La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal

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Valethsnape
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MensajeTema: Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal   Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal I_icon_minitimeDom Mar 15, 2009 5:54 pm

Cuando llegó a la Mansión Malfoy, supo que sería tratado como a una puta y no se equivoco, los del personal de limpieza le miraban casi con asco, aunque ser “la compañía” de Malfoy no significada acostarse con él, seguro el rubio lo lograba fácilmente moviendo sus bonitos ojos gris, pero él no era un chico fácil, y no estaba allí para enamorarse de nadie, solo para investigar.

Se sentó dignamente en el sofá, esperando que el denominado por la prensa, “príncipe de hielo” bajara a darle un saludo, claro que no pensaba hacerle ninguna reverencia porque lo llamara así y fuera asquerosamente rico; sinceramente odiaba esa misión, pero como nunca defraudaba al departamento aguantaría aunque sintiera ganas de patear al mundo.

Pasó largo rato esperando en el hall de la lujosa mansión, apenas en la entrada y mostraba esos exquisitos sofás de cuero blanco y esas escaleras grandes e imponentes de mármol. Era un delirio de riqueza a la vista, pero le confundía, porque según sabia, Draco Malfoy no era más que el hijo de una vidente de Hogsmeade, que cuando su madre murió pasó a ser un mesero, repartidor, cualquier trabajo que encontrara un joven de 19 años.

¿Cómo de la noche a la mañana podía hacerse tan rico?

Harry se levantó al ver al muchacho bajar por las escaleras, había que admitir que era un rubio hermoso. Pero era tan hermoso que por supuesto para un fértil era más que obvio que estaba frente a un igual, lo que le hacía pensar que… Esto seria complicado.

Harry tenía conciencia que ellos solo se reconocían por la magia, las auras claras que brotaban al invocar un hechizo eran la de los hombres fértiles y las oscuras la de los hombre no fértiles, se suponía que Harry era un no fértil en esa misión. Iba a matar a Severus Snape.

Le ayudó a bajar al rubio y luego sonriendo coquetamente le dijo:

— ¿A dónde iremos y cual será la razón del evento? –preguntó sintiendo curiosidad por escuchar al muchacho.

—Es una fiesta para celebrar la inauguración del consorcio Malfoy, hoy le pasare a uno de mis asociados parte de mis acciones en esta empresa –Harry pudo notar que Malfoy tenía la vista perdida y hablaba más por monotonía que por emoción. Aquello no estaba bien, porque eran los síntomas de un imperio.

—Que bien bonito, ahora caminemos hasta el auto –le indicó emprendiendo la marcha de la mansión.

No sabia que pensar, porque Malfoy un chico común y corriente no podía amasar esa gran fortuna así como así y solo porque sí. Alguien debía estar detrás de esto, alguien muy poderoso.

La verdad no quiso pensar quien, porque se apuntarían muchos nombres a la lista, solo caminó hasta el auto donde un Ron Weasley estaba con su aspecto cambiado esperando para llevarlos.

Harry miró por la ventanilla como salían de la mansión, debía admitir que cualquiera se dejaría seducir por tanto lujo y más alguien joven como Draco Malfoy, pero obvio que el joven sufría de algún tipo de encantamiento.

Fue largo el camino para llegar a la fiesta de socios, era algo bastante sobrio, porque un club de ricos exclusivos, donde solos los mejores magos podrían entrar sin ser despreciados.

Cuando entró vio como Ronald le hacia una seña de que estaría atento, cualquier cosa mandaría su patronus, era solo simple seña, pero en ellos como equipo, podían entenderla.

Caminó agarrando fuertemente a Malfoy entrando elegantemente, odiaba esas reuniones sociales y cuando su madre lo invitaba a alguna, no podía más que refunfuñar, pero a la hora del trabajo si debía convertirse en el mejor nudista, acompañante o domador de dragones, lo hacía.

En cuanto entraron Malfoy le fue prácticamente arrebatado por un montón de chicas estupidas, Harry aprovechó para ir a mirar el lugar.

El salón de baile era grande y amplio con algunas fuentes de aguas y canales que la transportaban en el piso, tambien luces brillantes y música a toda potencia. La mesas donde servirían la cena eran sencillas de no ser por el gran escenario con proyector mágico, que ponía videos, propagandas no había nada de especial en ella, esta sala estaba justo a lado del salón de baile, como termino una gran piscina redonda, que tenia una caída de agua majestuosa, eso estaba ya casi en la terraza del club, por lo cual, era mejor no temerle a las alturas.

