alisevv
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| Tema: To Heal a Soul. Capítulo 7 Vie Abr 10, 2009 7:32 pm | |
| Eras las dos de la mañana y Severus no podía recordar haber estado jamás tan exhausto como en ese momento. Habían pasado tres semanas desde el ‘episodio’… Tres semanas desde que todo había empezado a irse al infierno.
Ahora, Harry dormía casi dieciséis horas diarias, con incrementos variables. Dado que despertaba con tan poca frecuencia, Severus rehusaba investigar mientras estaba consciente. Sabía que el tiempo estaba corriendo y deseaba pasar junto a Harry el poco tiempo que le quedaba, ya fuera hablando con él o simplemente abrazándolo.
El propio Severus apenas dormía tres o cuatro horas diarias, generalmente, acomodado en el sillón ubicado al lado de la cama de Harry. Deseaba, no, necesitaba estar cerca en caso de que Harry requiriera algo. El total de su tiempo, pensamientos y energía estaba dedicado a encontrar la manera de mantener a Harry con vida.
Casi lo conseguía.
Ahora sabía que era posible, teóricamente, detener la progresión de la enfermedad y curarlo. Sería difícil, involucraría múltiples etapas y más que solo un poco de peligro. Pero para lograr lo que se proponía, necesitaba otro libro. El problema era recuperarlo.
Fue mientras analizaba el ultimo escollo en su plan cuando Harry comenzó a removerse inquieto en medio de su sueño. Bajo la débil luz de un Lumus de su varita, pudo ver que el joven había comenzado a sudar, su rostro más pálido de lo que debería estar. Acercándose rápidamente a su lado, posó la mano sobre su frente, sorprendiéndose al encontrarla ardiendo.
—Harry—musitó, intentando que despertara por completo.
Con un gruñido y un débil gemido, el enfermo abrió los ojos, parpadeando.
— ¿Sev?
—Estoy aquí, Harry. Tienes fiebre. Toma—dijo, llevando un vial a sus labios—. Esto reducirá la fiebre; debe ayudar.
Harry se ahogó un poco, pero logró tragar la poción. Su respiración era irregular mientras se dejó caer de nuevo en la cama y miró al hombre con ojos tristes.
—Lo siento, Severus—su voz fue un susurro.
—¿Qué es lo que sientes, amor?—preguntó, convocando una toalla limpia y pasándola por la frente de Harry.
—No estar lo bastante fuerte—sonrió con sencillez—. Se cuanto te estás esforzando, pero no creo que esté lo bastante fuerte como para resistir. Estoy tan cansado—cerró los ojos y Severus observó, preocupado, los círculos oscuros que mostraban permanentemente.
—Eres la persona más fuerte que conozco, Harry—aseguró, tomando su mano y besando el dorso ligeramente—. Sé que he pedido mucho de ti estas últimas semanas y sé que estás cansado. Pero, por favor, Harry, creo que lo he encontrado.
Los ojos del joven se abrieron ante esta declaración y levantó la mirada hasta él.
—¿Qué?
—Creo que sé como podemos solucionar esto—reiteró, sonando más seguro de lo que en realidad se sentía. Pero necesitaba que Harry aguantara sólo un poco más—. Es complicado y necesito localizar un libro, pero creo… sé que funcionará.
—Cuéntame—pidió el joven, luchando para sentarse de nuevo.
—Recuéstate, Harry—instó el profesor, no quería que se esforzara—. Relájate y te contaré lo que he descubierto.
Severus lo ayudó a acomodarse en la cama y acercó su silla aún mas, estirando la mano y tomando la de Harry. No estaba totalmente seguro de cómo reaccionaría el joven ante su plan.
>>Quiero que escuches todo lo que tengo que decirte, sin interrupción. He estado investigando todo tipo de magia, tanto blanca como oscura, buscando algo… cualquier cosa que pudiera ayudarnos a mejorar tu salud. Lo que creo es que con una combinación de ambas, usando transferencia mágica y un enlace de iniciación, podremos detener el avance de la enfermedad, estabilizar tu cuerpo y núcleo mágico, y lograr curarte.
