La Mazmorra del Snarry
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

La Mazmorra del Snarry


 
ÍndicePortalÚltimas imágenesRegistrarseConectarseFacebook
La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos

Ir abajo 
2 participantes
AutorMensaje
alisevv

alisevv


Yo entré 2 (D.I.S. 2014) Bombardeo de chistes snarry D.I.S. 2014 Juego del verano 2 Juego del verano 1 Juego Yo entré-D.I.S 2015 Juego lechuza chismosa-D.I.S 2015 Yo entré-Mes del amor Yo traje mi regalo
Femenino Cantidad de envíos : 6728
Fecha de nacimiento : 15/01/1930
Edad : 94
Galeones Snarry : 241057
Fecha de inscripción : 08/01/2009

Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos Empty
MensajeTema: Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos   Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos I_icon_minitimeVie Jun 12, 2009 6:04 pm

Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos Hangover_zpsj8kgydvm
Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos Cap.%202_zpszk9vdjcm
Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos H2_zpsiuwd2d5u



Severus Snape suspiró con frustración. Incluso después de cuatro semanas de estar pensando sobre ello, todavía no le encontraba sentido.

Por lo que bien pudiera ser la milésima vez en pocos días, el maestro de Pociones abrió la pequeña caja de terciopelo que Harry le había dado. Contenía un broche de plata, hermosamente trabajado. La serpiente enroscada que mostraba había sido cuidadosamente elaborada, con la cabeza decorada con dos esmeraldas en el lugar de los ojos. Era obvio que se trataba de una obra maestra, e indudablemente, valía una pequeña fortuna.

No tenía idea de qué pensar sobre este regalo. Recibir algo tan personal le había afectado de manera absolutamente inesperada. Harry había hablado en acertijos, y él dudaba que hubiera sido capaz alguna vez de imaginar lo que pasaba por la cabeza del chico en ese momento.

“No un chico exactamente; ya no”, pensó, y sintió como un inoportuno calor brotaba en su cuerpo mientras recordaba la noche que habían pasado juntos. Otra sonrisa. Decir que se había sentido completamente impactado al ver a ese bello y tentador mago acostado en la cama de sus habitaciones provisionales era quedarse corto.

Definitivamente, eso no era lo que había esperado cuando Harry le dijo que deseaba darle su regalo ‘en privado’.

—Profesor, um… me gustaría entregarle su obsequio. Pero después, en privado, había dicho el salvador del mundo mágico, una sonrisa tímida y desconocida plasmada en su rostro.

Intentando no mostrarse sorprendido, Snape le había dicho:

—Los obsequios no son necesarios, Harry, pero si deseas hacerlo, siéntete libre de visitarme en mis aposentos provisionales, en el área de invitados. Las mazmorras no están habitables justo ahora, pues un caldero…

Se había interrumpido, confundido ante la extraña expresión en el rostro del joven. Una mezcla de distracción, dolor y mareo.

>>¿Harry, estás seguro que te sientes bien?, le había preguntado, preocupado.

Pero el chico sólo había pasado sus manos a través de su alborotado cabello y asegurado:

—Sí, Profesor, estoy bien. Sólo un poco cansado. Demasiada gente, demasiado pronto y demasiado cerca para mi gusto. Supongo que pronto tendré que ir a descansar un rato.

Y con eso, se había ido sin volver la vista atrás, y Snape ni siquiera había estado seguro que el joven se hubiera enterado de que le había dicho que no fuera a las mazmorras.

Bien, obviamente, Harry no había estado tan distraído después de todo, pues varias horas más tarde, encontró al joven durmiendo en su cama prestada. Sólo llevaba puesto un boxer de seda negra, y una pequeña sonrisa en su juvenil rostro.

Y eso explicaría porqué había encontrado la entrada a sus habitaciones sellada con un hechizo sorprendentemente fuerte. Uno de sus favoritos, de hecho. Si alguien ajeno hubiera encontrado al muchacho así, habría sido un día de suerte para cada reportero cotilla allá afuera.

Cerrando cuidadosamente la pequeña caja de terciopelo, los pensamientos de Severus derivaron nuevamente hacia esa noche especial, casi cuatro semanas antes.


Suspirando con alivio, Severus Snape se dirigió hacia sus habitaciones provisionales. Estaba cansado, y un poco preocupado por Harry. El chico había actuado extraño, pero quizás, realmente sólo había sido agotamiento luego de los últimos días y la tensión de tener nuevamente toda esa atención encima de él. Sabía que Harry odiaba eso.

Cuando finalmente llegó a la puerta correcta, encontró que sus aposentos estaban sellados con un hechizo inesperadamente fuerte. No que él no pudiera deshacerlo, era uno de sus favoritos, pero se preguntaba porqué alguien se habría tomado la libertad de sellar sus casi vacías habitaciones.

¿Seguramente, nadie esperaría que los huéspedes estuvieran merodeando furtivamente por allí?

Desechando ese pensamiento, considerándolo sin importancia, lanzó el hechizo apropiado para abrir la puerta y entró a la habitación.

