Eowyn Explota calderos
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| Tema: Traducción Invisible Capítulo 8 Vie Ago 21, 2015 1:23 pm | |
| Podeis encontrar la historia original aquí https://www.fanfiction.net/s/3780602/1/InvisibleNota: Estos personajes no son nuestros, le pertenecen a la multimillonaria escritora J.K. Rowling, y otros que hayan comprado sus derechos. Este fic no es de mi autoría, yo solo estoy traduciendo del idioma inglés, este fic pertenece a DebsTheSlytherinSnapefan Capítulo 8
Verano y vuelta a Hogwarts—Tercer año
El verano era más de lo mismo para Harry, repartir periódicos y escuchar las alabanzas de sus padres a su hermano. Se preguntaba como es que les quedaban alabanzas; honestamente, ¿cómo podían seguir alabando a un chico que había sido alabado por todo lo humanamente posible? Harry por supuesto, había sido completamente ignorado, no es que se hubiera esperado otra cosa. Le enviaron directamente a su cuarto, pero no les importaba lo suficiente como para comprobar que se quedaba ahí, así que se iba por red flú todas las mañanas y volvía todas las noches.
"Vamos entonces, veamos el resultado," dijo James sin mucha esperanza por los resultados de este año. Después del año pasado, nadie le podía culpar, puesto que incluso él había obtenido mejores resultados pasándose todo el tiempo hacienda bromas a la gente. No tan buenas como Harry, pero mejores que Nick—no es que estuviera pensando nada parecido pues no pensaba en su otro hijo a menos que fuese estrictamente necesario.
Lily respire antes de abrir la carta, y sus ojos fueron al final de la lista buscando a su hijo. "Mejor que el año pasado," los ojos verdes de Lily brillaban con decepción.
"Entonces porqué..." comenzó James, cogiendo la carta. "Primero, Draco Malfoy, comprado. Segundo, Hermione Granger, ridículo. Tercero, Harry Potter, hmm..." Y así continuó hasta que llegó a su hijo. "50...53 en tu año."
"¡Estaba asustado! ¡Pensaba que era el heredero de Slytherin!" murmuró Nick, sus ojos agrandados.
"No es lo suficientemente bueno. Obtendré la lista de lo que necesitas para este año de Albus. Pasarás el verano aprendiendo todo lo de los libros. Si te niegas, no habrá Quidditch ni salidas para ti," replicó James. Nick era el niño que vivió—tenía que ser un ejemplo, y sabía que su hijo podía hacerlo mejor que él. Simplemente no entendía qué era lo que causaba la mala concentración en el colegio.
"Bien," gruñó Nick.
"¡No puedo esperar para ir a Hogwarts, Mami!" gritó Roxy.
"Tu tiempo está viniendo rápidamente, Cariño," contestó Lily, besando la cabeza a su hijo.
Dos años más y su hija se uniría a sus hermanos en el colegio. Cuando Nick estuviera en su quinto año ella estaría entrando en primero. Lily no sabía lo que iba a hacer cuando su hijo e hija estuvieran en el colegio, pero estaba considerando coger un puesto en Hogwarts así podría estar cerca de ambos.
"¡Sip, dos años!" bramó Roxy.
“Serás brillante, justo como tu madre," dijo suavemente James.
"Padre, ¿puedo al menos pedirle a Ron que venga por el verano? ¿Le dejarías entrenarse conmigo?" preguntó Nick, hacienda pucheros infantiles. "NO," dijo James inflexible. Era culpa de Ron que Nick lo estuviese hacienda tan mal, de eso estaba seguro.
"Bien," dijo Nick con un puchero, yéndose a su habitación.
"Hola Eileen. ¿Necesitas ayuda?" preguntó tímido Harry mientras entraba.
"Claro, hijo. Para el caso, nunca me dijiste tu apellido...¿Cuál es?" preguntó Eileen mirando a Harry especulativa.
Harry suspiró antes de decirle, "Harry...Harry James—" De repente se dio cuenta de que no podía decir la parte de Potter a través de sus labios.
"Es un bonito nombre. Te pega," dijo Eileen amable, sin dares cuenta de que Harry estaba luchando por sacar la última parte de su nombre. Ella simplemente asumió que ese era su nombre—Harry James.
Con un suspiro, Harry se dio cuenta que lo mejor sería que ella no lo supiera. Comenzaron a reponer las estanterías mientras que pensaba en su situación.
"Voy a poner los pies en alto un rato, cariño, ¿vale?" preguntó Eileen mientras que dejaba a un lado las cajas que iban en los estantes de arriba.
"Claro, no hay problema," estuvo de acuerdo Harry, continuando el trabajo. ¡Cualquier cosa por estar fuera de esa maldita Mansión!
Así se pasó los días de verano Harry, reponiendo los estantes y repartiendo el periódico. Lo disfrutó, le gustaba Eileen mucho, y era amable con él cuando nadie lo era. El niño oyó el silbido de la tetera de Eileen mientras ponía las ranas de chocolate en su estante, haciéndole sonreír el hecho de que la tienda parecía más un hogar para él que la mansión Potter.
"Mamá, una rana ¿pro favor?" rogaba un niño malcriado de unos 2 años mientras Harry terminaba.
"Bien, solo una," dijo la severa madre, viendo como la pegajosa mano de la niña quería coger más de una. Ella rogaba, pero su madre no cedió.
La mujer dejó todos los items que quería en la caja, varios papeles y una barra de pan, entonces su hija dejó la rana de chocolate con las otras cosas, y Harry lo añadió al total, le dio su cambio, y puso las cosas en una bolsa. Nadie se preguntó nunca si Harry era lo suficiente mayor para trabajar en la tienda. Estaba claro que Harry lucía mucho más maduro que su hermano.
"¿Dónde has estado?" preguntó James tan pronto como Harry salía de la red flú bastante tarde una tarde. "Hogsmeade," dijo Harry honestamente.
"Se supone que debes quedarte en tu cuarto," estableció James irritado.
"Lo siento," contestó Harry, bajando su cabeza, no quería mirar más a James.
"Sube," dijo James, sacudiendo su cabeza con disgusto. Su hijo ni siquiera podía seguir una simple regla, ¿y se tenía que creer que había salvado al colegio? No, Dumbledore debieron confundirse; su hijo no era especial. NO tenía la magia para matar a un Basilisco.
"Sí, Señor," dijo Harry.
James continuó, nunca dándose cuenta de que su propio hijo le había llamado ‘Señor’.
A pesar de la ‘norma’ y de haber sido pillado una nuche, el chico continuó yendo a la tienda de Eileen, sabiendo que nadie le prestaría la suficiente atención como para saber que ya no estaba en su habitación. Estaba claro que se habría muerto de hambre de haber hecho lo que le pedían. La confianza de Harry en Eileen había crecido; ella era una amable señora mayor.
Mientras que, la preocupación y la curiosidad de Eileen por el chico que tenía trabajando para ella había aumentado. Veía más de él que sus propios padres, y era bastante preocupante. Tampoco había visto nunca a sus padres, y eso era lo que más le preocupaba.
"¿Qué haces cuando llegas a casa, Harry?" preguntó suavemente Eileen un día. Tenía una taza de café en sus manos mientras estaba sentada detrás de la caja. Podría parecer que no le estaba mirando intensamente, pero lo hacía—quería saber más de él.
"¿Yo? Supongo que me voy a la cama," contestó el niño encogiendo los hombros. "¿No psas tiempo con tu familia?" preguntó con cautela.
"No. No les importo, solo les importa mi hermano," dijo Harry con la verdad.
