La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 El Deseo de Harry. Capítulo 3.

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Lizie CoBlack
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Lizie CoBlack


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MensajeTema: El Deseo de Harry. Capítulo 3.   El Deseo de Harry. Capítulo 3. I_icon_minitimeJue Sep 05, 2013 10:29 pm

Notas del capítulo:

¡Hola!

Lo siento.

Les pido mis más sinceras disculpas a todos, pero ya está aquí el nuevo capítulo. Nos vemos en las notas finales.

Sin más disfruten la lectura. No esta beteado otra vez así que perdonen los posible errores.

Quiero decirles que es mi primer lemon en forma, así espero me regalen sus opiniones. Muchas Gracias, por sus comentarios.

Disclaimer: Estos personajes no son míos, si lo fueran Sev estaría por siempre feliz con Harry. El universo Harry Potter es de J.K. Rowling yo solo me divierto creando fics.

Recuerdos: “letra cursiva y comillas”

Presente: letra normal

Pensamientos: letra cursiva
.


-*-*-*-*-

Capitulo III.

*

Severus dejó a Harry acostado en la cama, había terminado de llorar hacía rato quedando dormido por las energías gastadas. Haberlo transportado después de la noticia fue un poco difícil. Él mismo, todavía no podía aceptar tan fatídico resultado. Pero de algo estaba seguro, así como Harry estuvo con él en su momento más duro, así también él jamás le abandonaría.

Quizá si él pudiera concebir por los dos sería más llevadero. Pero hace mucho que no podía y eso se lo debía al señor Tenebroso.

Cerró los ojos e inhalando y exhalando trato de alejar los malos recuerdos. Dirigiéndose al mini bar que tenían en la sala, se sirvió un vaso de whisky de fuego, tomando un sorbo dejo que el alcohol calentara obrando su propia magia. Sentado en aquel sillón donde todo había comenzado. Suspiró y trato de ya no pensar, quería ya no hacerlo.

No sabía cuánto tiempo tenía ya sentado pero hacía rato que el whisky se había terminado, no teniendo energías ni para eso, no se levantó a llenarlo otra vez. Todo aquello no era lo que lo había sacado de su ensoñación, sino más bien unas suaves y delicadas manos quitándole el vaso, para después sentir el cálido y reconfortante cuerpo de su esposo sentado en su regazo. Le abrazó por la cintura mientras Harry lo hacía por el cuello. Así se quedaron, en silencio, abrazados, reconfortándose el uno al otro, dándose el aliento y apoyo que necesitaban. Sólo así por varios minutos. El susurro de Harry irrumpió esa pequeña paz.

— ¿Qué vamos a hacer Sev? ¿Qué voy a hacer? Lo siento, de verdad lo siento, lamento no poder darte una familia— un pequeño sollozo se escuchó. —Perdóname por perturbar nuestra tranquilidad.

Severus sólo lo abrazó más fuerte y besando su frente esperó a que se calmara.

—No tengo nada que perdonarte pequeño mío.  Hay más opciones, pero quiero que tengas ésto claro, y siempre presente: Tu y Yo somos una Familia, nuestros hijos sólo vendrían a hacerla más grande. Siempre recuerda que Yo soy Tu Familia así como Tú eres la Mía—. Le miro a los ojos mostrando su firme convicción, el pequeño león sólo se perdió en ellos, sintiendo su seguridad.

Otro minuto de silencio más donde cada uno reflexionaba sobre lo dicho.

—Entonces, si yo no puedo ¿tú concebirás Sev?— dijo con ilusión en la voz y esperanza en sus ojos. Se odió, por apagar esa llama.

—No Harry, yo tampoco puedo, cortesía del Señor Tenebroso.

Se extendió un silencio, ahora más largo.

Hubo alguien más en la vida de Severus, había amado a alguien más antes de Harry. Hacía mucho que no pensaba en él, su primer amor: Evan Rosier.

“Durante sus años en Hogwarts casi no llevaron ninguna relación, no más allá de la que un Slytherin llevaba con otro. Todo cambio un día cualquiera durante su séptimo año, cuando los Merodeadores le jugaron una broma de la cual lo salvo, además de regresarles golpe por golpe. Sin pedir nada, sin decir nada y quizá sin esperar algo, se fue. Dejándolo allí aturdido por su comportamiento. Desde aquel momento comenzaron una relación extraña. Se conocieron poco a poco, se podía decir que eran amigos. Tiempo después sucedió algo que marcó un antes y un después en esa extraña relación.

Aconteció en las vacaciones de invierno, que Albus no le permitió quedarse en el colegio, no teniendo más remedio que regresar a aquel lugar al que jamás podría llamar hogar. Ni siquiera el valor de “casa” podía darle. Hacía más de un año que no pisaba esa casa, cuando llegó, su padre no se encontraba, pues estaba en un bar seguramente. Todo aquel día la paso solo. Mejor para él. Muy de madrugada escucho un ruido en la sala, Tobías había regresado. Alerta tomo su varita, aunque sabía que no la podría utilizar, se sentó en su cama, se calzó los zapatos y esperó. Oyó los pasos de Tobías pasar de su cuarto, al suyo al parecer, suspiro con alivio pero en alerta todavía. De repente se abrió la puerta de golpe, apareciendo su progenitor en ella. Lo miro con repulsión.

—Mi hijo, al maldito fenómeno, ha regresado a casa —apretó los puños esperando la siguiente acción de su padre. —Hay que darle su merecida bienvenida —exclamo, pero apenas entendiéndole por lo borracho que se encontraba.

Le vio acercarse, él se levantó instintivamente de la cama., y caminar por el cuarto, él lo hizo  al lado contrario de los movimientos de Tobías.

