No sé si nosotros también contestamos aquí, o donde los duelos. Bueno si no es aquí, si podéis trasladarlo....
Aquí dejo mi respuesta, sencilla pero me divertí escribiéndola.
Las Snarryianas y los Snarryianos dan miedo
En un día de octubre Harry y Severus estaban, como cada mañana, aprovechando los últimos minutos para poder estar juntos en la cama. Siempre era lo mismo, sonaba el despertador mágico, lo apagaba Severus, pero volvía a sonar, se volvía a apagar y de nuevo a sonar, entonces Harry harto del ruido daba la vuelta, chafando todo el cuerpo de Severus, cogía el despertador y lo lanzaba contra la pared.
Ambos se dormían y era cuando el huskie que tenían en Hogwarts y que no se despegaba de Severus, entraba ladrando y les lamía la cara. Ese era el verdadero despertador.
Es entonces cuando empezaba una gran carrera para la ducha, vestirse e ir al comedor a desayunar. El matrimonio llevaba tanto tiempo juntos, más de 10 años, que se complementaban perfectamente y cuando se duchaban se ayudaban, cuando se vestían Severus ya cogía la ropa de los dos y se la iba tirando a medida que la sacaba del armario y cuando desayunaban Harry era el que ponía los dos platos llenos para ambos.
Esa mañana, cuando entraron las lechuzas, una dejó ir un paquete que cayó entre los dos.
Extrañados, ambos lo abrieron y al tocarlo a la vez, se trasladaron. Ambos por el susto cerraron los ojos. Cuando los abrieron se encontraban en el Londres Muggle.
-¡Sí, funcionó!- se oyó gritar a alguien de alegría.
Cuando ambos se fijaron bien, se vieron rodeados de mucha gente, la mayoría mujeres que les miraban con deseo, hambre y ¿babas? Por instinto dieron un paso atrás.
-¿Quiénes sois?- Severus les apuntó con su varita pero eso en vez de amedrentar a la gente…Les hizo estar más histéricas.
Entonces sin que se dieran cuenta, una chica con gafas y que tenía cara de bromista les hizo oler cloroformo. Y todo se volvió oscuro.
Al despertar, se vieron dentro de una gran sala. Estaban sentados en un sofá, y todo a su alrededor más de 500 sillas, todas ocupadas por gente de diferentes edades.
-Buenos días- dijo una mujer con una gran sonrisa.
-¿Quiénes sois? ¿Dónde estamos? ¿Qué ha pasado?- preguntó enfadado Severus.
-Bueno, primero que nada estáis en el mundo muggle. Hoy es 23 de octubre y se celebra el día internacional del Snarry, así que no creímos mejor que celebración que traer a dicha pareja.
-¿Snarry?- preguntó Harry confundido mientras se limpiaba las gafas.
-Es obvio, Snarry son las dos o tres primeras letras de Snape, y las tres últimas de Harry. ¡Que juntas forman Snarry! – una chica vestida de traje les dijo seria pero con una sonrisa. Fue decir eso y todas volver a chillar.
-Pareces abogada—soltó Harry.
-Es que lo soy.
-¿Y has ganado muchos casos?
-Bastantes, quiero llegar a la cima.
-Basta de charla, qué es eso del día del Snarry.
-Severus, se te tiene que explicar todo. Hay un día dedicado a vosotros, que os defenderemos a capa y espada. Y nosotros somos vuestros fans. Y cómo no sabíamos cómo traeros, a nuestra amiga aquí sentada- señaló a una chica de gafas que llevaba un ordenador portátil mientras miraba series- no se le ocurrió otra cosa que traeros hasta aquí con cloroformo.
-¿Y al mundo muggle?- preguntó Harry
-Eso fue idea de esa muchacha de allá. Y el invento de esa otra. Es una reina y como tal, tiene la capacidad de inventar cosas e inventó, sin magia, la manera de traeros aquí. El Lord, presente a su lado, también le ayudó.
-Anda mira, alguien más inteligente que tu amiga Harry-dijo Severus con una sonrisa.
-Eh, no te metas con mi amiga que…-pero se vieron interrumpidos por algunas chicas.
-Toma, ya he acabado con la serie, no querías ver el nuevo capítulo de Downton Abbey?- y la chica de gafas le pasó el portátil a otra chica de gafas que llevaba un jersey donde decía Emma&Kate forever y una flecha hacia la izquierda. La de gafas tenía el jersey donde salía otra flecha y decía always.
-Eh, si vais a ver Downton, ponedlo en la pantalla grande que yo también quiero ver la serie- dijo la abogada.
-Eso que yo ayer con tanto Erasmus me perdí el capítulo en directo.