"Esa es una cosa horrible que decir. Estoy segura de que se solo se siente así...¿é les mayor que tu? ¿Estoy en lo cierto si aprendió a hacer todo primero?" preguntó la mujer suavemente. Solo tenía un hijo y lo amaba más que ha su propia vida.
"No, misma edad," murmuró Harry.
"Yo solo tuve un hijo...pero no me puedo imaginar tratarles diferentes," dijo Eileen, pensando.
"Bueno, ojalá fueras mi madre," dijo el chico honestamente.
"¿Estás tratando de conseguir el suficiente dinero para irte?" preguntó Eileen, sus ojos agrandándose mientras llegó a la conclusión. Así que eso era por lo que el chico estaba trabajando tan duro. Debió dares cuenta hace tiempo.
"Sí," dijo Harry honestamente. No había necesidad de mentir. Ole mantenía o no.
"Ya veo...Bien, si no quieres volver a casa, hay una habitación arriba que nadie está usando, tiene una cama por si te quieres quedar," ofreció Eileen. ¿Abusarían de Harry? ¿Le pegarían? ¿Serían negligentes? No tendría la conciencia limpia si le dejase volver, no con el conocimiento que tenía; había visto de primera mano lo que el abuso hacía a la gente. Su propio hijo fue abusado por su padre, antes de que tuviese el coraje de dejarle. Claro que para ese momento era demasiado tarde, el daño estaba hecho. No, se negaba a dejar que otro niño fuera abusado delante de sus narices, era una de las cosas de las que más se arrepentía, haber dejado a Tobias hacer daño a su hijo.
"¿Me dejarías quedarme?" preguntó Harry con sorpresa mientras que una luz de esperanza se encendía en sus ojos.
"Claro," dijo la mujer, no dejando ver el dolor que sintió cuando Harry aceptó tan rápidamente. Tenía que ser muy malo si tenía tantas ganas de irse. ¿No tenía a ningún sitio a donde ir? ¿De verdad era ella su única esperanza?
"¡Genial! ¿Por cuanto tiempo?" preguntó Harry curioso.
"Tanto tiempo como necesites una habitación," replicó Eileen. Le devolvería apropiadamente toda la ayuda que le había brindado, y mientras no pudiera hacerlo, Harry se lo merecía. Era el niño más dulce que había conocido, tan leal y trabajador, y quería lo que fuse lo mejor para ella. Eileen no quería ver a Harry encerrándose en si mismo y cerrándose a si mismo del mundo. Desafortunadamente, si sus padres venían, no tenía ninguna fuerza legal para retenerle, pero no le importaba. Considerando que nunca habían venido, igual ni les importaba.
"¡Perfecto!" estuvo de acuerdo el chico, incapaz de creer su suerte.
"Bien, querido. ¿Por qué no vas a por sus cosas y cerramos antes para arreglarlo todo?" preguntó Eileen.
"Claro," dijo Harry, sonriendo feliz, y sintiendo como si nada pudiese explotar esa burbuja.
Harry se fue directamente a casa a recoger sus cosas; su habitación estaba vacía en minutos. Todo lo que atesoraba eran sus libros y unas pocas cosas más que metió en su baul. Bajando las escaleras, esperó a que sus padres le notasen poniéndose delante de ellos mientras trabajaban con Nick en las cosas del colegio, entonces comenzaron a hablar.
"Me voy a casa de un amigo por el resto del verano," explicó Harry.
"¡Tu no tienes amigos!" se burló Nick. Era un solitario en Ravenclaw, todos sabían lo inútil que era su hermano.
"Sí tengo," cortó Harry, después enrojeció al dares cuenta de que era verdad, pero no le importaba. Eran todos niños inmaduros; no quería volverse inmaduro andando con niños como ellos. A lo mejor Luna sería su amigo este año, puesto que le parecía correcto a él.
"Vete, entonces. Estoy seguro de que volverás en unos días," dijo James burlándose. Nadie con los 5 sentidos querría tener a un hablante de parsel bajo su techo voluntariamente, puesto que les recordará a Voldemort. James estaba seguro de que Harry volvería como pronto en la mitad de la noche de su primer día fuera.
"Entonces adiós," dijo Harry feliz, volviendo a entrar en la chimenea.
"Adiós," contestó distraídamente Lily; habían empezado a revisar el trabajo que había hecho Nick, así que estaba demasiado centrada en corregir como para prestarle atención.
Harry asintió tristemente a su falta de atención. Mientras usaba la red flú, oyó a Nick gimotear una vez más y de repente sonrió extensamente; no tendría que aguantar eso más.
"¿Por qué no me puedo quedar en casa de algún amigo?" gimoteó Nick, ya habiéndose olvidado de Harry.
"¡Por que ya has causado suficientes problemas este año!" dijo James tajante.
"Bien," dijo Nick infantilmente.
"¡Puede venir aquí! Harry está fuera, así que Ron puede usar su habitación,*" dijo Lily amablemente, incapaz de negar nada a su hijo aunque estuviese enfadada con él.
"¿Puede? ¿Mamá? ¿Papá? ¿Por favor?" preguntó excitado Nick.
"Está bien," estuvo de acuerdo James, sonriendo a su hijo. Nick le recordaba a él cuando era pequeño, siempre queriendo jugar con sus amigos y gastar bromas a alguien. ¿Cómo podría alguna ve decir que no a su hijo? Nunca podría. Su resolución se había ido y sólo había conseguido que Nick hiciera bien alrededor de 10 hechizos.
"¡Genial! Le llamaré vía flú ahora," dijo Nick mientras corría a la chimenea. "¡La madriguera!" gritó Nick una vez que lanzó los polvos flú a la chimenea.
"¿Puedo ayudarte, querido?" preguntó amablemente Molly.
"¿Puedo hablar con Ron?" preguntó Nick.
"Por supuesto, espera un segundo. ¡RONALD!" gritó Molly.
"¿Qué pasa?" preguntó Ron desde algún punto exterior a la sala de la red flú. "Nick está en la chimenea," le dijo.
Poco después, Ron corrió a la habitación y se sentó en medio de la chimenea. "¡Hola compañero!" dijo Ron, pareciendo agradecido de que Nick le llamara vía flú. Significaba que no tendría que limpiar su habitación antes de irse a la cama, algo que esperaba que su madre olvidase.
"Hola, ¿quieres pasar el resto del verano en mi casa? ¡Mis padres ya han dicho que sí!" dijo excitado Nick.
"¿Mamá puedo dormir en la mansión Potter?" preguntó Ron.
"No sé..." dijo Molly pensativa—todavía tenía cosa que hacer. "¡Vamos mamá! ¡Por favor!" dijo Ron rogando, sabiendo que siempre cedía.
"Oh, está bien," estuvo de acuerdo Molly. Era un niño menos en la casa. Ginny estaba ocupando toda su mente de momento. Ron tenía la maleta hecha y se estaba yendo vía flú en 5 minutos.
"Bien, ¿has traído todo lo que necesitas de casa? ¿Quieres un poco de zumo de calabaza?" Eileen preguntó mientras Harry volvía de la Mansión Potter, aunque no sabía que venía de ahí.
"Sí, Señora, tengo todo, y no, no quiero zumo, señora," dijo Harry, sonriendo feliz. Estaba extremadamente feliz de no tener que quedarse en la Mansión Potter mas ni tendría que oír a sus padres ni a su hermano.