—A dónde vas “querido” hijo —se mofó —, escapas como el cobarde que eres. Aquello que le heredaste a tu estúpida madre —. Ese comentario le enojo descontrolando su magia. —Estúpido, en mi casa no harás esas rarezas tuyas —. Severus trató de calmarse, no podía hacer magia frente a él, todavía no cumplía la mayoría de edad. Se distrajo tanto que no vio a su padre acercarse.

Tobías vio la distracción de su hijo, camino hasta él y tomando de sus cabellos tiro de él, para después darle un buen puñetazo, partiéndole el labio al delicado rostro de Severus.

—Ni siquiera un golpe resiste, estúpido débil. Dime de que te sirve tu magia en este momento. ¡Dime! —Le exigió y, al no tener respuesta, golpeo el estómago de Severus consiguiendo que se doblara, le soltó los cabellos, viendo caer a su hijo.

Severus todavía no reaccionaba bien cuando sintió un fuerte golpe en la cabeza, se la tomó cayendo al suelo completamente, ¡Merlín! Que sentía partírsele, trato de recuperarse pero su padre comenzó a dar de patadas a su cuerpo, las que lograban llegarle le dolían horrores. Se hizo ovillo tratando de tomar fuerzas de donde no tenía. En un acceso de valor y fuerza se levantó y le atesto un golpe en la boca del estómago a Tobías, sacándole el aire, le dio otro para asegurarse. Tambaleante le miró tirado en el suelo tratando de recuperar el aire. Se acercó cuidadosamente pateándole la cabeza dejándolo inconsciente.

Comenzó a caminar hacia la salida pero le dolía todo. Un destello brillo en su  muñeca, la miro observando la cadena que le había regalado Rosier antes de irse del colegio.
‘Si necesitas cualquier cosa Snape, sopla el brazalete y gíralo tres veces a la derecha’ escucho su voz. Saliendo trabó la puerta e hizo lo que Evan le había dicho.

Llevaba menos de diez minutos cuando vio el forcejeo de la manija, Tobías había despertado. Camino lentamente tratando que su cuerpo no le doliera tanto.

—Maldito bastardo, abre la maldita puerta, cuando salga te arrepentirás —le grito, pero él no hizo caso, siguió avanzando.

Cuando  llegó a la salita, sintió los brazos de alguien rodearle. Levanto el rostro viendo la cara preocupada de Rosier.

— ¿Qué ha pasado, Severus? —exclamo Evan mirándole preocupado, tenía el labio partido, el ojo derecho amoratado y la mejilla comenzaba a hincharse, además de verle sujetarse el costado izquierdo con cuidado.

—Sólo sácame de aquí —Evan lo miró insistente —, por favor —. Evan de verdad se preocupó, Severus nunca decía esas palabras.

—Bastardo ahora me las pagaras —vio a un hombre borracho aparecerse en la sala. Aquel debía ser el culpable del estado de Severus, ese que suponía debía ser su padre. Avanzo hasta él y le asesto el mejor golpe que pudo dar, tirándolo al suelo.

Severus vio a Evan comenzar a patear a Tobías como momentos antes él se lo había hecho. Cuando vio a su padre engarrotarse con los golpes y el alcohol, Evan se detuvo. Le tomo de la barbilla arrodillándose a su lado para hablarle.

—Jamás volverás a tocar a Severus y te arrepentirás por haberlo hecho ya —le susurro fríamente. Rosier levanto su varita hacia Tobías conjurando la cruciatus, lo único que después se escuchó fueron los alaridos de dolor de su padre. Cuando cayó en la inconciencia sonrió de lado. Evan camino hacia él y lo envolvió de nuevo en sus brazos. Los apareció en su casa. Se dedicó a cuidarle y al día siguiente ninguno dijo nada al respecto.

A partir de eso su relación mejoró, pasando de la amistad a una relación en pareja. Todo fue felicidad, antes de que hicieran el error más grande: ordenarse en las filas del lord.”


Una caricia en su mejilla lo trajo a la realidad. Harry le miraba preocupado. Sonriéndole dulce le dio un suave beso.

— ¿Te encuentras bien Sev? –él asintió en silencio. — ¿Quieres hablar de tu declaración anterior? —Suspiro ya era hora de revelarle esa parte de su pasado. Le beso la frente. Harry se acomodó mejor en su regazo, recargando la cabeza en su pecho, espero.

—Esto que te voy a decir es parte de mi pasado, es importante para mí que no me interrumpas, de acuerdo —el silencio fue su respuesta. —Antes de ti a la única persona que ame fue a Evan Rosier —sintiendo el estremecimiento de su esposo prosiguió. —Comenzamos a tener una relación a mediados del último curso en el colegio, fuimos muy felices ese tiempo y nuestro único error fue tomar la marca. Dos años después, tanto fue nuestro amor que quedé en cinta, fuimos muy dichosos con la noticia pero, por temor tratamos de ocultárselo al lord, él se enteró y cuando tenía ya seis meses nos convocó, informándonos de su hallazgo. Nos castigó a los dos. A mí me mantuvo bajo el cruciatus el tiempo necesario para perder al bebe y como castigo para Evan me hechizó para jamás volver a embarazarme —. Escucho un grito ahogado de Harry y las lágrimas mojar su pecho, pero no se detuvo. —La recuperación por la pérdida fue difícil, pero nos repusimos tratando de encontrar el contra hechizo, jamás lo encontramos. Meses después Evan murió en duelo con Moody. Él era un gran duelista —recordó melancólico. —Sin embargo, no pudo contra él. Cuando murió dejé de buscar la cura y me resigne a vivir en soledad.

—Oh lo siento tanto Sev, y yo volviéndote a hacer pasar por esto, perdóname —Harry le abrazó fuerte, él correspondió y beso su coronilla.

—No tienes porque disculparte, el pasado es eso precisamente pasado. Recuerda que yo también quería ese hijo, no te sientas culpable, porque en ese caso es culpa de los dos —le beso dulce y lentamente, dándose apoyo mutuo en ese beso. —Además, recuerda que tenemos más opciones, qué te parece adoptar.

