Ya era bastante malo lo que Weasley había dicho y la desesperación con la que lo había hecho. Pero el pelirrojo no se detuvo ahí.
--No solo no despierta, Hermione, no respira, es como si estuviera...--no pudo continuar, rompió en lágrimas.
Trató de ignorar la punzada de pánico que sintió en el estómago tratando de pensar en lo más acuciante. Frunció el ceño.
¿Weasley acababa de llamarlo Granger? Intentaba cuadrar todo, la situación de Potter no podía ser tan mala como Weasley parecía creer, se dijo con firmeza, iba a hablar, pero ocurrieron varias cosas en ese momento. Todas al mismo tiempo. La primera fue que Dumbledore se levantó de la silla, con premura.
La segunda fue que la puerta del despacho se abrió. Revelando a la Profesora Mcgonagall y a Granger, la primera llevaba su usual bata de cuadros escoceses, la segunda un largo camisón blanco y el pelo enmarañado. Pero tenía el rostro pálido y los ojos muy abiertos.
Por último parecía que con el ruido Weasley se había decidido por fin a levantar la mirada, y al descubrir que él estaba ahí sus orejas se pusieron rojas, se limpió furiosamente las lágrimas. Parecía que se mordía la lengua.
Entonces el matojo de cabello castaño que era Granger se arrojó sin ningún pudor a los brazos de Weasley donde empezó a llorar, el pelirrojo pareció asustado por un momento pero de todas maneras la abrazó, incluso tuvo el valor y el descaro para dedicarle una mirada desafiante.
Como retándolo para que se riera. Los Gryffindors definitivamente creían que el mundo giraba a su alrededor. A el no le importaba en lo más remoto lo que hiciera con la señorita Granger. Lo importante era saber exactamente cual era la situación de Potter.
--Dime que no es verdad--le dijo Hermione a Ron con la voz quebrada--Dime que es una broma, te prometo que me reiré.
--Lamento mucho informarle, señorita Granger que no es así, lamento que haya tenido que dejar su dormitorio, pero creímos prudente avisarle--interrumpió Dumbledore y ella lo miró sin dejar de sujetarse a Ron--Ha hecho usted bien en decirmelo de inmediato, señor Weasley. Profesora Mcgonagall puede llevarselos, tienen permiso para visitar a Harry un momento antes de regresar a la torre, pida a Madame Pomfrey les de una poción para dormir.
-- ¿Pero y Harry?--barbotó Ron-- ¿Que pasa con Harry?
--No voy a mentirles--dijo Dumbledore--La situación de Harry es por demás delicada, pero ha sido trasladado a la enfermería, la señora Pomfrey se encargará de cuidar de él por esta noche, y deberá permanecer ahí hasta mañana. Será llevado a San Mungo tan pronto obtengamos autorización para su traslado.
-- ¿Podríamos quedarnos con él, por favor?--pidió Hermione.
--Preferiría que no, señorita Granger--dijo esta vez la profesora Mcgonagall--Lo siento mucho pero deberán presentarse a clases como corresponde y quisiera que durmieran lo suficiente.
--Nosotros les informaremos de cualquier cambio en la siutación--dijo esta vez Dumbledore y con un gesto la profesora les sacó de la habitación.
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Harry había intentado por todos los medios despertar, pero era imposible. Realmente estaba atrapado. Y lo peor era que por alguna razón era incapaz de sentir miedo. Se sentía como si estuviera a salvo. Como si realmente Voldemort solo quisiera hablar.
Eso tenía que estar mal de muchas maneras. Su inconsciente parecía estar relajado, su instinto le indicaba que no había peligro, pero su sentido común parecía estar gritando que las cosas no iban bien.
-- ¿Has terminado ya tu rabieta, Harry?--le preguntó Tom a Harry mirándolo aburrido.
--Quiero respuestas—exigió alterado—¿Como puedes estar aquí? Se supone que... El castillo, tú, se supone que no puedes poseerme.
--¿Donde es aquí, Harry?--le preguntó Tom Riddle.
--Mi mente... -- ¿Era obvio no?
--No seas ingenuo, Harry, presuponía que tenías al menos un poco de inteligencia.
-- ¿Dónde estoy?
