La Mazmorra del Snarry
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

La Mazmorra del Snarry


 
ÍndicePortalÚltimas imágenesRegistrarseConectarseFacebook
La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa

Ir abajo 
2 participantes
AutorMensaje
alisevv

alisevv


Yo entré 2 (D.I.S. 2014) Bombardeo de chistes snarry D.I.S. 2014 Juego del verano 2 Juego del verano 1 Juego Yo entré-D.I.S 2015 Juego lechuza chismosa-D.I.S 2015 Yo entré-Mes del amor Yo traje mi regalo
Femenino Cantidad de envíos : 6728
Fecha de nacimiento : 15/01/1930
Edad : 94
Galeones Snarry : 241687
Fecha de inscripción : 08/01/2009

Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Empty
MensajeTema: Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa   Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa I_icon_minitimeVie Abr 03, 2009 8:55 pm

Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Una%20promesa_zpshd5iskxb
Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Cap.5_zpslol4uypf
Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa 5_zpsoimdto3r



—Milord, vengo a despedirme y agradecerle por todo lo que hizo por mí. Usted ha sido muy amable conmigo pero no puedo continuar a su lado.

Al escuchar las palabras de su pupilo y la seriedad que mostraban sus facciones, Severus se quedó de piedra, sin atinar a decir nada. Sólo fue capaz de fijar su negra mirada en las verdes esmeraldas de Harry. Ninguno habló ni se movió, como si temieran que incluso la más mínima palabra rompiera ese dulce contacto, quizás el último entre los dos.

—Sirius— musitó de pronto Remus, jalando a su prometido por un brazo—, vamos. Dejémoslos solos.

—¿Dejarlos solos?— exclamó el Duque de Black, sacando a Severus y Harry de su ensimismamiento—. ¿Estás loco? Si ahora es que esto se pone bueno.

—Sirius, NOS VAMOS— esta vez el empujón de Remus no fue precisamente suave.

—Demonios, siempre logras que me pierda toda la diversión— refunfuñó el otro, mientras salía del estudio seguido por Remus, quien cerró la puerta con suavidad.

Luego que sus amigos salieran, Severus fue hacia un barcito colocado en una esquina, tomó un vaso y se sirvió una generosa porción de Whisky. Después regresó juntó a Harry y le señaló un cómodo sillón.

—Por favor, siéntate— pidió con tono sosegado.

—Milord, yo…—intentó protestar el joven.

—Por favor.

Obediente, Harry dejó su bolso de viaje y su violín a un lado y se sentó en la esquina del sofá. Severus se sentó frente a él y se quedó mirando el vaso en sus manos, como buscando las palabras adecuadas.

—No debería empezar a beber tan temprano— comentó Harry.

Severus levantó la vista hacia el joven.

—No, supongo que no— colocó la bebida sobre la mesita de centro y volvió a fijar su atención en Harry—. ¿Por qué quieres marcharte?

El muchacho se removió incómodo en la silla. Hubiera querido gritarle que se iba porque ya no soportaba su indiferencia, porque su corazón dolía ante cada saludo dado con el gesto hosco y el ceño fruncido, porque prefería irse lejos y tratar de olvidar. En lugar de eso, compuso su rostro y explicó:

—Milord, no tengo ni nunca tendré como pagarle lo que hizo por mí, que me defendiera y aceptara ser mi tutor— empezó suavemente—. Pero entiendo que mi padre nunca debió pedirle un sacrificio así— hizo una pequeña pausa y continuó—: Usted se vio presionado a aceptar mi presencia y todos los problemas que ella conlleva en base a una promesa hecha cuando era casi un niño. No es justo. Por eso decidí relevarlo de su promesa.

—Ya veo— musitó Severus—. ¿Y qué piensas hacer ahora?

Harry sintió que su corazón se hundía. Estaba decidido a marcharse, pero dolía que su tutor estuviera dispuesto a dejarlo ir con tanta facilidad.

—¿No sé?— dijo al fin—. Trataré de buscar trabajo. Sé de números y redactar documentos, podría trabajar de secretario o como dependiente en alguna tienda.

—¿Y tu fertilidad? ¿Has pensado lo que hará tu tío en cuanto sepa que ya no estás bajo mi protección?— lo presionó el hombre—. Y conseguir trabajo no es fácil, aunque estés preparado, ¿de qué piensas vivir mientras tanto?

