La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Aqua Fresca. Último capítulo

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nienna0410
Explota calderos
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MensajeTema: Aqua Fresca. Último capítulo   Aqua Fresca. Último capítulo I_icon_minitimeMar Feb 02, 2021 1:50 pm

El reloj de pared situado sobre la hornilla repicó. Eran las doce menos cuarto y, al igual que el año anterior, Harry se encontraba sentado completamente solo en la cocina del número 12 de Grimmauld Place.


Observaba cómo la cera caliente descendía por el candelabro, y la tocó con un dedo para que el dolor de la quemadura lo mantuviera despierto.


Estaba a punto de cumplir los diecinueve años.


Rememoró todos los acontecimientos ocurridos el año anterior. Ya casi habían pasado dos años desde que Sirius se había marchado, y el dolor agudo que se había instaurado en su pecho tras su muerte aún seguía ahí. Se preguntó qué habría opinado su padrino de las acciones que había realizado desde entonces.


Probablemente me hubiera maldecido, pensó Harry con una pequeña sonrisa.


Lupin se había curado de todas sus heridas y pasaba casi todo el tiempo fuera. Su trabajo contra el Señor Oscuro era ahora más importante que nunca. Tanto él como el resto de miembros de la Orden continuban con su guerra de guerrillas, obteniendo pequeñas victorias en el camino, pero sin poder avanzar demasiado rápido debido a la constante amenaza de los mortífagos.


Hermione y Ron mostraban tanto empeño en su misión como Lupin. Habían jurado estar al lado de Harry en cada paso, y su actitud protectora rayaba la locura, pero el ojiverde lo aceptaba porque sabía que sus intenciones eran buenas. Era consciente de que ellos solo querían lo mejor para él y, honestamente, los necesitaba para salir del atolladero emocional en el que se estancaba algunas ocasiones.  


Suspiró; a veces seguía creyendo que no merecía amigos como Ron y Hermione, aunque comprendía que ese sentimiento era solo otra señal de que los Dursley le habían dejado cicatrices en más de un sentido.


Harry sabía que su momento estaba cerca. El día menos pensado, Voldemort pondría en marcha su jugada final; el ojiverde podía sentirlo en sus huesos, aunque esperaba tener al menos un año más de relativa paz para continuar preparándose. Quería llegar a la batalla final con los ojos bien abiertos y seguro de sí mismo. Necesitaba estar listo.


Hasta donde Harry sabía, ya no había más profecías ocultas ni el director le estaba escondiendo ningún otro tipo de información. En los últimos meses, él y Dumbledore habían logrado establecer una alianza algo incómoda; aún quedaban asuntos por resolver, y ninguno podría olvidar fácilmente las duras palabras que habían intercambiado, pero al menos Harry sabía que el anciano confiaba en él ahora, y no solo como “La Esperanza del Mundo Mágico”, sino como un camarada, un hombre al que podía tener en cuenta.


Y había una persona que siempre estaba rondando su cabeza. Harry deseaba poder olvidar los eventos que sucedieron aquella terrible noche seis meses atrás, pero los recuerdos no cesaban de atormentarlo.


Revivió la última noche que pasaron juntos antes de que todo se volviera caos y sufrimiento; rememoró los colmillos de Snape hundiéndose profundamente en su piel, las suaves caricias y los dulces besos, que acabaron convirtiéndose en confusión y terror.


Recordó el sentimiento de impotencia y la angustia que lo embargó cuando se dio cuenta de que el tiempo de Snape se estaba agotando.


La garganta de Harry se contrajo al acordarse de aquel último beso torpe que compartieron, antes de que el ojinegro dijera “yo también te amo” y lo echara del lugar.


Recordó el pánico que había sentido anclado en su pecho mientras soñaba con el Wizengamot, siendo consciente de que lo necesitaban en otro lugar.


Revivió una vez más cómo se había aferrado de forma ciega a la solución que se le había pasado por la cabeza, y, sin darse cuenta, sus labios comenzaron a moverse, repitiendo la súplica que había lanzado varias veces aquella noche: “Aguanta. Ya falta poco. No te rindas”.


En sus recuerdos, vio a Snape luchando contra sus ataduras, siseando y escupiendo mientras su cuerpo luchaba contra la Maldición, mientras la sangre vieja y la sangre donada luchaban por el dominio.


Harry recordó cuando Severus dejó de respirar, con los pulmones demasiado cansados para continuar con la batalla; rememoró sus propios gritos de pánico, la cara de conmoción de Dumbledore y la prisa de Pomfrey lanzando hechizos sin parar para lograr que el hombre respirara, para mantenerlo con vida solo un rato más.  


Se aclaró la garganta y se secó los ojos. Hermione y Ron tenían razón; no tenía sentido empeñarse en revivir la experiencia una y otra vez. Lo mejor sería dejarlo en el pasado, donde pertenecía.


Lo más apropiado sería ignorar lo sucedido y centrarse en el futuro.


—¿Lamentándose?


Harry alzó la vista para mirar a la persona que acababa de entrar en la cocina.


—Pensando.


—¿Está intentando lucirse?


Los labios de Harry se tensaron cuando Snape se dejó caer sobre la silla que estaba junto a él.  


—¿Por qué, está impresionado?


El ojinegro resopló.


—Se necesita algo más que emplear funciones cerebrales básicas para impresionarme, Potter.


—Mmmm.


Snape se acomodó la bata y apuntó su varita hacia la chimenea, haciendo que las llamas duplicaran su intensidad. Sus dientes brillaron bajo la cálida luz, amarillentos, algo torcidos y completamente normales. Harry luchó por contener una sonrisa al recordar el placer que había suministrado el hombre con sus colmillos; era fantástico que hubieran desaparecido, pero aun así… tenía todo el derecho a añorarlos con lujuria.  


—¿Por qué tengo una sensación de déjà vu? —preguntó Snape, interrumpiendo su línea de pensamiento.


Harry sacudió la cabeza para despejar su mente.  


—Quizás porque ya hemos vivido esto antes. ¿Te encuentras bien?


—Hazme una taza de té —pidió el hombre sin responder a su pregunta.


Harry suspiró.


—Sí, profesor.


El ojiverde preparó una taza para cada uno y volvió a sentarse, mirando las llamas de las velas.  


—¿Hay alguna razón para que no estés en la cama? —preguntó Snape en voz baja.


—Mi cumpleaños será en…  —Harry entrecerró los ojos mirando el reloj—, tres minutos.


Snape gruñó.


—Feliz cumpleaños, supongo.


—Al menos podrías esperar hasta que pase la medianoche —rio el chico, sorbiendo su té.


—Niño maleducado —respondió el pocionista, bebiendo del suyo, para después aclarase la garganta con suavidad—. ¿No hay tarta?


—Dobby me traerá una mañana por la mañana.


Snape le lanzó una mirada.


—Totalmente predecible, señor Potter.


El ojinegro chasqueó los dedos, haciendo aparecer una tarta frente a ambos. El glaseado tenía un color rojo sangre y podía leerse “Feliz 19 cumpleaños, Harry” en dorado.


En la cara del chico se instauró una amplia sonrisa.  


—¿Debemos comérnoslo ahora?


Snape hizo una mueca.


—De ningún modo. Aguantará hasta mañana. El hecho de que tú poseas la complexión de un dragón no quiere decir que otras personas, más maduras que tú, muestren una condición gastronómica similar.


Harry negó con la cabeza.


—Entonces, ¿dónde está mi regalo?


—Ese es tu regalo.


—Jodido… —La réplica de Harry fue interrumpida por una mano que alzó suavemente su barbilla hacia arriba. El chico cerró los ojos y se dejó llevar por el suave y lento beso. El ojinegro deslizó su pulgar por debajo de las gafas del joven, secando uno de sus párpados que aún estaba humedecido debido a los recuerdos.


>>…tacaño —completó Harry, jadeando levemente contra los cálidos labios de Snape.


El hombre se levantó, alisándose la bata, y con los ojos un poco apagados.


—No es necesario que sigas atormentándote por lo que pasó.


—Lo sé, pero me gusta preocuparme por ti.


Snape le regaló una sonrisa, con sus dientes brillando de nuevo.  


—Vuelve a la cama conmigo, Harry.


El chico apagó las velas y siguió de cerca a Severus mientras subía las escaleras.


El ojiverde tenía una gran sonrisa en su cara. Su amante siempre decía las palabras correctas.


FIN



Bueno, y después de tres meses por fin he acabado de traducir esta historia. Muchas gracias a todos los que la habéis ido siguiendo y comentando, os quiero. La próxima historia que subiré será la segunda parte de “Hasta el amanecer”, que ya está completa, pendiente de acabar su revisión y comenzaré a traducir “The Apple Tree”, un fic de Philo, ya que pregunté en wattpad y fue la historia que más gente eligió. Este fic es muy largo, tiene 44 capítulos, por lo que también tardaré unos cuantos meses en traducirlo jajaja. Como la otra historia que propuse, “Talking to shadows”, es muy cortita, la iré intercalando porque hay alguien que me la ha pedido, pero me centraré más en la otra.
Bueno, y eso es todo chicos, ¡¡muchos besos a todos!! Y si queréis que traduzca algún Snarry en concreto, no dudéis en pedírmelo.

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