— ¿Adoptar?

—Sí, adoptar. Darle una familia a un niño que ha perdido la suya. Piénsalo pequeño—. Se levantó con él en brazos y camino hasta su cuarto.

Mañana sería un nuevo día, que esperaba fuera mejor.

**

Ethan inclina más tu mano a la derecha mientras haces la florita —corrigió Harry a su alumno slytherin de sexto año, ellos y los gryffindor eran su clase a esa hora. Se estaban portando excepcionales. En realidad lo agradecía después de todo lo sucedido con la noticia de su condición.

Los alumnos de todos los cursos que tenían clase con el profesor Snape y Potter, se habían dado cuenta del cambio que había ocurrido con sus maestros. Los dos meses anteriores mostraban felicidad, al parecer era mucha pues hasta al profesor Snape le costaba ocultarla, como consecuencia de ésta, sus clases se habían hecho más llevaderas, hasta tenía más paciencia con todos. En el profesor Potter se transparentaba más, casi brillaba, si bien él era educado y cordial en sus clases añadiendo que enseñaba muy bien, también cambiaron se volvieron más divertidas, sencillas y tenían menos tareas escritas. Ahora, a partir de dos semanas atrás, todo en aquellos profesores se volvió más sombrío, la antes radiante felicidad parecía haberse esfumado en un instante, remplazada por el dolor y sufrimiento. El maestro de pociones se había vuelto irritable, en cualquier momento explotaba, ya no descontaba puntos como antes de casarse con el profesor Potter, pero si deja tareas excesivas de un día para otro. Por otro lado, el profesor de DCAO se veía taciturno, un aura de melancolía le rodeaba todo el tiempo, ésta sólo parecía disminuir cuando se encontraba con su esposo. Por acuerdo de todos los alumnos, que llevaban clases con ellos dos, se decidió ser lo más tranquilos, cuidadosos y obedientes en ambas clases, para no hacer enojar más a Snape y tratar de no importunar al profesor Harry.

—Eso es todo, chicos, pueden retirarse. No olviden realizar el ensayo sobre los hechizos escudo más adecuados para la protección de hechizos de magia negra —los despidió. Los miro salir en silencio y ordenadamente.

Se recargó en su escritorio y con un pase de varita cerró la puerta, se quedó ahí reflexionando. Le había dado muchas vueltas ya a la propuesta de Severus, sobre la adopción, le parecía la más correcta para ellos pero todavía le incomodaba aceptarla. Pues, seguía sin conciliarse a la idea de no poder tener hijos. Suspiró derrotado, paso nerviosamente las manos sobre sus cabellos, resolviéndolos. Independientemente de ese hecho y de las posibles soluciones, él quería tener una familia. Lo anhelaba con toda el alma, poder dar a mor a un niño, un hijo suyo y de Sev, verlo crecer. Quería experimentar la paternidad y compartirla con su esposo. Se acomodó las gafas con nerviosismo. ¿Qué era lo que debía hacer?

***

En una de las torres del colegio, más en concreto el aula de adivinación, algo no tan común sucedía. Se podía apreciar a Sybill mirar insistente sobre la esfera de adivinación. En ella se veía a un pensativo Harry Potter, en su salón. Un cambio súbito sufrió el ambiente. El aire se cargó de magia que ondulaba alrededor de Sybill. Cerró los ojos. La imagen en la esfera cambio, mostrando ahora a un niño que se encontraba, en lo que parecía un orfanato, mirando desde una ventana la despedida de uno de los niños, lo habían adoptado. Otra sucesión, un feliz Harry se proyectaba; otra más un distanciamiento en el matrimonio Snape-Potter; una más, una ruptura de ese matrimonio; otra mostraba a un lloroso Harry, años mayor, tomando de la mano a lo que parecía ser un niño de más de tres años. La última, apareció después de una nebulosa en la esfera, mostró a una familia completa, un niño rubio de doce años, un Harry sonriente abrazándolo y un Severus con la mirada feliz y una tenue sonrisa cargando al mismo niño que en otra proyección cargaba su esposo. Trelawney abrió los ojos, pero estos se veían desenfocados, en trance. Hablo. Su voz salió distante.

—Una última lucha, salvador debes librar,
la más importante para tu felicidad.
Aquello que se te ha quitado, se te concederá,
pero cuidado, que tu perdición puede resultar.
en tus manos tienes el poder,
esta vez la decisión tú la tomaras.
Una decisión tomar debes,
pero no sólo tú felicidad debes buscar,
la decisión correcta te colmara de la mayor de las felicidades,
sin embargo, la incorrecta, lágrimas de amargura te hará derramar.
El tiempo se acerca león.


Tic-tac, tic-tac, lucha serpiente,
aun cuando entre la espada y la pared te encuentres.
El oscuro se ha ido, pero a ambos ha marcado.
Luz y oscuridad, en una batalla interna lucharan,
aun caído el señor tenebroso ganara,
si el amor, no logran recordar.


Tiempos oscuros se acercan.
Pero aun en los momentos más oscuros la luz puede brotar.
Brilla vida, brilla.
Ilumínalos. Ilumínalo.

La magia en el aire se desvaneció, sin ser vista, como aquella profecía sin ser oída.

****

—Tú cállate, tonta adoptada, no opines sobre algo que no debes, ni que el amor de tu madre conocieras, si ella fue, seguro, la que te abandono —se mofó una voz proveniente de algunos pasillos adelante.

—Te equivocas, yo si conozco el amor de una madre y el de un padre también. Conozco el amor de mis padres, si bien no soy sangre de su sangre, soy parte de sus corazones—. Rebatió otra voz. —Ser adoptada es lo mejor que me ha pasado y no me avergüenzo de ello, para mí es un orgullo formar parte de mi familia, ésa que decidió elegirme para compartir todo el amor que tienen para dar.

