Capítulo 4
Vale lo admito, quizás si que me guste un poco Snape. Bueno, quizá más que un poco. Esta bien, estoy perdida e irremediablemente enamorado de mi ex-profesor. Ya hace un mes desde la última vez que lo vi, en Hogwarts, y desde entonces no he podido dejar de pensar en él. Y no pensamientos inocentes precisamente; empecé soñando con miradas suyas, clavadas directamente en mis ojos, siguió con castos besos, y continuó con besos más apasionados. En estos últimos días ya estoy teniendo sueños más subidos de tono. Lo peor es que a pesar de desear encontrármelo y poder mantener aunque sea una mínima conversación con él, también tengo miedo de que cuando esté frente a él , me pueda leer el pensamiento y descubrirlo todo.
Mientras estoy desayunando aparece Ginny. Esta noche ha dormido aquí, como lleva haciendo desde hace tres días. Es raro porque desde que sale con Dean nunca ha dormido aquí, solo los días que nos hemos tenido que quedar hasta tarde trabajando. Le he preguntado si tiene algún problema pero ella me ha insistido que no, que solo ha decidido quedarse aquí para que no pase todas las noches solo. Me sigue pareciendo extraño, ya que en sus dos años de relación nunca le ha importado esto.
-Bueno, ¿qué has soñado esta noche?-Sonríe, no sé para que le he contado lo que me está pasando.
-Nada que te interese.
-Vaya, como estamos hoy, necesitas salir con alguien ya.- Estoy de acuerdo con ella. El problema es que con quién quiero salir, seguramente se reirá en mi cara, o peor, me gritará hasta la saciedad, si se lo pido.- Olvídate de Snape, no merece que alguien como tú ande tras de él, si ni siquiera es capaz de dirigirte la palabra.
-Tienes razón, pero no puedo, es superior a mí.
Max detecta la tristeza en mi voz, se acerca y me lame la mano. Yo sonrío, a veces pienso que nuestra mascota es mejor amigo que Ginny. Vale, Max no me entiende cuando hablo, pero por lo menos siempre intenta consolarme cuando nota que tengo un problema. Ginny solo me dice que me olvide del problema y me acueste con el primero que se me ponga por delante. Yo no estoy de acuerdo, para mí es importante que exista amor.
Cuando bajo a la tienda me lo encuentro allí. Su gran capa negra, acompañada de la túnica del mismo color, y sus grandes ojos negros, que parecen penetrar siempre en tu cabeza y averiguar hasta el más profundo de tus pensamientos. De la sorpresa me quedo estático y sin habla, con la boca abierta.
-Caramba, señor Potter. Tan elocuente como siempre.-Me acabo de dar cuenta de que me encantan sus sarcasmos. Por fin recupero la capacidad para hablar.
-Prof... Snape, no lo esperaba. ¿Qué le trae por aquí?- Aunque me encantan sus ojos, intento evitar mirarlos fijamente, no vaya a ser que le dé por usar la oclumancia conmigo.
-Necesito un libro que trate sobre enlaces en épocas pasadas, o algo así.
-Me parece que no tengo nada de ese tipo, pero si lo necesita con urgencia puedo buscarlo.-Deseo que me diga que sí. Poder ayudarlo en algo, y de paso tener más excusas para hablar con él.
-Pues sí, lo necesito con bastante urgencia, estoy dispuesto a pagarle lo que sea.-¿lo que sea? Solo se me pasa una cosa por la cabeza... Harry, por favor, controla tus hormonas.
-Oh, tranquilo señor. Estoy encantado de poder ayudarle.
Se me queda mirando fijamente. Yo intento sostener su mirada y dejar la mente en blanco. Cuando se harta de escrutarme, se da la vuelta tras lanzar un “Hasta otro día, señor Potter” y se marcha. Yo por fin consigo soltar el aire y seguir respirando.
Escucho una carcajada y me giro. Es mi amiga riéndose de mí, como lleva haciendo desde hace dos semanas que le conté mi problema.
-Como sigas con esos sonrojos cada vez que lo mires, al final se va a dar cuenta.-¿Sonrojo? No me había dado cuenta, ¿y si Snape si que se ha percatado, y por eso no dejaba de observarme?
-Ginny, ¿por qué no me dejas en paz un rato y te marchas con tu noviecito?
Le cambia la cara. De repente deja de reír por un instante, pero al instante siguiente está sonriendo de nuevo y me dice:
-Bueno, será mejor que te ayude a buscar el libro ¿no?
-¿Has estado espiando toda la conversación?
-Lo siento, no he podido evitarlo.-Esto es increíble, esta chica no me deja ya intimidad para nada.
-Bueno, ¿vas a ayudarme o no con el libro?
Ambos nos ponemos a consultar en distintos almacenes y tiendas, pero no encontramos nada parecido. Tras dos horas preguntando en todo tipo de tiendas, mi amiga y yo tiramos la toalla. Ya estamos a punto de subir cuando...
-¡Eh!, mi hermano Percy trabaja en el ministerio, quizá tengan algún libro así por allí.
-¡Tienes razón, no me había acordado!
Estaba feliz, pues al fin tenía una mínima esperanza de poder ayudar a mi ex-profesor y además iba a realizar una visita a los Weasley. Hacía por lo menos seis meses que no los vistaba y ya empiezaba a echar de menos a mis amigos Ron y Hermione.