La Mazmorra del Snarry
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

La Mazmorra del Snarry


 
ÍndicePortalÚltimas imágenesRegistrarseConectarseFacebook
La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado

Ir abajo 
2 participantes
AutorMensaje
alisevv

alisevv


Yo entré 2 (D.I.S. 2014) Bombardeo de chistes snarry D.I.S. 2014 Juego del verano 2 Juego del verano 1 Juego Yo entré-D.I.S 2015 Juego lechuza chismosa-D.I.S 2015 Yo entré-Mes del amor Yo traje mi regalo
Femenino Cantidad de envíos : 6728
Fecha de nacimiento : 15/01/1930
Edad : 94
Galeones Snarry : 241687
Fecha de inscripción : 08/01/2009

The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado Empty
MensajeTema: The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado   The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado I_icon_minitimeSáb Ene 15, 2011 5:19 pm

The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado ZBlessed_zps056dm3vt
The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado Cap.19_zpszasachir
The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado Z19_zpsmo9ihllk




Harry se había duchado, cepillado los dientes, y acababa de subirse a la cama cuando escuchó lo que había estado esperando: un ligero toque en la puerta de su celda. Sonriendo de oreja a oreja, saltó de la cama y corrió a dejar entrar a su maestro.

—Sé que es tarde, pero tengo un obsequio más personal para ti, Harry. ¿Puedo pasar?

El joven se hizo a un lado para permitirle entrar.

—Siempre eres bienvenido, Severus. Te he extrañado últimamente —Harry esperaba que su voz no hubiera sonado demasiado petulante o necesitada.

—Yo…

Severus se había quedado sin palabras. No le había visitado últimamente porque pensaba que no lo merecía. Había estado atormentado por la culpa de haber dado el inapropiado castigo a su aprendiz. Sabía que sus sentimientos hacia Harry habían sido los responsables de su excesiva reacción y su pérdida de control, y también sabía que mientras más tiempo pasara intimando con el joven, peor se pondría. Casi temía repetir el error cometido por su arranque de celos.

Harry vio la incomodidad de su maestro y no quería que eso siguiera así entre ellos. Tomó una decisión drástica y se adelantó para abrazarle.

—Gracias nuevamente por la túnica —musitó contra la bata de terciopelo azul oscuro de Severus.

El hombre le abrazó, suspirando con placer al volver a sentir al joven entre sus brazos, el sitio al que con seguridad pertenecía. No tenía sentido tratar de luchar, Harry encajaba allí muy bien y Severus no quería perderle.

—Tengo algo más para ti, Harry. No quise dártelo frente a los demás. Es personal.

El otro le soltó y retrocedió un paso.

—Vamos a sentarnos en mi cama, Maestro.

Los dos hombres se sentaron lado a lado. Harry estaba feliz de tener a Severus de nuevo en su celda; sólo quería abrazarle, besarle y empezar algo más íntimo. Esperaba que Severus también lo quisiera.

El hombre le entregó un paquete alargado.

—¡Oh, Severus! —Harry jadeó cuando un brazalete de plata fue revelado. Lo sacó de la caja, y el objeto cubrió sus dedos como el material más suave. Estaba formado por finos eslabones entrelazados.

—Léelo, Harry —le animó serenamente.

El joven dio vuelta al brazalete, y notó que algunos segmentos tenían palabras gravadas: Para Harry, mi aprendiz. De tu maestro, Severus. Tú me complementas.

—¡Oh! —se quedó sin habla. Las tres últimas palabras significaban tanto. Levantó sus ojos para encontrar la intensa mirada de su maestro—. No sé qué decir. Es hermoso.

—Permíteme ponértelo —tomó el brazalete de los sumisos dedos de Harry y se lo colocó en la muñeca derecha—. Está elaborado de platino así que no reaccionará con nada que estés preparando. ¿Lo usarás para mí, todo el tiempo?

La voz de Severus se escuchaba profunda y parecía apretada por una ponderosa emoción. Harry no estaba mucho mejor, pero logró emitir una ronca respuesta.

—Sí.

El brazalete quedó en su lugar. Ajustaba perfectamente, y Harry se preguntó si habría magia involucrada en ello, pues no podía imaginar cómo su maestro podía haber averiguado el tamaño exacto de su muñeca. Lo miró fijamente, con admiración, antes de acercarse e inclinarse a besar a Severus. Dejó un suave y casto beso en los labios de su maestro.

>>Gracias. Es perfecto.

Con un gemido de necesidad, Severus atrapó al chico entre sus brazos.

—No, Harry, tú eres perfecto. Perfecto para mí.

