La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 The Blesséd Boy. Capítulo 8. Hedwig finalmente consigue trabajo

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alisevv

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MensajeTema: The Blesséd Boy. Capítulo 8. Hedwig finalmente consigue trabajo   The Blesséd Boy. Capítulo 8. Hedwig finalmente consigue trabajo I_icon_minitimeMiér Feb 24, 2010 9:35 pm

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El tiempo siempre vuela cuando estás ocupado, pero aún así Harry todavía tenía algo de tiempo para sí mismo. Existían ocasiones inevitables en las que el maestro Snape tenía que dedicarse a lidiar con asuntos administrativos, o visitar otras zonas del mundo mágico, y Harry se quedaba en Eigg, pues Severus decía que todos necesitaban tiempo para sí mismos.

Julio transcurrió en una oleada de calor, y aunque Harry veía poco de éste, trabajando en el frío corazón de las salas de Pociones, lo escuchaba cada día durante las comidas, y lo observaba en aquellos que trabajaban al aire libre, a quienes se les iba oscureciendo el bronceado. A veces salía a caminar al final de la tarde, cuando la temperatura todavía era cálida pero el sol era mucho menos fiero, y como resultado su piel estaba dorada. Muchas de las tardes las pasaba nadando desnudo con Danyel en el gran estanque de peces, que proveía a la comunidad un muy bienvenido cambio en la dieta del cordero y el pollo del invierno. Danyel, que siempre estaba pletórico de energía, era tan feliz como un pez en el agua, saltando y salpicando alrededor con deleite. Harry encontraba las sesiones liberadoras, pudiendo retozar de nuevo como un chiquillo, olvidando sus responsabilidades.

En una tarde memorable —el cumpleaños de Harry— Severus se les había unido, pero Harry se alegraba de que hubiera pasado sólo una vez. La vista del pálido y fuerte cuerpo hizo que se la pasara todo el tiempo medio duro, a pesar del agua fría. Cualquier otro que no hubiera sido Danyel lo habría notado y le hubiera intrigado, pero las reacciones sexuales del chico no eran más significativas que rascarse cuando le picaba. Varias veces había visto a Josiah enviarle a su celda cuando empezaba a tocarse durante la cena o cuando compartían socialmente en la noche.

El color dorado adquirido por la piel de Harry después de sus sesiones regulares de natación tuvo un resultado muy bienvenido: Severus parecía encontrarlo fascinante. Durante su tiempo juntos, a solas, el maestro acariciaba los brazos bronceados del joven, sus piernas, o su pecho, con obvia apreciación.

Severus le regaló una pequeña estatua de cerámica con forma de liebre por su cumpleaños. La había elaborado él mismo, por lo que la convertía en algo especial para Harry. El maestro le explicó que había elegido una liebre porque era la criatura que los isleños asociaban con la fertilidad. ‘Con la fertilidad de la tierra y las personas viene la seguridad de muchas más generaciones que vivirán aquí y continuarán nuestro modo de vida’, le había explicado.

Agosto continuó por el mismo estilo, con calor, trabajo, y una corriente constante de visitantes en la casa de huéspedes. Ocasionalmente, Harry les veía cuando venían a ayudar en la granja o en el jardín de hierbas. Eran otra fuente de ingresos para la Comunidad, aunque pagaban relativamente poco por quedarse en la casa de huéspedes. El pasto se secaba y las ovejas vagaban más lejos en busca de pasto fresco. Sus corderos estaban creciendo y el rebaño había sido clasificado por sexos. Los jóvenes carneros llevaban aretes —o eso le parecían a Harry— que le indicaban a Jolyon que podrían ser enviados al mercado mágico a fines de año. Algunas de las ovejas más viejas alimentarían a la Comunidad durante el invierno, dejando sitio para las ovejas jóvenes en el rebaño. Harry sentía pena por los jóvenes carneros, trotando por ahí con sus aretes azules, marcados para morir por el hecho de haber nacido machos.

