Baile de Invierno Inusual. Capítulo 5

Tema: Baile de Invierno Inusual. Capítulo 5 Vie Mayo 16, 2014 2:23 am

Continuación
Baile de Invierno Inusual

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No había pegado ojo en toda la noche, solo podía pensar en lo que había sucedido, en Draco, en sus verdaderos sentimientos y deseos y en qué hacer, y eso le asustaba realmente, el por qué estaba claro, ¿a quién no descubrir algo o alguien nuevo?

Siempre su relación con el Slytherin había sido de mutuo odio, o no tan mutuo… O no tan odio… Y eso lo desconcertaba, ¿hacía cuanto sentía esas cosas por él? Todo, absolutamente todo, era nuevo para él, y un disparate. Al principio había pensado durante una parte de la noche que era una broma de nuevo, pero por una vez, la confianza que le habían irradiado sus ojos lo había cegado por completo… ¿Y ahora qué iba a hacer? Ir al baile con él era proclamarse totalmente gay… Y… Aunque las mujeres no le disgustaban, o al menos eso había creído toda su vida, antes de saber nada, pero, desde aquél día que se quedó embobado mirándolo en clase leer, el cuerpo de Draco lo había empezado a ver de otra forma. Sentir sus labios y ésas ganas de haberlo continuado le eran más evidentes para darse cuenta de aquello…

Pero el problema residía en la generalización de esto. Caminó por la clase hasta sentarse en su sitio junto a Ron. ¿Le atraerían más hombres? No sabía cómo comprobarlo, o cómo hacer para saberlo.

Snape entró por la puerta con semblante serio y oscuro, colocándose frente a su escritorio de pie, apoyado levemente contra el borde de éste. Un par de mechones de un color negro puro como él carbón caían por su frente a ambos lados de la cara, adornándola con sumo cuidado. Le dirigió una mirada inquisitiva, voraz, penetrante, de ésas que Harry recibía por su parte muy a menudo, y consiguió reprimir un pequeño gemido de agobio, no necesitaba ahora eso.

El maestro siempre dejaba fijos sus ojos en los suyos, y cada vez de ellas él se la había sostenido imponente, sin dejarse amedrentar. Pero ahora, sus mejillas se ruborizaron unos instantes en los que vaciló al mirarlo y se obligó a descender la mirada hacia su libro con un "Mierda" repitiéndose en su mente una y otra vez, apartársela era algo que jamás hacía, le demostraba de ésa forma que no le tenía miedo, y lo obligaba a acabar cediendo sobre sus gemas esmeralda, pero ésta vez, había perdido. Por primera vez y por vergüenza había perdido, no podía ser.

Severus Snape, si bien ya lo habían tenido durante dos semanas como profesor de pociones, ahora volvía a ser su maestro de Defensa contra Las Artes Oscuras. Ése profesor que imponía sólo con verlo caminar por el fondo del pasillo, recordaba la primera vez que lo miró en la Sala Común cuando lo eligió el sombrero seleccionador. La forma en que había clavado su mirada en él no la olvidaría jamás, sus ojos negros lo miraban mientras tenía una conversación, como si fuese más importante, o un interés en su persona le hiciese mirarlo sin pestañear si quiera, pero él se había sentido intimidado, ésa mirada no podría olvidarla, ni la sonrisa que le borró del rostro para ponerlo nervioso. En aquel momento había empezado el juego, recordaba a pesar de ello habérsela sostenido, y a lo largo de los años, recordaba transmitirle odio cada vez que lo miraba, la rabia que le recorría su presencia. Era algo natural, simple. Neville incluso lo temía y su boggart se había convertido en él. Pero él no, él lo odiaba por la forma en que trataba al resto de alumnos, a sus compañeros y amigos. Por muy elegante y altivo que pareciese, para él no era más que un mísero profesor con criterio seleccionador, lo odiaba por el hecho de no pertenecer a Slytherin y tener ése trato, peor si se pudiera decir que el resto de los no serpientes, además de que parecía mutuo, él mismo le había demostrado durante más de 5 años su reciprocidad de tal sentimiento.

