Capítulo 18: Despierta, Harry
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Las horas se hacían eternas, Habían prohibido a Severus estar en el parto de su hijo, por que sería perjudicial para todos si algo llegaba a pasar.
-Severus, vas a aprovechar este tiempo y correrás a darte una ducha y cambiarte ropa -dijo James.
El hombre lo miró y asintió, es verdad, iba a recibir a su bebé y no podía con las ropas que estaba teniendo.
El Lord, junto a James sonrió de lado.
-¿Te temen, James? -dijo divertido.
-Hable con él -dijo sin importarle la burla en la voz de su amante-, tiene que ser fuerte por el bebé ahora que Harry no ha despertado, tiene que dejar de autocompadecerse, ya tuvo mucho tiempo para eso en estos meses. Ahora tiene que ver por su hijo y después por Harry.
Y las horas siguieron pasando. Hasta que el llanto del bebé llamó la atención de todos. Remus y Sirius estaban ahí con sus familias, para ver el nacimiento del primer nieto del Lord.
De la sala apareció la enfermera Pomfrey, se notaba cansada.
Severus caminó hasta ella con paso lento, viendo el bultito que se removía entre los brazos de la mujer.
-Felicidades, Severus, es una hermosa niña -le dijo entregándole al bebé.
Severus la tomó en brazos con ceremonia. Y la niña, al instante, se tranquilizó.
-Te reconoció -dijo James desde la silla, molesto por no poder acercarse más.
-Hola, hija -dijo viéndola con detalle. Piel roja y moteada, manitos pequeñas al igual que su cuerpo, pese a ser prematura, Severus sabía que estaba lista, lo supo en cuanto examinaron a Harry con la enfermera. Tendrían que protegerla hasta del viento, pero el peso y sus órganos estaban desarrollados en su totalidad.
-¿Cómo la llamaras, Severus? -preguntó el Lord.
-Esperaré a que Harry despierte -dijo sin dar más explicaciones, tampoco nadie se las pidió.
…
…
Un mes pasó antes de que Severus viera en el cuerpo de su amante los signos de que estaba reaccionando. Cosas pequeñas, un pequeño movimiento en sus parpados, o un dedo moviéndose.
Cada día alguien venía a cubrirlo mientras pasaba tiempo con su hija, el tiempo que él no estaba con ella, James la cuidaba con la ayuda de Dominique, que estaba encantado con su nueva sobrina.
-Padrino -dijo Draco desde la puerta-, vengo a relevarte -dijo entrando con su esposo.
-Cualquier cosa…
-Sí, cualquier reacción te llamaremos -dijo moviendo la mano.
Severus salió de la habitación, no sin antes dejar un beso en los labios de su pareja y pedirle que volviera.
Dziban se sentó junto a Harry y casi por sin notarlo comenzó a rascarse la mano.
-No hagas eso -dijo Draco sosteniéndolo y abrazándolo por los hombros.
-Lo siento -dijo girando la cabeza para recibir un beso de su pareja.
El Lord, al saber que había sido Dziban el que dio la llamada de alerta cuando los atacaron, había movilizado a sus seguidores hasta que alguno encontrara la forma de devolver al chico la mano que había perdido en combate.
Aun ahora, después de tantos meses, al joven lobo seguía incomodándolo el miembro extraño y tendía a rascarlo si notarlo.
Dziban fue el primero en notarlo.
-Draco… llama a tu padrino -le dijo sin apartar la mirada de Harry.
-Amor.
-Su corazón empezó a latir más rápido.
Draco no preguntó más, si los sentidos aumentados de su esposo le decían que algo había cambiado era por que sí. Severus junto a la bebé y Draco llegaron a los pocos minutos.
-Dziban…
-Su corazón late más rápido y su temperatura corporal se elevó.
Severus le entregó a la niña a Draco y este junto a su pareja se apartaron para darle espacio al hombre.
-Vamos, amor, despierta -decía revisándolo de cerca, efectivamente su cuerpo estaba más cálido.
Entonces la bebé empezó a llorar, al mismo momento que una lagrima caía del ojo de Harry.
-Eso es, amor -dijo el pocionista feliz, Harry estaba reaccionando a la niña, extendió los brazos y Draco se la entregó inmediatamente. Severus la dejó junto a Harry y la niña se quejó y empezó a llorar.
Severus se alejó para ver mejor. Harry, con cuidado y sin abrir los ojos elevó una mano, poco a poco.
-Sev…
El pocionista lloró abiertamente mientras caía de rodillas junto a la camilla.
Draco salió corriendo a dar la noticia junto a su esposo. En pocos minutos la habitación estaba llena de su gente más querida.
-Vamos, hijo, abre los ojos -le pidió James, emocionado, mientras el Lord se mantenía a su lado.
Harry se tardó cerca de siete minutos en abrir los ojos por fin, no podía enfocar bien, pero no necesitaba ver muy lejos para ver a la bebé en sus brazos.
-Es una niña -le dijo Severus juntando sus frentes.
-¿Cómo la llamaste? -le preguntó acariciando la cara de la niña que dejó de llorar al sentirse mimada.
-Te estaba esperando, Harry, no podía pensar en nada más que cuidarlos.
El joven lo miró a los ojos y sonrió a penas. Su amor había sufrido mucho en esta espera por que despertara.
-Angela -dijo apenas antes de cerrar los ojos nuevamente.
-¡Harry!
-Tranquilos -dijo Severus tomando a la bebé en brazos-, ahora sólo está descansando.
Poco a poco empezaron a abandonar la habitación, más tranquilos al saber que Harry había vuelto con ellos.
-Está bien, Severus -dijo James, cuando el hombre le entregó a la niña.
-Sí, por fin despertó.
TBC...
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