"Si te vas a quedar llámame Eileen, Harry," dijo suavemente Eileen. Tendría que poner a su hijo a investigar a los padres de Harry James, pero le preocupaba que las cosas empeoraran. Su hijo odiaba el abuso de cualquier forma, especialmente el de los niños, así que a lo mejor lo mejor era dejarlo hasta que no pudiese sacarle más información a Harry.
"Claro...Eileen," dijo despacio Harry, probando el nombre en sus labios.
"Bien. Ahora, ¿por qué no te instala?" sonrió Eileen mientras le señalaba la habitación de invitados. No se había usado desde que su hijo dejó de quedarse; tenía que admitir que sería maravilloso tener compañía—incluso si era solo un niño.
Harry era más feliz de lo que nunca había sido—¡tenía un sitio del que ir de los Potter antes de tiempo! Yendo a la habitación que le señalaba, vio que tenía más que solo una cama. De hecho, tenía estanterías enormes, y hacienda juego un armario y cajones, de un color crema. Se tenía que asegurar de no mancharlos, puesto que la alfombra era también muy clara. Puso su ropa en el armario y sus calcetines y boxers en el cajón, junto con otras cosas privadas. Todos los libros que tenía los puso en la estantería— estaba muy orgulloso de sus libros y odiaría que algo les pasase. Una vez que estuvo hecho, suspiró con satisfacción.
En ese momento llamaron a la puerta. "¡Entra!" dijo Harry suavemente, sabiendo que era Eileen. No estaba acostumbrado a eso, los Potter simplemente le gritaba o se olvidaban de él.
"¡Muy bien querido! No sabía que te gustasen tanto los libros," dijo, entrando en la habitación. Estaba asombrada con la cantidad de libros que tenía el chico...entonces otra vez, estaba hablando de un Ravenclaw, así que no debía estar sorprendida.
"Gracias," sonrió el chico.
"Ahora, vamos a conseguir una cena," dijo la mujer, no tomando un no por respuesta. Harry no tuvo más remedio.
"Sí, por favor," estuvo de acuerdo Harry, sonriendo mientras iban a la cocina-salón. Antes de que lo supiera tenía delante un plato con una tosta de queso, junto con zumo de calabaza.
"¿Cuánto te pagaré por el alquiler?" preguntó Harry.
"Nada, querido," contestó Eileen. Sus ojos se entristecieron pensando en cómo el niño pensaba en el dinero que le tenía que pagar por tener un sitio en el que estar. La casa estaba comprada y pagada; no tendría que pagar impuestos por un inquilino. Sólo estaría ahí los veranos, y el resto del tiempo, estaría en Hogwarts, así que no tendría que alimentarle todo el año. No, no aceptaría un alquiler.
"¡Pero—!" protestó Harry.
"He tomado la decisión," dijo Eileen, su voz no admitía protestas.
"Okay..." dijo despacio Harry, sonriendo tímidamente. El tono que usó le era familiar, pero Harry no podía descubrir de donde le sonaba.
El resto de la comida pasó en un silencio confortable, nada más que el masticar de la comida y el corte de la comida.
"¿Po qué no te vas a la cama, Harry? Pareces exhausto," dijo la mujer amablemente. Podía ver como se quedaba casi dormido en el sitio. No pudo hacer ninguna pregunta, pero sabía que si las realizaba causaría que el chico se pusiera nervioso. No, tenía que ser cuidadosa con el asunto.
"Okay," estuvo de acuerdo el chico, sintiéndose cálido. Nadie le había dicho nunca que se fuera a la cama, puesto que sus padres nunca se habían molestado. Era la primera vez desde que tenía memoria, y significaba mucho para él puesto que significaba que le importaba no sólo de palabra.
"Buenas noches, querido," dijo Eileen, sonriendo suavemente antes que se fuera a la cama.
"Buenas noches..." murmuró Harry mientras que se iba a la cama, cerrando la puerta detrás de él. Momentos después, rápidamente se fue.
Nick y Ron se fueron del salón hacia el campo de Quidditch.
"¿Deberíamos dejarle? Es bastante peligroso que juegue al Quidditch con este tiempo..." murmuró Lily preocupada.
"No hay nada de lo que preocuparse, Lily," dijo James, sonriendo embaucadoramente. Había jugado al Quiddith con climas peores y había salido sin ningún rasguño.
O eso pensaba.
Fuera, había comenzado a hacer un tiempo muy ventoso, pero a los niños no les importó. Ambos amaban el Quidditch y Nick estaba por fin siendo mejor. Estaban muy elevados cuando comenzó a llover; era como si el cielo se hubiera abierto y hubiese decidido descargarlo todo.
"¡Creo que deberíamos irnos!" gritó Ron sobre la lluvia y el aire.
"Qué, ¿por el viento?" le gritó Nick, mirando escandalizado.
"¡Está diluviando!" le dijo Ron.
"Bien, ¡pero primero cogeremos la snitch!" contestó Nick, volando a por el objeto. Esa sería su perdición.
La Snitch voló más arriba, y volaron más alto detrás de ella. La siguiente cosa que supieron fue que todo el cielo se encendió por un rallo. Se dieron cuenta demasiado tarde de que era una tormenta muy fuerte con no solo viento sino lluvia y rallos, y cuando intentaron volver al suelo, no consiguieron llegar. La fuerza del ciclón les empujaba de vuelta. Vieron a gente debajo gritándoles, pero estaban malgastando el aliento; Nick y Ron no podían oír nada que no fuse el viento. Su corazón retumbando, tenían tanto miedo—estaban pasando más miedo del que nunca jamás en su vida.
"James, ¡está lloviendo y el viento está comenzando a envalentonarse! Tenemos que traerle de vuelta," dijo Lily, pareciendo preocupada, mientras que se secaba las manos en la toalla. Acababa de terminar la cena y estaba mirando los terrenos de la mansión.
"Entraran ellos en unos minutos," dijo James, dándoles demasiado crédito.
James y Lily se relajaron en el sofá, esperando que su hijo y su amigo entrasen pronto;* aunque, muchos minutos pasaron. No vieron el rallo iluminando el cielo, pero, saltaron cuando oyeron el ruido del más poderoso y gran trueno que habían oído en su vida.
"¡Nick!" gritó Lily con miedo mientras salía corriendo de la casa. No podían aparecerse por que tenían puestas las barreras anti aparición—sin mencionar que sería una estupidez el aparecerse en medio de una tormenta. James rápidamente la siguió.
Ambos corrieron más rápido de lo que alguna vez habían corrido, derrapando en un alto que había en el jardín, desde donde vieron a su hijo y a su amigo atrapados por el viento. Sus ojos se agrandaron, Lily probó todos los hechizos que se le ocurrieron para parar el viento, pero nada funcionó. No solo eso, pero además los rallos estaban rompiendo la mitad del cielo de forma salvaje, casi golpeando a los niños.
"¡James!" gritó Lily desesperada, mirando a su marido, esperaba que tuviese algo en mente. Debía tener una idea—después de todo era un Auror.
"¡No se que hacer, Lily!" lloró James, mirando a su hijo con temor. No estaba entrenado ante estas cosas; era el tiempo, y ni siquiera la magia podía cambiar un clima tan malo como este.
"¡Dumbledore!" gritó de repente Lily.
"¡Iré a llamarle! Quédate aquí," respondió James corriendo a casa y a la chimenea. Lanzando los polvos flú, metió la cabeza en las verdes llamas. "Hogwarts, oficina del director ¡ALBUS NICK ESTÁ EN PROBLEMAS! ¡NECESITAMOS TU AYUDA!" gritó James.
"¿Qué es?" preguntó Dumbledore mientras que se arrodillaba enfrente de la chimenea.