—Sigue soñando, seguro te eligieron por lastima —la primera voz hablo desdeñosa. Harry trató de encontrarlas. Lanzo un hechizo de localización.

—Mentira. Me eligieron a mí porque me vieron y descubrieron en mí a una hija, a la cual amar, educar y criar. A diferencia de ti, a mi si me eligieron porque querían.

Un grito de furia se escuchó al instante, después, en lo que reconoció como la primera voz, el hechizo “Expulso”, Harry ahora si se preocupó, comenzó a correr el tramo de escaleras que le hacían falta para llegar dónde proveían las voces.

— ¡Protego! —La potente voz de Severus se escuchó, Harry suspiró aliviado, de todas maneras se apresuró. —20 puntos menos para Slytherin, señorita Thompson y detención mañana a las ocho, ahora regrese a su sala común—. Siseo Sev. —10 puntos menos para Gryffindor por estar en los pasillos después del toque de queda. Regrese a su sala común, señorita Williams.

—Si profesor Snape, buenas noches—. Miró, Harry, despedirse a la pequeña gryffindor. —Buenas noches profesor Potter —le deseo al pasar por su lado.

—Qué espera, para regresar a su sala común, señorita Thompson —siseo peligrosamente su esposo, acto seguido la slytherin casi salió corriendo.

Su esposo le volteó a ver cuando llegó a su lado, mostrando decepción en su oscura mirada. Harry en cambio le miraba orgulloso de su actitud. Como recompensa le beso.

—Lo has hecho genial, Sev. Vamos a la cama —le tomo de la mano conduciéndolo por el camino de donde había llegado. Guardo las respuestas de la gryffindor para después reflexionarlas con calma.

*****

Severus llegó a sus aposentos después del castigo de la señorita Thompson, encontrando a su león sentado cómodamente en el sofá leyendo un pergamino, de los muchos que tenía regado por el sillón y la mesa de la salita. Se encontraba mordiéndose el labio inferior, gesto que ponía al pensar y también cuando comparaba opciones. Qué tramas ahora Harry. Se acercó a ese sofá, despejando el asiento continúo al de Harry, se sentó. Su esposo volteó a verle, sonriéndole le dio su beso de bienvenida, para después dejar todos los pergaminos en la mesa, sólo dejando uno en su mano que le ofreció. Harry se retorció un mechón de cabello, sabiendo lo que vendría, no lo leyó. Harry subió a su regazo y se acomodó con la cabeza sobre su hombro izquierdo instintivamente le paso su brazo por la cintura, apretándolo cariñosamente contra él. Ahora sí, leyó el pergamino, encontrando sólo tres direcciones con la letra garabateada de su dulce esposo. Lo miró a los ojos, alzando una ceja interrogante.

—Son las direcciones de los tres orfanatos mágicos, quiero intentarlo, quiero que lo intentemos Sev —, suavizando la mirada le beso la cabeza, dejando el pergamino aun lado utilizo su mano para acariciar el brazo de Harry, como una muda pregunta de sus motivos, respuesta que le fue otorgada. —Después de lo dicho por Annie, la señorita Williams —añadió para asegurarse que entendiera, asintió en compresión —, me convenció la idea de adoptar. ¿Tú quieres intentarlo?—Le cuestiono con un ligero tinte de ansiedad en su voz.

Él había aceptado la idea desde un inicio, por tal razón lo había propuesto, sólo estaba esperando la decisión de Harry.

—Creo que merecemos intentarlo, vida. ¿Cuándo quieres ir? —Harry se acomodó mejor en su regazo y alzo su cara para verlo directo a los ojos, estos parecían tener un pequeño brillo de esperanza.

—El sábado, ¿te parece bien? —le propuso su consorte, él asintió, le tomo la cara con ambas manos, junto su frente con la contraria y le beso con cariño, un roce de labios, moviéndose en una danza más que conocida, delineo con su lengua el labio contrario, aquella dulce boca le concedió el paso. Su lengua encontró a su compañera de juegos que fue a su encuentro. Exploraron la boca ajena, pero tan suya a la vez. Hasta que les falto el aire terminaron el beso, no sin antes, Severus morder el labio inferior de Harry. Éste suspiró enamorado.

—Te amo —suspiro en los labios del ojiverde. Le soltó y Harry se acomodó otra vez en su regazo sólo que esta vez metió la cabeza debajo de su barbilla, sintió un corto beso en su cuello.

—Yo también te amo, mi príncipe —musito Harry desde su cuello sin perder posición. Él le estrecho más con ambos brazos. Se quedaron si mirando el fuego de la chimenea.

******

Desde la ventana de su cuarto en el orfanato, Elliot veía la despedida de Susy, una de sus pocas amigas en ese lugar. A ella la había adoptado un lindo matrimonio. Ellos se despidieron antes de que la fueran a recoger, todo como mutuo acuerdo, por eso, en ese momento, se hallaba en su cuarto y no en la entrada despidiéndola junto a los demás. Miro desaparecer a la familia, con su nueva integrante, en la salida del orfanatorio. No sin antes, haber visto una sonrisa y saludo de mano de Susy como última despedida, sólo dándole tiempo de sonreírle en respuesta. Se quedó mirando el lugar donde habían desaparecido.

Tiempo después, no supo cuánto con exactitud, en el mismo lugar donde Susy desapareció, apareció un par de hombres tomados de la mano. Algo brillo con el sol en sus manos, por lo que supuso eran anillos. Casados. Seguro vienen por alguien. Les observo mirarse a los ojos demostrando, a simple vista, un gran amor. El hombre mayor, que vestía todo de negro, le dio un beso en la coronilla al más joven, un hombre ojiverde, que le sonrió y le dijo algo, haciendo sonreír encantado y enamorado al otro. No supo que le llamo mucha atención de ellos, quizá fue la forma en que pareciera sus cuerpos girar en torno al otro. Había mucho amor entre ellos, sonrió feliz. Sería muy afortunado el niño que aquella pareja escogiera. Muy en su interior anhelaba poder ser él.

Sintiéndose observado bajo la mirada topándose con unos pares de ojos verdes y negros. Algo en esas miradas les provoco sonreírles. Estos al instante le sonrieron, a la par, sincronizados, además el ojiverde le saludo con la mano. Él repitió la acción para, después, mirarlos caminar hacia la entrada del orfanatorio. Se sintió extraño, ansioso. El aire le pareció distinto, en su interior supo que todo estaba por cambiar.

*******

El sábado, como habían acordado, el matrimonio Snape-Potter, se levantó a su debida hora para tener tiempo de prepararse, ya que la primera entrevista, en el tiempo de preparase, puesto que la primera entrevista, en el primer orfanato, la tenían a las nueve de la mañana. Ese día era especial, tanto que Harry se había levantado sin chistar, cuando lo normal era poner peros al intento de levantarlo por parte de Severus, este con una gran sonrisa de comprensión le vio tomar una ducha. Severus de verdad deseaba que todo saliera bien.

Cuando terminaron de arreglarse, decidieron desayunar en sus habitaciones, dicho y hecho, así lo hicieron, terminando el desayudo, estaban ya listos. Se dirigieron hacia la chimenea de la sala.

Harry tomó los polvos flu metiéndose a la chimenea, pero antes de decir el destino sonrió a Severus y lo atrajo hasta el para darle un beso emocionado, el terminar esperó hasta que éste se alejó, al instante diciendo su destino, desapareció. Seguido después por su esposo.

********

Harry se sentía un poco frustrado, ya habían visto dos de los tres orfanatorios, y ni él ni Severus pudieron decidir a quién llevar a casa. Sintió un beso en su ceño fruncido, enfocando la mirada encontró la divertida de Sev, en respuesta el bufo su disconformidad, oyendo al instante una carcajada con la grave voz de su esposo.

—Calma, pequeño impaciente —le hablo Severus al detener su risa —, todavía nos falta un orfanato, así que no te apresures por elegir. Ya verás que cuando veamos al niño indicado nuestro corazón y nuestra magia lo sabrán, porque será especial—. Sev le tomó cariñosamente la mano dándole un suave apretón, que Harry regreso junto con una sonrisa, al escuchar el apoyo de su esposo.

Con el ánimo renovado siguieron comiendo entre una plática amena, cuando terminaron, salieron de aquel restaurante.

Tomados de las manos se dispersaron a su último destino. Aparecieron frente a una gran reja negra, al hacerlo Harry volteó a mirar a Severus, sabían que ésta era la última oportunidad de encontrar al adecuado, viendo la incertidumbre reflejada en sus esmeraldas, Severus se acercó, sin soltarle las manos, a darle un beso en su coronilla y susurrarle: —ten fe, vida. Él le contestó con un cariñoso apretón de manos y hablo.

—Bien, si no lo encontramos a la primera podemos intentarlo después, mientras tanto nos consoláremos comprando algunos gatos, qué te parece Sev —su esposo sólo rió divertido y le miro con cariño, pero no afirmo ni negó esa opción.

Abriendo la reja, Severus dejó primero pasar a Harry y luego entro él, al cerrarla llego a donde su consorte le esperaba, tomándole la mano se sintió observado, sus años como espía y las viejas costumbres aún le pasaban factura, ubicando la mirada, proveniente de una ventana en el segundo piso, desde la cual un niño absortó les observaba.

—Mira Harry —le enseño aquella ventana, —parece que ya nos estaban esperando—. Éste miró donde le señalaban, asintiendo feliz por la vista del niño.

El niño debió sentirse observado, porque los miro. Los dos al instante le sonrieron, el niño les regresó el gesto, algo en ese niño atrajo a Severus y vio contento como Harry lo saludaba con la mano, imitado por el infante. Siguieron avanzando hacia la entrada pero algo en ese niño le había cautivado.

Al tocar el timbre, algo muy muggle si le preguntaban a él, los recibió una maestra del lugar.

—Soy Harry Potter, y mi esposo Severus Snape —los presentó el ojiverde. —Tenemos una cita con la encargada del lugar, la señorita Facinelli.

—Bienvenidos sean, señores, permítanme conducirlos con ella.

Los condujo a través de los pasillos del primer piso hasta una oficina, por el camino vieron a los niños en distintas áreas por edades, al concederles el paso, se encontraron con una señora alrededor de los cincuenta años, de porte distinguido y cuerpo conservado; Un rostro amable, redondo y con pequeñas arrugas en él, mostraba una sonrisa de bienvenida; sus ojos de color avellana, les miraron de una manera amable que le hizo recordar a Albus, un escalofrió le recorrió mitad miedo, mitad añoranza.

—Les doy la bienvenida, tomen asiento por favor —les indicó señalando las sillas frente a su escritorio, una vez sentados, continuó, —les agradezco que consideraran esta casa hogar dentro de sus opciones, esperamos que un niño obtenga unos buenos padres en ustedes. ¿Tienen alguna edad preferible para la adopción?

Ante tal pregunta Harry le miró, y ambos negaron con la cabeza.

—No tenemos, sólo sabemos que buscamos al niño que gane nuestro corazón —respondió su león.
 
—Bien, les parece entonces, ver a los niños primero, y si desean adoptar a alguno, les hablo de los trámites que tendrán que realizar. ¿Les gustaría?

—Nos gustaría ver a los niños— hablo Severus al ver la impaciencia de su esposo, —para después, hablar del procedimiento.

En ese momento entro la maestra que los condujo a la oficina.

—Marie, conduce a los señores con los niños, por favor —la aludida asintió. —Cuando regresen hablaremos entonces.

Siguieron a Marie. Aunque les mostró cada sección, no parecían encontrar al indicado, la mirada de su león se lo decía, al terminar de ver todos, un poco de desilusión tiño el semblante de su consorte, pero, entre cada área, no vio a aquel niño que los miraba desde la ventana, y así lo comunicó.

— ¿Son, éstos, todos los niños? Porque me parece no haber visto a un niño que nos observaba, desde un cuarto en el segundo piso, cuando llegamos.

—Debe ser Elliot, a su amiga Susy la acaban de adoptar, así que seguro era él, acompáñenme por favor, les conduciré a una sala de visitas mientras lo mando a llamar.

Llegaron a un cuarto que parecía una pequeña salita, con algunos sillones y una mesita al centro de ellos, la maestra Marie salió, dejándolos para llamar a Elliot.

Mientras esperaban, Harry comenzó a sentir renovar su impaciencia, y la desesperanza llegar a su corazón. Y si ningún niño les llenaba el corazón, mostrando al indicado. Unos suaves toques le regresaron a la realidad. La voz de su esposo con un ‘pase’ concedió el permiso.

La puerta se abrió un poco, mostrando la cabecita de un niño, para después entrar bien, cerrar con cuidado la puerta y quedarse parado frente a ella mirándolos. Un infante alrededor de los ocho años, era el que estaba allí parado, y el mismo al que habían visto desde la entrada. De estatura normal para un niño de su edad. Su piel era blanquita; su carita redonda, acentuando su inocencia, de mejillas sonrosadas, pómulos redondos y boquita pequeña; sus ojos de color miel, casi dorados, les miraban  expectantes, curiosos y un poco atemorizados; Su cabello era rubio, lacio ligeramente largo, de aspecto rebelde similar al suyo, sólo que en menor medida. Le miró retorcer sus manitas, sonriéndoles nervioso, sus ojos brillaron en calidez al igual que su sonrisa, algo en su pecho revoloteó, aceptando el cálido sentimiento que le trasmitió con su sonrisa, y supo que él era el indicado. Su corazón le llamaba. Miró a los ojos de Severus, reflejaban el mismo sentimiento que él sentía al ver al niño.

—Es él, Sev, es él —susurró quedito apretando emocionado la mano de su pareja y él asintió sonriéndole feliz.

—Acércate Elliot, ven — hablo Severus con una ternura que sólo estaba reservada para Harry, el niño camino hacia ellos con paso inseguro, le sonrió cuando llegó. — ¿Quisieras formar parte de nuestra familia? —Preguntó con calma, contario a los sentimientos albergados en su interior.

Elliot se mordió el labio, lágrimas se le comenzaron a acumular en sus topacios, Severus pensó en lo peor al ver resbalar las primeras, el pequeño bajo la mirada agachando la cabeza y asintió con ella. Escucho a Harry soltar un suspiro de alivio.

—Sí, sí quiero… — susurro quedito, con voz claramente feliz.

Elliot sintió los cálidos brazos  de alguien rodearle, al alzar la mirada se encontró con una esmeralda, que le miraba dulce, un sollozo salió de su boca al sentirse querido en ellos, vio al hombre mayor rodearlos con sus largos brazos, ahora se sentía seguro, otro sollozo salió. Él abrazó con fuerza a los dos.

—Calma, pequeño, ya todo estará bien —musito el mayor. El de mirada esmeralda le deposito un beso en la frente, reafirmando lo dicho por su pareja.

Por primera vez en años se sintió en casa.

*********

Se sentía dichoso, inmensamente feliz. Ya podía vislumbrar la luz entre las penumbras, en las que habitaba desde que había recibido la noticia de su condición. Pues desde el momento en que vio a Elliot, su corazón salto de gozo y su magia le abrazó, en aquel abrazo compartido, el recibir la afirmativa del niño, sólo les brindo seguridad. Por el momento, tendrían que esperar, un poco, para realizar los trámites y visitas correspondientes, en poco tiempo ya podrían tener a Elliot en casa, por fin llegaría su hijo. La señora Facinelli les había asegurado, que el ser héroes de guerra, un matrimonio consolidado y teniendo su buena solvencia económica, les agilizaría el papeleo, sólo tendrían que realizar las cinco citas correspondientes con el niño y todo estaría terminado, Elliot saldría siendo un Snape-Potter, lo cual sería de gran ayuda para que Elliot se familiarizara con ellos. Tomo nota mental de confirmar sus gustos para poder decorar su recámara de forma que le gustara. Sí, tenían que empezar a ver eso, además pensaba hacerle una gran fiesta de bienvenida, una presentación a la familia, seguro que Hermione y la señora Weasley le ayudarían.

Alejo esos pensamientos por el momento, ya después los resolvería, por ahora lo único que debía hacer era su propia celebración, para Sev y él. Miro el reloj, faltaba media hora para que regresara del castigo que estaba aplicando, debía apresurarse sino, no lo terminaría a tiempo. Entro al baño, comenzó por llenar la bañera con una buena temperatura, vacío también algunos aromatizantes. Decidió tomarse una pequeña ducha antes de la llegada de Severus. Esperando se llenara la tina, cuando salió cerro los grifos de la bañera, metió su mano comprobando el agua y secándose se vistió con la bata de Severus, la de color verde esmeralda. Dejando todo listo, salió del baño. Ya en su cuarto, cambio las sabanas por unas de satén negro, despejo la mesita de noche para colocar, después, un cuenco de fresas y otro de chocolate, aunque también un frasco de chocolate líquido y una pluma. Apago las luces y lleno el cuarto con velas flotantes de aroma a canela y jazmín, coloco unas cuantas más en el baño, las cuales se perderían al entrar. Complacido con la decoración se acercó a las fresas, decidiendo esperar.

