La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Atados por una promesa. Capitulo 1. Recuerdos en el arroyo I

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Valethsnape
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Atados por una promesa. Capitulo 1. Recuerdos en el arroyo I Empty
MensajeTema: Atados por una promesa. Capitulo 1. Recuerdos en el arroyo I   Atados por una promesa. Capitulo 1. Recuerdos en el arroyo I I_icon_minitimeJue Feb 26, 2009 7:08 pm

Hola Chicas flower

Resumen:Desde la niñez Harry y Severus han sido los mejores amigos; ahora que son adultos, las cosas han cambiado, el ojí verde esta harto de guardar amor en el corazón para su amigo; decide olvidarle; sin saber que el destino es bastante inexorable y cuando más decides alejarte, este busca contar siempre contigo.

Dedicado a Undomiel24 por su cumpleaños

Personajes: Harry Potter, Severus Snape
Géneros: Angustia, Ciencia Ficcion, General, Romance
Advertencias: AU=Universos Alternos, Chan=Adulto/Menor, Mpreg=Embarazo Masculino, Muerte de un personaje



x…x…x…x…x…x…x…x…x…x



Harry iba camino al arrojo, ese donde todos los domingos charlaba junto a su mejor amigo. Ese arroyo testigo de travesuras y juegos de la infancia. ¡Como le tenia cariño a ese arroyo!

Ya ahora a sus 15 años era un chico menos travieso, antes, según palabras de su madre a los cinco años… era un demonio insoportable.

Pero él no conservaba recuerdos de aquellos tiempos, así que se limitaba a vivir el presente. Hoy como todos los domingos iría al lago a charlar con Severus. Su mejor amigo, el muchacho que sabía más de él que si mismo.

El arroyo estaba a unos metros de su casa, tenia que atravesar el pequeño bosque de árboles altos. En su mayoría eucaliptos y pinos por lo cual no era dificultoso el camino hasta su querido rió privado.

Aun así le daba el suficiente tiempo para meditar, estaban de vacaciones de su quinto año en Hogwarts, un año en el que Severus había estado muy extraño.

No era que su amigo fuera diferente con él, pero había algo en la mirada del muchacho que ya no era igual al de antes, es como sí deseara decirle algo o reclamarle algo; Harry le conocía muy bien, algo no estaba bien.

Pero tenia ese miedo constante de que pudiera decir Severus si tocaba el “delicado tema” como él mismo le había autonombrado.

El que Severus no le hablara directamente le producía una especie de coraje, eran amigos desde hace años y lo menos que esperaba era que el muchacho guardara preguntas para él.

Pero sin importar lo resentido que estuviera iba llegar a su encuentro, porque era algo sagrado los domingos de verano ellos siempre iban a reunirse allí, aunque fuera solo un día. Era una promesa inquebrantable.

Estaba cerca del lugar cuando le vio sentado en una piedra en la orilla del riachuelo, parecía metido en sus pensamientos ya que su ceño estaba fruncido y su mirada perdida en algún punto inexistente en el agua.

Sin hacer ruido se acercó, observo como Severus apretada con fuerza una fotografía; esa fotografía la reconocería en todos lados. Fue tomada cuando ambos tenían 5 años, tal vez más o menos, no estaba muy seguro. Pero recordaba que era el cumpleaños de su amigo, y el de ojos negros estaba lleno de felicidad, su risa contagiaba el lugar, una verdadera droga para los invitados… hasta que… se escuchó a los padres de Severus pelear… Y tal vez fue la última vez que el ojí negro vio a su madre… Por que estaba desquiciada ¿tal vez?…Agarró todas sus cosas y se fue, dejándolo solo con su padre.

Aun cuando el hombre quería con locura a Severus, éste no podía entender muchas cosas del mundo mágico y por consecuente de su hijo, al ser un muggle. Y tampoco pudo entender el dolor que sintió el niño al perder a su madre; esa noche Harry se coló en el cuarto de Severus quien lloraba escondido bajo las mantas y lo consoló. No entendía porque sabia que tenia que estar ahí, estaba muy chico para entenderlo, pero de allí esa noche no se movió. Ninguno de los dos durmió, aunque todo era difuso, recordaba cada palabra salida de la boca de su amigo, como Severus había jurado no volver a llorar y como le pedía que sonriera para la cámara, la que por cierto fue el regalo de cumpleaños de su madre, y afirmaba que esa fotografía era para poder recordar como ese día se harían amigos para siempre y nunca, nada los haría alejarse.

