La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 La vida con Snape. Capitulo 4. Entre lo bueno y lo malo

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Valethsnape
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MensajeTema: La vida con Snape. Capitulo 4. Entre lo bueno y lo malo   La vida con Snape. Capitulo 4. Entre lo bueno y lo malo I_icon_minitimeJue Feb 26, 2009 6:22 pm

Capitulo 4
Entre lo bueno y lo malo


Voy a pintarte una flor,
para que alegre tus días,
y te envuelva su color,
cuando tus labios suspiran.
Para brillar en el sol,
de tus ojos cuando miran,
para llenarte de amor,
cuando no estoy y me olvidas.

Hoy quiero darte esta flor,
y está muy triste mi alma,
tal vez no vivo yo en tí,
tal vez mi amor no te alcanza,
pero si sientes que al fin,
ha nacido una esperanza,
aunque estés lejos de mí,
yo acortaré esta distancia.

Hoy te regalo esta flor,
y presiento que mañana,
cuando estés lejos de mí,
te habrás llevado mis ganas,
de acariciarte y sentir,
todo este amor. . . que contagias,
cuando te vea partir,
tendré un adiós en el alma.

Dame tu adiós por favor,
ya no es mía tu mirada,
ni tu piel cuando sentí,
que era a mí, a quien amabas,
ni tus caricias sin fin,
que ya siento tan lejanas,
¿Dónde nos lleva este amor?
¿Qué voy a hacer si me faltas?

Voy a extrañarte mi amor,
no me alcanzan las palabras,
para decirte que hoy,
ya no me importa más nada.
Si algún recuerdo de mí,
tienes guardado en tu alma,
nunca lo dejes morir,
para soñar. . . que me amas.

Rubén Sosa


Ese despertar fue placentero, su cuerpo y del hombre mayor, estaban entrelazados, haciendo que cada fibra del cuerpo de uno tocara al otro; Severus tenía su cabeza apoyada en su hombro, respirando pausadamente. Cerró los ojos, rememorando momentos.


Flash Black


Entornó su mirada al gran comedor, todos parecían estar sumidos en sus propios problemas, por lo cual, aprovechando la falta de atención a su persona, dirigió su vista a la mesa de maestros, donde Snape comía lentamente, en realidad parecía estar pensando, y Merlín sabía de las muchas cosas que podría reflexionar el hombre; suspiró, en un vano intento de dejar mostrar sus sentimientos, el hombre que amaba estaba allá arriba, totalmente ajeno a sus sentimientos, un amor que jamás sería correspondido.
Bajó la vista, encontrándose con los ojos curiosos de Ron y Hermione, quien le preguntaron de inmediato.
—Tal vez necesitas hablarlo. –Se aventuro a decir Hermione, mirándole como con pena.- Has estado raro últimamente ¿Te pasa algo?
Ron quien tampoco disimulaba su preocupación, también habló.
—Sé que no te gusta contar lo que te preocupa, pero dudo que se trate de algo malo, ¿Acaso no hemos demostrado ser fieles? Estamos aquí para escucharte, has estado muy distraído, casi en una nube durante este séptimo año, sé que la guerra aun pesa sobre nuestros hombros, pero hay que superarlo y estamos aquí contigo. –fueron las alentadoras palabras de pelirrojo.
El ojiverde dejo de remover su comida para decirles.
—No se trata de eso; es algo del corazón. –sin querer dar más pistas sobre lo que le tenía tan confundido.
Hermione abrió un poco la boca de la impresión y pidió.
—No somos unos expertos Harry, de hecho, no sabemos casi nada, yo solo tuve esa “relación” si se le puede decir así con Víctor y Ron… -mirando al chico con vergüenza- él solo ha salido con Lavender; pero, podemos escucharte y intentar ayudarte; somos como hermanos, no nos tengas secretos, sabes que sea lo que sea, vamos aceptarlo, casi morimos por ti, no creo que porque te guste una persona “inapropiada” en todo caso, vayamos abandonarte. –explicó la castaña sin buscar ofender a nadie, intentando que Harry contara ese secreto.
El buscador les miró agradecido y prometió.
—Les contaré, pero esta noche, en la sala de menesteres y por favor, sean comprensivos, es algo difícil para mí. –confesó mostrando la confiabilidad del asunto.
Ron y Hermione asintieron, volviendo a concentrarse en su comida.

