alisevv
Cantidad de envíos : 6728 Fecha de nacimiento : 15/01/1930 Edad : 94 Galeones Snarry : 241687 Fecha de inscripción : 08/01/2009
| Tema: The Blesséd Boy. Capítulo 30. El verano anticipado Dom Ene 30, 2011 7:11 pm | |
| Mayo era uno de los meses más hermosos del año en Eigg. Los árboles lucían nuevas hojas verdes, las aves trinaban todo el tiempo —o así parecía— la vegetación crecía como demente, y Harry estaba enfermo. Comenzaba a olvidar cómo se sentía estar bien. Trataba de no comer nada, pero eso parecía hacer que su malestar durara más tiempo. Al final, descubrió que lo mejor era comer algo ligero —como una tostada con mermelada o alguna de las sencillas galletas que hacía Miranda— y soportar las náuseas. A veces, si era afortunado, conseguía que de esa forma las nauseas remitieran el resto del día. En el almuerzo lograba comer un poco. En la cena, habitualmente lograba comer apropiadamente y rara vez se sentía mal durante la noche, pero la amenaza de la náusea planeaba sobre él como una nube de mosquitos lista para morder.
Odiaba sentirse mal. El proceso físico le disgustaba. Había aprendido a odiar y a temer las señales cuando su boca se llenaba de saliva y comenzaba a sudar. Sabía que la isla lucía mejor de lo que él la había visto nunca, pero el malestar no le permitía disfrutarla.
Regresó de su último viaje al baño y se sentó a la mesa del desayuno a beber su té. Severus siempre le servía su taza con la mínima cantidad de leche, algo que Harry encontraba que aliviaba su estómago después de vomitar, sin hacer que las ansias reaparecieran.
Severus le miró con ojos llenos de calidez y apoyo, pero no hizo ningún otro gesto. Harry sabía que su esposo debía mantener su posición de Maestro, especialmente durante las comidas. Lo entendía, pero a veces dolía. Amaba que Severus apretara su mano y le sonriera.
—Hoy comenzaremos a esquilar —anunció Jolyon.
—Oh, bien —dijo Richeldis—. Me quedé sin lana blanca hace rato.
—Sabes que eso es raro en las ovejas Hebridean. Mantengo las ovejas blancas tanto como puedo; a veces, sólo por la lana, aunque ya sean muy viejas para parir.
—Lo sé, Jolyon, y te lo agradezco. Necesito algo de lana blanca para la colcha que estoy tejiendo.
—Bien, entonces empezaré con las ovejas blancas primero —prometió el hombre, logrando que la apicultora sonriera. Le encantaba tejer en las noches, mientras estaba sentada en la salita común con el resto de la Comunidad, observando el juego de cartas y uniéndose a la charla con sus agiles dedos haciendo que sus agujas entrechocaran con un ritmo de fondo.
Habitualmente, las ovejas que pasaban la edad de procrear eran sacrificadas antes del invierno. Su carne debía cocinarse cuidadosamente puesto que podía ser fibrosa, pero Miranda tenía una variedad de métodos y recetas que le ayudaban con eso. La Comunidad nunca desperdiciaba un animal. Las ovejas viejas de lana blanca tenían una vida útil más larga debido al amor de Richeldis por su lana.
—¡Me gusta esquilar! —exclamó Danyel, entusiasmado—. Yo sostengo la oveja para Pa —le contó a Harry—. Ellas arman un alboroto cuando las vuelves boca arriba, pero pronto se calman. ¡A veces hasta se quedan dormidas así!
Harry sonrió. Le hubiera gustado poder observar, pero sabía que había pedidos esperando ser embalados. Luego, tendría que ir a conseguir algunos libros para estudiar; Severus le había mandado hacer un ensayo sobre genética. Pensaba que era debido a su embarazo, aunque su pareja le había dicho que esa ciencia también venía bien para la investigación sobre Pociones, pues tenía impacto tanto sobre los ingredientes vegetales como sobre los ingredientes animales.
—Quizás pueda ayudarles el año que viene, Danyel. En estos momentos, estamos demasiado ocupados en los laboratorios de Pociones como para poder ayudar.
Se dirigió al Centro de Caligrafía; acompañaba a George los días que se dedicaba a estudiar. Los grandes escritorios y buena iluminación del área de trabajo de George eran el lugar ideal para el estudio y, por supuesto, la biblioteca estaba al lado de la puerta. Sin embargo, le había pedido al caligrafo que le advirtiera cuando Daedalus Diggle fuera a hacer una visita, pues no quería enfrentarse al extraño mago. Tenía la sospecha de que Diggle vería que había algo inusual en él, aunque dudaba que pudiera imaginar que estaba embarazado. Aún así, se quedaba estudiando en su celda si éste se aparecía para sus lecciones de caligrafía y sólo interactuaba con él cuando estaban presentes todos los miembros de la Comunidad.