Y el beso que había estado esperando desde el momento que Severus entrara en la celda, fue tan intenso y perfecto como se podía imaginar. Ambos habían extrañado sus momentos de intimidad y estaban hambrientos por tocar. Severus trataba de expresar sus sentimientos con acciones, entrelazando sus manos en el cabello de Harry, sosteniendo su cabeza mientras saqueaba su boca. No creía que podría conseguir suficiente de Harry y sentía un estremecimiento de temor ante el puro poder de su necesidad.

Harry gemía con placer ante la intensidad del beso. Todos sus miedos y preocupaciones al pensar que Severus no le quería realmente se desvanecieron en una oleada de felicidad. El brazalete lo probaba, la inscripción prometía muchas cosas, y el beso era tan apasionado como siempre.

Severus comenzó a jalar el pijama de Harry; tenía que tocar más de Harry, sentir su cuerpo cerca del propio. El joven tiraba de la espalda de la bata de su maestro. Entre ellos intercambiaron señas y se apartaron, deshaciéndose de sus ropas con rápidos movimientos. Harry se tiró sobre la cama, la espalda contra las almohadas. Severus fue tras él, cubriéndole. Ambos estaban erectos, los ojos muy abiertos con la urgente necesidad, y cayeron, sin una palabra, uno sobre el otro.

Las manos de Severus recorrieron y tocaron, deleitándose con la experiencia de Harry acostado bajo él. Se lo había negado a sí mismo por tanto tiempo, de una manera tonta y estúpida. Harry era suyo, le había reconocido en el preciso momento que le vio por primera vez. ¿Cómo pudo haberlo puesto en duda? Sólo con la mutua satisfacción podía calmar esa incandescente pasión que brotaba cada vez que Harry pasaba tiempo con alguien más. Su profunda posesividad, que hasta ahora había demostrado únicamente hacia su Comunidad, era algo que conocía de sí mismo, algo que se sentía impotente de controlar. Harry había logrado que todo fuera más fuerte porque era el correcto; estaba destinado a ser su pareja. Decidió que negarlo era de idiotas. De ahora en adelante, vendría a Harry cada vez que pudiera.

Con un ansia que había desistido en tratar de controlar, recorrió con sus labios el cuello del joven, su pecho, su plano estómago, dirigiéndose a la deliciosa polla. Abrió la boca y la succionó, girando su lengua alrededor de la cabeza en un gesto de bienvenida. Harry gimió incitándole a seguir. Estupidez, su propia estupidez les había distanciado, pero ahora estaba en casa y dándole placer a Harry. El joven no iba a durar, Severus sentía el próximo orgasmo, por lo que deslizó una mano alrededor de las tensas bolas. Tragó, una y otra vez.

Harry se vino con un grito, aferrando las sábanas apretadamente con sus manos. Había estado observando la deliciosa imagen de la cabeza de Severus acunada entre sus muslos; ahora, su cabeza bajó y sus ojos se cerraron con fuerza mientras se zambullía en un orgasmo casi doloroso en su intensidad.

La boca de Severus se suavizó mientras los espasmos disminuían, limpiando tiernamente la polla de Harry con su lengua. Levantó la vista hacia el joven, que estaba extendido contra las almohadas, satisfecho. Sonrió alrededor de su polla mientras la liberaba, pero no pudo contenerse mucho más. Estaba muy duro, muy cerca del límite luego de la felación dada a su pareja. Se movió para besarle.

Harry abrió los ojos al sentir que Severus le besaba. Sintió la salinidad amarga del semen en la boca del hombre y gimió ante lo correcto que era todo.

—Maestro —jadeó cuando Severus se echo hacia atrás. Deslizó su mano hacia abajo y aferro la carne dura y caliente que estaba presionando contra su barriga. Su maestro estaba necesitado.

Comenzó a bombear la polla de Severus. El hombre gimió ante la fricción, empujando contra la mano de Harry. Había estado tanto tiempo… No podría aguantar, y no iba a intentarlo. Empujó, sus caderas golpeando al ritmo común y básico en todos los animales. Rudo, poderoso, innegable…

Inundó la mano de Harry, aliviado con cada pulsación de su polla. Jadeó y susurró ‘Transfero’. Al diablo la sutileza, esa noche se trataba de aliviar la ardiente necesidad creada por la abstinencia. Resolvió que prolongaría más todo esto una vez que ambos saciaran el hambre de sus cuerpos, pera esta noche, al menos podrían dormir cómodamente. Atrajo a Harry hacia sus brazos.

Permanecieron callados, ninguno veía la necesidad de hablar, de romper el perfecto silencio de su cercanía.

Finalmente, Severus susurró al oído de su pareja.

—Gracias por el Consejero, Harry. No tenías que haberte gastado tanto dinero en mí.