Harry se fue a la mesa de los pasapalos y agarró algunos, vigilando a Malfoy cautelosamente. Pero siendo Harry con tan poca o demasiada suerte pronto llegó hasta él un hombre que lucia una lujosa túnica gris plata, el hombre era alto, su cabello negro brillaba cuando contrastaba con el sol matutino, esos ojos miel iban mucho con su persona, no quiso detallarlo más para no parecer sospechoso.

El hombre tomó una nueva copa de champagne y le comentó como quien no buscar entablar una charla:

—Bonita fiesta ¿cierto? –éste le sonrió mostrando su dentadura perfecta. —Mi nombre es Tom Riddle. ¿Te la estas pasando bien?

Ese Tom Riddle le sonaba algo, pero no recordaba que… Así que un poco fríamente contestó. — Mi nombre es Diego Veraz, acompaño al señor Malfoy. Y si, la fiesta es ciertamente acogedora.

El hombre pareció no querer dar por vencido con su respuesta porque le comentó:

—Tienes bonitos ojos, ¿Estas seguro que solo acompañas al señor Malfoy? –sin poner empeño en disimular su deseo.

Harry le miró y cambiando de táctica, dijo con voz tranquila:

—Uno nunca saben que quieren al final, pero podría decirse que solo lo acompaño, ¿Esta interesado en mis bonitos ojos o en mi compañía? –dando una sonrisa sexy.

—Creo que en un poco de los dos, me gustaría ver esos ojazos cuando tu compañía me da algo más que una caricia –fue la seductora respuesta que emitió el otro, acercándose más a Harry.

—Me apetece –dijo bebiendo vino y regándolo por sus labios con su lengua como distraídamente, pero estaba consciente de lo que hacía.

>>—No tienes excusa, hoy apenas salgamos de aquí –fue casi la orden que le dio el de cabellos negros.

— ¡Hey! te olvidas que le pertenezco a Malfoy por hoy, ese es un problema –excusó al plantearse la sola idea.

—Malfoy no será un problema por mucho tiempo, solo espera un poco y estarás libre de él y su insignificante presencia –le afirmó acercándosele para estrujar una de sus nalgas, luego se marchó lo más dignamente posible.

Harry estuvo en el lugar, pensando en las palabras de acababa de dar el hombre y como debería darles un significado… Pero el tiempo de pensar no fue mucho porque pronto alguien tomó el micrófono y dijo:

—Hola mis queridos socios, hoy es un gran día para la corporación Malfoy, unimos a un nuevo socio –anunciaba Draco Malfoy con el mismo semblante perdido de la mañana. —Bienvenido amigo Tom Riddle.

Harry ató cabos en un instante, vio como Draco Malfoy le daba la mano al hombre y le instaba a firmar el papel de socio, mientras el tambien se disponía a lo mismo, cuando estuvo finalizado, el ojí verde miró por la ventana del hall de mesas y vio como un francotirador apuntaba la cabeza de Malfoy, sin pensarlo más corrió hasta él, no pensaba dejar que ese maldito lo matara.

Draco Malfoy solo sintió que era empujado por alguien al piso y luego sonó el disparo, fue todo muy rápido, pronto hubo pánico entre los asistentes quienes corrían en todas direcciones gritando asustados.

Harry se levantó y sintió que era presa de un fuerte “crucio”, se revolvió en el piso y vio la mirada dura y sin piedad del otro, éste le espectó:

—Pagaras pasarte de listo, niño bonito –el hombre se agachó y le dio un beso forzado, luego le liberó del hechizo y emprendió la huida.

Aunque éste se había ido algunos secuaces quedaron, lanzaban maldiciones asesinas por todas partes, Harry se levantó corriendo cuando una casi le rozó.

Corrió buscando al joven Malfoy, éste estaba en la esquina opuesta desmayado, al llegar allí lo agarró y con mucha dificultad empezó a caminar para una pronto salida, menos mal que Ron llegó a ayudarle, seguramente éste había estado batallando en el Hall de bailes, porque tenia un feo morado en el ojo y un labio partido.

Harry lanzó un “avada” a uno de los tipos que intentaba atacar por la espalda a Ronald y aturdidores a los otros, solo quedaban tres.

Uno le replicó el hechizo, lanzándole un “expelliarmus” que lo mandó a parar a la pantalla mágica, destrozando el cristal y cayendo en medio de todo ese desastre.

