Capitulo 12 - Pro Snarry

Capitulo 12

Escritoras: Snarry_Love20 y Aryam Damasae

Betas: Snarry_Love20 y Aryam Damasae

Ilustradora: Dea Lizardi7 se encuentra de viaje y no ha podido subir el dibujo a tiempo, en cuanto regrese lo subirá.

Clasificación: NC-17

Palabras: 4.520

Advertencias: NC-17

Resumen: Tras la partida de su amigo, Ron y Hermione emprenderán una cruzada para devolver la felicidad al que alguna vez fue el temido profesor Severus Snape.


Capítulo final de Lucha de Titanes


—Profesor Dumbledore…— Hermione había acudido al despacho de McGonagall, actual directora de Hogwarts con la intención de hablar con el retrato del venerable anciano. Todos parecían haberse resignado, y aceptado la muerte de Harry y la locura de Severus, incluso Ron, pero ella no se rendía, nunca lo haría.

Tenía que haber algo que pudieran hacer para revertir aquella situación tan triste y desesperante. Había hecho cuanto estaba a su alcance para encontrar una solución incluso había ido al Ministerio de Magia para pedir permiso para usar un giratiempo, ya que eran ellos quienes los controlaban, no los relojeros, pero todos los que había en el departamento de Misterios, habían sido destruidos en la batalla del Ministerio. No podían ayudarla a traer a Harry de vuelta aunque quisieran.

Cegada por el dolor, la ira y la impotencia, no había visto con claridad las cosas, no había hablado con el retrato del Director, era como si la tristeza hubiese nublado también su perspicacia, pero no podía rendirse, tenía que seguir intentándolo. Dumbledore era su última esperanza.

—Dime Hermione ¿En qué puedo ayudarte?

—Señor, ha pasado un año ya, todos estamos muy tristes, Harry ha muerto y no hay forma de traerlo de vuelta, y Severus…es un muerto en vida, está enajenado desde que Harry desapareció… Ya no sé qué hacer, porque no me resigno a perder a Harry, a perderlos a ambos, y empiezo a creer que es verdad, que no hay solución posible—dijo con los ojos llenos de lágrimas.

—Mi querida niña, eres una Gryffindor, no te des por vencida nunca, y jamás subestimes el poder del Amor…recuerda que Harry venció dos veces a la muerte, una gracias al amor de su madre, la otra gracias al amor que sentía por vosotros. ¡Venció a Voldemort con sólo diecisiete años! Nunca nada ha sido normal en Harry, recuerda que es un Mago extraordinario con un potencial enorme.

—¿Qué quiere decir? Habla de él como si aún estuviese vivo y… ¡Harry está muerto! Su cuerpo se desintegró a causa del veneno de medusa. ¡No hay forma devolverle a la vida!

—¡Nunca digas nunca pequeña! Puede que su cuerpo se haya desintegrado, pero su alma sigue viva, ayer mismo tuve una interesante conversación con Harry en lo que él dice que es King Cross…sigue esperando que hagáis algo para traerlo de vuelta, porque esta vez no puede hacerlo por sí mismo, necesita que le ayudéis. Si él no se rinde no veo por qué vais a hacerlo vosotros… Siempre hay una salida…sólo tienes que saber buscar adecuadamente. Creo… que Ronald y tú tendréis que profanar mi tumba y hacer una pequeña incursión en mi antiguo despacho.

—¿Qué…? ¿Habló con Harry? ¿Le ha visto? ¿Cómo está?— sollozó, ahora las lágrimas rodaban libremente por sus mejillas, pero no eran lágrimas de angustia, sino de esperanza. ¡Por fin…parecía que las cosas se iban a solucionar! ¡Era tan increíble! ¡Tan…maravilloso! Aún así necesitaba tiempo para asimilar el giro de los acontecimientos, para acabar de creer realmente lo que estaba oyendo. ¡Podía traer a Harry de vuelta! Estaba tan eufórica ante la idea, tan nerviosa y excitada que le temblaban las manos y las rodillas y el corazón la latía de tal forma que dolía. Se obligó a serenarse y pensar con tranquilidad, pero aún así no podía parar de recorrer una y otra vez el despacho, con una mano en la frente, como si ese simple gesto, tan habitual en ella, la ayudara a poner su mente en orden.

