La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

  Amarguras - Cap. 3: Santuario

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barbaratp
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MensajeTema: Amarguras - Cap. 3: Santuario    Amarguras - Cap. 3: Santuario I_icon_minitimeJue Dic 01, 2016 7:45 pm

CAPITULO 3 — Santuario

Me acosté al lado de su cama. Su cuerpo yacía tan frágil. Sólo imaginar que meses atrás había escuchado al profesor Dumbledore decir que si yo transfería mi magia y me unía a él todo sería mas sencillo poder despertarlo del coma en el cual estaba, por casi transpasar al otro lado del velo. Pero parece que todo lo que hice fue en vano.

Madame Pomfrey estaba corriendo por el cuarto, veía como varios hechizos eran lanzados sobre Severus y sobre mi. Yo no conocía mas de la mitad. Ella siguió hasta la mesita y regresó despues de unos momentos.

— Tome Potter, necesito que beba esta poción. Ella lo inducirá al sueño. Si está dormido será mas sencillo transferir su magia a Severus. Y que Merlín nos ayude.

Despues de que el líquido descendió por mi garganta me quedé dormido. No sé cuanto tiempo estuve allí, pero si dijeran que fueron meses, no lo discutiría.

Desperté y ya estaba atardeciendo. Severus continuaba quieto a mi lado, pero tenía un semblante mas sereno y sonrojado. Me sentí horrible por imaginar que tal vez había muerto y que yo estaba velando un cuerpo y no esperando que él estuviera mejor. Me estiré. Observé a mi alrededor y descubrí que estaba sólo. Madame Pomfrey ya debió recoger y terminar en la enfermería. Decidí levantarme. Caminé hasta la jarra de agua sobre la mesa, y lavé las manos y la cara.

— Veo que ya despertaste Harry.

— Profesor Dumbledore? menudo susto!

— Perdóname chico, aun no me acostumbré a ser un cuadro y que no hago ruido al moverme. Por favor, siéntate, tenemos que hablar - asentí a su petición y procuré sentarme lo mas relajado posible.

— Perfecto, ahora que ya estamos cómodos necesito explicarte algo de nuevo, mas a fondo de lo que sucede con Severus. Al ser mordido por Nagini, el veneno de la serpiente hizo que algunas partes del organismo de Severus se vieran afectadas, o sea, su núcleo mágico se vió bastante dañado, pero jamás roto o destruído. Despues de la muerte de Voldemort, la marca negra desapareció de todos aquellos que le fueron fieles, pues, su magia murió con él. Por lo tanto la magia negra que habitaba en Severus y que fue implantada, aunque fuera una pequeña cantidad, desapareció, pero no sin dejar un rastro. Su cuerpo sufrió un fuerte golpe mi niño. Por eso es que él entró en un coma mágico.

El alma de Severus por poco no pasó al otro lado del velo. Podemos decir que él está en una especie de limbo, en un mundo sólo de él. Él creó un santuario dentro de su cabeza Harry. Severus cree que murió, pero no se dió cuenta de que en realidad está vivo. En su cabeza el mundo real ya no existe, sólo el dolor que él causó. Pudimos descubrir con la ayuda de Pomfrey y Minerva a través de la Legilimens¹ que él se está torturando a si mismo por culpa por todos los errores cometidos en el pasado Harry. El único modo de salvar a Severus es entrando en su mente, o sea, tu necesitas casi morir de nuevo para poder entrar en el pequeño mundo que él creó. Sé que es peligroso, pero es necesario. Esa es la única manera de salvarlo.

La mirada de Dumbledore sobre mi era muy intensa, tenía en mis manos una vida y esta vez sólamente yo era el dueño de la historia.

— Entonces mi niño entiendes la dimensión de esto? Es bastante peligroso...

— No me importa profresor. Yo lo haré. Salvaré a Severus.

— Perfecto chico. Llamaré a Pomfrey, ya sabes lo que hacer no? - dijo guiñándome un ojo.