Volvió a alzar la cabeza ya más relajado, estaba bastante intranquilo y nervioso, todo le daba vueltas otra vez porque no debería de pensar, debería de atender. Y allí estaba, Snape estaba sentado en su escritorio con un pequeño libro entre sus manos, sus labios se movían gráciles al ritmo que leía un párrafo que no recordaba en ningún momento había empezado, aunque probablemente era él el que no había empezado, pero a escuchar o leer. Aquel tipo de pensamiento cruzó como una daga la mente de Harry dejando pasear sus ojos de nuevo por el maestro. Como si supiera lo que iba a hacer, de pronto sus ojos traspasaron por el hueco que se creaba por encima de sus gafas al tener gacha la cabeza, dejándolos de nuevo sobre él. Se quedó helado cuando lo pilló observándolo, pensó en una reprimenda, en un "Potter, sé que la inteligencia puede ser algo puntual en usted o incluso inexistente, pero podría hacer el esfuerzo de aprovecharla o encontrarla en mis clases, ¿no le parece?" acompañado de un hechizo que le obligase a no levantar la cabeza de su libro, pero no llegó.

Nunca llegó. Simplemente se dedicó a mantenerle la mirada fijamente, como aquella noche, sus ojos eran enigmáticos, incitantes a retar a su contrincante a seguir observándolo si tenía valor, misteriosos, intransferibles, nadie podía ver más a través de la cobertura de su retina y lo que él nunca dejaba mostrar, ni dolor, ni tristeza, ni cobardía… Solo destellos de luz que se reflejaban para darles vida y no parecer muertos, pero al menos él, no los veía muertos.

Podría haberse pasado minutos sin poder moverse, creyendo que le había hechizado, pero, sin embargo, un torrente de calor le ardía por todo el cuerpo y notaba cómo el libro se podría escurrir de entre sus manos del sudor que habían producido. ¿De verdad el odio podía conllevar a algo más? ¿Podría cambiar de un momento a otro la visión de una persona por otra?

- Harry, ¿qué haces?- Preguntó un susurro a su lado que le hizo conseguir contar la conexión visual con él, no sabía si darle gracias a Ron o pegarle con fuerza, ¿qué tipo de pensamientos acababa de tener? Esto de la duda se le había ido de las manos.

- Nada, estoy mareado de nuevo.- Divagó rodando los ojos y pasándolos por un segundo por Severus de nuevo, ya no le miraba y estaba absorto en su libro, ahora ésos ojos recorrían avivados cada palabra que podía.

Cogió el libro con más firmeza y comenzó a leer lo que le había mandado, o bueno, lo que Ron había dicho que había mandado. Cansado, sacó de debajo del libro otro que tenía más interés que lo que tuviesen que leer de Defensa Contra Artes Oscuras, Pociones. No era un libro cualquiera, su cubierta estaba tan gastada que pensaba no podría ni leerlo, pero al contrario, tenía anotaciones tan interesantes y perfectas que no podía dejar ni un minuto de su tiempo sin prestarle atención. A todo eso, otro pensamiento cruzó su mente, ¿y Draco? Ladeó la mirada hacia su derecha tratando de buscar el rostro de quién le había metido en aquello. Tranquilo, sereno, con una pequeña luz encendida que le daba en la cara para iluminar la estancia, pero que en verdad, lo iluminaba a él.

"Esto va a ser más difícil de lo que si quiera anoche pensé." Su lectura lo sumergió en lo que tenía como objetivo, y así lo consiguió.

Ésa mañana no hablaron en toda la clase. Draco seguía sumido en lo que quisiera que estaba haciendo y lo miraba de reojo sin que nadie se diera cuenta, y Harry se había esforzado en no volver a voltear a verlo centrándose en cada anotación y misterio que escondía, por lo que lo último que intercambiaron fue una nota de ese mismo papel volador que el moreno guardó un día para cualquier día inesperado, tan inesperado como hoy.

"Al acabar las clases, mientras todos comen, en el pasillo éste, junto al salón común." Draco no pudo evitar sonreír ante ello, carraspeando para que desapareciese en segundos ya que iba a atraer miradas indiscretas, pero tampoco pudo evitar sentirse feliz, era la primera vez para él que se encontraba así por ése maldito Potter… Sonrió interiormente de oreja a oreja, le alegraba que fuese él.

