alisevv
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| Tema: The Blesséd Boy. Capítulo 29. Estamos abrumados Sáb Ene 15, 2011 7:29 pm | |
| Harry abrió los ojos y levantó la vista hacia Severus, quien estaba parado sobre él, mirándole preocupado.
—Harry… ¿te sientes bien?
El joven rió débilmente.
—¿Bien? ¿Me dices que estoy embarazado y me preguntas si estoy bien? ¿Cómo puedo estar bien? Debo ser un fenómeno… justo como decía mi tío.
—Eres un mago muy, muy raro, Harry, pero eso yo ya lo sabía. Y también tú, en tu corazón.
—No soy una chica. Sencillamente, no es posible. No biológicamente posible.
—No. Bien, por supuesto que tienes razón. Tú eres un hombre joven en todos los aspectos. Pero eres el Muchacho Bendito, el tema de una profecía hecha hace mil quinientos años. Eres muy especial. Hay leyendas sobre magos que pudieron gestar niños; no es algo no oído en la historia. La mayoría de las personas desestiman las leyendas antiguas como si fueran poco más que historias, pero los magos sabios comprenden que las leyendas del pasado se basan en hechos. Este fenómeno no había sucedido en siglos recientes, pero al parecer va a volver a ocurrir.
—Severus, yo no tengo matriz. ¿Dónde voy a llevar al bebé? ¿En mis intestinos? Moriré cuando el bebé crezca…
Severus alargó la mano y tomó la de Harry, tranquilizándole.
—Tú debes haber nacido… diferente. Tienes alguna clase de matriz, y el niño crecerá ahí. Parece ser una ramificación de tu recto. Hasta que te embarazaste, probablemente no fue más significativo que el apéndice, algo fácil de pasar por alto en los chequeos médicos, pero está empezando a alargarse y crecerá cuando el bebé lo haga.
Harry lucía aturdido.
—Me hicieron un chequeo médico completo al empezar Hogwarts, y Madam Pomfrey nunca vio eso. Pero aún si tengo matriz… las chicas tienen periodos, Severus. Yo nunca tuve nada de eso.
—Sin mayores estudios, no puedo explicar esos detalles. Sospecho que tu semen es en alguna forma mejorado. No liberas óvulos, como las mujeres, pero algún mecanismo debe existir para que la mezcla de nuestros sémenes haya engendrado un bebé. Quizás tu semen pasa a través de la diminuta matriz antes de ser liberado, o quizás es almacenado ahí, para permitir la posibilidad de la concepción. Eres muy fuerte —mágicamente hablando— más que la mayoría de los magos. Esa magia puede estar especializada para realizar el acto de creación de vida.
Severus apretó la mano de Harry, que se sintió fría en la suya. El joven estaba claramente impactado por las revelaciones. Él mismo se sentía apenas un poco mejor. Conocía la leyenda pero nunca le había dado una atención apropiada, pensando que sólo eran invenciones o exageraciones. ¿Pero cómo se podía exagerar un embarazo? Era difícil imaginar que un hombre joven —no un hermafrodita, un hombre verdadero— pudiera estar embarazado. Pero aún así los diagnósticos lo mostraban, brillante y claro, una vez que lo había buscado. Había sido sólo a causa de la leyenda, algunos de cuyos versos ya habían demostrado ser ciertos, que había buscado, aunque sin esperar encontrar nada. Si toda la leyenda era cierta, como Harry creía, esto era algo maravilloso, no sólo con la consecuencia de que ellos pudieran tener familia, sino para la derrota del mal. Severus se sintió casi tan abrumado como su esposo.
—¿Esto tiene algo que ver con la Poción de Fertilidad, Severus? Quizás deberías tener cuidado; tú la manipulas más que yo.
El hombre sonrió.
—No, Harry. Yo no me embarazaré, no tengo esa habilidad. Te lo dije, no se ha visto un caso desde tiempos antiguos. Tú eres un joven muy especial, el Muchacho Bendito. Recuerda el verso: bendecido con la fuerza de los Antiguos que pasaron y el poder de traer niños al mundo. La habilidad es innata, no algo que pueda ser adquirido al ingerir una poción.
Harry suspiró.
—Te dije que todo era cierto, que debíamos enlazarnos. Pero ni siquiera entonces vi esto —tuvo un repentino pensamiento—. ¡Niños, Severus! ¿Voy a tener gemelos?