Al cabo de las diez, Harry llegó al séptimo piso, tuvo que pasar casi corriendo a la sala de menesteres porque Snape estaba haciendo guardia y de no ser porque estaba como en la esquina opuesta jamás hubiera podido entrar y lo menos que deseaba es que Snape escuchara su conversación privada, él menos que nadie.
Sus amigos le esperaban, parecían estar preparados para lo que tuviera que decirle, pero, Harry dudaba que en verdad tuvieran una mínima idea de lo que se trataba, sentándose sobre unos cojines en el piso, les miró como esperando.
— ¿Vas a hablar o tendremos que darte Veritaserum? –dijo en broma Ron quien se mostraba nervioso, pero ciertamente impaciente.
Después de dar un largo y tremendo suspiro, bajó la mirada y les confesó.
—Me gusta un hombre, mucho, es más, creo que estoy locamente enamorado, más eso, creo que, lo amo. –sintiendo sus mejillas teñirse de rojo.
— ¿Desde cuando? –preguntó Hermione, no supo por qué pero hubo un tono que denotó la amargura que le produjeron esas palabras a la castaña.
—Desde los mediados de la guerra, cuando demostró ser fiel a Dumbledore y empezó a comportarse como el maravilloso hombre que es, no espero que lo entiendan, ni siquiera que lo acepten, solo que no me odien por amar a Snape. –terminó revelando su secreto de forma contundente.
— ¿Snape? –Repitió Ron espantado- es un Slytherin por si fuera poco el asesino de Dumbledore, además, un hombre que jamás va quererte Harry, no te quiero quitar esperanzas, pero conocemos a Snape, no creo que le interesen tus sentimientos.
—Quiero pensar que sí, además sabes que mató a Dumbledore porque hizo una promesa, no quiero que lo juzguen así, porque yo lo amo y necesito pensar que tengo una oportunidad de decirle lo que siento y que ustedes van estar allí para apoyarme. –quiso saber dudoso de la respuesta de sus compañeros.
Hermione se removió incomoda, solo pudo afirmar con voz extrañamente débil.
—Yo te apoyaré Harry, sea lo que sea que vayas hacer, puedes contar con mi apoyo, si Snape es para ti, lo tendrás, hoy, mañana, o en unos años, será tuyo. –reflexionó la chica, retomando su actitud normal.
—Gracias, Hermione.
Ron quien miró a Hermione antes de responder, dejó salir el aire para decir.
—El amor no puede controlarse, es mejor que luches por él, así se ponga duro y te trate mal, recibe los palazos con gusto, el amor es lo más importante y a veces, hay que hacer locuras por él. –levantándose y dándole un abrazo afectuoso a Harry.
Harry iba agradecerle a Ron por sus palabras, cuando escucho algo cerrarse; los tres miraron a la puerta, pero al verla cerrada, pensaron que había sido el viento. Riendo entre sí, se sentaron, esta vez a planear como hacer para conquistar a Snape.


Fin Flash Black


Sintió que Snape le miraba; dándole una sonrisa, anunció.
—Tengo que ir al baño, mi vejiga reclama atención. ¿Dónde es? –preguntó limpiándole los ojos mientras se levantaba de la pequeña cama.
—Es la primera puerta del pasillo, intenta no ser capturado por mi madre, no quisiera que te preguntara cosas y te quedaras en blanco. –viéndole salir, Harry asentía a lo que decía.
Miró el techo, había dormido fenomenal, ahora que prácticamente había aceptado ser “el novio” de Pott… Harry no se sentía tan mal, de hecho, era como saber que contaba con alguien, cosa que nunca antes pudo experimentar, siempre fue solo él y nadie más.
Aunque pudo haber experimentado esa sensación tiempo atrás cuando escuchó la conversación de Harry con sus amigos, no quiso, principalmente porque lo considero un tonto enamoramiento hormonal, pero ahora que Po… Harry le ayudaba y se hacía sentir tan “bien” sabía que si el joven no había podido superar ese sentimiento con los años y las experiencias vividas, era mejor darse la oportunidad, porque, dudaba mucho que, en esa etapa de la vida que estaba cargando, donde continuamente pensaba en la muerte, pudiese afrontarla solo, además, sentirse amado, era un necesidad.
Se sentó en la cama, recordando el momento cuando a propósito le destrozó todas las ilusiones a Harry.