Ambos habían cumplido fielmente hasta ahora, donde parecía que su amistad estaba tambaleándose estrepitosamente.

Harry piso una hoja seca a propósito, haciendo el ruido suficiente para que Severus mirara a donde se encontrara y se levantara aturdido.

…ste se acercó con sus manos metidas en el bolsillo de sus jeans y le dijo sin mirarle a los ojos como acostumbraba hacer.

—Hola, ¿Cómo estás hoy Harry? –sus mejillas estaban ligeramente teñidas de rosa, lo cual le resultó tremendamente extraño.

—Hola, llegué tarde lo siento, pero mamá quería hacer pastel y que yo ayudara, pero le dije que tenia que venir a verte y supo que no podía faltar, nada puede retenerme de venir. Ni siquiera el pastel. –comentó sonriente, Severus sabia de sobra cuando Harry adoraba el pastel que le preparada su madre.

Severus se sentó en la hierba y Harry tambien lo hizo, ese silencio incómodo generado después de la respuesta del ojí verde les estaba perturbando a ambos, era verdaderamente desesperante.

Harry quería gritarle a su amigo para que hablara, pero sabia que ese no era el camino, en ese silencio auto instalado, le miraba tratando de descifrar que podría causar el sonrojo de ojí negro.

Severus que nunca podía escapar a las miradas intensas de Harry; se removió inquieto y entrelazando sus dedos le habló aunque bajo, como diciendo un secreto.

— ¿Qué pensarías si te dijera que me gustan los chicos Harry? –mirando de soyaso a su amigo.

—Pensaría que eres un idiota, por estar así por esa tontería, sabes perfectamente que en nuestro mundo, eso es completamente normal –Severus sabia que las palabras se Harry eran ciertas, y seria normal, si ese chico no fuera tan cercano a él.

—Pero… se supone que no debería ser así conmigo, que yo debería enamorarme de una chica, porque mi padre no le gustara esto, además… No podría ser jamás, ni siquiera se como se hace eso con un chico -meneando desesperadamente su cabeza.

Harry se sonrojó ante el comentario y le susurró:

—Yo tampoco sé, pero he escuchado a Bill decir que casi siempre los hombres no fértiles como tú, saben… ¡deberías saber! –le recriminó Harry mirándole.

— ¿Cómo quieres que sepa? Nunca he hecho algo así, además… ¿Con quien? A menos que quieras ser tú el conejillo de indias, me parece que moriré ignorante –espectó cabreado Severus.

Harry aun más avergonzado de acercó a Severus y le dijo:

—No me importa ser tu conejillo de indias… Hoy. Pero sabes bien que si te gusta un chico deberías Hacerlo con él -fue la opinión que emitió Harry.

Severus le miró asombrado, y bajando la vista le preguntó:

— ¿En verdad no te importa ser mi conejillo de indias? –su voz se escuchaba emocionada.

—No, soy tu amigo y soy un fértil, eso no me incomoda, pero no debe saberlo nadie porque según mamá, un fértil debe llegar casto al matrimonio… Pero eso no significa que yo no vaya a contradecirla. Eres mi mejor amigo y… Si quieres a ese chico, te voy a ayudar a saber –aunque en realidad no sabía porque se ofrecía, solo sabia que estaba tan curioso como su amigo.

Severus se acercó a Harry y le preguntó algo tímido:

— ¿Puedo tocarte? –sentía necesario que Harry le diera su permiso.

El ojí verde asintió, temblando cuando su amigo paso sus brazos por su cintura y lo pego a su cuerpo, que parecía más firme y musculoso que él, gracias a las clases de defensa que Severus tomaba.

