Capítulo 5
Nos aparecemos en la puerta de la Madriguera. Suelto a Max en el jardín, y éste en seguida sale corriendo a perseguir a los gnomos. Ginny y yo nos miramos y reímos, nuestra mascota no se había divertido tanto desde la última vez que estuvimos aquí. Llamamos a la puerta, y enseguida nos abre Molly, que se lanza corriendo a abrazarnos. Sabía que eramos nosotros porque le avisamos ayer de la visita.
-Mis queridos niños, cuánto tiempo. Tenéis que pasar por aquí más a menudo.-Nos ordena. Ella no ha cambiado desde la última vez que la vi. De hecho no ha cambiado nada desde que la conocí.- Vamos, no os quedéis en la puerta, pasad.
Entramos. La casa sigue estando igual que cuando vine la primera vez con Ron. La vez en la que me recogieron de casa de mis tíos con el Ford Anglia volador. Sentado a la mesa se encuentra Arthur leyendo el periódico. Cuando nos oye entrar gira la cabeza y nos sonríe.
-¿Qué tal chicos?
Tras hablar un rato de nuestras vidas con ellos(omitiendo lo de mi enamoramiento con Snape, por supuesto) le preguntamos por el resto de los Weasley.
-Bill sigue trabajando para Gringotts. Estuvo aquí hace dos semanas con Fleur y la pequeña Victoire. Charlie sigue con sus dragones en Rumanía( y sin pareja, como siempre), Percy sigue el ministerio y Fred y George siguen con la tienda de artículos de broma en el callejón Diagon, aunque eso ya lo sabréis puesto que sois vecinos.
De repente se oye un ruido procedente de la chimenea, y por ella aparecen Ron y Hermione. Mi amigo sigue igual, con su cabello pelirrojo y su cara pecosa. Mi amiga también permanece igual salvo por su incipiente barriga de tres meses. Sí, mi amiga esta embarazada, va a tener un pequeño retoño que poder cuidar y educar. Justo lo que yo quiero, aunque con la mala suerte que tengo en el amor seguro que no lo consigo nunca.
-¡Harry! Tanto tiempo desde la última vez que nos vimos.- Mi amiga castaña me da dos besos en las mejillas.
-¿Qué tal colega?-Ron me da una palmada en el hombro.
Acto seguido se dirigen a la mesa cogidos de la mano. Estoy tan feliz por ellos, pero a la vez celoso de que ellos estén tan contentos y a punto de formar una familia.
A la hora de la comida llegan Fred, George y, al que verdaderamente estábamos esperando, Percy. Tras un almuerzo lleno de conversaciones y bromas, por fin Fred lanza la pregunta.
-Bueno, ¿y que os trae por aquí chicos?
-Necesitamos hablar con Percy a solas, si nos permitís un segundo.-Mi amiga Ginny siempre tan directa.
-Por supuesto, el tiempo que queráis.
Acto seguido subimos las escaleras y entramos en el anterior cuarto de Ron, aquel de las paredes naranjas que compartía con él cuando pasaba los veranos en la Madriguera.
-Vale, ¿qué andáis buscando?
Decido tomar la iniciativa y contarlo todo.
-Verás, hace algo más de un mes apareció Snape por mi tienda, preguntando por un anillo. La semana siguiente llegó Malfoy y...
-¿Malfoy?¿Lucius Malfoy?
-Sí, ya lo sé, es extraño, pero así fue, y además llevaba el anillo puesto. Estaba rebuscando en una estantería de libros antiguos, pero tras decirme que no había encontrado nada de su agrado se marchó. Por último ayer volvió a aparecer Snape en mi tienda,y me preguntó por algún libro de enlaces en épocas pasadas o algo así. Como no teníamos ninguno decidimos buscar en otros lugares, pero no encontramos nada. Queríamos saber si tu podrías localizar algo así en el ministerio.
-Mmm, podría ser. Yo voy a trabajar esta tarde, intentaré mirarlo y a ver que encuentro. Pero toda esta historia me parece muy rara.
-Sí, a nosotros también.