Última edición por Valethsnape el Miér Ago 11, 2010 8:38 pm, editado 2 veces
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MensajeTema: Capitulo 4: Entre lo bueno y lo malo II   La vida con Snape. Capitulo 4. Entre lo bueno y lo malo I_icon_minitimeJue Feb 26, 2009 6:23 pm

Flash Black

Sólo habían pasado dos días desde que escuchó la terrible confesión del engreído, cabeza hueca y por lo visto hormonalmente inestable de Potter y ya se aterraba de encontrárselo en los pasillos, no es que, le “temiera” lo que le asustaba es que fuera a confesar esas locuras en medio del gran comedor, su vida ya era una mierda sin necesidad del que el niño de oro se atravesara.

Debía pensar en algo para hacer que el muchacho definitivamente sacara esas absurdas ideas de su mente; así que tuvo que recurrir a la ayuda de la única persona que no se reiría de él. Draco Malfoy.


Después de soportar por media hora la mirada de incredulidad del rubio y sus comentarios “Sarcásticos” el muchacho se ofreció haberle pasar a Potter el peor momento de su vida; con ayuda de Blaise, no es que destruir la esperanzas del muchacho fuera algo que le hiciera feliz, porque el “tonto enamoramiento” de Potter, le hacía sentirse halagado, como nunca antes, pero, era mejor que el joven, fijara mejor sus objetivos, al ser tan joven, equivocarse era fácil; además, no podría sentir más que ¿cariño? Por el muchacho.


Esa noche, cuando Blaise les dio la señal el rubio empezó hablar.

—He visto a Potter muy raro últimamente, ¿crees que se trate de algo tenebroso? –preguntó sin querer hacer notar que lo estuvo ensayando.

—Adolescentes, todos están locos, además de Potter nada me parece raro, lo ves, chiquito, menudo, y totalmente inestable, digno hijo de James Potter, nunca dejaré de aborrecerle por ser tan míseramente parecidos, hasta, los dos se producen la misma sensación de arcadas con su presencia, solo que siendo Potter tan poco atractivo el padre era más “aguantable” a la mirada. –buscando que sus palabras sonaran lo más hiriente posible.

Fue cuando alguien tosió y vieron que Blaise venía con un Potter totalmente pasmado atrás, éste les mirada con incredulidad y una reflejo de tristeza, pero fue por un momento fugaz, porque luego, el muchacho preguntó secamente.

— ¿Me mandó a llamar, señor? –haciendo lo posible para que su voz sonara normal.

—Si Potter, quiero que le entregue esto a la jefa de su casa, para mí es imposible porque ahora mismo el señor Malfoy va ayudarme hacer pociones para almacén de la enfermería, agradecería su colaboración.

El ojiverde miró el frasco y agarrándolo duro, aseguró mirando los ojos de Snape.

—Siempre a su orden, señor. –caminando de vuelta rápidamente, era obvio que deseaba desaparecer.

Severus bajó la mirada, culpable, por más que Potter no fuera de su total agrado, había sido un monstruo, solo por miedo a querer.


Fin Flash Black


Al darse cuenta que Harry estaba de vuelta pudo notar que el joven, ya venía duchado, solo le cubría su fina toalla en la cintura, lo más adorable era que el joven estaba como si no estuviera nadie frente a él, caminando por la habitación buscando su ropa. Dando una sonrisa pensó que darle una oportunidad a Potter, se sentía mejor que rechazarlo, esperaba poder lograr algún día, amarlo o al menos, estar muy cerca de ese paso.


Ambos bajaron listos, a desayunar, allí estaban Sofía, quien servía la comida, Eileen, quien hablaba pausadamente y con esfuerzo a su esposo, el hombre, que se sentaba en el pie de la mesa y se veía francamente demacrado.

Los ojos del hombre lucían opacos y sin vida, estaba blanco con muestras de haber dormido muy poco y su constante tos, les preocupó a todos. Eileen, aunque parecía estar consiente de eso, no prestaba atención, vivía la mañana como si fuera común y corriente, tratando de hacer reír y hablar a su marido lo más posible, el ojiverde casi siente envidia de la situación, de no ser porque Severus miraba con odio mal disimulado al hombre; aunque en el fondo Harry pensaba que Snape no quería verle morir.

Esa mañana pasó en tranquilidad; Harry aprovechó la tranquilidad de la tarde para trabajar en su computadora portátil, tenía muchas investigaciones pendientes, y aunque estuviera en vacaciones, algún día debía ponerse al corriente.

Eran aproximadamente las tres, Severus entró al despacho y pudo ver la escena más extraña del mundo su madre estaba sentada junto a Tobías, éste miraba las fotos como recordando; mientras ella describía los buenos momentos; justo uno le llamó la atención.

—Recuerdas cuando Severus aprendió a caminar, recuerdo que lo cargaste emocionado, diciendo lo orgulloso que estabas de tu pequeño campeón… -mirando la foto donde aparecía un niño menudo de ojos negros relucientes, abrazando a su padre. -A veces desearía que no existiera la magia. –mostrándose dolida consigo misma por hacer ese comentario.

El hombre le besó en las manos, mientras se excusaba.

—No quiero morir pensando que hice a mi esposa odiar lo que más amaba de sí misma, es cierto que me parece “repugnante” menos en ti, porque aprendiste aceptarme y a estar a mi lado, aún con mis ideas, mis errores, hasta algunos maltratos, pero me hiciste ver que aunque tengas esa “magia” corriendo en tu ser, la dejarías a un lado por hacerme feliz, no puede ser tan mala esa magia; no creo que pueda cambiar ahora y menos ser feliz por saber a mis hijos contaminados con poderes.

>>—Pero al menos, puedo mirarlos a los ojos y hacerles saber que los amo, de una forma muy antinatural y destructiva los amo, hubiera querido poder quitarle ese germen maligno en que se convirtió la magia en nuestra familia y darles todo mi amor, ese que, tan celosamente, siempre he reservado en mi corazón, pero ya no es posible, solo espero, que algún día dejen de odiarme tanto y vean que solo soy un viejo al que, cambiar de ideas, era cambiar de vida y yo elegí esta vida contigo, voy a morir feliz. –explicó lentamente a su mujer, al acabar tosió un poco, mostrado el esfuerzo realizado.

Eileen besó la frente de su marido, ayudándolo a toser más tranquilamente, ella aseguró.

—Yo también he sido feliz, aunque sufrí con la ausencia de mis hijos, ver lo que son ahora, lo que solos han logrado tener, me hace sentirme feliz y saber que traje a dos pequeños ángeles al mundo y eso fue lo mejor que pude hacer. –terminó sintiéndose un poco hiperventilada, pero feliz, llorando en el hombro de su esposo.

Severus cerró la puerta silenciosamente, era mejor dejarles hablar, recordar y despedirse a su antojo.


Al llegar a la sala vio que Harry tecleaba rápidamente en su aparato electrónico, sentándose a su lado, colocó la cabeza en su hombro, cerrando los ojos, deseaba quedarse así, en silencio y tranquilo junto a Harry.



0.0.0.0.0.0.0.0.0.0.0.0.



Fue de noche cuando Harry le alentó a despertar de su hombro, extrañado el muchacho le dijo.

— ¿Salimos un rato? –preguntó mostrándose satisfecho de su trabajo.

El hombre reponiéndose del sueño, quiso saber.

— ¿A dónde iremos? –sin dejar de considerar que irse por allí y dejar a sus padres enfermos, era desconsiderado.

El muchacho dio una sonrisa encantadora y respondió.

—Iremos a tomar algo en un lugar tranquilo. –sin dejar su sonrisa a un lado, se levantó.

Severus también se levantó, ambos caminaron hacia la puerta, saliendo sin hacer ruido, afuera la calle estaba llena de niños jugando; Severus extrañamente sintió una candidez, porque ver esas pequeñas criaturas jugando inocentes era como ver la esperanza. Siguiendo a Harry, cuando estuvieron en un lugar lo suficiente oscuro, desaparecieron.



Al aparecer Severus se maravilló al ver que estaban en Hogsmeade; extrañamente eso le hizo rememorar sus tiempos en Hogwarts, cuando en las noches se escapaba para tomar algo ligero en la tres escobas; pero en estos tiempos donde para todo el mundo él era un vil asesino, no estaba seguro de querer entrar a ese lugar.

Al parecer Harry tenía ideas contrarias, porque pese a todo le tomó de la mano y se mantuvo en esa posición durante toda la caminata hasta el local, ni siquiera cuando entraron y estuvieron ante la vista de todos le soltó, solo hasta que estuvieron en la mesa cómodamente sentados con sus cervezas en frente.

El ojiverde tomo un poco de su bebida y dijo.

—Su hermana es una gran persona, me ha comentado que vive en Bulgaria, tiene allí a su esposo, al parecer su marido trabaja en el departamento de aurores, ella sabe que soy Harry Potter, cuando me pregunto sobre “nuestra” relación, no supe que decirle, menos mal que Tobías llegó para salvarme, supongo buscara reiniciar esa conversación no quiero desilusionarla; espero que no le moleste. –mirando a través del cristal a la gente pasar.

—No Harry, esta bien, me molestaría si le quebraras las esperanzas; puedes tutearme. –concedió apreciándole lo más conveniente.

El muchacho río y aseguró.

—Lo sé, pero me gusta decirte Snape, pero lo intentaré, Severus. –recalcando su nombre, para Severus se escuchó perfecto en sus labios, no podía esperar algo mejor.

El hombre bebió su cerveza y tomando la mano de Harry la miró, delineando esas marcas que todo ser humano ostentaba y pocos prestaban verdadera atención.

—Mi hermana, Sofía, suele leer el futuro en las líneas de la mano, nunca he creído en eso, una vez me dijo que sería padre y aun estoy esperando ese hijo, pero con las demás personas, siempre ha acertado. –mostrándose orgulloso al nombrar a Sofía.

Harry miro su mano mientras le respondía.

—Lo comprobé hoy, intentó hacerlo, pero su madre llegó a rescatarme justo a tiempo, no estoy seguro de querer saber mi futuro a boca de otro, prefiero vivirlo. –mostrándose seguro al decir esas palabras.

—Completamente de acuerdo- aseguró, terminando su bebida.

Harry también la acabó y caminando a cancelar la cuenta, vio como Severus se levantaba y caminaba hacia la salida.

Cuando estuvo afuera de nuevo, con el inclemente frío y la nieve golpeando en su rostro, se sintió de maravillas al ser rodeado por unos fuertes brazos que le guiaron por donde caminar seguro; al cabo de un rato, estuvieron frente a uno de las orillas del lago, protegidos por los largos y frondosos arbustos que impedían el paso de la nieve, aunque el frío arreciaba más duramente que nunca, por lo que Harry no deshizo el abrazo.

Una vez frente a las oscuras aguas, en gran parte congeladas, Severus se agachó, sentándose tranquilamente a contemplarlas, Harry le imitó, esta vez siendo él quien puso su cabeza en el hombro del mayor, pero rodeándole duramente con sus brazos, como temiendo perderlo.

Severus sin apartar la vista del lago, susurró lo suficiente audible para que Harry le escuchara.

—A veces me siento como esas aguas, tranquilo, pero lleno de oscuridad, es como si supiera que cuando la gente me observa, siente escalofríos y deseara que me marchara, que estuviera muerto, o que no existiera, y en otros momentos, no entiendo mis sentimientos, porque a la vez desearía formar parte de algo. –mirando a Harry a los ojos, como asustado de que su reacción fuera huir.

—Si no te sintieras así, no serías humano; pero –tocando con sus dedos las mejillas y el cuello del hombre- ahora estás conmigo, somos dos, no somos nada. –mostrando un encantador brillo en la mirada que le hizo sentirse avergonzado de ser presa de esa admiración.

Harry se inclinó y depositó un beso en el cuello del hombre, fue un sutil gesto, pero el grado de sensualidad impreso en él, le dejó extasiado por un momento, queriendo sentir más, pero resignando vio como Harry se levantaba y decía.

—Vamos a casa. –tendiéndole la mano para guiarlo.

—Si, vamos. –respondió, envolviéndose en un renovado abrazo con el joven, aunque el frío seguía siendo fuerte y la nieve más fría que antes, el calor de sus cuerpos era lo único que importaba.


Notita: Las poesias no son mias, me enamore de ellas "googleando" espero que no molesten aqui.



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MensajeTema: Re: La vida con Snape. Capitulo 4. Entre lo bueno y lo malo   La vida con Snape. Capitulo 4. Entre lo bueno y lo malo I_icon_minitimeJue Nov 01, 2012 2:43 pm

NO PRoblemm si las poesias no son tuyas...n_n el hecho importante es k las acomodaste perfectamente bien...^^
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http://yukif.livejournal.com/
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MensajeTema: Re: La vida con Snape. Capitulo 4. Entre lo bueno y lo malo   La vida con Snape. Capitulo 4. Entre lo bueno y lo malo I_icon_minitime

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