— No te dejaré morir Severus, lo prometo - hablé cerca del oido y besé su frente - prometo que todo estará bien para tí cuando despiertes.

Por fin me acosté esperando con calma lo que estaba por suceder. Tome de las manos de una Madame Pomfrey bastante llorosa un veneno hecho con toxinas procedentes de Nagini. Para poder entrar en la mente de Severus debía pasar casi por lo mismo que él, sin pasar por los mismos dolores. Sentí un desmaius lanzado sobre mi, al menos no sentí cuando el veneno hizo efecto.

El tiempo entre que cerré los ojos y la claridad que noté fueron efímeros. Parecía que sólo había parpadeado. El lugar era claro, parecía que el sol brillaba igual que en un caliente día de verano. Despues al frente pude notar una figura cerca de un retorcido árbol. Me di cuenta de que era Severus. Parecía espiar algo detrás del tronco, entre las ramas.

Mi mente reconoció el lugar, estábamos en un recuerdo de su infancia. El mismo que vi en el pensadero hace unos meses. Ese era el momento en el cual él conocia a mi madre. No quise hacer ruido, decidí avanzar unos pasos, pero manteniendo una distancia razonable entre nosotros. Aun a esta distancia pude ver la escena que sucedía. Mi madre era una hermosa chica pelirroja, que estaba con él como buenos amigos. Vi a mi tía Petunia, ambos hacían magia. La escena cambió por algo triste así que vi a mi madre distanciarse. El clima cambió a frío, el aire parecía pesado, igual que si un Dementor estuviera cerca.

Severus terminó de observar la escena, hasta que mi madre desapareció cerca de lo alto de la colina. Él iba a girarse y me descubriría, no podía permitir eso. Lo que pensaba era claro que iba a pasar, y así pasó. En realidad, tenía que hablar con él. Esperé a que se girara por completo y que caminara en mi dirección.

Fue entonces que nuestras miradas se cruzaron. Vi en sus ojos el mismo odio que vi en mi sueño horas antes. Tuve recelo, el miedo se hizo dueño de mi.

— Que hace aquí Potter? - su voz era puro enfado.

— Hola profesor, cuanto tiempo no? - hablé nervioso, no sabía en que año estábamos en su mente. Pero si su apariencia era la de un adulto quería decir que debía ser despues de que yo entrara en Hogwarts, y si él me reconoció entonces él creería que yo estaba invadiendo su mente de alguna manera.

— He preguntado que hace aqui Potter? No le basta con perseguirme en vida que tambien tiene que hacerlo en la muerte. Ni aquí tendré paz - exclamó bufando y pasando a mi lado con rapidez.

Maldije en alto, él realmente creía que estaba muerto y que yo no era mas que uno de sus recuerdos. Necesitaba cambiar con rapidez esa idea.

— Espere profesor, por favor, tenemos que hablar. Necesito su ayuda, es muy importante.

— Tenemos que hablar? - me miró de reojo - usted cree que tengo alguna obligación de hablar con usted? estoy muerto y de eso estoy seguro. Usted sólo es un oscuro recuerdo que pienso ignorar. Ahora si me disculpa.

— Pero profesor de verdad necesito su ayuda - supliqué.

— San Potter, el Elegido y también el Chico de Oro de Dumbledore necesita mi ayuda, es eso Potter? - me preguntó con acidez.

— Sé que nuestras diferencias son enormes profesor, pero...

— Como si no lo supiera.

— Es un caso de vida o muerte!

Él me miró de arriba a abajo estudiando mis expresiones. Parece que logré convencerle que lo necesitaba por algo muy importante, puesto que hizo un gesto de asentimiento para que yo continuara hablando.

— Alguien muy importante fue herido en la Batalla de Hogwarts y todos creen que yo puedo salvar a esa persona.

— Y quien sería la víctima que querría ser salvada por usted Potter? No me responda, déjeme adivinar. Quizás su amiga la sabelotodo, la Stra. Granger o su novio el Sr. Weasley - sus ojos reflejaban desdén e ira.

— Veo en su mirada que la tristeza es enorme, así que probablemente a esa persona en cuestión le tiene una gran empatía, entonces sólo puede ser la señorita Ginevra Weasley - él casi escupió las palabras al nombrar a Ginny.

— En realidad no es ninguno de esos tres profesor.

— Si no es ninguno de sus amigos o su novia quien es Potter? Tal vez sea alguien mas de la familia Weasley o algun otro amiguito suyo?.

— Hace mucho que no soy el novio de Ginny profesor.

— Esa sería una gran noticia para muchas chicas de Hogwarts y para la comunidad mágica, ahora todas podrán tener una oportunidad con el Salvador del Mundo Mágico.
— Creo que sería una noticia perfecta para los chicos - hablé algo sonrojado.

— Entonces usted tiene otros gustos?

Su mirada sobre mi me dejó mas rojo, le vi lanzar una sonrisa traviesa. Tal parecía que se divertía con mi vergüenza.

— Entonces quien es Potter?

— Quien es quien profesor? - Pregunté confundido.

— La persona que quiere salvar niño. Además de idiota es sordo?

— Yo no soy idiota!

— Diga eso despues de recordar las notas que sacaba en mi asignatura o le gustaba ser mi peor alumno por despecho?. Doy fé de que no es así, pues siendo hijo de quien es, tenía que ser tan arrogante y prepotente como su padre. Siempre buscando la atención de todos.

— Yo no quiero la atención de nadie en estos momentos aparte de la suya profesor, porque necesito salvar a una persona muy importante para mi - grité a pleno pulmón con rabia y lágrimas surgiendo de mis ojos.

— Veo que logré una reacción suya. Parece que no me equivoqué, no? La persona que quiere salvar es su novio no, ya que las chicas no son de su agrado.
— En realidad no es mi novio sin embargo, si me permite decirlo es mas bien un enemigo.

— Enamorado de un enemigo. Realmente su gusto por el peligro es increíble Potter. Y por su cabezonería por venir aqui a buscarme con algun hechizo que estoy seguro que le enseñó Dumbledore, me hace saber que ese chico es un Slytherin.

— Correcto, pero no es un alumno.

— Hombres mayores Potter? - Preguntó arqueando una ceja y mirándome fijo.

— Así es y está muy herido. No puedo dejar que él muera. Yo lo amo mucho profesor - hablé entre llantos ahora.

— Se está haciendo de noche Potter, es mejor que nos vayamos.

Decidí no contradecirle y lo seguí, puesto que despues de decir esas palabras Severus se distanció de mi, y seguía al frente con pasos rápidos. Aun estando aqui él continua con su forma de ser de la escuela. Andamos algo menos de media hora y pude ver una alta casa bastante vieja, probablemente de dos o tres pisos. Atravesamos una pequeña cerca blanca, el jardín parecía no haber sido cuidado desde hace mucho. Al entrar por la puerta noté que dentro de la casa era un poco mas acojedora de lo que a simple vista aparentaba desde fuera.

— Seguro que se está preguntando si la casa es mia. Prefiero de que si vamos a hablar que sea en un lugar mas agradable y no en medio de la nada. Así que entre y siéntese en la sala - ordenó apuntando hacia un sofá iluminado por una luz danzante en tonos verdes - mientras tanto prepararé algo para beber.

No tuve ni tiempo de discutir, él ya había desaparecido a pasos firmes por el pasillo y yo fui hacia la sala. Verde así como la luz que vi saliendo desde la misma puerta. Lo que era bien obvio ya que es un Slytherin y el verde es el color de su casa. Me senté y esperé su regreso, mientras tanto observé hacia la chimenea que en estos momentos estaba apagada.

— Veo que mi decoración no le agrada Potter, pero le sugiero que deje de observar mi chimenea.

— Perdóneme profesor.

Se sentó frente mía y me ofreció un vaso, estuve un poco desconfiado aun sabiendo que estando aquí podría sufrir daños, puesto que si Severus creía que esto era real, él podría querer herirme por puro placer.