**********

Severus entró a sus aposentos, observando todas las luces apagadas, que raro pensé que Harry ya estaría aquí. Al entrar a su cuarto lo recibió una imagen muy sensual, en medio de la recámara se encontraba parado Harry, vestido sólo por su bata sin sujetar dejando al descubierto todo el frente de su cuerpo, su mano izquierda viajo a su pecho el cual comenzó a acariciar, mientras su mirada seguía el recorrido de esa tentadora mano que ahora acariciaba esos rosaditos botones, empezando a endurecerse por su toque, de repente pellizco uno escuchando al instante un sensual gemidito de placer. Sus manos picaban por recorrer ese pecho, su lengua por rozar aquellos pezones y sus dientes por morderlos para ser él quien le arrancara esos sonidos de placer, pero aquella imagen de éxtasis lo mantenía ligeramente paralizado en su lugar. La lengua sonrosada de su esposo le llamo la atención, le vio recorrer con ella una dulce fresa que, sostenía con la mano derecha, estaba cubierta de chocolate, el cual recorría con esa traviesa lengua. Harry le lanzo una mirada cargada de deseo, cuando lo atrapo con sus esmeraldas, mordió la fresa realizando otro ruidito de placer al tocar su paladar, le miro tragar viendo el movimiento de su manzana de Adán que en ese momento estaría gustoso de morder. Dio un paso al frente al mismo tiempo que Harry retrocedió, su esposo se dio la vuelta provocando que, con ese súbito movimiento, la bata se alzara mostrándole sus apetecibles piernas y descubriendo ese redondo culito que muchas veces le había recibido. Su león lo miró por encima del hombro diciéndole:

—Ven Sev… —ese suspiro pareció más un gemido suplicante —por favor —quien era el para negarle algo. Antes de verlo desaparecer por completo en el baño, Harry le pido que fuera hacia el con el dedo índice, algo que le produjo una sensación de deja vu, ese mismo movimiento lo hizo en la noche que todo comenzó. Su mente no perdió tiempo en pensar aquello, sino en el sensual cuerpo que le esperaba en el baño. Sin más espera le siguió.

Cuando Harry vio entrar a Severus se desprendió de la bata, la que cayó por sus hombros hasta el suelo, quedando desnudo ante la mirada predadora de su esposo. Con paso felino se acercó hacia él, empezó a desnudarlo poco a poco, cada pedazo de piel descubierta la besaba y tocaba con pasión y devoción, adorando el cuerpo amado. Cuando lo tuvo desnudo por completo le beso los labios que, delineándolos con la lengua, se abrieron a su paso, la lengua contaría comenzó una danza con su fiel compañera, al término del beso, por la falta de oxígeno, Harry los condujo a la bañera, sentó primero a Sev para después sentarse a horjadas encima de él. Severus le cercó la cintura acariciándole los costados.

Sin decir más disfrutaron del baño y de las atenciones del contrario.

Harry tomó una porción del champú empezando a lavar suavemente el cabello de su esposo; Severus por su parte le lavó el cuerpo, cuando Harry terminaba de enjuagarle, realizaron lo contrario. Una vez terminado todo comenzaron a frotarse cadenciosamente, miembro con miembro, Harry paso los brazos alrededor del cuello de Sev enredando las manos en sus finos cabellos, este llevo las manos a las nalgas de Harry, estrujándoselas, provocando un ronco gemido de parte de su consorte, escuchándolo directamente en su oído. Él gimió en respuesta.

—Sev, cama —le susurro Harry a su oído.

Como si sus deseos fueran ordenes, Severus se levantó de la bañera con Harry en brazos, sujetándolo fuerte de las nalgas, Harry le abrazó con las piernas por la cintura y se tomó con fuerza de sus hombros. Mientras caminaban hacia la cama, goteando agua por el camino, se besaban con pasión.

Al llegar a la cama deposito suavemente a Harry en medio de ésta, se tomó su tiempo para apreciar el sensual cuerpo de su consorte entre las sabanas negras, tomando el cuenco de chocolate y una fresa de la mesita de noche, empezó a adorar el cuerpo de su Gryffindor. Sumergió la fresa en el chocolate y trazo un camino de el en el cuerpo de Harry, paso la fruta por el cuello, la clavícula, ambos pezones, volviendo a sumergir la fresa en chocolate siguiendo el camino de su estómago al ombligo que relleno con chocolate, la volvió a sumergir siguiendo el contorno de su miembro, volviendo a llenar la fruta de chocolate y aún con ella en la mano, comenzó a recoger el chocolate, que dejo regado, con la boca, le dejo un beso mariposa en los labios, bajo mordiéndole juguetonamente la barbilla para comenzar a chupar el chocolate por el cuello, haciendo caso a su deseo anterior mordió su nuez sacando un jadeo por parte de Harry. Siguió el camino por la clavícula, chupando y lamiendo, cuando toco el primer pezón, la mano que tenía en la fresa se dirigió a su agujerito y trazo el contorno con la frutilla.

—Sev —el ronco gemido de Harry se escuchó.

Severus sonrió ante el pezón, chupo con ganas hasta dejarlo duro, al terminar con  él lo mordió ligeramente para pasar al otro que recibió el mismo tratamiento, al tiempo que seguía frotando la fresa alrededor de su ano. Alejando la fruta de aquel lugar continúo chupando el chocolate de todo su pecho, cuando llego al ombligo lo rodeo con la lengua, chupando y penetrando al mismo tiempo, un jadeo de placer se escuchó. Al terminar con ello, dirigió su nariz el vello de Harry absorbiendo su delicioso olor mezclado con el chocolate.

Harry apretó fuertemente las sabanas con las manos al sentir la lengua de su esposo en su miembro, de manera lenta sintió su miembro ser absorbido por esa caliente cavidad, que era su boca, jadeo pidiendo más, cuando sintió otra vez la fresa rodear su palpitante entrada, un fuerte gemido salió de sus labios. Se sentía al borde del orgasmo, faltaba poco para alcanzarlo cuando inesperadamente la frutilla comenzó a adentrarse en el con la punta.

