alisevv
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| Tema: The Marked Man. Capítulo 5. Magia antigua Lun Ene 25, 2010 12:16 pm | |
| Cuando Harry despertó a la mañana siguiente, el tiempo parecía haber reflejado su humor. La tenue luz que llegaba a través de las cortinas de su habitación, advertía un cielo melancólico. Gimió. Le dolía la cabeza, tenía el estómago revuelto, y su lengua se sentía como un pedazo de suela de zapato; probablemente, todo ello era consecuencia de todo el vodka y el whisky que había tomado la noche anterior. Nunca había logrado acostumbrarse al alcohol, y no por primera vez, se preguntó porqué él o alguien más bebería esa cosa.
Sacó las piernas de la cama y se levantó. Se vistió con una bata de cama y fue al baño, pasando sus dedos por su eternamente desordenado cabello, antes de bajar para buscar café y consciencia. Había escuchado que el café era lo mejor contra la resaca.
Remus, Hermione y Ron ya estaban sentados alrededor de la mesa del desayuno. Todos le parecían irritantemente despiertos, mientras él tenía problemas para mantener los ojos abiertos. Sus párpados parecían pesar como plomo, y se sentían más cómodos estando cerrados.
—Buenos días, Harry. Te ves un poquito peor de lo habitual —le saludó Remus—. Tengo una poción contra la resaca en alguna parte… —se levanto y fue al baño. Harry pudo escuchar cómo movía los francos del gabinete de medicinas, antes de regresar con un pequeño vial conteniendo un líquido verde—. Tómate esto. Te sentirás completamente bien muy pronto.
El joven se sentía tan mal que ni siquiera preguntó de qué poción se trataba; sólo quitó la tapa y se la bebió de un trago. Sintió cómo si la sustancia de consistencia espesa y gusto mentolado cubriera sus paredes interiores a medida que bajaba y pronto empezó a sentirse mejor. La espesa poción desapareció su revoltura de estómago.
—Gracias.
—Ningún hogar mágico debería estar sin la Poción Contra los Excesos. Puedes comprar diferentes variantes a cualquier boticario, pero ésta es una fórmula desarrollada por Severus, así que es muy buena.
Harry asintió. Severus, por supuesto. Remus tenía que mencionarle, ¿verdad? Las imágenes de la noche anterior regresaron a la vanguardia de su mente con una sacudida. Y también regresaron las palabras de Remus: seguiremos conversando de esto durante el desayuno. Afortunadamente, su cabeza estaba despejada. Estaba seguro que necesitaría todos sus sentidos para esa particular charla mañanera.
Como si fuera una indicación, Hermione comenzó a hablar, evidentemente incapaz de contener por más tiempo sus ansias de saber.
—¿Qué tal con el círculo de piedras, Harry? ¿Era poderoso?
—Podrías jurarlo —gimió en respuesta.
—Las Rollrights conforman un círculo muy poderoso, Hermione. La magia es antigua; densa y pesada en el círculo central, y también alrededor de Los Caballeros Susurrantes y La Piedra del Rey. Es bastante incómodo caminar en el interior del círculo, y la dificultad aumentó a medida que pasábamos más tiempo en su interior. Harry fue especialmente afectado.
—Oh, sé que en el círculo de piedras hay poder concentrado, pero nunca pensé que resultara incómodo. Pensaba que era Magia de la Tierra.
—Sí, así es. La Magia de la Tierra es antigua, profunda, y neutral en esencia. Igual que toda la magia, puede ser utilizada para el bien o para el mal. Por lo que se siente dentro del círculo, ha sido utilizado por los seguidores de la Oscuridad desde hace un buen tiempo.
—¿Por eso lo eligió Snape? —preguntó Ron, cáusticamente.
—Sí, aunque no por la razón que imaginas. Eligió este poderoso círculo porque no es posible lanzar hechizos en su interior. Nosotros estaríamos indefensos, pero, por supuesto, también él. Ninguna de las partes hubiera podido atacar a la otra. Harry y yo habríamos podido agredirle, pero, al parecer, él no lo consideró factible.
