barbaratp Aprendiz de vuelo
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| Tema: Amarguras - Cap. 5: Correspondencia Jue Dic 01, 2016 8:06 pm | |
| CAPITULO 5 — Correspondencia Los días comenzaron a ser repetitivos. Hermione me escribía desde Hogwarts, puesto que como decidió terminar sus estudios ella ya estaba matriculada nuevamente para el séptimo año. Ron se fue a trabajar con George en la Tienda de Sortilegios Weasley, a Ginny la llamaron para ser jugadora de Quidditch y supe que Severus ya se había ido de viaje.
Todos estaban siguiendo con sus vidas, menos yo. Los fines de semana visitaba a Teddy en casa de su abuela Andrómeda Tonks. Era uno de los pocos momentos de alegría que él podía disfrutar además de aquellos que pasaba con sus amigos, puesto que cuando había salidas a Hogsmeade, quedaba con Mione y Ron.
Las semanas pasaron y los meses también. La vida seguía su curso. Al menos eso era lo que le parecía a Harry. Pero todas las noches pensaba en Severus y en el amor que aun tenía por ese hombre. Un hermoso día recibió una carta desde lejos que no tenía remitente ni dirección, aunque él supo de quien era, así que se quedó ensimismado en las finas y delicadas letras escritas en negro en el sobre. Era de Severus.
Le envió la carta para decirle que estaba en Irlanda, en la parte mágica, estudiando pociones con nuevos ingredientes hasta ahora desconocidos y que por algun motivo que Harry no sabía de donde había salido, decidió contarle que uno de los ingredientes sería bautizado por él, y que estaba con la duda de si debería homenajearlo poniéndole el nombre del Chico de Oro, ya que el elemento en cuestión dejaba a la persona dorada como el oro y brillante como un diamante.
Se rió con la broma de su profesor y le respondió con rapidez de acuerdo con algunas especificaciones enviadas dentro de la carta. Eso duró seis largos meses. Severus estaba a punto de regresar a Londres y Harry habia decidido ingresar en la carrera de Auror algunos meses antes.
Las cartas continuaron. Y ellos terminaron en una amistad que al inicio estaba llena de sarcasmo y acidez que provenía de la rivalidad de sus casas, pero con el tiempo se disolvió y se tornó en algo fuerte. Harry pasó sus exámenes y entró pronto en la carrera siendo el primero de su edad en ingresar con tanta rapidez en el Cuerpo. El actual Ministro de Magia, Kingley Shacklebolt hasta le ofreció ayuda, pero el optó por conseguir el puesto por si mismo.
Al recibir la noticia de que aprobara, estuvo tan contento que apareció en la sala de la mansión Snape en ese mismo instante.
— ¡Severus! ¡Severus! ¡Aprobé! - gritaba a todo pulmón con tanta felicidad que hasta olvidó que su antiguo profresor podría cruciarlo por tal acto.
— ¡Potter! ¡Juro por Morgana y Merlín que te mataré si entras de nuevo en mi casa sin avisar! - Dijo un Snape muy furioso en el momento que salió por la puerta que daba acceso a su laboratorio.
— Disculpa Severus es que aprobé, ahora soy un auror del Ministerio de Magia.
— Bravo Potter, ahora el mundo puede dormir en paz de nuevo, puesto que el Niño que sobrevivió y Venció te convirtió en auror. Dime como serás cuando te transformes en el nuevo títere del Ministerio, porque de lo mucho que conozco de política ellos utilizarán tu fama antes o despues. Estate atento.
— ¡Vaya! un medio elogio y un consejo. ¿Ohh estamos avanzando, ehh Severus? - dije sonriendo.
— Deja de llamarme con tanta confianza, merezco respeto.
— Claro. Como si llamarte por tu nombre fuese irrespetuoso, perdóneme señor Snape - hablé inclinándome en una reverencia.
— Y por estas cosas no hago amistad con Gryffindors.
— Ahh deja eso. Necesitamos celebrar que aprobé y este mérito también es tuyo, sin tu ayuda en algunas de mis dudas estaría perdido.
— Es obvio que merezco crédito, puede que fallara en los siete años siendo tu profesor, pero logré en pocos meses hacerte entender pociones y mucho mas. ¿Como fue eso posible?
— Tal vez sea el hecho de que ahora ya no somos profesor y alumno, sino amigos. Cuando hay igualdad y no superioridad es más fácil aprender, además de que aquí no hay aquella oscura aura que rodeaba tu aula Severus. Eso nos daba miedo a todos.
— Pero parece que tu no sentías lo mismo.
— ¿Claro que no, temerte? Nunca.
— Haré como que creo eso. Venga vamos a sentarnos antes de que con esa euforia destruyas mi salón.
Lo seguí hasta los sofás. Tanta era la costumbre de ir allí que ya tenía mi lugar favorito en aquella casa. En verdad, lugares, pues la cocina y el salón eran bastante agradables, principalmente cuando Severus se disponía a conversar mientras tomábamos el té de la tarde o despues de la cena. El también iba a Grimmauld Place, pero no con tanta frecuencia como la que yo iba a su casa.
Me senté mientras él iba a preparar algo para beber ya que íbamos a celebrar mi empleo. Nuestro, como la gran sensación de tener mi primer trabajo. Acababa de cumplir uno de mis sueños. Ya tenía un casa, ropas mías que no eran grandes ni usadas por otros, amigos y ahora un empleo que me gustaba. Sólo me faltaba una familia para que todo estuviera completo. Pensar en eso me entristeció y me perdí divagando, tanto que ni noté el regreso de Severus con dos copas y una botella. Whisky de Fuego. Que maravilla, era perfecto para ahogar el dolor de mis soledad, junto con la alegría que en estos momentos sentía en igual proporción.
Bebimos y hablamos sobre como fueron mis pruebas de admisión a auror. Severus me observaba siempre mientra hablaba, era como si absorviera cada palabra para despues analizarla. En determinado momento noté que el alcohol ya se me había subido y no paraba de observar a Severus con profundidad.
¿Por que era tan complicado olvidar que lo amaba?. ¿Por que tenía que doler tanto?. Cuando me di cuenta estaba llorando, las lágrimas descendían gruesas y calientes por mi rostro mientras reía nervioso. Era un fracasado. Podría haber derrotado a Voldemort, logrado sobrevivir a dos maldiciones imperdonables y hasta tener ahora el empleo de mis sueños. Pero parecía que mi felicidad nunca estaría completa, ya que me faltaba la persona que mas amaba en el mundo, Severus Snape.
Observé su rostro mientras lloraba y reía. Él dejó la copa con suavidad sobre la mesita del centro y se levantó acercándose en mi dirección. Me quitó la copa de la mano y la dejó junto a la suya. Sujetó mi rostro entre sus manos y me observó de manera profunda. Aquellos ojos oníx observándome eran un paraiso de pura emoción para mi corazón.
— ¿Te encuentras bien Potter?
— Creo que no, tal vez el alcohol se haya subido rápido en mi sangre.
Sus manos soltaron mi rostro, salió de mi campo de visión, pero no tardó en regresar con una nueva copa.
— Bebe.
Tragué de golpe un líquido frío y amargo. Descendió quemando mi garganta. Hice una mueca horrible.
— ¿Que era esto Severus? Ugh parece que me bebí algun brebaje con sabor a vómito o algo peor.
— Eso era un remedio creado por mi. Poción tranquilizante con poción para la resaca. Ayuda un poco cuando alguien bebe y comienza a llorar en abundancia por alguna fuerte emoción. Debería haber sabido que no podrías estar así por causa de esto.
— Gracias. Creo que lo mejor es que me vaya a casa, tome un baño y descanse.
— ¿Por que no esperas un poco?, o ya se olvidó de que las pociones calmantes suelen ralentizar los movimientos y darte sueño?
Asentí con la cabeza en señal de comprensión y me recosté mas en el sillón. Me relajé un poco y el sueño me envolvió como un viejo amigo.
Desperté horas mas tarde con una sensación liviana en mi interior, noté que no estaba en el sillón sino en una cama con doseles y sábanas negras. El cuarto estaba iluminado por la luz de la luna. Debía ser casi medianoche. Como había llegado allí era un misterio para mí.
— ¿Veo que despertaste. Estás mejor?
— Lo estoy, sólo me duele un poco la cabeza.
— Es normal, bebiste más de la mitad de mi botella de Whisky de Fuego y comenzaste a llorar frente a mí.
— ¿Pido disculpas por la escena. Pero yo no estaba en el sillón del salón?
— Te traje a mi cuarto, no creo que sea cómodo dormir en la posición en la cual estabas.
Me puse rojo de la vergüenza, él me trajo a su cama. Por Merlín, estaba en su cuarto.
— ¿Te encuentras bien? estás rojo Potter.
— Sólo tengo un poco de calor, creo que es mejor que me vaya a casa ahora. Gracias por todo.
— Toma un vaso de agua antes, estás muy rojo - habló cerca mía y entregándome un vaso. Bebí todo y respiré profundo.
— Bueno, ahora puedes irte a casa, buenas noches Potter.
— Buenas noches Severus, te amo.
— ¿Que has dicho Potter?
