Habían pasado ya unas cuantas semanas desde la última vez que había visto al Príncipe Mestizo.....
--------------------FLASH BACK------------------------------
Estaba en el gran comedor cuando una lechuza negra se me posa enfrente. Intrigado por tal inesperada visita, tome el papel y le ofrecí comida al ave. Esta acepta gustosa.
La carta decía:
Mí querido y estimado Harry:
¿Cómo estas? Espero que bien. ¿Sabes? No eh logrado dejar de pensar en ti ¿qué tienes que me hechizas de esa manera? Creo que son tus ojos, verdes cuales preciosas esmeraldas recién labradas que enamoran cuantos hombres las miren. O tú dulce sonrisa y tu hermosa carita, con tanta inocencia que cualquier ángel envidiaría.....No lo sé. Pero me tienes encandilado con tanta luz.
Si me permites que te muestre mi amor, te espero en la Sala de los Menesteres dentro de diez minutos......
Con todo mi cariño,
Príncipe Mestizo.
Tuve que terminar el desayuno rápida, pero elegantemente y salí corriendo del lugar tratando de no perder la elegancia.
Justo después de caminar unos tramos me encontré con Malfoy, le di la ubicación de Ron y me fui.
Camine apresurado por los pasillos del castillo y subí las escaleras de tres en tres. No sabia la razón exacta del por qué mi corazón latía tan fuerte, o la razón de mi impaciencia pero sentía la imperiosa necesidad de llegar cuanto antes; como si fuera de vida o muerte que acuda con él.
Finalmente llegue al séptimo piso y, recorriendo a tropezones el desierto pasillo, estaba ante la puerta custodiada por el tapiz del mago que intenta enseñar ballet a dos Trolls. Sin más, tome la perilla y abrí la puerta.
Lo que me encontré, y recibió, me dejo asombrado y embobado: Era un bellísimo bosque, con los árboles resplandecientes de rocío bajo el sol brillante, los pajaritos cantaban alegres y se podía escuchar el tranquilizante sonido del agua corriendo.
Avance unos pasos por el sendero de rosas blancas, hasta llegar a orillas de un extenso río donde me esperaba el Príncipe Mestizo con su lindo violín y un hermoso piano de cola.
_ Buenos días, mi pequeño león. Me alegra que hayas decidido venir - me recibe con una reverencia, un beso en mi mano y una rosa azul. Yo no logre evitar sonrojarme, por lo que él me sonríe.
_ ¿Qué es lo que pretende, mi querido Príncipe? - digo curioso para desviar su atención de mis mejillas.
_ Un concierto puramente nuestro, para tener en mi memoria y corazón este romántico momento.
“Su voz suena tan melodiosa como la de mi Severus"
_ Mucho me temo que mi corazón tiene dueño ya; de ojos y cabellos negros al que le gustan las pociones.
“Quizás con eso pueda descubrirlo, creo que es él: Son demasiadas semejanzas. Además.....lo que siento cuando estoy con uno es lo que siento cuando estoy con el otro.... ¡Bingo! Sus ojos brillaron con triunfo"
_ Es un hombre afortunado....... ¿es acaso el profesor Severus Snape? - dice anhelante por la respuesta, pero no será en este momento.
_ Eso no puedo revelártelo..... - le digo misterioso.
_ En ese caso... - dice algo triste, pero sabiendo la respuesta, se repone rápido - Pasemos a la música.
Me entrego una partitura algo corta, me coloque en el asiento y nos pusimos a interpretarla. ¡Es realmente hermosa!
Lamentablemente al terminar (a los treinta minutos) debo ir a clases, por lo que se despide con un beso (en la mejilla) y un ramo de rosas blancas. Él sale antes que yo. Después de unos minutos, salgo de allí con una bella sonrisa.
----------------------- FIN FLASH BACK -----------------------
Mis compañeros se llevaron una grata sorpresa, cuando deje las flores en el escritorio con un hechizo para que no se marchitaran.
“Pensando......ya han pasado seis semanas sin verle. Porque el que me mande cartitas y regalos es semanal, pero el verle..... ¡¿Será que me confundí y no es mi Severus?!" Pensaba Harry.
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Ese día las clases duraron un periodo muy corto por la fiesta de esa noche. Una vez terminada la jornada estudiantil, los jóvenes leones se fueron a cambiar.