—Pienso irme muy lejos, donde nadie me conozca ni sepa de mi fertilidad y donde mi tío no pueda encontrarme— contestó Harry, decidido. Era claro que el hombre pensaba dejarlo partir, pero antes de irse quería demostrarle que no era un pobre inútil—. Pienso ir al norte, a Escocia; o quizás cruzaré hasta Irlanda. En cuanto a mis recursos, mi padre me dejó algunas libras, y si el dinero se acaba, también me dejó un par de joyas de mi bisabuelo materno, puedo venderlas.

—Veo que lo tienes todo planeado.

—He tenido varios días para pensarlo— replicó Harry, sin poder evitar el resentimiento en su tono de voz.

Severus se levantó y empezó a pasear por la estancia. Harry lo miró un momento y al fin se levantó y comenzó a recoger sus cosas.

—¿Qué haces?— preguntó el hombre al notar sus acciones.

—Se está haciendo tarde; quiero llegar a la villa antes de que anochezca y el camino es largo a pie.

—¿A la villa?

—Sí, pediré alojamiento por esta noche a los señores Weasley y partiré al amanecer.

—Por favor, siéntate de nuevo— al ver que el joven no estaba predispuesto a obedecerlo, repitió con voz más dura—. Siéntate, por favor.

Cuando el chico, a regañadientes, se sentó, Severus regresó a su asiento, lo miró a los ojos y habló.

—Escucha, entiendo que no he sido el mejor de los tutores estos últimos días— alzó una mano para impedir la protesta del joven—. No me interrumpas, por favor. Sé que he sido hosco y apenas te he tomado en cuenta, pero no por las razones que piensas. Cuando hice la promesa a tu padre hace veinticinco años era casi un niño, tienes razón, pero no por eso esa promesa es menos válida. Ese día empeñé mi palabra y eso para mí es ley.

—Pero yo lo relevo de su palabra— argumentó Harry.

—No puedes, ese fue un compromiso entre tu padre y yo— una vez más alzó la mano impidiéndole hablar—. Además, esto no lo estoy haciendo sólo por James sino también por ti. Desde que te conocí, aún sin saber quien eras, sentí af… apreció por ti. Y desde que estás en la Mansión te has ganado a todos en la casa, desde el más humilde sirviente hasta al loco del Duque de Black— esbozó una tenue sonrisa y el joven lo miró sin saber qué pensar—. Harry, te pido disculpas por mi comportamiento estos días, mi única excusa es que hasta ahora he vivido como un soldado, sin tener a nadie que dependa de mí, pero te aseguro que estoy muy contento de ser tu tutor— miró fijamente las verdes esmeraldas, algo aguadas por la emoción contenida—. ¿Qué te parece si empezamos de nuevo? ¿No como tutor y pupilo sino como amigos?— propuso, extendiendo su mano.

Luego de dudarlo unos segundos, Harry asió esa mano con firmeza.

—Amigos— aceptó sonriente—. Gracias, Milord.

—Y por favor, no me llames Milord, al menos no en privado.

—¿Entonces cómo debo llamarlo?— inquirió el joven, con algo de timidez.

—Pues creo que mi nombre no es tan feo.

—No, yo no podría…

—No te digo que lo hagas en público— lo cortó Severus—, las normas de la corte son un tanto severas en cuanto al trato que debe dar un pupilo a su tutor. Pero a solas o entre amigos me gustaría que me llamaras Severus, ¿lo harías?

—Sí, Milo…digo, sí, Severus— Harry se quedó un rato pensativo y al fin hizo un mohín de disgusto—. Sabes, creo que las normas de la Corte son una pesadez— se quejó de modo cómico—, especialmente para nosotros, los pobres hombres fértiles.

Severus no pudo evitar lanzar una carcajada.

—Y eso que no conoces del cuento la mitad, deja que lleguemos a Londres y verás— ante el lastimero quejido de Harry, rió aún más fuerte—. Ahora vamos a llamar a esos dos, seguro que están con la oreja pegada tras la puerta tratando de escuchar.

—Especialmente el Duque de Black— dijo Harry, divertido.

—Sí, muy especialmente el curioso Duque de Black.



Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Gif-animados-WebDiseno-Lineas-Particion_06432_zpsi58j44am



Una fresca tarde, tres días más tarde, se encontraban todos reunidos en la terraza de la Mansión, degustando una sabrosa merienda, mientras Severus daba a sus amigos las novedades.

—¿Cómo que te vas en dos días?— exclamó Sirius, con su habitual tono exaltado—. No puedes hacernos eso, esto va a estar muy aburrido sin ustedes.

