Majo-san Vencedor de Voldemort
Cantidad de envíos : 3224 Fecha de nacimiento : 21/01/1986 Edad : 38 Localización : chilena Galeones Snarry : 102280 Fecha de inscripción : 22/06/2009
| Tema: Por su error. Capítulo 17: Conviviendo. Por Majo-san Mar Nov 22, 2011 10:07 pm | |
| Por su error
Resumen: Severus Snape no soporta que nadie se meta en su vida, y por ende, que trate de hacer cambios en esta, pero cuando conoció a James Potter, el hijo del que fue su alumno hace muchos años, todas las cosas se trastornaron y ahora tratará de que ese chico deje de verlo como el monstruo que su padre le dijo que era.
Categoría: Harry Potter
Personajes: Harry Potter, Severus Snape
Géneros: Drama, Romance.
Clasificación: NC-17
Advertencias: AU=Universos Alternos, Chan=Adulto/Menor, Lemon, Mpreg=Embarazo Masculino.
Desafío: Día Internacional del Snarry (23 de octubre) - Convocatoria 2011
Capitulo: 17/18
Completa: Sí
Beta:
Disclaimers: Los personajes de este fic no me perteneces, los utilizo sólo por mera diversión.
Conviviendo Harry leía sin poder creer el documento que le había llegado desde el ministerio de magia.
¿Cómo esos idiotas se atrevían a juzgarlo psicológicamente?
Como era de esperarse, las habladurías de los idiotas que lo había secuestrado, habían lograd sembrar la duda en la comunidad mágica. Por eso ahora tenía en sus manos una solicitud para presentarse con James para entrevistarse con el Wizengamot en pleno.
—No permitiré que mi hijo se exponga a esto —dijo tirándole el documento al Auror que le había llevado la situación en persona.
—No puede negarse, Auror Potter —dijo el prepotente tipo, que le miraba con burla mal disimulada —. Usted sabe los procedimientos de estas cosas… si el chico es hijo de…
—Creo que quedó claro que James es hijo de Harry Potter y mío —dijo Severus, que también se encontraba presente y que tenía e sus manos el mismo documento.
—Si se le dio una copia de la situación, es por que el chico esta registrado bajo su apellido, pero no por eso tiene que serlo biológicamente. —El desprecio de es tipo era notable, con ambos —con quien se acostó el señor Potter en su juventud, no es mi problema.
— ¿Cómo se atreve?
—Calma —dijo Harry enarcando una ceja, ante las palabras de aquel tipo, mientras ponía una mano para que Severus no encarara al tipo en cuestión. —Evidentemente usted no tiene por que enterarse de mi vida privada, y eso incluye a mi hijo y su padre.
>> Dígale a sus superiores que no expondré a mi hijo a su morbosa investigación, por que ustedes no quieren más que satisfacer curiosidad.
— ¡No puede hacer eso!
—Claro que puede —dijo Severus, hastiado de la presencia de ese hombre, que no hacía mas que despreciarles —, además de mí, por supuesto, que no permitiría que James se expusiera a su escrutinio —dijo vehemente, mientras se acercaba al sujeto y olvidándose de la magia le asestó un derechazo en plena mandíbula, que mandó al tipo al suelo, sujetándose la cara con incredulidad —. Una afrenta más al padre de mi hijo y no seré tan misericordioso con usted, Auror.
El sujeto se retiró, herido físicamente y en su orgullo propio. En el despacho de la directora, quedaron Harry y Severus, aun leían los documentos que les habían dejado el estúpido que ya no estaba ahí.
—No dejaré que James sea examinado de nuevo, fue demasiado traumático cuando era un bebé, pero ahora él lo recordará todo.
—Entonces hay que alejarlo de todo eso —dijo con decisión.
—Esa es la idea, pero ahora saben incluso donde vivía.
—Bien, en ese caso… habrá que esconderlo hasta que se les pase todo eso de los juicios.
—Insisto, Snape, ya no tengo donde…
—En mi casa —dijo cortando el discurso de Harry, que ahora le miraba enarcando una ceja.
— ¿La mansión Snape?
— ¿Cómo sabes de ella?