_ ¿Hermione, de qué te vas a disfrazar? – le pregunto Harry a su amiga.
_ De Julieta, de la novela de Shakespeare. – responde feliz la castaña.
_ ¿Y quién es tu Romeo? – le cuestiona pícaramente.
La joven se sonroja y solo murmura una palabra: Draco. Ron, quien no olvidaba su enojo con el rubio, bufo molesto.
_ ¿De qué iras tú, Harry? – le pregunta para salir de la pena.
_ Eso es sorpresa. ¿Qué hay de ti, Ron? – contraataca el ojiverde.
_ Del sombrerero loco, Luna es mi Alicia. – responde feliz.
_ Que bonito…..- interrumpe Ginny, la pelirroja venía con Luna y Neville. Cuando están con ellos, replica: - ¿Qué se te dio por eso?
_ Yo le dije – explica la rubia aun enojada. – En realidad íbamos a ir como Hércules y Meg, pero quise cambiar después del lío con Zabini.
_ ¿Creí que se aclaro todo? – pregunto extrañado el botánico.
_ Si, pero eso no quita mi disgusto. – aclaro Luna.
_ Cambiando de tema, - interviene el ojiverde, - ¿De que te disfrazaras Neville?
_ Del conde de Montecristo. ¿Por cierto, saben de quien se disfrazara Nott? – dijo riendo para dentro y mirando a la rubia y al pelirrojo.
_ ¡No! – respondieron curiosos.
_ ¡DE LA SOTA DE CORAZONES!
Los jóvenes se quedaron sorprendidos ante esto. Después de esto, los chicos se fueron a cambiar para la fiesta.
En la recamara de las chicas, las cinco integrantes estaban yendo de un lado a otro poniéndose los trajes y sus accesorios. Una vez listas, bajaron a la sala común de Gryffindor a esperar a sus amigos. Unos minutos después, los jóvenes hicieron presencia.
Neville como dijo, era el apuesto Conde de Montecristo. Tenía un pantalón de seda blanco, unos zapatos negros, una camisa amarilla y un lindo saco negro con bodes celestes y líneas naranjas.
Seamus iba como Hermes, el mensajero de los dioses griegos. Con una túnica corta de color blanco, sandalias con alas y el cetro.
Ron tenia un pantalón negro por enzima una camisa celeste con chaleco, un moño con círculos de colores y sobre estos un saco marrón. Tenia el pelo parado con un sombrero de copa y una cinta con el.
Dean iba de samurai, con un pantalón blanco, sandalias y remera azul. Llevaba una katana de plástico.
Por ultimo bajo Harry….Que dejo a todos impresionados. Llevaba el pelo corto parado con unos mechones saliendo de todas partes y para todas direcciones. Maquillado como un árabe salvo por que en vez de costado, para arriba. Un pantalón ajustadísimo al cuerpo que no dejaba nada a la imaginación de color azul, con unas botas negras. Un saco blanco con líneas azules y guantes de igual color, sumado a un látigo de equitación.
Los chicos estaban hermosos, pero las chicas no se quedaban atrás.
Hermione tenía un hermoso vestido de color amarillo estilo antiguo con una túnica en rojo y una bincha. El pelo lo llevaba suelto y largo. Tenía un maquillaje ligero con unos diamantitos bajo las cejas.
Lavender iba de bailarina de ballet con un tutu rosa y una corona de princesa, con el pelo suelto.
Las gemelas Patil iban muy diferentes, Parvati era Gatubela y Padma una princesa árabe.
Ginny era una linda angelito con vestido dorado y unas alas a juego con la aureola y zapatos.
Después de decirse lo bien que estaban unos a otros, bajaron al Gran Salón. Allí estaban los demás estudiantes y los profesores. La mayoría estaba vestida como personajes muggles pero la minoría tenía disfraces de magos importantes que Harry no reconocía.
Draco se unió a Hermione. Vestía un pantalón de montar negro, votas de igual color, camisa celeste y chaleco negro.
Luna izo su aparición justo cuando los tortolitos se despedían. Tenía un vestido celeste, guantes negros, botas gruesas blancas con tocados azules y el pelo suelto. Se fue con Ron después de charlar un rato con los otros. Seamus y Dean se llevaron a Parvati y Lavender a bailar, mientras que Neville y Padma se fueron a buscar a sus parejas.