—¿Transferencia mágica? ¿Enlace? ¿Qué significa todo eso, Severus? ¿De qué clase de magia oscura estás hablando?—presionó Harry, su temblorosa mano aferrándose a la cobija.
El hombre suspiró. Sabía que tenía que convencer a Harry de que eso era lo mejor, pero sería difícil.
—¿Confías en mí?—preguntó.
—Por supuesto—contestó sin dudar.
—¿Me amas?
—Con todo mi corazón.
Severus estrechó su mano y le ofreció una pequeña sonrisa.
—Y yo también te amo, Harry. Merlín sabe que ni el mejor vidente hubiera podido predecir esto… nosotros… Pero a pesar de eso, yo deseo una oportunidad de vivir contigo. Estoy dispuesto a hacer lo que sea por lograr esa oportunidad, ¿y tú?
Harry lo contempló por un momento, observando sus manos juntas, y luego regresó a sumergirse en los ojos negros.
—Deseo esto más de lo que he deseado cualquier otra cosa, Severus.
Dejando escapar el aire, el profesor jaló la mano de Harry y la besó suavemente.
—Déjame decirte lo que he ideado. Hace dos semanas, me di cuenta que podía ser posible mejorar tu salud y tu núcleo mágico a través de un enlace. Los enlaces tradicionales, es decir, entre un mago y una bruja que se unen en matrimonio, les permiten compartir su magia en momentos de gran tensión o necesidad.
>>Sin embargo, la tradición del enlace matrimonial es bastante reciente. Originalmente, el enlace era utilizado de diferentes formas. Un soberano o un noble, frecuentemente se enlazaban con sus sirvientes o soldados como señal de lealtad; estos serían incapaces de traicionarlos una vez enlazados. A veces, también se utilizaba el aspecto oscuro, permitiendo al que enlazaba quitar la magia del enlazado, fortaleciendo la propia.
>>La Marca de Voldemort es una variación de este antiguo uso del enlace. Todos sus seguidores estaban sujetos al enlace, lo que le aseguraba la absoluta lealtad y devoción de los mismos. Cuando regresó por primera vez a su cuerpo, en realidad estaba bastante débil—explicó, ganándose una sorprendida mirada de Harry.
>>Es cierto, aunque no es muy conocido. Yo lo supe sólo porque, como su experto en Pociones, era el único que elaboraba las Drogas Fortalecedoras. Sin embargo, fue el enlace con sus Mortífagos el que le ayudó a recuperar su poder por completo. Se curó a si mismo, fortaleciendo su núcleo mágico y suplementando su poder con la magia extraída de sus seguidores.
Severus notó que Harry se estremecía ligeramente y supo que todavía sería difícil convencerlo de aceptar lo que tenía en mente.
>>Harry—llamó, mirándolo directamente—, creo que si realizáramos el mismo tipo de enlace, te proveería de la magia que necesitas para sanarte a ti mismo.
—¿Tú… tú quieres marcarme?—tartamudeó, mirándolo con incredulidad.
—No, Harry. Tú debes marcarme a mí—corrigió Severus, observando como una expresión de horror cruzaba los rasgos del joven.
—No podría… no… No, Severus—pronunció sin aliento, como si forzara las palabras a salir—. Rehúso a subyugarte de esa forma. Has servido a demasiados amos, y sin importar las razones detrás de esto, esto significaría lo mismo. No haré lo que hizo Voldemort. No puedo verte nuevamente marcado—declaró, enfático, alargando la mano para acariciar la mejilla del hombre como una forma de aligerar la dureza de sus palabras.
—Harry, ya te dije que haría cualquier cosa por salvarte. Esto no es tan horrible como piensas. Yo llevaría tu marca… es cierto, pero al marcarme, no serías como Voldemort. Él enlazaba a sus seguidores para dominarlos y esclavizarlos; tenía oscuras y diabólicas intenciones cuando los marcaba. Esta marca… este enlace sería hecho con amor, Harry. Ya solo eso vence cualquier aspecto oscuro en esto—explicó.