—Pensé que te gustaría, Maestro. Eres la persona más importante de mi vida —lo dijo con sencillez, y Severus sabía que no debía cuestionar una declaración que tenía la convicción de la verdad. Se sintió abrumado y le abrazó con fuerza, incapaz de encontrar las palabras para decir ‘gracias’, para decir ‘tú también eres la persona más importante para mí’. Esperaba que, de todas formas, Harry pudiera sentirlo.

Había vuelto a mirar en el Consejero, ¿cómo poder resistirse? La visión había sido la misma, tal como casi había esperado. Seguía siendo importante y había pensado sobre ello desde el viaje de compras; luego de volver a analizar las leyendas de Eigg, Severus pensaba que había comprendido todo. Incluso aunque el escenario fuera casi increíble.

—La visión fue la misma que antes —declaró suavemente.

Harry permaneció acostado, obligándose a ser paciente, a no presionar por la revelación. Tenía la sensación de que era algo muy personal para Severus y que si le interrogaba al respecto, no se lo diría. Así que se mantuvo callado y espero. Eventualmente, Severus hablaría.

>>Ese día en la tienda vi en el Consejero algo completamente inesperado. Me vi cargando un bebé, para luego acostarle y quitarle la ropa. El bebé era un niño y yo le cambiaba, limpiándole y tranquilizándole, hablándole todo el tiempo.

Harry esperó para ver si había más. Al parecer, eso era todo, así que habló:

—¿Por qué es tan extraño, Severus? Quizás Abigail va a tener un bebé, o quizás estabas cuidando el hijo de alguien. O puede ser simplemente un símbolo acerca del futuro de la Comunidad, y eso es muy positivo.

—Quizás —la voz de Severus reflejaba claramente que no creía en ninguna de esas posibilidades—. Pero pienso que era algo más personal. Creo que era mi hijo.

Harry jadeó. Su corazón se aceleró. ¿Seguramente Severus no iría a casarse? A él no le gustaban las brujas, ¿verdad? Quizás el bebé nacería como resultado de la fertilización mágica; quizás Severus se acostaría con Scylla después de todo.

El Maestro sintió la reacción de Harry y le tranquilizó con tiernas caricias en su espalda y su cabello.

—¿Vas… vas a tener sexo con una mujer? —la voz de Harry temblaba.

—Ahora que estás conmigo, no voy a tener sexo más que contigo. Por siempre —susurró al oído del joven.

Harry se tranquilizó un poco, pero todavía se sentía ansioso por todo ese asunto del bebé. No le extrañaba que Severus no hubiera querido hablar sobre ese asunto en la tienda, o durante el día.

—Entonces no puede ser tu bebé, Severus —razonó.

El hombre le besó, musitando:

—Debo dejarte ahora, Harry. Es muy tarde, hace mucho que se apagaron las luces. Pero lee las leyendas. Merlín te bendijo.

Mientras Severus partía, un —en cierta forma— desconcertado Harry se acurrucó bajo las sábanas.




sevThe Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado Cap.20_zpstbgn7vypharry



Última edición por alisevv el Jue Mayo 05, 2016 7:25 pm, editado 2 veces
Volver arriba Ir abajo
Yuki Fer
As de oclumancia
As de oclumancia
Yuki Fer


Mejor posteador del mes  (Mayo 2015) Yo entré-Mes del amor [Mejor posteador del mes] Enero 2015 [Mejor posteador del mes] Junio 2014 Yo entré-Vacaciones 2015 Juego lechuza chismosa-D.I.S 2015 Juego Yo entré-D.I.S 2015 Juego palabras hechizadas DIS 2015
Femenino Cantidad de envíos : 1504
Fecha de nacimiento : 07/04/1992
Edad : 32
Galeones Snarry : 108299
Fecha de inscripción : 30/07/2011

The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado Empty
MensajeTema: Re: The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado   The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado I_icon_minitimeVie Jun 13, 2014 11:48 pm

eso de decir cosas a medias no funciona sev...T__T pero bueno si le hubiera revelado sus sopechas sobre la profecia supongo que no tendria chiste..XD
Volver arriba Ir abajo
http://yukif.livejournal.com/
 
The Blesséd Boy. Capítulo 19. Los mejores regalos se dan en privado
Volver arriba 
Página 1 de 1.
 Temas similares
-
» Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos
»  Death Eater takes a Holiday. Capítulo 77. Premios, Regalos Y Diversión Navideña
» The Blesséd Boy. Capítulo 1. Regresando
» The Blesséd Boy. Capítulo 38. De la luz y la alegría
» The Blesséd Boy. Capítulo 2. En la comunidad

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
La Mazmorra del Snarry :: Biblioteca de la Mazmorra :: Fanfics Snarry :: Fanfics de Alisevv-
Cambiar a: