La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Amarguras - Cap. 1: Decisiones, simples decisiones

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barbaratp
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MensajeTema: Amarguras - Cap. 1: Decisiones, simples decisiones   Amarguras - Cap. 1: Decisiones, simples decisiones I_icon_minitimeSáb Oct 22, 2016 10:50 pm


Título: Amarguras
Parejas: Harry/Severus (Snarry)
Resumen: [FANFIC #1] [SERIE-SANTUARIO DE EMOCIONES]

Perdido dentro de un santuario de emociones, Snape se encuentra al otro lado del velo y el único capaz de salvarle es Harry, que mas de una vez tendrá que poner su vida en peligro por el bien de otros.
Con el paso del tiempo nace un amor entre ellos, pero será que ese amor pueda librar a Severus de su culpa y dar a Harry la familia que tanto ha deseado?
Solamente adentrándote en esta historia terminaremos por saber si ellos podrán tener un futuro fuera de ese muro o permanercerán prisioneros de él.

Tracdutora: Agradezco a Umi Blackrose por traducir mi fanfic para lo español, has me ayudado y mucho mi querida.
Advertencias: ninguna
Género: Romance
Renuncia: Los personajes aqui utilizados, exceptuando solo a los originales de mi autoría, son exclusivamente de J: K: Rowling y de la Warner Bros, además de todas las Editoriales responsables de sus publicaciones y de los representantes que poseen sus derechos de autor sobre la obra.

SlasHeaven: Amarguras



CAPITULO 1 — Decisiones, simples decisiones


Mis piernas dolían más de lo que yo podría imaginar, aun así, no paraba de correr. Lo necesitaba, era necesario. Aun sabiendo que no tenía permiso de estar en aquel lugar, no tenía tiempo que perder. Así que corrí los últimos peldaños de las escaleras, y respiré con alivio. Al fin la sala del Director, dentro de un armario había un pensadero, y yo tenía que utilizarlo. Lo encontré con un simple Accio. Coloqué mi frente y derramé el líquido azulado de las lágrimas de Snape.

Metí la cabeza dentro del agua y me sentí arrastrado a un mar de recuerdos. Vi a mi padre y a los Merodeadores, como ellos maltrataban a Snape por ser diferente. Vi a mi madre ganando su amistad y perdiéndola en un parpadeo. Respiré sofocado al ver como ella murió, aquello se quedaría siempre en mi memoria. Pero tal vez no tan profundo como su reacción al verla allí. por primera vez vi allí al hombre detrás de aquella máscara de frialdad del maestro de pociones.

El lloró por mi madre, no pude contenerme y lloré también. Las memorias se volvieron borrosas y pude ver ahora a más velocidad, que, en todos los momentos desde mi primer año, como él me protegió, vi la petición del Profesor Dumbledore para que lo matara. Recordar aquella escena también me trajo fuertes emociones. Cuando me di cuenta ya estaba fuera del pensadero. Mi mente era un torbellino de ideas.

Entonces esto significaba que todos estos años él me protegió y que, aunque yo le odiaba, y con ambos haciéndonos la vida un infierno al otro, él no se rindió de cumplir su promesa. Me protegió por mi madre, por la memoria de ella.

Lloré de nuevo. Me senté en el suelo del lugar. Tenía una misión que cumplir. Necesitaba matar a Voldemort. Eso era un hecho, pero para eso yo debía morir también. Mis padres, Sirius, Severus.

— No es necesario odiar, puedo al menos tener el derecho de llamarlo por su nombre, Dumbledore. Todos muertos por mi culpa. Por la causa, para matar y destruir la Magia Oscura. ¡Diablos, eso es lo que haré!

El tiempo pasó más rápido de lo que imaginé, dejé que mi valor y estupidez decidieran por mí los pasos a seguir. Peleé contra él, morí, volví y vencí. Perdimos a más gente de los nuestros. Remus, Tonks, Fred y muchos otros nombres que se perdieron en la Batalla de Hogwarts. La escuela estaba destruida, pero la profesora Minerva me dijo que en breves volvería a ser como antes.

Suspiré aliviado, pero no libre de culpa o dudas. Decidí visitar el cuadro del profesor. Subí de nuevo las escaleras de antes, pero ahora con más tranquilidad. La sala continuaba igual que la dejé antes, hasta el pensadero continuaba intacto sobre la mesa. Me acerqué al cuadro que estaba totalmente vacío, como una ventana al terreno de juego.