—Fui tu amante, claro que se muchas cosas de las que tienes, incluyendo una casa en una zona de América del sur de la que nunca me hablaste. Según tú, iríamos cuando terminara el colegio.
Habían llegado al acuerdo que tratarían de llevarse bien por James. El chico no tenía la culpa de todo lo que había pasado, pero lo que menos quería hacer Harry era hablar del pasado, cosa que se le olvidaba como en esta ocasión. Severus se dio cuanta que esto pasaba cada vez que su mente estaba en James y dejaba de poner atención a su alrededor.
—Entonces llevémoslo a América. ¿Que te parece si le pido a Minerva que me deje retirarme unas semanas antes? Creo que Lucius podría suplirme por unos días antes de que el año escolar termine. De todos modos las calificaciones de los alumnos ya están.
— ¿Con nosotros? —Preguntó confundido — ¿Los tres?
—No le veo lo malo.
—Se supone que trataríamos de llevar la fiesta en paz, pero si estamos tanto tiempo juntos, dudo mucho que eso pase.
—Pues creo que es todo lo contrario. Sé que tú recuerdas todo lo que pasó, pero yo no, y no quiero tener que pasar toda mi vida en la inopia.
— ¿Y que pretendes?
—Conocernos de nuevo, tratar de llevarnos bien —dijo acercándose al hombre y estirando la mano —Severus Snape.
Harry no podía entender bien que es lo que pasaba. Desde que se separara de ese hombre las cosas fueron de peor a mejor y luego se vino todo abajo, pero ahora estaba ahí, con su mano estirada esperando una nueva oportunidad para partir desde cero, para conocerse y hacer lo posible por que su hijo no tuviera que pasar por malos ratos. ¿Qué le quedaba a él ante todo esto? Nada, es lo que e quedaba, por que ni sus multiples defensas podían hacer algo en este momento.
Severus vio como Harry levantaba su mano con duda y parsimonia, pero luego la encajaba con la suya.
—Harry Potter.
***
— ¿Por qué tenemos que irnos? —Preguntó James, al sentir como su papá empezaba a hacer las maletas y guardar rápidamente sus cosas.
—Digamos que nos vamos de vacaciones —dijo guardando toda la ropa de su hijo. Se había acostumbrado a tratar a James y sus cosas a modo muggle, trataba de ocupar la magia lo menos posible.
— ¿Pero a donde?
—No lo sé —dijo terminando de cerrar un bolso y dejándolo al lado de la cama —. Veamos, esta la ropa, nuestra documentación, mi varita…
— ¡Papá! —Harry saltó en su lugar al escuchar el grito de su hijo — ¿Puedes ponerme atención por un momento?
—Lo siento, tesoro —dijo llegando rápidamente a su lado y lo hizo sentarse en el sillón de tres cuerpos que estaba cerca de ellos —. Ahora sí, dime lo que quieras decirme.
— ¿Cómo que no sabes a donde iremos?
—En parte no lo sé. Es casa de tu padre, así que no estoy seguro donde se encuentra.
— ¿De Snape? —Preguntó enarcando una ceja. Harry se preguntaba a veces si la genética era algo tan poderoso, por que evidentemente su hijo no vio hacer eso a nadie, por lo que eso lo debió haber heredado de Snape.
—Escucha, James —dijo tomando aire, no había querido hablar con su hijo de nada, pero era hora de que arreglara sus errores. El mayor de estos fue haber intoxicado a James contra Snape —. Me enteré de muchas cosas en este mes —dijo tratado de darle orden a las cosas —, resulta que tu padre nunca me engaño. Fuimos atacados y no recordábamos nada. Quien yo pensé que me atacó y que quiso que te abortara, era el hermano de una de las personas que me secuestro y que actuaba por medio de la locura.
— ¿Entonces? —Preguntó indeciso — ¿Ahora resulta que el es una santa paloma?
—No —dijo divertido —Snape es todo menos una palomita blanca —dijo divertido —, pero él no recuerda nada de lo que vivió conmigo, por lo que obviamente no sabía de ti.
James no podía decir nada en ese momento, se sentía completamente abrumado por toda la información que estaba recibiendo en ese momento.
