alisevv
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| Tema: Wrapped Around His Finger. Capítulo 7 Vie Jun 12, 2009 5:54 pm | |
| Harry, sonriente, se sentó al lado de Dean, alargando la mano para tomar un plato casi vacío de tocineta y servirse unas lonchas. Las dejó en su plato y luego miró a Ron y Hermione, sentados al otro lado de la mesa, y sonrió feliz mientras preguntaba:
—¿Disfrutaron su besuqueo?
Hermione enrojeció mientras el pelirrojo reía y asentía, ofreciéndole a Harry un recipiente de huevos revueltos.
—Absolutamente. Te guarde algunos huevos.
—Gracias—dijo, mientras aceptaba el recipiente.
Dean le dio un codazo, haciendo que Harry girara la cabeza para mirarlo.
—¿De qué se trató todo eso, Harry? ¿Estás en problemas con Snape de nuevo?
El aludido rió y sacudió la cabeza, mirando hacia abajo para poner una generosa ración de huevos en su plato.
—Oh, no, no estoy en ningún problema. Estábamos hablando sobre mi Aprendizaje, pues los profesores tenían que atestiguarlo.
—¿Aprendizaje?—repitió Ginny, alerta, inclinándose hacia delante para mirar a Harry más allá de Seamus y Dean, mientras éste dejaba a un lado el recipiente vacío—. ¿Con quién?
—El profesor Snape—contestó tranquilamente mientras empezaba a comer.
Ron y Hermione se miraron uno a la otra, sorprendidos de que su amigo estuviera contándoles a todos, al tiempo que Seamus exclamaba:
—¿Snape? ¡¿Te volviste rematadamente loco?!
Harry ignoró los repentinos murmullos a lo largo de la mesa Gryffindor mientras elevaba su mirada hasta Seamus, su expresión atrapada en algún lugar entre la diversión y la reflexión.
—Sé que todos se están conteniendo de preguntarme eso. Quizás lo esté—sonrió de repente y agregó—: Pero, hey, si estoy loco, al menos lo estoy disfrutando.
Dean se echó a reír.
—¡Estás chiflado!
—Podría ser—concordó Harry, con una sonrisa. Volvió a enfocarse en su comida, masticando feliz una tira de tocineta, mientras sus amigos trataban de encontrarle sentido a lo que acababa de decir.
—Pero, Harry, ¿Aprendiz de Snape?—insistió Ginny minutos más tarde, haciendo que el chico levantara nuevamente la vista—. Es un cretino grasiento, ¿por qué él?
Se encogió de hombros, pendiente de Ginny, por lo que no se dio cuenta que Snape se había levantado y avanzaba hacia ellos, en su camino para salir del comedor.
—¿Por qué no? Me encantan las Pociones, y él es el mejor en eso. Y no es tan malo, Ginny; aunque tengo que admitir que puede ser un tanto imbécil cuando está en racha.
—¿Qué significa eso, Potter?—preguntó Snape en ese momento, haciendo que todos levantaran la vista para verlo parado en la cabecera de la mesa, con una ceja arqueada.
Harry lo miró y sonrió ampliamente.
—Bueno, puedes serlo. Eres un maestro en el arte de ser un completo imbécil cuando quieres que la gente te deje solo.
Los demás estudiantes miraron fijamente a Harry, extrañados del modo en que los labios de Snape se torcían mientras trataba de no reír.
—Debo estar perdiendo mi toque. Tú no pareces estar dejándome solo, Harry.
—Eso es porque me gusta el hecho de que seas un cretino con todos los demás, Sev—contestó con rapidez, sonriente, mientras sus amigos miraban, con los ojos abiertos de par en par, de él a Snape y de nuevo a él, esperando una explosión en cualquier momento.
El profesor bufó y empezó a caminar de nuevo hacia las puertas principales; apenas había dado unos cuantos pasos cuando escucharon que se echaba a reír y murmuraba:
—Mocoso descarado.
—Gracias—exclamó Harry detrás de él, y Snape sólo movió la mano sobre su hombro, en un gesto desdeñoso, mientras la mitad de la gente presente en el comedor le miraban, impactados.