—Severus —gimió sintiendo llegar su orgasmo, pero su esposo se lo contuvo, lloriqueó —por favor —pero Severus no lo dejó terminar.

—No. Pequeño no terminaras hasta que yo lo decida, Gryffindor provocador —le mostró su sonrisa Slytherin ésa que en la cama significaba delirar de placer.

Sintió el vacío de la fresa, gimiendo por la pérdida, observo a su esposo tomarla en su boca, se acercó con ella en los labios, dándosela, cuando la fruta se terminó siguieron con el beso. Jadeo dentro de él. No supo cuándo ni en qué momento Severus convocó el lubricante, sólo que ahora podía sentir ese maravilloso dedo ensanchándolo, pronto le siguió el segundo realizando un movimiento de tijeras. Para cuando el tercero se unió, su estrada ya estaba lista y palpitando, de anticipación, por el miembro de Severus. Apretó su ano, alrededor de esos dedos, al tiempo que rogaba.

—Por favor Sev, ¡tómame ya! —Suplico con los ojos entrecerrados del placer.

Con los años de práctica que el matrimonio les dio, a la primera estocada de Severus, que entro de una sola vez, toco su próstata haciéndole ver luces de placer. Severus salía por completo, enterándose fuerte y con precisión, dando acertadamente al punto mágico de su esposo que, cuando lo hacía, contraía su ano apretando su miembro tan deliciosamente que le hacía ver destellos de luz. Pronto sus estocadas se volvieron más rápidas, moviendo a Harry con cada una de ellas. Aferrándose con los brazos a sus hombros busco estabilidad. Buscando profundidad rodeo las caderas de Severus con las piernas, gimiendo a su oído, como sabía le gustaba, con cada maravilloso embate. Estaba cerca del orgasmo, todas las sensaciones que Severus le provocaba se estaban acumulando en su vientre.

Severus se sentía próximo a venirse, unas cuantas estocadas más y lo haría. Sabía que Harry estaba cerca también, así que dirigiendo una mano a su olvidado miembro comenzó a frotarlo al ritmo de sus estocadas, al mismo tiempo que lo besaba con el amor y la pasión que le profesaba, misma que era regresada. Con un embate especialmente profundo Harry se vino, entre su vientre y la mano de su esposo, apretando a Sev al mismo tiempo, provocando su orgasmo, derramándose en el interior de Harry.

— ¡Te amo! —Gritaron al unísono.

Tal fue la fuerza de ese orgasmo que no se percataron de la luz que los rodeo, la cual fue absorbida por el cuerpo de Harry.

-*-*-*-*-

Notas finales:

Gracias por leer.

Me encantaría que si lo leyeron me dejaran un comentario, de que estuvo mal o que necesito mejorar o quizá de lo que les gusto, sean respetuosos eso sí.

Quiero decirles que es mi primer lemon en forma, así espero me regalen sus opiniones. Muchas Gracias, por sus comentarios.

Les pido una enorme disculpa, del tamaño por la cual mi ofensa haya sido tomada, les resumiré porqué es que he tardado mucho en actualizar, simples y llanas escusas, pero creo debérselas.

Esta historia para mí ha representado un gran reto, desde la trama, su extensión, hasta mis expectativas y las suyas, puedo suponer que por tal motivo y mis inseguridades, esta historia me resulta difícil de escribir, hace poco les comente en mi más reciente publicación, que este capítulo ya estaba listo, y en efecto ya lo estaba, sólo que yo escribo a papel y paso los capítulos al Word después, la entrada a la universidad y la adaptación es el motivo de mi retraso (tanto de esta, como con mi otra historia). Ya tengo el rumbo de dónde quiero llevar esta historia, así que les mido paciencia (sino es mucho hacerlo), por motivos y perdidas personales mis musos están un poquito flojos, espero ustedes me sigan permitiendo transmitirles un poco las locas ideas de mi cabeza, tengo esperanza en que no me abandonen, aunque yo lo haya hecho por un tiempo, y si lo hacen o hicieron lo lamento en el alma. Gracias por regalarme un poco de su tiempo, para leer esta simple escusa. Espero publicar más pronto, aunque por lo ya dicho, el tiempo entre cada cap, creo que será de un mes. En verdad siento mucho la tardanza, discúlpenme.

Lizie “La ausente”.



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Kuro_Neko

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MensajeTema: Re: El Deseo de Harry. Capítulo 3.   El Deseo de Harry. Capítulo 3. I_icon_minitimeDom Sep 08, 2013 1:33 pm

*o*!
Que historia! Espero tenga continuacion! Quiero saber que pasa con la profecia esa! xD!
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AriAru

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MensajeTema: Re: El Deseo de Harry. Capítulo 3.   El Deseo de Harry. Capítulo 3. I_icon_minitimeDom Mar 08, 2015 6:26 pm

ohh que hermoso de verdad que lindo. la profecia me intriga. vas muy bien con tu historia porfas no la dejes. espero leer mas pronto n_n
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Neki Snape
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MensajeTema: Re: El Deseo de Harry. Capítulo 3.   El Deseo de Harry. Capítulo 3. I_icon_minitimeMar Mayo 12, 2015 11:36 am

Liziie, he venido a comentarte porque al fin tengo una computadora! xD Espero que sigas la historia y no me dejes picada :v porque sino, voy a morir (?) Escribes genial! Estoy tan intrigada con la profecia, Elliot es adorable D: quiero maaaaás! jaja ¡Besos Liziie, hermosa! Very Happy love
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MensajeTema: Re: El Deseo de Harry. Capítulo 3.   El Deseo de Harry. Capítulo 3. I_icon_minitime

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