Sintió algunas astillas menores clavarse a su piel, pero nada tan intenso como para matarlo. Decidido, se levantó y lanzó un hechizo petrificante. Este cayó en el piso, Ron logró causarle heridas bastantes graves al otro para morir desangrado y el tercero huyó como ultimo recurso.

Ron corrió hasta donde estaba tendido el rubio y le lanzó un “enérvate”, la situación se había salido de control, él ya había mandado aviso a los grupos de emergencia del departamento de aurores.

El rubio aturdido, confundido se levantó y le observó los ojos gris azulados le miraban con sorpresa y calidez, Ron algo turbado le dijo:

—Señor Malfoy, ¿Se encuentre usted bien? –mostrando preocupación, las personas inocentes envueltas en esas batallas eran las que más sufrían.

—Yo… Estoy bien, Pero ¿Quién eres tú? ¿Qué hago yo aquí? –preguntó con miedo el rubio.

—Soy Ronald Weasley, del departamento de aurores, tercer rango, ¿Qué es lo último que recuerda? –quiso saber, parecía que Malfoy había salido de un trance.

—Yo… Estaba entregando un paquete, el hombre salió de la casa, estaba riendo y… me hechizo. No recuerdo más –aseguró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y preguntaba con el labio inferior temblando por el susto — ¿Estoy en problemas?

—Si eres inocente, no lo estarás –aseguró Ron brindándole una sonrisa conciliadora.

Draco asintió aun confundido por la situación, se dejó ayudar a levantar por el pelirrojo quien parecía preocupado por él, aunque sin querer hacerse ilusiones se decía que era una mala pasada de su mente.

Harry aun con múltiples heridas y profundamente cabreado, caminó hasta ellos y cerciorándose que todo estuviera bien, fue a informar al jefe de aurores de la situación.

Al salir se dio cuenta que todos corrían a ver como estaban, Harry se dejó arrastrar hasta una ambulancia mágica y vio como empezaban a curarle las heridas.

Ron y Draco Malfoy no sufrieron mucho en el ataque, este último se quedaría en el departamento a rendir declaraciones, luego estaría en una residencia pagada por el ministerio por ser un joven sin hogar y con mucha información que solo tenían hacerle recordar.

Harry tampoco sufrió alguna fractura o algo más grave, solo tenia varias heridas la más profunda en el brazo izquierdo, y unas cuantas en el abdomen y cuello.

El ojí verde no se sintió recompensado al saber que Severus no acudió a ver que le sucedía, cosa que le extrañaba, por lo cual pensó que algo grave podía haber ocurrido.

Fueron como media hora de preguntas incomodas y curas innecesarias, porque pronto estaría igualmente rasguñado por alguna nueva misión.

Pero ya se estaba acostumbrando a una vida llena de adrenalina y momentos decisivos; porque ellos eran los que protegían al mundo mágico, y de ellos dependían muchas vidas.

Aunque siempre supo a lo que se enfrentaba al convertirse en auror, nunca tuvo duda, cuando vio a Severus graduarse fue un incentivo más para él, y terminó su carrera con éxito, Severus era un hombre con suerte, apenas llevaba un año trabajando en el ministerio cuando fue nombrado jefe del departamento y Harry al pedir empleo entró de inmediato aunque no sabia si debía sentirse bien por entrar ayudado, claro que tuvo que demostrar su valía, Severus aunque fuera comos su hermano jamás le hubiera dejado ingresar si supiera que era un inútil.

Cuando las preguntas cesaron, Harry pudo al fin tomar un traslador al ministerio, donde algo menos agitado caminó junto a Ron a el despacho de ambos, al ser un equipo trabajaban juntos y tenían un lugar para ambos descansar con algo de privacidad. Harry se sentó en su escritorio cómodamente y Ron en el suyo.

Aunque Ron era un novato, tenia 22 años y si apenas unos meses trabajando allí, era muy bueno y fue lo que hizo que Harry lo aceptara como compañero, Harry era rango 2 y llevaba 5 años trabajando allí como auror, todo el mundo se sorprendió de su decisión, pero nadie la refutó cuando el equipo se había vuelto tan certero en sus misiones, ellos eran un equipo muy mencionado en los pasillos, sabia que a Ron eso le hacía sentir orgulloso, tanto como a él mismo, antes aunque conocían su profesionalismo, no trabajaba con nadie por lo cual estaba en una u otra misión y su presencia a veces no era tan tomada en cuenta.