>>Lo importante ahora es que queremos sacarte del ojo público y él ofreció su casa en América, pero no sé donde está precisamente.
—Chile —dijo una voz desde la puerta. — Harry vio como el hombre entraba con minerva, que parecía angustiada en ese momento. —Es un pueblo a la orilla del océano pacifico. Ventanas, para ser más preciso.
— ¿El mar? —Preguntó James emocionado — Extraño poder nadar.
—Pues allá lo podrás hacer, es una playa muy tranquila y en el pueblo no nos conocerá nadie.
—Espero que puedan estar tranquilos por un tiempo —dijo la mujer, mientras encerraba en un abrazo al menor —. Siempre serás bienvenido aquí, James —dijo dándole un beso en la mejilla, y luego se volteó a Harry —, tú también, Harry, las puertas de Hogwarts siempre estarán abiertas para ti.
—Gracias, directora —dijo el mayor —ya nos despedimos de Hagrid, así que no hay nada…
—Espera un segundo, papá —dijo el chico, mostrándose evidentemente nervioso —yo quisiera…
—Están afuera —dijo Severus, con voz desesperada —, son claramente insoportables.
—Ve con ellos, hijo, pero no demores mucho.
—Gracias —dijo el chico, caminando a la salida. Tomó aire y lo soltó relajándose, era una situación claramente incomoda, pero tenía que hacerlo antes de irse por quizás cuanto tiempo.
—James.
—Jimmy.
—Hola, chicos —dijo con voz clara, pero por dentro se moría de nervios —. Es hora de despedirnos.
—No es necesario hacer eso, pequeño —le dijo Louis, acercándose al chico y dándole un abrazo —nosotros seguiremos aquí y tus padres saben muy bien donde vivimos.
—No es como si no te fuéramos a ver nunca más, tesoro —le dijo Scorpius, que ahora lo abrasaba a falta de su primo —, además eres hijo de mi padrino, somos casi familia.
—Gracias —dijo sonriendo —, la pasé muy bien con ustedes.
—Te estaremos esperando, Jimmy —le dijo Louis antes de acercarse y darle un piquito en los labios, logrando que el chico se sonrojara furiosamente.
—Ey, que yo también quiero uno —dijo Scorpius, antes de imitar el movimiento de su rimo y besar a James, que no hallaba donde meter la cabeza.
—No hagan eso —les pidió, muerto de vergüenza.
—No es la primera vez que te besamos, Jimmy. Además… —le dijo acercándose y notando como la puerta se encontraba entreabierta — mejor te lo digo luego —le dijo dándole un beso en la mejilla —tienes unos padres muy sobreprotectores —le susurró,.
—Sí —dijo sonriendo.
—Conseguiremos que mi abuelo nos lleve a donde estés, James. No te escaparas tan fácilmente de nosotros.
James sonrió ante las palabras de estos chicos y sintió cuando estos se alejaban. Aun le sorprendía todo lo que había aprendido de ellos. Claro, muy a escondidas de su papá, por que estaba seguro que se moría si sabía que era parte de una extraña elación con los primos esos.
Fue una sorpresa para él, el enterarse de que ellos habían perdido su virginidad a manos del otro. Mucho más le sorprendió cuando ambos le pidieron una oportunidad para mantener un trío. Pensó que esto acarrearía problemas en algún momento, pero ellos fueron francos desde el primer momento. Ellos no pretendían tenerlo a escondidas, pero tendrían que esperar un poco para decirle al mundo que Louis Weasley, Scorpius Malfoy y James Snape, eran pareja.
— ¿Estas listo, hijo? —Preguntó Harry desde la puesta.
—Ya voy, papá —dijo respirando fuerte, para sacarse las ideas subidas de tono que tenía con esos chicos, que a base de besos y caricias le habían enseñado que ser ciego, era lo mejor a la hora de ser mimado.
***
Cuando los tres llegaron a Chile, vía avión, cabe señalar, lo hicieron cuando acaba de terminar la temporada de playa, por lo que cuando llegaron a Ventanas, el pueblo a donde se quedarían, las calles estaban menos transitadas de lo que seguramente estuvieron hace un par de semanas.
A Harry le pareció un lugar muy cómodo. Una larga calle que iba en subida desde la playa y que se perdía en una curva. La playa no se veía muy grande, de hecho, rápidamente podía ver donde empezaba y donde se perdía tras otra curva. Un gran cerro, repleto de pequeñas casitas que se veían desde la parada del bus que los trajo de la capital, y el comercio que se extendía a lo largo de la única avenida.
—Esto se ve tranquilo.
—Lo es, de hecho —dijo Severus, ayudando a James a bajar las escaleras del bus.
—De verdad —dijo el chico — no es necesario que me guíes.
—Pero me siento complacido de hacerlo —dijo el mayor, sin dejar con muchos más argumentos al menor. —Ahora tenemos que subir ese cerro.
Harry suspiró sonoramente y James se imagino que sería una larga caminata.
Cuando llegaron a la cima, Severus se recordó ver el asunto de un automóvil, no tenía la edad ni el estado físico para subir la empinada calle que los llevaba a la que sería su residencia por un tiempo. No que fuera demasiado, de hecho, James no se veía tan cansado como si lo estaban Harry y él, por lo que achacó todo a la holgazanería que les daba la magia, y la edad, claro está.
—Esta es la casa —dijo Severus, cuando llegaron a la sima y una cuantas casas conformaban el área habitable del lugar —no contaremos con muchos negocios para abastecernos aquí arriba, a no ser que sean huevos y quesos, que la misma gente del pueblo prepara en sus hogares.
—Que bien huele —dijo James, tomando una larga bocanada de aire.
—Es eucaliptos, Jimmy —le dijo su papá —la casa esta frente a una especie de bosque, pero no es demasiado denso y está repleto de altos arboles de eucaliptos.
—Será muy relajante pasear por aquí.
—Lo es, pero deben ser cuidadosos —dijo Severus, mientras metía la llave en la ranura de la entrada —según recuerdo hay lobos por aquí.
— ¿Lobos? —Preguntaron padre e hijo.
—Sí, animales no mágico, no se si los conocen —dijo irónico, ganándose un bufido doble —, bien, esperen un momento para ventilar la casa. No la habitó desde hace años —dijo apuntando con su varita, para que las ventanas se abrieran y se ventilara el lugar —dejaremos nuestras cosas aquí e iremos por provisiones, es necesario ventilar la casa por lo menos por una hora antes de entrar.
— ¿Por qué? —Preguntó James, mientras le pasaba su mochila a Severus.
—Aquí en Chile hay una enfermedad llamada Anta, que es contagiado por las deposiciones de las ratas y es mejor prevenir el que no estén en la casa.
— ¿No sería bueno un hechizo para filtrar el lugar? —Preguntó Harry.
—Lo hacemos sólo como medida de precaución, dijo luego de cerrar la puerta — ¿Listos para conocer el pueblo?
***
Para Harry y James fueron las mejores dos semanas que habían tenido en su vida. Todo era muy cómodo, relajante, a tal punto que no pasaba por sus cabezas que debían volver a sus vidas.
Severus por su parte, estaba cada vez mas convencido de que había sido la mejor idea que había tenido en mucho tiempo. Claro que también estaba la duda como siempre. Cada día que pasaba, se sentía más y más cómodo en compañía de Harry. Habían estado conversando y se enteró de como James dio sus primeros pasos, de cual fue su primera palabra, la primera ves que se cayó, su primera pataleta, las pesadillas que aprendió a controlar… todo lo que tenía que ver con su hijo. Evidentemente eso acarreó largas horas de conversación en la noche en compañía de Harry, cuando James estaba durmiendo en su habitación. Severus se complacía de ver a Harry bañado con la luz de la luna, que en ese lugar alumbraba como nunca antes había visto, y el cielo hacía perfecta combinación con sus verdes ojos, brillantes al igual que el manto de estrellas posado sobre sus cabezas.