Una de las cosas a las que Dumbledore se refería tenía que ser por fuerza la varita de Saúco, Harry la devolvió a la tumba de su mentor cuando todo hubo terminado, pero aún así le pertenecía a Harry, sólo con él funcionaría debidamente…La otra…no imaginaba cual podría ser. La piedra de la resurrección desapareció, Harry se deshizo de ella, y nunca les dijo cómo.

—Lo que necesitas está ahí Hermione, en mi féretro está la varita de Saúco. El otro objeto es un giratiempo de oro que perteneció al mismísimo Godric Gryffindor y que nadie sabe que aún existe, todos creen que desapareció, pero eso no es del todo cierto. Este giratiempo como te digo es realmente valioso y especial, y como nadie sabe que existe, no pueden neutralizarlo. Tendréis que ir a mi despacho procurando que nadie os vea, ni siquiera McGonagall, no quiero comprometerla. En la pared del fondo, justo al lado de la ventana hay una piedra un poco distinta a las demás, búscala Hermione y presiona en ella. Ya sabes lo que tienes qué hacer…

¡Claro que lo sabía! Las lágrimas habían cesado y ahora sus ojos tenían de nuevo ese brillo tan especial que adquirían cuando su mente trabajaba a mil por hora.

—¡Muchísimas gracias Señor…!

—Hermione…si consigues traer a Harry de vuelta, todo volverá a ser como antes de que la señorita Weasley le clavase la daga. No puedes alterar nada de lo que sucedió hasta entonces y recuerda que no pueden verte…

—Pero…entonces…Harry seguirá muy enfermo.

—Sí, es verdad pero…No hay nada que el amor verdadero y la varita de Saúco no puedan lograr ¿Verdad?

—¡Verdad Señor!—le respondió con una sonrisa resplandeciente, se sentía muy feliz y excitada ante la idea de traer a Harry de vuelta y luego…tendría que confiar en la teoría de Dumbledore.

—Hermione…Necesitarás sesenta vueltas completas. Este es un giratiempo muy especial, cada vuelta completa equivale a siete días.

—Cuatrocientos veinte días, justo el tiempo que hace que Harry se fue…Gracias de nuevo Señor.

—Hermione, espera un momento…antes de irte tengo que explicarte cómo deshacer los potentes que protegen mi tumba. Ya sabes que reforzaron las protecciones después que Voldemort la profanara.

—¡Es cierto señor…lo había olvidado!


Unos minutos después la joven con los dedos cruzados y la esperanza titilando en sus preciosos ojos castaños, fue corriendo a buscar a Ron.


OoOoOoOoO



Entro corriendo a la sala donde sabía que hallaría a su marido y no se equivocó encontrándolo con un vaso de coñac en una mano y la mirada perdida en las llamas en la chimenea.

Ron salió de la ensoñación en la que se hallaba sumido, recordando a Harry y todas las aventuras que pasaron juntos, sólo pensar en ello le entraban unas tremendas ganas de llorar. Lo extrañaba tanto…Hermione creía que sí, pero…no, no se resignaba a no ver a su amigo nunca más. Había transcurrido un año desde su desaparición y al pelirrojo le pesaban como si fueran diez.

Nunca había sentido demasiada simpatía por Snape, pero era el hombre que su amigo amaba, y Ron había aprendido a tolerarlo y apreciarlo. Verlo en el estado que se hallaba sumido le partía el alma, porque sabía que la tristeza que embargaba el alma de Severus desde que Harry no estaba, era la causa de su enajenación. No soportaba vivir sin Harry, así que su mente se había ido tras él, la alegría de Ron también había desaparecido casi por completo, primero Fred y luego Harry… Algo parecía haberse roto de forma irremediable también en él. Hermione y especialmente sus hijos Rose y Hugo, eran sus razones para seguir adelante. Dio un largo trago del ambarino líquido para después saludar a su querida Hermi, que le preocupaba sobremanera ya que no se había dado por vencida respecto al asunto de traer a Harry de vuelta. Por increíble que pudiese parecer, había logrado sintetizar el antídoto contra venenos más potente del mundo mágico. Llevaba meses trabajando en ello, era una obsesión para ella… y al fin lo había logrado. El antídoto, era tan eficaz que contrarrestaba incluso el veneno de Medusa.

