alisevv
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| Tema: Retazos de vida. Capítulo 21 Lun Ene 17, 2011 11:22 pm | |
| —Vale, imagino que esta vez las escenas fuertecitas fueron muy entretenidas —comentó Frank, apenas conteniendo la risa.
—¿Cómo? —Harry levantó la vista del diario y se quedó mirando a su nieto algo aturdido.
—Que si nos guiamos por la cara de borrego a medio matar que pusiste cuando dejaste de leer en voz alta —agregó Mark—, lo que escribiste ahí debe ser muy, muy entretenido.
—Y no olvides los suspiros —acotó Draco.
—Cierto —convino Frank con la burlona voz llena de fingida dulzura—. Los suspiros.
—¿Suspiré? —preguntó Harry, mirando a Severus mientras sus mejillas se teñían de rojo.
—Sí, amor —Severus sonrió, mientras acariciaba su mejilla, antes de girarse hacia los chicos—. Pero basta ya —les regañó—, no sigan metiéndose con su abuelo.
—Y vaya que te curraste para conseguir el perdón del abuelo —comentó Mark, mirando al anciano con una sonrisa.
—Sí, y la verdad lo disfruté al máximo —confesó con una mirada de añoranza—. Tanto su abuelo como yo nos merecíamos unos días del ‘noviazgo’ que nunca pudimos disfrutar. Siempre recordaré con profundo amor esos días, se los aseguro.
—¿Y a partir de todo eso Jarson se hizo amigo de su familia? —preguntó Nicole, interesada.
—Al principio, no —explicó Severus—. Aunque gracias a él se solucionó nuestro conflicto, Harry me había contado sobre los sentimientos de Jarson y yo estaba bastante incómodo con el asunto. Para Harry y para Jarson tampoco era una situación fácil, y todos respiramos más tranquilos cuando él decidió abandonar Inglaterra.
>>Sin embargo, yo apreciaba su comportamiento, estaba consciente que era un hombre digno y podía llegar a ser un gran amigo, por lo que años después, cuando regresó con las heridas curadas y el pelo rapado, le recibimos con los brazos abiertos.
—¿El pelo rapado? —preguntó Lisa, curiosa.
—Sí, Jarson se metió en un grupo muggle religioso —explicó Harry, sonriendo—. Supongo que en sus clases de Estudios Muggles habrán oído hablar de los monjes tibetanos.
—¿Se hizo seguidor del Budismo? —Nicole estaba asombrada, recordando sus clases.
—No sólo seguidor, se hizo monje —gruñó Severus—. Por eso luego le metió esas ideas locas a Bill y a Remus.
—¿Tío Bill y tío Remus son monjes? —preguntó Lisa, quien nunca había oído eso sobre sus tíos—. Pero ellos no llevan la cabeza rapada.
—No son monjes, mi niña —Harry rió suavemente—. Los monjes tibetanos están obligados a guardar una vida de pureza y ascetismo, algo que tus tíos no creo que estuvieran demasiado inclinados a hacer. Ellos simplemente son misioneros.
—¿Misioneros? —interrogó Lisa nuevamente, no entendía demasiado bien el concepto.
—Sí. Van a lugares muy pobres y alejados, donde se necesita mucho su ayuda, y colaboran en lo que pueden. Pero siguen siendo pareja y viviendo juntos.
—Entonces…
Lo que iba a decir Lisa se vio interrumpido por una voz de tenor, que hablaba con un ligero acento francés.
—Vaya que algunos magos afortunados se la pasan bien, cuando el resto de los mortales tenemos que trabajar para sobrevivir.
Todos se giraban hacia el recién llegado. Era un hombre alto, delgado, de piel canela y brillantes ojos verdes; llevaba el cabello cortado al cero, un pequeño arete de oro en la oreja izquierda, y vestía ropa muggle informal de impecable corte. Lisa dio un salto y corrió a abrazarlo.
—¡Papi, que bueno que estás aquí! —gritó, mientras se tiraba en brazos del hombre, quien la alzó y le dio varias vueltas en el aire—. Te extrañé un montón.
—Pues vaya que lo demuestras bien, princesa —contestó el mago, dejando a la pequeña en el suelo—. Hace más de una semana que ni tu padre ni yo tenemos noticias tuyas.
Lisa se ruborizó y bajó los ojos, apenada.
—No la molestes, Evan —le regañó Harry—. Justo ayer nos mencionó que tenía que llamarles pero no se dio la oportunidad; esperábamos hacerlo esta noche, cuando ambos estuvieran en el hotel.
—No busques excusas, sé que cuando uno se divierte se olvida de los viejos padres regañones —Evan rió, sentándose y poniendo a Lisa sobre sus rodillas.
—¿Y dónde está papá Nathan? —preguntó la niña, frunciendo el ceño—. ¿Por qué no vino contigo?