El maestro sonrió y enroscó el cabello de su pareja.
—No lo creo… Pienso que es sólo uno. Dos complicarían aún más un parto ya de por sí difícil.
—¡Oh! ¡El parto! 0h, no. me voy a desgarrar, ¿verdad?
—Harry, yo estaré allí. Haré todo lo que pueda. No te dañarás. Voy a investigar un poco —Severus estaba consciente de que se escuchaba aterrado, farfullando, y respiró profundamente para tranquilizarse—. Al menos puedo hacer una extracción quirúrgica y puede haber otras opciones… Creo que la Aparición asistida de corto alcance a veces se utiliza en los casos difíciles de obstetricia. Apenas tienes ocho semanas, tenemos mucho tiempo. No pienses que te dejaré sufrir. No voy a perderte, Harry. No ahora. Y recuerda, si la profecía dice ‘niños’, debes ser capaz de hacer esto con la misma facilidad de una bruja. Eso es lo que ello significa, estoy seguro —se esforzó en poner firmeza y optimismo en su voz, sentimientos que en verdad no tenía todavía, pero haría todo lo que estuviera en sus manos para jugar su parte y lograr que el milagro sucediera.
Atrajo a Harry hacia sus brazos, desesperado por tranquilizar a su pareja y necesitando convencerse a sí mismo. Harry, su único y perfecto esposo, era demasiado preciado. La revelación de que él poseía un poder tan antiguo, una habilidad no vista en centurias, no era más que otra prueba de ello.
Se dio cuenta que el joven estaba demasiado abrumado y no sería capaz de trabajar esa mañana. Decidió ir a preparar un lote de Poción para Mejorar las Articulaciones, por la que Slug & Jiggers estaban clamando, y dejar a Harry descansando en el sofá.
>>Te traeré algunos libros para que leas, Harry. Mira a ver si puedes encontrar algo de utilidad en las viejas historias. Mientras haces eso, yo iré a preparar el pedido de la mañana y tú puedes ayudarme a embotellarla y empacarla esta tarde, si te sientes mejor.
—Sí, Severus. Gracias.
Harry se escuchaba —y todavía se veía— traumatizado. Severus le dejó donde estaba y fue a la biblioteca. Con la ayuda de George, pronto tuvo una brazada de libros que podían tener algunas referencias útiles. Regresó con su pareja y los colocó en un montón sobre la mesita ratona, frente al sofá.
—Hojea algunos de estos, toma notas, y pasa la mañana simplemente meditando, Harry.
El joven asintió. Se veía tan inseguro. Severus se arrodilló a su lado y tomando sus manos, se las apretó antes de depositar un suave beso en sus enrojecidos labios, enrojecidos de tanto que se los había mordido con la preocupación.
>>Harry, nos las arreglaremos. Nunca pensé que sería padre. Me estás dando un regalo que yo nunca hubiera esperado. Estaré aquí para ti.
El joven miró los ojos negros y finalmente pareció regresar a la realidad. Besó a Severus y se acurrucó contra él. El maestro le abrazó, hasta que sintió que el agarre de Harry se aflojaba; entonces, se aparto suavemente.
>>Todo va a estar bien. La profecía dice que estableceremos una línea de descendencia. Eso significa que tu embarazo tendrá éxito. Ten fe.
Harry asintió.
—Yo creo en la profecía; parece haberse aplicado a nosotros hasta ahora. Proviene de Merlín, así que tiene que ser real. Tienes razón, siempre la tienes, Severus. Sé que estaré bien; es sólo una enorme impresión.
—Enviaré a Miranda con una bebida caliente para ti. Te veré en el almuerzo, pero ahora realmente debo ir a preparar ese pedido.
Harry asintió y Severus se fue. El joven se preguntó si debería decirle algo a la cocinera, contarle que estaba embarazado, pero supuso que era mejor no decir nada de momento. Tenía mucho tiempo para anunciarlo y no quería contarle a nadie sin hablar con Severus primero. Se recostó, poniéndose cómodo y tomando el primer libro del montón. Su esposo había dejado pergaminos, tinta y una pluma al lado de los libros para que pudiera tomar notas. Abrió el libro y empezó a leer. | |
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