—Vaya, gracias por lo que me toca— comentó Remus haciendo un gracioso mohín.

—No quise decir que Hermione o tú fueran aburridos y lo sabes— se defendió el Duque de Black—, pero voy a extrañar a Severus y a Harry, y no me niegues que tú también.

—No lo niego— aceptó Remus con una sonrisa.

—No puedo retrasar más nuestra partida— explicó Severus—. Tengo demasiados pendientes en casa— frunció el ceño, preocupado—. Y hablando de pendientes, espero que no les importe que me lleve a Flitwick— pidió, refiriéndose al anciano valet que habían buscado para atender a Harry—. Será sólo por el viaje.

—Por supuesto, no hay problema— concedió Remus.

—Mi problema ahora es conseguir una dama de compañía para Harry— ante la mención, el joven frunció la nariz con disgusto—. He dado vueltas y vueltas a mis posibilidades, pero ninguna de las damas disponibles en mi familia me convencen.

—Cómo lo van a hacer si son una bandada de viejas cacatúas— comentó Sirius, impertérrito—. Di más bien que bastante martirio vas a sufrir con tener que soportar a alguna de ellas cuando estén en Londres.

—Sirius— lo regañó su novio.

—¿Acaso estoy mintiendo?— puntualizó el hombre—. Y debo agregar que, con excepción de Hermione, bendita sea, en tu familia ocurre otro tanto.

Los presentes no pudieron evitar reír disimuladamente.

—No te preocupes, Severus— comentó Remus, riendo internamente de sólo pensar en la cara que pondría su novio cuando dijera lo siguiente—. Como sé lo bien que se están llevando Harry y Hermione, y comprendo que para Harry sería muy difícil tener que lidiar con una de las ‘cacatúas’, como las llama Sirius, pensé que lo mejor era que Hermione viajara con ustedes, así Harry tendrá tiempo de acostumbrarse a su nueva vida. Hace unos días mandé aviso a mi familia para que me mandaran otra dama de compañía.

—¿Que QUÉ?— esta vez el grito de Sirius fue escalofriante—. Ah no, eso sí que no. Severus, yo te apreció mucho, y a Harry, eres un buen chico, pero me dejan a Hermione tranquila o no respondo. Bastante tengo con soportar la cacatúa oficial en Londres.

Ante eso, las carcajadas fueron incontenibles.

—Deja de rezongar porque ya lo decidí— lo regañó Remus y puso un dulce beso en los labios enfurruñados—. Además, recibí contestación de casa y no van a enviar a mi tía sino a su hija, Tonks.

—Gracias, Dios— musitó Sirius con alivio, Tonks era un tanto torpe y excéntrica pero al menos no era fastidiosa.

—¿Tonks?— preguntó Harry, intrigado—. ¿No es un nombre un tanto extraño?

—Es mi prima por parte de madre y en realidad se llama Nymphadora Tonks Lupin, pero todos le dicen Tonks— explicó Remus.

—Supongo que no es necesario explicarte por qué prefiere que la llamen así— comentó Sirius y todos rieron divertidos.

—No sabía que Tonks hubiera regresado de Escocia— comentó Hermione.

—Parece que regresó la semana pasada— le informó Remus, y luego miró a todos—. ¿Qué les parece mi idea?

Los alegres comentarios que siguieron a su pregunta, le indicaron que su propuesta había sido muy bien recibida, con excepción de Sirius, que siguió ligeramente enfurruñado; para él, no había dama de compañía mejor que la prima Hermione.



Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Gif-animados-WebDiseno-Lineas-Particion_06432_zpsi58j44am



—Adelante— concedió Harry, al sentir unos suaves toques en la puerta de su cuarto.

—¿Estás presentable?— preguntó una sonriente Hermione, asomándose por la puerta.

—Sí, mujer, pasa— rió Harry, mientras se levantaba para recibirla.

—Vaya, veo que estás nervioso— comentó su amiga, al ver que Harry limpiaba su violín—. Siempre que estás nervioso pules tu violín.

—Sí, tocar la madera y sus cuerdas me relaja— comentó el joven, acariciando su instrumento como si se tratara de un ser vivo—. Supongo que estoy algo aprensivo sobre lo que voy a encontrar.

—Yo también— confesó la joven, sentándose en una butaca y arreglando los pliegues de su vestido.

—¿No conoces la Mansión Snape?— preguntó Harry, curioso.