El ensayo estaba comenzando a fascinarle. Consiguió desviar su estudio para enfocarse en otra cosa que en cómo sería su bebé, y se preguntó si Severus le habría mandado hacer el ensayo para algo más que investigar el embarazo masculino. Trazó una sencilla tabla de las posibles combinaciones de dos genes XY, esperando entender cómo podría funcionar.
No se veía bien. ¿Qué era esa combinación YY? Pensativamente, trató de investigar en los libros para ver lo que significaba, pero ninguno de los textos de genética mencionaba tal cosa. Había algunas condiciones raras, como el XYY, que nunca parecía conferir beneficios. De hecho, los individuos nacidos con cromosomas anormales generalmente sufrían algún tipo de discapacidad; a veces, severa. Harry se sintió enfermo, y supo que no era a causa de sus malestares matutinos habituales. Arrugando el pergamino, se levantó del escritorio donde estaba estudiando y se dirigió hacia la sala de Pociones.
Severus se levantó cuando su pareja entró, notando de inmediato la angustia en el rostro del joven.
—¿Harry?
—Severus, yo… —no continuó; sólo tendió el pergamino hacia el Maestro.
Éste lo tomó y lo desenrolló por completo. Aparentemente, Harry estaba acongojado por algo que acababa de descubrir. Observó la tabla, sin comprender.
—¿Qué está mal? Parece correcto.
—¿Correcto? ¡Severus, nuestro bebé puede ser discapacitado!
—¿Qué quieres decir? Todo lo que puedo ver es que nuestro bebé tiene el doble de probabilidades de ser un varón, pero, ¿por qué sería discapacitado?
—YY. ¡Está mal!
El maestro se dio cuenta de lo que quería decir.
—Oh, sí. Está tan mal que no sucederá, Harry. Ningún humano puede tener la estructura genética Y–Y. Tal concepción, si ocurriera, no sería viable.
Harry comenzó a temblar. Necesitaba sentarse y buscó a tientas un asiento. Severus se acercó y le ayudó.
—Yo… yo… —se rindió a tratar de hablar mientras una oleada de emociones le atravesaba.
—Harry, no vas a dar a luz un fenómeno. Confía en mí. La concepción es mágica, pero no extraña. Confía en la profecía, si no confías en mí. El bebé tiene el doble de probabilidades de ser un varón, pero su sexo será el de un bebé normal —lanzó un hechizo de inmovilidad sobre la poción que estaba preparando y se arrodilló frente a Harry—. Una estirpe de poder, de luz y alegría, ¿recuerdas? —tomó una de sus temblorosas manos y la llevó a sus labios. El beso pareció entregar calor y energía al joven, quien respiró profundamente y comenzó a relajarse.
—Estoy siendo un tonto, ¿verdad?
—No. Eso nunca. Estás preocupado y es natural. Pero tenemos todas las razones para tener confianza. ¿Cuántas brujas tienen una promesa como la profecía sobre sus embarazos?
Harry permaneció sentado, observando cómo su pareja terminaba la producción de esa mañana antes de acompañarle a almorzar. Mientras salían de la sala de Pociones, Severus abrazó al joven de repente y le beso. El beso fue cálido y confortante, pero pronto se hizo más ardiente. Harry suspiró mientras sentía la erección de Severus presionando contra su barriga.
—Te amo, Harry. Amor vincit omnia*, recuérdalo.
El estómago del joven rugió con hambre. Su malestar había desaparecido por completo, al menos por ese día, y se sentía realmente feliz. Últimamente, su humor cambiaba como el tiempo a comienzos del verano: luz del sol, luego nubes, rápidas lloviznas, y brillo otra vez. Y calor. De repente, un calor abrasador. Se presionó contra Severus, deseando tener tiempo de continuar en ese momento.
—Esta noche, mi amor —fue la ronca promesa susurrada en su oído—. Esta noche nos iremos a acostar temprano, si lo deseas.
Harry lo deseaba, fervientemente.
N/A: Amor vincit omnia*: El amor todo lo conquista. Esto suena menos ñoño en latín y de labios de Severus
Última edición por alisevv el Dom Mayo 08, 2016 8:31 pm, editado 2 veces | |
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Yuki Fer As de oclumancia
Cantidad de envíos : 1504 Fecha de nacimiento : 07/04/1992 Edad : 32 Galeones Snarry : 108299 Fecha de inscripción : 30/07/2011
| Tema: Re: The Blesséd Boy. Capítulo 30. El verano anticipado Sáb Jun 14, 2014 3:35 pm | |
| ohhh hoy a la cama temprano.... O//////////O haahhaa pobre harry a de ser desesperante no saber lo que ocurre con su bebe cuando es casi casi el primer hombre en embarazarse...u_u | |
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