El timbre sonó tan fuerte como siempre, pero ninguno de los dos le prestó real atención. Harry sumergido en sus pensamientos por memorizar lo que parecía un conjuro en el libro apenas consiguió atisbarlo de no ser por Ron, últimamente le debía más de lo que normalmente. Recogió todo en cuestión de segundos y lo único que llevó en su mano fue el libro de Pociones al que tanto apego tenía… ¿A quién había pertenecido ése libro? Otra incógnita que había dejado aparcada pero que deseaba saber con fiereza, todo se le juntaba y comenzaba a sentir un nudo en la garganta, debía de ir por partes. Primero. Draco. Que por cierto, aún no sabía qué responder.

Los pasillos estaban abarrotados, los alumnos salían a espuertas colapsándolos. Todos tenían hambre, y el comedor se convertiría en un hervidero de risas y ansias, como siempre, pero hoy habrían 2 huecos más libres para comer, por ello, se abrió pasó tras ésa masa de gente, guareciendo el libro en su túnica, con la intención de no seguir el trascurso de su flujo. Notaba una mirada clavada en su nuca que lo perturbaba, pero con un ligero escalofrío que partió desde su nuca siguió el camino que le conduciría al pasillo este.

"Draco, creo que es mejor que no nos vean en el baile juntos." "Creo que no deberíamos de ir al baile, pero eso no quiere decir que no me gustes." "No sé si me gustas ni si quiero ir contigo al baile." "¿Y si vamos qué pasará? ¿Pareceremos una pareja feliz? Dime algo por Merlín." Ensayaba una y otra vez las distintas formas de hablar con Draco, parecía patético caminando solo y hablando en voz baja sobre qué le diría, o loco, no sabía qué era peor. "No, no podemos ir juntos al baile porque no sé si soy gay, no sé si me gustas, no sé porqué te besé, no sé si realmente quería, y para colmo, creo que me va a dar algo de pensar." Por Merlín, ¿cómo diablos iba a decirle eso? Era imbécil, muy imbécil.

Torció la esquina y se encontró de frente con lo que esperaba. Un chico de su edad, más delgado y con aspecto intranquilo estaba apoyado contra la pared con la mirada perdida hacia el lado contrario del pasillo por el que él se había decidido a encaminarse en su encuentro. Tomó aire más veces de las que creyó haber respirado en todo el día, y sus pasos sonoros y delirantes hicieron que fuese receptor de sus ojos plateados.

- Pensé que no vendrías.- Murmuró ahora con aspecto más tranquilo, paseando sus ojos por él hasta que llegó a sus esmeraldas.

- ¿Por qué no iba a venir?- Preguntó esbozando una nerviosa carcajada.

- No sé, mucha valentía Gryffindor pero luego…- Soltó una media risa que no gustó un pelo a Harry, haciéndole que frunciera el ceño, sí, era evidente que Draco no iba a cambiar, era así.

- Oh sí, como la de Slytherin declarando su amor por unas notitas, vaya valentía.- Contraatacó chasqueando la lengua, sacándose a sí mismo una risotada satisfecha al ver la cara de desagrado del rubio platino, era divertido.

- Yo tengo más valentía que tú, Harry Potter.- Alzó una mano para tomarlo con fuerza del cuello del jersey y acercarlo a él para besarlo sin preámbulos, era lo que llevaba queriendo hacer toda la clase, estaba en última fila y verle desde allí no era complicado, además de una tortura.- ¿Qué decidiste respecto al baile?- Preguntó en un susurro sinuoso a escasos centímetros de él.

- Draco, yo no soy como tú.- No sabía qué le iba a decir, solo iba hablando sobre la marcha.- Yo no puedo ir al baile contigo, tengo una reputación en la escuela. Soy quien deberá de pelear contra Lord Voldemort, guiarlos contra él. ¿Me seguirían de saber que estoy con un hombre con todos los prejuicios que hay con referencia a ése tema? - Le planteó algo que pilló por sorpresa al Slytherin, realmente… Joder, no le gustaba admitirlo, pero algo de razón podía tener, aunque no pensaba que en esta escuela pudiese haber tal discriminación, aún no sabía de ningún caso.