Volvió a su desayuno, todavía sonriendo, en tanto los demás sentados alrededor de la mesa, se miraban unos a otros, o a él, repentinamente mudos. Todos permanecieron en silencio en tanto el chico de ojos verdes comía despreocupadamente, hasta que Seamus habló, finalmente.
—Harry, ¿conseguiste bolas de acero?
Ron y Dean rieron asintiendo mientras el aludido levantaba la cabeza, sorprendido, parpadeando mientras tragaba un bocado de huevos.
—¿Por qué dices eso?
—¡¿Qué por qué digo eso?!—repitió Seamus con incredulidad—. ¡Tienes que haber perdido la maldita cabeza para hablar a Snape con ese descaro! ¡Tienes suerte que no te maldijera o algo así!
Harry se echó a reír.
—No es tan malo, lo juro.
—¿Te importa si me siento con ustedes, Potter?—se escuchó una voz conocida en ese momento, haciendo que los Gryffindors levantaran la cabeza para ver a Draco parado cerca de Harry, sosteniendo un bollo y observándolos con una sonrisa—. Se nos terminó la mermelada y me apetece un poco para mi bollo.
El chico de ojos verdes alcanzó el tarro más cercano de mermelada y se lo ofreció al rubio, mientras decía secamente:
—Aquí tienes, Malfoy. Te lo puedes llevar, con nuestras bendiciones.
—Gracias—Draco ignoró la evidente indirecta de que se fuera y se sentó a su lado, comenzando a poner una generosa cantidad de mermelada en su bollo—. Apenas puedo esperar a salir de esta maldita escuela. Una persona tiene que confraternizar con Gryffindors sólo para tener una buena discusión.
—Has estado pasando demasiado tiempo con el profesor Snape, Malfoy —comentó burlón.
—Lo que explicaría que quiera sentarse contigo, Harry—agregó Dean, sonriendo mientras le daba un codazo.
—¡Ey!— contestó con guasa, mirando a Dean—. ¡Yo soy bueno para más que una pelea!
El otro le sonrió, consiguiendo un brillo travieso de sus ojos.
—¿Quieres probarlo?
Harry lo miró un momento, antes de regresar la atención a su plato, y pinchó el último pedacito de huevo.
—No puedo, estoy tomado.
—¿Por quién?—preguntó Draco, luciendo sorprendido, mientras se detenía con el bollo a medio camino hacia su boca—. Tú eres el virginal vestal de Gryffindor, Potter, ¿cómo puedes estar tomado?
Harry sólo sonrió y levantó su tenedor.
—¿Te gustaría saber?
Masticó plácidamente mientras el rubio ponía los ojos en blanco y decía mordazmente:
—Sí, Potter, creo que ya establecimos eso. Ahora, se supone que tú me contestes. A eso es a lo que se le llama tener una conversación.
Harry tragó rápidamente y se echó a reír.
—¿Desde cuándo nosotros tenemos conversaciones?
—¡Te pilló!—comentó Dean, riendo ante la sorprendida expresión del rubio—. ¿Por qué no vas a probar en la mesa Ravenclaw, Draco? Escuché que Kevin está solo, pues acaba de terminar con el mariquita* con quien había estado saliendo en secreto—se detuvo astutamente; luego, pretendió recordar algo y agregó—: No, espera. Mencionó anoche que estaba buscando alguien un poco más machote que el último chico, así que puede que no seas su tipo…
Draco dejó el bollo en el plato vacío frente a él y se paró repentinamente, las mejillas muy enrojecidas mientras miraba a Dean con furia.
—Bien—luego miró a Harry, la furia persistiendo, y agregó fríamente—. Sólo recuerda una cosa, Potter. Yo soy amigo del profesor Snape, casi familia, y estoy seguro que no estará complacido de que estés haciendo tal culo de ti mismo.
Harry bufó, obviamente divertido, mientras levantaba un vaso de jugo de calabaza.
—El profesor Snape no me dijo nada acerca de ser agradable contigo, Malfoy—tomó un sorbo de lla bebida antes de dar al rubio una ligera sonrisa y agregar—: Ni siquiera Sev puede pedirme milagros.
Draco se enfurruñó, furioso, y se dio vuelta para partir, caminando con la nariz alzada y a grandes zancadas hacia la mesa de Slytherin, mientras los Gryffindor se reían.