Harry casi se había olvidado de Hogwarts. En cierta forma, sentía como si hubiera pertenecido a Eigg desde su nacimiento, y ahora que vivía allí no deseaba estar en ningún otro lugar. Pero también sabía que no había visto las diferentes estaciones ni las rutinas que conllevaban… todavía no había vivido un invierno en las islas de Escocia.

Sus días eran raramente perturbados por noticias del mundo exterior, así que fue con sorpresa que recibió una lechuza castaña oficial durante el desayuno de una mañana del mes de agosto.

El ave aterrizó frente al sitio que Harry ocupaba al lado de su maestro y extendió la pata hacia él. El animal se mostraba acalorado e impaciente, así que el joven desató rápidamente la carta, preguntándose quién se la habría enviado. Dio vuelta al sobre y miró la dirección: Ministerio de Magia, Londres. Su corazón saltó un latido; ¡El resultado de sus EXTAXIs! ¿Qué más podía ser? Levantó la vista hacia Severus y notó que le estaba sonriendo.

—¿Tus resultados, Harry?

—Eso creo.

—Si prefieres abrirlos en privado, ve a la salita pequeña después del desayuno. Yo iré a verte en un rato.

Harry asintió, sintiendo que le faltaba el aire. La lechuza ululó, quisquillosa, recordándole que no había recibido su recompensa por tan largo viaje; Eigg estaba a mucha distancia de Londres.

—Oh, aquí tienes, bicho impaciente —le dio unas migajas de pan y mantequilla de su desayuno al ave, que se había sentado al lado de la cáscara de su huevo hervido. Guardó la carta en su túnica y se sirvió otro huevo. Desde su llegada a la Comunidad, su apetito había aumentado. No sólo porque la comida de Miranda era excelente, sino porque él trabajaba duro y caminaba cada día, ya fuera hasta el estanque para nadar, o alrededor de la granja, o en ocasiones al pueblo con Abigail.

Se había hecho buen amigo de la joven bruja. Junto con Danyel, eran los miembros más jóvenes de la Comunidad y se sentía cómodo con ella, sabiendo que la chica estaba interesada en James y él, Harry, no tenía que flirtear ni hacer ninguna de esas cosas incómodas. Por su parte, Abigail podía ver la unión entre maestro y aprendiz, y pensaba que era algo apropiado. Ciertamente, era correcto dentro de las tradiciones mágicas, sobre las cuales se basaba la Comunidad.

Harry estaba ganando peso, pero no grasa. Se estaba rellenando, formando músculos. Él no había contado con eso —alguien que trabajaba en pociones tenía algo de músculo, pero no solía ser musculoso—. Como no era muy alto, en su opinión estaba empezando a verse cuadrado. No estaba seguro si eso le gustaba —no que pudiera hacer mucho al respecto— pero Severus parecía bastante feliz. Mientras acariciaba su piel dorada se detenía y apretaba sus bíceps, o pinchaba sus pectorales con apreciación. Harry decidió que podía tolerar mejor sus nuevos músculos después de ver cuánto le gustaban a Severus.

Cuando finalmente se sintió satisfecho, agradeció a Miranda por la deliciosa comida y llevó sus platos al fregadero. Luego, asintió respetuosamente ante su maestro y fue a la salita con su carta. Permaneció de pie —estaba demasiado nervioso para sentarse— y abrió rápidamente el sello.


Harry James Potter
Escuela de Magia y Hechicería Hogwarts
Resultados de los EXTASIs

Defensa Contra las Artes Oscuras: Extraordinario
Herbología: Extraordinario
Historia de la Magia: Aceptable
Pociones: Extraordinario

¡Felicitaciones de parte del Ministerio de Magia!
Le deseamos una larga y productiva carrera
en cualquiera que sea la rama que desee seguir.
Y no lo olvide, el Ministerio de Magia ofrece
oportunidades de carrera para los jóvenes
magos y brujas. Llamar a través de la red flu
a ‘Trabajos del Ministerio, Londres’ para mayores detalles
.