—Podrías haberle estrangulado; eso hubiera sido bueno —masculló Ron.
—No creo que me hubiera gustado estar cerca de él o tocarlo en absoluto —replicó Harry, pensativamente—. Aunque recuerdo que hubo un momento en que puse mi mano sobre su brazo y le di la bienvenida.
—¿Que hiciste qué? —farfulló Ron.
—Lo vi en sus ojos, Ron. Vi la culpa, y el dolor, y el asco hacia sí mismo. Dios, se veía terrible… Su rostro estaba hundido, y calculo que ha perdido bastante peso, y eso que antes no era lo que pudieras llamar gordo.
—Así que, ¿simplemente, vas a aceptarle y trabajar con él? ¡Mató a Dumbledore!
—¡Oh, por Merlín! —la exclamación provino de Hermione—. Supéralo, Ron. Leíste la carta de Dumbledore, escuchaste los recuerdos de Harry. Ahora, Harry y Remus han visto al profesor Snape y han tenido que aceptarle, así que tú debes aceptarle también. ¡Dame una buena razón para no hacerlo!
—¡Porque es un cretino! ¡Porque es Snape! ¡Porque es un asesino! ¡Porque es un Mortífago! ¿Te parece suficiente?
Mientras Ron gritaba, Harry bajó la cabeza y gimió. Su dolor de cabeza había desaparecido –su mente se sentía tan clara como la mayoría de las mañanas– pero el dilema que enfrentaba era doloroso.
—Yo también le odio, Ron —dijo suavemente—, pero Hermione tiene razón; tenemos que trabajar con él, es la única esperanza que nos queda. Si no somos capaces de hacer eso, es mejor que nos rindamos de una vez.
—¿Por qué estás diciendo eso, Harry? Podemos encontrar los Horcruxes y destruirlos como íbamos a hacer de todas formas, ¡no le necesitamos!
—Aunque destruyamos los Horcruxes, Ron, no es tan simple. Probablemente, Voldemort no pueda ser destruido por la magia de una persona, después de todo. Ni siquiera si esa persona soy yo. Ahora, su magia es diferente a la de cualquier otro mago. Snape dice que es ‘pura’, absolutamente Oscura. No hay ninguna persona normal que tenga solamente magia de un tipo o del otro; todos somos matices de gris. Voldemort perdió su normalidad a causa de todo el tiempo que pasó fuera de su propio cuerpo. El cuerpo que ahora habita no es natural, es una entidad conjurada a través de un proceso oscuro. Si hacemos lo que habíamos planeado para tratar de matarle, lo más probable es que yo sea el único que muera. Ésa será la última oportunidad para la Luz, y si todo se da según la lógica, habremos fallado. Necesitamos algo más.
—¡Oh, Harry eso es terrible! —gimió Hermione—. ¿Qué demonios podemos hacer? Eres nuestra última esperanza; si tú no puedes matarle… —su voz se apagó, abatida.
—Necesitamos algo más, Hermione —intervino Remus—, y Severus cree que encontró la forma.
A esas alturas, Ron fruncía el ceño como si estuviera furioso.
—Si Snape piensa que eso es tan conveniente, ¿por qué no dijo algo antes? Entonces, Harry podría haber matado a Vol… Voldemort, y nada de esto tendría que haber pasado. No confío en él; es demasiado extraño que descubriera esto justo ahora. Ahora que tiene a Harry lejos de Hogwarts.
—No fue sino hasta ahora que tuvo acceso a unos libros muy raros pertenecientes a Voldemort, unos que nunca antes había visto, y eso sólo porque ese loco confía mucho más en él, luego de que matara a Dumbledore. Y, en todo caso, si él hubiera querido tenerme lejos de Hogwarts, podía haberme llevado la noche que escapó. Había otros Mortífagos con él; no había nada que evitara que pudiera raptarme. Yo estaba indefenso. Él es fuerte, Ron; asombrosamente fuerte.
El pelirrojo se giró hacia él con una expresión de completa incredulidad.
