La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Corazón Helado 4

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Neki Snape
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Neki Snape


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MensajeTema: Corazón Helado 4   Corazón Helado 4 I_icon_minitimeVie Oct 23, 2015 8:01 am

~4~

Harry desmontó cerca de la cascada y soltó las monturas del caballo, que se acercó a él para que le acariciara.
—Vete a casa —Le murmuró antes de animarlo a irse, el animal se alejó entre los árboles y él se dejó caer de rodillas al borde del río helado, mirando su reflejo en el hielo, distorsionado y turbio. Se sentía confundido y aquella cara no reflejaba absolutamente nada, estaba tan congelada como las aguas.
Llevó las manos a su cabeza y revolvió su cabello con desesperación, no podía creer que todo ese tiempo todo lo que sus padres desearan era deshacerse de él… y todo por culpa de aquella estúpida faz. Debía… debía lograr exteriorizar lo que había en él, sentía que moriría si no lo hacía. Aquella tempestad en su interior debía sacarla, tenía que abrir su corazón… debía ser un buen chico, tal y como sus padres querían.

Estrelló sus manos contra el hielo, sintiendo la misma energía que sintiera aquella vez, cuando congelara la pared de su habitación. Esta vez no iba a reprimirse. Asomado entre los árboles, el viajero lo observó atentamente y no entendió lo que esperaba al hacer eso hasta que escuchó el crujido.
El hielo se rompió en pedazos y cayó con un estrépito al agua, esta empezó a fluir violentamente y temió por el chico… pero este ya no estaba cerca. Se había puesto en pie y caminaba con paso decidido hacia el muro de piedra. Luz verdosa se escurrió entre sus dedos, congelándolo al instante y movió las manos a los lados, pequeños brotes de hielo emergieron del piso, tejiendo paredes como enredaderas.

Harry sabía que ya no podía volver al castillo y, en su dolor, creyó factible que era mejor quedarse allí, vivir en su propio reino de soledad, él ya era un príncipe después de todo. No había nada a lo que volver. Sentía que su magia se desbordaba, escapaba por sus poros como una avalancha. Se quitó las botas y los calcetines, quedando descalzo en el frío suelo de hielo, los arrojó junto a la levita en un rincón y se arremangó la camisa. Dio un pisotón y más plantas cristalizadas emergieron del muro, creando secciones alargadas hacia los lados y hacia arriba. Embelesado, el viajero se acercó y se refugió detrás de una gran roca que pronto se congelaría y se volvería parte de aquella estructura. Harry dibujó las ventanas y las puertas con sus dedos, abriéndose paso. Creó una escalinata que conducía a la planta alta y dio vueltas en el salón, sintiéndose libre como antes jamás.

Ya no tenía que esconder sus poderes ni lo que era, allí podría ser él mismo sin ser juzgado. No sabía porque sus creaciones parecían hechas por naturaleza ni porque se cristalizaban al instante pero no le interesaba mucho. Movió sus manos y creó flores que se extendieron por los muros, esculpió los detalles y creó un candelabro sobre su cabeza.

Entonces alzó la palma y ante él se materializaron pequeños cristales, que formaron una figura. El viajero vio que era el mismo chico, sonriendo. Este le extendió la mano y el verdadero intentó tomarla, más al contacto los cristales se desvanecieron. Una ventisca entró por el gran portón principal y el viajero se agazapó en sí mismo, estaba helando.

—No volveré jamás —Escuchó decir al joven, que rápidamente cerró la puerta y dio media vuelta para subir la escalinata.

Entonces reparó en la figura que se dibujaba tras el muro helado, bajó en completo silencio y se asomó. El viajero se había sentado en el suelo.
—¿Quién eres tú? —Preguntó secamente.

El sujeto levantó la cabeza y se encontró de frente con un par de ojos tan oscuros como un pozo, infinitos, cálidos. Al ponerse de pie, se dio cuenta de que aquel hombre era más alto, esbelto pero de complextura fuerte y resuelta. Se sintió indefenso y temeroso… ¿era tal vez un mercenario? Retrocedió un paso y siguió mirándole con su expresión insoldable, aunque por dentro moría de miedo.