"¡Hay una tormenta en Godric Hollow! ¡Necesitamos ayuda! Nick está atrapado en ella" le contó James.
"Oh querido," dijo Dumbledore, asintiendo. Llamaría a algunos otros profesores para que ayudasen en lo que pudiesen. No había una tormenta en Escocia así que no se habían enterado de que había una—James y Lily vivían en Inglaterra. "Llamaré a algunos otros profesores para que ayuden y cruzaremos por vía flú."
James asintió y se retiró del fuego, y solo un minuto después, Flitwick, McGonagall, y Dumbledore pasaron a su casa.
"Albus, ¿qué vamos a hacer?" preguntó McGonagall, viendo la situación sin esperanza. Su magia era completamente inútil en estas situaciones—no había duda de por qué James había llamado vía flú con tato pánico.
"¡No lo se!" dijo Dumbledore. No sabía que la situación fuera tan mala.
"¡Ayudad a I bebé!" lloró Lily una vez que les alcanzó.
"Dadme un Segundo para pensar," contestó Dumbledore.
"¿Qué?" preguntó Lily, mirándole en shock. Albus Dumbledore no sabía que hacer ¿Iría su mundo perfecto a acabar?
"¡Tenía que haber algo! ¡Por favor deprisa!" dijo James, pereciendo atemorizado.
La capa de su hijo se había caído y solo llevaba ahora una camiseta y pantalones. Ron estaba de la misma forma, así que seguramente se estaban muriendo de frío, ¿y podrían respirar ahí en el ciclón?
"Lo siento, solo puedo evaluar las cosas rápidamente pero puedo dañar a los niños," dijo Dumbledore regañándole, viendo la agitada respiración de ambos.
El viento se envalentonó, levantando a los profesores, y el pobre Flitwick se habría volado si Dumbledore no se las hubiera apañado para sujetarle.
"¡Sujétame por un momento!" dijo Flitwick, sacando su varita. Mientras que el Director le ponía en sus pies, se puso un hechizo de pegamento en sus pies, para pegar sus pies al suelo. No era difícil balancearse para mantener el equilibrio una vez sujeto al suelo.
"¿Ya?" preguntó el alto mago.
"Sí," Flitwick contestó, así que Albus le soltó y fue capaz de mantenerse de pie.
Mientras, el clima se había vuelto tan malo que Nick y Ron estaban girando como muñecas de trapo, sus escobas golpeándoles mientras que trataban de estabilizarlas. Eran las propias escobas las que evitaban que se cayesen de ellas y se rompiesen todos los huesos del cuerpo. Era una prueba de la fuerza y resistencia que Ron y Nick tenían al haberse mantenido en su escoba a pesar del fuerte viento que les estaba azotando. Sus dedos estaban blancos pues el agarre a la escoba era muy fuerte.
"¡A la de tres, todos convocamos a Nick!" dijo finalmente Dumbledore, sintiéndose desesperado. De todas formas era peligroso, pero de esta forma estaría ligeramente controlado de lo que estaría si su agarre se soltase. "una," comenzó Albus.
"Dos," continuó Flitwick. "¡Tres!" lloró Lily.
"¡ACCIO NICK POTTER!" gritaron todos juntos, y funcionó. Nick vino zumbando hasta ellos, pero habían puesto tanta fuerza en ello que se estrelló contra el suelo en un golpe seco.
"¿Ahora el Señor Weasley?" preguntó McGonagall. Al contrario que Albus no llamaba a sus alumnos por sus nombres. Aunque todos sabían que Nick era un caso especial para Albus.
"Veamos primero a Nick," contestó Dumbledore, conjurando un hechizo de diagnóstico en el chico. "Algunos huesos rotos y una pequeña contusión. Llevadle dentro y haced que venga Poppy a través de la red flú."
"El mago más débil entre nosotros debería llevar dentro a Nick," sugirió Minerva.
"Yo le llevaré," dijo Lily.
"Muy bien," contestó Dumbledore, asintiendo de acuerdo.
"Vamos, Nick, agárrate a mamá," dijo Lily, sollozando mientras cogía a Nick y corrían hacia la casa. Una vez que se llevó a Nick, los demás se volvieron hacia Ron. "A la de una," dijo Dumbledore.
"¡Una!" dijo James, queriendo volver dentro con su hijo.
"¡ACCIO RONALD WEASLEY!" le llamaron los cuatro, poniendo todo su poder en el hechizo. Ron fue sacado de la tormenta, y se calló con el mismo golpe seco que Nick.
Ron se sintió desvanecer, sollozando por el dolor. No podía acordarse de nada. Abriendo sus ojos, miró alrededor, y los recuerdos le llegaron lentamente. Lágrimas entraron en sus ojos lentamente. Les había visto convocando a Nick; lo hizo sentirse fatal, y le dolió. Sabía que sería la segunda apuesta, pero que rescatasen primero a Nick, y después viesen qué tal estaba antes de girarse a ayudarle había dolido más de lo que había pensado. Ya no quería volver a ser amigo de Nick; no quería ser el segundón de nadie.
Se acordaba de haber gritado hasta que no pudo más, después caerse al suelo con un golpe seco; era lo ultimo que recordaba antes de que todo se volviese negro. Ron no pudo parar las lágrimas, no importaba lo vergonzoso que fuse llorar—no era un bebé.
"Ron, ¡estás despierto! ¿Cómo estas, querido?!" preguntó Molly preocupada. Había estado inconsciente por casi dos días enteros. Ron sólo continuó llorando. "Ron, ¿te duele?" preguntó Molly, comenzando a estar preocupada por su hijo.
"No," dijo Ron. Su madre se sentó a su lado y lo abrazó...y él se abrazó a ella como no lo había hecho desde que tenía 5 o 6 años, cuando había comenzado a decir ‘ugh’ a sus abrazos. No era el Segundo mejor ahí, si su madre hubiera estado ahí...sabía que habría sido convocado en el momento.
Molly se dio cuenta de que su hijo debía estar muy enfadado si le estaba devolviendo el abrazo. No es que le importara estaba muy feliz de tenerle en sus brazos, puesto que amaba a su hijo.
Se mantuvieron así por un largo tiempo antes de que Ron parara de llorar y Molly se acordara de algo. "¡Debo ir a avisar a Albus!" dijo Molly, levantándose y marchándose de la habitación.
Ron miró a su madre; menos mal que no le vio o se habría dado cuenta de que algo iba mal de verdad. "¡Tengo mucha hambre, Mamá! ¡Muriéndome!" gritó Ron cuando se fue.
"Bueno, te traeré algo, Ron, querido," le dijo Molly, yendo abajo a hacerle algo de comer.
Ron sonrió. ¡realmente venía primero! Todavía venía primero aquí en la madriguera, donde su familia vivía. Podría compartir a su madre con sus hermanos y hermanas, pero ahora, venía primero. Y por primera vez en su vida apreció a su madre. Sonriendo suavemente, dejó que su madre le hiciese la comida y le tratase como a un bebé, y que felizmente le diese la comida.
"¿Necesitas algo más?" preguntó Molly, preguntando preocupadamente a su hijo. "No, mamá, solo estoy cansado ahora," dijo Ron, sintiéndose adormilado.
"Entonces duerme. Cuando te levantes, necesitarás otra poción contra el dolor, pero a parte de eso, estás bien. Tus huesos rotos han sido sanados," dijo Molly calmada.
"Gracias, mamá....Te quiero," murmuró Ron.
