gabrielle62
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 | Tema: Solo un momento...  Jue Jul 31, 2014 3:38 pm | |
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Resumen:Mi respuesta al reto de la Mazmorra Feliz cumpleaños Harry 2014
Categorías: Harry Potter, Libros
Personajes: Harry Potter, Severus Snape
Géneros: Romance
Advertencias: Ninguno
http://fc06.deviantart.net/fs70/f/2013/125/d/5/the_ministry_s_annual_halloween_ball_by_anastasiamantihora-d64723t.jpg
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La guerra había terminado hacía tres años, y Harry se acababa de colocar bien su túnica de gala para el baile de Halloween, en el Ministerio. No le gustaban los bailes de compromiso, sobre todo si era la conmemoración en recuerdo de la Victoria, en la que él cada año tenía que dar un discurso, que gracias a Merlín le preparaba Hermione, Halloween tampoco le agradaba demasiado. Sus padres murieron en aquella fecha, también Sirius…
No, no le entusiasmaba la idea de acudir a una celebración así, pero Ginny estaba encantada, como siempre que se trataba de presumir de ser la novia del héroe, no estaba siendo justo y lo sabía, pero estaba harto de callar y dejarse llevar, aunque odiaba discutir, especialmente con ella.
Le vio en cuanto entraron en el salón de baile, destacaba entre los demás, como siempre, por su altura, su elegancia y su eterna túnica negra llena de botones. La misma que tantas veces había deseado desabrochar con mucha calma, botón por botón para descubrir cada pedacito de piel que ocultaba y saborearla a conciencia.
Sí, estaba con Ginny y si nadie lo remediaba terminaría casándose con ella, porque el objeto de sus deseos desde hacía mucho, Severus Snape jamás se fijaría en él de esa forma. Para mandarle miradas de desprecio sí, para eso sí se fijaba, pues lo hacía cada vez que se encontraban en el Ministerio o en Hogwarts más veces de lo que ambos desearían, aunque por distintas razones claro. Harry se moría por llamar su atención, claro que de otra forma muy distinta a la que lo hacía, quería que lo viese sí, pero también que lo mirase sin odio, algo que jamás pasaría.
Le había salvado la vida cuando Nagini le mordió, durante la batalla final, pero si esperaba algún tipo de agradecimiento de parte de Snape, pronto se dio cuenta que podía esperar sentado. No solo no se lo agradeció sino que pareció detestarle más aún desde aquel aciago dia, si es que eso era posible.
Especialmente, le miraba con odio cada vez que lo veía junto a Ginny, como ahora, que esbozó la mejor de sus cáusticas sonrisas y lo atravesó con sus insondables ojos negros, unos ojos que adoraba, a pesar de todo.
Se sentía un hipócrita y también un cobarde, por no dejar a Ginny, por hacer lo que los demás esperaban de él en vez de lo que realmente quería, es decir, romper su compromiso y decirle a Snape lo que sentía por él. La necesidad de liberarse de Ginny era cada dia más apremiante, no estaba enamorado de ella, pero la quería mucho, y no deseaba hacerle daño, ni a ella ni a su familia, que tantas esperanzas tenían puestas en su relación y que siempre le habían tratado como a un hijo. Pero las ganas de sincerarse con aquel hombre eran insoportables, a pesar de que creía, ¡NO!, sabía que lo menos que haría sería reírse en su cara, eso si no le maldecía.
oOo
El salón estaba repleto de magos y brujas luciendo sus mejores galas, Minerva bebía un sorbo de ponche de la copa que Severus le acababa de servir.
—¿Cuándo vas a decidirte a luchar por lo que realmente quieres Severus?—le preguntó a bocajarro. Severus la fulminó con la mirada e hizo una mueca, no podía ser desagradable con ella. Minerva era su mejor amiga, la única que tenía, la única también que conocía su más oscuro secreto.
—Eso está fuera de lugar Minerva—respondió secamente—míralos hacen la pareja perfecta, la tiene a ella, jamás se fijaría en mí.
—Yo no lo diría tan alto Severus, no sé si te has dado cuenta pero Harry no parece demasiado feliz, más bien lo veo desmejorado creo que ha adelgazado bastante, o no está bien de salud o algo le sucede, pero no parece muy feliz precisamente.
Severus observó a la pareja mientras se acercaban, era verdad, Potter no parecía contento precisamente, y estaba muy delgado ¿otra vez estaba descuidando su alimentación? En Hogwarts había visitado la enfermería más de una vez por esa razón, cuando tenía algún problema, se olvidaba de comer. Aún recordaba a la <i>sabelotodo</i> y al pelirrojo sisando comida del Gran comedor para dársela después a su amigo. A él nada se le escapaba, era increíble lo ingenuos que podían llegar a ser los Griffindor.
