Beyrus Buscador de Quidditch
Cantidad de envíos : 1451 Fecha de nacimiento : 02/04/1982 Edad : 42 Localización : Sumergida en el mundo del snarry Galeones Snarry : 19352 Fecha de inscripción : 15/02/2009
| Tema: Las Apariencias Engañan. Cap 04. Palabras hirientes y verdades a medias. Dom Feb 22, 2009 5:01 am | |
| Y aquí dejo el cuarto capítulo, besos.4. Palabras hirientes y verdades a medias. Ron acababa de llegar y al cerrar dio fun tremendo portazo. Parecía que había estado un poco equivocado al considerarle anteriormente mi salvación. Lo que me faltaba, tener que hacer también frente a su hermano y encima, enfadado.
Para mi consuelo, Ginny se separó abruptamente de mí en cuanto le oyó entrar. Yo miré a mi amigo y abrí la boca, pero la cerré de nuevo porque no sabía qué decir ni qué hacer. Ginny se levantó decidida y se acercó a un furioso Ron, que parecía estar a punto de darme un puñetazo.
-No ha sido su culpa, Ron. He sido yo quien le ha besado –dijo y noté que se ponía un poco colorada ante la declaración que acababa de hacer.
-Apártate Ginny, no le defiendas –le contestó quitándola de en medio para dirigirse a mí-, ¿y encima en mi cama? ¿Qué pensabas hacer, eh, Potter? –pronunció mi apellido de la misma forma despectiva en la que solía hacerlo Snape, y eso me dolió bastante.
-No me hables así, Ron. No he hecho nada malo.
-No, claro. No es nada malo intentar tirarte a mi hermana, y encima hacerlo en mi cama, ¿verdad? –me soltó, sin más.
Yo no respondí, me había quedado sin palabras, pero supuse que la bofetada que le acababa de dar Ginny fue suficiente respuesta. La chica se fue totalmente indignada por donde había venido, sin decirle nada más a su hermano.
-Sólo era un beso, Ron –intervine de nuevo, quería aclarar el asunto. No podía dejar que pensara cosas que no eran, ni que sacara conclusiones cuando no había nada que sacar.
-¿Qué quieres de mi hermana? –me preguntó, no muy amistosamente. Decidí que decirle la verdad era lo mejor, no iba a engañarle. Era mi mejor amigo y no hubiera podido.
-En realidad, nada –le confesé.
-¿Cómo que nada? –me preguntó Ron con reproche en su voz.
-Tu hermana me besó a mí, Ron. Yo no quería. Ni siquiera me gusta.
-¿No te gusta? Pero… -me dijo furioso-. ¿No te apartaste, verdad? No me esperaba eso de ti. ¡Es mi hermana y lo sabes! ¡Te has aprovechado de ella!
-¿Y qué querías que hiciera, Ron? ¿Qué la apartara y le dijera “Ginny no tienes ninguna posibilidad conmigo”?
Pensándolo fríamente, quizás hubiera sido la mejor solución, pero ya lo hecho, hecho estaba. Me había levantado y estaba cara a cara con Ron. Y lo único en lo que podía pensar, era que por favor, todo esto no acabara mal. El rostro de mi amigo se relajó ligeramente. Y yo a su vez me tranquilicé.
-Y, ¿en serio no puedes darle una oportunidad, Harry? –me pidió, más calmado.
En ese momento comprendí, que quizás tendría que empezar a contar ciertas cosas que hubiera preferido mantener en secreto por el momento. Presentí que según avanzara la conversación, no me iba a quedar otra.
-Compañero, ya sabes que le gustas desde hace mucho tiempo… -insistió al ver que yo no le respondía. Buena señal, pensé, me acababa de llamar compañero, eso significaba que se le estaba pasando de verdad el enfado.
-En realidad no, Ron –le espeté.
-¡No seas egoísta, Harry! Ginny no está mal, sólo te pido que lo intentes con ella, casi ni la conoces… hazlo por mí –me pidió y me di cuenta de que había llegado el momento de la verdad. Tenía que sincerarme con él para que dejara de insistirme con su hermana.
-Ron, no puedo porque… -tomé aire-, porque soy gay.
Me quedé mirándole fijamente y su reacción no fue muy esperanzadora. Parecía que se le iban a salir los ojos de sus órbitas y había palidecido considerablemente. Era evidente que aquella confesión le había impactado bastante. Yo sólo esperaba que fuera asimilándolo poco a poco y que todo continuara como siempre.
-No puede ser, compañero –dijo negando con la cabeza-. Bueno, si no te gusta mi hermana no te insisto más, pero tampoco hace falta que me digas esas cosas para que te deje en paz…
-Ron, acéptalo. Hasta Hermione se ha dado cuenta.
Intenté ponerle una mano en el hombro para calmarle, porque le veía un poco alterado ante lo que le acababa de decir. Pero mi amigo se apartó al sentir el contacto y me miró entre sorprendido y asqueado.
-No me lo puedo creer. ¡Nos has mentido! –me dijo con irritación, se dio media vuelta y se marchó. Así, sin más. Yo me quedé con la boca abierta.
Pues adiós, pensé. No iba a salir corriendo detrás de él. De hecho, era yo el que debería estar cabreado por la falta de comprensión por su parte. Aunque no lo pareciera, había sido un momento bastante difícil para mí. Me había sincerado con él y esperaba que quisiera hablarlo conmigo, que me dijera que no pasaba nada; aunque quizás no había sido el mejor momento para contárselo. Incluso si no hubiera hecho ningún comentario, mientras hubiera seguido igual conmigo me habría conformado, viniendo de Ron.
