alisevv
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| Tema: Master Snape’s Community. Capítulo 5. La bodega Dom Ene 24, 2010 10:44 pm | |
| Harry consultó su horario. La siguiente actividad era la visita a la bodega, y eso sonaba interesante. Josiah Jordan era el vinatero, y Harry se dio cuenta que era el hombre rechoncho de cara roja y cabello rubio que en ese momento estaba sentado en el otro extremo de la mesa, al lado del maestro Snape. Lucía como si probara con regularidad sus propios productos, pero Harry supuso que sería una parte necesaria de su trabajo.
—Entonces, Severus —comenzó la profesora Sprout—. ¿Creo que nos acompañarás a la bodega?
—Sí, con la nueva estación acercándose, necesito verificar los niveles de existencias, y luego les llevaré a visitar las Salas de Pociones. La producción de Josiah nos mantiene felizmente aprovisionados durante todo el año, y hay suficiente como para vender en nuestra tienda y a través de uno de los vinateros de Edimburgo. Como las pociones, es un área rentable para la comunidad. La granja y los jardines sólo producen para cubrir nuestras propias necesidades.
—¿Y cómo lo hacen? ¿Utilizan sólo parras? Observé que había viñedos en las laderas de las colinas, lo cual es una sorprendente vista en este norte tan lejano.
—Elaboramos principalmente vino de uva de parra, aunque también utilizamos otros frutos y flores. Los viñedos son mantenidos, por supuesto, con encantamientos de climatización, lo cual es un trabajo bastante duro. Cuatro de nuestras brujas mantienen esa área: Richeldis, Miranda, Lydia y Abigail. Los viñedos parecen florecer bajo sus cuidados. Como profesora de Herbología, debes saber que hay una larga tradición de brujas poderosas practicando Magia de la Tierra; la resonancia mágica femenina parece más adaptada a ese trabajo y somos afortunados al tener una buena proporción de brujas. Debo confesar que al iniciar la comunidad estuve algo temeroso de que pudiéramos terminar siendo un grupo de viejos solterones, pero ahora sólo Argus, George y yo mismo calificamos para esa descripción.
—¡Me sorprende que pensaras de esa forma, Severus! —Sprout sonó incrédula.
—¡Bien, a mi me sorprendió que tantas mujeres quisieran venir a vivir conmigo a esta isla tan remota! —contestó Snape, y se escuchaba genuinamente asombrado.
Harry se preguntó qué habría detrás de eso. ¿Por qué las mujeres no iban a querer vivir allí? El maestro Snape era joven, y Harry pensaba que muy atractivo -en una forma extraña e intensa- y no parecía particularmente desagradable tampoco. Un poco obsesivo, quizás.
—Severus —habló Scylla Darke, la asistente del Maestro en la preparación de pociones—. Puede que las reglas en la comunidad sean algo estrictas, es verdad, pero nosotras podemos arreglárnoslas con eso. Y los maestros de Pociones siempre son excéntricos; ¡es lo esperado, ya lo sabes! ¡No eres peor que mi viejo maestro, el profesor Stranglescroat! Pareces olvidar que las mujeres están acostumbradas a contribuir con los hombres de extrañas maneras. ¡Si ése no fuera el caso, la raza humana ya hubiera desaparecido!
Hermione y Susan rieron suavemente ante eso, pero Pansy frunció el ceño y palmeó la mano de Draco en un gesto confortante, como si toda esa charla sobre la naturaleza del hombre de algún modo le afectara a él. Harry casi podía escucharla pensando ‘pobre Draky-poo’ y no pudo contener una sonrisa.
El maestro Snape inclinó la cabeza ante la bruja sentada a su lado.
—Tienes razón, como siempre, Scylla. Sin embargo, definitivamente, la raza humana hubiera desaparecido de no ser por la contribución masculina a la fertilización.
—¡Eso es verdad! —tronó Josiah. Harry pensó que su voz era más alta de lo necesario, y se preguntó si el hombre estaría ligeramente sordo—. ¡Sin tus hechizos de fertilización, Severus, esos viñedos no producirían como lo hacen!
Snape sonrió, en lo que era una pequeña curva satisfecha de sus labios. Las brujas que controlaban el clima asintieron con entusiasmo.
>>Bien… —Josiah se levantó, sacudiendo las migajas de bizcocho de su camisa—. ¡Lo mejor es comenzar!
El grupo se levantó, así como el maestro Snape, y marcharon hacia el exterior guiados por el rechoncho vinatero. Harry tomó su acostumbrado lugar al final del grupo, y se sintió contento cuando el maestro Snape marchó detrás de él. Se preguntaba si serían imaginaciones suyas, pero casi podía sentir la calidez del cuerpo del hombre mientras iba a su zaga. Se preguntó porqué eso parecía tan importante para él.