Sin quererlo ni esperarlo, se estaba enamorando del hombre que le dio un hijo. Irónico y tal como sonaba, por que si bien el chico fue concebido en medio de una relación, esta no estaba en sus memorias, y ahora, casi dos meses después de haber llegado a ese lugar apartado del mundo, tenía que luchar contra si mismo y su deseo de besarlo cuando se perdía en sus relatos sobre la infancia de su hijo.
— ¿Pasa algo, Severus? —Le preguntó Harry, al llegar con una tasa de café, esta noche era particularmente fría, pero ambos estaban ahí, para entablar conversación hasta la madrugada, y a veces el amaneces, dependiendo de que tan cansados estaban.
—Nada —dijo inhalando y luego soltando el aire, mientras tomaba la tasa que Harry le extendió, rosando sus dedos en el proceso. Vio con deleite como la mano del mas joven temblaba ante el contacto, lo que le daba mas valor para tener un mínimo de avance, pero su conciencia era más fuerte y se limitó a contemplarlo mientras veía hacia el horizonte, cargándose en la baranda de terraza en la que se encontraban. Mientras el brillo del mar en la oscuridad de la noche, se reflejaba con fulgor en su mirada.
—Estás muy raro desde hace unos días —dijo entrecerrando los ojos —¿Te molesta que sigamos aquí?
—Para nada —dijo con seguridad, tomando la misma posición que el joven, dejando su postura derecha, en la entrada de la casa v, me agrada estar aquí, y lo sabes.
—Lo digo por nosotros —dijo mirándolo de lado —. Quizás la compañía te esta empezando a molestar.
—No es molestia, eso es claro —dijo tratando de encontrar las palabras precisas para no confundir a Harry —, pero quizás tú si te sentirías incomodo con mis pensamientos.
—Creo que pasé de eso —dijo sonriendo de lado —, desde que llegamos aquí, y que el mundo pareció dejar de importar, tus pensamientos son los que menos me molestan.
— ¿Y si mis pensamientos te involucraran directamente?
— ¿A mí? —Preguntó girándose, apoyando la espalda y codos en el barandal.
— ¿Qué me dirías si te dijera que anhelo el besarte?
Harry no se esperaba tanta sinceridad por parte del hombre. Una fuerte punzada le atacó en el vientre, y el fuego le subió a las mejillas de manera presurosa.
—Diría que estas confundido.
—Pues no lo estoy —le dijo parándose derecho —desde que estabas en Hogwarts, gritándome cada dos por tres, incluyendo la vez que me encontraste en mi despacho, he sentido que te necesito a mi lado.
—Severus…
—Déjame hablar, por favor —le dijo poniendo un dedo sobre sus labios, los cuales estaban húmedos y suaves y tentaron aun mas a Severus. —. Sé que no me quieres tener cerca, pero pienso que eso era antes de que supieras lo que había pasado, pero percibo tu tensión cuando estamos cerca, y sé que también quieres tratar de recuperar el tiempo perdido.
—Eso sonó engreído —dijo sumergido en esos ojos negros que tanto le hipnotizaron en su juventud, pero luego negó con la cabeza y rio con nervio — ¿Recuperar el tiempo de qué, Severus? Tú ni siquiera estás seguro de lo que sientes, quizás sólo sea calentura…
—Y quizás sólo estas buscando una escusa para protegerte —dijo acercándose y arrinconándolo contra en barandal —, pero me conoces, incluso más que yo mismo.
—Eso es imposible —dijo nervioso, viendo fijamente los labios que se acercaban poco a poco.
—Sabes de mi mas de lo que yo creo conocerme —dijo acercándose un poco más, hasta apoyar su frente con la de Harry —, tú pudiste ver algo que otros no pudieron ver.
—No tuve que ver mucho mas allá —dijo en un susurró, mientras sentía como sus labios eran tocados por los de aquel hombre.
Se besaron por largos minutos, mientras Harry recordaba, Severus comenzaba a disfrutar. Estuvo por mucho tiempo esperando esto, y ahora se le hacía increíblemente familiar. No pudo contenerse y lo aferró por la cintura, acercándolo a su cuerpo de manera fugas, logrando arrancar de los labios de Harry un gemido satisfecho y que este pasara sus brazos por su cuelo, para que su beso se hiciera mas profundo e intenso.