—Es cierto, ¿dónde está Nathan? ¿Pasó algo? ¿Acaso el embarazo? —el ceño fruncido de Severus era tan parecido al de su hija que Evan no pudo evitar reír, con lo que todos respiraron más tranquilos.
—¿Así que si no traigo a mi amado esposo no soy bienvenido en esta casa?
—Eso no es verdad y lo sabes —replicó Harry—. Es sólo que Nathan está embarazado y…
Evan alzó una mano para evitar que su suegro continuara.
—Ya lo sé, Harry, no te preocupes —su sonrisa se amplió—. En realidad, tengo que confesar que me vine escapado.
—¿Escapado? —repitió Draco, mientras todos miraban con curiosidad al recién llegado.
—Sí. Verán, lo que ocurre es que en unos días van a hacerle un homenaje a Nathan, por su trayectoria como compositor y director de orquesta —el tono de voz del hombre reflejaba el inmenso orgullo que sentía por los logros de su pareja—. Va a ser un recital, un espectáculo muy importante con la presencia de la Filarmónica de Munich, la Orquesta Sinfónica de Bejing, la Orquesta Mozart de Viena, y las Filarmónicas de Londres y de Nueva York. Y como cierre del acto, cada uno de los Directores de las orquestas invitadas va a dirigir nuestra orquesta como homenaje a Nathan.
—Wow, eso suena impresionante —comentó Mark.
—¿Y tú vas a tocar el piano, papi?
—Claro que sí, hijita —contestó con una sonrisa—. No me lo perdería por nada.
—Pues sí parece que va a ser impresionante —Severus intentó mantener un tono neutral pero a leguas se veía la emoción que le embargaba, y también un cierto tinte divertido que sólo su esposo notó.
—Estoy tan orgulloso —agregó Harry con los ojos brillantes.
—Bueno, va a ser el sábado siete, así que no se comprometan, toda la familia está invitada. También les agradecería que pudieran avisar al resto de la familia. Yo ahora voy a ver a Vincent, tengo algo que conversar con él, y de paso le diré que avise a Remus y a Bill, espero que puedan asistir —Evan se levantó y se inclinó a besar a su hija—. Nos vemos, princesa; pórtate bien con los abuelos.
—¿Ya te vas, papi?
—Sí, mi niña. No me gusta dejar mucho tiempo solo a tu papá en su estado y aún tengo que pasar por la oficina de tu tío Vincent —le dio a su hija un fuerte abrazo—. Nos vemos pronto.
—Te quiero, papá —aseguró la pequeña, abrazándole—. Y dile a papi que también lo quiero mucho.
—Se lo diré, hijita —se acercó a sus suegros—. ¿Los espero en el concierto?
—No te fallaremos —le aseguró Harry.
—Bueno, chicos —dijo, girándose a sus sobrinos—, espero que lo sigan pasando bien. Recuerden que también les espero, aunque se aburran —les guiñó un ojo, sonriendo.
—Descuida, tío Evan.
—Allí estaremos.
—Prometido.
—Y eso va contigo también —agregó Evan, mirando a Nicole—. Y hazme el favor de extender la invitación a tus padres.
—Gracias, tío Evan.
Con un último beso a Lisa y una gran sonrisa a todos, Evan musitó unas palabras y desapareció.
Harry y Severus se miraron y no pudieron evitar echarse a reír sonoramente.
—¿Qué es tan divertido? —preguntó Mark, frunciendo el ceño, confundido.
—Que tal parece que van a caer dos incautos —contestó Severus.
Al ver que todos los jóvenes les miraban sin comprender, Harry explicó:
—Pues resulta que anoche llamó Nathan —comenzó, y en seguida se vio interrumpido por una exclamación de Lisa:
—¡¿Papi llamó?! ¿Por qué no me avisaron? —esta vez su ceño estaba fruncido con molestia.
—Ya estabas dormida, cariño —aclaró Severus—. Era muy tarde y no quisimos molestarte.
—¿Y por qué llamó tan tarde si sabía que yo estaría dormida? —ahora la voz de la niña sonaba dolida.
—Es que tuvo que esperar a que Evan se durmiera —al ver que varios de los chicos hacían amague de hablar, Harry alzó una mano—. Si me dejan contarles les explicaré todo —como todos aceptaron y le miraron atentamente, continuó—: Por lo que entiendo, el homenaje no es sólo para Nathan, sino también para Evan. Y al parecer, los organizadores, para darles una sorpresa a ambos, a cada uno le dijeron que el homenajeado era su pareja.
—Vaya que fueron ingeniosos los organizadores, ¿pero por qué tomarse tantas molestias para que fuera sorpresa? —inquirió Frank.
—No tengo idea, supongo que el organizador será un amigo de ambos.
