alisevv
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| Tema: The Marked Man. Capítulo 4. Reuniéndose con el traidor Lun Ene 25, 2010 12:21 pm | |
| Mientras entraban al círculo de piedras, Harry sintió que estaban atravesando una barrera definida. Se sentía como cuando conseguías caminar hundido con el agua hasta el pecho en lugar de nadar. Una vez dentro del anillo de piedras, el aire rebajó nuevamente a algo similar a la normalidad, pero pesaba con una sensación de pavor. Aunque no podía ver ningún fantasma, sentía como si estuviera rodeado de ellos; de lejos, más de lo que había encontrado en los pasillos de Hogwarts jamás. Quizás fueran tan viejos que ahora eran invisibles.
—En el medio, creo, Harry —sugirió Remus, guiándole más hacia el interior del círculo—. Severus será capaz de vernos claramente aquí. Y recuerda, nadie puede lanzar hechizos sobre nosotros desde la distancia; no funcionan correctamente aquí. La energía de la magia de la tierra es tan densa que afectaría al mago más poderoso.
Harry le siguió y se paró a su lado en el medio del círculo. Se sentía cada vez más incómodo, a medida que se prolongaba su estancia en el interior de las piedras.
>>Casi cuatro mil años de uso han convertido estas piedras en lo que hoy son, Harry. Sé que te sientes incómodo, pero sólo concéntrate en mí y en estar pendiente de la llegada de Severus, y trata de no sentir la magia que nos rodea.
Intentó hacer lo que Remus decía, pero no responder a la concentración de magia de la tierra en ese punto era algo más fácil de decir que de hacer. La fuerza natural ya era extremadamente ponderosa, pero en el lugar que había sido elegido, había sido aumentada por milenios de ceremonias y cultos de adoración.
>>Harry, mira ahí, entre esos árboles. Creo que Severus está llegando.
Siguió el ángulo que señalaba la cabeza de Remus. El hombre lobo no había hecho ningún otro movimiento, no deseando sobresaltar a su visitante. Su oído era muy agudo; sus aumentados sentidos de lobo nunca le abandonaban completamente, ni siquiera lejos de la luna llena. Había una forma más oscura perceptible en la oscuridad que les rodeaba. Harry no podía distinguir detalle alguno; podría haber sido cualquiera, o casi cualquier cosa.
Por si realmente era una persona, permanecieron parados, muy rígidos. Harry, quien deseaba dejar el círculo como fuera, se obligó a permanecer rígido e inmóvil. Cómo ni él ni Remus hicieron movimientos bruscos, la oscura figura comenzó a acercarse. Mientras caminaba fuera de los árboles que la rodeaban se hizo más visible, evidenciándose que se trataba de un hombre. Un hombre alto, delgado y pálido, que se aproximaba hacia ellos.
Harry respiró profundamente cuando reconoció a Snape. El hombre era inconfundible. En las pocas semanas desde que el chico no le veía, se había vuelto más delgado, más pálido, y más demacrado. Cualesquiera que hubieran sido los verdaderos motivos para matar a Dumbledore, el acto no le había dejado indemne.
—Lupin, Potter —saludó, mientras entraba en el círculo y caminaba hacia ellos.
—Severus —contestó Remus —. No luces demasiado bien.
El hombre lanzó un gruñido de disgusto.
—Cómo me veo no es el asunto ahora, Lupin. Es un trabajo difícil el que tenemos por delante. Intenta tener el alma desgarrada y veremos cómo luces después.
Harry había estado mirando al pálido hombre con algo parecido al horror. El rostro de Snape se veía grabado con el dolor, y sus mejillas y ojos parecían estar hundidos en su cráneo. Lucía como si las últimas semanas hubieran sido para él un tormento mucho peor que para Harry. El joven sintió una molesta acometida de compasión hacia él.
