamente te elogio por tu acto de heroísmo.- Albus aparto los ojos de Severus un instante para coger algo de entre su cajón y le tendió a Severus una pequeña hoja de papel brillosa.- es esto lo que me tiene preocupado. Me llego esta mañana y el remitente me prometió que habría más…
Severus sujeto la hoja y la admiro por un segundo aturdido. En la fotografía se podía observar a Snape arrinconando a un alumno entre su cuerpo y la pared mientras lo besaba cogiéndolo posesivamente por las caderas. Era una foto de ayer en la torre, solo que desde la perspectiva del fotógrafo parecía que era Severus el que forzaba a su alumno, pues no se deslumbraban los brazos de Harry que en ese momento también le correspondía salvajemente y con sus brazos aprisionaba su cuello. Consternado, Severus agradeció que al menos no se distinguiera la identidad de Harry. Procuro mantenerse serio aunque por dentro su sangre hervía.
-No es más que un fotomontaje. Una calumnia barata para manchar mi reputación.- Severus contesto indiferente y tiraba la imagen al escritorio.- No puedo creer que tú caigas en algo tan absurdo.
-Sabes bien que la foto es autentica. Además el chico que aparece contigo es Harry Potter. Creí que una de tus mejores cualidades era la discreción pero me equivoque.- Asevero Albus.- Yo mismo los vi ayer demasiado efusivos en el estacionamiento. Y no me importaría hacerme de la vista gorda si no fuera por esta fotografía. Alguien mas les atrapo y es preciso que detengan estos encuentros antes que se haga del dominio publico. Su relación es inmoral, impúdica, indecente y antinatural. Estas manchando el honor de Cambridge por tus libertinajes con un jovencito.
-No me vengas con tus alardes de honor, Albus.- le replico el ojinegro cada vez mas enojado.- si alguien ya ha deshonrado a Cambridge son en primer lugar los directivos. Poniendo a un calzonazos como rector sólo para manipularlo a su antojo. Llenando las aulas con mediocres y presumidos. Usando el prestigio de Cambridge para su propio beneficio.
-No deberías hablar así, mi querido muchacho.-Albus habia dejado de lado su careta bonachona para pasar a ser tan serio e imponente como Severus.- procura que nadie fuera de esta sala te escuche expresándote así de los directivos.
-No eres quien para decirme lo que hago o dejo de hacer. Ni mucho menos para decidir a quien me llevo a la cama.-dijo Severus tajantemente.
-bueno, si se trata solo de una aventura pasajera, supongo que será mas fácil cortar por lo sano. –Respondio Albus aliviado.- y si se trata de encontrar a alguien para calentar tu lecho, estoy seguro que el profesor Riddle de Leyes o incluso mi sobrino Sirius, que da Impuestos en la facultad de Contaduría se encontrarían disponibles a aceptar tu oferta. ¿Recuerdas a mi nieta luna? A penas el otoño pasado cumplió los 17 años. Es toda una monada. Todavía es soltera, y aunque es algo joven podría ser una estupenda esposa. Creo que si tienes una idea de los beneficios que conlleva tomar el apellido Dumbledore ¿verdad?
-No me interesan ni Riddle, ni tu sobrino ni nadie mas.-Severus se contuvo para no golpear a su jefe.- ¡¿tu nieta?! Tienes que estar muy enfermo si crees que aceptare. ¡Apenas es una niña! ¡Yo solo amo a Harry! Le he amado desde que me hiciste ocupar tu lugar en ese concurso.
-La dulce Luna es apenas unos cuatro años menor que el joven Potter. No creo que una pequeña diferencia suponga tanto.-comento Albus con una tranquilidad como si hablara del clima.- además estoy seguro que no querrás cerrarle las puertas al pequeño Harry ahora que se le empiezan a abrir.
-¿De que estas hablando?- pregunto Severus intrigado.
-¿recuerdas cómo llegaste a ser quien eres? ¿Cuál fue la oportunidad que te hizo todo lo que eres hoy?-le pregunto Albus en voz baja.- El premio ingles no es sino un pequeño escalón que se les da a muchos jóvenes en otros países, obviamente en sus distintas formas. Pero el joven Harry ahora tiene la oportunidad de ir con los mejores a Francia. Justo igual que tu en tu tiempo. Pero me atrevería a decir que Harry tiene un potencial aun más grande que el tuyo.
Albus le extendió por encima de la mesa una carpeta color blanco, en la cual estaba escrito el nombre de La Agencia Francesa de Seguridad de los Productos de la Salud. La misma que le habia llevado a sus instalaciones para hacer su servicio. Donde Severus aprendió de los mejores, trabajo duro y se hizo relaciones con diversas personalidades en el campo de la ciencia. Pero no estaría parado donde estaba ahora de no ser por ese simple intercambio.