Ron sonrió a su amigo, diciendo.
—Buena esa, Harry.
Éste le devolvió la sonrisa y tomó otro trago de su jugo antes de preguntar:
—¿Ya resolvieron los planes para la fiesta?
—Aún no, no logramos ponernos de acuerdo—contestó Ron. Seamus, Dean y Ginny comenzaron a hablar a la vez, alborotando al pelirrojo y reasumiendo la discusión que habían estado teniendo mientras Harry se hallaba en la sala de profesores.
El chico de ojos verdes sonrió, orgulloso de haber tenido éxito en su táctica de distracción, y regresó la atención a su desayuno, escuchando a sus amigos hablar, y tratando de no pensar en el hecho de que todos partirían a la mañana siguiente. Él se alegraba de quedarse atrás, pero sabía que los iba a extrañar.
Harry, Hermione, Ginny, y Ron, se dirigieron a la torre Gryffindor varias horas más tarde, hablando de esto y aquello, mientras la mayoría de sus compañeros de clase marchaban al Gran Comedor para el almuerzo.
—Todavía no puedo creer la forma en que actuó en el desayuno—decía Ginny, mientras entraba en la sala común—. En nuestra clase fue tan bastardo como siempre, por lo menos. Hizo que fregáramos nuestros escritorios para que estuvieran limpios para el próximo año escolar. ¡Sin magia!
Harry se echo a reír, siguiendo a Ginny a través de la entrada del retrato.
—¿Qué esperabas, Gin?
—¡Bien, que no actuara como si tuviera los calzones enrollados hubiera sido agradable!—replicó Ginny, claramente furiosa, mientras el chico la adelantaba para dirigirse hacia su habitación—. No lo había visto tan odioso desde que Colin hizo estallar su escritorio, ¡y esta vez nadie hizo nada para merecerlo!
—Quizás está tratando de asegurarse que los estudiantes sepan que todavía es un gilipollas—sugirió Ron, mientras Hermione y él los seguían por la casi desierta sala común—. Después de todo, mucha gente lo atrapó esta mañana actuando como un ser humano. Toda la escuela está hablando sobre eso.
Harry hizo una mueca a Ron por encima del hombro mientras entraba en su habitación, dejando la puerta abierta. Caminó hacia la cama seguido por los demás, comentando:
—Creo que es sólo que no quiere permitir que todos vean que es realmente agradable. Es el profesor más joven de la escuela, al menos por ahora, y creo que actúa así para que nosotros olvidemos eso.
—¿Qué quisiste decir con ‘por ahora’?—preguntó Ginny, alerta, observando como su amigo se sentaba al pie de la cama—. ¿Sabes quién va a ser el nuevo profesor de Vuelo, Harry?
—Quizás—contestó—. Dumbledore me ofreció el trabajo y Sev me animó a considerarlo, pero aún no decido si lo tomaré—su expresión se hizo algo irónica mientras agregaba—: Suena divertido, pero pienso que puedo tener problemas con los estudiantes. Quiero decir, todos los que van a regresar el año que viene me conocen al menos de vista, y ellos le hablarán a los de primero sobre mí. ¿Cómo voy a hacer de árbitro de quidditch entre gente con quien he compartido detenciones?
Ron y Hermione se mostraron sorprendidos mientras la chica se sentaba al lado de Harry y le sonreía.
—Puede que sea difícil, Harry, pero creo que te gustaría. Amas volar, y enseñar lo que amas siempre va a ser más fácil de lo que crees que será. Debes estar en el aire, sería una pena que dejaras de hacerlo.
Él la miró.
—Sev dijo casi lo mismo—sonrió de repente y agregó—: También dijo que soy, y cito: ‘el mejor buscador que ha tenido el placer de ver’.
Ginny sonrió asintiendo, al tiempo que Ron reía y exclamaba:
—A él ni siquiera le gusta el quidditch.
—Bueno, no, yo no creo eso tampoco—comentó Harry, riendo—. Pero dijo que sería una pena que dejara de volar.
—Él asiste a casi todos los juegos—argumentó Hermione de repente, logrando que los otros la miraran—. Y habitualmente apuesta con la profesora McGonagall, la he escuchado refunfuñando cuando él gana.
