Capítulo 10
Cuando me despierto por la mañana estoy solo en la cama. Entonces recuerdo todo lo que sucedió anoche y una sonrisa aparece en mi cara. El lado donde durmió Severus está frío, lo que quiere decir que hace tiempo que se levantó. Me pongo en pie y voy al baño a tomar una ducha, recordando todavía como las manos de mi amado recorrieron mi cuerpo ayer. Cuando logro salir de la bañera, bajo las escaleras hacia la cocina, dónde se encuentra Sev leyendo un periódico y Ginny y Draco desayunado, evitando dirigirse la mirada en todo momento. Me preparo un café y me siento al lado de Severus, dándole un beso y dirigiéndole una sonrisa.
-Bueno, ¿y qué vamos a hacer hoy?-Le pregunto.
-Vamos a empezar por el primer lugar en el que pensamos que puede estar uno de los ingredientes. Es una cueva cercana, a menos de diez minutos caminando.
-Genial, a ver si hay suerte.
Media hora después estamos preparando las mochilas para comenzar la exploración. Metemos en ellas varios bocadillos, botellas de agua y frascos para poder guardar los ingredientes. Automáticamente salimos y tras preguntarle a varios lugareños, conseguimos localizar la cueva.
La cueva esta hecha de rocas, cubierta con varias plantas. Su entrada consiste en un agujero ancho y profundo, completamente negro, y del cual no podemos ver el final. Entramos y sacamos las varitas para iluminar un poco el camino, porque no se ve absolutamente nada. De repente se oye un revoloteo y algo pasa rozándome la oreja. Me abrazo rápidamente a Severus y apunto con la varita al techo, que está lleno de murciélagos. Ginny suelta un gruñido de repugnancia y yo me agarro aún más fuerte a mi profesor.
-¿Cuánto mide esto?
-Un kilómetro más o menos.
-¡¿Un kilómetro?! ¿Y tenemos que recorrerlo entero?-Esta vez es mi amiga la que pregunta.
-No lo sé, pero el ingrediente que estamos buscando se suele encontrar en lo más profundo de las cuevas.
Esta vez soy yo el que suelta el sonido de desagrado y desesperación. Lo único que me impulsa a seguir con esto es saber que cuando terminemos con todo, Sev será libre y por fin podremos estar juntos realmente, sin enlaces de por medio.
Tras media hora caminando, por fin llegamos al final de la cueva. Severus dirige la luz de su varita hacia la pared, que comienza a palpar con la mano. Tras varios minutos, cuando todos estábamos perdiendo la esperanza y pensando que habíamos realizado la excursión en balde, parece que encuentra algo, porque se dirige a su ahijado diciéndole:
-Draco, pásame uno de los frascos que llevas en la mochila.
El rubio se lo da, y Severus coge una extraña rama de la pared y la guarda en él.
-Ya está, podemos irnos.
-¿Ya está?¿Para eso tanto trabajo?
-Harry, este ingrediente se encuentra solo aquí, y es completamente relevante para poder fabricar la poción. ¿Quieres romper ese enlace o no?
-Por supuesto. Prometo no volver a quejarme. Todo lo que hagamos para acabar con ese hechizo merece la pena.
Comenzamos la vuelta atrás, y tras otra media hora de camino por fin comenzamos a ver la luz del día. Salimos de la cueva y los ojos se me entrecierran, acostumbrados a la oscuridad. Mientras Severus se encarga de guardarlo todo yo voy sacando los bocadillos, porque ya tenemos hambre. Durante el proceso, Ginny se asoma a un pequeño acantilado que hay al lado de donde nos encontramos, y Draco se apoya en un árbol cercano a la pendiente.
Cuando ya lo tenemos todo listo, vamos a llamar a los chicos, pero, de repente, una parte del acantilado se desprende, la parte donde está mi mejor amiga. Ella suelta un grito y comienza a precipitarse al vacío, pero Draco, con rápidos reflejos logra asir su mano antes de que caiga y la ayuda a subir a tierra firme. Tras varios segundos consigo respirar de forma normal, aunque el color todavía no ha vuelto a mi cara. Si no llega a ser por Malfoy habría perdido a Ginny. Me levanto y me dirijo hacia donde se encuentran los dos, con Severus tras mis pasos.
-¡Ginny! ¿Estás bien?
Mi amiga recupera el habla y me consigue responder.
-Sí, sí. Gracias Malfoy, si no llega a ser por ti ya no estaría aquí.
-No hay de qué. Solo he echo lo que debía.
Pero durante el viaje de vuelta ambos se lanzan miradas de reojo y ya no se miran con odio ni con asco. Las miradas son de algo parecido a la curiosidad, como si fueran la primera vez que se ven realmente. Incluso en el restaurante en el que cenamos esta noche, Draco se muestra más cortés con Ginny y ambos mantienen una conversación. La primera charla formal, sin peleas que mantienen en la vida.
-Y pensar que casi tiene que perder la vida uno de los para que sucediera este milagro.-Me dirijo a Severus esa noche en nuestra habitación, cuando ya todos nos hemos encerrado en nuestros dormitorios.
-Sí, y ahora parece que se han vuelto inseparables, no los hemos podido despegar en toda la velada.
-Ha sido genial, nunca había visto a Ginny sonreír así desde que estaba con Dean.
La charla se mantiene unos minutos más, y acto seguido ambos nos encaminamos al baño a asearnos y ponernos el pijama. Ya en la cama, comenzamos con un beso inocente que termina convirtiéndose en uno realmente apasionado, que termina en una escena como la de ayer, aunque esta vez la repetimos varias veces. Cuando quedamos completamente exhaustos y saciados, caemos rendidos en las sábanas y nos dormimos casi instantáneamente. Me duermo sin poder dejar de pensar en lo feliz que soy ahora mismo, y sin poder dejar de pensar en mi amiga, a la cual he estado a punto de perder hoy. Cada vez se lleva mejor con Draco y yo espero que den un paso más y pasen a una relación formal pronto, porque el rubio me ha dejado de parecer tan idiota desde que empezó a ayudarnos a Sev y a mí, y realmente parece un buen partido. Es extraño, si alguien me hubiera dicho hace un año que iba a desear que entre Malfoy y mi mejor amiga surgiera una relación me habría reído de esa persona. Aunque si alguien me hubiera dicho que iba a terminar saliendo con mi odiado profesor de pociones, también me hubiera reído de él. Y aquí estoy hoy. Completamente enamorado de él y durmiendo abrazados tras hacer el amor. Mi vida por fin está cobrando sentido.