—Pero te verías obligado a permanecer leal a mí—argumentó.
—Harry—Severus sonrió—, tú ya tienes mi lealtad y mucho más. Esto no cambiaría nada.
Harry guardó silencio por un tiempo y el único sonido en la habitación fue la irregular respiración de Severus esperando a que él reflexionara sobre todo lo que acababa de escuchar.
—Pero hay algo más en esto que el hecho de marcarte, ¿verdad?—preguntó finalmente.
—Sí—contestó Severus, sabiendo que a Harry no le gustaría esta parte más que la primera—. Para la ejecución del enlace, debes estar fuerte. Tendremos que hacer una transferencia de magia para construir tus reservas mágicas y darte el poder suficiente para realizarlo.
—¿Qué conlleva eso?—indagó el enfermo con recelo.
—Una poción combinada con un hechizo que nos permitirá una especie de enlace temporal. Esto haría posible la transferencia de una parte de mi magia hacia ti—explico, con cierta vaguedad.
Harry lo miró unos momentos.
—¿Cuáles son los efectos secundarios de esta transferencia?—preguntó, y Severus maldijo el hecho de que Harry se hubiera vuelto más observador y cauteloso en los últimos años.
—Hay un riesgo de que mis reservas mágicas pudieran debilitarse demasiado, lo que podría causarme agotamiento. Si fuera demasiado severo, podría provocarme un coma o la muerte. En cuanto a ti, si tu núcleo mágico está demasiado dañado, la afluencia de poder producto de la transferencia podría ser demasiado grande, provocando una sobrecarga, lo que te llevaría al mismo resultado que a mí—explicó con fría objetividad.
—No me convence, Severus—Harry alzo una mano cuando el hombre intentó interrumpir—. Estoy listo para morir. Es obvio que si no hacemos nada, me quedan semanas, tal vez sólo días. Tú, sin embargo, tienes por delante una vida larga y saludable. No estoy tranquilo con tener que arriesgar tu vida.
—Harry, es mi riesgo. En el pasado, arriesgué mi vida por recompensas muchísimo menores. Si esto puede llegar a funcionar, definitivamente, vale la pena el riesgo—declaró con tono tranquilizador—. y para decirlo todo de una vez, ya no puedo imaginar mi vida si no estás en ella.
Harry sonrió ante sus palabras, una solitaria lágrima escapando de su ojo.
—Sé sin lugar a dudas que no tendría una vida si no fuera para ti—musitó, alargando una temblorosa mano para atraer la cabeza de Severus hacia la propia.
Con ese breve, dulce, suave beso, Severus supo que Harry le permitiría intentarlo. Lanzando un suave suspiro de alivio, se sintió exaltado. Sabía que podrían hacerlo y ya estaba bosquejando planes para su futuro juntos, algo que nunca había hecho en toda su vida.
—Descansa, amor—susurró, acomodando las cobijas alrededor del cuerpo de Harry—. Partiré en la mañana a buscar el libro que necesitamos.
—¿Te acostarás conmigo?—preguntó, ya casi dormido.
—Por supuesto—contestó, deslizándose a su lado en la cama, teniendo cuidado de no empujarlo de forma alguna.
No pasó mucho tiempo antes que Severus siguiera a Harry, soñando en paz mientras era rodeado por el aroma y la sensación de tener a Harry a su lado.
La mañana siguiente, una vez que Harry tomó sus pociones y estuvo nuevamente acomodado en su cama para descansar, Severus viajó al Ministerio de Magia, otro lugar que había evitado desesperadamente desde el fin de la guerra.
Una vez que hubo pasado la revisión, con una mirada feroz y el ceño fruncido se encaminó a la oficina de Kingsley Shacklebolt. Ahora que Kingsley era el jefe único de los Departamentos combinados de Aurores y Aplicación de la Ley Mágica, supo que ése era el hombre que podría conseguirle el acceso a lo que necesitaba.