Pero ahora a este dúo de maravilla se unía alguien más, alguien impuesto por Severus; Hermione Granger, según el hombre era una mujer muy brillante y hace años cuando era nuevo en su trabajo y la encontró en una fiesta de gala, supo que seria una chica con futuro brillante y eso, no sabia como tomarlo ahora.

Ronald parecía envuelto en otro dilema porque algo sofocado le preguntó:

—Potter, ¿Crees que el señor Malfoy vaya estar bien, solo? –su mirada era de completa y absoluta preocupación.

—No lo sé, pero si quieres hacerle compañía, no creo que te paguen por eso. Por cierto, creo que hasta tendremos un extra por esta misión “inofensiva” ¿Quieres que se lo haga llegar a tu madre? Sabes que me salen muchos más baratos los envíos por Hedwig que pagar una lechuza internacional -preguntó Harry sin querer ofenderlo, además prefería no hablar con Weasley de la vida sentimental de alguno, seria muy confuso, aun no tenían ese nivel de confianza.

—Tranquilo Ginny mi hermana consiguió trabajo como corresponsal del profeta y Charlie ahora trabaja con Dragones, además Percy parece que es de utilidad en el ministerio de España, por lo cual… Parece que mi sueldo ya será solo para mí. Le envié hace poco algo y creo que con esos ingresos extra podrán llevarse bien –explicó el pelirrojo que parecía feliz del avance de su familia.

—Me alegro mucho por ti, era hora que el sacrificio rindiera frutos. Me voy, tengo que informarle a Severus –anunció levantándose de la silla donde ahora no recordaba que se había sentado.
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MensajeTema: Capitulo 2: Ilusiones montadas en un cristal II   Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal I_icon_minitimeDom Mar 15, 2009 5:55 pm

Ron pareció pensar mucho lo que iba a decir, pero sin poder retenerlo le habló:

— ¿No crees que es obvio el motivo de su falta? –evitando mirar a los ojos a Harry.

—Para mi no lo es –dijo Harry sintiendo un nudo en la garganta de solo pensarlo.

Ron se levantó y llegando hasta donde estaba él, colocó una mano en su hombro y le susurró:

—Harry, ese hombre no quiere a nadie, ahora debe estar estrenando a la nueva, como hace con casi todas las que entran a trabajar aquí, todas lo hacen por “amor” pero él, no tiene justificación… No deberías ilusionarte con él, porque él no puede llegarte ni a la suela de los zapatos -ese consuelo tan carente de abrazos o palabras bonitas, llegó dentro de Harry y supo que tal vez… Era verdad, pero debía ir a comprobarlo.

—Gracias… Pero quiero que sepas que no hago ilusiones y… No quiero que lo comentes con nadie, ni mi interés, ni mi fertilidad. ¿Por favor? –Harry pidió con los ojos aguados, no acostumbraba a llorar, pero la idea de que Severus estuviera con esa mujer mientras él corría peligro le hacia hervir la sangre y querer tener el valor de lanzarse de un puente por imbecil.

Ron asintió y volvió a su lugar, Harry se marchó con paso lento, necesitaba ir a comprobar si lo que decía Ron podía ser cierto, pero… Dolería mucho verlo allí con alguien, dolería tanto…que nada volvería a ser lo mismo, porque Severus, si era un sin vergüenza, pero sobre todo un amigo incondicional, cuando alguien le necesitaba, primordialmente, él, nunca fallaba, siempre fuera lo que fuera, estaba allí, y más si estaba en misión, nunca dejaba el departamento si algún auror estaba en algo que podría resultar peligroso, Harry sabia que muchas veces en misiones tranquilas Severus no había ido a dormir por saber de él.

¿Qué había cambiado ahora? se preguntaba sin querer dejar salir las lagrimas de impotencia que amenazaban huir de sus ojos.

Cuando estuvo en la chimenea dijo:

—Departamento Snape, callejon Diagon –sentía que su corazón latía de prisa a medida que pasaba miles de chimeneas por segundo.

Cuando aterrizó, por milagro divino sin caer estrepitosamente, hoy era un día de suerte.
Miró el lugar, la sala estaba en penumbras y estuvo a punto de volver a marcharse cuando escucho una voz femenina decir:

— ¡Ah! Más rápido Severus, más –Harry quiso no ser tan testarudo para marcharse de allí sin importar más, pero no, él tenia que asegurarse, hasta que no le viera con sus propios ojos, no lo creería.