— Quite esa mala cara Potter, sólo es hidromiel. Sugiero que lo beba o deje de ver el vaso y me lo devuelva educadamente.

— Disculpe señor, los viejos hábitos de desconfianza nunca cambian - y diciendo eso bebí todo de un golpe. El dulce líquido descendió espeso, pero agradable.

— Ahora cuénteme lo que sucedió despues de mi muerte, me gustaría saber algunos datos antes de decidir si le ayudo. O usted cree que aun muerto no me gustaría saber que sucedió en Hogwarts?.

Le expliqué todo lo que sucedió despues de haber visto sus recuerdos en la Casa de los Botes, omitiendo claro que él fue rescatado y cuidado por Pomfrey, Minerva, Dumbledore y por mi. Le dije que había sido absuelto de los crímenes que cometió gracias a mis recuerdos de la noche del dos de mayo.

— Entonces fui absuelto de mis crímenes. Interesante Potter. Mas hasta ahora no me ha hablado de quien es la persona que usted necesita salvar y como podría yo ayudar. Ya que estoy muerto y es probable que usted no pueda permanecer mucho tiempo aqui en el velo, ya que utilizar magia y hechizos de esta magnitud sólo pueden ser oscuros.
— Es complicado profesor, no sé por donde comenzar.

— Que tal por el inicio niño, imagino que si tardamos mucho usted pueda quedar atrapado aquí y no tengo ningunas ganas de continuar atrapado el resto de la eternidad en este infierno teniéndolo como compañía. Ya tengo mis propias cargas que llevar. Así que hable pronto.

— Creo que usted no estará muy feliz con lo que le voy a decir profesor.

— Entonces creo que será necesario utilizar la fuerza para sacarle la respuesta que quiero? - Preguntó enfadado por mi tardanza y evasivas.

Si pudiera hablar con claridad podría afirmar que aun estando en un mundo producto de su imaginación, él sería capaz de matarme con esa mirada suya. Aquello me produjo un escalofrío. Necesitaba decirle por que había venido y necesitaba hacerlo ya. Severus tenía razón yo disponía de poco tiempo. Aun siendo un mago poderoso y estando vigilado por otros de tan gran poder, ellos no podrían permanecer aguantando mucho mas tiempo mi cuerpo y el de Severus que se encontraba en peor estado.

Respiré profundo, tomé otro largo sorbo de mi hidromiel. Lo observé fijo y dije con todo el valor que tenía.

— Profesor, usted no murió aquella noche por la mordedura de Nagini, conseguimos salvarle, el único problema es que usted se encuentra en un coma mágico inducido por Madame Pomfrey por su mal estado. Estoy donando magia de mi núcleo para usted desde hace meses, pero hoy por la mañana vimos un empeoramiento en su tratamiento. Si no consigo llevarle de nuevo al mundo real usted morirá.

Las palabras salieron directas y fluídas, pero me hirieron por dentro y cuando me di cuenta estaba llorando. Él me observaba atónito por lo dicho.

— Me quiere decir que ese teatrito era sólo para hablar conmigo? Usted cree que si estuviera vivo yo no lo sabría niño? Estoy muerto y de eso estoy seguro, veo todos los días las mismas cosas recordando mis errores y parece que el mayor de todos fue conocerle a usted. Nada de lo que usted me diga camibará eso!

— Severus yo...

— No me llame así! Usted. No. Tiene. Ese. Derecho.

Él bufaba y me miraba con ojos enfurecidos, en aquel momento supe que él no regresaría y yo mucho menos. Entonces tomé la decisión de declararme. Así fuese a morir al quedarme aquí o perderme, por lo menos antes de eso podría declararme a quien amo.

— Yo te amo, y eso no viene de ahora. Me dí cuenta con el tiempo que sentía algo por usted, pero no sabía que no era solamente odio, sino algo mas. Usted murió frente a mi y pensé que sería así como las cosas continuarían siguiendo su curso con normalidad, pero cuando el profesor Dumbledore me llamó y me contó sobre usted, tuve ganas de salvarle. Pasé meses a su lado. Ya estamos a finales de agosto, pronto Hogwarts abrirá sus puertas y usted podría volver a enseñar si quiere, podría si quiere ser el profesor de DCAO que tanto ansió. Pero por favor, no me diga que no quiere regresar.