- ¿Con quién irás entonces?- Carraspeó con brusquedad soltando el agarre de su cuello.

- No lo sé aún.- Negó algo preocupado por su expresión, se había vuelto… ¿apagada?- Pero tendré que ir con alguien, imagina que un chico que recibió muchísimas peticiones va solo, podrían correr rumores…- Tragó saliva sin querer imaginarlo, era todo tan complicado.

- Odio decirlo, pero tienes razón.- Suspiró cortando la conexión con su mirada, dejando vacíos sus esmeraldas que tenía por ojos, ¿quería seguir teniendo sus ojos fijos en los suyos?

- No creí jamás que escucharía ésas palabras de ti refiriéndote a cualquier cosa que saliese de mí.- Estiró sus labios para formar una sonrisa suave.

- No vayas a creer que se repetirá de nuevo.- Refunfuñó volviéndolo a mirar, siéndole imposible dejar de fruncir el ceño para sonreír por ése idiota.

- La esperanza es lo último que se pierde.- Levantó las cejas y volvió a dejarlas en su sitio en un segundo.

- Por eso mismo, aún me falta un día para conseguir mi propósito.- Estiró un poco su cabeza incorporándose de la pared dónde había estado apoyado toda la conversación, tensando los músculos del moreno a medida que se acercaba hasta la entrada de su sistema auditivo.- Enamorarte, y que vengas por fin conmigo al baile.- Torció su sonrisa dejando que sus labios besasen levemente allí dónde parecía agitarse, ascendiendo para atender el alocado corazón y sentido de la razón del moreno que tenía enfrente, sin dudar en volver a besarlo.

Los segundos transcurrieron mientras el calor se apoderaba de él de nuevo, eso lo había sentido antes, sabía que lo había sentido, ¿dónde antes lo había sentido? Trató de tranquilizarse pero sosegarse en ése momento no era opción. No sabía cómo pararle, si quería hacerlo si quiera. No. No quería. Quería que siguiera dejando sus labios en él, presionándole intermitentemente para instarle a prolongar el beso y tímidamente asentía con curiosidad y ansia.

Jadeos.

Ambos se separaron con dificultad. De pronto, unos brazos rodearon la cintura de Harry con algo de nerviosismo y lo pegó a él sin previo aviso. Jamás. Jamás. En su jodida vida, había imaginado ésa escena. Draco abrazándolo. A él. A Harry. Y él sin sentir asco lo aceptaba. No pudo reaccionar a la misma vez y torpemente pasó sus brazos por encima para acoger ese abrazo y hacerlo recíproco. Sintió el calor que le emanaba su aliento cerca de su nuca, el sonido de su respiración agitada y el latir de su corazón como melodía completando ése absoluto silencio.

De pronto. Se vio truncado.

Se separó con fuerza de Draco agitado y tembloroso. Una figura muy familiar a él estaba de pie mirando la escena. Mierda, mierda, los habían pillado y si quiera eran nada, si quiera había pasado nada que pudieran pillar realmente. No podía ser cierto, ¿cuánto tiempo llevaba allí? Su sangre pareció dejar de circular cuando se dio cuenta de la verdadera identidad de él, encontró una imagen que le congeló desde una punta del pie hasta el último extremo de su pelo, ¿qué hacía él allí?

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Tema: Re: Baile de Invierno Inusual. Capítulo 5 Vie Mayo 16, 2014 9:38 pm

muy lindo capitulo, hubo mucho Severus, eso es bueno, la mirada que mantuvieron en clase fue genial, espero que Harry no valla con Draco.

Tema: Re: Baile de Invierno Inusual. Capítulo 5 Dom Mayo 18, 2014 9:39 pm

senseiiiii senseiiiiii quieres un crucio verdad...¬¬ porqueee no me gusta como van las cosas....¬¬ nooooooooooo sensei porque porqueeeeeeee

onegaiii otro cap y nooo permitas que harry se involucre mas con draco onegai sensei apiadate de esta alma.... pray

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