—¿Por qué equipo va a apostar, ahora que Slytherin no está jugando?—indagó Ginny, mientras todos miraban a Hermione, sorprendidos.
—Bien—contestó la aludida con una pequeña mueca traviesa—, le ganó diez galeones a McGonagall en la Copa.
Las mandíbulas de Harry y Ron cayeron, en tanto Ginny preguntaba con incredulidad.
—¡¿Nuestra propia Jefa de Casa apostó contra nosotros?!
—No exactamente—explicó Hermione, ampliando la sonrisa—. Yo estaba sentada con ella en las gradas, y por lo que pude escuchar, apostaron si Harry ganaría el juego antes de permitir que alguien anotara o no. McGonagal estaba lo bastante molesta como para protestar porque Harry le había costado diez galeones, pues ni siquiera permitió que su propio equipo anotara; luego, pareció tomar conciencia de que sus Gryffindor habían ganado, aunque ella no lo hiciera, y empezó a vitorear como todos los demás.
—No quise permitir ninguna ventaja en mi último juego. Y no es mi culpa que la snitch fuera tan fácil de encontrar. Cuando vi la oportunidad de atraparla, lo hice.
—¡Y ganamos la Copa!—agregó Ginny, sonriéndole—. Pienso que hiciste un trabajo estupendo, Harry. Te extrañaremos en el equipo el año que viene.
—Por supuesto que lo harán—concordó Ron, sonriendo—. Tú apenas eres la mitad de buen Buscador que Harry.
—Entonces, debo ser malditamente brillante—replicó Ginny rápidamente, sonriendo a su vez, mientras Hermione y Harry reían—. En cambio, nuestro Guardián, bien… Dennis lo hará muy bien.
—¡¿Dennis Creevey?!—preguntó Ron, indignado—. ¡Incluso Hufflepuff pasará sobre él!
—Eso muestra lo poco que sabes, Ronald Weasley—contestó Ginny con un bufido desdeñoso—. Él ha estado practicando mucho, mientras tú has estado demasiado ocupado holgazaneando para ir al campo. ¡Ha estado practicando como Guardián conmigo, Derek, Morag, Terry y Mandy, y es muy bueno!
—¡¿Has estado practicando con los Ravenclaws?!—exclamó.
Su hermana le lanzó una mirada desagradable, entrecerrando los ojos.
—¡Durante los últimos tres meses, he estado practicando con cualquiera que estaba en el campo, debido a que mi propio maldito equipo estaba demasiado ocupado para practicar con las tres personas que dejarán atrás cuando todos se gradúen!
Ron la miró, asombrado, mientras Harry se estremecía y decía:
—Yo quería ir a más prácticas, Ginny, de verdad.
La pelirroja miró furiosa a Ron un poco más y luego se giró hacia Harry, mientras suspiraba, dejando que sus hombros se hundieran.
—Oh, sé que lo hiciste, Harry, tenías que preocuparte por tus EXTASIs. Debería haber pensado a comienzos de año que la mayoría del equipo eran de séptimo y hecho algo entonces, cuando todos teníamos tiempo libre. Para el momento en que caí en cuenta que realmente no estarías aquí, era demasiado tarde.
—Harry estará aquí—le recordó Hermione, sonriendo—. Puede ayudarte con el equipo el año que viene. Madam Hooch ayuda a los equipos que tienen que entrenar nuevos jugadores, así que no hay razón para que Harry no pudiera hacerlo.
—Pero eso no será bueno, va a ayudar a todos—se quejó Ron, frunciendo ligeramente el ceño—. Incluso a los Slytherin.
—En mi opinión, ellos son los que necesitan más ayuda—afirmo Hermione, mostrándose seria—. Perdieron a todo su equipo, excepto Malfoy, con los Mortífagos—Harry asintió manifestando estar de acuerdo—. Y ni siquiera él estará aquí el año próximo. Tienen que empezar la temporada sin un solo jugador con experiencia. No creo que ningún equipo haya hecho algo así con anterioridad.
—Pero Harry—insistió Ron—. Ellos son Slytherins. ¿Los ayudarías en contra de tu propia Casa?