El lagar estaba en un sótano, como todos habían supuesto. Unos escalones de piedra anchos y poco altos conducían hacia abajo, y el lugar olía a piedra húmeda, barriles de madera y alcohol de frutas. Harry inspiró profundamente; hubiera sido capaz de encontrar ese lugar sólo por el olor.
Josiah se detuvo en el centro de un área despejada, dando la espalda hacia una hilera de barriles.
—Reúnanse alrededor y escuchen lo que les voy a explicar sobre el vino.
Todos se movieron alrededor, tratando de conseguir la mejor posición para poder ver y escuchar al vinatero. Harry estaba contento de que el grupo fuera pequeño; ya había perdido varias lecciones al quedar ubicado al fondo. Después que se acomodaron, notó que Snape estaba parado junto a él, a su derecha. Por supuesto, eso podía ser debido a que la profesora Sprout estaba al otro lado del Maestro, escuchando cortésmente a Josiah e intercambiando breves palabras con Severus de vez en cuando. Pero a Harry le gustaba pensar que era más que eso. Sonrió, y de nuevo se preguntó porqué la presencia del hombre parecía atraerle como un imán. Y parecía como si Snape estuviera sintiendo lo mismo respecto a él.
>>Damos prioridad a hacer el vino con nuestras uvas. Como escucharon antes, nuestra producción es muy buena, gracias al cuidado que las brujas ponen en nuestras viñas y a los tratamientos de fertilidad del maestro Snape. Si nos sobra algo se capacidad, preparamos vino de las últimas frutas del jardín, ciruelas o manzanas. El vino de manzanas es delicioso, pueden probar un poco después, antes de cenar.
Se giró hacia el barril detrás de él y le palmeó suavemente con su mano.
>>Estos barriles están fabricados de roble. Es el mejor para el vino, whisky, cerveza o lo que preparen. La mayoría de éstos contienen vino blanco. En el norte, la uva blanca se da mejor que la roja, por lo tanto requiere menos esfuerzo mágico para crecer. Esta fila tiene una hornada de vino blanco de la pasada estación y es hora de revisar si todo está como debería, antes de embotellar.
Josiah levantó una jarra de vidrio y la colocó bajo el barril. Giró la espita y un hilo de vino pronto lleno la jarra. La llevó a sus labios y sorbió.
—¡Puaggg! —escupió el vino con fiereza—. ¡Por las peludas bolas de Merlín!
—¡Por favor, señor Jordan! —exclamó la profesora Sprout.
—¿Cuál es el problema, Josiah? —preguntó Snape, y su voz sonó claramente desaprobatoria, aunque si ello era debido al lenguaje del vinatero o al problema con el vino, Harry no sabría decirlo.
—¡Se convirtió en vinagre, y no se supone que lo haría! —explicó Josiah, con manos ligeramente temblorosas—. Hay suficiente vinagre en este barril para abastecernos los próximos diez años. También podemos venderlo, por supuesto, pero no tiene tanto valor como el vino.
—Revisa cuántos barriles se dañaron Josiah, para que yo pueda determinar tu penitencia.
La voz de Snape era profunda y oscura, como siempre, pero ahora también sonaba siniestra. Harry se preguntó qué penitencia obtendría Josiah, aunque dudaba que pudiera averiguarlo. Seguramente sería algo privado.
El vinatero revisó el resto de los barriles y encontró que estaban en buen estado, para su evidente alivio. Luego de eso les mostró el equipo y la rutina básica para la elaboración del vino, antes de dirigirse hacia los barriles del siguiente espacio de la bodega.
—¡Éste es un ejemplo del uso eficiente de recursos y ningún error! —declaró. Ahora parecía haberse recuperado de su nerviosismo anterior—. Cosechamos montones de papas, para la cocina y para aquí, pues destilamos un líquido maravilloso llamado poteen*.
Harry nunca había escuchado de éste. Sonaba horrible… ¡papas destiladas!
—Ah… vodka —dijo la profesora Sprout.
—Sí, como el vodka —convino Josiah—. ¡Fuerte sin duda alguna, te mantiene cálido en las mañanas de invierno!
Tomó una pequeña jarra y giró la espita, y un líquido claro pronto llenó el recipiente. Harry pensó que parecía agua.
>>Pero no voy a dárseles ahora —declaró el vinatero, tomando un sorbo—. Es un poco fuerte así que tendrán que esperar hasta más tarde. Necesitarán toda su inteligencia cuando visiten la Sala de Pociones del maestro Snape.
Su tiempo de exploración de las bodegas casi había concluido cuando el maestro Snape habló al hombre.
—Entonces, sólo diez, Josiah.
El vinatero asintió y rápidamente se quitó la camisa, para gran sorpresa de Harry. Y él no era el único; Hermione y Susan jadearon y Draco dijo algo que sonó como ‘¡urgh!’
