Para que vuelvas a conocer el amor. Capítulo 1: Una idea interesante, para un momento de dolor.

Para que vuelvas a conocer el amor

Resumen: Severus siempre estuvo al tanto de lo que Harry Potter hacía de su vida, pero cuando lo vio deprimirse por la muerte de su mujer, estuvo más que dispuesto a poner su granito de arena para ayudarlo a sobreponerse y cuidar de sus hijos.

Categoría: Harry Potter

Personaje: Harry Potter, Severus Snape

Géneros: Humor, Romance.

Clasificación: NC-17

Advertencias: AU=Universos Alternos, Lemon.

Desafío: Harry, ¡¿otra vez San Valentín?!

Capitulo: 1/ ¿?

Completa: No

Disclaimers: Los personajes de este fic no me perteneces, los utilizo sólo por mera diversión.

Capítulo 1: Una idea interesante, para un momento de dolor.

Severus caminó con paso presuroso para llegar lo antes posible al despacho de McGonagall. A sus oídos había llegado una noticia trágica y quería averiguar si era verdad o sólo parte de los rumores que pasaban por los pasillos del colegio. Claro, siempre podía ir a la fuente del asunto, pero no era lo mismo ir e inmiscuirse en un tema tan delicado como el que había sucedido.

— ¿Severus? —Preguntó la directora cuando lo vio en la puerta de su propio despacho. Con cara de circunstancia y notándolo altamente alterado —Así que ya te enteraste —dijo como si estuviera esperando su visita.

—Así que es verdad —se acercó luego de cerrar la puerta y se sentó frente a la mujer.

—Sí, es una verdadera lastima, pero es la verdad —su vos sonaba altamente alterada y eran sus ojos rojos los que demostraba que estuvo llorando hace unos minutos.

— ¿Pero cómo fue? —Preguntó apoyando una mano en el escritorio.

—Fue el parto, Severus, no pudo soportar el dar a luz a la pequeña Lily. Harry le había dicho que desistieran, pero ya sabes como son los Weasley.

—Lo sé —dijo agotado de sólo pensarlo —. ¿Cómo está Potter?

— ¿Cómo crees que está? —Respondió con una pregunta —Imagínatelo. Con dos hijos jóvenes y una bebé recién nacida, además viudo a tan temprana edad.

—Imagino que debe ser horrible —Minerva notó que lo dijo sin el mas mínimo de los sarcasmos.

—Sería bueno que lo fueras a ver, Severus —le dijo con tono conciliador —. Sé que se llevan mucho mejor desde hace años…

—No al punto de ir a darle el pésame, Minerva.

— ¿Por qué no? De hecho, me podrías acompañar. Voy saliendo a su casa.

—No creo que sea prudente.

—No digas eso, Severus, sé que a Harry le hará muy bien que le acompañemos en este momento tan difícil.

Severus no sabía como salir de una situación como esa. Claro, siempre podría haber sacado a la luz su poca apatía con los niños, pero hasta la misma Minerva sabía de la casi adoración que sentía por su ahijado, Albus.

Había sido una completa sorpresa, cuando años atrás Harry y Ginny habían llegado a Hogwarts con su hijo de un año, James. El chico venía en manos de Harry, mientras que su mujer traía en brazos a un recién nacido Albus Severus. Grande fue su sorpresa cuando la mujer puso al niño en sus brazos y le pidió fuera su padrino. Claro, le aterró en un segundo al verse asaltado de tal manera por sus ex alumnos, pero luego vio a los ojos a Potter. Este prácticamente se lo rogaba con la mirada. Y luego de que el chico hubiera utilizado las reliquias de la muerte para salvarle la vida, luego de que Nagiri le hubiera atacado, no había nada que le pudiera negar de manera practica. Recordaba que luego había visto al bebé que abrió sus ojos y terminó por cautivarlo. No se imaginó que un infante, el cual dependía absolutamente de sus padres, tuviera tal poder sobre él.

Ahora que se encontraba en la entrada de la casa de los Potter, se seguía diciendo a si mismo que quizás no sería lo mejor, que lo mejor era alejarse lo antes posible de esa desamparada familia, pero por el mismo cariño que le tenía a los niños, fue que se dio el animo de entrar y cerrar la puerta tras de si.

La casa estaba sumida en el más absoluto de los silencios. No había manera de que no se escuchara un alfiler al caer al piso. La casa que visitó el día del cumpleaños de su ahijado, no se asemejaba en nada con la que era ahora. Un sitio lúgubre y capas de encogerle el corazón a cualquiera.

Sintió que alguien se acercaba y la imagen le enterneció.

Harry apareció por una de las puertas con Lily en su brazo izquierdo, mientras que Albus estaba en su brazo derecho con su carita oculta en el cuello de su padre.

—Nino —le llamó el niño en brazos de su padre.

Severus se acercó al padre y los niños y tomó en brazos a Albus, que inmediatamente se había abrazado a su cuello en clara señal de buscar protección, esa que necesitaba ahora que instintivamente sentía que algo importante había pasado.

— ¿Cómo lo estas llevando, Harry? —Le preguntó Minerva, que abrazó al pequeño James de tres años que apareció tras su padre.

—Ellos no saben nada —dijo Harry con voz rasposa —, no he sido capaz de decirles la verdad… que Ginny…

—No es necesario que se los digas ahora, Potter —le aconsejó el hombre —ya mas adelante, cuando tú mismo lo asumas..

—Ya lo he asumido, Severus —dijo suspirando al darse cuenta de su tono desagradecido —, lo siento. Yo de verdad…

—No te disculpes. Nada es importante en este minuto.

Harry lo miró a los ojos, siempre buscando ayuda en esos orbes negras que habían dado casi la vida por protegerlo.

Minerva también notaba la interacción. La había notado hace años por parte de Severus, pero ahora que Harry también respondía a esa mirada…

— ¿Por qué no te quedas con ellos, Severus? —Preguntó la mujer, sin mirar a ninguno en especial.

— ¿Cómo? —Rebatió el aludido, tratando de dejar de lado el doble sentido en la petición de la mujer.

—Creo que sería bueno el que Harry no se quede solo en este momento. Imagino que aun no has tramitado nada de lo que tiene que ver con el sepulcro ni nada de eso.

—Molly verá eso —dijo aun impresionado por la idea de Minerva —, pero no creo que sea prudente que Severus…

—Para mí no es problema —dijo el mayor, antes de que el mas joven terminara de hablar —, además creo que Minerva tiene razón. En este momento seguro que necesitas algo de ayuda.

Harry no pudo decir nada más ante las palabras de los mayores, y una voz interior le dijo que quizás los años venían con la razón.

Continuará...

ohhh impresionante.....senseii se vee intereeesannnnte tu historia espero con ansias tu actualización...n_n

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