—¿Cómo has hecho…? —El viajero no pudo terminar su pregunta, al mirarle a los ojos pudo verlo, a un niño tembloroso y asustado—. Lo siento… no era mi intención asustarte.
—No estoy asustado —Repuso Harry indiferente—. Ahora dime quién eres y qué haces en mi… —Titubeó un momento, el brillo doloroso en su mirar fue obvio para el otro—. En mi casa.
—Bueno, dímelo tú —Contestó—. Tú me has llamado.
—¿Yo?
—Sí, algo así —Desenrolló la bufanda a pesar de que allí había demasiado frío y se quitó el gorro para despejar su cara—. Me has llamado… en un sueño.

Harry observó atento su proceder y el corazón le dio un vuelco cuando el cabello negro cayó en dos cortinas sobre su rostro de facciones duras. Era varios, quizá muchos, años mayor que él. La nariz aguileña era lo que saltaba a la vista en primer lugar, después aquellos ojos inexpresivos y que decían tanto a la vez. Los labios finos se vieron humedecidos por su lengua al mirar la mansión con detenimiento, toda hecha de hielo, toda parecida al cristal. Aquel hombre, de piel lechosa y con pinta de errante, era la más bella visión que había tenido en toda su vida.

—Un sueño —Murmuró. El viajero le miró, haciéndole despertar de su ilusión.
—Sí, así es. Aunque es un poco ridículo ahora que tú lo dices.
—Entonces… ¿has venido porque me has visto en un sueño? —Para Harry, decir esas palabras significaba algo hermoso.
—Si… bueno, no… no te he visto a ti, vi esta mansión —Abarcó la estructura con sus brazos, aún estaba bastante alucinado por el hecho de haberla visto construir. Harry quiso torcer el gesto, un poco celoso. ¡Su creación tenía más atención que él!—. Y había alguien… imagino que eras tú.
—Pero… ¿qué esperabas encontrar aquí?

El hombre miró al joven atentamente, en el instante había sabido que había estado esperando encontrarlo a él. La comisura de sus labios se arqueó levemente, en una sonrisa ladeada llena de misterio que a Harry se le antojó bastante atractiva.
—Quién sabe —Murmuró para luego pasar de él, admirando la casa.

Se quitó un guante y pasó los dedos por las paredes labradas, afuera se veía la nieve empezando a caer.
—¿Cómo has hecho esto? —Preguntó fascinado.

Harry, que le seguía muy de cerca, le miró. Aquella persona le había visto hacer magia y no se había asustado en lo absoluto, como todos en aquel reino.
—Lo has visto —Le dijo.
—Sí, pero me refiero… ¿Dónde lo aprendiste? —Repuso con curiosidad.
—En ningún lado —Se alejó un poco, acariciando su muñeca pero se encontraron frente a frente al voltear. El hombre le interrogaba con su expresión… sintió un poco de envidia, él deseaba poder…—. He nacido con ello.

Lo vio asentir.
—Vaya que hace frío aquí —Harry no sentía nada—. ¿No crees?
Miró una vez más la casa y luego volvió a él, lo miró, desde los pies desnudos hasta la cabeza de cabello rebelde.
—¿No tienes frío?
—No.
—¿Estás hecho de hielo o qué? —Inquirió burlón, su humor parecía ser un poco ácido y hosco, y le enrolló la bufanda alrededor del cuello. Olía a pino y a algo muy cálido. Sintió que le rozaba la mejilla y ese toque ardía, se sentía derretir como nieve en el fuego—. Estás helado.

Harry no respondió absolutamente nada, todo era confuso. ¿Qué era aquella sensación? ¿Aquellos repiqueteos en su pecho? ¿Acaso estaba muriendo?
—Venga, ponte las botas que vas a enfermar —Le ordenó el hombre y, por alguna extraña razón, no pudo desobedecerlo.