--Una pregunta muy sensata—le dijo—La respuesta sin embargo es tan compleja que sería difícil simplificarla a tu nivel. Vamos a decir que estamos en un sitio de mi propiedad eres mi rehén, mi prisionero. Y esta cárcel, es un rincón de mi propia mente.
-- ¡¿Qué?!
--Dime Harry, ¿Nunca te has preguntado por que somos tan similares?
--No me parezco a ti. Yo tomo mis propias deciciones.
--Estoy de acuerdo en eso último, nunca dije o he dicho lo contrario, dime ¿Te lo has preguntado?
--Si--admitió enfadado—muchas veces.
-- ¿Y?--preguntó-- ¿Que respuesta te das para estar más tranquilo?
--Puede que me parezca a ti, puede que tenga las habilidades que tu tuviste, pero a diferencia de ti no elijo lastimar a la gente. No creo que magos o muggles sean inferiores a mi.
-- ¿Es esa tu razón?--se burló— ¿Quieres decir que por eso eres más bueno? ¿Que eres puro? ¿Es ese el consuelo que el estúpido anciano director te ha dado? Vuelvo a preguntarte, ¿Por qué Harry?--presionó-- ¿Por qué te pareces a mí? ¿Por que tienes las mismas habilidades únicas? ¿Alguna vez te has leído la nobleza de la naturaleza, una genealogía mágica?
-- ¿Ahora me recomiendas libros?--fue el turno de Harry de ser irónico y burlarse de su interlocutor— ¿Todavía no te das por vencido y aún quieres ser un profesor? No te vá. Si piensas que voy a leer algo que a ti te parezca, lo llevas claro.
--Siempre he admirado ese orgullo—dijo sin molestarse.
-- ¡No es orgullo! --no quería que Voldemort admirara nada suyo—Es valor.
--Originalmente era orgullo Harry—dijo Tom—con el tiempo ha sido moldeado para convertirse en ese valor estúpido. Valor impuslsivo que solo hace que pongas en peligro tu vida, por idioteces.
--Prefiero eso, a un ser egocéntrico pedante como tú.
-- ¿Realmente me odias?
-- ¡Mataste a mis padres!
--Y si te dijera, Harry que esos no eran tus padres.
-- ¡Es mentira! ¿Cómo te atreves a tratar de jugar con lo más sagrado para mí? ¡¡Ellos eran mis padres, yo los amaba!! ¡Por supuesto que te odio!
--Eso, Harry es lo que te han hecho creer. Jamás estuviste con ellos el tiempo suficiente para amarlos. Te enseñaron a venerar sus memorias. A amar un recuerdo. Una historia cursi y estúpida, el chupete perfecto para un adolescente vulnerable. Lo preguntaré por última vez Harry ¿Por qué te pareces a mí? ¿Donde radica el secreto de nuestra unión? ¿Por qué puede hacer esto, traerte aquí? ¿Por qué no pude matarte? ¿Por qué jamás fuiste puesto bajo la protección de la ley de magos, aunque eras un infante desprotegido y debías ser recolocado con una familia? ¿Por que fuiste escondido en el mundo muggle?
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--¡Dijiste que las barreras del castillo sería suficientes para proteger a Potter! --estalló Severus golpeando el escritorio del director con las palmas—La vulnerabilidad mental ocurre específicamente después de la invasión de la mente que como te indiqué es necesaria para enseñarle a repeler de modo automático las invasiones que sufre del exterior.
--Fue un error, evidentemente--dijo Dumbledore.
Desesperado se puso de pie y empezó a caminar por el despacho. No podía ser cierto. ¿Algo le sucedía a Potter y Dumbledore no podía solucionarlo?
Era imposible. Tenía que hacer
algo pero
qué encontrar el modo de hacerlo despertar. Y cuando el maldito consentido, egocéntrico abriera los ojos iba a molerlo a maldiciones. Iba a castigarlo hasta que se graduara. Al menos así no volvería a perderlo de vista.
Al menos así dejaría de sentirse como si hubiera fallado en protegerlo.
Por un solo segundo el terror fue más grande. Salió del despacho de Dumbledore dando un portazo. Tenía que empezar a buscar una solución ahora mismo. Se pasaría por la enfermería para saber lo que opinaba Madame Pomfrey.
Y lo comprobaría por el mismo.
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