Tal como había exigido, la luz no era muy brillante, pues no le gustaba. Sus mazmorras nunca estaban iluminadas durante el día. Y sus cuartos provisionales tampoco tenían porque estarlo.

Cerrando la puerta tras él, tomó su varita y lanzó otro hechizo. Luego, comenzó a abrir el broche de su túnica verde oscuro y se acercó a la cama. Se congeló, mientras miraba la persona dormida en ella

Sobresaltado, se dio cuenta que era Harry quien estaba acostado allí, enredado entre las mantas y durmiendo tranquilamente. Se acercó unos pasos, determinado a obtener respuestas. ¿Qué clase de broma infantil se suponía que era esa?

Mientras se inclinaba para despertar al muchacho, vaciló, lanzando una mirada a la figura del durmiente. El negro y desordenado cabello se levantaba hacia todos lados de manera encantadora, mandando largas y oscuras sombras sobre la cara juvenil. La manta, empujada hasta casi el nivel de las caderas, revelaba un pecho muy bien definido. Un sentimiento extraño comenzó a bullir en su estómago. Sorprendido, Severus lo identificó como deseo.

Haciendo a un lado pensamientos tan impropios, tocó a Harry en el hombro para despertarlo. Desafortunadamente, el sentir la piel cálida y suave bajo sus dedos, no hizo más fácil su tarea. Tuvo que contenerse, para no hacer de ello una caricia.

El joven se movió en el sueño, arqueándose involuntariamente ante el toque de Severus.

—¡Harry, despierta, por favor! —su voz sonó más suave de lo que era su intención. Pero el chico no despertaba. Apretando su agarre sobre la hermosa piel bronceada, hizo un nuevo intento —:Harry, despierta, necesito hablar contigo.

Pareció haber tenido más suerte esta vez, pues los pesados párpados comenzaron a moverse, revelando un pedacito de los ojos verdes. Bien, nos estamos despertando.

Justo cuando Severus estaba a punto de retirar los dedos de esa tentadora piel, sintió que una fuerte mano rodeaba su muñeca, manteniendo su mano en el lugar.

—Hum, eso se siente maravilloso —murmuró Harry, somnoliento—. Más, por favor.

“Él no sabe lo que está haciendo. Todavía está medio dormido”, pensaba Snape, tratando de soltarse de la mano de Harry. Sin éxito. El jugar quidditch por siete años, había fortalecido el apretón del muchacho, no sólo en una escoba o con la snitch.

Snape jadeó mientras sentía una segunda mano extendiéndose hacia él, deslizando los cálidos dedos en su cabello y acercándolo más. Los ojos de Harry estaban nublados, sus pupilas dilatadas por la oscuridad de la habitación y, quizás, el deseo, mientras atraía a su antiguo profesor para besarlo.

Sobresaltado, Severus abrió los labios, mientras sentía la punta de la lengua del joven, acariciándolo. De repente, se sintió como un adolescente con las hormonas embravecidas, con las rodillas debilitadas y, casi instantáneamente, muy excitado. El beso de ese maravilloso hombre estaba derribando todas sus defensas y metiéndose directo bajo su piel. Con cuidado, se despegó de esos suaves labios, ignorando el pequeño sonido de protesta proveniente del joven.

Era una locura. No podía ser posible que Harry realmente lo deseara, entre toda la gente. ¿Por qué lo haría? Era Harry Potter, el Niño-Que-Vivió, recientemente convertido en el Hombre-Que-Nos-Salvo-A-Todos. Hombres y mujeres se lanzaban hacia él por igual, suplicando ser tomados en cuenta por el héroe del mundo mágico. Podría tener a quien quisiera; entonces, ¿por qué elegir al viejo y grasiento maestro de Pociones, sino para reírse de él?

Severus necesitaba estar seguro. Necesitaba escuchar del propio muchacho que no se trataba de un juego enfermizo. No podía imaginar a Harry siendo tan cruel. Así que, tomó el rostro juvenil entre sus manos, acariciando lentamente su mejilla derecha con el pulgar.

—Harry, mírame—pidió. Obediente, el otro abrió los ojos un poquito, mirando directo al rostro de quien fuera su profesor. El corazón de Severus perdió un latido. Respirando profundamente, preguntó —:¿A qué clase de juego estás jugando?

—No es un juego —susurró Harry, sin apartar los ojos de su rostro.

Snape, que sentía que su control se perdía rápidamente, finalmente logró hablar, la incredulidad claramente detectable en su temblorosa voz.

—¿Estás seguro? ¿Esto es realmente lo que deseas? ¿Yo soy lo que deseas?

Y ese maravilloso hombre en su cama sonrió:

—Sí, estoy seguro. Eres todo lo que deseo —musitó, antes de sellar sus labios con otro apasionado beso.

Snape estuvo perdido. Cuando, eventualmente, se separó de Harry, ambos respiraban con dificultad. Cediendo a la tentación, Severus recorrió con sus dedos la sedosa piel del pecho de Harry. El joven gimió con placer y nuevamente se arqueó ante su toque. Asombrado por la intensidad con que el joven Gryffindor reaccionaba a sus caricias, el hombre comenzó a plantar besos de mariposa en sus párpados, rostro y garganta.