—No, en realidad tu tutor y yo sólo hemos compartido desde que vine de Londres a acompañar a Remus mientras estaba en la Mansión Black. Antes de eso sólo lo había visto de lejos.

—Sabes, hay algo que no entiendo— comentó Harry, pensativo—. Remus y el Duque se ven muy enamorados, ¿por qué no se han casado todavía? Digo, si no es mucha indiscreción preguntar.

—Claro que no, estoy segura que a ellos no les importará si te cuento— desestimó la chica—. Remus y Sirius se conocieron en una fiesta de la Corte la temporada pasada y se enamoraron a primera vista, un flechazo— Hermione sonrió al recordar la cara de los dos hombres cuando se vieron por primera vez—. Sin embargo, ya te habrás dado cuenta como van las cosas de la Corte, ese día apenas se cruzaron un saludo y bailaron una pieza.

>>Una semana después, se encontraron en una velada musical ofrecida en casa del Marqués de Wellis; por cierto, su hijo Gerald es fértil, pero tan creído de si mismo, que todavía no logran conseguir quien se case con él.

Harry no pudo evitar reír ante el comentario y la expresión en la cara de su amiga.

>>Lo cierto es que no sé cómo lo hizo, pero en la velada Sirius logró que lo sentaran cerca de Remus y pudieron hablar un poco más. Desde ese día, lo encontramos en todo evento social al que asistimos, y Sirius siempre buscaba la forma de hablar o bailar con Rem. Luego de dos meses de insistencia, Remus aceptó salir de paseo con él, con la correspondiente dama de compañía, por supuesto, y dos semanas más tarde se hicieron novios y empezaron a hablar de boda.

>>Sin embargo, el protocolo de la Corte exige que haya una petición de mano íntima, con la familia, y luego los novios se presenten ante la Corte para la aprobación de la Reina Victoria. Esa presentación debe hacerse en una de las fiestas de la temporada social.

>>El problema fue que el padre de Remus se encontraba en Siam, en una misión muy importante para la Corona y le era imposible regresar en ese momento, así que no pudo hacerse la petición de mano ni la presentación. Para cuando el compromiso pudo ser sellado, la temporada social había pasado. Ahora tienen que esperar a la próxima temporada para hacer la presentación y la boda.

—Puagg, cada vez veo más complicaciones en esto de ser hombre fértil— comentó Harry.

—Bueno, esa norma se aplica también para las chicas, y tienes toda la razón, puaggg.

Ambos jóvenes se miraron y se echaron a reír.

>>Creo que es hora de que me vaya a dormir— dijo Hermione, levantándose.

Harry se acercó a la chica y, tomando su mano, se la besó con galantería.

—Gracias por ser mi amiga, Hermione, y por aceptar acompañarnos al Ducado Snape. No sé qué hubiera hecho sin ti.

—Te hubiera ido bien igual, que eres muy listo— se rió ella—. Yo también me alegro de ir. Quiero mucho a Remus pero él está más acostumbrado a lidiar con ‘cacatúas’ que tú— terminó, remedando a Sirius.

Una nueva carcajada resonó por la habitación.

—Buenas noches, Harry.

—Que descanses, Hermione.



Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Gif-animados-WebDiseno-Lineas-Particion_06432_zpsi58j44am



—Harry— se escuchó la fuerte voz de Ron y el muchacho pelirrojo corrió hacia el lugar donde todos estaban esperando para partir y abrazó a su amigo de la infancia—. Dios, creí que no alcanzaría a despedirme.

Un par de ojos negros se clavaron en Ron, al tiempo que su propietario fruncía el ceño en clara muestra de enojo. Vale, Severus, el Duque, le estaba muy agradecido al chico, había sido muy útil en su momento, pero Severus, el hombre, estaba a punto de sacar su fuete y azotar al infeliz que se estaba atreviendo a abrazar de ese modo a su Harry. Antes que pudiera llevar sus pensamientos a la acción, ambos chicos se separaron.

—Me extrañaba que no hubieras venido, envié mi mensaje ayer avisándote.

—Estaba con mi padre fuera de la villa— explicó el pelirrojo—. Nos quedamos a dormir en otro pueblo y no supe nada hasta hace un rato.

—Acompáñame, necesito que hablemos con Remus.

—¿Con el prometido del Duque?— musitó su amigo un tanto intimidado.

—Sí, con él— se rió Harry—. Anda, vamos, que no muerde.

—Pues el que sí parece que quisiera morder es tu tutor— observó Ron, al ver la expresión de Severus.

Ignorando el comentario de su amigo, Harry lo guió hasta donde estaba Remus.

—Remus— llamó y el aludido se giró hacia ellos con una sonrisa—, te presento a Ron.

—Hola, Ron— saludó el hombre, cordial—. Tú estuviste aquí un par de veces visitando a Harry, ¿cierto?

—Sí, Milord, gracias por permitirlo.

—No tienes nada que agradecer, los amigos de Harry siempre serán bienvenidos.

—Remus, quería pedirte un favor— habló Harry nuevamente—. La villa es un pueblo próspero y en las tierras del Ducado de Black no hay gente necesitada, o hay muy poca, pero no ocurre lo mismo en las tierras de sus vecinos. Mi padre, con la colaboración de la gente de la villa y lo que el Ducado entregaba mensualmente a la Vicaría, ayudaba a mucha de esa gente. Hasta ahora, Ron se ha estado encargando de ellos, pero él no cuenta con la autoridad ni los recursos, pues lo que se entregaba a la Vicaría fue suspendido a falta de vicario. Es muy importante que consigan alguien que remplace a mi padre a la brevedad.

—Te prometo que voy a hablar de eso con Sirius hoy mismo— le aseguró Remus, profundamente interesado—. Y mientras conseguimos alguien adecuado que se haga cargo, si Ron está dispuesto, podemos entregarle a él la cuota mensual que corresponde a la vicaría.

—No, Milord, yo no podría…—trató de argumentar el joven pelirrojo.

—Claro que puedes; de hecho, Harry dice que lo has venido haciendo todo este tiempo, y yo te voy a ayudar, no te preocupes.

—Pero deben conseguir a alguien, la gente necesita un guía espiritual— le recordó Harry, pensando en lo que siempre decía su padre.

—No te preocupes, lo haremos.

—Bueno, ya es hora de que partamos— comunicó Severus, acercándose. Harry se sorprendió ante la brusquedad en la voz de su tutor, pero Remus, a quien no había pasado desapercibida la furia en el rostro del hombre cuando Ron abrazó a Harry, sonrió internamente.

—Bueno, compañero, espero que nos veamos pronto— esta vez, afortunadamente para él, Ron sólo palmeó la espalda de Harry. Luego de despedirse cortésmente de los demás, dio media vuelta y caminó de regreso a la villa. Mientras Remus se adelantaba hacia el carruaje, al lado del cual ya se encontraban Hermione y Sirius, el Duque de Snape retuvo a su pupilo por el brazo.

—Otra de las acciones que no debe cometer un noble fértil— puntualizó, casi mordiendo las palabras—, es abrazarse con otro hombre en público.

Harry se quedó viendo a su tutor sin entender, ni sus palabras ni su furia. Entonces recordó el abrazo que le diera Ron. Podía entender que Severus le recriminara su comportamiento, pero no su furia, al fin y al cabo Ron y él habían sido amigos toda la vida y Harry aún no dominaba todo el comportamiento relacionado con los hombres fértiles y la nobleza, y su tutor lo sabía.

Entonces un rayo de esperanza penetró en su corazón. ¿Y si Severus estuviera celoso?... No, eso era imposible, el Duque de Snape sólo le había ofrecido su amistad, nada más… ¿Pero y si en verdad fueran celos?

Conteniendo la sonrisa de esperanza que pugnaba por salir de sus labios, miró el molesto rostro del hombre y decidió apaciguarlo.

—Lo lamento, Severus— musitó—. Ron y yo somos amigos desde que éramos casi bebés, es el hermano que nunca tuve, de verdad no creí infringir ninguna norma al abrazarlo. Te aseguro que no volverá a suceder.

El semblante de Severus se transformó como por encanto y una suave sonrisa apareció en sus labios.

—Está bien, y ahora vamos, nos quedan muchas horas de viaje por delante.

Luego de despedirse de Sirius y Remus, y casi obligarlos a prometer que en pocos días harían una visita al Ducado de Snape, Harry, acompañado de Severus y Hermione, emprendieron el camino rumbo a su nuevo hogar.



Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Gif-animados-WebDiseno-Lineas-Particion_06432_zpsi58j44am



El negro carruaje traqueteaba por el camino de piedra, recorriendo las últimas millas que los separaban de la Mansión Snape. Habían sido cuatro días de un trayecto fatigoso, viajando largas horas y pernoctando en las posadas del camino, en las cuales la comida era buena pero las camas y demás comodidades, infames.

Esto no afectaba a Severus, a quien sus varios años en el ejército habían acostumbrado a incomodidades mucho mayores. Para Hermione y Harry, por el contrario, el viaje había resultado agotador, por decir lo menos.

Sin embargo, a diferencia de Hermione, quien dormitaba apoyada en una esquina del carruaje, a Harry la excitación no le dejaba dormir, y mil y una preguntas revoloteaban como locas en su cabeza. ¿Cómo sería la Mansión? ¿Cómo lo recibiría la gente del Ducado? ¿Cómo sería su relación con su tutor ahora que iban a vivir en su casa?

Durante ese largo viaje había tenido tiempo suficiente para analizar sus sentimientos y había tomado una decisión. Después de la conversación que habían tenido el día que él había pensado irse solo, Severus había vuelto a ser el hombre gentil y atento del principio, el Severus que, debía aceptarlo, amaba con todo su corazón.

Y allá muy dentro, ese mismo corazón le decía que no le era indiferente al hombre. Puede que el Duque no lo amara todavía, pero Harry, con el ímpetu de su amor y juventud, estaba dispuesto a luchar y demostrarle que él, Harry Potter, era la mejor pareja posible para Severus Snape.

De ningún modo tenía intención de llegar a Londres como un noble fértil dispuesto a la subasta. Amaba a Severus, y todavía no sabía cómo lo haría, pero iba a aprovechar esos meses a solas con él para conquistarlo. Como que se llamaba Harry Potter que antes que empezara la temporada social él iba a ser el prometido del Duque de Snape.

La voz ronca y sedosa del hombre que amaba lo sacó de sus reflexiones.

—Hemos llegado, Harry. Bienvenido a casa.




sevUna promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Cap.6_zpscjupk9scharry


Última edición por alisevv el Sáb Feb 13, 2016 8:08 pm, editado 5 veces
Volver arriba Ir abajo
Helen Black P
Duelista
Duelista
Helen Black P


Maratón Junio 2014 [Reto de Fanfics]Renovación [Tú eliges cómo continuar] Juego 1 [Mejor posteador del mes] Mayo 2014 Maratón one shots D.I.S.2014 [Mejor posteador del mes]  Septiembre 2014 Juego del verano 2 Tú eliges cómo continuar 2
Femenino Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 02/07/1988
Edad : 36
Galeones Snarry : 33143
Fecha de inscripción : 23/12/2010

Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Empty
MensajeTema: Re: Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa   Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa I_icon_minitimeSáb Jun 21, 2014 10:49 pm

me dio gusto ver que Harry ya llego a su nueva casa, y también me agrado que Hermione se fuera con Harry, creo que la va a necesitar Very Happy
Volver arriba Ir abajo
alisevv

alisevv


Yo entré 2 (D.I.S. 2014) Bombardeo de chistes snarry D.I.S. 2014 Juego del verano 2 Juego del verano 1 Juego Yo entré-D.I.S 2015 Juego lechuza chismosa-D.I.S 2015 Yo entré-Mes del amor Yo traje mi regalo
Femenino Cantidad de envíos : 6728
Fecha de nacimiento : 15/01/1930
Edad : 94
Galeones Snarry : 241687
Fecha de inscripción : 08/01/2009

Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Empty
MensajeTema: Re: Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa   Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa I_icon_minitimeVie Jul 04, 2014 3:15 pm

Sí, Hermi va a ser un gran apoyo para nuestro Harry, y también indirectamente originará unos cuantos disgustos, aunque sin saberlo
Volver arriba Ir abajo
Contenido patrocinado





Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa Empty
MensajeTema: Re: Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa   Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa I_icon_minitime

Volver arriba Ir abajo
 
Una promesa trajo el amor. Capítulo 5. Camino a casa
Volver arriba 
Página 1 de 1.
 Temas similares
-
» Una promesa trajo el amor. Capítulo 1. La Promesa
» Una promesa trajo el amor. Capítulo 3. Bya, bye, Tío Vernon
» Una promesa trajo el amor. Capítulo 9. El Compromiso
» Una promesa trajo el amor. Capítulo 10. El Complot
» Una promesa trajo el amor. Capítulo 13. La boda

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
La Mazmorra del Snarry :: Biblioteca de la Mazmorra :: Fanfics Snarry :: Fanfics de Alisevv-
Cambiar a: