Capítulo 06—¡Me ha reconocido! —es lo primero que le dice Black cuando llega apresuradamente a San Mungo junto a Lupin (la fortuna de que ambos trabajen en el mismo lugar) y el hombre parece tan asombrado de lo que les dice como ellos de escucharlo—. Me ha llamado por mi nombre.
—¿Ha hablado? —pregunta, mirando al sanador Rodler, que esta junto a Black y parece tan estupefacto como los otros cuatro especialistas reunidos en ese despacho de San Mungo por un patronus urgente del animago.
—Sí —confirma la sanadora Miller, sonriendo—. Hemos comprobado los recuerdos del señor Black. El señor Potter ha hablado, profesor Snape.
Severus se queda sin saber que decir. Lupin, a su lado, tampoco encuentra las palabras.
¿Qué decir? Se suponía que no podía pasar. Potter no volvería a hablar. Teóricamente ya no podía, supuestamente el siguiente paso era otro, uno muchos menos agradable.
—¿Y eso significa algo? —pregunta Lupin y él se siente idiota por no haberlo dicho antes—. ¿Quiere decir que su estado está revirtiendo, que no avanzará o no quiere decir nada?
—Es pronto para hacer cualquier afirmación, profesor Lupin —explica Lauder y sus compañeros asienten apoyándolo—. Sin embargo, podemos considerar lo sucedido como lo más positivo que ha mostrado el señor Potter en meses —afirma, llevándose una mano al rostro pensativo—. Deberíamos reconsiderar el modo de proceder actual.
—Sí —corrobora Miller, también algo pensativa—. Si el señor Potter es capaz de captar o reaccionar a la presencia de un solo mago, quizás debamos introducir solo un mago en su entorno al día.
Severus asiente.
Cualquier intento es bienvenido. Y si ese avance les aporta algo significativo, algo con lo que poder trabajar, alabado sea Black por no haber cancelado su visita pese a que la maldita reunión de evaluación les había impedido a él y a Lupin acudir.