-¡Chicas! Con lo que nos ha costado traerlos aquí y vosotras mirando las series. ¿No podéis dejarlo para mañana?
-Si jefa- y las chicas callaron.
-Y ahora escuchad a las administradoras.
-Bueno, cómo iba a decir. Queremos daros muchos regalos, así que tened la libertad de comer y beber todo lo que queráis mientras se os van mostrando vuestros regalos.
Severus y Harry vieron como muchas chicas con ayuda de los pocos chicos que había, iban trasladando mesas y poniendo las sillas alrededor de ellas. Luego empezaron a poner entremeses con todo tipo de comida. Eso más que un pica-pica parecía una buena comida. Si luego había segundo plato…
Cuando acabaron de ordenar todo el mobiliario, casi todos se fueron poniendo en fila para dar los regalos mientras algunos sacaban cámaras fotográficas y de vídeo. Primero fueron dos mujeres que una de ellas tenía una sonrisa sádica y que con un poco de legeremancia, Severus adivinó que ella quería tener sadomasoquismo con ellos, y si podía ser un trío mejor. Por si un caso, Severus apretó más fuerte la varita. Ella les dio diferentes juguetes eróticos. La otra mujer, les llevó un pastel con sus caras, y en su bufanda ponía: siempre snarry, nunca drarry.
Las que parecían ser las jefas, con una pequeña sonrisa, les ofrecieron todo tipo de regalos, desde eróticos hasta un descuento en un bar que imaginaba que era de alguna de ellas.
Entonces vinieron las de las series, que se habían quitado los jerséis y ahora llevaban camisetas donde en una ponía: no, no, no y no. Y en la otra: y te lo certifico. Harry pensó que eran hermanas. Ellas les ofrecieron packs de muchas series, imágenes en ordenador que dijeron que eran banner, y también un teléfono móvil para que si quería se unieran en sesiones de película. Severus no dijo nada, pero ya estuvo en una sesión con Hermione y acabó harto. Puso todos los regalos en una mesa adjunta.
Detrás de ellas aparecieron los que habían dicho que eran Lord y Reina, o Diosa o algo así. Ambos llevaban unas coronas en la cabeza que si se les caía, la chica del cloroformo se las volvía a poner, así que deducían que las había puesto ella. Ambos les dieron unas copias de los inventos para poder viajar en el tiempo o en un momento sin necesidad de hacer magia. Y también un tour para ir a las mejores cenas.
-Yo os regalo una casa en la costa mediterránea y además estos dos dibujos que han hecho mis hijas- les dijo una mujer tendiéndoles unos pergaminos. Harry sonrió al ver rayas, soles y lo que deducía eran dos hombres en medio de todo. La mujer, cogió la mano de cada niña y fue a sentarse.
Otra chica llevaba un jersey donde decía: la idea del tiempo fue mía. Y ella, con su gracia, les ofreció un juego de ordenador donde podías poner la foto que quisieras y decirle todos los sarcasmos que podías hacer, que además quedaban grabados, y también una cena en un paraíso.
La abogada les dijo que si la necesitaban, no les cobraría pero que a cambio quería algún secreto sucio. La otra chica que también quería ver series les dijo cómo entrar en todos los castillos muggles y les dio internet para que hablaran entre todos y vieran su videolog.
La fila continuaba, la siguiente les dio libros en japonés, un poster para que se lo firmaran y les dijo dónde estaban los mejores casinos en Las Vegas. Hubo otra mujer que les dio tartas de manzana por doquier, y a Severus le dijo que teniendo dos perritas podía darle ideas para hacer enfadar a Sirius.
Las siguientes dos les dieron acceso a una página porno gay para que leyeran sus historias.
-¡Yo pienso que Albus fue un cabrón, yo siempre creía en ti!- una de ellas le dijo a Severus.
-Yo os doy todos los dibujos inimaginables con todo tipo de posturas. Obviamente salís vosotros- y se fue saltando a por comida.
-Bueno, creo que lo mejor es continuar después. Mejor comemos y luego queremos que nos expliquéis con todos los detalles, algunas de vuestras noches.
-Qué directa es la jefa.
-¿Qué? Estamos en mi bar, así que yo pido algo a cambio.
-¿Y tu “costillo” dice algo?
-Él está contento como siempre, porque además es dinero para el bar. ¡Ahora a comer! ¡Buen provecho!
-¡Buen provecho!- Gritaron todos.
Costó un poco que todos se sentaran donde quisieran, incluso se lo sorteaban al juego “piedra, papel o tijeras” por tener esa silla. Las administradoras, sentadas elegantemente y con la espalda recta, se sentaron disimuladamente a los lados de Severus y Harry mientras los demás se peleaban. Cuando todos se dieron cuenta, no hubo forma de hacerlas levantar.
Delante de ellos tenían un manjar y Severus se giró para darle un beso a los labios a Harry. Al dárselo, todos empezaron a aplaudir y gritar:
-Encima de la silla, encima de la silla- las dos primeras mujeres que les dieron los regalos, con las mismas sonrisas que daban miedo, les hicieron levantar y subir encima de la silla.
-¡Ahora beso!- Dijo una.
-Con lengua- dijo la otra.
Y Harry, con una sonrisa de felicidad se acercó a Severus y le plantó un beso que fue alargándose durante varios minutos.
-¡Preparad la ambulancia que les va a dar algo por falta de aire!
La misma situación se dio en las dos horas que duró la comida, el café y la charla de después entre ellos.
Severus seguía serio, aunque muy en el fondo, tenía una sonrisa pequeña. Agradecía que les hubieran hecho esto.
Ellas no lo sabían, o quizás sí, pero el 23 de octubre de 1998 empezaron a salir y se casaron el 23 de octubre del 2000. Y dio la casualidad que el 23 de octubre de 2004 fue la fecha en que el Orfanato mágico les dio a sus dos hijos de cinco años. Era una fecha especial y esperaba que en la noche pudiera celebrarlo con los suyos.
Cerca de las 17.00h, todos se sentaron en círculo dejando a la pareja en medio.
-Venga, ahora hablad de vuestros encuentros sexuales- dijo la abogada.
Harry se puso cómodo y empezó a explicar con soltura, haciendo que Severus se tapase los ojos de la vergüenza. Escuchar de la boca de su marido tan íntimos detalles era algo que no podía aguantar. Y lo peor es como todos suspiraban o ver como el Lord o quien fuese le levantaba los pulgares y le guiñara el ojo como felicitándolo.
Su marido, lo contó todo, TODO, desde el día que Severus le quitó la virginidad cuando cumplió los dieciocho años, hasta como fue la luna de miel y la semana loca de cada mes. Harry quería que durante una semana al mes, ambos hicieran sexualmente cosas que nunca se hubieran pensado.
Le hizo ir a comprar esposas, látigos, juegos eróticos comestibles y decenas de cosas más, además de arreglar una mazmorra de Hogwarts para tener sus fantasías. Si los mortifagos supieran eso, se avergonzarían de lo dulces que parecían ellos.
Pero también les contó como cuando sus hijos llegaron a casa y tenían miedo de dormir solos, Severus se levantaba y les contaba historias, les tocaba piano o los mecía entre sus brazos. Harry tenía varias fotos en su escritorio de su familia. Muchos momentos de su marido y sus hijos riendo, jugando o los tres durmiendo en la cama de matrimonio.
-Bueno, creo que y es hora de despedirse.
-¡No jefa! ¡No te los lleves!-dijo la chica del cloroformo.
-¡No te los lleves, no te los lleves!- empezaron a gritar.
-Bueno, teóricamente se los tiene que llevar la Diosa que para eso los ha traído ella.
-¡Pero Severus aún tiene que contarnos si ha llegado a esa edad y con esa energía por mediante pociones o no!- Dijo el Lord.
-Sin pociones- Dijo Severus con una sonrisa de autosuficiencia.
-¡Dime el secreto! Yo quiero llegar a esa edad y hacer todo, pero todo lo que haces.
-Yo también- Dijo la que parecía sadomasoquista.
-¡Y yo!-Todos empezaron a rodear a Severus, levantándole el ego.
Al final Severus y Harry consiguieron irse entre gritos y aplausos. Llegaron a Hogwarts y se cambiaron para poder cenar con la familia. Estaban cansados, pero la cena tradicional no se la iban a perder.
-Severus, hoy ha sido un día muy raro.
-Lo sé, pero mira el lado positivo.
-¿Cuál?- Severus le atrajo de la cintura.
-Que hay gente que sí nos quiere como pareja aunque sea en el mundo muggle- dijo sonriendo.
-Y que te han levantado el ego. Estoy seguro que mirarás la manera de poder usar el ordenador sólo para hablar con ellos y que te traten como a un rey.
-Por supuesto Harry, si me quieren…-Le dio un beso y lo llevó camino al comedor donde estaban sus pequeños.
-Pero tengo que afirmar una cosa Severus.
-¿El qué?
-Las Snarryianas y los Snarryianos dan miedo- y riendo, entraron al comedor para recibir en los brazos a sus pequeños que venían corriendo entre las mesas.
FIN