Josiah era fuerte; su pecho y hombros pesadamente musculosos a causa de su labor manual en la vinatería. Su piel ligeramente velluda estaba bronceada de trabajar al sol, sin duda revisando los viñedos en esa época del año. Se giró y fue hacia la pared donde estaba la salida hacia las escaleras. Allí colgaba un látigo de cuero que Harry había notado al momento de entrar. Pensaba que era sólo un artículo de decoración, nunca imaginó que sería utilizado allí.
Todos retrocedieron un paso, ante la vista del musculoso hombre llevando un látigo en la mano. El maestro Snape no parecía afectado y simplemente observaba, parado con los brazos cruzados sobre su pecho.
—Lo lamento, Maestro. Perder la cosecha y el trabajo de quienes la produjeron es imperdonable y estoy profundamente arrepentido. Con la determinada aplicación de este castigo, espero recordar mi error para evitar repetirlo.
Una vez dicho eso, levantó el látigo y, con un movimiento rápido y sereno, se azotó por encima del hombro, el látigo estrellándose contra su espalda con un chasquido.
Harry dio un salto. ¡Josiah estaba azotándose a sí mismo! Observó con la boca entreabierta mientras los músculos del hombre se flexionaban y el látigo restallaba contra su espalda. El hombre parecía estar haciéndolo en serio; Harry podía ver la piel enrojecida y amenazando con agrietarse allí donde el cuero impactaba. Josiah soltaba un pequeño gruñido con cada golpe. El sonido del látigo, silbando a través del aire y aterrizando en la carne del hombre, el sonido de las exhalaciones de Josiah cuando el cuero impactaba en su espalda, y la visión del sudoroso y musculoso cuerpo, estaban hipnotizando a Harry. No podía apartar sus ojos, al igual que Hermione y Susan, y tampoco quería hacerlo. Notó que Draco y Pansy observaban con los ojos abiertos como platos, y Justin y Neville también, e imaginó que él debía lucir muy similar.
Se removió sobre sus pies. Sus ojos se lanzaron en dirección del maestro Snape, quien seguía parado con los brazos cruzados, luciendo relajado. Pero sus ojos oscuros perforaban a Josiah. Harry se estremeció, preguntándose qué se sentiría tener a ese hombre mirándole con esa intensidad.
¡Eso fue todo! ¡Harry estaba perdido! Una oleada de fuego fundido pareció ir de su pecho hacia el suelo, pero se detuvo en sus entrañas. Su polla dio un tirón, mientras se llenaba y se erguía. ¡Oh, Merlín; ahora no!
El sexto latigazo cayó en un área de la piel previamente golpeada, y el hombre gruñó más alto y se estremeció ante el impacto. Este golpe había provocado una marca más oscura y probablemente algún grado de contusión. Cuando el látigo se alejó, Harry pudo ver un chorrito de sangre aparecer en el verdugón.
—Como pueden ver, todos somos responsables de nuestros propios errores, y el castigo es auto-infligido cuando es merecido. La auto-disciplina es una virtud, una parte de la norma monástica desde tiempos inmemoriales. Los que no pueden disciplinarse a si mismos, deben someterse a una autoridad superior.
Vale, el comentario de Snape explicaba lo que estaba sucediendo, pero Harry pensaba que este comportamiento era algo que definitivamente describiría como excéntrico. Pero entonces, ¿por qué parecía tan correcto? Los castigos en Hogwarts consistían en detenciones, tareas desagradables o escribir líneas, pero nada físico. Mientras Josiah concluía los últimos golpes, Harry comenzó a sentirse bastante culpable. ¿Por qué demonios se había puesto duro observando al hombre golpearse? ¿Era la vista de su torso desnudo? ¿O había pasado cuando pensó en Snape observándole con esa oscura y fiera mirada? Tragó y sus ojos derivaron una vez más hacia el lugar donde estaba parado el Maestro.
Severus Snape le estaba mirando, directamente a los ojos. La intensidad de su mirada hizo que Harry se sintiera desnudo y expuesto, como si el hombre supiera exactamente lo que él estaba pensando. Enrojeció, su rostro ardiendo. Seguramente Snape no podía saber que estaba duro, ¿verdad?
>>Josiah, es mejor que vayas con Lydia para que te dé Ungüento Calmante
—Sí, maestro Snape, gracias —contestó el vinatero, poniendo su camisa sobre su brazo y saliendo hacia las escaleras, más allá del grupo escolar.
—Una vergüenza que tuviéramos que ver esto —comentó la profesora Sprout.
—En cierta forma, aunque es una buena manera de mostrar que la vida monástica requiere dedicación y auto-disciplina —comentó Snape—. Y ahora, nos dirigiremos hacia las Salas de Pociones, donde esos errores son muy raramente encontrados.
Última edición por alisevv el Sáb Abr 30, 2016 4:48 pm, editado 2 veces | |
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