Me asusté, no debería haber dicho eso. Yo… Mierda él me dió Veritaserum.
— ¡Me diste Veritaserum!
— ¿Y por que motivo yo te daría eso Potter? si yo quisiera podría invadir tu mente y extraer lo que quiero.
— Lo has hecho para que me confesara - mierda debía permancer callado antes de meterme en algún lío, hablando de más.
— ¿Confesar que Potter? que has tenido sueños húmedos conmigo en los meses que estuviste cuidando de mi en Hogwarts?, que mientras nos hacíamos amigos seguías amándome en secreto? ya sabía eso desde hace tiempo.
— ¿Pero como?
— Desde que desperté sé mas de lo que imaginas. Escuché todo lo que decías mientras estaba en coma y lo que dijiste cuando me salvaste.
— ¿Y por que no me lo dijiste cuando nos encontramos en la reapertura de la escuela?, o cuando estuviste de alta de la enfermería?. O mismo cuando nos carteábamos, o…
— Para con tantos o… Mejor siéntate otra vez en la cama, tenemos que hablar.
— ¡Me drogaste para que confesase lo que siento! No tenemos nada de que hablar.
— Si que tenemos. ¿Crees que es fácil para un hombre de mi posición reconocer que tiene sentimientos por un adolescente con edad para se su hijo? No quería que supieras que siento lo mismo por ti. No quería ser tachado de pederasta.
— Sientes lo mismo que yo.
— ¿De todo lo que he dicho sólo escuchaste eso? Por Merlín, Potter no me lo hagas repetir de nuevo. Ya está siendo difícil decirlo ahora.
Respiré profundo y vi que Severus hacía lo mismo. Estaba nervioso y eso era perceptible. Se acercó con lentitud a mí y se sentó a mi lado en la cama. Tomó mis manos entre las suyas en un gesto cariñoso.
— ¡Mírame!.
Giré mi rostro en su dirección y mis labios fueron atacados. Era caliente y delicioso. Él besaba tan bien. Más dulce que el beso de Cho y más inteso que el de Ginny. Gemí al sentir sus labios. Mordía y jugaba con delicadeza, haciendo que quisiera más. Su lengua era áspera como en mis sueños y al pensar en eso, temí que aquel momento no fuese real.
Parece que se dió cuenta de que me tensé y cortó el ósculo de forma suave, pero no sin antes darme un casto beso.
— ¿Que sucede? ¿No te gustó? ¿Tan mal beso?
— No, no. Fue genial, es sólo que…
— ¿Sólo que qué? - él me animó a decir mientras aun sujetaba mis manos.
— No sé si esto es un sueño o no. Ya imaginé tantas veces diversas escenas donde nos besábamos y tu me rechazas despues o, despierto y lloro.
— Harry presta atención, he pasado meses lidiando con la idea de declararme. Fueron días que estuve imaginando lo que decir. Necesito primero pedirte perdón, pues te dañé en este último tiempo al fingir que no recordaba nada. Pero necesitaba confirmar mis sentimientos. No es fácil. Tenemos una gran diferencia de edad y no soy la persona mas agradable del mundo.
— No eres desagradable Severus y a mi me gusta como eres - sonreí y acaricié su rostro con una de las manos que logré soltar de su sujección.
Nos besamos de nuevo y allí por primera vez hicimos el amor. Severus fue dulce conmigo, preparándome para recibirlo de forma tan gentil que me sentía en las nubes. Sus dedos hacían movimientos en tijera en mi interior de forma rítmica.
Yo gemía cada vez que él los introducía más y más en mi. Yo quería más y él también. Besos eran repartidos por mi cuerpo, marcando mi piel con algunos mordiscos o chupetones. Me estremecía en esos momentos. Era hábil con su lengua y sus dientes. Una serpiente en mi cuerpo.
Su boca descendió al encuentro de mi miembro y yo me estremecí del placer. El jugaba y apretaba de la mejor manera posible. Yo pedía por más y él lo cumplía. Su boca subió de nuevo hasta la mía y nos unimos con entusiasmo al mismo tiempo que él me poseía. Sus estocadas eran profundas y fuertes. Veía estrellas cada vez que él golpeaba mi próstata.
No duramos mucho, y el clímax nos inundó en una miríada de emociones tan fuertes que me hizo venirme con lágrimas en los ojos, por que al fin tenía aquello que siempre deseé sin saberlo. … … Amigos, ahora las cosas estan calientes. La vida de Harry quedo triste, hasta que su conversasión con Severus se inicio y lo amor y amistad fue cresciendo. Teddy tiene lugar importante en lo corazón del nuestro pequeño gryffindor. Agradezco por los comentarios, muchos besos. | |
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