En ese momento, una lechuza majestuosa, cuyas plumas variaban entre diversos tonos de gris, aterrizó ante el sofá en que estaban los ancianos y extendió su elegante pata. Harry desató al instante el pergamino que traía y le dio al ave una de las golosinas que siempre cargaba en el bolsillo. El animal la aceptó, inclinó levemente la cabeza, y emprendió vuelo, perdiéndose en el horizonte.
Harry desenrolló el pergamino, encontrándose dos hojas individuales. Leyó la primera en silencio y cuando terminó levantó el rostro, sonriendo.
—Ahora entiendo todo. Escuchen:
Apreciados Harry y Severus
Estamos organizando una gala especial en honor de Nathan y Evan, y nos encantaría que pudieran asistir con toda la familia. Tendrá lugar el domingo siete de Septiembre a las ocho de la noche. Les adjunto una invitación con el lugar y hora del concierto. Amigos, no me vayan a fallar, ya saben que para los muchachos va a ser muy importante su asistencia. Por cierto, no se lo mencionen, es sorpresa.
Reciban un abrazo
Josua.
—¿Quién es Josua? —preguntó Nicole, intrigada.
—Es el antiguo Director de la escuela de música donde estudiaron Nathan y Evan —explicó Severus—. Un hombre muy agradable, debo decir.
—Siempre fue muy apegado a ‘su pequeño par de diablillos’ como él los llamaba —agregó Harry con una sonrisa—. Decía que algún día le harían sentir muy orgulloso.
—Pero si el concierto es el siete de septiembre no vamos a poder ir —se quejó Frank y su gemelo convino moviendo la cabeza con un gesto de enojo.
—Tranquilos, yo les consigo el permiso —aseguró Harry—. Y a Nicole también.
—¿Y qué es el otro papel, abuelito? —preguntó Lisa, curiosa.
—Es la invitación al acto del que habla Josua.
La Organización Internacional de Músicos y Directores de Orquesta tienen el agrado de invitarle al acto en honor del reconocido Director de Orquesta, Nathan Snape Potter, y el afamado Concertista de Piano, Evan Devillard Rabagliati.
El concierto tendrá lugar el domingo 7 de Septiembre, a las 8 de la noche, en el Maggio Musicale Fiorentino, Florencia.
Indispensable traje formal
—A los tíos les encanta ese teatro —comentó Frank
—Trae muchos recuerdos para ellos —explicó Harry—. La familia materna de Evan era de Florencia y él vivió muchos años allí. El primer concierto que dieron como profesionales fue en ese teatro.
—En aquella época Nathan era violinista, aún no se había dedicado a la Dirección —comentó Severus, con una tenue sonrisa de añoranza—. Recuerdo que tocaron las Sonatas para Violín y Piano de Bethoven.
—Vale, eso de la música está muy interesante —habló Frank, que tenía el gusto musical típico de un quinceañero, y que aunque había protestado por ir sabía que iba a bostezar en el concierto de sus tíos—, pero por qué no seguimos con el diario.
Mientras Severus fruncía el ceño ante tamaña irreverencia, Harry se echó a reír, tomó el diario y comenzó a leer.
Aquí estamos de nuevo, en la Mansión de Escocia, y no te imaginas lo bien que lo estamos pasando, especialmente Sev y yo que tenemos a todos nuestros chicos con nosotros.
La casa está llena de ‘pequeños monstruos’, como dice Severus; aparte de los nuestros, están los de Ron y Hermione, Vincent, los de los gemelos, los dos de Ginny y Neville, y Evan, un amiguito de Nathan de la escuela. Menos mal que la casa es grande, así que el ruido se dispersa, y Severus, luego de amenazar con torturas horribles a cualquiera que se atreviera a llegar a su laboratorio, se lo ha tomado bastante bien.
Bueno, tengo varias cosas que contarte así que mejor empiezo de una vez.
Jarson se fue pocos días después de que Severus y yo regresáramos del viaje. Su partida me entristeció, pero también supuso un alivio; pensar que estaba sufriendo por mi culpa me hacía sentir terriblemente mal, especialmente luego que Severus me contó que él fue el principal promotor de nuestra reconciliación. Sev también se sentía mal con él aquí. Le está muy agradecido y piensa que es un buen hombre, pero según me contó, no podía evitar sentir celos cuando estaba cerca. Yo sólo espero que pueda encontrar alguien a quien amar y algún día pueda recuperar al amigo que tanto aprecio.
Por cierto, te conté lo de la reconciliación con Severus, pero no te dije que en realidad él no había sido culpable de nada, todo había sido un gran engaño del desgraciado de Víktor. En cuanto regresamos de Zurich, Severus viajo a Ucrania y habló con el padre de Víktor, su socio original. Le explicó todo lo que había pasado y le puso un ultimátum: o cambiaba de representante o Sev rompería la sociedad. El doctor Kistler entendió de inmediato y, luego de infinitas disculpas, designó como su representante a Leonid, su hijo menor, un joven estupendo y completamente diferente a su hermano.