El interpelado miró a su mejor amigo durante unos segundos, pensando en cómo podía expresar con palabras lo que sentía, antes de decir suavemente:
—Ron, yo soy igual de bueno que cualquier Slytherin; ni más, ni menos. Estoy enamorado del Jefe de su Casa, y voy a vivir con Sev por lo menos durante el Aprendizaje, y con suerte, mucho tiempo más—Ginny lo miró fijamente, pero él no lo notó y siguió hablando con el otro chico—. Casi fui un Slytherin, Ron, y ahora ellos van a ser mi Casa como ahora lo es Gryffindor. El odio hacia ellos sólo hará que más se orienten hacia el mal, ahora que tenemos oportunidad de un nuevo comienzo para todos. Lamento si te molesta, pero no seré una parte de eso.
Hermione asintió, sonriéndole con orgullo, mientras, impulsivamente, se inclinaba hacia él y tomaba su mano entre las de ella, estrechándosela.
—¡Bien dicho, Harry! Se necesita una voz de la razón entre los estudiantes, y tú eres la mejor opción. Las rivalidades entre las Casas han existido durante demasiado tiempo. Todos necesitamos trabajar juntos y dejar atrás unl rencor que lo único que nos traería sería nuevos Señores Oscuros.
Ron miró a Ginny, fijándose en su expresión aturdida.
—Gin, ¿tú estás de acuerdo conmigo, cierto? ¡Ellos perdieron la cabeza!
La chica miró a su hermano, parpadeando, y luego se giró hacia Harry.
—El Aprendizaje es una cosa, peso… ¿Estás enamorado del profesor Snape?
Él asintió, su expresión de sorpresa apagándose rápidamente en una sonrisa avergonzada.
—Disculpa por soltarlo así, pero pensé que Hermione ya te lo habría contado.
—No era a mí a quien correspondía decirlo—dijo la aludida, lanzando a Ginny una mirada de disculpa—. Espero que comprendas.
La otra asintió rápidamente, moviendo la mano para quitarle importancia, de la misma forma en que hacía su madre cuando estaba apurada.
—Por supuesto que entiendo, no te preocupes, es sólo que… Harry, ¿por qué Snape?
El chico rió entre dientes, torciendo los labios.
—Todos reaccionan igual, así que supongo que sería mejor que me fuera acostumbrando—hizo una pausa, bajando la mirada mientras sonreía, pera después añadir—: Bueno, excepto Remus. Él sólo dijo que ya era hora de que alguien atravesara todas aquellas barreras espinosas y viera a Sev—por un momento, sonrió con cariño a la nada, mientras los otros tres le observaban; luego, pareció recordar donde se encontraba y levantó nuevamente la mirada hasta Ginny—. Son muchas razones, en realidad, pero se resumen en el simple hecho de que me gusta mucho, y confío en él con mi vida. Me odió durante mucho tiempo a causa de mi padre, pero finalmente vio que eso era el pasado, hicimos las paces, y empezamos algo muy cercano a la amistad.
Se detuvo de nuevo, todavía sonriendo, y luego prosiguió.
>>Esta mañana me dijo algo acerca de que perdería mi posición en el mundo mágico si nuestra relación se hiciera pública. Le contesté que si tenía que elegir entre ser popular y tenerlo, lo escogería a él—Hermione apretó su mano, haciendo que la mirara, y le regaló una rápida sonrisa. Le sonrió también, para luego girarse otra vez hacia Ginny y proseguir—. Cuando dijo que también me elegiría, ya no tuve más interrogantes. Lo amo y deseo estar a su lado, y él estuvo de acuerdo en permitírmelo.
Tanto Ginny como Ron lo observaron en silencio, antes que la pelirroja asintiera de repente y dijera, animada.
—Buena suerte con él, Harry. Si alguien merece ser feliz, ése eres tú.
Ron asintió y también le sonrió.
—Creo que sé cómo te estás sintiendo, compañero, y me alegra que, finalmente, tú también hayas encontrado esto—se echó a reír y agregó—: Aunque sea Snape.
—Gracias a ambos—estrechó la mano de Hermione, sonriéndole con calidez, y añadió—. Y también a ti. Lo aceptaste más fácilmente que cualquiera, excepto Remus.
Ella sonrió y dijo simplemente.
—Lo amas.