Cuando llegó a la habitación, no tuvo que acercarse mucho porque la puerta estaba abierta, cerró los ojos por un momento y los volvió a abrir, para ver como Severus se movía frenéticamente contra una chica de cabellos marrones rizados que parecía estar en la gloria porque no dejaba de gemir.

Harry se tragó sus lagrimas, su rabia, su frustración y hasta el orgullo, pero lo más duro de tragar fueron sus sentimientos y esas ganas de echarse a llorar.

Carraspeando hizo notar su presencia, tanto Severus como la chica se separaron alarmados, Harry caminó a la habitación mientras decía.

— ¿Esta es la nueva prueba de admisión que debe dar un auror para demostrar si esta calificado? o es que como la chica –espectó con desprecio mirándola. —Es hija de la ministra, debemos darle un trato especial –poniendo énfasis en sus palabras.

La castaña se levantó, trato de abofetearlo pero él no permitió que lo tocara, esta chillo y protestó.

—No te permito que insinúes tal cosa, estoy muy calificada –apuntó molesta la mujer por tan insultante trato.

—Si veo que esta muy bien calificada –mirándola descaradamente, aunque la chica llevaba la sabana enrollada en su cuerpo, se sintió humillada.

>>—Severus… No sabes cuanto has decepcionado a tu equipo, a más a mí –mirando con tristeza al hombre que no le sostenía la mirada más que por fracción de segundo.

>>—Tu te revuelcas con esta señorita mientras nosotros casi morimos en una misión –con voz alta echo en cara al ojí negro.

Severus alzó la mirada sorprendido y balbuceó:

—Ustedes ¿Qué? La misión no era peligrosa, cuando me fui según los reportes... Estaban camino a la fiesta… Estaban bien…. ¿Te ha pasado algo? –preguntó levantándose cubriéndose con una almohada, se notaba realmente preocupado.

Harry retrocedió cuando éste se le acercó y susurró:

—Ni siquiera te atrevas a tocarme, nunca más Severus, me das asco –pronunció dejando notar su dolor.

Severus se apartó sin entender nada, nunca por nada deseó el desprecio de Harry y estaba ocurriendo. La que parecía comprenderlo todo era la castaña quien se mostraba avergonzada y humillada, algo decepcionada de si misma.

Harry le miró y le aseguró:

—No diré nada de esto, pero señor Snape, no es propio de un jefe de departamento llevarse a la cama a las nuevas a su cargo. Tenga ética, tenga moral, tenga algo de sentimientos –dejando un poco de su rencor en cada palabra dicha.

Severus estaba petrificado de la impresión y le dijo sin comprender:

—Harry yo en verdad no sabía, no me avisaron, jamás te hubiera dejado… Nunca me hubiera marchado si supiera que estaba en peligro… Eres lo más importante en mi vida… Eres mi mejor amigo… No puedes alejarte, nada tendría sentido –confesó aun perplejo y molesto por esa situación, se suponía que debían haberle anunciado del ataque, esos incompetentes.

—Corrección, fui tu mejor amigo, y… Yo jamás he sido importante para ti, solo me haces daño –le dio como respuesta, mirándole a los ojos, pero sin mostrar ningún sentimiento.

—Perdóname, Harry, chiquito, no me hagas esto, no dejes de ser amigo de este imbécil, por favor, cometí un error, pero solo ha sido uno. Perdóname –pidió Severus arrodillándose en el piso, bajo la mirada de Harry y Hermione quien les veía sorprendidos.

— ¡Que te jodan Snape! Esto no se trata de mi, no me importa no ser tu “amigo” pero tu gente, tus aurores, son vidas ¿sabes? y te importan muy poco. Recapacita, porque si no, la ministra va a escucharme –dijo señalando con la cabeza a la castaña quien gimió al oírlo, sabiendo lo decepcionada que estaría su tía.

—Pero a mi solo me importas tú, se que los aurores, es algo terrible, pero ellos están bien y el que se esta marchando sin querer volver a saber de mí, eres tu Harry, por favor perdóname –rogó el hombre levantándose mientras le miraba a los ojos.

Harry recordaba cuando ambos se habían prometidos ser amigos por siempre y esta era la segunda vez que esa promesa se veía amenazada, pero esta vez el hombre no le convencería con palabras bonitas y mucho menos con una sesión de sexo maravillosa como la primera vez.

