SHRINE OF MEMORIES
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By: Dealizardi
No lo volveré a hacer
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Capitulo V
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No lo volveré a hacer.
Severus y James se dispusieron a ingresar al despacho del profesor Malfoy, este sin hacerlos esperar los invito a sentarse.
—Hoy no los cite aquí para hacerlos cumplir con su castigo, en realidad su castigo lo cumplirán cada día a partir de hoy, y les diré porque… —Draco los miro intensamente y según James de forma arrogante. Pero continúo hablando —a partir de este momento ustedes dos no me entregaran dos pociones, me entregaran una única pocion.
—¿De qué habla? —pregunto James sin comprender.
—A lo que me refiero es que ustedes en todas mis clases harán una poción entre los dos, esto durara por lo que resta del mes, y el siguiente y al siguiente mes, hasta que o una de dos, o aprender a trabajar juntos o ambos reprueban pociones por su incompetencia.
—Pero eso no está permitido —murmuro Severus. Tanto James como Severus estaban entrando en pánico.
—En realidad Joven Snape, si lo está. —A Draco le dolió ver la expresión de Severus, seguramente él hubiera preferido reprobar a hacer algo junto a su enemigo de la infancia Harry Potter, pero Severus no era él, ni siquiera era el mismo Severus que el conoció como el maestro de pociones. Este era solo un niño demasiado tímido y solitario, nada quedaba del hombre que considero padre en la guerra.
**H&S**
James no lo podía creer había sacado un cero en la primera clase de su castigo y peor aún, su poción había explotado.
Sirius y Remus lo miraban, sabían que James estaba molesto después de lo sucedido, en eso escucharon dos voces ambas totalmente reconocidas y decidieron esperar.
—Severus tranquilízate, no es para tanto que tengas un cero en pociones, sabes mi primo no es tan malo, él solo es un poco tonto y bastante orgulloso. Uno de los dos debe de ceder sino no se van a quitar de encima al profesor Malfoy.
—Lily no sé de qué lado estas. —Se quejaba Severus.
—Por Merlín Severus sabes que te aprecio, pero insisto mi primo no es tan desagradable. Además yo creo que ustedes dos se pueden llevar mejor.
Severus la miro con cara de fastidio y suspirando contesto. —Vale, curiosamente el profesor Malfoy cree también que James y yo podríamos llevarnos mejor.
—¿Ves? —Lily estaba feliz y añadió —pero ¿porque parece que no le crees?
—El profesor Potter no lo cree… —ambos guardaron silencio. —Yo creí que él estaría en contra de las rivalidades entre las casas. Pero parece que no… No sé qué pensar Lily. —Murmuro poniendo cara de confusión.
—No lo sé, aunque el profesor Potter es mi tío, nunca lo he tratado mucho, creo que él y papá no se llevan bien, aunque creo que mi padre con nadie se lleva bien, es un poco tonto ¿sabes? —Y dicho esto tanto Lily como Severus se rieron de forma cómplice. —Aunque no deberías de complicarte, siempre es bueno llevarte bien con todos te evitas muchos problemas… y es lo correcto ¿no crees? —Severus solo asintió.
Todos en la escuela sabían que Lily y James eran primos, pero nadie sabía que Lily era rechazada por su padre quien comúnmente la llamaba monstro y fenómeno. Era la misma forma con la que la gente de los alrededores solía llamar a la bruja que vivía sola al final de la calle de las hilanderas.
Todos en el pueblo de Spinner End sabían que esa casa estaba maldita, siempre supieron que ahí vivía una bruja hace muchos años, y que siempre iba a ser habitada por gente de mala calaña, como ese hombre, el alcohólico que vivió hace tiempo y el hijo desaparecido del cual nunca se supo nada. Y preferían nunca saber nada.
Duddley era un hombre maduro que vivía con su única hija, a la cuál su esposa antes de morir había llamado Lily, Lily creció como una niña normal amada por su padre. Lily Evans Paris siempre observaba la casa vieja al final de la calle, y al niño de su edad, flaco, larguirucho y de piel pálida. Tenía unos ojos tan negros como la noche sin luna, desde que lo vio siempre soñaba con él, soñaba que corrían juntos y él hacía magia, mientras otra niña se enojaba con ella, una niña llamada Petunia, por alguna razón le dolía. Soñaba que iba en un tren, que vivía en un castillo, que su mejor amigo era justamente ese niño llamado Severus estudiante en Hogwarts y un genio en las pociones, que había un grupo de niños que lo odiaban y ella a ellos, soñaba que crecían y que James el niño la quería, la amaba y ella a él, soñaba con sus estudios de guardián, en sus sueños era llamada auror, su boda, su felicidad al lado de James ahora su esposo y padre de su hijo. Pero por último soñaba con la noche de Halloween, la última que vería en sueños y un resplandor verde que la llena de terror, al final de cada sueño siempre es una pesadilla, sueña con la muerte y el dolor de dejar a su hijo solo en el mundo.