—Sí, creo que sí—esbozó una radiante sonrisa que se convirtió en una risita—. Y con suerte, pronto conseguiré el valor para decírselo a él en lugar de a todos los demás.
Hermione se echó a reír.
—Harry, tú le dijiste que lo preferirías sobre todo el mundo mágico, ¿no?—su amigo asintió y ella prosiguió—. Bien, todas aquellas personas que conoces, saben que nunca vivirías en el mundo muggle. En ese caso, es como si le hubieras dicho que lo elegirías por encima de todo el mundo, y eso es tanto como decir que lo amas. Más, inclusive. Los únicos amigos, las única ‘familia’ que tienes, todos son magos, así que es como si le hubieras dicho que lo escogerías por encima de todo lo que amas, Harry—la chica notó la sorpresa en el joven y, repentinamente, su expresión se tornó un tanto insegura mientras preguntaba—: Tú quisiste decir eso, ¿verdad?
Harry dejó escapar una leve risa.
—Oh, sí, pero no pensé en eso realmente, sólo manifesté lo que sentía—sonrió, encantado—. Y eso, definitivamente explica la sonrisa que conseguí de Sev cuando se lo dije. Nunca olvidaré la expresión de sus ojos.
Ginny abrió la boca para decir algo, pero antes que pudiera comenzar, se escuchó un toque; la puerta se abrió y Neville metió la cabeza.
—Se perderán el almuerzo si no bajan pronto. Pensé en recordárselos cuando me dirigía hacia allí.
—Gracias, Nevvy—dijo Ginny, con una rápida sonrisa, parándose y caminando hacia la puerta—. Yo iré contigo—sonrió sobre su hombro a los otros tres y agregó—: Les guardaré un poco.
—Gracias, Gin. Iremos en un minuto—replicó Hermione, mientras observaba como Ginny y Neville salían antes de mirar nuevamente al moreno—. ¿Vas a aceptar el trabajo de profesor de Vuelo, Harry?
Éste asintió lentamente, ampliando su sonrisa.
—Sí, creo que lo haré. A Sev no le importa en tanto no interfiera con mi Aprendizaje, y me encanta volar—se detuvo un momento antes de agregar—: Y realmente me gustaría poder ayudar a los equipos de quidditch—levantó la mirada hacia Ron, en una muda disculpa—. A todos los equipos de quidditch.
—No me mires así, Harry—dijo rápidamente el pelirrojo—. Tienes razón, los Slytherin necesitarán tu ayuda más que todos los demás. Me estuve comportando nuevamente como un imbécil.
—Lo haces con mucha frecuencia, ya sabes—bromeó Harry, sonriendo mientras dejaba ir la mano de Hermione. Se levantó y se dirigió rápidamente hacia la puerta mientras agregaba—: Te pareces más a Draco que lo que te gustaría admitir.
Ron rió y se levantó de un salto, siguiéndolo.
—¡Te haré pagar por eso, Harry!
—¡Primero tienes que atraparme!—replicó, riendo mientras cruzaba corriendo la sala común. Empujó la puerta para abrirla y escapó a toda prisa escaleras abajo, con Ron a la zaga.
Harry, de lejos, era el mejor volador y jugador de quidditch de los dos, pero Ron era más rápido corriendo, ya que tenía piernas más largas. A menos que las escaleras decidieran separarse, la conclusión previsible era que Ron atrapara a su amigo con bastante rapidez. Hermione estaba segura que los encontraría forcejeando en un pasillo antes que llegara al Gran Comedor, si no se encontraban con algún profesor antes y conseguían una detención en su último día de clases. Ya correr por las escaleras rompía al menos dos reglas escolares y estaba segura que obtendrían un regaño, especialmente cuando el Premio Anual estaba involucrado. Bufó suavemente y los siguió a un paso mucho más sereno, mientras murmuraba para si misma:
—Y se supone que esos dos ahora son oficialmente hombres
*Poofter es marica o maricón. Como en este caso sí se usa la palabra con desprecio, creí correcto ponerla tal cual, pero dado que personalmente me desagrada en extremo, preferí colocarla como diminutivo.
Última edición por alisevv el Dom Abr 10, 2016 3:59 pm, editado 5 veces | |
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