—Buenas noches profesor Snape, profesora McGonagall…—Harry y Ginny les saludaron y él se apresuró a replicarle, es que se lo ponía tan fácil…
—Buena noches Potter, señorita Weasley…hasta donde sé ya no soy somos sus profesores, así que puede evitarse el tratamiento y llamarnos simplemente por nuestro nombre de pila, al menos yo lo prefiero ¿y tú Minerva?
—Perdón—dijo la joven soltando una risilla—es que no nos acostumbramos, fueron muchos años los que pasamos en Hogwarts teniéndoles como maestros.
—Sí, pero el tiempo pasa y ustedes ya son adultos, todos lo somos ¿verdad?—preguntó suavemente—portémonos como corresponde entonces.
Ginny enrojeció ofendida y Harry echaba chispas por los ojos, no podía más y estalló.
—¿Cuál es su problema Snape?
—Su sola presencia es mi problema Potter
—No le soporto más, es usted insufrible.
—Y usted un niñato consentido que se cree la gran cosa, pues podrán adorarlo cuanto quieran Potter pero yo no soy uno de sus seguidores, no lo seré nunca, a mí no me engaña como a todos esos.
Veía el dolor reflejado en los ojos verdes y se sentía mal por ello, pero él no era un hombre amable, aunque ahora era muy consciente de estar comportándose como un auténtico cabroncete.
—Esto se acaba aquí y ahora, le espero fuera—masculló el Auror con los dientes apretados mientras se dirigía a los jardines.
—Como quiera Potter estaré encantado de darle una lección.
—Harry…no le sigas el juego…—exclamó Ginny pero fue inútil, estaba furioso, corrió tras él y Minerva también les siguió todo lo rápidamente que le permitían sus viejas piernas. Muchos se habían percatado de lo que ocurría y el rumor se extendió rápidamente, y de pronto los asistentes a la fiesta se amontonaban en los balcones que daban a los jardines para no perderse el espectáculo.
Hermione y Ron no habían asistido porque ella estaba a punto de dar a luz a su primer hijo, mejor así.
—¡Dale una lección Harry!—gritó George Weasley
—¡Eso! Haz morder el polvo a ese cretino grasiento…—gritó otra voz que Severus conocía pero que no logró identificar en ese instante.
oOo
Harry se deshizo de su capa de sin querer preguntarse qué diablos estaba haciendo ¿En serio iba a batirse en duelo con Snape? la verdad es que estaba harto de sus desprecios, de sus burlas, de sus… Estaba HARTO de su odio, él quería otra cosa muy diferente y se lo haría entender a él y al resto de los presentes por las malas si era necesario, después, que la tierra se lo tragase si salía mal, porque si no resultaba como esperaba…Severus simplemente lo mataría.
Allí estaban frente a frente con las varitas en alto y la mirada clavada en su contrincante, tensos, dispuestos para la lucha. Harry era Auror y en esos años había aprendido a desarrollar de forma increíble su poder y muchos e interesantes hechizos que desconocía antes de enfrentarse a Voldemort, aún así le había vencido. Iba a darle una lección a Severus que nunca olvidaría, sólo esperaba que las cosas al final le salieran como esperaba, si no, no tendría que matarlo porque se moriría de pena.
Antes de que el profesor lo viera venir Harry le había hechizado con un potente <i>Desmaius</i> y un <i>Incarcerus</i>y al segundo siguiente habían desaparecido de donde se encontraban, dejando al público que esperaba un verdadero duelo de magos, muy decepcionado, especialmente a Ginny Weasley.
oOo
La chica no era tonta, sabía que Harry no estaba enamorado de ella, pero confiaba en que la quisiera lo suficiente para terminar casándose con ella, porque ella sí le amaba, y pensaba que su amor podía suplir la falta de entusiasmo de Harry, que tal vez podía querer por los dos. Ahora veía que no. Sabía que Harry lidiaba en la liga contraria, lo sabía hacía mucho, el sexo era un desastre entre ellos, pero también creyó, al menos durante un tiempo que eso podía cambiar. Ahora no estaba tan segura, sabía lo que Harry sentía por Snape, no, nunca se lo había dicho. No hacía falta, lo intuía desde hacía tiempo.
Cada vez que se encontraban con su antiguo profesor la tensión estaba en el aire, tensión sexual no resuelta, ahora lo veía claro, y la forma de actuar de Harry acababa de confirmar sus sospechas. Se sentía fatal, pero había tomado una decisión, si ellos se amaban como sospechaba, ella se apartaría… Quería que Harry fuese feliz por encima de todo, aunque fuese con otra persona, aunque… fuese con él.
oOo
Allí estaba, más nervioso que nunca esperando que Severus despertase, lo había pillado de improviso, bueno no, lo cierto era que hacía mucho que podía hacer magia sin varita y le había lanzado dos hechizos no verbales. Nadie, excepto sus mejores amigos y Ginny sabían que podía hacerlos. Ginny… esperaba que algún dia pudiese perdonarle.
Severus se despertó poco a poco, aún aturdido por el fuerte hechizo que Potter le había enviado, pero ¿Cómo era posible…? Cayó en la cuenta de que no había pronunciado una palabra, ni siquiera usado la varita ¡Maldito Potter! Realmente era poderoso el condenado, siempre lo había sospechado pero ahora tenía la confirmación. Solo al fallecido Dumbledore le había visto hacer hechizos no verbales y sin usar la varita. Era tan increíble… y admirable. Intentó soltarse de sus ligaduras pero era imposible, además el muy… le había amordazado ¿Qué diablos pretendía? Temía que no iba a tardar en saberlo, pero en cuanto lograse liberarse, pensaba maldecirlo hasta hartarse…
—Veo que ya has despertado Severus… lamento haber actuado así pero hay algo que debo decirte y no encontraba otra forma de lograr que me escuchases, más que esta. Te diré lo que siento y luego te dejaré libre, se que querrás matarme después de esto y no te culpo pero tenía que hacerlo o me volveré completamente loco—se le trababa la lengua de lo nervioso que estaba, sólo esperaba no parecer más patético aún de lo que ya se sentía. Tomó aire y cerró los ojos con fuerza antes de proseguir.
—Te amo Severus… hace tanto tiempo que ni se cuando empecé a tener ese sentimiento hacia ti, pero llevo años sintiéndome así, creo que me di cuenta cuando creí que te morías, cuando Nagini te mordió…—paró un momento para tomar aire, hablaba tan deprisa que hasta tartamudeaba pero era ahora o nunca.
>> He sido un cobarde lo sé, pero ya me cansé, no quiero herir a nadie, menos aún a Ginny, pero no sé cómo puede evitar que eso pase porque no puedo seguir viviendo una mentira que solo traería más dolor a la larga—dijo como si hablara consigo mismo.
>>La quiero, pero no estoy enamorado de ella, no podría enamorarme de ninguna mujer. Me gustan los hombres, hace mucho que sé que es así, pero quería ser lo que todos deseaban, el héroe perfecto para todo el mundo, quería el cuento de hadas, el que todos esperaban, pero no ha podido ser. Mi vida nunca ha sido precisamente un cuento de hadas, no podía serlo tampoco ahora, tenía que enamorarme de ti, que nunca me mirarás más que con desprecio, que me odias, porque te recuerdo demasiado a mi padre—paró, parecía a punto de llorar.
>> Yo…ya ves que no te odio Severus… No soy bueno para hablar, soy un torpe Gryffindor, pero eso tú ya lo sabes. Ahora… te soltaré Severus, para que me maldigas hasta cansarte, como seguramente estás deseando, pero ¿sabes? ya puedo morir tranquilo porque al fin me he atrevido a decirte lo que pienso y siento, aunque jamás puedas corresponderme.
Y dicho esto se alejó unos pasos cerró los ojos y el hechizo se deshizo.
Severus creía estar en un mundo alterno mientras se frotaba los brazos, intentando que la sangre volviese a circular por ellos con normalidad. Se incorporó despacio sin dejar de mirar un momento a Harry que había dejado caer su varita y permanecía inmóvil respirando agitadamente, con el rostro rojo y una lágrima traidora corriendo por su mejilla, intentando acallar el sollozo que pugnaba por escapar de su pecho a través de su garganta, mientras esperaba que lo maldijese o algo peor.
Ni en sus mejores sueños hubiese imaginado una situación así. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora… maldecirlo o besarlo? Deseaba hacer lo primero por su atrevimiento pero ansiaba desesperadamente hacer lo segundo, besarlo hasta dejarlo sin aliento. Amaba a Harry, no podía precisar desde cuando exactamente, pero lo descubrió al darse cuenta de lo mucho que odiaba verlo de la mano de la Weasley pelirroja, aborrecía verlos juntos y más aún especular con lo que harían cuando estuviesen a solas.
Ahora que sabía la verdad, que Harry acababa de confesarle, no tenía nada que temer. Aquel tonto y adorable Gryffindor seguía esperando que lo maldijese, pero sus intenciones eran muy diferentes.
Se acercó a él hasta que sus alientos casi se fusionaron y entonces rozó sus labios con los suyos, aún sin tocarle con sus manos, los maravillosos ojos verdes se abrieron de golpe mirándolo temerosos, pero llenos de esperanza al mismo tiempo. Severus sonrió antes de apoderarse de la exquisita boca que se le ofrecía, la misma que le correspondió apasionadamente y con idéntico deseo al suyo, mientras las manos se perdían desesperadas por explorar y acariciar en el cuerpo del otro.
Sobraban las palabras, era hora de recuperar el tiempo perdido, era hora de escuchar los dulces gemidos del Gryffindor que sonaban como música celestial en sus oídos. Hasta ahora le había oído suplicar, ahora quería oírle gritar… | |
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