—¡No puedo creer lo que estoy escuchando! ¿Te volviste completamente loco? Le odias tanto como yo.
—Sí, lo hago —aceptó el moreno—. Pero también le admiro. Admiro su fuerza, su magia, y el modo en que hizo lo que nadie más podía haber hecho. Y está pagando por ello con el infierno. Deberías haberle visto cuando entró al círculo. He visto fantasmas que lucen mejor.
—Severus nunca fue muy atractivo —comentó Remus entre dientes—, pero Harry tiene razón. El acto de matar divide el alma de una persona. Así es cómo son creados los Horcruxes, si recuerdan. El alma de Severus fue dañada cuando lanzó el Avada Kedavra a Albus. Eso no es algo que puedas hacer y permanecer indemne. Observen a Voldemort; eso es lo que sucede cuando lo haces repetidamente.
Todos se estremecieron. No era un pensamiento agradable.
—Sí… bien. Aún así, no puedo creer que le hayas tocado —masculló Ron.
—Lo hice para demostrarle que confiaba en él y le aceptaba. Hasta que lo hice, no había pensado sobre ello, pero se sintió correcto en ese momento. Me pregunto si las Rollrights estarían afectándome, ¿qué te parece, Remus? Las piedras parecían hacer extrañas cosas sobre mi mente.
—Pero ellas afectarían a todos del mismo modo, ¿no? —preguntó Hermione.
—Bien, ciertamente afectaría a cualquiera que poseyera magia —convino Remus—. Pero supongo que los efectos pueden variar de una persona a otra. Noté que Severus se veía bastante incómodo en el interior del círculo, y permaneció allí el mínimo tiempo indispensable.
—Entonces, ¿tienen que reunirse nuevamente con él? ¿Lo veré yo?
—De momento, él desea mantener esto entre nosotros tres —contestó Harry.
—No puedo decir que lo lamente en absoluto.
—Oh, Ron —la voz de Hermione reflejaba exasperación—. Me gustaría volver a ver al profesor Snape. Está de nuestro lado, y eso tiene que ser mejor que luchar contra él. Como dijo Harry, es poderoso.
—Imponente —agregó Harry. Su admiración por el hombre era renuente, pero real.
—¿Hay algo planeado para hoy? —preguntó Hermione—. Porque si no hay nada, me gustaría ir de nuevo a Hogwarts. Hay algo que me inquieta sobre el cáliz de Hufflepuff. Lo he visto; no sé si mencionado en un libro, o en una pintura, o algo. Está en Hogwarts…
—Yo iré a ayudar —se ofreció Ron de inmediato.
—Harry y yo tenemos varias cosas que discutir de todos modos —informó Remus—. Ése sería un buen uso del día. ¿Nos veremos aquí para cenar?
—Sí, pero llámennos por la chimenea si hay algún cambio —pidió Ron, antes de que le tendiera la mano a Hermione y ambos abandonaran la cocina.
—Y tú y yo tenemos que hablar, Harry.
—Lo sé. Te agradezco mucho que me apoyes, Remus. Estaría bien liado si sólo fuéramos Snape y yo.
Un par de sonoros chasquido les indicaron que Ron y Hermione habían partido. Los hombros de Harry cayeron y se relajó un poco, al no tener que seguir pensando en cuánto podía decirles sin delatar el plan, o al menos lo poco que sabía de él. El plan para su matrimonio; el sólo pensamiento le hizo estremecer.
—Entonces, ¿no confías en Severus?
—Oh, creo que sí confío en él, Remus. Finalmente, me he dado cuenta que Dumbledore tenía razón al confiar en él, tal como siempre insistía. Ése no es el problema. El problema es… que le odio. Me da grima. Verle me pone al límite, y hace que quiera gritarle. Esto ha sido así desde que comencé Hogwarts. Él me odió desde el primer día. Desde ese momento, intentó hacer mi vida miserable, y tuvo éxito con mucha frecuencia. Nos odiamos, y siempre lo haremos.
El joven se veía tan abatido que Remus estiró el brazo y cubrió su mano con la propia, dándole un suave apretón. Harry sacudió la cabeza con frustración.