*

En el castillo, el rey y la reina estaban ansiosos, preocupados por su hijo al cual no encontraban. Una marcha había salido a seguirle el paso pero, según informaron a su regreso, le habían perdido el rastro en los lindes del pueblo. El rey Potter mantenía la esperanza de que su primogénito volviera eventualmente y tanto él como la reina miraban hacia las montañas desde el balcón principal en espera. No obstante, la noche cayó, un trueno se escuchó justo a sus espaldas y ambos supieron que no había tiempo para aquello. La tormenta se cernía sobre el pueblo como una bestia furiosa.

—Debemos ir por él, James —Exteriorizo Lily sus pensamientos, sus ojos verdes refulgían más fuertes y valientes que nunca.
El asintió y ordeno a Arthur que prepararan sus monturas lo antes posible. En el momento en que la nieve azotaba, ellos emprendieron el paso a las montañas. No habían luchado diecisiete años manteniendo a su hijo a salvo para venir a rendirse al último momento.



**

—La primera vez que tuve aquel sueño, fue algo tan sorpresivo que aluciné todo el día sobre ello. Jamás se lo conté a nadie porque quería que fuera algo solo mío. Ya sabes, un sueño así no lo tienes muchas veces y podría significar un buen augurio. O al menos eso pensé, creo que era demasiado joven... pero después de un par de meses con el mismo sueño, decidí que no era cualquier cosa. Algunas veces solo escuchaba mi nombre y en otras “Te he estado esperando” pero lo demás no cambiaba. Acudí con la adivina del pueblo, muchos pensaban que ya estaba totalmente loca pero sentía que nadie más me entendería. Ella me escuchó atentamente, luego me miro con sus grandes ojos y dijo: “Joven, su sueño es fácil de descifrar. Debe emprender el viaje que le llevara a descubrir a quien le llama. Su destino son las altas y lejanas montañas del Sur, en el reino helado al fin de la tierra. Allí encontrara la respuesta a este enigma que le acosa.”
»En un principio creí que de verdad estaba completamente chiflada —Su boca se torció y miró despectivamente a la nada—. Jamás había oído hablar de un reino helado ni de nada parecido. Entonces después de un año, cuando estaba por cumplir quince, mire a mi padre y le dije que no tenía nada que perder, que emprendería mi búsqueda y encontraría las montañas del sur. El respondió que moriría, creo que no le importaba en lo absoluto. Así que tome un caballo y partí ese mismo día cuando cayó la noche, después de todo no me había dado su consentimiento. Y ni una sola noche, en estos diecisiete años, he dejado de ver esta mansión en sueños.

Ambos estaban sentados en el salón, alrededor de una fogata que el viajero había hecho. La casa al parecer se había cristalizado a tal punto que ni ese pequeño fuego podía derretirla. Harry le miraba fijamente, sin demostrar interés alguno en sus facciones. Sin embargo, el brillo de excitación que relampagueaba en sus ojos era lo que le había animado a seguir relatando. Sabía que bajo esa capa fría había un niño ilusionado con su historia. Era la primera vez que relataba sus aventuras a alguien y se sentía unos años más joven, más vivaz. Una sonrisa melancólica adornó sus labios al recordar a su padre, un hombre arisco que seguro estaría demasiado viejo, sino es que se encontraba ya muerto.

—Espera —Dijo Harry neutro, sus ojos reflejando asombro—. ¿Has viajado por diecisiete años?
—Y recorrido el mundo de punta a punta.
—Mientes —Acuso el chico inmutable, pero sus pupilas estaban dilatadas y derrochaban incredulidad.
—No miento —Le dijo suavemente y llevo una mano para acariciar un mechón del blanco cabello, que tanta curiosidad le producía, entre el pulgar y el índice. Harry siguió el movimiento y su corazón latió desbocado por ese momento, luego el viajero retiro su toque—. Una vez estuve en arabia, recorrí el desierto del Sahara a camello.