Había cursado cuatro EXTASIs —el pensum de séptimo año permitía elegir entre tres y cinco materias— y había obtenido Extraordinario en todos excepto Historia de la Magia. Había tenido que luchar durante esas lecciones porque el profesor era muy seco —literalmente, era un fantasma—, pero aún así la había escogido porque deseaba desesperadamente aprender más sobre el mundo mágico. Al menos no había fallado, lo que indicaba que, presumiblemente, sabía algo sobre el tema, pero estaba aprendiendo mucho más en Eigg, y se había vuelto muy consciente de las extensas lagunas que todavía quedaban en su conocimiento.

La puerta se abrió y Severus entró.

—¿Está todo bien, Harry?

Levantó la cabeza con una sonrisa y ofreció los resultados a su maestro. Severus tomó la carta, revisó la página y sonrió.

>>Muy bien, pero ya sabía que lo harías bien. Ven —el hombre giró sobre sus talones y abrió la puerta para salir, seguido de Harry—. Los Aprendices merecen recompensas por sus logros, Harry. Conseguiste cuatro EXTASIs, tres de ellos con la más alta calificación.

El joven le siguió un tanto desconcertado. Severus no se dirigía hacia las salas de Pociones sino hacia los dormitorios. Atravesaron la puerta del corredor que comunicaba con las celdas y los baños, deteniéndose en el exterior de la habitación número uno. Severus movió su varita y el hechizo de cierre se liberó, permitiéndoles la entrada.

Harry nunca antes había visto la celda de Severus. Era más grande y lujosa que las habitaciones ordinarias, con más muebles y un escritorio impresionante lleno de papeles. Había una chimenea que parecía lo bastante grande como para viajar y el joven se preguntó si estaría conectada a la red flu, pero pensó que sería muy descortés preguntar.

Severus se dirigió hacia un baúl y levantó la tapa. Empezó a hurgar en el interior.

—¡Ah! Aquí está —cerró el baúl y se giró hacia Harry, tendiendo algo hacia él—. Ten, Harry —el joven cruzó la gruesa alfombra de lana y se paró delante de Severus. Éste fijó una insignia esmaltada en su pecho—. La insignia del Gremio de las Pociones. Ésta se concede a todo competente pocionista de primer nivel; los resultados de tus EXTASIs te dan derecho a ella. Llévala sobre tu túnica de trabajo.

El corazón de Harry se hinchó de orgullo.

—Gracias, Severus —ahora se sentía como un verdadero pocionista, no sólo un ayudante, un chiquillo que acababa de terminar la escuela. Se preguntó si Scylla tendría una; no le había visto ninguna insignia.

Severus le abrazó y le besó formalmente.

—Bien hecho —Harry se sintió algo decepcionado cuando le soltó—. Ahora, vamos a trabajar. Haré el anuncio de tus logros durante el almuerzo.

Harry asintió, sonriendo, y salió tras su maestro para empezar otro día de trabajo. Estaba aprendiendo mucho, pero gran parte de ello era instintivo, producto de la experiencia de trabajar codo con codo con Severus, y no era la clase de cosas que se podían anotar. Se preguntaba si los demás estudiantes de Pociones aprenderían de esa forma.

Esa tarde, Harry decidió no ir al estanque. En lugar de eso, prefirió escribir una carta. Su amigo Neville también debía haber recibido el resultado de sus EXTASIs y él deseaba compartir su excitación y ponerse al día con el tranquilo muchacho.

Se sentó en el escritorio de su celda, tomó pluma y una hoja de pergamino, y empezó a escribir:

23 de Agosto de 1998

Querido Neville

Hace siglos que no nos vemos, pero el tiempo se ha ido rápidamente. He estado muy ocupado aquí, aprendiendo mucho y trabajando duro.

Espero que todavía sigas de vacaciones, pero aquí en Eigg no hay vacaciones realmente, tenemos que trabajar todo el año —excepto unos pocos días como Halloween y Navidad—. De eso se trata la vida monástica, trabajar juntos y mantener nuestro propio mundo. Bueno, ya lo sabes de tu visita del año pasado.