Me tumbé en mi cama y corrí el dosel, no me apetecía que nadie me molestara. Quería estar solo. Sólo tenía ganas de echarme a llorar, aunque no le iba a dar esa satisfacción. En realidad no sabía si Ron se había cabreado sólo por lo de su hermana o si también le había sentado mal lo que le había confesado. Esperaba que no fuera por esto último, porque eso no lo podía cambiar, por mucho que no lo aceptase yo iba a seguir sintiéndome igual. De hecho, ni siquiera le tendría que haber dado importancia. Me sentía fatal, porque lo que más había temido, acababa de suceder, y encima estaba por medio Ginny, ¿qué más me podía pasar?
Me quedé dormido y ni siquiera bajé a comer o a cenar. No sabía si Hermione estaría enterada a esas horas de lo que había pasado. Con toda certeza le extrañaría que yo no hubiera bajado, pero sospechaba que Ron le habría contado cualquier excusa temiendo que ella se molestara con él, si se enteraba de cómo había reaccionado conmigo. Porque seguro que Hermione no se mostraría muy feliz cuando supiera lo que me había hecho Ron y de la forma en la que me había tratado.
Estaba anocheciendo cuando oí como los chicos entraban en el cuarto y apagaban las luces. Yo había permanecido todo aquel tiempo en mi cama, con los doseles echados, dándole vueltas al asunto y atormentándome por haberme sincerado con Ron cuando ya presentía que aquello podía pasar.
-¿Y en serio ha hecho eso Harry? –escuché que preguntaba un incrédulo Neville.
-Sí, tío. Eso nos ha contado Ron –le contestó Dean.
¿Qué sería lo que yo había hecho?, pensé, seguro que ya les habría puesto al día sobre nuestra discusión de esa mañana.
-Por lo visto se enrolló con Ginny y después le dijo a Ron que era gay sólo porque no le gustaba su hermana. Una excusa barata que no se cree ni él.
-¿En serio, Seamus? –Neville hizo una pausa y se oyeron los muelles de una cama, probablemente se acababa de sentar-. No creo que Harry fuera capaz de hacer algo así.
Gracias Neville, pensé, por fin alguien que me apoyaba. Permanecí metido en la cama, sin retirar el dosel ni moverme. Mis compañeros de cuarto debían pensar que estaba durmiendo porque si no, no hubieran sido capaces de ponerse a hablar así delante de mí.
-Sí es capaz –intervino alguien que no había participado hasta ahora en la conversación. Parecía que Ron acababa de llegar, porque en ese instante cerró la puerta de la habitación con bastante mala leche.
-Pero… ¿y si es gay de verdad? –volvió a defenderme Neville.
-Pues si lo es o no, me da igual. Lo que sí sé es que me da asco compartir la habitación con él –soltó Ron. Yo sentí una punzada en el pecho ante aquel comentario. No podía creer lo que estaba oyendo.
-En realidad pasa mucho tiempo contigo Ron. A lo mejor es que le gustas… -se mofó Seamus.
No pude evitar poner una mueca ante aquel comentario. Lo que me hacía falta, que ahora me acusaran de estar enamorado de mi amigo y se burlaran de mí. Estuve tentado a salir, pero me contuve. Quería escuchar qué más tenían que decir sobre mí, mis supuestos amigos.
-Espero que no –volvió a contestar Ron-, porque de sólo pensarlo me entran ganas de vomitar –dijo y empezó a hacer ruidos como si fuera a hacerlo en aquel momento.
-Ey chicos, creo que os estáis pasando un poco –protestó Neville aproximándose a mi cama, era posible que sospechara que en realidad podía estar despierto.
-¿Qué pasa, es que tú también eres una nenaza como Potter? –se rió Dean.
-¿Sabéis qué? –les cortó Ron-. Que no sé qué me da más asco, si el que le guste a mi pobre hermana o la posibilidad de que pueda ser marica.
-¡Estoy harto de ti, Ron!
No pude más y salí de la cama. Estaban llegando demasiado lejos.
-¿No estaba dormido? –le preguntó éste con incredulidad a Seamus, fingiendo que yo no estaba delante.
-Harry, no te cabrees. En realidad… -intentó disculparse Neville.
Ron me miró con cara de dolido, como si en el fondo reconociera su metedura de pata, pero al instante endureció la mirada. No daría su brazo a torcer tan fácilmente y menos delante del resto, aunque supiera que había sido injusto y cruel conmigo.
-Déjame en paz, Neville –le dije furioso, apartando la mano que intentó poner en mi hombro para calmarme.
En realidad, era el único que no se merecía aquel trato por mi parte, pero estaba tan cabreado que ni me había parado a pensar en quién se lo merecía y quién no. Cogí mi capa invisible y salí de allí dando un portazo más fuerte que el que había dado Ron al entrar. Uno de los capítulos en los que fui mala con Harry
Última edición por Beyrus el Mar Feb 24, 2009 9:56 am, editado 1 vez | |
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Yuki Fer As de oclumancia
Cantidad de envíos : 1504 Fecha de nacimiento : 07/04/1992 Edad : 32 Galeones Snarry : 108296 Fecha de inscripción : 30/07/2011
| Tema: Re: Las Apariencias Engañan. Cap 04. Palabras hirientes y verdades a medias. Dom Ene 04, 2015 7:44 pm | |
| que mal por parte de ron..T_T ahora me salio homofobico..T_T.....pobre harry... u_u tener el rechazo del que creias tu mejor amigo que triste...u_u | |
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