Autor: YukimuraSayu
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Título: El costo de la felicidad.
Género: Romance, Angustia, Drama, AU.
Advertencia: Muerte de un personaje
Resumen: A veces lo que te hace feliz puede ser también la causa que te hace sufrir.
EL COSTO DE LA FELICIDAD.
CAPÍTULO I
Llegaba tarde.
El primer día en su primer trabajo ¡Y llegaba tarde!
–¡Fíjate por donde andas!– le gritó alguien, al casi chocar con ella.
–¡Lo siento! – le contestó mientras seguía corriendo.
A lo lejos podía divisar el gran edificio moderno en dónde debía llegar. Apresuró el paso.
Cuando estaba a punto de cruzar la calle, el semáforo del paso de peatones pasó a color rojo.
–¡Maldición! – susurró. Miró su reloj. 7:58 am. Bien, tenía aún 2 minutos para llegar.
A las 7:59 am el semáforo cambió a verde y el joven cruzó la calle corriendo.
1 minuto.
Al entrar en recepción, mostró su carnet y fue directo al elevador.
Tuvo suerte, el elevador estaba a punto de subir.
Marcó el piso 12 y las puertas se cerraron. Hubo 3 paradas. Lamentablemente la suya era la última. Al llegar, salió rápidamente del elevador.
Cogió el camino a su derecha y pudo visualizar un escritorio con una mujer detrás de él al lado de una puerta. Se acercó a identificarse.
–Buenos días– saludó a la secretaria apenas llegó
–Buenos días, ¿Nombre?
–Harry Potter – le contestó.
–El Sr.Malfoy lo está esperando– le dijo al secretaria, indicándole que podía pasar.
Harry le dio las gracias y se acercó a la puerta, dando pequeños golpecitos en la puerta. Un “Adelante” se escuchó del otro lado y el joven agarró el picaporte y abrió la puerta.
El interior de la oficina era elegante. Un escritorio en el centro. Dos bibliotecas a su derecha, unos sillones de cuero negro a su izquierda y un ventanal desde el techo hasta el piso a lo largo de la oficina.
Detrás del escritorio de encontraba un hombre de unos 40 y picos de años, cabello rubio platinado, piel blanca, de rasgos finos y aristocráticos.
–Buenos días– saludó Harry, un poco intimidado.
–Buenos días, Sr. Potter. Justo a tiempo – comentó mirando un reloj de bolsillo que tenía sobre el escritorio. – Sientese. – Harry así lo hizo en la silla que había frente al escritorio.
>> Su currículo muestra que fue un estudiante ejemplar. Me mandó también algunos proyectos que hizo durante sus estudios. – comentó el rubio mirando unos papeles que tenía en sus manos.
–Sí, señor.
–Me gusta la forma en que trabaja – creo que será perfecto para el nuevo proyecto. – le dijo el rubio al chico de ojos verdes. – Quiero que vaya al piso 7 y vaya a la oficina 304. Entregará estos papeles a Severus Snape. Es el Ingeniero encargado de la obra. Dile que tu vas a trabajar con él. Y si tiene una objeción que ni siquiera se moleste en llamarme para niñerías. – le dijo a un impresionado joven. El rubio le entregó los papeles – Puede retirarse, Severus le hará saber cuál es el proyecto.
–D-De acuerdo, Serñor– dijo Harry, saliendo del despacho.
Se acercó al ascensor y lo marcó. Se arrimó a un lado a esperar a que llegara.
El ascensor llegó, entró y marcó el piso 7. Pocos segundos después se encontraba en el piso correcto.
Empezó a buscar la oficina 304. 5 minutos después la encontró. Tocó un par de veces.
–¡Adelante! – se escuchó el grito de una voz gruesa al otro lado de la oficina, sobresaltando al joven.
–Permiso – dijo Harry al entrar a la oficina. Era casi parecida a la del Señor Malfoy solo que era más pequeña.
–¿ Qué necesita? – Dijo un hombre de ojos negros al igual que su cabello, piel pálida, nariz ganchuda y una mirada penetrante. Una mirada que hizo que Harry tragara.
–E-El Sr. Malfoy me envió a esta oficina. Dijo que el Sr. Snape era el encargado del nuevo proyecto en el que iba a participar – le contestó Harry.
–¿Tú eres el arquitecto? – Preguntó incrédulo el ojinegro. Harry asintió y vio como el ojinegro tomaba el teléfono y marcaba un número desconocido para él.
>>¡¿QUÉ DEMONIOS CEES QUE HACES LUCIUS?! – Gritó el pelinegro asustando al chico.
–¿Qué hago de qué? – contestó Lucius al otro lado de la línea.
–¡¿Cómo que qué?! ¡¿Por qué me enviaste a un niñato?! – le preguntó enojado el ojinegro. Harry entrecerró los ojos con enfando “¿Niñato?” pensó el ojiverde.
–Severus, aunque no te guste, el va a ser el arquitecto. Y no me importa cuánto grites y me lances tu “miraditas”. El muchacho se queda y punto– le contestó Lucius, masajeándose el puente de la nariz.
–Lucius, ¡Es un recién graduado! No tiene experiencia como para el proyecto que estoy manejando – le dijo Severus, un poco más tranquilo.
–Severus, he visto sus proyectos, son buenos. Y como dije antes, se queda y punto. Adiós – apenas se despidió cortó. No quería aguantar a un Severus enojado.
–¡Eh! ¡Lucius! ¡Cortó!- exclamó poniendo el teléfono en su lugar. El ojinegro miró al muchacho que tenía en frente.
Harry se sintió intimidado por esa mirada.
–Así que estamos juntos en eso, Sr.Potter – comentó el ojinegro.
–Sí, señor.
–Bien. Soy Severus Snape, Ingeniero encargado de este proyecto. No voy a aceptar incompetencia de su parte ni de nadie en el proyecto. Si no puede con la carga es mejor que renuncie – le explicó Snape a Potter. – Qué sea un recién graduado no le va a dar derecho a equivocarse.
–Sí, Señor
–Bien, estos son los planos que el anterior arquitecto había hecho, lamentablemente no pudo seguir con el proyecto pero nos regaló los planos. Véalos, si tiene que hacer una modificación, hágala. Pero le advierto, si no me gusta, no va. – dijo Severus.
>> El edificio que se va a construir es un orfanato. En el orfanato debe de poder alojar a 600 personas. 500 niños y los otros 100 empleados. Tiene que tener un area recreativa, un area de estudio. En el area de estudio debe de encontrarse un espacio para música, una biblioteca y otro como salones de clases. ¿Quedó Claro?
–Sí, Señor. – contestó el de lentes, tomando los planos que le ofrecía el ojinegro.
–Quiero los arreglos para mañana a las 8am– le dijo Severus, indicándole que se retirara.
–¿Para mañana? – dijo preocupado Harry
–Sí, para mañana, sin falta.
–Sí, Señor. Hasta mañana– se despidió el ojiverde sin recibir respuesta. Cuando hubo salido del despacho, sus manos se volvieron puños.
>>Si será cabrón, ¿Cómo voy a tener todo listo para mañana? Esta noche no voy a dormir. – suspiró derrotado el de lentes.
Viendo la hora, decidió que lo mejor era regresar a su departamento. Tenía mucho trabajo que hacer.
Continuará…
Nota: Los arreglos en el texto (cursiva, negrita, justificado, etc) los hago después, estoy apresurada así que no puedo =S.