>>¡Esto no es bueno! Debo comer algo y empezar a tratar de conseguir persuadir a mi cabeza del hecho de que tengo que casarme con el bastardo. Y tan sólo ayer en la mañana estaba planeando cómo podría matarle.
Tomó las hojuelas de maíz y las vertió en un tazón, agregándole leche y una buena cantidad de azúcar. No le daba la gana preocuparse por las cosas rutinarias como las pautas de una sana alimentación, hacia las que el gobierno trataba de atraer su atención desde la parte posterior del envase. Era improbable que viviera lo suficiente como para que eso se convirtiera en un problema.
—Admitiste que admiras algunas cosas de Severus —razonó Remus—. Concéntrate en esas cosas; ayudará a que superes tu odio y aprendas a aceptarle.
Harry masticó y asintió, podía encontrar algo de sentido en eso.
>>¿Y has considerado alguna vez tener sexo con un hombre? Sé que muchos jóvenes experimentan.
Harry se atragantó y pasó el bocado con un trago de jugo de naranja.
—¡No! Nunca he hecho nada semejante. Bueno, tampoco es que haya hecho mucho con las chicas. Simplemente, por una u otra causa, nunca fue el momento para mí. De todas maneras, no soy gay, Remus. No fantaseo con chicos.
El hombre le observó con sus serenos ojos dorados llenos de calidez y comprensión.
—Lo entiendo, Harry. Pero no tienes que ser gay para intentar besar a otro hombre. Muchos magos se sienten atraídos por ambos sexos.
Harry continuo masticando y tragando el cereal. Nunca había pensado sobre los hombres, o los chicos, si iba al caso. Por supuesto, tampoco había tenido muchas novias. Primero había sido ese breve desastre con Cho, y luego, el periodo con Ginny. Pero no podía ser gay después de eso; si había tenido esas relaciones, significaba que quería estar con chicas.
>>Como te dije antes, en realidad, no es tan diferente, Harry. Casi todo lo que puedes hacer con una mujer, también puedes hacerlo con un hombre.
El joven gimió. El pensamiento de besuquearse con Snape era desagradable, por decir lo menos. Imágenes de los finos y sarcásticos labios, y los torcidos dientes amarillos, nadaron en su mente espontáneamente. Bebió más jugo y observó su tazón. Las hojuelas que quedaban se habían vuelto suaves y pastosas, y él odiaba eso. Debió haberles echado demasiada leche. Sintiendo ganas de vomitar, bajó su cuchara y apartó el tazón, antes de alzar la vista hacia el licántropo.
—¿Con Snape, Remus? ¿Puedes imaginar que encontraría eso muy atractivo?
El mayor se limitó a devolverle la mirada con una expresión de simpatía.
—Esto no tiene por que estar relacionado con el amor, Harry. Siempre y cuando ambos cumplan con el contrato de sangre, consumen el matrimonio y juren protegerse mutuamente, funcionará.
—¿Así que puedo firmar el contrato y encontrar a alguien más algún día?
—No. No puedes engañar así a un enlace vinculante de sangre. Probablemente, tú y Severus tendrán que llevar collares, la mayoría de los enlaces vinculantes legalmente permanentes funcionan de ese modo. Si cualquiera de los dos rompe el enlace, el collar apretará hasta matarles.
—Oh, nooo —gimió Harry. La situación se volvía cada vez peor—. ¡Eso es bárbaro!
—Es magia antigua y fue creada para establecer un vínculo permanente. Es fuerte. Tales contratos eran utilizados para resolver asuntos de herencia, e incluso para dirimir las hostilidades, por eso son inquebrantables.
—Entonces, mi vida está acabada… —se quejó, consciente de que estaba sonando melodramático, pero no le importaba.
—Siento decirte que, como El Elegido, tu vida nunca ha sido realmente tuya, Harry.
—Tienes toda la razón.
Última edición por alisevv el Sáb Mayo 14, 2016 4:07 pm, editado 2 veces | |
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