Enseguida se pusieron manos a la obra. El señor Peterson ya había depositado su aporte, así que en estos momentos están haciendo las pruebas finales de la droga; no tienes idea de las ganas que tengo de que esté en el mercado y pueda usarla con mis pobres niños enfermos, tengo tantas esperanzas cifradas en esa poción.
Por cierto, conocí a Samuel Peterson y de entrada me cayó muy bien, sobre todo cuando se giró y le dijo a Sev: ‘Gracias a Merlín que Harry es su esposo real. Cuando creía que Kistler era su pareja, pensaba que usted era un hombre muy inteligente pero con un pésimo gusto’ . Juro que ese día se ganó mi amistad eterna.
Esperanza está muy emocionada con el inicio en la universidad, tanto ella como Richard fueron admitidos en la Universidad de Estudios Mágicos de Oxford, la misma a la que asistimos Hermione y yo. Decidieron, junto con otros dos amigos de Hogwarts que también admitieron, rentar un pequeño apartamento dentro del área universitaria. Ni te cuento la trifulca que se armó con eso. Severus decía que ni hablar, que ni loco dejaba sola a Esperanza con tres jóvenes que tenían hormonas alborotadas en lugar de cerebro.
Cuando Esperanza le dijo que se tranquilizara, que Richard iba a estar con ella, ahí sí que se armó la gorda. Severus dijo que ese era el peor de todos, que no iba a dejar a su pequeña en manos de una comadreja —menos mal que ni Richard, ni Ron ni Hermione escucharon eso—. Al final, Esperanza ganó, aunque luego de escenas de llanto, furia, amenazas con irse de casa y un sinfín de cosas más. Eso sí, Severus sólo cedió cuando Richard y Esperanza aceptaron tomar veritaserum cada vez que regresaran a casa por vacaciones. ¿Lo puedes creer?
El primer año de Adam en Hogwarts ha sido estupendo. Es un niño muy estudioso y sacó excelentes notas, además de que todo el mundo tiene alabanzas sobre lo sensato y educado que es. Cuando oye esos comentarios, Severus se esponja como pavo real y dice que Adam salió igualito a él, sin una gota de la irreverencia Potter. Claro, esa se la llevó toda Nathan.
Ay, diario, ¿qué voy a hacer con mi hijo menor? Perdí la cuenta de las notas de advertencia que le dieron este año. Aparte de su naturaleza traviesa, también me salió protector y vengativo. Y cada vez que alguien maltrata a uno de sus amiguitos, ZAS, revancha segura. Y como además es honesto, gracias a Merlín, cada vez que un profesor pregunta quién hizo alguna travesura, ahí está mi hijo, dando un paso al frente y diciendo ‘yo fui’. Y es que el condenado, además, lo dice con orgullo. Eso lo debe haber sacado de Sev, que yo de niño no confesaba una travesura ni muerto.
Menos mal que es buen estudiante y sus profesores dicen que tiene un gran futuro como músico, si no, creo que ya me lo hubieran enviado de vuelta, bien empaquetadito con todo y violín.
Sí, al final se decidió por el violín, y no es porque sea mi hijo, pero toca como los propios ángeles. El otro día él y Evan nos dieron un concierto con piano y violín que dejó a toda la familia sin aliento.
Por cierto, no te he hablado de Evan. Es un niño encantador, morenito y con unos preciosos ojitos verdes que miran siempre con dulzura, pero en el fondo tienen un dejo permanente de tristeza. Es huérfano, pues sus padres murieron el año pasado en un accidente de auto mientras estaban en el mundo muggle. Su madre era una pianista italiana muy famosa, y su padre un escritor francés, aunque sus ancestros eran originarios de Martinica. Al parecer, desde pequeñito creció rodeado de cultura, por lo cual es un niño muy especial. Ahora vive en Florencia, a cargo de sus abuelos maternos.
Nathan y Evan sintieron empatía desde un principio. Al parecer, esta simpatía se vio reforzada por el hecho de que algunos de los niños de la escuela despreciaban y maltrataban a Evan por el color de su piel, diciéndole negro apestoso y cosas así. Evan, que estaba muy frágil por la reciente muerte de sus padres, era incapaz de defenderse adecuadamente, por lo cual Nathan asumió su defensa y le ayudó a reforzar su confianza en sí mismo. Para finales del año escolar, ellos eran los niños más destacados de la escuela y tenían una personalidad que se llevaban al mundo por delante.
Si el pago a esa confianza en sí mismos es que tengamos que recibir quejas de Nathan cada dos por tres, sean bienvenidas.
Última edición por alisevv el Dom Ene 31, 2016 5:40 pm, editado 1 vez | |
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