Molly prácticamente saltó, y Ron se sentía terrible de que casi no se lo dijese a su madre. Se prometió que a partir de ahora apreciaría más a su madre y le diría lo mucho que la quería.
"Muy bien querido, duérmete un poco," dijo Molly, arropando a su hijo y poniéndole la almohada. Ron se tumbó y antes de dares cuenta estaba dormido.
Molly sonrió suavemente antes de irse, los platos usados y los cubiertos flotando detrás de ella. Una vez que limpió todo, cogió algunos polvos flú y rápidamente llamó a la oficina del director.
"Ah, ¡Molly! ¿Está todo bien?" preguntó Albus, aterrado de que la condición de Ron hubiese empeorado. "¡Ron ha despertado!" dijo Molly, viéndose orgullosa y aliviada.
"¿lo ha hecho?"contestó sorprendido y en shock Dumbledore.
"¡Sí! y se está recuperando bien," añadió suavemente Molly.
"¡Bien, bien! Estoy agradecido de que me lo dijeses, Molly. Hazme saber si la condición cambia." Dijo el Director. Se preguntaba cómo reaccionarían Lily y James al hecho de que Ronald Weasley fuse más poderoso que Nick. Sus sospechas sobre Harry y lo poderoso que era no hacían más que volver a su mente.
"Oh, claro," estuvo de acuerdo Molly saliéndose de la chimenea y continuando limpiando la casa.
Dumbledore terminó con los papeles que tenía que firmar, entonces fue hacia la chimenea y echó polvos flú. "¡Mansión Potter!" llamó, y cuando apareció su salón, gritó, "¡Lily, James!" No tomó mucho tiempo para que Lily y James aparecieran en el cuarto.
"¿Qué pasa, Albus?" preguntó preocupada Lily.
"El pequeño Señor Weasley está despierto y recuperándose," dijo Dumbledore.
"Eso es bueno oírlo, me allegro de que esté bien, Molly y Arthur deben estar aliviados." dijo James. Por dentro, en cambio, estaba teniendo otros pensamientos. ¿Cómo era eso posible? Eso significaría que Ron es más poderoso que mi hijo.
"De hecho sí, ¿Cómo se está recuperando Nick?" dijo Dumbledore suavemente.
"Está bien," dijo Lily inmediatamente.
"Bien, bien, hazme saber si su condición cambia." dijo Albus, después de terminó su llamada por vía flú.
"¿Qué vamos a hacer?" preguntó preocupada Lily, mirando a la chimenea vacía. Tenía que haber algo mal, Ron no era más poderoso que su hijo, su hijo tenía tanta magia como Voldemort y algún día le destruiría. No podía dejar que nadie dudase de eso. Nick era importante para el mundo mágico, y tenían que creer en eso para poder apoyarle cuando el día llegase.
"¿Podríamos usar poción multijugos?" sugirió James, entendiendo lo que le molestaba y sintiéndose de la misma manera. Las noticias no podían coger esta noticia, destrozaría la reputación de su hijo y destrozaría su creencia en su propia magia. "No podemos dejar que el mundo sepa que nuestro hijo no es poderoso...Debió de usar magia para salvarse a si mismo y a Ron en la tormenta lo que le causó que esté drenado."
"Claro, ¡No había pensado en eso!" lloró Lily sintiendo que había traicionado a su hijo al pensar que era menos poderoso que Ron. "Cogeré un mechón de pelo de Nick, tu ve a por la poción." James la tenía para operaciones en cubierta, y era legal que la tuviese debido a su estatus de Auror.
"De acuerdo," estuvo de acuerdo James, moviéndose hasta el armario de la cocina donde guardaban todas las pociones. Había un escudo al final previniendo a cualquier otro que no fuse él o Lily que accediera a la poción multijugos. Sacándola del armario, cerró la puerta y volvió al salón, esperando pacientemente a que Lily apareciera, mientras que ignoraba sus pensamientos sobre usar ilegalmente la poción para que su hijo pareciese mejor. Estaba tan mal a tantos niveles, pero no podía dejar que la prensa se lo comiese. Tenía que proteger a su hijo a cualquier precio.
Cuando Lily volvió, levantó un pelo para enseñárselo a su marido.
Destapando la poción, se la entregó, permitiendo a Lily que tirase el pelo en la poción verde. Hacía tiempo que ya no le daba grima ni el color ni el olor de la poción, aunque no la usaba con mucha frecuencia si era honesto. Cuando se añadió el pelo la poción se volvió de un tono verde marrón.
James se tapó la nariz y se bebió la poción, causando a cambios en su cuerpo—dolorosos. Cuando los cambios terminaron, parecía su propio hijo, incluyendo peso y edad, así que se tuvo que quedar ahí, pestañeando, por unos minutos hasta que se adaptó a ser mayor otra vez.
"Vamos," dijo Lily mientras que le guiaba a la puerta, entonces se paró cuando se dio cuenta de que no le seguía. "¿Vienes?" preguntó Lily, mirándole.
"Sí, Lily," dijo James, rodando sus ojos. ¿Por qué estaba haciendo esto? Si les atrapaban, haría que la situación fuse 10 veces peor.
"Es mamá, ¿recuerdas Nick Sirius Potter?!" cortó Lily.
"Bien, Mamá," dijo James, probando y dándole grima. "Acabemos con esto." Las cosas que hacías por los hijos, pensó disgustado.
"No lo fastidies," cuestionó Lily. James solo volvió a rodar sus ojos, no podía ser muy difícil pretender ser Nick. Su hijo era exactamente como él. Suspirando suavemente, rápidamente llegó hasta Lily.
Una vez que pasaron las barreras de la mansión Potter, reporteros les rodearon, los flashes de las cámaras alumbrándoles mientras tomaban fotos. Esto era el por qué lo hacía, para salvar a su hijo de la prensa. Las historias que hubieran publicado de saberlo le hacían temblar.
"¿Estás bien?" preguntó un reportero. "¿Qué pasó?" preguntó otro. "¿Cómo te sientes?" "¿Quién te salvo?" las preguntas continuaron y James no podía hacerse una idea pues le gritaban todas a la vez.
"Estoy bien ahora, gracias," dijo James como Nick, dándoles una sonrisa. "¿Cuándo te levantaste?!" preguntó el próximo reportero.
"Me levante durante la noche la misma noche que pasó. Mamá me mantuvo en la cama descansando, ¡pero no era necesario! ¡Estaba bien! Voy a ir a ver a mi mejor amigo, el cual se acaba de levante hoy," sonrió James como Nick. Se sintió como un fraude, pero no podía hacer nada para evitarlo.
"Lily, ¿dónde está James?!" preguntó un reportero ruidoso.
"James está todavía en casa descansando. Estuvo toda la noche despierto vigilando a su hijo, aunque estaba levantado," dijo Lily sonriendo. "Ha sido como la sombra de Nick, así que me aseguré de que descansara."
"Nick, ¿cómo te sientes ahora?" preguntó otro reportero.
"Estoy mejor de lo que estaba cuando pasó," sonrió James/Nick. Se congeló cuando su nombre fue mencionado; gracias a dios la atención no estaba puesta en él.
"¿Quién te sacó?!" fue preguntado por un reportero del final.
"NO lo se, ¡estaba atrapado en un ciclón!" protestó James, comenzando a enojarse con las preguntas estúpidas.
"Fue gracias a mi, James, Albus, Filius, y Minerva que los dos niños fueran rescatados con seguridad," sonrió Lily.
Después de muchas, muchas preguntas, James levantó una ceja a Lily para indicar que era el momento, y Lily entendió que no tenían mucho tiempo antes de volver a transformarse.