>>Está callado, Potter —dijo Snape, girando sus oscuros y angustiados ojos hacia él—. Es una pena que tuviera que matar a Dumbledore para lograr que usted se callara.
—¡Bastardo! —gritó Harry, mientras le recorría una oleada de furia. Se hubiera abalanzado contra el delgado hombre si Remus no se hubiera puesto entre ellos.
—Creo que tu humor negro fue demasiado, Severus —reconvino.
Snape hizo un ruido que probablemente quería indicar algún retorcido humor, pero que en realidad sonó más parecido a un estertor. Para su sorpresa, Harry se calmó casi de inmediato. Se movió a un lado para poder mirar los ojos negros una vez más. Y lo que vio fue inquietante, por decir lo menos.
Había estado buscando culpa, y la encontró. Culpa, odio hacia sí mismo, y dolor más allá de cualquier cosa que esperaba ver. El hombre siempre se había controlado tanto a sí mismo y sus emociones. Si Voldemort le viera en ese momento, y comprendiera su real significado, sabría al instante que Snape había odiado tener que asesinar a Dumbledore. Harry vio eso, y con el conocimiento de su memoria ya completa y la terrible visión del hombre ante él, se dio cuenta que el hombre había odiado matar a Dumbledore incluso más de lo que él había odiado observarle hacerlo. Alargó la mano y la colocó en la manga de Snape. El hombre se estremeció.
—Severus, eres bienvenido —declaró.
Los otros dos hombres le miraron fijamente. Remus con sorpresa y admiración; Snape en total incredulidad.
>>Haré lo que Dumbledore me pidió, Severus, y trabajaré contigo con todas mis habilidades. Sé que será difícil para ambos, pero ahora que te he visto, acepto lo que sucedió. No me gusta, no más que a ti, pero acepto que debemos hacerlo.
Snape asintió y colocó su propia mano sobre la de Harry, que todavía descansaba sobre su brazo. La mano del hombre era fría y seca.
—Juntos seremos capaces de hacerlo —dijo. Su voz, habitualmente plana y elegante, era estridente por la falta de uso, o quizás por el abuso—. He estado trabajando desde la última vez que te vi y he hecho algunos descubrimientos que pueden ser utilizados. Vamos a sentarnos y les contaré todo.
Los tres se sentaron en la grama, en el centro de las Piedras de Rollright. Snape les instruyó para que se colocaran espalda contra espalda y mantuvieran vigilancia ante cualquier posible cuerpo en el perímetro circundante; luego, empezó a hablar.
>>Ahora tengo acceso a fuentes que antes no estaban disponibles. Por supuesto, saben que el Señor Oscuro está particularmente asociado con los Dementores. En un libro que creo es un trabajo único en su clase, encontré mucha información, generalmente desconocida, sobre esas criaturas. El modo en que succionan el alma de los humanos es descrito con angustioso detalle. Resulta de particular interés la mención de una poción desarrollada por Dantini, uno de los seguidores de Grindelwald. Es llamada Exanimae Dementorum, y hace lo mismo que ellos: remueve el alma de cualquiera que la beba.
Snape dejó de hablar unos instantes, para dejar que Remus y Harry internalizaran la última perturbadora pieza de conocimiento antes de reiniciar su explicación.
>>Es difícil de elaborar, por decir lo menos, y me tomará varios meses completar el proceso. Los ingredientes, sin embargo, son casi convencionales.
—¿Para qué prepararías esa aterradora cosa? —le interrumpió Harry—. Seguramente, no queremos hacer nada tan terrible…, sería rebajarse al nivel de Voldemort.
Snape siseó, aspirando, ante la mención del nombre de Voldemort, y Harry recordó que debía utilizar el término ‘Señor Oscuro’ en presencia de Snape. El hombre tenía que lidiar con la criatura, y ahora Harry estaba dispuesto a adaptarse a sus preferencias.
—Por supuesto que no queremos remover el alma de nadie, Potter. Pero, ¿cuál es nuestra principal tarea? Hubiera pensado que incluso tú podrías ver la utilidad de esta poción —su voz había aumentado de volumen mientras se comenzaba a agitar.
—Horcruxes… —susurró Remus.
—Sí, Horcruxes —convino Snape, hablando de nuevo más suavemente—. Esta poción puede remover con seguridad el pedazo del alma del Señor Oscuro en cualquier Horcrux que encontremos. El uso de esta poción habría salvado el brazo de Albus pero, por supuesto, no tuve acceso a este conocimiento hasta después de su muerte. Esa fue otra consecuencia de su muerte, traer este conocimiento a nosotros. Así, una vez que elabore la poción –y ya he comenzado con lo básico– tendremos un medio de destruir los Horcruxes en cuanto los encontremos. Esas son las buenas noticias.
Harry movió su espalda en un intento por encontrar una posición más cómoda contra el hombro de Snape. También presionaba contra uno de los hombros de Remus, pero éste era más cómodo al ser menos huesudo, aunque lejos de estar bien cubierto. Snape realmente necesitaba tomar algunas buenas comidas.
—Vas a decirnos que también hay malas noticias, ¿verdad? —preguntó serenamente.
—Como dije al empezar, he estado investigando en fuentes previamente inasequibles para mí. He encontrado algo que es inquietante, y tendrá consecuencias sobre nuestras oportunidades de matar al Señor Oscuro, incluso después que sus Horcruxes hayan sido destruidos.
—Nada es nunca sencillo… —murmuró Remus.
—De hecho. Debido a que el alma del Señor Oscuro ha sido dividida tantas veces –algo que no tiene precedentes– y debido a que pasó tantos años en un estado incorpóreo que difícilmente podría ser descrito como humano, él ya no existe de la misma forma que nosotros. Su mente y magia están ahora tan ligadas a las fuerzas oscuras que es imposible que la mayoría de los magos se opongan a él, y pocos siquiera lo intentarían. Con el transcurso de los años, he visto a quienes cruzaron varitas con él, ya fuera por estupidez o desesperación, ser reducidos como si fueran squibs. Excepto tú, Potter, cuando el Priori Incantatem fue invocado en su re-encarnación. Eso no funcionará de nuevo. Es imposible para un mago común oponerse a la magia del Señor Oscuro porque es muy pura.
—¿Pura…? ¡Debes estar bromeando! —siseó Harry.
—Sí, Potter, pura. Pura en el sentido de que es puramente Oscura, sin estar alterada por ninguna cantidad detectable de magia Luminosa; y esa pureza la hace fuerte. Su magia funciona en una sola dirección, mientras la de todos los demás es una amalgama de Luz y Oscuridad. No existe nadie que se oponga a él que maneje una pureza mágica semejante, ya sea Oscura o de Luz.
—Entonces, estamos condenados… —musitó Remus, casi sin voz—. Condenados a fallar, y todo esto habrá sido por nada.
—Al principio, yo también lo pensé —admitió Severus—. Pero no me di por vencido, no podía darme por vencido. Continué investigando en libros que nunca antes había visto, buscando algo, cualquier cosa que pudiera ayudarnos. Creo que encontré algo que vale la pena intentar, al menos.
Harry dejó salir el aire que no se había dado cuenta que había estado sosteniendo. Sabía que esta conversación iba a resultar crucial, pero estas revelaciones, además del reciente descubrimiento de sus propios recuerdos enterrados, eran casi demasiado para manejar. La sensación de estar inclinado contra Remus y Snape, apoyado en el interior del círculo de piedras con corrientes de energía que les presionaba hacia la tierra, fue tan extraña, que sintió que su cabeza daba vueltas. Dejó escapar un pequeño quejido.
La cabeza de Snape se giró hacia él.
>>¿Estás bien, Potter? —su voz sonaba preocupada.
—Sí, es sólo que es demasiado de una vez —admitió.
—Debemos encontrar un lugar de reunión más satisfactorio, ahora que parece que hemos aceptado nuestra mutua compañía —murmuró Snape.
—Mi casa está bien protegida —propuso Remus—. Pocas personas conocen su existencia.
—Nunca la oí mencionar —convino—. La mía también es una posibilidad. Puedo tener la visita de extraños, pero nadie que se atreviera a contradecirme.
—Entonces, deberíamos aparecernos en uno de esos dos sitios —propuso Harry, su incomodidad con la actual ubicación aumentaba mientras más tiempo pasaba allí, y su culo se estaba entumeciendo rápidamente por estar sentado en la grama en medio de la fría noche.
—No esta vez, Potter. Diré lo que vine a decir y me iré —informó Snape.
Remus se removió y Harry gruñó, pero dejaron que Severus empezara a hablar nuevamente.
—Encontré ejemplos de magos que han sido capaces de trabajar en pareja para superar a un enemigo más fuerte. Esto no es fácil de alcanzar, pues la magia de ambos se debe entretejer y trabajar para que no interfiera una con la otra, como sucedería normalmente. Esto se hacía más comúnmente en el pasado, porque requiere tanto fuertes contratos de fuerza mágica como hechizos de enlace. Tales contratos son inquebrantables, y los magos que los hicieran estarían unidos de por vida, y en el más allá, inclusive. Hay pocos dispuestos a considerar tal nivel de compromiso en estos tiempos tan progresistas, cuando la libertad personal es valorada más que una vida de lealtad. Cuando tal tratado mágico fue creado, se aplicaba usualmente en la forma de un contrato matrimonial, similar a los que se usaban con frecuencia en la época medieval para forzar un tratado de paz después de las guerras. Dos seres mágicos serían convertidos en uno. Tal magia combinada, de magos completamente enlazados –siempre que sean fuertes individualmente y su magia esté totalmente entretejida– debe ser suficiente para superar inclusive la fuerza de la pura magia oscura del Señor Oscuro.
Snape terminó su discurso y pasó un rato antes que alguien más hablara.
—Exactamente, ¿qué estás proponiendo, Severus? —preguntó Remus suavemente.
—Pensé que había sido bastante claro, pero es obvio que no. Lo repetiré: es necesario unir a dos magos poderosos por medio de un contrato mágico. Sus poderes combinados pueden ser suficientes para destruir al Señor Oscuro, luego de la destrucción de los Horcruxes, un proceso que deberá ser relativamente sencillo una vez que se encuentren.
—Sí, pero, ¿quién podría unirse a nosotros? ¿En quién podemos confiar? —cuestionó Harry, cada vez más confundido a medida que intentaba analizarlo. Hermione era la única bruja ‘en el ajo’, y no creía que Ron fuera lo bastante poderoso como para luchar contra Voldemort, ni que estuviera en su ánimo hacerlo. Harry era El Elegido, pero Ron no estaría feliz si tuviera que enlazarse con Hermione.
—Sugiero que esto no salga de nosotros tres —siseó Severus con urgencia—. Tres es un número poderoso, y mientras menos conozcan el plan, mejor.
—Pero… —comenzó Harry.
—¡Por Merlín! —la voz de Snape era ya casi ronca—. Estoy hablando de ti y de mí, Potter. Tú porque has sido… eres El Elegido. Yo porque soy poderoso. ¿Comprendes el alcance?
Harry se estremeció y trató de procesar lo que había escuchado. ¿Snape y él? ¿Haciendo qué?
>>Debo irme, este lugar no es agradable. Te llamaré mañana. Puedes aparecerte en mi casa si sigues mi magia.
—Err… —Harry todavía luchaba por entender lo que había sido dicho.
Snape se levantó y Remus le imitó, dejando al chico todavía sentado y aturdido.
—Yo le llevaré, Severus —aceptó Remus.
Después de oír eso, Snape giró y caminó a grandes zancadas fuera del anillo, confundiéndose con la oscuridad circundante antes de desaparecer. Remus se inclinó y apretó el hombro de Harry.
—Vamos, Harry. Regresemos. Yo podría tomarme otro trago.
El joven se levantó como autómata y le siguió fuera del círculo. Mientras avanzaba a través del perímetro de piedras, experimentó una sensación de alivio; un peso pareció salir de su cabeza y respiró profundamente de nuevo.
—Remus…
—Después, Harry. Alejémonos de aquí.
El chico le siguió hasta la carretera nacional donde habían aparecido a su llegada. Remus puso una mano en su brazo y ambos se aparecieron de regreso a Mablethorpe.
Una vez instalados en el pequeño sofá, con un vaso de whisky –que Remus juzgo era necesario, fuera su bebida favorita o no– Harry comenzó a hablar con más normalidad.
—Ese lugar me descompuso, Remus. No podía pensar correctamente. Creí oír que Snape decía algo ridículo. Estuve bien mientras hablaba sobre la poción para matar Horcruxes, y sobre la magia de Voldemort; eso le da una clase de sentido al porqué nadie puede pelear contra él. Pero luego me confundí completamente.
—Creo que todo tiene sentido, Harry. Puede que no sea lo que quieras escuchar, pero tiene perfecto sentido. Severus ha estado ocupado buscando nuevas cosas que podamos utilizar contra Voldemort. Por supuesto, se tratará de magia oscura, porque sobre eso deben ser la clase de libros que habrá encontrado. Pero si eso puede ser usado contra Voldemort para destruirle, es todo lo que importa.
—Sí. Pero, ¿qué es todo eso de que él y yo tenemos que ‘entrelazarnos’ y ese ‘contrato mágico’?
—Básicamente, significa que tienes que casarte, Harry.
—¿Pero con quién? —su voz se cargo de frustración y algo parecido al pánico.
—Con Severus.
Harry le miró completamente atónito. Sacudió la cabeza, incapaz de comprender esas dos simples palabras. ¿Cómo podía él, Harry Potter, casarse con Snape? No entendía lo qué le pasaba a Remus.
—Él es hombre, Remus.
—¿Y cuál es el problema? —replicó amablemente—. ¿Sólo te gustan las brujas, Harry? No es tan diferente, ¿sabes?
—¡Pero dos hombres no pueden casarse! —espetó, sintiendo que todo se volvía más surrealista por momentos.
—Por supuesto que pueden —argumentó el licántropo con una sonrisa—. ¿Por qué demonios no podrían casarse dos magos si están enamorados?
Harry se veía estupefacto.
—Incluso si ése es el caso en el mundo mágico, Remus, yo no estoy enamorado de Snape. ¡Le odio!
El mayor sacudió la cabeza con tristeza.
—Ésta es nuestra mejor, y quizás única, esperanza, Harry. Debes empezar a pensar de otra manera respecto a Severus , y él sobre ti, por supuesto. Aunque creo que él ya está consciente de eso. Es su plan, después de todo.
Harry volvió a sacudir la cabeza con tristeza. Pasó de sentirse animado por lo de la poción contra los Horcruxes, a la desesperación por la magia de Voldemort, a tener algo de esperanza con el uso de un contrato mágico. Qué significaba eso para sí mismo era algo que no terminaba de comprender.
>>Todo tendrá más sentido después que duermas unas horas, Harry. Ve y seguiremos conversando de esto durante el desayuno. Pero, recuerda, Severus pidió que no mencionaras lo del enlace a nadie más.
El joven asintió, y todavía con una expresión lastimera y confusa en el rostro, terminó el resto de su whisky y se fue a la cama.
Última edición por alisevv el Sáb Mayo 14, 2016 12:18 pm, editado 2 veces | |
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