Cuando giró la cabeza encontró a su esposa con el rostro resplandeciente y la esperanza brillando en sus ojos. Enseguida supo que pasaba algo raro, Hermione tenía la misma expresión que ponía siempre que sabía algo que el resto del mundo ignoraba.

—Mione, ¿Pasa algo querida? ¿A qué viene tanta alegría?

—¡Ron, lo encontré, tengo la solución…! podremos traer a Harry de nuevo, he estado en el despacho de McGonagall y el retrato de Dumbledore me ha hecho recordar que un Gryffindor nunca se da por vencido e incluso me ha dado la solución solo que será necesario que… —carraspeó un poco, tenía la completa atención de Ron y éste la miraba con sorpresa, esperanza y… ¡Un momento! ¿Esa era la cara de travesura tipo merodeador que le conocieron tanto a Sirius como al Profesor Lupin?... tragó duro y se lo soltó a bocajarro—. Tenemos que profanar la tumba de Dumbledore.

—Espera… ¿Qué dices? ¿Profanar la tumba del director? Mione querida, sé que estamos mal pero hay que respetar eso —ahora sabia el porqué de la cara de travesura—. Yo también quiero que Harry regrese pero… ¿No crees que eso sería exagerado para tal vez no conseguir nada?

—Por eso no te preocupes Ron, tenemos el consentimiento del director —contestó teniendo la decencia de sonrojarse y esquivar la mirada acusadora de su pareja—. Eso sólo no bastará, tendremos que entrar al despacho de McGonagall cuando ella no esté y buscar el giratiempo de oro. Tenemos que practicar para poder romper eficazmente los hechizos protectores que hay sobre la tumba y preparar algunos remedios, especialmente el antídoto y… Ron debes tener en cuenta que al cambiar el pasado crearemos otra realidad por lo que no podremos regresar a ésta, todo lo que nosotros vivimos desde que Harry desapareció hasta hoy mismo, no existirá en esa nueva línea espacio-tiempo y nosotros al estar en una línea que no nos corresponde… no sé muy bien lo que pasara, ningún mago ha intentado esto nunca por el miedo que tienen a…, probablemente, perder parte de sus vivencias—terminó diciendo mientras las lágrimas surcaban su rostro.

—Mione explícame mejor eso de que existe un giratiempo de oro…

—Perteneció a Godric Griffindor y es una de las posesiones de Dumbledore, sobre las que nadie tiene conocimiento, el director estaba lleno de sorpresas, eso no es ninguna novedad para nosotros. El caso es que tenemos que sacarlo del compartimento secreto donde está oculto para poder traer a Harry de vuelta. Te contaré más detalladamente todo más tarde…

—Por el momento no tenemos que preocuparnos de nada que no sea devolverle la vida a Harry —la tomó entre sus brazos, la apretó fuerte y besó sus labios—. Mientras estemos juntos nada debe preocuparnos querida, al fin y al cabo yo tampoco querría seguir viviendo si tú no estás a mi lado.


Se abrazaron más fuerte, muy conscientes del riesgo que corrían, pero tan dispuestos como siempre a enfrentar lo que fuera, cualquier cosa con tal de traer a Harry de vuelta. Ya superarían las complicaciones, a medida que éstas fueran surgiendo. Cada cosa a su tiempo.





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Días después, con todas las cosas que necesitarían listas y colocadas en el bolsito de cuentas que hacía unos diez años los saco de muchos apuros, más la varita de saúco obtenida del sepulcro donde yacía Dumbledore fueron al despacho de la actual directora de Hogwarts, Minerva McGonagall para buscar el giratiempo de oro. Lo hicieron ocultos en la capa invisible de Harry, nadie debía verlos, tenían que tener mucho cuidado.

Una vez en el despacho, Hermione se dirigió hacia el gran ventanal del fondo y tal y como le había indicado el retrato del antiguo director buscó la piedra de la pared que era distinta a las demás. Tenía que fijarte, pues la única diferencia con las demás era un ligero tono más oscuro. La apretó y entonces ésta se desplazó hacia la izquierda revelando un compartimento oculto en el que había un pequeño baúl de madera que parecía antiquísimo. Conteniendo la respiración Hermione lo abrió, Ron, a su lado, aguardaba expectante. La abrió con cuidado y no pudo evitar una exclamación de sorpresa.

—¡Es una auténtica joya! —ciertamente, el giratiempo era de oro puro, una belleza, mucho más fino y delicado que el que Hermione usó en su tercer año en Hogwarts.

—Bien…—dijo Hermione pasándose la mano nerviosamente por el pelo —vamos a traer a Harry de vuelta…

Se miraron unos instantes y se sonrieron débilmente, los dos estaban totalmente mentalizados sobre los riesgos.

Una vez fuera de los terrenos, se colocaron la larga cadena dorada del giratiempo de Godric alrededor de sus cuellos. Ron no podía apartar la vista de la reliquia de oro finamente labrado con algunas runas y palabras en un idioma que él no reconoció, además había un par de pequeños leones que sostenían un pequeño reloj de arena en su centro, la arena no era tal, sino diminutas partículas de oro.

Una vez termino de observar el preciado objeto se lo pasó a su pareja para que ella lo pusiera en funcionamiento ya que, él conocía de la teoría poco, sólo lo que pudo sacarle a Harry en el tren al finalizar el tercer curso, cuando Mione salió un momento a estirar las piernas. Hermione tomó en sus manos el giratiempo, miro una vez más a su pareja y al encontrar en sus ojos la determinación y el gran amor que le profesaba solo a ella en su mirada, comenzó a dar los giros necesarios para regresar en el tiempo a ese maldito día, donde el último año de sus vivencias se perdería.

Sintieron cómo si les atravesara agua helada, antes de que todo se tornase en manchas rápidas y distorsionadas que pasaban ante sus ojos a una velocidad antinatural. Pasaron unos cuantos minutos hasta que todo volvió a la calma y se encontraron en el mismo lugar dónde vieron por última vez a su amigo muriendo en brazos de Severus. Decir que el viajecito lo había perturbado, era quedarse corto, pues lo que sintió fue un conjunto de muchas cosas: alegría por haber funcionado el plan, felicidad por ver de nuevo a su amigo, tristeza por no poder salvar a Percy de su funesto destino, frustración por todo lo anterior, bronca hacia el caprichoso destino que no los dejaba descansar del dolor para después resignarse a lo sucedido y por último desafío al designio de la vida para cambiar las cosas. Todo eso lo desequilibró un poco. Hermione comprensiva lo sostuvo de los hombros antes de que se desmayara de la impresión o vomitase lo que había comido antes del singular viaje.

Una vez que Ron se tranquilizo, se ocultó con su esposa detrás de un árbol para esperar el momento oportuno. Algo que no tardó mucho en suceder, pues Ginny estaba riéndose desquiciada tras clavarle la mortal daga a Harry.

—¡Rápido, Ron! —lo apremió Hermione corriendo a su vez hacia sus amigos.

—¡Hermione! ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabíais dónde encontrarnos? —preguntó Severus, mientras observaba como Ron desarmaba a la loca asesina de Ginny.

—Harry está muy mal, se muere…—dijo Severus con voz quebrada por el dolor.

—Tranquilo, dale esta poción y cruza los dedos Severus.

—¿Qué es?—preguntó no sin recelo, pero a pesar de ello se la administró al cada vez más incorpóreo Harry.

—Confía en mí por favor, llevo meses trabajando en ella, es un antídoto muy poderoso, puede hasta con el veneno de medusa.

—Pero… ¿Cómo sabías que esto pasaría?

Le mostró el giratiempo y Severus lo cogió temblorosos en sus dedos…

—El giratiempo de oro de Godric, creí que era una leyenda…

—Agradéceselo al retrato de Dumbledore, luego te explicaremos todo con más detalle Severus.

—Muchas gracias, Hermione, Ron, esto que habéis hecho es impagable...

El efecto del veneno de la daga fue remitiendo paulatinamente hasta que Harry volvió en sí, todavía muy débil, pues sus defensas continuaban muy bajas y sus heridas seguían abiertas. De momento le habían salvado de desaparecer pero aún no estaba fuera de peligro.

—Besa a Harry Severus, demuéstrale cuánto le amas…Dumbledore dijo que no había nada que el amor no pudiera vencer.

Severus obedeció gustoso la recomendación de Hermione y sonrió aliviado y contento al ver cómo a pesar de su debilidad Harry correspondía a su beso con intensidad.

—Se…Severus, bésame otra vez, por favor…

¿Cómo negarse? Volvió a besarlo y Harry pareció recuperar las fuerzas necesarias para empuñar la varita de Saúco que Hermione acababa de darle.

—¡Mer…lín! —exclamó al verla, abriendo mucho los ojos.

—¡Cúrate Harry! —le instó su esposo—,tú eres el verdadero dueño de la varita, úsala para sanarte por favor…Te necesito.

—¡Hazlo Harry! —pidió Ron emocionado.

Hermione observaba la escena sin decir palabra, esperando los acontecimientos con un nudo en la garganta.

Harry suspiró profundamente y apuntó la varita hacia sí mismo, mientras recitaba uno a uno todos los hechizos sanadores que Severus y Hermione le decían. Cada vez que se aplicaba uno de ellos se sentía mejor, así hasta que todo hubo terminado y las mejillas de Harry recuperaron su color habitual.

—¡Me encuentro genial…! —exclamó abrazando a sus amigos y luego echándose en los brazos de Severus, que le recibió emocionado y complacido de tener a su Harry sano y de vuelta.

—De todos modos no estará de más hacer una visita a San Mungo para que te revisen Harry. Por si acaso nos hemos olvidado de algo…Y por cierto Ron, tenemos que devolver la varita adonde pertenece, a no ser que…opinéis lo contrario.

—No Hermione…—dijo Harry con firmeza— la varita debe estar con el director. Es cierto que me ha salvado la vida, pero... nadie merece tenerla, ni yo ni nadie, me quedaría más tranquilo destruyéndola, la verdad.

—¿Y…por qué no lo haces? —preguntó su esposo.

Harry miró a sus amigos a los ojos y luego a Severus, después cogió la varita entre sus manos y la partió, en dos trozos.

—¡Ya está!...Ahora me siento mucho mejor. Me alegro de no haberla roto antes, sino probablemente…—no se atrevió a verbalizar lo que pensaba—. Aún así, pienso que es mejor que la varita de Saúco no exista, si vosotros habéis podido sacarla de la tumba de Dumbledore, venciendo todas sus protecciones, alguien más podría hacer lo mismo, y en manos inapropiadas sería un arma terrible.


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Mientras Ron llevaba a su petrificada hermana al Ministerio de Magia, dejándola bajo custodia en uno de los calabozos, Hermione se trasladó con Harry y Severus al Hospital Mágico para que lo examinaran.


Cuando Ron hubo dejado a la loca de su hermana a buen recaudo, apenado a su pesar, pues sabía que esta vez nadie la libraría del beso del Dementor, fue a ver a sus hijos, necesitaba comprobar que todo estaba bien. Les encontró dormidos y les besó. Sólo Hermione y él, eran plenamente conscientes de todo lo que habían evitado; Un año de su vida se había perdido para siempre, nunca recuperarían su última Navidad, o la celebración del último cumpleaños de sus hijos…No recordarían jamás ese año de su vida, pero merecía la pena. Con tal de devolverle la vida a Harry, y que fuera feliz, tanto Hermione como él harían todos los sacrificios que fueran necesarios, si alguien lo merecía ese era sin duda su amigo… su hermano.

Fue a visitar a Draco y Astoria, su esposa, para contarles todo lo que había sucedido, no sabía muy bien cómo empezar a decírselo, sabía que se enfadaría por no haber contado con él, pero que finalmente lo comprendería.
Lucius Malfoy estaba en una de sus mansiones en Austria con Narcisa, con la que finalmente tras muchas idas y venidas se había reconciliado. Draco lo pondría al día de todo…


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Habían pasado más de diez años desde que todo sucediera y en este instante Hermione y Ron observaban encantados la graduación de Rose, su hija mayor que se había convertido en una bella e inteligente joven. Draco y Astoria también habían asistido a la graduación de su único hijo, Scorpius, actual novio de Rose. Todo quedaba en familia…

Severus y Harry a su lado contemplaban la ceremonia felices, y algo melancólicos ya que sus niños ya eran adultos preparados para trabajar o ir a la Universidad Mágica o lo que quisieran, preparados en suma para vivir su propia vida, y daba un poco de penita que ya no les necesitaran tanto.

Harry recordó la graduación de Teddy, hacía ya varios años, al que cuidó como si fuera su propio hijo y aún se emocionaba al pensar en él. Ahora Teddy Lupin era Medimago ¿Quién lo diría? Les había causado muchos problemas con sus travesuras, el pequeño Metamorfomago, se parecía mucho a su madre, pero era evidente que había heredado el carácter merodeador de su padre, aunque también les había dado a él y a Severus grandes satisfacciones.

Recordó con especial cariño una travesura ocurrida durante la clase de Pociones en la que le había hecho que le crecieran un par de orejas y una cola de gato a su adusto profesor, La imagen le había parecido tan sexy a Harry que aquella noche tuvo una gratificante sesión de sexo con Severus, de las más intensas y placenteras que habían tenido, y había habido muchas a lo largo de su relación. Ahora Teddy era Medimago en San Mungo y estaba muy enamorado de su pareja.


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Retazos de su vida una vez que terminó la guerra, lo bueno y lo malo que había ocurrido en su relación con Severus, pasaron por su mente como si fuera una película, ¡Era de locos pensar que habían sobrevivido a todo lo que les había tocado!, pero juntos habían superado todas y cada una de las dificultades que la vida les había ido poniendo, y cada una de ellas al final les había unido más, les había hecho más fuertes a ellos y a su matrimonio.

—Harry ¿Te sientes bien?

Se sobresaltó, realmente estaba abstraído en sus cavilaciones.

—Estoy bien no te preocupes Severus, sólo estoy un poco afectado, nuestro pequeño dolor de cabeza se marcha mañana mismo a vivir con ese rubio y no puedo dejar de pensar que les deparará el futuro.

—Ese rubio se llama Mark y Teddy tiene casi treinta años, es más que capaz de valerse por sí mismo Harry, y sabes que estarán perfectamente —.Le dio un beso en los revueltos cabellos mientras le conducía fuera del gran salón ¡Cómo había pasado el tiempo!

Para ellos apenas había sido un suspiro.

Caminaron sin prisa, abrazados por la cintura, mientras bajaban las escaleras para dirigirse a su lugar especial, un rincón del lago negro, donde estaba el viejo sauce y su banco de piedra. Estuvieron contemplando la hermosa puesta de sol durante largo rato, envueltos en un abrazo, disfrutando su mutua compañía. Harry se acurrucó aún más en el regazo de Severus mientras éste acariciaba su espalda. Sólo cuando el frio se hizo notar, se levantaron para ir a sus aposentos en las Mazmorras.


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Harry seguía trastornándolo con enorme facilidad a pesar del tiempo transcurrido. Severus nunca tenía bastante de su esposo, Harry era adictivo y le resultaba muy reconfortante comprobar que era plenamente correspondido. Severus amaba a su esposo con toda su alma, y Harry le demostraba a diario que lo suyo merecía mucho la pena. Eran felices con estar juntos, con saber que el otro estaba bien, no necesitaban grandes mansiones, ni riquezas, ni tampoco más aventuras en su existencia, tenían el cupo lleno para el resto de sus vidas. Habían tenido más que suficiente, gracias. Ahora sólo anhelaban paz y armonía en sus vidas, algo que dado el carácter de ambos, no era precisamente fácil, pero habían conseguido discutir de forma civilizada, sin dejar que sus problemas se enquistasen. Lo que no resolvían hablando, lo arreglaban en la cama, su mejor desahogo y relax. Después de un magnífico polvo, todo se veía de otra forma, y era más fácil hablar de lo que fuera, y como decía Harry, todo tenía remedio, menos la muerte.

Cuando decía cosas como esa, Severus no podía evitar estremecerse, recordando lo cerca que estuvo de perderlo para siempre.

Lo besó con necesidad, apoderándose de su exquisita boca que nunca se cansaba de saborear, siendo recibido con deleite de inmediato por Harry que le devolvió la caricia con entusiasmo.
Severus continuó con su cuello, mordisqueándolo y lamiendo después donde lo había lastimado, algo que hizo estremecer al joven…

Fueron avanzando a trompicones hasta caer en la cama, uno encima del otro. Severus tenía urgencia por sentir la suave y familiar calidez de la piel de Harry contra la suya, lo necesitaba. Había estado esperando este momento durante todo el día, y ahora por fin…Lo tenía justo dónde y cómo quería, jadeante y suplicando por él, pero Harry parecía tener otros planes pues se levantó, haciendo que Severus se sentara y se arrodilló entre sus piernas, liberando el miembro de su esposo de la presión de los calzoncillos y pantalones, a la que estaba sometido y empezó a besar y lamer a conciencia la polla que tanto le gustaba, mientras su esposo le dejaba hacer extasiado. Recorrió con su lengua la gruesa vena y lamió y mordisqueó el glande con delectación, para tragársela entera a continuación y volver de nuevo al principio rozándola travieso con sus dientes, enviando escalofríos de placer a la columna vertebral de Severus. Cuando notó que no aguantaría más se enderezo y se puso de pie frente a él, entonces su esposo lo desvistió por completo y se encargó de devolverle el favor de forma gloriosa, mientras Harry apoyaba las manos en sus hombros para aguantar mejor pues las piernas le flaqueaban.

Cuando Harry no pudo aguantar más se separó de Severus y éste le ayudó a colocar una rodilla a cada lado de él, mientras empezaba a prepararlo sin dejar de acariciarle la espalda y las suaves y tersas nalgas. Severus estaba complacido, pues de esa forma tenía completo acceso al bello cuerpo de su esposo y lo llenó de besos y apasionadas caricias mientras el deseo y las ganas de ambos se intensificaban más y más.

Convocó el lubricante especial que guardaba en un cajón de su mesilla, y empezó a prepararlo, primero un dedo, luego dos, moviéndolos en círculo, dilatándolo…finalmente fueron tres los dedos…

—Severus no requiero tanta preparación…¡Oh si, ahí Severus justo ahí!—.gimió jadeante mientras Severus sonreía satisfecho de haber encontrado el punto mágico en el interior de Harry ese que lo volvía pura gelatina entre sus brazos.



Harry levantó sus caderas cuando los ávidos dedos abandonaron su interior para recibir la roma punta de la polla de Severus, que le penetró de una sola estocada, dejándolo sin aire por unos instantes.

—¡Merlin bendito! —masculló Harry perdido en la placentera sensación que siempre le sacudía al sentirse uno con Severus, reposó la cabeza en el hombre de su pareja apenas unos segundos, los que necesitó para acostumbrarse y comenzar a moverse. Severus le ayudó empujando sus nalgas.

—¡Te amo Harry!

—¡Te amo Severus! ¡más fuerteeeeeee! ¡Ohjoderohjoderohjoder!

Las exclamaciones excitadas de ambos, sus jadeos y el rítmico choque de la polla de Severus contra el culo de Harry, eran la melodía dominante ahora. La mejor canción del mundo, la del amor y la entrega de dos seres que culminaban su deseo.

Cada vez más rápido, cada vez más fuerte, hasta que las embestidas se volvieron más erráticas. Harry gritó cuando el orgasmo removió cada fibra de su ser, totalmente arqueado con la cabeza hacia atrás llegando a su culminación casi al mismo tiempo que Severus vertía su caliente esencia, en su interior, con un gruñido.

Harry se dejó abrazar por Severus, agotado, sudoroso, jadeante y pleno, Severus le besó en el pelo, sin abandonar todavía de sus entrañas. Alzó la cabeza para mirarlo intensamente, todos los sentimientos de Severus se reflejaban en sus ojos negros. Verde y ónice, dos almas, dos corazones, fundiéndose de nuevo en un apasionado beso, siendo uno. El resto del mundo no existía en esos instantes, sólo ellos y el inmenso amor que se profesaban.



****Fin****

¿Giratiempos? ¿De verdad? ...Bueno.... sin comentarios.

A sido un placer participar en este reto, les mando un beso enorme a todas y hasta la proxima.

aclaro, esta es mi opinion, durante gran parte del reto jamas dije nada pues esperaba que cambiara la cosa aun asi, enserio un gira tiempo? solo eso?, nada de magiapoderes misticos, busqueda del poder etc... una muerte digna y un paraiso maravilloso? en serio se que las presionan y tambien entiendo que es una semana pero solo eso? un giratiempo???

no se y para rematar lemon? la verdad esperaba miel sobre hojuelas, pero no lo senti asi, en lo personal el sexo en una relacion asi, ya no es la base, vamos.... esperaba algo como final del titanic, diario de una pasion, agua para elefantes, cumbres borrascosas... no se...

aun asi felicidades por terminar el reto.
y creo esta nos ayuda a crecer
aun asi REPITO esto es solo MI opinión

woahh yo no critico nada chicas a decir verdad estuvieron super ambos equipos cada quien con sus buenas y malas cosas.>.< asi ke felicidades por esta maravillosa historia......n_n

hola chicas pues las felicito por haber terminado bien el reto, se que estuieron muy precionadas y siento haberles fallado pero la mera no fue algo que dependiera de mi, les dare mis motivos en Face, y espero que volvamos a participar todas juntas nuevamente.

Hola chicas.... con todo el respeto posible, sin malas intensiones de por medio, responderé a sus comentarios, según me parece a MI:

Mei y Magic: nosotras elegimos el giratiempos como un buen medio para solucionar las cosas lo mas coherente posible. Respeto sus puntos de vista, lamentando que no las satisfaga del todo (por decir algo, pues es la impresión que me dieron).

Magic: lamento que pienses eso del lemon, pues no era lo que buscábamos y NO lo tomamos como tu lo planteas. Aun así, nuevamente reitero que respeto tu manera de percibirlo, ya que no todos pensamos igual y no por eso debemos pelear. El final que le dimos debes tener en mente que no es escrito por los guionistas de cine, y en mi parecer lo dicho es ofensivo pues lo escribimos con toda la dedicación de nuestros corazones. Lamento si soy tan dura, pero me entristece tus palabras (a pesar de que lo dijeras de buen corazón).

Nuevamente les recuerdo que hablo por MI persona, según las impresiones que me dieron a través de sus palabras, y las maneras que emplee para expresarme espero que sean las correctas. No buso discutir solo hablar, terminar bien. Saludos y que anden bien.

Yuki: gracias por tan lindas palabras y espero que la pasaras bien, te mando saludos y que estés bien.

Tsumitsukuri: muchas gracias por tus palabras y espero ansiosa charlar contigo, espero que no pasara nada malo. Te mando saludos, linda. ¡¡Sera hasta la próxima aventura!!

Besos a ustedes dos, hermosas.... espero tener noticias suyas pronto (reto) y sino les deseo lo mejor... Fue un placer enorme participar junto a tan maravillosas autoras, beta e ilustradora... Bye, bye..... Chio