—Ha durado mucho Severus, es hora de romperla, ya no quiero saber nada de ti, solo seré un auror más, uno de esos que no te preocupa, no quiero ser importante por una jodida promesa, esa promesa al igual que a los cinco años, no tiene mucha importancia –dijo caminando rápidamente hacia la chimenea.

Severus intentó seguirle pero pronto escuchó a Harry decir su dirección y supo que el muchacho se había marchado, cuando el ojí verde decidía más que nadie sabía que era de cumplir su palabra.

Se sentó en la cama junto a una enfurruñada castaña; había perdido a lo único que le daba sentido a su vida. Su amigo Harry.

Harry lo era todo para él, sin mentir, cuando quería sentirse en familia iba los domingos a la casa de los padres de Harry y allí la pasaba muy bien, cuando necesitaba consuelo allí estaba su amigo de ojos bonitos apoyándolo, que decir cuando estaba borracho o molesto quien siempre le había soportado era Harry y ahora se había marchado

Se acostó en la cama con aspecto derrotado y sitio ganas de llorar, nunca en 20 años eso había sucedido, así que no se dejaría caer presa de ese tonto impulso.

No fue hasta que escuchó la tranquila voz de Hermione al vestirse que volvió a la realidad.

—Ese amigo tuyo ¿Trabajara conmigo cierto? –preguntó algo triste por la forma apagada de su mirada.

—Si, se llama Harry, es el mejor de los de su rango –anunció sintiéndose orgulloso.

—Creo que es un gran chico, porque estaba aquí para defender a sus compañeros de trabajo a pesar de estar “Celoso” de nosotros –dijo Hermione sorprendida de la capacidad de resistencia del amigo de Severus. Harry.

—Harry no estaba celoso, solo se preocupa por mi, y si es un gran chico –afirmó mirando el techo.

—Si él no estaba celoso, hace media hora yo no estaba excitada, abre los ojos querido. Nos vemos en el trabajo jefe y olvide que esto pasó –pidió apenada marchándose del apartamento.

Severus se quedó pensando en el mismo lugar. No podía pensar en ningún momento que Harry estuviese… Era sencillamente no podía pasar… Porque entonces la vida si que tenia muchas ironías.

Sabia que mañana seria un día largo, tendría que dar y recibir muchas explicación de porque no había sido avisado del ataque. Pero lo cierto era que con esto acabado de suceder, ya eso no tenia importancia, porque lo único que en su mente quería pensar se trataba de Harry y como hacer para recuperar su amistad.



x…x…x…x…x…x….x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x…x



Harry llegó esa noche a su departamento tirando todo lo que encontraba, no quería pensar en la perfección, porque no existía, era solo una mera ilusión.

Una vez que todo estuvo echo un desastre se sonrió a si mismo un poco, ¿Cómo pretender ser algo que no eres?

Amaba la limpieza, el perfecto orden, y desordenar para luego estar como loco limpiando no tenia sentido. Recogió algunas cosas que había alcanzado a tirar y con tranquilidad le fue devolviendo orden a su apartamento.

Se sentó llorando en silencio en el sofá, encogido como un niño pequeño, no quería volver a sufrir, no quería llorar otra noche más por Severus. Solo quería dejarlo atrás pero su corazón no obedecía.

No deseaba ser más esa persona que solo era querido por su familia y el hombre de ojos negros, no más el Harry que pasa desapercibido a la vista de todos, por su propia decisión, tal vez para olvidar a Severus, él debía darse a conocer, nuevos amigos, nuevas caras que le ayudaran a olvidar.

Caminando decidido fue a su cuarto a darse una ducha. No, nunca, jamás, volvería a ser un estupido enamorado. Aunque aun no pudiera sacarse a Severus del alma, sentía la absurda necesidad de darle una patada de su corazón a ese germen llamado amor.

Capitulo 3


Última edición por Valethsnape el Miér Ago 11, 2010 8:30 pm, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal   Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal I_icon_minitimeLun Mar 16, 2009 2:42 pm

Vale, esta lindisimo!
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MensajeTema: Re: Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal   Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal I_icon_minitimeMar Mar 17, 2009 4:29 pm

Eh, Gracias, encantada de que te guste Very Happy
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MensajeTema: Re: Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal   Atados por una promesa. Capitulo 2. Ilusiones montadas en un cristal I_icon_minitime

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