Aunque Lily es una niña, sabe perfectamente que sus sueños tienen una misteriosa verdad oculta, ella tiene miedo de que un día las cosas sean igual, pero entonces conoció a James Potter y supo que era su primo. Y que tal vez la historia se repita o la historia apenas se escriba, no sabía si sus sueños eran premonitorios o de algo que ya sucedió, solo sabía que tenía miedo, miedo de jugar con Snape, de hablarle y de ver a James, de sentir algún día lo mismo que en sus sueños. Por eso solo se animó a hablarle a Snape hasta que iban en el expreso a Hogwarts justo como en sus sueños.
Justo como en sus sueños vivía en un castillo, su mejor amigo era Snape. Pero le daba miedo odiar a ese niño James. Le daba miedo hacer magia… Y le daba medo algún día convertirse en un auror. Simplemente no quería morir.
31 de octubre
El día acababa de empezar, el correo había llegado y en Hogwarts se acercaba la clase para primeros que todo mundo parecía adorar, así es la clase de defensa contra las artes oscuras. Todos adoraban esa clase no solo por la persona que las impartía, sino también por su carisma y aptitudes para esa materia.
Pero a quien engañamos todos amaban al profesor Potter. Pero a todos se les bajo la euforia al notar que el sujeto que acababa de ingresar a clase no era otra que Draco Malfoy el profesor de pociones.
—¡Silencio! Por cuestiones personales el profesor Potter tomo unas horas libres. Por lo tanto yo daré la clase en su lugar.
Pero el profesor se detuvo al ver que Lily Evans levantaba la mano. Cediéndole la palabra.
—Profesor, James Potter no ha llegado. ¿Todo está bien?
—Si señorita, en realidad el profesor mismo requirió de la presencia de su hijo. —Draco se contuvo de decirle sangre sucia. Y tanto Sirius como Remus se miraron entre sí.
Severus por otro lado aún seguía un poco confuso y se preguntaba que estaba sucediendo. Aun ensimismado en sus pensamientos recordando el momento en el cuál se había enterado de que el maldito James Potter tenía un padre tan adorable como Harry Potter y no solo eran parientes lejanos, como él había creído.
Lejos de Hogwarts en un lugar llamado Godric. Se encontraban dos personas en el cementerio, justo free a dos tumbas hechas el mismo día en las cuáles rezaban los nombres de Lily Evans y James Potter. Hoy era el aniversario de las dos primeras personas que dieron su vida por él, sus padres. Harry ya no sabía exactamente a quien hablarle, a esas tumbas que eran símbolos de las personas que vivieron o mirar a un lado al niño que estaba a solo unos centímetros de él. Al niño que contiene el alma del hombre que fue su padre. Ese niño que se llama igual que su padre. Pero sigue siendo solo eso, un niño. Ahora su hijo.
James mira a su padre, se ve la tristeza en él, algo en lo cual nunca había reparado hasta hoy. Sus abuelos estaban ahí o al menos el cuerpo que dejaron atrás.
—Papá, ¿estás bien? —Harry lo miro sorprendido. No por las palabras sino porque no creía que realmente se reflejara tristeza en su rostro… —es que parece ser que la falta de emociones es lo malo en ti. —Continuó el pequeño nuevamente sorprendiendo al mayor.
—Seguramente haz de saber que ellos murieron salvándome, dieron su vida por mí.
—Lo sé, Remus mi amigo, habla demasiado. Por eso lo sé, eso y muchas otras cosas, padre sabías que estudio sobre ti en los libros de texto. Especialmente en Historia de la magia.
—Vale, —sonrió, la primera sonrisa de ese día —solo quiero que sepas que yo siempre estaré a tu lado. Aun cuándo me haya ido.
—Tú no me dejaras. No vas a morir.
—James, soy auror, tengo el trabajo más peligroso, solo seré profesor mientras tú estés en el colegio, y créeme que sé que eso tiene riesgos de más. Solo de recordar al profesor Snape — y con eso ambos rieron, uno sin saber exactamente a qué se refería y el otro sabiendo más de lo que todos creían.
—Oye padre, he sabido que ese hombre era aterrador, y todos se burlaban de él. Eso me lo dijeron mis tíos Weasley. —Decía rápidamente y con una sonrisa burlona. — Además de que era espía, pero… —se detuvo abruptamente al ver la mirada que tenía su padre en ese momento.
—El profesor Severus Snape es el hombre más valiente que he conocido y no importa lo que digan los demás, tú lo vas a respetar en mi presencia y frente a todos. Yo le debo más que mi vida.
Para James esa era la primera vez en la que veía a su padre tan molesto. No una molestia divertida o burlesca como cuándo el pequeño hacía travesuras, ni de furia o de coraje mientras estaba frente a algún tipo de injusticia, era más bien como si estuviera viendo a su peor enemigo. Y James se sintió terrible. ¿Quién demonios se creía ese tal profesor como para que su padre lo prefiera sobre su propio hijo?
Esa fue la primera vez que Harry se molestó realmente con su hijo. No iba a permitir que este James tratara mal a Severus, aunque sabía que no podía evitarlo, pero por lo menos trataría que lo respetara solo porque era su padre.
—Qué ironía. —Pensó Harry.