Harry escondió su cara en el hombro de Severus, este parecía muy absorto con buscar como meter su mano por debajo de su camisa, no pasó mucho cuando lo pudo lograr y sentir esas manos frías acariciándole fue una grata estimulación a sus sentidos.

Aunque su amigo era torpe y seguramente él también lo era, la forma tan cariñosa en como pasaba sus dedos por su piel y de vez en cuando besaba su cuello, le hacia sentirse paralizado del gozo.

Harry no queriendo hacer nada, se separó lo suficiente para poder ir desabotonando la camisa blanca de Severus. Pudo pasear su vista en un pecho aunque no muy musculoso, lo apropiado para la edad que ostentaban.

Cuando pasó sus dedos por una de las tetillas de Severus, no supo porque sintió el irrefrenable deseo de morderlas, del cual se abstuvo por miedo a cualquier exaltación del otro.

Severus cansado de la molesta camisa de su amante, se la quitó un poco rudamente, aunque el moreno no protestó, cosa que tranquilizó al ojí negro.

Harry se recostó en la hierba, mirando a Severus fijamente, éste le devolvía la mirada y con cuidado se puso sobre él para besarlo tiernamente en los labios.

El primer beso de ambos

Aunque ninguno de los dos quería que esa magia terminara, pronto la falta de respiración les hizo separarse, y atender sus otras descuidadas labores.

El ojí negro se encargó de desnudar a Harry; protestando tuvo que obedecer cuando éste le dijo que cerraras los ojos, porque no quiso que le quitara su última prenda, así que lo hizo el mismo. Cuando pude abrir los ojos de nuevo Harry estaba sonrojado.

Severus le pasó un debo por todo el cuerpo, como queriendo grabar esa silueta, esa forma, ese color en su memoria.

Harry cerró los ojos disfrutando esa caricia; no tenia idea de lo que en realidad le había impulsado a hacer esa locura, porque estaba más que consciente que eso era una locura y no debería estar permitiendo que un hombre No fértil le tocara al menos que quisiera casarse con él, o eso constantemente le decía su madre, pero Bill solía hablarles sobre “cosas”…Que le hacían ver que no era cierto… Muchos fértiles se casaban sin ser “virgen” y por lo visto, no seria la excepción.

Mientras hacia esa reflexión Severus se había desnudado. Fue sorprendente verle sin nada que le cubriera, tanto que abrió los ojos al máximo mientras no podía apartar la vista, su amigo rió, pero no comentó nada, colocándose sobre él inconcientemente con sus movimientos propició un roce de sus erecciones.

Ambos gimieron, incrédulos. Harry sonrió y le dijo a Severus algo apenado:

— ¿Sabes que vas a hacer ahora? –preguntó sin apartar la vista de los ojos negros.

—Si, mi padre me hablo de esto, pero con chicas. Creo que te va a doler -mirando la virginal entrada de Harry. —Pero… lo haré con cuidado, te lo prometo.

—Confió en ti –fue la simple respuesta que le ofreció Harry, pero que llegó a su corazón y se instalo en él.

Harry sintió como algo se ponía en su abertura y empujaba; no fue hasta que se deslizó un tanto, cuando sintió ese increíble dolor atravesarle, gritó sin querer.

Severus se paralizó y le preguntó asustado:

— ¿Te lastime? –Harry vio la increíble culpa que había en esos ojos y secando sus recién adquiridas lágrimas afirmó.

—No, solo dolió un poco. Sigue por favor y no vuelvas a detenerte por nada. –pidió con leve sonrisa.

Severus tomó eso como una orden, siguió entrando hasta llenar por completo a su amante. El cual, aunque no decía nada y tenia los ojos completamente cerrados, tampoco lloraba de dolor como segundos antes.

—Muévete –pidió Harry abriendo los ojos, su lealtad estaba plasmada en esa forma de mirar.

Severus asintió sintiéndose torpe, empezó a moverse lento, no sabia que era lo que debía hacer para que a Harry le gustara. Pero la respuesta llegó sola cuando tocó algo dentro de Harry que hizo que éste soltara un gemido improvisado de placer.

Así que procuró aumentar sus movimientos mientras seguía tocando allí y dio resultado, Harry se abrazó a él mientras gemía descontroladamente, sus jadeos y algunos gritos involuntarios le hacían ir más rápido deseando una descarga inexplicable.