— ¿Profesor Dumbledore? ¿señor, está ahí? Necesito hablar con usted – pero no importó cuanto lo llamé, ninguna respuesta recibí del cuadro. Ya me estaba rindiendo cuando una voz me llamó.
— Harry, mi niño perdona mi demora.

— Profesor Dumbledore, pensé que estaba ocupado – hablé asustado por su sorpresiva llegada.

— Ah Harry yo estaba en otra sala cuidando algunas cosas a causa de lo sucedido. Pero dime, ¿cómo estás? Veo que ha pesar de haber descansado y ser cuidado por Pomfrey tienes cara de seguir agotado.

— No he podido dormir señor. Tengo muchas cosas en la cabeza en estos momentos y creí que tal vez usted podría ayudarme, pero es mejor que vuelva en otro momento.

— Increíble, yo tenía la intención de llamarte mi niño. Creo que sólo tú me puedes ayudarme con este “problema” que tengo ahora.

Aquellas palabras hicieron que una alarma saltara en mi mente, había algo mal. El director no me llamaría directamente para solucionar un problema de esta manera, eso quería decir que la situación era grave.

Él asintió y me pidió que lo acompañara. Le seguí por los cuadros hasta entrar por una pequeña puerta casi invisible por los libros y objetos de decoración. Lo que allí vi me hizo atragantarme. Acostado en una cama con dosel estaba Snape. Él estaba completamente inmóbil, rígido como si fuera un muerto, pero yo podía notar que su pecho ascendía y descendía de forma muy lenta y pausada.

— ¡Por Merlín está vivo! Pero… yo lo vi morir en la Casa de los Botes¹.

— En realidad él murió Harry, pero por un breve momento. Déjame que te lo explique. La Marca Tenebrosa en Severus murió junto con el veneno de Nagini y la muerte de Voldemort, pero no su alma hechizada, su núcleo mágico continuó intacto, pero frágil. De momento podemos decir que él está ¿cómo dicen los muggles? Ah sí, en coma.

— ¿Pero es imposible!?

— ¿Querido acaso no moriste y resucitaste de entre los muertos? Tu conseguiste pasar al otro lado y volver. Hecho que poquísimos magos hicieron, de entre ellos Tom Riddle al renacer como Lord Voldemort.
Dirigí mis ojos a la cama y pude notar con más claridad que llevaba una túnica gris clara, muy parecida a las normales que utilizaba el maestro. Sus manos colocadas sobre su pecho, cerca del corazón. Si no lo observara fijo juraría que él estaba dormido o muerto, si no apreciara su respiración.

— ¿Pero director como es que él terminó así?

— Mi querido Harry, puede que será un simple cuadro ahora, pero supe por fuentes seguras lo que pasó en todo el castillo. Me informaron sobre Severus y que tú estabas con él después del ataque. Sé que tu viste todo lo que él hizo –  Harry asintió con la cabeza – perfecto, entonces no perdamos el tiempo. Le pedí a los elfos domésticos que lo trajeran aquí. Aparte de mí, sólo Madame Pomfrey, Minerva y tu saben que Severus está aquí. Para todos él continua como un desaparecido en la guerra.

Desvié mis ojos del cuadro y sin dejar de mirar la cama me acerqué con cautela. Tenía miedo de que con el más simple cambio de viento se pudiese quebrar su respiración que ahora parecía menos entrecortada que antes. Tal vez sólo era fruto de mi imaginación.

— No tengas miedo Harry, está estable. Pero…

— ¿Pero qué Profesor Dumbledore?

— Necesito que alguien que haya visto el otro lado para salvar a Severus. Perder la marca casi se lleva una parte de su alma y esta, en estos momentos está en el Limbo. Ella está flotando entre los dos mundos, y yo no puedo protegerla por más tiempo.

— Espere un momento. ¿Usted quiere que yo salve a Snape? ¿Cómo voy a hacer eso? yo sólo regresé gracias a la piedra que estaba dentro de la Snitch que usted mismo me dió.