“Me quede solo….pensó Harry. ¿Dónde estará….?” La pregunta quedo a la mitad. Acababa de ponerse de pie el director y si mal no creía, era la reencarnación de Gandalf el gis, un gran mago histórico.
_ Mis queridos muchachos y muchachas ¡Bienvenidos a la fiesta de Halloween! Disfruten la noche, ante cualquier cosa acudan a los profesores. Les recuerdo que los menores de 17 años no pueden quedarse después de medianoche y los de 1ro y 2do después de las diez de la noche….Bien ¡A bailar!
Los pobres niños bufaron enojados, solo tendrían tres horas antes de que los echaran. “¡Como si aguantaran….!” Pensó Harry.
El moreno se sentó en una mesa cualquiera y se dispuso a comer. Vio desde su lugar a su padrino vestido de negro con alas igualmente negras hablar con Ginny. A unos metros bailaban las parejas de serpientes (vio con horror que Parkinson era un hada rosa) y mas allá, a los leones (vio a Remus disfrazado de Drácula, bailar con Tonks quien estaba disfrazada de Mina). También como algunos maestros (entre ellos McGonagall, que iba como Mary Poppins) se mezclaban entre los alumnos…..Vio a muchos, pero al que quería ver, nada.
_ ¿Aburrido, Sr. Potter? – susurro una voz a su oído. La piel del joven se erizo y el sonrojo vino enseguida.
_ Si – y se volteo…¡¡¡Para QUÉ!!! El hombre que lo miraba era el dios de la belleza: Pelo negro, lacio y brillante caía como cascada fina sobre un rostro serio pero relajado tapado medianamente con una mascara blanca. Con un traje azul que dejaba ver un chaleco marrón, Severus Snape era el Fantasma de la Opera. – Señor….Usted se ve perfecto. – le dijo el chico.
“Ah…bebe, no me digas eso que te como a besos….”
_ Usted igual. – le susurro sensual y juguetón.
_ Ah…. – jadeo el chico extasiado.
Severus no sabia como las hormonas del joven se empezaban a activar con ese traje y sus actos, le extendió la mano para llevarlo a bailar y, autómata, Harry se dejo hacer.
Se colocaron a un costado de la pista y comenzaron el vaivén a compás de la canción “Easy comes” de Thornley. La melodía que sonaba en la canción los hacia moverse sensualmente pegados, meneando las caderas y bajando lentamente provocando el rose de sus cuerpos.
Harry y Severus se sentían en el cielo, rozando el otro cuerpo, jugando a seducirse y comiéndose con los ojos. El ojiverde paso sus brazos por los hombros del ojinegro rodeándole el cuello y lo jalo mas cerca de si. El pocionista le rodeo la cintura y acercó su rostro a su oído, mientras le cantaba sensual. Las piernas del chico estaban haciéndose gelatina por tenerlo así de cerca, además de estar cantándole…
Una ves que la música se termino, los dos hombres fueron por bebidas sin percatarse de que el director los había estado observando.
_ Es un gran bailarín, señor. – le dijo juguetón el ojiverde, acercándose sensual.
_ Y usted no se queda atrás, Potter. – Severus rodeo con un brazo al menor, acerco su rostro al cuello ajeno y lamió la piel voraz.
_ ¡Ah! Eres un lujurioso, Snape…. ¡Merlín y los dioses me amparen o caeré en tus garras! – articulo Harry.
_ Descuida, estas en buenas manos…. Yo puedo enseñarte lo que es la pasión y el deseo. ¿Qué le parece eso, Potter? – le susurro sensual al oído.
“¡Qué puedes tenerme cuando quieras!” iba a decir, pero sus amigos escogieron ese preciso momento para interceptarlo.
_ Lo siento, profesor Snape…. ¿pero podría Harry venir con nosotros? – le dijo Hermione al ojinegro, logrando que la amargura y la ira volviera al odiado pocionista.
_ Si, claro….- la mirada que dirigió, los aterro.
_ A la una veámonos en la sala de los Menesteres. – le susurro por último Harry al docente, que sonrío feliz.
Esa noche, el niño que vivió pasó con sus amigos la noche más maravillosa; bailando, comiendo y bebiendo, disfrutando el momento como cualquier chico de su edad, sin preocupaciones de mas ni temeroso de no encajar. Y también tuvo un momento culminante con el amor de su vida, con el hombre que seria lo más importante del mundo.
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Miér Mar 02, 2011 10:36 pm