Tras eso, bajamos y nos despedimos de la familia. Ya en la tienda tomo la decisión de ir a visitar a Snape. Solo voy a decirle que Percy va a buscar el libro en el ministerio. Sí, parece una tontería, pero es que no aguanto ya las ganas de verle, así que me planto en Hogwarts. Bajo a las mazmorras y llamó a la puerta de su despacho. Lo intento varias veces, pero no me abre. Cuando estoy a punto de marcharme, pensando que no esta aquí, la puerta se abre y aparece él, sin túnica ni capa, solo con una camisa mal abotonada y unos pantalones negros. Nunca había visto así a mi profesor, por lo que me quedo otra vez con la boca abierta. A este paso va a pensar que soy idiota de verdad. Esta vez hasta yo noto mi sonrojo e intento recomponerme.
-Señor Potter, que agradable sorpresa.-Por un momento parece que lo está diciendo de verdad, pero conociéndole, seguro que es sarcasmo.
-Buenas tardes, so-solo venía a de-decirle que Percy está buscando el libro en el ministerio. -Vale, la idea quedaba mejor en mi imaginación. Claro que en ella también acababa besándome apasionadamente con Snape, cosa que no va a pasar, y menos después de esta ridícula intervención. Y lo peor es que lo he dicho todo atropelladamente y muy rápido, Como se va a enamorar de mí, si solo sé quedar como un tonto delante suya.
-Genial, desde luego en el ministerio es mucho más fácil encontrarlo, pase si quiere.
Dios mío.¿Me está invitando a entrar en su despacho para hablar con él? Sí, es lo que está haciendo. No puede ser,¡ me ha invitado a entrar, me ha invitado a entrar, me ha...!
-¿Va a pasar o se va a quedar ahí, mirándome como un bobo?-Vale, lo he vuelto ha hacer, he vuelto a quedar como un imbécil.
Por fin entro y tomo asiento en el mismo lugar en el que lo hice tantas veces cuando me castigaba en Hogwarts. Su despacho sigue igual que en aquellos años, todo lleno de productos extraños en estanterías. Él también toma asiento y saca dos vasos, rellenándolos con whiskey de fuego. Esta bebida no es mi favorita precisamente, pero como me la ha servido él, me la tomo con mucho gusto.
-Bueno,¿ cómo le va?- ¿Primero me invita a su despacho y ahora me pregunta por mi vida? O ha bebido demasiado y ya no me conoce o se ha vuelto loco directamente.
-Bastante bien. La tienda es un buen negocio y me encuentro a gusto viviendo con Ginny. Pero no es mi novia ni nada parecido, solo es mi amiga.-Creo que no debería haber dicho eso, ha quedado demasiado evidente que me gusta. Si él se ha dado cuenta, lo ignora completamente.
-Ya, pero seguro que tiene a miles de chicos deseosos de meterse en sus pantalones.- Vale, no se cómo se ha enterado de que me gustan los chicos, así que se lo pregunto.
-Resulta bastante evidente Potter. Me di cuenta cuando estaba usted en el colegio de que se le iban los ojos detrás de los hombres más que de las chicas.-¿Tanto se ha fijado en mí para darse cuenta de eso o es que soy demasiado transparente?
Ya ha pasado una hora y Ginny está sola en la tienda, así que por mucho que me pese decido despedirme de él, y deseo con todas mis fuerzas seguir la conversación otro día.
-Bueno señor, tengo que marcharme porque no puedo dejar a Ginny tanto tiempo sola. Me ha encantado hablar con usted, y respecto a lo de antes, sí, he tenido chicos que han querido acostarse conmigo, pero no lo he hecho porque solo me querían para eso, y yo estoy buscando alguien con quién formar una familia, que verdaderamente me ame, y por eso llevo tanto tiempo solo.
Se me queda mirando fijamente y yo abandono el despacho y me dirijo a la tienda. Creo que mis últimas palabras le han afectado de manera especial, aunque quizá esto solo sea en mi imaginación.
Sí, en mi imaginación, donde al final acabo casado y teniendo hijos Snape-Potter.