"Tenemos que irnos, nos vamos a ver a Ron Weasley," dijo Lily, entonces cogió a su hijo y se apareció antes de que pudieran hacer más preguntas.
"Aquí, bebe más, corre," dijo Lily tan pronto como aterrizaron en la Madriguera, las barreras les habían aceptado. "¡Se está desvaneciendo el efecto!"
James bebió más del vial con la poción. Se acababa de tomar un poco más de la poción transformándole en su hijo cuando Molly Weasley abrió la puerta dándoles la bienvenida.
"¡Lily! ¡Nick! ¿Cómo estáis? ¡Entrad, entrad!" dijo Molly, sonriéndoles.
"Molly, ¡que gusto verte! Solo traje a Nick a ver a Ron cuando Dumbledore nos dijo que por fin había despertado," sonrió Lily.
"¿Cuándo despertó Nick?" preguntó Molly, preocupada mientras miraba al niño. Parecía un poco delgado, así que esperaba que Lily y James le estuvieran alimentando—después de todo, era un niño en edad de crecer.
"Oh, la misma noche que pasó," contestó Lily, quitándole importancia, como si no le interesase la conversación.
"Oh, bien, bien," sonrió Molly. No estaba avergonzada de su hijo, de ninguno, y desinfló mucho el orgullo de Lily. "Ron está en su cuarto, Nick. ¿Por que no vas y le sorprendes?" sugirió Molly, animándole como hacía con sus hijos, no sabiendo que de hecho era James Potter.
Habiendo oído los gritos de su madre, Ron miró por la ventana y vio a su madre hablando con Lily Potter y su hijo. Gruñendo, Ron rápidamente se metió en la cama y pretendió estar dormido, pues no quería hablar con ninguno de los Potter de momento.
"¿Ron?" gritó James llamando a la puerta. "¡Soy Nick!" Abrió la puerta, vio que el amigo de su hijo seguía dormido, y no quería despertarle. Dejando de lado la charada, primero era padre, y el chico obviamente necesitaba descansar.
"¡Está dormido!" se quejó James cuando volvió a la cocina, sorprendido de cuan parecido sonaba a Nick cuando habló.
"Ah, debía estar cansado, pobre," dijo Molly. "Estoy agradecida de que se recuperase." "Debes estarlo," sonrió Lily. "Yo estoy agradecida de no haber tenido que esperar mucho."
"Eso es un alivio," estuvo de acuerdo Molly, todavía sonriendo. A ella de verdad no le importaba. Lily estaba asombrada de lo mucho que amaba a sus hijos, aunque alguien estuviere inferiorizándole.
"Bien, bueno, nos vamos a ir yendo, puesto que Ron obviamente necesita descansar," dijo Lily. Quería volver con su hijo ahora que ya habían hecho su parte. Solo esperaba que despertase pronto.
"Po supuesto," murmuró asintiendo Molly.
Pronto, La Madriguera era otra vez como antes, o lo sería en unas horas cuando Ginny regresara en unas horas, así como los gemelos, que estaban hoy en casa de Jordan. Percy siempre había sido el hijo más callado, siempre arriba en su cuarto estudiando.
"¿Cómo está todo?" preguntó curioso Dumbledore pronto el día siguiente. Todos sabían que Nick había despertado— curioso de como dijeron que había despertado inmediatamente, pero no le habían informado del echo inmediatamente. Sabía que era mentira, y se preguntaba por qué estaban mintiendo. Habían sido noticia del periódico, así que era difícil no verlo. Era una mentira piadosa así que no se preocupó mucho por ella. Entendía todo el estrés que los Potter estaban sufriendo, puesto que también él había estado bajo mucha presión con Grindelwald.
"Nick está bien, Director," dijo Lily en voz baja.
"¿Y cómo está el joven señor Weasley?" preguntó Dumbledore.
"¡No tuvo la oportunidad de hablar con él! Todavía está contantemente dormido—creo que fue una suerte que se levantara cuando lo hizo," dijo malvadamente Lily.
"Bueno estoy agradecido de que todo esté resuelto," dijo Dumbledore, mirándoles con curiosidad. "Sí, yo también," concordó Lily, pareciendo extremadamente aliviada.
"¡tened cuidado!" dijo Dumbledore. Obviamente Nick estaba de alguna manera despierto, y se preguntaba por qué no se lo dijeron. Sabía que el niño se tenía que acabar de levantar; había estado por ahí un par de veces para ver si el niño estaba bien. Fue la misma respuesta esas veces: estaba todavía dormido. No había rastro de torpeza ni culpa, así que no habían hecho algo que no deberían. Por lo menos, él no pensaba que lo hubieran hecho, y no querían, de otra forma, las implicaciones serían terribles.
James miró a su esposa con temor, su actuación era impresionante, él no había visto nada como eso antes.
"¡NICK!" gritó su madre cuando el chico despertó a la mañana siguiente. El alivio pasó a través de Lily mientras pensaba, 'Oh, gracias a Merlin que está bien.'
"Mamá..." gruñó Nick—le dolía todo.
"Aquí, toma esto," dijo James mientras se unía a ellos, poniendo una poción en los labios de Nick, la cual el chico bebió, incapaz de soportar el dolor.
"¿Cómo te sientes hijo?" preguntó Lily.
"¡Estoy bien, mamá! ¡Honestamente!" murmuró Nick, todavía doliéndole pero sintiéndose mejor después de tomar la poción. "Oh, hijo, ¡habíamos estado tan preocupados!" sollozó Lily. James la abrazó y asintió con la cabeza.
"¿Dónde esta Ron? ¿Nada le pasó a él no?" preguntó Nick. No estaba preocupado, sólo curioso.
"No, él está bien, pero tenemos que hablar contigo Nick..." dijo Lily. No sabía si decírselo o no. "¿Qué está mal? No he perdido mi magia, ¿no?" preguntó Nick, sus ojos abiertos con temor.
"No, pero le hemos dicho a todos que despertaste la noche que ocurrió todo," contestó Lily.
"¿Por qué?" preguntó Nick, confuso.
"Por que lo hiciste y después te volviste a dormir. Pensamos que debíamos recordártelo por si lo hubieses olvidado. No queremos que la prensa nos llame mentirosos, hijo, eso es todo," dijo inmediatamente Lily. Era mejor que no lo supiera, puesto que lo habían hecho para protegerle.
"Eso es correcto," dijo James, asintiendo de acuerdo.
"Oh, bueno está bien, mamá," estuvo de acuerdo Nick.
"Sí, sí, está bien ahora," sonrió Lily, revolviendo el pelo de Nick, alivio sobre la creencia.
"Nick Potter tuvo un accidente," comentó Harry, una mueca en su cara detrás del periódico.
"¿Lo ha tenido? Bien, ¿no hay nada más excitante que eso?" preguntó Eileen, sacudiendo la cabeza. Su hijo le había hablado de Nick Potter; no era un buen estudiante, muy mediocre, o eso decía. No tenía por qué dudar de él así que lo tomaba por verdadero.
"Creo que debería repartir esos periódicos," dijo Harry.
"Debería verte en una hora, Harry," sonrió Eileen amablemente, sabiendo cuánto tardaría en volver Harry. Lo había estado hacienda por dos veranos. Estaba a punto de volver a Hogwarts, y odiaba admitirlo, pero le echaría de menos, su callada compañía, su sonrisa tímida, su ayuda siempre, y todo sobre él. Ella más que nunca no entendía por qué su familia era tan...duro con él. No sabía con que otro nombre llamarlo, realmente.
