SHRINE OF MEMORIES
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By: Dealizardi
Beta: Lorient
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02 Él no volverá
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Los pasillos eran enormes y aunque muchos alumnos de primer año terminaban perdiéndose, Severus nunca se perdía era como si conociera ese lugar como la palma de su mano, era como si siempre hubiera estado en ese lugar. Él pertenecía ahí.
Iba por un pasillo, cuando escucho una conversación, no era que él prestara atención, más bien las personas hablaban muy alto.
—¡Malfoy! No era necesario que le dijeras todo eso a James. —Reclamaba en tono ofendido el profesor de Defensa.
—Y que… mira Potter, él hecho de que sea tu hijo no significa que puedas decirme como impartir mis clases, o a quien reprendo, eso es asunto mio y no quiero que te metas con mis clases. Lo que pase dentro de ellas es asunto mio.
—Lo hiciste apropósito. —Se defendió el maestro sin alegar más en corregir la forma de enseñar de Draco. —Tú dijiste todo eso a James, solo para regodearte en que una vez eso mismo dijo Snape, pero tú no eres Snape.
—¿Que? No me puedes culpar. —Dijo en tono burlesco. —Fue divertido ver la expresión en la cara del joven Potter.
—¿Enserio? —Pregunto él profesor de Defensa, entrecerrando los ojos. Y Draco no supo que sería lo siguiente que diría, por lo tanto prefirió guardar silencio esperando la respuesta a que se auto daría Potter. —Porque te recuerdo como terminamos Snape y yo.
Draco solo abrió los ojos de forma desorbitante, quedo en shock, esa insinuación o afirmación es del tipo de cosas que prefiere no saber, o más bien que siempre trata de ignorar, por lo tanto prefirió guardar silencio. Y dio por finalizada la conversación. No quiso negar nada que aun no pasaba, ni quiso alegar su presunta inocencia sin haber cometido ningún delito, él no era como su padrino.
—No digas estupideces. —Alcanzó a oír Potter antes de abandonar el pasillo, no era que Harry insinuara que Draco algún día se fijaría en su hijo James, en realidad eso era una estupidez. Pero fue divertido descolocar a Draco.
Severus oculto, entendió la mitad de lo sucedido, pero ahora rondaba una pregunta. Era obvio que ambos profesores conocían a Severus Snape su padre. Pero, ¿a que se referían con como terminamos Snape y yo?
Decidió que lo mejor era seguir su camino… olvidándose momentáneamente de esas cosas que aún no entendía.
OoOoOoOoO
James Potter odio al profesor Malfoy, lo humillo, no entendía a ese bastardo que nunca le agrado… lo conocía desde hace años, desde que su padre empezó a trabajar en Hogwarts. Pero ya se vengaría…
Como ya se habrán dado cuenta James no era un niño tolerante, era mimado por sus tíos, Hermione y Ron… y todos los hermanos de este último. Sus mejores amigos eran Remus Lupin y Sirius Black. Remus Lupin era hijo adoptivo de Hermione, nacido de muggles. Y siempre vivió a su lado. No se sabe mucho de su pasado en el orfanato. O en la calle, pues no se habla mucho de eso…
Y Sirius Black era hijo de Narcisa Black la cuál nunca lo quiso, al no ser hijo de su marido, no le puso el apellido Malfoy. Otra razón más para odiar a los Malfoy… Narcisa nunca quiso a ninguno de los gemelos que tuvo, pero les puso esos nombres por sus primos, uno de ellos era la oveja negra de la familia Black. Los gemelos Black eran hijos de mortífagos, nadie nunca supo de quien, solo Narcisa lo sabía, o eso esperaban todos. Pero como siempre Sirius y Regulus Black vivían en la mansión Malfoy, en la cuál eran criados como los hijos de la señora Malfoy… pero eran más que extraños, todo el amor de Narcisa era dirigido a su primogénito y heredero, Draco Malfoy.
Entonces se preguntaran ¿Cómo es que siendo hijos bastardos, eran aceptados en la mansión? La respuesta es simple, Draco Malfoy por alguna extraña razón totalmente desconocida para James. Este siempre cuido a sus dos medios hermanos como si su madre nunca hubiera sido utilizada por nadie… en realidad nadie podía culpar a Narcisa por no quererlos, pues en realidad todo era culpa de la mente desquiciada de Lord Voldemort.
James seguido veía a Sirius y Regulus Black, cada vez que Draco los dejaba en la mansión Potter. A los cuáles se les unía Remus Lupin.
Un día James encontró un Mapa en la habitación de su padre Harry. Él sabia la contraseña pues a escondidas la escucho sin querer. Entonces leyó lunático, colagusano, canuto y cornamenta. Los cuatro merodeadores han vuelto.
Para cuando ingresaron a Hogwarts ya eran amigos, ya eran los cuatro merodeadores, pero extrañamente fueron separados pues Regulus fue a dar a Slytherin. James sentía todo como si fuera un dejavú, entonces la vio, era una chica que llamaba demasiado la atención, y él la conocía, era su prima.
Lily era hija del primo de su padre, Dudley, pero este cambio su apellido a Evans cuando sus padres se divorciaron. Quedando con el apellido de Petunia Evans. Su tío era boxeador profesional, aunque después de un tiempo se retiro y actualmente es entrenador. Vive en la antigua casa de los abuelos en la calle de las hilanderas. Donde Lily Evans abuelita y tía Petunia vivieron de niñas.
Harry Potter nunca exigió la herencia de esa casa, porque él tenía hasta de sobra. Y prefirió solo vivir al lado de su único hijo James Potter.
James nunca le pregunto a su padre, sobre mamá. Este solo le decía que hay cosas que aún no se esta listo para decir, y otros no están listos para escuchar.
OoOoOoOoO
James observaba a las tontas de sus compañeras de clases, como a pesar de tener 11 años se les caía la baba por mirar el culo al profesor de Defensa contra las arte oscuras, que dicho sea de paso era su padre. Pero aunque le fastidiara eso, lo que más coraje le daba es que ninguna de ellas lo mirara a él.
Las clases transcurrían un poco lento, él empezó a divagar un poco, esa clase era junto con los Slytherin, y entonces se encontró observando a ese chico Snape, que se juntaba con Regulus. Era un chico muy inteligente, su prima Lily no dejaba de hablarle, y siempre compartían casi todo…
En todas las clases no dejaba de observarlo, era realmente misterioso, parecía que siempre prefería los libros a hablar con otros, no parecía estar interesado en nada ni nadie… no tenía amigos, tal vez solo Lily y Regulus.
—James tengo un rato llamándote…
—Perdón Lily, es que yo… olvídalo… ¿Qué sucede? —Se obligo a responder cuando Lily lo saco de sus pensamientos.
—Solo que estamos en el mismo equipo en encantamientos y creo que es importante iniciar la investigación para el ensayo. —Se detuvo cuando vio que James nuevamente estaba perdido en las nubes… noto que él miraba algo fijamente y decidió seguir su mirada… hasta encontrarla en un joven de Slytherin. —Se llama Severus Snape.
—Ya se como se llama.
—Entonces ¿porque lo mirabas tan fijamente?
—Yo no… —James no pudo evitar sonrojarse al ser atrapado.
—Si aja, ¿que sucede James?... —Espero y no obtuvo respuesta. —Él vive cerca de mi casa, vive solo con su madre, es demasiado tímido, apartado y nunca habla, pero es muy inteligente… no le hagas nada entendido, aunque sean de diferentes casas creo que mi tío Harry es lo bastante claro contigo sobre lo que piensa de esas rivalidades.
—Ya lo se Lily.
Los días que siguieron, James no pudo evitar ver como el joven Snape se la pasaba contestando a todas las preguntas de los profesores. Y trataba de alejarse de todos constantemente, como si cualquier contacto con los demás lo quemara.
James estaba analizando todo eso, y se preguntaba porque razón un niño no le gustaría que nadie lo tocara, que nadie le hablara y porque miraría con odio a todos, como si sonreír fuera lo más malvado que pudieran hacer.
OoOoOoOoO
Una mañana James caminaba, y entonces encontró a Severus observando al profesor Draco Malfoy, en parte eso no le gusto, desde lo sucedido el primer día de clases. No le agradaba el profesor Malfoy.
Desde entonces James estaba decidido a hacer la clase del profesor Malfoy un completo desastre. Él era bueno en esa materia, conocía todo lo que se debía de saber sobre pociones, y sabía perfectamente como sabotearlas, eso era lo más simple del mundo…
Pero aunque todas explotaban, siempre había una que no… la de Snape. Él era un genio en eso y siempre sabía como contrarrestar sus intentos de sabotaje… desde entonces solo se centro en él.
Hasta que Draco Malfoy exploto, dándoles a ambos a una detención…
Justo cuando se acercaban a la entrada, con miradas asesinas entre ellos, escucharon una conversación en el interior de la clase.
—Estoy harto Potter, —y se escucho una risita en respuesta, —tú no entiendes ¿verdad?, se quieren matar y llevarnos de corbata, ¡te juro que eh tenido que estudiar todos los contras y sus daños colaterales de cada poción por si un día de esto algunos de los dos no sabe la contra y explote la poción! —Gritaba Malfoy…
—Ya vale, entendí tu punto… no veo el problema si hasta el momento todo a salido bien.
—No lo entiendes… No por supuesto que nunca lo entenderías eres un nabo en las pociones… Menos mal que James no saco eso de ti, sino hubiera tenido otro Neville en mi clase o peor, otro Weasley.
—Ey —Se quejo Potter. —Ron no era peor que Neville.
—No salimos del tema… él punto es que ya no hay más pociones que no tengan consecuencias, y las que quedan no esta bien que se les enseñen a niños de primero.
— ¿Porque no?
—Ese no es el punto… —Insistió Malfoy. —El punto es que quiero que hables con tu hijo, no quiero otra explosión o juro que me valdrá un comino de quien es hijo, y de cuanto quiero a sus padres, porque ya no lo soporto más.
—Draco, cálmate, entiendo que esto no esta resultando, pero…
—No, yo estoy calmado… tú debes de entender, que tu hijo necesita disciplina, la clase de pociones es para aprender, no para competir quien sabe más. Y eso es justo lo que están haciendo… al principio los deje sabes, quería que vieran que por lo visto a ambos les gustan, pero son imposibles.
—Bueno son James y Snape, ¿Qué esperabas? Que fueran amigos solo porque a ambos les fascinan las pociones.
—En realidad si esperaba eso. Mi padrino y yo nos llevábamos bien gracias a las pociones y…
—James y el joven Snape no son ustedes. —Contesto Potter con una voz quebrada.
—Lo se Potter, créeme, lo se. —Dijo Malfoy con la misma entonación. —Dime Potter ¿Cómo le haces?
James y Severus que observaban todo, se miraron entre sí, ninguno de ellos sabía que Malfoy esperaba que se llevaran bien… a diferencia del profesor Potter. Decidieron en silencio que seguirían escuchando. James no sabía esa parte de la historia.
Notaron como Potter pareció no entender la pregunta.
—Habla claro Malfoy.
—Sí, ¿Cómo puedes decir amarlo sin saltarle encima cada vez que lo miras? —Al parecer la pregunta fue totalmente comprendida por Potter, porque simplemente bajo la mirada clavándola en sus zapatos.
—Porque lo amo, él debe de vivir su vida, al igual que yo con la mía, tal vez algún día, y aunque yo lo espere, es probable que él no se de ni por enterado, de que alguien esta ahí cuidándolo, velándolo y amándolo.
—Sabes Harry eres un idiota.
—¡Cállate Malfoy! Crees que es fácil, pues déjame decirte que no, saber que esta ahí en otra habitación en este castillo y no poderlo tocar, saber que me escucha y no poderle decir lo mucho que lo extraño y cuanto lo amo. Saber que esta ahí en la misma habitación que yo y no poderlo atraer hacía mí.
—Ya vale, entendí no es necesario que gritaras, alguien pudo oírte.
—Lo extrañas verdad…
—Por supuesto que lo extraño… él era casi un padre para mí.
—Lo se. Bien en cualquier momento llegaran lo chicos y tú tendrás que imponerles un castigo… —Dijo Harry ya retirándose a la chimenea para salir de ahí… pero Draco lo llamó haciéndole llamar antes.
—Crees que habrá algo para recuperarlo. Si encuentro una solución para tenerlo nuevamente a mi lado, no dudes en que lo hare…
—Malfoy no cometas errores. Él no volverá. Ninguno es el mismo.
Y sin más entro a las llamas que lo envolvieron para luego desaparecer.
Dos niños tras la puerta decidieron que era momento de tocar.
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Capitulo 3