-¿Te remuerde la conciencia, Severus? ¿Te arrepientes de haber arrastrado a un inocente joven por tus impulsos? Cuando publiquen esto, porque si llego hasta mi estas fotos quieren decir que no estan bromeando, se hará un gran escandalo. Escandalo que le costara a Harry no solo el intercambio, sino incluso hasta la beca.
-voy a renunciar…- dijo Severus desalumbrado.- en dos horas desalojare mi oficina y esta misma tarde tendrás mi carta de renuncia…
-¿y eso de que serviría? Si cuando llegue a ser de dominio publico será Harry quien lo page.-contesto Albus tranquilamente. Dejando a Severus totalmente desarmado y sin palabras.
-si amas a Harry Potter, si realmente lo amas entonces esta claro lo que debes hacer.- una ligera sonrisa broto de los labios del anciano y con parsimonia abrió la carpeta.
-¿Q-qué quieres decir?- por primera vez en mas de una década Severus se sentía indefenso.
-Sabes cómo y porque se ha esforzado Harry. Tu mismo lo has vivido en carne propia. Asegúrate de que no sea en vano. Ayuda a Harry Potter. Dale la última firma de recomendación que necesita para que pueda realizar el intercambio.- Albus deslizo la carpeta hasta donde estaba Severus y le extendió su pluma fuente.
Hubo una pausa muy larga y lentamente Snape recupero el control de si mismo. Regulo su respiración y le arrebato la pluma mientras firmaba de una manera tan brusca que parecía que desgarraría el papel.- ¡Bien, Muy bien! ¡Pero nunca se lo digas a nadie, Dumbledore! ¡Esto queda entre nosotros! ¡Júralo! No podría soportar… especialmente de Harry… ¡Quiero su palabra!
-¿Mi palabra, Severus?- rio ligeramente el anciano victorioso-¿De nunca revelar lo mejor de ti? Si insistes.
Suspiro finalmente Dumbledore, mirando la angustiada y feroz cara de Snape, sin inmutarse cogió la carpeta y la admiro como si de una importante obra se tratara.
-Esto es conmovedor, Severus.-dijo Dumbledore a la estatua que estaba hecho Snape.- Podría empezar a creer que realmente te has encariñado con el chico. Pero es absurdo.
-Algunos podemos entregarnos honestamente, a diferencia de otros que solo fingen para conseguir lo que desean.- contesto Severus desganado parándose de su asiento.
-¿Después de todo este tiempo?-pregunto Albus despegando la vista de la carpeta y dirigiéndola a Severus sin poder creer todo el sufrimiento que reflejaba el pobre hombre.
-Siempre.- dijo Snape levantando la mirada al frente y recuperando fuerzas de la nada para volver a ser el mismo hombre tosco y recio que se conocía. Azotando la puerta salió del despacho de Dumbledore sin mirar atrás.
Draco Malfoy se encontraba en las catacumbas en lo más profundo de la Mansión Malfoy. En un ambiente lúgubre y con pasadizos oscuros por doquier. Finalmente llego a una de las cajas fuertes que le interesaban. Cogió el papel que le habia dado Blaise con la respuesta al acertijo que salía de la pantalla iluminada.
Quién no nació, y cuando murió lo enterraron en el vientre de su madre. El rubio tecleo la respuesta dentro del teclado anexo en la caja fuerte, esta hizo un par de ruidos extraños hasta que se escucho la dura puerta soltarse. Sintiéndose ridículo por tan obvia respuesta y ridiculizado por tener que haber recurrido a un mortal para resolverla.
Abrió la pesada puerta y lejos de encontrar tesoros, joyas deslumbrantes o exorbitantes cantidades de dinero se encontró con un desgastado libro que para él era incluso más valioso que las ultimas tres cosas juntas.
Empezó a hojearlo hasta que se detuvo justamente en el apartado que buscaba. Cómo segar el vínculo de dos almas gemelas. El ritual consistía en que Severus tendría que rechazar a Potter y consagrarse total y completamente para el. Lo conseguiré aunque tenga que utilizar mi verdadera forma. El hechizo tenia una reacción adversa, pues las tres almas serian arrojadas al infierno. La del invocador, la victima y el exiliado. El primero tendría que pagar con su alma el precio del ritual, el segundo le entregaría la suya al invocador y el exiliado aun cuando sea rechazado seguirá ciegamente a la victima aun al pozo mas profundo del infierno. Creando una trágica cadena, Pero ese no era problema para Draco, el como demonio no tenia alma, y mejor para el si Severus le acompañaba a su reino. Ya después se encargaría de Potter.
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