"Adios," contestó Harry. Él ya tenía todas las cosas para Hogwarts preparadas para irse, y había conseguido hacerse con la carta antes de que pudiese ver su nombre completo. Antes de conseguir todas sus cosas para el colegio, se llevó la carta al callejón Diagon mientras iba ahí (a repartir los periódicos).
"¡Ya voy!" gritó James cuando oyó llamar a la puerta principal de la mansión. Fue a abrir la puerta, solo par a ver como se abría desde fuera cuando iba a abrir la puerta.
"¡Sorpresa!" gritó Sirius, entrando de golpe y abrazando a su mejor amigo.
"¿Está Nick bien?" preguntó Remus desde detrás de Sirius, sus ojos ambar relucían con preocupación. "Oh, él está bien. Honestamente, ¡ya conocéis a los periódicos!" dijo James, descartándolo como si no fuese nada.
"¡Tio Remy, tio Siri!" gritó feliz Roxy. No les había visto en años.
"¡Roxy!" gritó Remus, abrazándola mientras que le preguntaba todo sobre su día, Sirius se giró hacia James.
"La firma de Pettigrew ha sido encontrada aquí...La hemos estado siguiendo por años, y esta es la más caliente que hemos encontrado," dijo bajito Sirius.
James se giraron todavía incredulo ante el hecho de que Pettigrew tuviera la cara de presentarse aquí, de todos los lugares. "¿Dónde específicamente?" preguntó preocupado James.
"Escocia," dijo Sirius.
"¿Acierto si os vais a quedar aquí mientras lo buscáis?" preguntó James, luciéndose esperanzado. Sirius era el Auror asignado para buscar al mago más buscado, Pettigrew, con la ayuda de Remus, cuyo sentido del olfato ayudaba mucho. Así como se las habían ingeniado para acercarse a Pettigrew.
"Lo esperamos," estuvo de acuerdo Sirius, sonriendo y dando codazos a su mejor amigo. Había echado de menos esto por años. "¡No hay problema! Coged una habitación vacía," se rio James.
"¿Dónde está Nick?" preguntó Sirius.
"¿Dónde está Harry?" preguntó Remus curioso.
"Nick está dándose una ducha, Harry se está quedando con un amigo," contestó James, sonriendo ampliamente. "¿Puedes leerme un libro, Tío Remy?" preguntó Roxy, sus ojos amplios y con esperanza.
"Claro. Déjame desempacar y te leeré uno enterito," dijo Remus, queriendo compensar el tiempo perdido.
"¡Sí!" se alegró Roxy. James solo le sonrió. Amaba a su familia...claro está que eso no incluía a Harry.
"Adiós, Eileen...Te voy a echar de menos," dijo triste Harry, dándole un abrazo.
"Voy a echarte también de menor. Tengo un regalo para ti," le dijo, entonces silbó por lo bajo. De las estanterías de uno de los lados de la sala, una lechuza negra voló hasta posarse en su hombro.
Los ojos de Harry se iluminaron y no pudo evitar que se llenasen de lágrimas que comenzaron a bajar por su cara. Sus propios padres se habían negado a darle si quiera una familiar, en cambio Eileen le había comprado una. Deseó más que nunca que Eileen puesto que era tan genial y él la amaba. Él la amaba más que a nadie, Lily, James, Nick, Roxy, o incluso él mismo, y Eileen podía verlo. Harry obviamente había conseguido todo lo físico esencial, pero le faltaba todo lo demás. Una persona podría tener todo el dinero del mundo, pero eso no importaba si no era amado. Le quitó las lágrimas de la cara y le puso la lechuza en su hombro, sonriéndole dulcemente.
"Aquí tienes, ¡ahora podremos mantenernos en contacto!" dijo Eileen. Eran unos Galleones que nunca se arrepentiría de haberse gastado par a ver esa Mirada de felicidad y amor en la cara de Harry.
"Gracias," dijo suavemente Harry, acariciando a la lechuza, el pájaro negro cantando contento.
"¿Cómo le vas a llamar?" preguntó Eileen, esperando junto al traslador, el cual se activaría en 20 segundos.
"Hermes," dijo Harry feliz.
"¡Un nombre precioso! Te veré el próximo verano, Harry. ¡Cuídate y escribe!" dijo Eileen. Ella vio como Harry asentía una vez más antes de irse.
Harry tenía el compartimento del tren para él este año, y además no tenía firmados los permisos par air a Hogsmead. Seguramente sería el único que no iría, era una Buena cosa que pasase ahí los veranos, pero por otro lado, le gustaría volver y pasar los días con Eileen...pero algunas cosas no estaban destinadas a ser. A lo mejor debería escribir a James, ver si estaría de acuerdo...pero sabría la respuesta. No necesitaba enviar la lechuza, puesto que era una pérdida de viaje; James diría que no sólo por que podía.
Antes de enterarse, los carruajes estaban llegando al camino de Hogwarts, y estaban sentados dentro yendo antes que los de primero, quienes iban en barco. Otra vez, tomó mucho tiempo para que todos fueran sorteados.
Dumbledore dio su habitual discurso de bienvenida, pero añadió algo más que captó la atención de Harry. "Ha habido un criminal que ha sido vito no muy lejos de aquí, conocido como Peter Pettigrew. Es un animago rata, se parece a una rata común marrón pero le falta un dedo en una de las patas frontales. Si tienen alguna información, o ven algo sospechoso, por favor avísenme inmediatamente. Si comienza a ser peligroso, los dementores comenzarán a venir al colegio. Son unas criaturas oscuras, así que tened cuidado, estad alertas, y vigilad. ¡Ahora, que comience el banquete!"
"Hola, Luna," dijo suavemente Harry mientras ella se sentaba a su lado.
"Hola, Harry," sonrió Luna, su habitual sonrisa soñadora ano estaba presente.
"¿Cómo estás? ¿Disfrutaste de tus vacaciones?" preguntó curioso Harry.
"Oh, sí. Papi y yo fuimos a ver Crumple-Horned Snorkacks (no se cual es su traducción)," dijo Luna amablemente.
"¿Sí? ¿Cómo son?" preguntó Harry. Él a diferencia de los demás no se reía de ella. "Son similares a los thestrals me imagino. Nunca llegamos a verles," dijo triste Luna.
"¿Acierto si digo que son animales mágicos poco conocidos?" dijo Harry hacienda una conjetura. Estaba siendo complaciente ahora, pero no significaba que no la creyese. Seguramente había muchos animales fuera que no son muy conocidos, especialmente mágicos.
"Sí, papi y yo esperábamos ver uno para demostrar a todos su existencia," dijo Luna, su Mirada soñadora visible una vez más.
Pronto terminaron la cena, y mandados a la torre Ravenclaw, donde Harry le deseó buenas noches a Luna, puesto que dormía en los cuartos para chicas cruzando la torre respecto a los cuartos de los chicos. Ella le deseó buenas noches de vuelta, y pronto, estaba en su cama y en su habitación, durmiendo. Estaba listo para el primer día de clase en Hogwarts, pero no pudo evitar preguntarse si Dumbledore admitiría de verdad dementores en el colegio.
Mientras todos salían a Hogsmeade de visita una vez al mes, Harry se quedaba, agradecidamente con Luna, la cual se estaba convirtiendo en una rápida amiga. Amaba los libros casi tanto como él, aunque ella prefería leer un libro de criaturas mágicas. La librería se convirtió en su refugio; Harry amaba tener una amiga para él, que nadie más tuviera. No le importaba Nick como aprendió, aunque a veces se quedaba atrapada en su propio mundo, un mundo creado en su cabeza.
Rubeus Hagrid se había convertido en el profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas; a Harry no le gustaba, pero amaba la clase. Hagrid permitió a Nick montar a Buckbeak, pero a nadie más se le dio la oportunidad. Otra vez, tuvo algo que ver con Draco Malfoy siendo un idiota y causando que Buckbeak le mordiera el brazo. No hace falta decir que ninguna de las clases siguientes fue tan buena como la primera. Durante las siguientes clases, todo lo que Hagrid dijo fue 'Nick, mira esto,' ¿Qué haces, Nick?,' etc...Era un poco molesto, como si no estuviera actuando como un verdadero profesor.
Lo mismo pasó en DCAO, donde Remus Lupin, Viejo amigo de James, se había convertido en el profesor. Desafortunadamente para él, tenía Defensa con los Gryffindors ese año; había estado detrás de Nick cuando se enfrentaron al Boggart. Cuando Remus se dio cuenta de quien estaba al frente, se puso delante de Nick, y la imagen se convirtió en una luna, la cual después se convirtió en un globo. Sabía lo que significaba puesto que la condición de Remus nunca fue ocultada en la familia Potter, y había oído a James hablarlo a veces con Lily. Antes de irse, había oído a James diciendo que le daría a Remus el suficiente dinero para que comprase una nueva poción llamada Wolfsbane. Estaba creada por Snape, así que estaría a salvo siendo el Nuevo professor de DCAO. Harry se había preguntado cual sería su peor miedo, pero no pudo llegar a ninguna conclusión.
Había visto a Remus pasar mucho tiempo con Nick también, lo que también había dolido. No era justo. No le podía hacer daño a Remus que le hablase despues de clase aunque solo fuera una vez. Cuando le comentó a Luna sobre la injusticia, ella solo le dijo que Remus se lo perdía puesto que era un chico genial, o eso dijo.
A pesar de eso, el año pasó sin mayor altercado; no Voldemort, no Tom Riddle, no Piedra, no Diario, nada. Por primera vez, no tenía que estar vigilando por algo sospechoso—aunque estaba bastante curioso sobre el destino de Quirrell. ¿Se habría ido, o estaría todavía allí? Y si lo estaba, ¿habría muerto? Mejor no volvería por si acaso alguien estaba espiando. No quería ser culpado por la muerte del mortífago, gracias, y Quirrell había sido un mortífago. Sus cicatrices habían estado constantemente en fuego, tenía que estar de alguna forma conectado con Voldemort.
Ese año pasó demasiado rápido para el gusto de Harry, sobretodo con Luna y Harry siendo inseparables. Por supuesto había mantenido el contacto con Eileen todo el año; se convirtió rápidamente en la figura de una madre para él. La amaba. Siempre le escribía de vuelta, era su número uno y eso significaba un mundo para él. Había notado que Ron se había alejado de Nick ese año. Weasley en cambio se había echo amigo de otros dos Gryffindors, Finnegan y Thomas.
Pociones volvieron a ser una pesadilla; Reese era todavía horrible, no importaba cómo fuse su poción. No era malo con ninguno, sólo con Harry, per continuó, no dejando que Reese le afectara. Cerca de fin de año, había madurado, y comenzó a ignorarlo, algo con lo que Harry estaba bien. Lo único malo fue que hacia final de año, su nota en Pociones había bajado de EE del año pasado a A.
Hufflepuff ganó la Copa de Quidditch ese año; Cedric Diggory se unió al equipo como buscador. Incluso Harry tuvo que admitir que era muy bueno, mejor que Nick e incluso que Draco Malfoy, así que se merecían ganar. No tenía mucha lealtad de casa así que no le importó que Ravenclaw perdiera.
Por otro lado, Slytherin ganó la Copa de la Casa, esta vez sin ningún punto de última hora que les hiciese ser segundos. Ayudó tener a Reese injustamente dando puntos a Slytherins por cada poción completada, si dar esos mismos 10 puntos a Ravenclaw, Hufflepuff, o Gryffindor (con la excepción de Nick Potter) quien complete una poción satisfactoriamente. Aunque, Harry tenía que admitir que en todas las clases que tenía con Slytherin habían Ganado sus puntos justamente, en todas menos en las clases de Reese claro.
Antes de dares cuenta, se encontraba de vuelta en el tren volviendo a Eileen ahora que tenía un permiso definitivo. Le había dicho a James lo que estaba haciendo, y obtuvo de vuelta un papel arrugado con un 'Okay'...y eso era todo. Estaba volviendo a casa para vacaciones, a un lugar que quería, amaba, y donde era feliz. Había sido casi un año sin ver a su familia, y nunca se sintió mejor.
"Te escribiré...¿a no ser que te vayas fuera este verano?" preguntó Harry mientras Harry y Luna estaban de pie en la plataforma, sabiendo que Luna y su padre solían aprovechar el verano y las vacaciones para visitar sitios en busca de animales mágicos poco conocidos.
"Por primera vez no nos vamos a ningún sitio," sonrió serena Luna.
"Oh, ¡bien entonces! Estaré en contacto," le dijo feliz Harry. Eileen le había dicho que necesitaba un amigo, y a lo mejor estaba en lo cierto. Aunque, había estado en lo cierto en muchas cosas.
Se escondió en los lavabos de la estación para usar el traslador. "¡Harry! ¡Tan bueno verte, hijo!" sollozó Eileen, mirando hacia donde había oído el ruido del traslador y viendo como aparecía él en la tienda, con el traslador de la mano.
"¡Tu también! ¡Te he echado mucho de menos!" dijo Harry, abrazándola gentilmente para no hacerla daño.
Los ojos de Eileen brillaron ante los cambios de Harry. Parecía como un niño despreocupado, y toda la esperanza no estaba perdida. Luna había sido una Buena amiga para Harry, y de repente estaba agradecida por la Amistad de la chica con él. Harry había crecido un poco más, y seguramente sería más alto que ella en unos años. Ella era una mujer alta, y su hijo era un hombre alto, así que Harry encajaría perfectamente con la familia, lo que era un pensamiento agradable.
Sirius, Remus, y James se estaban reuniendo de vuelta en la Mansión Potter después de haber ido a recoger a Nick a la plataforma, y Nick estaba ahora fuera, buscando una Snitch mientras que Lily y Roxy practicaba unos cuanto hechizos en otra habitación.
"¿No ha habido suerte?" preguntó James a los otros Aurores.
"¡Ninguna, James! ¡Estoy en mi límite!" lloró Sirius. "¿Cómo fuer¡ tu año en Hogwarts, Remus?"
"Genial, pero le he dicho a Albus que iba a volver a ayudarte este año...Peter está todavía aquí, y tenemos que encontrarle antes de que dañe a Nick," dijo gravemente Remus.
"¿Qué pasa si vuelve a Hogwarts y tu no estás ahí?" preguntó Sirius.
"Dumbledore está ahí, así que dudo que Pettigrew tenga oportunidad," se burló James.
"A lo mejor..." murmuró Remus.
"Solo espero que Nick lo haya hecho mejor este año, puesto que no tuvo distracciones," dijo James. Estaba comenzando a ser vergonzoso. "¿Distracciones?" preguntó Remus.
James les contó todo lo que había pasado en los dos años previos de colegio, lo que había estado impidiendo que su hijo sacara mejores resultados. NA: Aquí vamos otro capítulo editado gracias a Snow Leopard Pasha NT: Pues nada espero que lo disfruteis y como siempre que dejeis comentarios muchos besitos | |
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