—Eso fue… sublime —dijo Harry, con los ojos cerrados, moviendo sus labios sobre los de Severus, que aun lo tenía contra su cuerpo.
—Pero aun no es suficiente —dijo acercándolo de nueva cuenta y besándolo de manera arrolladora.
Harry no fue capas de decir nada, sólo se entregó a la pasión que desbordaba en ese momento. Tampoco fue capas de decir nada cuando Severus lo llevó a su habitación, ni cuando se besaban arrancándose la ropa. No pudo decir nada cuando esos besos descendieron por su cuello y se encallaron en uno de sus pezones. Pero él se detuvo.
— ¿Qué…?
—No sé como seguir —le dijo en un susurró, mientras acariciaba su mejilla —, por lo que en este momento sería el peor de los amantes.
Harry sonrió con ternura. Merlín, esto sonaba tanto al Severus que é recordaba.
—Entonces tendré que hacer que recuerdes.
Severus se vio volteado, y ahora él estaba acostado en la cama con Harry sentado a horadas sobre sus caderas.
—Esta es una buena vista —dijo poniendo las manos en las caderas de Harry, que se movía sobre su miembro, logrando que se arquera de placer.
—Créeme que será mucho mejor —dijo descendiendo para besarlo en los labios, mientras que con una de sus manos se comenzaba a preparar para su amante —, sólo o haré esta vez, por que después tú harás que me corra de sentir tus dedos en mi interior.
Severus se sentía arder. Atrás quedaba todo lo que pudo haber imaginado del sexo con un hombre. Ver a Harry con las mejillas encendidas y con sus labios abiertos, gimiendo despacio para no despertar a su hijo que dormía a unas habitaciones, sin saber que él mismo se había encargado de aislarlos para no traumar a su hijo con sus gritos. Por que estaba seguro de que lo conseguiría, haría gemir a Harry y gritar su nombre.
Luego de lo que pareció ser una eternidad para ambos, Harry elevó sus caderas para que el mismo Severus acomodara su pene en recta para empalar al más joven, que no lo defraudó y fue bajando lentamente por eso caliente y duro trozo de carne.
Los gemidos por parte de ambos no se hicieron esperar. Severus no abandonaba su posición bajo Harry, mientras este, apoyando las manos sobre el pecho de su amante, se impulsaba para subir y bajar a medida que sus cuerpos se los exigían.
Eventualmente las embestidas se hicieron más erráticas y sus gemidos parecían quejidos. Ambos debían descargarse y no demoraron en hacerlo. Harry no necesitó mas estimulación que ver el rostro contorsionado de placer de Severus para sentir como su pene explotaba, bañando el pecho de su amante con su semen, sintiendo el liquido caliente de Severus embargarlo por dentro.
Harry se dejó caer a un lado de su amante, quedando boca arriba, al igual que Severus, que no podía borrar la sonrisa de lado que tenía en ese momento, viendo de lado como el hombre que respiraba erráticamente a su lado, trataba de abrir los ojos anfractuosamente.
—Fue mucho mejor de lo que imaginé. —dijo cuando tuvo la oportunidad de usar su voz para otra cosa que no fuera gemir, y esta salió ronca y rasposa.
—Te lo dije —le recordó, mientras se acostaba de lado, mirando a Severus que hacía lo mismo — ¿Está bien lo que hicimos, verdad? —Le preguntó moviendo sus dedos sobre su pecho, enredándolos en los bellos de su pecho.
— ¿Por que abría de estar mal? —Le preguntó acercándolo a su cuerpo, para luego estirar las sabanas y cubrirlos a ambos —Tenemos un hijo en común, estamos algo así como enamorados y fuimos separados por terceros y por razones que no nos incluían —le dijo claro, logrando que Harry sonriera de lado —¿Puedo pedirte algo? —Preguntó, mientras corría un mechón de cabello de su cara y lo ponía tras su oreja. Sin decir nada hasta que Harry asintió — ¿Me podrías contar como fue que empezamos nuestra relación, cuando eras mi alumno?
— ¿De verdad quieres saberlo? —Le preguntó acomodándose mejor y vio como este asentía —Bien… déjame contarte.
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