-Humm… Diana, no creo que sea buena idea, dudo que tu hermano me lo quiera decir realmente- Torcí el gesto.
-Eso es lo que tú crees Harry- Empezó a dar saltitos alrededor mío.
-Oh, vamos Diana, sabes bien que yo soy a la última persona a la que tu hermano le contaría algo- "por desgracia su confianza en mí nunca existió" pensé en mi fuero interno.
-Pues… -Una sonrisa se dibujó en su boca.
-¿Qué?- Abrí los ojos como platos.
Justo cuando Diana me iba a contestar Eileen entro con un plato de comida italiana traída especialmente de la plaza y la puso sobre mi regazo.
-Anda Harry- Me toco la mejilla -Come lo necesitas Lestat nos ha regañado porque cada vez más delgado cariño- Me dio un suave beso en la frente y subió hacia su habitación.
No dije nada y comencé a comer, no supe que fue lo que engullí y comencé a divagar; ¿Qué es lo que Diana me habrá querido decir? ¿Por qué demonios Andre habrá desaparecido? ¿Severus estará realmente triste por?, la risa musical de Diana me saco de mi mente.
-Harry, respira o vas a terminar desmayado- ¡y un demonio! Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que se me olvido respirar.
-Oh, sí lo siento- Mis mejillas se tornaron rojas.
-Harry, que te parece si mañana vamos a la plaza de compras ¿Si? Di que sí anda- Puso su cara de corderito a medio morir.
-No puedo cariño, mañana voy a ir con Sebastián al cine- "para mi desgracia" arrugue el ceño.
Diana abrió tanto los ojos que por un momento pensé que se le iban a salir.
-Harry no puedes ir si no es con alguien de nosotros, te recuerdo que hay una vampiresa sádica y loca intentando matarte- Movió la cabeza con descontento.
-Oh, vamos ya estoy cansado, se la pasan siguiéndome todo el día, ustedes también necesitan un respiro, aparte tú puedes ver si me va a pasar algo.- Otra de las razones por las que no quería que nadie de los Snape fueran, era porque no quería que Severus se diera cuenta de que es lo que hago, si él ya me había superado yo lo tendría que hacer también aunque doliera hasta el alma.
-Mira, mientras Bellatrix siga suelta no vas a estar solo, aparte para que ponerte en peligro, sabes que mis visiones son subjetivas- Diana se puso seria y me vio con ojos envenenados.
-Diana ¿No puedo tener ni un poquito de privacidad?- Cruce mis brazos sobre mi pecho y tuve el impulso de sacarle la lengua como niño de cinco años.
-Harrison.- Dio un suspiro y su expresión se suavizo- Yo sé que estas incomodo en esta situación, pero entiende que todo esto es por tu bien. Todos nosotros- Levanto la vista hacia el techo y la volvió a bajar- nos preocupamos por tu bienestar, así que no nos la pongas más difícil de lo que ya está- Sonrió.
-Oh, sí Diana ¿Crees que para mí no es difícil también?- Iba a decirle algunas cosas sobre Andre pero mejor me las ahorre, sabía que Severus estaría escuchando.- Y ¿Qué le voy a decir a Sebastián cuando te vea ahí conmigo? "oh, Sebastián no te importa que haya traído a mi amiga Diana Snape ¿Verdad? Es que mira todo esto tiene una simple explicación- Levante mis manos dramáticamente- Veras, hay una maldita vampiresa sádica que intenta matarme a toda costa, y todo porque Severus mato a su pareja, pero no te preocupes Sebastián todo va a estar bien ya que toda la familia Snape me están protegiendo"- Deje que el sarcasmo inundara mi voz.
Diana me observaba con los ojos entrecerrados.
-Pues si te gusta, si no ya no es mi problema- Dijo entre dientes.
Nos quedamos en silencio por algunos minutos, me mataba pelear con Diana, así que yo fui el que se disculpó primero.
-Lo siento mucho Diana.- Suspire rendido- No debí de haberte hablado así sé que para ustedes ya es bastante difícil cuidarme como para agregarle esto, pero entiéndeme por favor perdóname, yo se que no es tu culpa.- Hice un puchero.
-Harry-Se acercó y me dio un abrazo- Sé que para ti también es muy difícil todo esto y más porque tienes que estar cerda de… -Volteo su mirada al techo y la volvió a bajar -Bueno tú sabes, no me puedo ni imaginar cómo te sientes en este momento- Hice un gesto de dolor -Pero mira ¿Qué te parece si yo voy con Albafica al cine y te estamos cuidando sin que Sebastián se dé cuenta? ¿Por favor? Prometo que hasta tú te vas a olvidar de que estamos ahí- Puso su carita de gato con botas.
-No estoy seguro de que se me vaya a olvidar completamente de que están ahí- Claro que no se me iba a olvidar y más porque tenía presente que iban a estar checando cada uno de mis movimientos y Severus los sabría "Maldito vampiro lector de mentes!"
-Por favor, ¿Si? ¿Sí?- Hizo un lindo puchero -¿Si Harry?
-Ah, está bien está bien- Reí para mis adentros esta era una frase que Arturus me había pegado, incluso utilice el mismo tono condescendiente que el utiliza. Lo extrañaba mucho.
-¡Yupi!- Diana se paró y comenzó a dar saltitos y a aplaudir por toda la sala.
-Diana baja un poco tu nivel de felicidad por dios- ¿Cómo demonios alguien podía ser tan feliz todo el tiempo?
-No.- Puso sus manos en las caderas y me observo seriamente- Harrison James Potter ¿No pensaras ir con alguno de tus atuendos extraños mañana verdad?- Me miro de arriba abajo.
-Sí y ¿Qué?- Me sentí incomodo ante su mirada.
-¡Claro que no vas a ir así!- hizo un gesto dramático- Vas a una cita.
-No es una cita Diana solo somos a-mi-gos - Enfatice cada letra.
-Eso es lo que tú crees.- En un movimiento demasiado rápido para que yo lo notara me cargo, subimos las escaleras rápidamente y ya estábamos afuera de su habitación, alcance a ver que la puerta de Severus estaba cerrada y después de eso solo sentí el golpe contra la cama de Diana.
Diana se fue danzando hacia el closet de Albafica y me empezó a aventar tanta ropa que quede bajo una montaña de esta en treinta segundos.
-¿Qué demonios? ¿Diana que haces?- Grite.
-Pues te preparo para mañana- Dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
-No es una cita, y yo no necesito que me prepares para mañana- Solté un bufido.
-Si claro.- hizo un ademán con la mano mientras sacaba más y más ropa.
-Tú estás loca- Dije moviendo la cabeza sabía que nada me salvaría de esta.
-Jajaja lo se… -Suspiro- Albafica siempre me lo dice- Me saco la lengua.
-Y… hablando de él, ¿Dónde está?- No lo había visto en todo el día y era extraño que estuviera alejado de Diana.
-Oh, fue a Inglaterra a recoger a Remus y Lucius que llegan hoy- Sonrió.
-Ah- Fue lo único que alcance a decir.
La tarde se nos fue muy muy rápido, a pesar de mi tortura platicamos del viaje de Lucius y Remus, de la nueva isla que Lestat le había regalado a Eileen en su aniversario, de lo que habían hecho Diana y Albafica en estos seis meses que no los había visto.
En si hablamos de todos los miembros de la familia Snape menos de uno, que era el único que realmente me interesaba… Se lo agradecí en el alma a Diana… no creo que haya podido ser capaz de aguantar el dolor si hubiese sabido que fue lo que hizo estos seis meses con su noviecito perfecto, a donde habían ido y que habían hecho era simplemente insoportable.
Llego la noche y con ella la hora de irme a casa. Me despedí de Eileen y Lestat; Albafica, Lucius y Remus todavía no llegaban. El único que nunca salió para despedirse fue Severus.
En algún momento del viaje me perdí en mi mente. ¿Por qué Severus no se habrá despedido? Es decir… no somos amigos… pero… por educación. ¿Cuál era la razón de sus ojos tristes? ¿Habrá algo que yo pueda hacer al respecto?.
La sacudida de hombro que me dio Diana fue lo que me trajo a la realidad.
-Harry, ya llegamos- Diana me volvió a sacudir el hombro, una sensación de Deja vu me lleno, se parecía a aquel día en el que fuimos a Gossip y me dijo que Severus era feliz con Andre.
-Ah, sí Diana, gracias por traerme- sonreí a medias.
-No, no hay de que, por cierto,- Sonrió malignamente- Mañana paso por ti y te traigo para ayudarte con la ropa.
-Sí, claro- Murmure.
-Harry ¿Te pasa algo?- Sus ojos analizaban mi cara.
-No estoy bien- Siempre se me había dado muy mal eso de mentir y ella lo noto.
-Oh, vamos Harry te conozco ¿Qué pasa?- Su voz tomo un tono de preocupación.
- Pues bueno- ¡Vamos idiota, pregunta! La voz de mi conciencia gritaba -hoy, antes de que Eileen me llevara la comida, parecía como si me quisieras decir algo respecto a Severus, cuando hice aquel comentario tu sabes… en el que yo sabía que él no me diría nada ¿Hay algo que me quieras decir?- Mis mejillas se tornaron rojas por la vergüenza.
-Ah… eso… pues mira, yo no soy la persona correcta para decírtelo, pero créeme que Severus te quiere decir más cosas de las que tú piensas.
Resople.
-Vaya eso es de gran ayuda eh- La nota de sarcasmo siguió con una de histeria.
-Entiéndelo, está muy confundido… más de lo que aparenta- Los ojos de Diana se volvieron tristes.
-Humm… -No sabía que otra cosa decir.
-Bueno Harry,- Respiro y sonrió -Me tengo que ir… cuídate mucho y nos vemos mañana eh.
-Adiós.
No supe ni cómo ni cuándo me baje del auto, mi mente ya viajaba a varios kilómetros de mi cabeza. ¿Cómo fui tan idiota como para no preguntarle a Severus que tenía? ¿Por qué fui tan cobarde? El me pidió ayuda con su mirada, el necesitaba hablar con alguien y yo no se la di, necesite de todo mi autocontrol para no ir a estrellarme la cabeza contra la primera pared que viera me sentía tan culpable.
-Harry llegas temprano- La voz de Louis me trajo de nuevo a mi cabeza.
-Ah si Louis… tio, ¿Ya cenaste?- Demonios por poco y firmo mi carta de muerte, gracias a dios estaba absorto en el partido.
-Ah, no te estaba esperando.
-Ahorita está la cena.
Fui directo a la cocina a sacar los restos del estofado de anoche, los metí al microondas y le serví la cena, quien se la zampo en cinco minutos. Todo estaba en silencio hasta que Louis hablo.
-Así que- Me observo detenidamente.
-Así que ¿Qué?- Me empecé a poner nervioso esa mirada no me gustaba.
-Humm… no hay algo que me quieras decirme- Entrecerró los ojos un poco.
-¿Algo como que?- Luche por que mi voz no dejara ver el temblor que recorría mi cuerpo.
Puso sus manos atrás de la nuca y esbozo una mueca burlona.
-Algo como un ¿Tio Louis me dejarías ir mañana al cine con Sebastián?- Dijo haciendo una mala imitación de mi tono de voz.
-¿Qué?- Grite ¿Cómo demonios se había enterado? -Ah… este… esto, es que no le di mucha importancia- Balbucee -¿Cómo te enteraste?
-Sebastián me lo dijo, pero ese no es el punto ahora- Seguía con aquella sonrisa burlona- El punto es que tu jovencito no pensabas decirme nada.
-Oh, vamos no le di mucha importancia, solo somos amigos- Mis mejillas se tornaron rojas.
Me pareció escuchar que dijo -Pues eso es lo que piensas tú- pero fue tan bajo que no estoy seguro.
-Lo siento, es que no le di mucha importancia por eso no te dije nada.- Roge.
-Bueno solo quiero que sepas que para mí no hay problema que salgas con otros chicos, Sebastián es un buen muchacho, quiero que vuelvas a ser el mismo Harry de antes, el que eras antes de que conocieras al maldito de Severus Snape- hice una mueca de dolor al escuchar su nombre… ¿Cómo se atrevía a nombrarlo ahora mismo?... eso me lastimaba demasiado.
-Lo intentare- Murmure aun con el dolor en el pecho.
-Bueno ve a dormir Harry, no te preocupes… yo limpiare- Me sonrió con ganas.
-Gracias tio nos vemos mañana.
Me pare y subí a mi habitación en silencio, en cuanto estuve adentro cerré la puerta con pestillo y también la ventana me derrumbe una vez más.
Las palabras de Diana y de Louis me rondaban una y otra vez la cabeza
"esta mas confundido de lo que aparenta"
"el Harry de antes"
¿Pero porque demonios estaba confundido? Él ya había tomado su decisión, había preferido estar con Andre, no había nada que yo pudiera hacer al respecto y ¿Cómo demonios Louis quería que yo fuera el mismo Harry de antes? ¿No se daba cuenta de que Severus se había llevado todo lo que yo era con él?
Empecé a recordar que fue lo que me ocurrió estos últimos seis meses y básicamente no podía recordar mucho de lo que hice, recordé que no había sentido nada desde aquel día en que Severus me había dejado en el bosque de la casa de Louis, no recordaba que le había escrito a Clemence últimamente, mi vida era un abismo negro y yo seguía cada vez hundiéndome más en él.
Recordé la pulsera que Severus había puesto en mi mochila de lona, que ahora se encontraba bajo varias capas de ropa en mi closet, me pare rápidamente a buscarla y la encontré, estaba brillando porque las luces de la calle se reflejaban en ella, la tome entre mis manos como si fuera una frágil pluma.
Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, mi corazón destrozado me dolió aún más y el hueco de mi pecho se abrió por completo, me deje caer en el piso hiperventilando. Extrañaba a Severus, claro que lo extrañaba, había perdido al más grande y único amor de mi vida.
Me di cuenta, que a la larga lo podría perdonar, porque sabía que él era feliz y eso era lo único que realmente me importaba. Me deje caer en aquel abismo que gritaba mi nombre y no recordé nada más.
Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, esperaba ansiosamente el frio del piso y su dureza. Pero en lugar de eso sentí mucha comodidad, la comodidad de mi cama y lo caliente de las cobijas ¿Quién demonios me había llevado a mi cama? No recordaba haberme levantado del piso. ¿Cómo es que llegue hasta aquí? "calma Harry, de seguro fue Louis" la voz de mi conciencia me tranquiliza "fue Louis" me decía una y otra vez. ¿Pero si fue Louis porque el seguro de la puerta seguía cerrado y la ventana estaba abierta? Gire mi cabeza velozmente hacía varias direcciones, pero no había nadie en la habitación más que yo, me gire sobre mi mismo para apagar mi reloj despertador y ahí fue cuando me di cuenta que traía la pulsera de Severus puesta en la mano derecha, alguien había entrado en mi habitación, y yo estaba seguro que no era un simple humano, pero ¿Quién? ¿Quién pudo haber sido?
Unos toques en la puerta me regresaron a la realidad.