Sus brazos se movieron con suavidad y rememoro aquel lugar árido y seco en el que paso hambre y sed.
—Dunas de arena que se extendían a lo largo y a lo ancho pareciendo un océano infinito. El sol ardiente y el calor sofocante. Fue toda una experiencia. Me topé con ladrones y con errantes pero también conocí a un gran Sultán —Una sonrisa burlona se asomó en su rostro—. Su hija deseaba casarse conmigo.
—¿En que otro lugar has estado? —Harry, por alguna razón, sintió una leve molestia al pensar en aquella princesa árabe que deseaba desposar al viajero. Mejor era desviar el tema… ¿Qué tal y había prometido volver por ella? No quería saberlo.
—Los Alpes, montañas heladas y largos valles verdes casi tan amplios como esta tierra. Un lugar hermoso sin duda —Meditó un poco y luego se volvió a él. Harry se asustó un poco por el repentino movimiento pero no lo demostró—. Pero nada se compara a estar en tierra celta. Recorrí los pueblos irlandeses y las colonias en Rumania donde residen los jinetes de dragones.
—¡¿Dragones?! —Harry se cubrió la boca con los labios al instante. Había alzado la voz... por primera vez en su vida había exclamado algo.
—Cientos de ellos —Aseveró el viajero, ajeno al desconcierto del más joven—. De todos los tamaños y formas que puedas imaginar. También habían elfos y duendes, muchos, territorios repletos de ellos.
—Creí que solo eran cuentos de hadas —Logró decir el chico en su confusión.
—Tú haces magia —Le miró con una ceja arqueada—. Creo que tú más que nadie debería saber que los cuentos tienen una base sólida, aunque esta se ha perdido al pasar de lengua en lengua.
—Sí, tienes razón —Murmuro el joven—. Es solo que, me parece increíble. Yo jamás he salido de aquí. Siempre he visto esto, solamente.
—Pero este es un lugar mágico también, en todo lugar se habla del reino helado.
—¿Reino helado? —Repitió Harry sin comprender.
—Has vivido toda tu vida aquí... ¿y no te has dado cuenta? —El hombre parecía incrédulo ¿En dónde había estado viviendo aquel muchacho hasta ese entonces? ¿Encerrado?
—¿De qué? —Sus ojos aceituna danzaron hacia las llamas un momento, el fuego no le gustaba en lo absoluto y abrazó sus piernas hacia sí un poco más.
—De que la primavera jamás llega, de que el sol nunca sale. De eso.
Harry lo medito un poco.
—Ahora que lo dices... sí, es cierto. Solo he oído hablar de años pasados, de festivales de verano y otoños color maple pero jamás… —Dio un largo bostezo que atrajo la mirada del mayor—. …los he visto.
—¿Estás cansado?
—Solo un poco —Bostezó una vez más—. Jamás había utilizado mis poderes, menos con tal magnitud. Creo que he utilizado toda mi energía.
—Espera… ¿estás diciendo que es la primera vez que utilizas tu poder? ¿La primera?

Harry asintió y apoyó la cabeza en sus rodillas, de pronto le pareció totalmente triste y su expresión se volvió desolada.

—Una vez lo hice, sin querer… y los niños que estaban allí se asustaron tanto que yo mismo me aterré. Al principio pensé que era malo, mis padres dijeron que no debía mostrarlos en público —Escondió la cara entre sus brazos y su voz sonó amortiguada, afligida a partir de allí—. Siempre me mantuve alejado de todos y todo… creo que por eso no había notado lo de que el reino ha estado congelado desde siempre. Terminé por huir aquí.

El viajero le vio desamparado y sintió un impulso al que se mostró renuente al principio pero terminó por ponerse a su lado y pasar un brazo por sus hombros. Harry levantó la cabeza y miró al frente incrédulo. Aquel gesto le hizo sentir tan cálido que sintió por primera vez un poco de frío.
—Será mejor que descanses —Escuchó que le decía la voz aterciopelada de aquel que le abrazaba. Asintió, el sueño le vencía y terminó por apoyar la cabeza en él. Se sentía seguro a su lado.