Después de argumentar con su secretaria durante varios minutos, la joven, y ahora aterrada mujer, corrió a la oficina de su jefe a anunciarlo. Severus esperó, apenas conteniendo el desprecio hacia la enorme burocracia, tamborileando impaciente sobre el escritorio de la secretaria. Después de un momento, el propio Kingsley emergió de la oficina, una gran sonrisa cruzando su rostro mientras saludaba al profesor de Pociones.
—Que sorpresa, Severus—exclamó, envolviendo su mano en un fuerte apretón y empujándolo hacia su oficina. El recién llegado permitió ser conducido, sonriendo ligeramente cuando Kingsley cerró y lanzó un hechizo de protección a la puerta antes de girarse hacia él—. Bueno, entonces, ¿a qué debo esta inesperada visita?—preguntó.
—Necesito acceso a la biblioteca de Malfoy—contestó escuetamente.
El otro hombre parpadeó antes de soltar una carcajada.
—Debes estar bromeando—dijo, frunciendo el ceño cuando vio que el Slytherin sacudía la cabeza—. ¿Con qué propósito, Severus? Tienes que darme algún tipo de explicación. Esos libros están restringidos y guardados con mucho cuidado, como ya sabes.
—Necesito buscar un libro que sospecho puede estar en esa casa—contestó—. Es el libro Enlaces Oscuros y Juramentos de Esclavitud.
Kingsley lo miró, evaluándolo, y el ceño de su rostro se acentuó.
—Otra vez, Severus, debo preguntar. ¿Para qué necesitas ese libro en particular?
—Para Harry Potter.
Kingsley farfulló por un momento, perdiendo todo parecido con su tranquila y serena apariencia habitual.
—Maldición, Severus—exclamó, derrumbándose en su silla—, ¿de que demonios se trata esto?
Severus suspiró pesadamente antes de hundirse en la silla frente al escritorio de Kingsley.
—Muy pocas personas saben esto… Harry ha estado muy enfermo este último año. Ha estado bajo tratamiento a causa de los efectos secundarios de una maldición que recibió durante la batalla final.
—¿Y a causa de eso necesitas el libro Enlaces Oscuros y Juramentos de Esclavitud de la biblioteca Malfoy?—preguntó con incredulidad.
Severus frunció profundamente el ceño antes de proseguir.
—Si me permites continuar—dijo con desdén—. Lo que sólo sabemos su sanador, yo y su elfo doméstico es que quizás unicamente le queden unos días de vida.
Kingsley se vio impactado y consternado ante esa noticia.
—¿Por qué nadie más lo sabe?
—Es deseo de Harry que todo se mantenga en calma—explicó—. Después de todo lo que ha hecho y por lo que ha pasado, pienso que es comprensible.
—¿Y ese libro que estás buscando?
>>Creo que contiene la clave para salvar su vida,
Kinsgley se enderezó en su silla, poniendo los dedos bajo su barbilla.
—Dame una hora y te aseguro que tendrás acceso a todo lo que necesites.
Severus dejó escapar el aire que no había estado consciente de haber estado conteniendo y asintió rígidamente. Levantándose de su silla, giró la mirada hacia el hombre que tenía las llaves para la salvación de Harry.
—Gracias, Kingsley—al decirlo, su voz tenía una rara expresión de sinceridad.
—Cuando todo esto termine, espero escuchar la historia sobre cómo llegó hasta aquí—contestó el otro mago, que ya empezaba a sacar de su escritorio los formatos necesarios y mojaba la pluma en tinta—. Debo suponer que es una historia increíble.
—No tienes ni idea—contestó Severus—. Regresaré en una hora.
Kingsley asintió y se inclinó sobre su tarea.
Severus abandonó la oficina, frunciendo las cejas por última vez a la nerviosa secretaria y apresurándose hacia el punto de aparición, necesitaba regresar y asegurarse de que Harry seguía bien. Con un poco de suerte, pronto tendría lo que necesitaba para devolverle la salud. Sonriendo ante el pensamiento, se colocó en el punto y desapareció.
Última edición por alisevv el Vie Abr 22, 2016 11:51 am, editado 5 veces | |
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