Ya sentía no poder más, cuando Harry le miraba con deseo marcado desde la hierba.

Su voz entrecortaba por el placer le ordenaba:

—Tócalo –mirando su más que obvia erección.


Última edición por Valethsnape el Sáb Mar 21, 2009 5:26 pm, editado 1 vez
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MensajeTema: Capitulo 1: Recuerdos en el arroyo II   Atados por una promesa. Capitulo 1. Recuerdos en el arroyo I I_icon_minitimeJue Feb 26, 2009 7:10 pm

El ojí negro asintió, para luego besarle, mientras que sus manos empezaban a masturbar el pene de su amigo. Sus movimientos manuales eran tan firmes y rápidos como los de sus caderas. Aun cuando sus bocas estaban unidas cuando llegó el orgasmo, ambos supieron lo que el otro había sentido. Ese profundo primer orgasmo que los mantendría unidos para el resto de sus vidas.

Ambos abrazados en la hierba, no pensaban en nada. Pero Harry quiso enfrentar la realidad, esa a la que penosamente desde hace unos minutos ya no era la misma.

— ¿Te gusto? A mi me gusto mucho –explicó sonrojado.

El ojí negro se sentó en la hierba dejando a un lado el tibio y sudado cuerpo de Harry.

—Si muchísimo Harry, creo que… Siempre serás el primero en todo en mi vida Harry. Te quiero amigo –montándose sobre él para volverlo a besar apasionadamente.


Tal vez el recuerdo seria más largo si su madre no hubiera llegado preocupada por la hora y les hubiera encontrado desnudos besándose. Tal vez las cosas serian diferentes si hubiera dicho más lo que dijo, pero no era así. Y para bien o para mal ya lo había aceptado.

Lo malo fue que le habían interrumpido el momento más mágico de su vida, lo bueno era que su madre se lo tomó con diplomacia, solo quiso hablar seriamente con Severus, de esa conversación nunca supo ni una palabra, solo que Severus nunca más volvió a hacer un mínimo de insinuación entre ellos, desde ese momento solo fueron los mejores amigos y nunca cambio nada entre ellos.

Pero aunque Severus era su mejor amigo y nada más, para Harry las cosas cambiaron haberse entregado a Severus le hizo ver que lo amaba, más que como se ama a un amigo. Eso era lo que hacia estos recuerdos dolorosos, el saberse alguna vez correspondido.



x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x



Harry abandonó sus recuerdos, cayendo limpiamente en su cuarto. Era un día lunes, por lo cual no tenía más que hacer que empacar sus cosas y luego irse al trabajo, hoy mismo se mudaba a su nuevo departamento.

Estaba echándoles un vistazo a su pasado porque le gustaba ver lo que pudo ser…

Pero aun así no era alguien que los recuerdos, la familia o las amistades le impidieran avanzar. Amarrando sus deportivos, se levantó, recogió con un pase de varita el desastre que era su cuarto y encogió las maletas, guardándolas en su túnica, pensaba encoger su pensadero y guardarlo tambien, era la mejor opción, ya tendría tiempo en su nueva casa de ver lo que se le antojara.

Ya con todo listo, echo un vistazo al que había sido su cuarto hasta el sol de hoy. Aun tenía esa pinta de inocencia. Siempre seria un niño mientras estuviera en esa casa, “La casa de sus padres” era hora de irse.

De ese recuerdo habían pasado 10 largos, fructíferos y algo frustrantes años. Aun seguía sin arrepentirse de haberse dejado tocar por su mejor amigo. Sin duda ese momento fue insuperable. Aunque había tenido enamorados, jamás había podido llegar a más de un buen sexo oral con alguien, porque la voz de Severus parecía como fantasma reclamándole.

Caminó para salir de la habitación, sus padres aun estarían durmiendo, era bastante temprano, le gustaba apreciar el salir del sol, fue directamente hasta los patios de la mansión Potter y se sentó en la grama a mirar. Ese sol, ese que era testigo de tantas cosas… Era una de las maravillas que nunca dejaría de adorar de la naturaleza, de sus muchas ironías estaba el que, nuestra vida no seria la misma sin ese molesto sol.

Debería poder quedarse más, pero debía irse al trabajo. Como siempre un auror debía ser puntual a su turno. Además aun quería ver a Severus, su jefe, el jefe de aurores.

Caminó hasta la chimenea y dijo:

—Callejon diagon, departamento Potter –sintiendo la molesta sensación de viajar en Flu.
Al llegar a su nuevo hogar todo estaba ordenado y limpio, como le habían enseñado que las cosas debían estar.

Fue hasta su cuarto y acomodó el resto de sus cosas. El apartamento era pequeño, consistía en dos habitaciones, un baño y su sala comedor. Pero aun así, perfecto para alguien como Harry.

Dejando ya esa preocupación a un lado, volvió a la chimenea pero esta vez su ruta era otra.

—Ministerio de magia –pronunció claramente, sintiendo el conocido tirón de ombligo.

Al aterrizar para su suerte no cayó, salió dignamente de la chimenea como pocas veces, caminó elegantemente hacia su trabajo. No llevaba mucho cuando Ron se le acercó.

El pelirrojo era un joven de escasos recursos, y era el auror más nuevo del departamento por lo cual a veces el que más errores cometía. Pero aunque era serio y callado en su trabajo, cuando lo encontraba en los pasillos era alguien muy conversador y alegre.

—Hola Potter. ¿Qué te parece la noticia del profeta? Al parecer hay “fantasmas” en San Mungo que roban las sustancias analgésicas y las drogas caras por el placer de molestar a los médicos. ¿Qué piensas de eso? –preguntó con ironía el muchacho.

—Pienso que Snape no nos va a dejar en paz hasta que vayamos a investigar, lo cual seguramente resultara “molesto” “aburrido” pero a la final… Siempre caen esos malditos.

—Son unos sin oficio, ¡oye Potter!…Haz odio hablar sobre esta nueva chica del departamento de aurores, dicen que va a hacer sus pasantías…Y que es hija de la ministra de magia Minerva. ¿Sabes algo? –preguntó intrigado.

— ¿Hermione Granger? Si ella es hija de la ministra, la he visto en reuniones sociales –comentó de pasada. — ¿Por qué te incomoda?

—No, solo que es muy bonita para ser aurora –Harry le miró sorprendido casi podía notar como las orejas del pelirrojo estaban del mismo color que su cabello.

—Ten cuidado con ella, el amor y el trabajo es algo peligroso. Pero si es bonita supongo se lo preguntas al hombre equivocado, soy fértil –informó a Ron, quien se detuvo sorprendido.

— ¿Eres fértil? Pues no lo pareces… Además los fértiles, muy pocos escogen estas carreras –dijo volviendo a caminar de nuevo.

—Se que no lo parezco, pero cuando me hicieron el hechizo de prueba salió positivo. Mi madre se alegró mucho –comentó sonriendo.

—Creo que no muchos saben que lo eres, porque si no, ya tendrías a muchos tras de ti –fue la sincera opinión de Ronald.

—Me da igual,… Vamos a ver que nos tiene hoy Snape –fue la sencilla casi orden que le dio.

No le gustaba tocar el tema, la cosa era que, aunque era un hombre atractivo, eso lo sabia, no le gustaba que la gente le mirara como si fuera un pedazo de carne jugosa, así que prefería mantener su fertilidad al margen, últimamente había poco fértiles en el mundo mágico.

Cuando llegó a la oficina del Severus, entró. No necesitaba tocar, Severus nunca se molestaba con él, así le interrumpiera el más complicado pensamiento.

La verdad era que a pesar de que ellos nunca más habían siquiera tocado el tema de hace 10 años… Eran muy unidos y cariñosos entre sí, aunque nunca hubieran aclarado el porque.

Severus podía llegar y darle un abrazo a Harry y eso era normal de ver, como tambien lo era que le saludara con un beso en la boca. Sin más que llegar a ser un beso. Aun con todas esas confianzas, ellos nunca volvieron a tocar el tema. Severus y Harry prefirieron borrarlo de sus mentes, aunque Harry no había podido borrarlo de su corazón.

Esa mañana Severus vestía una imponente túnica azul marino. Harry llevaba una túnica roja. …ste al verle le miró intensamente; Harry supo porque.

—Se que no te gusta el color rojo, pero mis otras túnicas están arrugadas, no tengo elfo doméstico –susurró evidenciando a Severus.

— ¿Ya te mudaste? –preguntó mirándole de reojo.

—Si esta misma mañana; ahora dime que misión me vas a poner; ya acabamos la de los venenos tóxicos del emporio de pociones –comentó orgulloso.

—Son rápidos, espero que con su nueva amiga, lo sean más. Hermione es un valioso material –comentó contento.

— ¿Ya la probaste? –fue la pregunta celosa de Harry, le ardía el pecho cada vez que Severus hablaba de alguna de sus conquistas, y al ser muchas, ese dolor era constante.

Severus le miró sin entender, pero luego dando una ligera sonrisa, solo pudo decirle:

—No pruebo a pasantes brillantes, podría traerme problemas. ¿Te molesta? –preguntó directamente a su casi hermano de ojos verdes.

—No Severus, tú jamás logras molestarme –dijo aunque no era del todo cierto, prefería que así lo pensara el hombre.

—Su nueva misión es: Draco Malfoy… Este niño bonito se ha hecho rico de la noche a la mañana, y nadie cree que sea por buenos motivos. Sean discretos, serán como espías en su vida –explicó tendiéndoles sus nuevas identificaciones.

—Harry serás Diego Veraz un apuesto chico de compañía que fue asignado al joven Malfoy como acompañante a veladas importantes. Lo único diferente será tu cabello, eres un exótico pelirrojo –dijo dándole una torcida sonrisa y mirando a Ron quien había permanecido callado esperando ordenes.

>>—Ronald, será su chofer, lo llevaras a todos lados y veras a quien contacta. Si puedes entrar a la mansión, revisa cualquier anormalidad. ¿Entendido? –preguntó severo.

—Si señor, ¿Cuál será mi apariencia? –preguntó seriamente.

—Eres un castaño ojos marrones. Y se observador –aconsejó el de ojos negros.

Ron asintió y se marchó, Severus le comentó.

>>—La señorita Granger ira como sirvienta del niño rico, ella será chica rubia voluptuosa y de ojos azules. Como un sueño erótico –comentó Severus riendo un poco.

—Un sueño erótico tuyo, porque en el mió… No aparecería una mujer –comentó sentándose cómodamente frente al escritorio.

—Bueno, cada quien con sus cosas, pero la verdad, el de la idea de los cambios fue Sirius, sabes como es ese hombre es pervertido cuando quiere serlo –sentándose en la silla de su escritorio quedando frente a Harry.

—Pobre Remus, no sé como lleva tanto tiempo casado con ese Canuto –rió imaginándolos juntos. —Debe tener sus cualidades –pensó Harry mordiendo el lapicero que había encontrado en el escritorio, una mala costumbre.

—No me hagas tener imágenes mentales –protestó Severus sonriendo.

—Tu no necesitas que yo te las ponga, solo necesitas un ligue para montarlas –dándole una sonrisa de autosuficiencia como respuesta. —Me voy, tengo trabajo.

Caminó hasta la puerta, donde murmurando un hechizo su apariencia cambio. Frente a Severus estaba un muchacho de cabello rojo pasión, orbes verdes brillante con picardía y vestido con unos pantalones de cuero ajustado y una camisa verde transparente.

Severus se mostró inescrutable, aunque debía reconocer que ver a Harry tan sexy, le hacia sentirse turbado.

Harry caminó contoneando caderas y le susurró:

—Adiós precioso –dándole un guiño, si no fuera normal la palidez de Severus casi podía afirmar que el hombre estaba asustado.

Con ese pensamiento iba camino a su nueva misión: Draco Malfoy.


PD: Luego termino de subir este fic, tengo todo los parciales que tendre en mi vida esta semana que viene sniff Crying or Very sad Gracias por leer.

Capitulo 2
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