Al sentir su respiración pausada, el pelinegro tomó su capa y la acomodó en el suelo para recostarle a él. Hacía un frío de los mil demonios pero en su interior, aquel chico lo valía. Lo observó dormir por un instante, tan apacible y tan hermoso a la vez… los labios rosáceos entreabiertos. Se quitó los guantes y acercó su dedo a ellos para rosarlos con suavidad, su aliento le golpeó con calidez y un escalofrío le recorrió la espina.
Se alejó nuevamente y se acercó al fuego para calentarse un poco. Por Merlín, debía estarse volviendo loco, pero de una cosa estaba seguro…

Quería besarlo.


***


La tormenta lo hacía todo más difícil, desde la visión hasta el andar de los caballos. La reina se había cambiado a la montura de su esposo, el cual la protegía del frío entre sus brazos mientras intentaba abrirse paso ante aquella ventisca helada. James tenía un presentimiento que le hacía seguir a pesar de todo, debía encontrar a su hijo.


****

Cuando Harry abrió los ojos se sintió cómodo y bastante cálido. Se incorporó y notó que estaba enrollado en una capa negra y la bufanda gris había hecho de almohada para su cabeza. Buscó al viajero por toda la estancia y lo encontró arrebujado contra la pared más cercana al fuego. Se acercó a él y le cubrió con su capa. Observó su rostro por un largo rato, queriendo rozarlo con sus dedos, sin embargo sabía que su tacto era frío y acabaría por despertarlo.
—¿Vas a mirarme más tiempo? —Dijo el hombre, provocando que diera un salto y cayera de sentón al suelo, sintió las mejillas arderle un poco y se alejó abrumado, aquellas sensaciones eran nuevas y terroríficas.
—Lo siento —Musitó bajito.

El de ojos negros se acomodó aún más con la capa pero después de un minuto supo que no podría volver a dormir. Se enderezó y miró al chico con la cabeza baja y las manos a los costados de esta en señal de confusión.
—¿Estás bien?
—No —Respondió al instante—. No entiendo que sucede.
—¿Con qué? —Preguntó ofuscado.
—Conmigo, siento que algo ha cambiado —Explicó con desespero—. Nunca antes había alzado la voz, ni sentido calor en las mejillas, ni me había puesto tan nervioso ¡¿Ves?! —Alzó las manos, mostrándole lo temblorosas que se encontraban.
—Sí, lo veo —Respondió, alzando las cejas.
—¿Sabes qué me ocurre? —Harry le miró temeroso y con los ojos cristalizados. El viajero enlazó los síntomas descritos por el chico y terminó concluyendo en algo que le aceleró el corazón.
—Puede ser —Esbozó una sonrisa y se incorporó, ofreciéndole la mano para ayudarle. Harry la tomó tímidamente, el tacto haciéndole sentir peor.
—Creo que tú eres el culpable —Le dijo en voz baja y el viajero contuvo las ganas de reír ¿Cómo podía existir una criatura así? Tan inocente.
—Dime… ¿Cuál es tu nombre?
—Harry —Respondió, mirando fijamente su mano que aún no era soltada por la del mayor—. ¿Cuál es el tuyo?
—Severus.
—Como anillo al dedo —Dijo. Le miró a los ojos y un suspiro se originó en su pecho pero lo reprimió, sentía la mano de Severus calentar la suya.
—Es tu turno —Soltó su mano poco a poco y Harry la dejó caer a su costado, parecía hipnotizado—. Cuéntame tu historia, príncipe de hielo.





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Última edición por Neki Snape el Lun Oct 26, 2015 9:25 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Corazón Helado 4   Corazón Helado 4 I_icon_minitimeVie Oct 23, 2015 3:23 pm

Me encanta ¿verdad que hay continuación? jajaja estaré al pendiente. Estos dos son una ternura monumental.
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Yuki Fer
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MensajeTema: Re: Corazón Helado 4   Corazón Helado 4 I_icon_minitimeMiér Mar 30, 2016 9:50 pm

Ahhh que lindo nuestro harry tan inocente :3
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MensajeTema: Re: Corazón Helado 4   Corazón Helado 4 I_icon_minitime

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