— Potter eso no es posible en ninguna manera. Los padres de los alumnos harían fila para intentar matarme personalmente si todo lo que usted dice es cierto. No puedo regresar. Prefiero quedar aqui - respondió con tranquilidad. No parecía que yo me hubiera declarado minutos antes.

— Sevesus... - dije llorando.

— Por favor, no me llame así, no somos amigos Potter. Usted es un niño. Tengo la edad para ser su padre - decía eso con dolor.

Sentía que me dolía y él también sufría al pasar por todo aquello. No podía dejarle morir. Necesitaba luchar con más fuerza y a veces algunos sacrificios eran necesarios.
— Entonces no hay nada que pueda decirle que le haga regresar?

— Estoy seguro de que no Potter. Le aconsejo que se retire y deshaga el hechizo y se vaya.

— Y si usted regresa y nunca mas tiene noticias mías en su vida? Y si regresa y no me ve nunca mas y olvida lo que le dije sobre mis sentimientos?. Si quiere hasta puede lanzarme un Obliviate².

— Muy noble por su parte, pero no. Paso de ver a otro en ese puesto en Hogwarts.

— No fue sólo por eso que yo vine, no estoy hablando sobre el cargo o mis sentimientos. Tambien vine porque usted no merece esto. Es un héroe, usted sólo, hizo mas que los otros juntos. Fue un doble espía toda la vida y murió por una causa noble. Merece el perdón. Una segunda oportunidad. Prefiero no recordar nunca mas lo que siento por usted a verle muerto - al terminar de decir eso, mas y mas lágrimas calleron de mis orbes, recorriendo mis mejillas dejándolas mojadas.

No podía creer que todo mi esfuerzo había sido en vano. No podía dejarle ahi y ver como moría. Prefería no recordar nada si sabía que él estaba muerto. Decidí salir de allí antes de que no aguantase mas el dolor de la decepción que me inundaba. Pero antes de llegar a la puerta fui detenido por su voz.

— Acepto Potter. Le creo eso de que no estoy muerto y que usted hizo todo lo posible para salvarme, pero sólo regreso con una condición que despues de recuperado usted me visite para borrarle cualquier recuerdo mío de su mente.

Me giré con rapidez observando sus ojos fijamente. El decía la verdad y acepté de buen grado sus objecciones y pedidos. Que él regresase y yo lo olvidara.
— Si esa es la única manera de que usted regrese, acepto.

Levantándose de su sillón caminó hasta colocarse frente a mi y estendió su mano, hice lo mismo y cerramos el trato con un choque de manos, como si aquella fuera nuestra manera de cerrar un acuerdo. En cuanto nuestras pieles se tocaron ambos caímos al suelo sobre la alfombra, totalmente desmayados.


[1]. La capacidad mágica de extraer sentimientos y recuerdos de la memoria de otras personas, además de la clara interpretación de los resultados obtenidos con esa extracción. Cuanto mas orgulloso y sentimental sera una persona, más fácil será extraer un sentimiento de ella.
La invasión de las mentes puede ocurrir de dos maneras:
1. Método avanzado: no verbal
2. Método común; ejecutar el hechizo Legilimens
El arte de la Oclumancia es la única herramienta mágica de protección contra ataques Legilimentes

[2]. Obliviate es un hechizo de la memoria. Es siempre utilizado cuando es necesario borrar total o parcialmente la memoria de alguien, generalmente muggles que vieron señales de magia. El Ministerio de Magia tiene un grupo de magos entrenados en ese hechizo para ocasiones como esa: los Obliviadores. Deben se realizados por alguien muy bien entrenado y esperto, pues los Obliviates pueden ser tan fuertes que son capaces de borrar totalmente la memoria de una persona hasta destruir su mente para siempre.
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Amarguras - Cap. 3: Santuario
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