¡Hoy me llegaron los resultados de mis EXTASIs! Conseguí puros Extraordinario excepto en Historia de la Magia, pero estoy complacido de haberla aprobado —logré una A— porque fue una lucha permanecer despierto la mitad del tiempo. Bueno, tú lo sabes, también tomaste esa materia. ¿Que calificaciones conseguiste? Apuesto que tuviste E+ en Herbología.

El maestro Snape me dio una insignia del Gremio de las Pociones. Es esmaltada en verde oscuro con un caldero, varita y algunas plantas alrededor del borde, todo hecho en plateado. ¡Los colores de Slytherin!

Se siente extraño cuando pienso que tú sigues en Hogwarts. ¡Aprendiz de la profesora Sprout! Espero que te esté yendo bien con ella. Yo me he establecido aquí, y a veces siento como si nunca hubiera estado en ningún otro sitio. Y deberías verme; ¡Estoy comiendo tanto que voy a empezar a lucir como Hamish el Hefter!*

Cuéntame sobre ti, Nev

Con cariño

Harry


Harry dio la carta a Hedwig. Habían pasado siglos desde la última vez que la había utilizado y ella pareció un poco sorprendida al verle. La lechuza también estaba en una condición excelente; se había adaptado al viejo y cómodo gallinero, y a la dieta repleta de ratones. Ululó suavemente en su dirección, y cuando el chico ordenó ‘Neville Longbottom, Hogwarts’, el ave partió con elegancia.

Regresó al siguiente día, durante el almuerzo, con una respuesta atada a su pata. Harry la tomó y le dió un pedazo de queso de oveja, que al ave le encantaba. Ululó en agradecimiento y salió volando hacia su amado gallinero en la granja. Harry guardó la carta en su túnica, leería las noticias de Neville antes de dormir. En ese momento, el maestro Snape precisaba su ayuda con la continuación de un complejo experimento sobre la posibilidad de producir una poción mejorada de longevidad. Este tipo de pociones eran consideradas como Oscuras; Severus lo sabía y se lo había dicho a Harry, pero también le había explicado que podría ser muy beneficiosa para la población mágica si era capaz de modificar la muy dudosa fórmula original.

Mientras agosto terminaba y septiembre llegaba el mundo cambió. Ahora, los días eran notablemente más cortos. El aire de la tarde a veces azotaba y Harry tenía que correr a secarse luego de nadar, para evitar un resfriado. Los encargados de las áreas de la granja y el jardín estaban febrilmente ocupados con las cosechas. Harry y el resto de la Comunidad les ayudaban algunos días. El maestro Snape esperaba tener reservas de su propia producción para que ellos pudieran ayudar a los cultivadores, como Lydia —la madre de Abigail— le había dicho una mañana mientras recolectaban uvas.

—Es un estilo de vida muy estacional, Harry. Cada año se sigue un patrón, pero los patrones cambian a lo largo del año. Nunca es aburrido.

Harry estuvo de acuerdo. Eigg era maravillosa, y en su opinión, nunca resultaba aburrida. Mentalmente, despreció el recuerdo del debilucho Draco Malfoy y de cuán fuera de lugar y mordaz había estado durante la visita del año anterior. Pero, allá en lo profundo, se dio cuenta que no era culpa del chico; había sido criado para ser un aburrido elitista, el hijo de una larga línea de aburridos elitistas.

De hecho, todo en el metafórico jardín era encantador, pero Harry todavía no podía evitar que el constante gusanillo de la duda serpenteara en su mente de vez en cuando. Severus había venido a él la mayoría de las noches, y sus botellas de mago estaban alarmantemente llenas —no habían tomado la Poción de Enriquecimiento durante la última semana o más— pero no hacían nada aparte de masturbación o sexo oral. No que se estuviera quejando; tener a Severus mamándosela era lo más asombroso que había sentido jamás. Pero había más en el sexo, lo sabía. Más cosas que Severus podía hacerle, pero había elegido no hacer. ¿Sería porque no le deseaba lo suficiente? ¿Sería que no deseaba una relación permanente con él, a pesar de haberle dicho que podría quedarse en Eigg todo el tiempo que quisiera?

¿Y él, sería todavía virgen? No se sentía virgen, pues tenía una actividad sexual regular. Pero nunca había sido penetrado, —ni él había penetrado a alguien más, para el caso— y eso era lo que definía la virginidad, ¿no? Así que sí, tenía razones para pensar que todavía era virgen. Y esto le hacía sentir inseguro acerca de lo que significaba exactamente su relación con Severus.

Scylla parecía sentir su inseguridad y jugaba con eso.

—El maestro Snape es un mago excepcional, un maestro en magia de la fertilidad… Pero tú no podrías saberlo, ¿verdad? —le dijo una vez, cuando Severus les había dejado juntos preparando un lote de lubricante 5*.

Y Harry no pudo argumentar nada ante eso, porque en realidad no lo sabía. Pero esperaba que Severus se lo enseñara. Y más que todo, esperaba no hacer una escena cuando viera a Severus haciendo esas cosas de magia especial con las mujeres. ¿O tal vez lo haría con uno de los hombres? La parte celosa de Harry realmente no sabía qué sería peor.

Odiaba sentirse celoso, pero no podía evitarlo. Quería a Severus. Le quería profundamente y sólo para él. Para sí mismo, para siempre, y cuanto más intentaba negarlo, mas insistía en que debería ser así, que cualquier cosa menos que eso le haría infeliz. Harry nunca pensó que el amor doliera de esta forma. ¿Y era amor cuando se sentía tan alarmantemente posesivo? A veces, tenía terribles pensamientos y sueños en los que destazaba a Scyllla, miembro a miembro, luego que Severus fuera con ella en los ritos. En uno de sus sueños, incluso había atacado físicamente a Abigail por atraer a su maestro.

Dejó caer la cabeza entre sus manos. ¡Esto era estúpido! Severus ni siquiera deseaba a las brujas, nunca las miraba, sólo era amable con ellas porque eran miembros de la Comunidad, sus amigas y ayudantes…

Cuando Severus llegó a él esa noche, Harry se aferró a él como si tuviera miedo de dejarle ir. El hombre notó su desesperación y se limitó a sostenerle, reprimiendo una mueca de dolor cuando el joven le abrazó con fuerza, estrujando su dolorida espalda. Comprendía la violencia de los sentimientos de Harry, su pasión… lo comprendía muy bien. Le abrazó con gentileza, tratando de demostrarle sus sentimientos acariciándole, besándole, conduciéndole al orgasmo sin ser demasiado demandante. Harry necesitaba saber que era especial, que no era solamente un juguete para follar como había implicado el idiota de Diggle. Se preocupaba de no permitir que el joven pensara tal cosa y por eso le mantenía abrazado hasta después de terminar.

Harry descansaba entre los brazos de su maestro luego de un delicioso orgasmo. Se sentía cuidado, pero… ¿era amado? Deseaba saberlo, y al mismo tiempo se maldecía por estar tan necesitado. Nunca parecía tener suficiente de las atenciones de Severus, y el hecho de que seguía siendo virgen, aunque llevaba viviendo allí desde finales de junio, sustentaba sus dudas.



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Última edición por alisevv el Miér Mayo 04, 2016 1:22 pm, editado 3 veces
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MensajeTema: Re: The Blesséd Boy. Capítulo 8. Hedwig finalmente consigue trabajo   The Blesséd Boy. Capítulo 8. Hedwig finalmente consigue trabajo I_icon_minitimeVie Jun 13, 2014 10:14 pm

pobre harry tener dudas y todo por la culpa de esa maldita bruja...perdon por la palabra..u_u...
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http://yukif.livejournal.com/
 
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