— Harry mejor vayamos a otra sala. ¿Por ahora Severus necesita descansar y como tú tienes mucha magia en tu núcleo no queremos desestabilizar no? Sígueme.

Nos dirigimos de nuevo a la puerta, antes de salir di una nueva mirada por encima del hombro hacia el hombre en la cama. ¿Su vida está en mis manos? ¿es eso? ¿Alguien más tiene que morir si yo fracaso?

Hablamos por horas, en las cuales Dumbledore me explicó la complejidad del hechizo realizado sobre Snape. Era una especie de Enervate, pero mucho más potente que el normal, justo con otros cuidados que sólo los medimagos podrían entender, todo esto para mantener el cuerpo del maestro estable. Como el profesor Dumbledore dijo, en coma.

En cuanto escuché las palabras de Dumbledore no pude dejar de pensar en cómo al destino le gustaba jugar, yo le odié toda la vida y él me estaba salvando, ahora cuando yo comienzo a pensar en la posibilidad de perdonarle él “muere” y el único capaz de salvarle soy yo.

— Déjeme ver si lo entendí profesor Dumbledore. Voy a necesitar estar meses y meses viniendo a transpasar magia de mi núcleo al el suyo, mientras usted lo fortalece con no sé qué más. Y cuando él esté lo suficientemente fuerte yo tendré que morir para poder traerle de nuevo. Eso es muy peligroso. ¿no tiene otro plan más sencillo verdad?

— Estoy sorprendido mi niño de que intentes salir por la tangente y no salvar a Severus – dijo Dumbledore con una sonrisa entre sorprendida y con desafío.

— Es obvio que no, yo le voy a ayudar profesor, pero será muy lento. ¿Y si no funciona?  – mi voz sonó como si estuviera a punto de llorar.

— Tengo la certeza mi niño que dentro de unos meses tendremos de nuevo a nuestro Maestro de Pociones entre los vivos, y como dicen algunos “quitando puntos con mirada siniestra”.

Me permití sonreír ante eso. En breves si yo conseguía hacer todo bien, salvaría la vida de aquél que me salvó incontables veces antes. La sensación que me embargó era como si yo tuviera que pagar una deuda por estar vivo.

Hablamos un poco más en su despacho, cuando me di cuenta ya había anochecido. Con un “buenas noches” dirigido al cuadro me fui a Grimmauld Place, 12. Ahora la casa de mi padrino era mía, junto con todo lo que hay en ella, o sea, la soledad. Los Weasley desde la muerte de Fred estaban más unidos que nunca, pero yo no me sentía en el derecho de invadir sus momentos familiares. Aun cuando casi estaba en una relación con Ginny no era lo correcto, por eso decidí permanecer en casa.

Y ahora con la historia de Snape no podría salir. Dumbledore me pidió descanso absoluto en esas primeras semanas. Me levanté del sofá en el cual me di cuenta que llevaba horas sentado mientras observaba la chimenea y me dirigí a mi cuarto, tomé una ducha y me acosté en la cama. La noche era calurosa, por eso solamente llevaba la parte inferior del pijama.

Cerré los ojos, pero el sueño no llegaba, aun estando agotado. Las últimas horas se repetían en mi mente. Después de muchas vueltas logré dormir con la imagen de Snape casi muerto y mi promesa de que esta vez no fallaría al salvarle.


[1]. Originalmente en los libros, Snape muere en la Casa de los Gritos después de que fuera mordido por Nagini en el cuello bajo las órdenes de Lord Voldemort. Mientras que en las películas decidieron mostrar un lugar diferente. En palabras de Andrew Ackland-Snow, director de arte de la película “Nosotros también hicimos una Casa de los Botes. Queríamos cambiar un poco el lugar de la muerte de Snape. En el libro, el muere en la Casa de los Gritos y nosotros queríamos cambiar eso para que no fuera un escenario común y que fuera un lugar con una atmósfera más dramática. Le preguntamos a J. K. si ella estaba de acuerdo con que eso sucediera, porque nosotros aun no habíamos visto ese lugar (la Casa de Botes) antes. Hicimos una casa de cristal y usted podrá ve lo que sucede en la Casa de los Botes de allá, así como la escuela en llamas, y a Rowling le encantó. Aparte de eso, es un lugar muy romántico para morir. Snape muere de una manera extremadamente buena, debo decir.”
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