Haciendo un camino con sus labios a lo largo del tentador pecho bronceado, siguió la delgada línea de oscuro cabello que desaparecía en el bóxer de seda negra, hundiendo su lengua en la cueva que era el ombligo de Harry. El bello muchacho se retorció de placer bajo sus atenciones y…



—¡Suficiente! –obligándose a salir del excitante recuerdo, el maestro de Pociones comenzó a caminar en molestos pasos a lo largo de la habitación—. ¡Maldito seas, Potter, y maldita sea mi tonta falta de autocontrol!

No quería recordar. No quería verse acosado por esos sueños en los que veía todo de nuevo. Escuchar de nuevo, sentir de nuevo. Cuan hambriento al tacto había estado Harry, reaccionando apasionadamente a cada caricia. Esos pequeños gemidos y ruiditos que había hecho cuando él había succionado su increíble polla. El modo en que lo había sentido bajo él, siguiendo el ritmo de sus embestidas, tratando que se acercara más. La expresión de su rostro cuando había alcanzado el clímax.

Y el modo en que había reaccionado al día siguiente.

Quizás no debería haberse ido antes que Harry despertada, pero en ese momento, sintió que no era capaz de enfrentar la catástrofe de ‘la mañana siguiente’. Lo había besado una vez más y se había marchado antes de amanecer.

Había cancelado su desayuno para no tropezárselo en el Gran Comedor, así que no se había encontrado con el joven Gryffindor hasta varias horas más tarde, cuando apenas faltaban unos minutos para que los estudiantes partieran. De alguna forma, Harry había logrado rezagarse y tirar de él hasta una esquina tranquila. Con una expresión confundida, había sacado una pequeña caja de terciopelo de las profundidades de su túnica escolar. Entregándosela a Severus, mientras se balanceaba incómodo de una pierna a la otra, había musitado…

—Yo… olvidé darle su obsequio ayer.

El profesor de Pociones se mostró confundido.

—¿Disculpa? –preguntó, una expresión desconcertada cruzando sus facciones.

Harry enrojeció y su voz fue apenas audible mientras comenzaba a explicar:

—¿El obsequio que le prometí? ¿El que quería entregarle en privado? Lamento no haberlo hecho ayer… —se interrumpió, inseguro de cómo reaccionar ante la expresión del rostro de Severus. Cómo el hombre no contestaba, se retiró unos pasos, dirigiéndose hacia la puerta, tartamudeando—: Bien, creo que es mejor que me vaya, no quiero perder el tren. Entonces, lo veré en un par de meses, en la reunión del profesorado. Adiós… Profesor.


Y se fue.




sev Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos Cap.3_zpszypobfdc harry



Última edición por alisevv el Mar Abr 26, 2016 6:41 pm, editado 7 veces
Volver arriba Ir abajo
Luxe-Lube
Aprendiz de vuelo
Aprendiz de vuelo
Luxe-Lube


No tienes logos aún.
Femenino Cantidad de envíos : 165
Fecha de nacimiento : 01/10/1993
Edad : 30
Localización : En mi cueva/leonera
Galeones Snarry : 16560
Fecha de inscripción : 03/06/2009

Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos Empty
MensajeTema: Re: Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos   Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos I_icon_minitimeDom Jun 14, 2009 6:35 am

!Ay por Dios! Que Harry se de cuenta que se acostó con Severus Exclamation

Espero con ansias la continuación guapísima.

Luxe-Lube
Volver arriba Ir abajo
alisevv

alisevv


Yo entré 2 (D.I.S. 2014) Bombardeo de chistes snarry D.I.S. 2014 Juego del verano 2 Juego del verano 1 Juego Yo entré-D.I.S 2015 Juego lechuza chismosa-D.I.S 2015 Yo entré-Mes del amor Yo traje mi regalo
Femenino Cantidad de envíos : 6728
Fecha de nacimiento : 15/01/1930
Edad : 94
Galeones Snarry : 241057
Fecha de inscripción : 08/01/2009

Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos Empty
MensajeTema: Re: Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos   Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos I_icon_minitimeSáb Jun 27, 2009 8:52 pm

Ya se enterará, ya se enterará Razz

Besitos
Volver arriba Ir abajo
Contenido patrocinado





Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos Empty
MensajeTema: Re: Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos   Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos I_icon_minitime

Volver arriba Ir abajo
 
Hangover and other secondary effects. Capítulo 2. Regalos
Volver arriba 
Página 1 de 1.
 Temas similares
-
» Hangover and other secondary effects. Capítulo 3. Revelaciones
» Hangover and other secondary effects. Capítulo 4. Frustrado
» Hangover and other secondary effects. Capítulo 6. Acorralado
» Hangover and other secondary effects. Capítulo 7. El Big Bang
» Hangover and other secondary effects. Capítulo 8. Estupefacto

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
La Mazmorra del Snarry :: Biblioteca de la Mazmorra :: Fanfics Snarry :: Fanfics de Alisevv-
Cambiar a: