gabrielle62
Cantidad de envíos : 2832 Fecha de nacimiento : 02/04/1972 Edad : 52 Localización : Al Norte de España Galeones Snarry : 46957 Fecha de inscripción : 08/01/2009
| Tema: Engañado capítulo 3 El complot Sáb Mayo 31, 2014 10:39 am | |
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Hermione trabajaba en el Ministerio de Magia, y en ese momento observaba la “fuente de sus pesadillas”, reconstruida nuevamente por orden de Fudge tras ser destruída por Harry y Bellatrix Lestrange, en su encarnizada lucha de hacía ya más de seis años, el mismo día que murió Sirius. La chica odiaba aquella fuente y lo que representaba. ¿Qué los duendes, elfos y centauros adoraban a los magos y eran sus siervos? En los peregrinos sueños del Ministro de Magia tal vez…
Cuando Hermione entró en el abarrotado ascensor, varios memorandums interdepartamentales semejantes a pequeños aviones de papel, en color violeta claro y con el sello del Ministerio en el borde de las alas, revoloteaban por encima de las cabezas de los ocupantes del ascensor, también de la suya. Antiguamente, utilizaban lechuzas para comunicarse unos departamentos con otros, pero las quitaron porque se ponía todo perdido con los excrementos de estas aves. A la castaña siempre le pareció divertido ver aquellos “avioncitos” revoloteando por todo el Ministerio de Magia.
Se bajó en la segunda planta. Trabajaba en la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia, muy a pesar de Fudge, a quien no le hacía ninguna gracia tener trabajando en ese departamento, ni en ninguno y menos aún en uno cercano a él, a la sabihonda mejor amiga de Harry Potter.
Sólo el hecho de la probada eficiencia de Hermione, el que sólo le hubiese dado satisfacciones, resolviendo los casos más difíciles, y el hecho de que despedirla hubiese generado tener a más de medio Ministerio pidiéndole explicaciones, le había hecho desistir de la idea durante los últimos cuatro años. Aún así, Fudge siempre se ponía nervioso cuando Hermione andaba cerca de él. La perspicacia de la chica era sobradamente conocida y el Ministro sabía que Granger siempre había recelado de él, pues creía que estaba involucrado en la desaparición de su amigo Harry Potter.
Eso le había hecho andar con pies de plomo todo este tiempo, eso… y que Ronald Weasley, el mejor amigo del Salvador del Mundo Mágico, y Draco Malfoy, incondicional de Harry desde su sexto año en Hogwarts, eran actualmente los dos mejores Aurores del Ministerio y estaban al corriente de cada uno de sus pasos. Su puesto pendía de un hilo… un paso en falso y esos tres caerían sobre él al instante. Eso sin contar la pesadilla en que se había convertido su vida gracias a Severus Snape, el que fuera pareja de Harry Potter, que no desperdiciaba cualquier ocasión de hacer saber de su incompetencia a cualquiera que estuviese dispuesto a escucharle, incluso se lo había dicho a él directamente en varias ocasiones. Pero Fudge no se atrevía a meterse con Severus Snape, al menos cara a cara. Era muy consciente de lo que el experto en pociones podía hacerle…si quisiera.
Por si toda esta presión no fuera suficiente para sus maltratados nervios, cada tres meses “El Quisquilloso,” dirigido por Luna Lovegood, amiga, como no, del desaparecido y los anteriores, recordaba a todos sus lectores, y eran muchos, la extraña desaparición de Harry Potter tras derrotar a Voldemort y el empeño de Ministerio en decir que estaba muerto cuando su cuerpo nunca fue encontrado. Y de nuevo la rubia dejaba caer a sus lectores la pregunta del millón “¿Tenía algo que ver algún alto cargo del Ministerio con esa desaparición?,” Preguntaba Luna Lovegood por enésima vez. “ Si no era así, ¿cómo podía el Ministro estar tan seguro de que El Niño que vivió había muerto?”
“El Profeta” seguía siendo el “boletín” del Ministerio, pero su popularidad había descendido muchísimo a favor del periódico dirigido por la rubia de ojos soñadores, que se había ganado a pulso a sus lectores con su buen hacer, información fidedigna y probada credibilidad. Cada vez menos gente en el Mundo Mágico confiaba en el Ministro de Magia. Mientras su “fiel” servidor sentado a su lado, sonreía para sí, esperando el momento de la inminente caída del Ministro. Entonces sería “su momento” Ron y Draco trabajaban en el Cuartel General de Aurores, también ubicado en la segunda planta. Cada uno se había hecho a sí mismo la promesa de no parar hasta descubrir quien estaba tras el intento de asesinato y posterior desaparición de su amigo; aunque para ello tuvieran que poner patas arriba todo el Ministerio de Magia.
En ese momento, Hermione tenía un ingente número de archivos sobre su mesa. Tenía el historial de todos, absolutamente todos los empleados del Ministerio de Magia, desde el más insignificante hasta las más Altas Esferas, incluido el propio Ministro de Magia. Tras reducir todo al tamaño de una novela de bolsillo, lo guardó en su túnica y muy ufana se fue a su casa. Alguien del Ministerio estaba involucrado, y todos y cada uno de ellos pagarían en Azkaban lo que le habían hecho a Harry o ella dejaba de llamarse Hermione Jane Granger. Era una promesa.
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Era un tarea de titanes intentar separar a Severus de su pareja. El chico seguía inconsciente; llevaba ya casi dos semanas al cuidado de Neville Longbotton.
Aunque el Medimago le daba siempre ánimos y le decía que iba bien y que despertaría en cualquier momento, Severus no lo veía tan claro. No entendía mucho de Medimagia, pero sí de pociones, y las que Neville le administraba revelaban que el daño sufrido por el chico de ojos verdes había sido muy grande. No obstante sus ondas cerebrales eran ya casi del todo normales.
El coma de Harry era inducido. Le habían administrado una poción para dormir sin sueños, elaborada por el propio Severus y a petición de Nevillle, pues era necesario mantenerle inconsciente para poder administrarle los remedios necesarios para él, dado que algunos de ellos eran bastante dolorosos y tampoco querían hacerle sufrir más de lo estrictamente necesario. Bastante había pasado ya.
Aunque el chico recobrase la memoria. Neville no estaba seguro de que la recuperara totalmente, y así se lo hizo saber al hombre mayor. Pasaría tiempo aún antes de que Harry recuperase totalmente sus recuerdos, si es que lo hacía alguna vez.
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En un pequeño despacho del Ministerio de Magia un hombre joven, se sentaba en su sillón con un vaso de firewhisky en la mano, mientras venían a su memoria ciertos sucesos acaecidos unos años antes.
Flash back
-¡Espero que sea importante el motivo por el que me has llamado a estas horas!- se quejó la hermosa recién llegada que cubría sus largos cabellos con la capucha color púrpura de su túnica y en cuyo rostro se reflejaba el cansancio de una larga jornada laboral, que había dejado su huella –.¡ Estoy de prácticas en San Mungo, y estoy deshecha, así que espero que lo que tengas que decirme merezca la pena!
-¡Juzga por ti misma!- dijo el chico con arrogancia característica en él, conduciéndola a una sala interior.
Los ojos de la muchacha se abrieron como platos, para llenarse de lágrimas a continuación, ante el dantesco espectáculo que se ofrecía ante ella. Harry Potter yacía inconsciente o tal vez muerto en el suelo. Frito a maldiciones, no se le oía respirar.. y un gran charco de sangre bajo él, denotaba que le habían molido a Crucios.
La chica dudaba que le quedara algún hueso o músculo entero.
-¿Está vivo?. preguntó con voz temblorosa.
-No lo se aunque supongo que sí. No puedo acercarme a él, tiene un escudo a su alrededor que le protege… y su magia me rechaza…- dijo no sin desprecio.
La chica, en cambio, no tuvo ningún problema para acercarse a él. La magia de Harry la había reconocido. Se arrodilló ante él y tocó su cuello buscando algún signo vital.
-¡Está vivo!- gritó -.Ayúdame a trasladarlo a mi apartamento. No podemos llevarlo al hospital, acabarían de matarlo. Aún tiene pulso... pero está muy débil- dijo sollozando -.¿Quién ha sido? ¿Quién le ha hecho esto?- inquirió histérica
-Fueron los aurores del Ministerio. Bueno… algunos corruptos a la órdenes de Fudge- contestó el chico mayor, en cuya voz no había ni un asomo de pena -. Pero esto debe mantenerse en secreto, al menos mientras yo lo crea oportuno… sino no permitiré que te lo lleves -dijo con una maliciosa sonrisa.
- Serias totalmente capaz de hacerlo, no lo dudo- dijo la muchacha de ojos oscuros con voz helada-.¿Nunca cambiarás, eh? Tu desmedida ambición acabará contigo- dijo la chica furiosa y dolida ante la aptitud del otro.
-Miralo de éste modo, cariño,… ambos salimos ganando con esto. Yo obtendré lo que quiero llegado el momento, y tú tienes a tu adorado Harry para ti solita.
-¡Eres despreciable!- escupió la muchacha
-¡No somos tan diferentes como crees!- le espetó el otro clavando su mirada castaña en los ojos color café. La estudiante de Medimagia y Pociones Avanzadas le lanzó una mirada asesina. Al instante sujeto con fuerza al chico de ojos verdes y se desapareció con él.
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Ron y Draco estaban poniendo muy nervioso a cierto sector del Ministerio, con sus preguntas. Lo demostró el hecho de que les mandaron a una arriesgada misión contra unos Mortífagos que se suponían escondidos en una mansión a las afueras de Dublín, en Irlanda. El olfato de Draco Malfoy para el peligro, les salvó en ésta ocasión.
-¡Salgamos de aquí, rápido! - gritó tirando de Ron. Ambos se desaparecieron para aparecerse a unos doscientos metros de la casa. Una gran explosión hizo que de la lujosa casa no quedaran ni los cimientos. Ron aún estaba terriblemente pálido, y su corazón rebotaba tan fuerte contra su pecho que dolía, cuando preguntó al rubio que estaba en parecidas condiciones:
-¿Cómo lo supiste?- musitó con voz ronca
-Porque nos dejaron solos…¡ estaba claro que creían que no sobreviviríamos!- respondió el rubio.
¡ En efecto, habían ido a la misión cinco aurores, ellos incluidos, pero los otros tres habían desaparecido.- - Definitivamente, ha llegado la hora de hablar seriamente con el resto de la Orden del Fénix. ¡Vamos a necesitar su ayuda!- exclamó el pelirrojo con pesar, mientras Draco se limitaba a asentir con la cabeza.
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- Sev…Severus, ¿de verdad eres tu?- preguntaba con voz aún débil el ser que mas amaba el hombre de ojos negros, quien totalmente emocionado al ver por fin las hermosas esmeraldas que eran los ojos de Harry reconociéndole, ahogó un sollozo antes de simplemente perderse en aquellos amados brazos que ahora le reclamaban.
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Yuki Fer As de oclumancia
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| Tema: Re: Engañado capítulo 3 El complot Mar Feb 10, 2015 7:53 pm | |
| porfinn porfinnnn ya despertoo harry y si reconocio a sev...>.< que emocion..>.< | |
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