Amantes en Luna llena (One Shot)

Amantes en luna llena
Luna llena





Hola Queridos lectores

Espero que la loca idea que se le ha ocurrido a mi muso no les parezca nada raro, jejeje...


Es mi cumpleaños así que este shot me lo dedico a mi primeramente, también quiero darle un pedacito de esta historia a: Ross Potter que comparte mis obsesas del pet society y pasamos mucho tiempo hablando, a Dulce porque siempre esta para ayudarme cuando mas la necesito, a Arita que aunque se aleje un poco siempre se acuerda de los amigos y a Brenda ella como siempre tan linda y amable en el facebook hace mis días mas agradables.

A todos los amigos que he conocido gracias al Snarry estoy muy agradecida por los momentos buenos que me han hecho vivir, ustedes tienen un lugar en mi corazón. Hacen mis días mejores, me hacen sonreír, asombrarme y me hacen valorarlos y desear tenerlos presentes por mucho tiempo en mi vida, no hay una historia que pueda darle gracias por eso, solo mi cariño inmenso.


Un beso a todas, chicas.
Amantes en luna llena
El amor es semejante a un árbol: se inclina por su propio peso, arraiga profundamente en todo nuestro ser y a veces sigue verdeciendo en la ruinas de un corazón. (Víctor Hugo)


Disclaimer: Los personajes pertenecen a JK Rowling, yo no gano absolutamente nada con esto, solo satisfacción y el comentario de uno que otro lector agradecido. La trama es lo único que me pertenece.


Advertencias: Muerte de un personaje.

Parejas: Severus Snape/Harry Potter.

Resumen: En otra vida el amor les hizo ir en contra de los prejuicios y de sí mismos, hasta que la muerte les separo, pero no ha sido el fin de ese amor que unió a Harry y a Severus que ahora renace para reencontrarse pero tendrán que lidiar con algunas dificultades.

Notas de Autora: Pues creo que la idea de que ambos fueran criaturas oscuras distintas hizo el reto difícil, pero he logrado encontrar una idea que ha satisfecho a mi muso. Espero que les guste. Gracias por leer a mis fieles lectores. Como no gano ni medio partido por la mitad con esto, SOLO CRITICAS CONSTRUCTIVAS.


{{{{{{Snarry}}}}}}




Una vez más estaba desorientado, confundido y probablemente perdido en medio de una inmensa oscuridad que no tenía fin. Severus quito la venda que le cubría los ojos y volteó con angustia taladrando en su pecho para buscar al responsable de las risas que rompían el silencio.

No tardo en dar con los brillantes ojos verdes que resplandecían en medio del cerrado bosque donde se encontraban, suspiró y pidió a su corazón jamás olvidar lo hermosa que era la sonrisa del muchacho que estaba frente a él. Cabello negro revuelto, piel blanca, casi tan blanca como la suya, labios rojos y una mirada enamorada; así siempre se vería Harry para Severus aún cuando el tiempo les cambiara; jamás podrían borrar los sentimientos que se acumulaban en su corazón al solo verle. Lo amaba por encima de cualquier regla, distancia o tiempo.

—Harry —dijo Severus buscando hacerle sentir lo importante que era su presencia, como atesoraba tenerle tan cerca para poder compartir esos momentos ilícitos juntos.

En Hogwarts, en medio de la noche, internados en el bosque prohibido todos los días se encontraban para declarar su amor eterno, para comprometerse el uno con el otro cuando en público no podían hacerlo. Harry era un sangre pura, respetado y querido por todos mientras que Severus era un sangre mestiza y cada día tenía que recordarse lo afortunado que era de haber conseguido ingresar a una escuela de magia y no ser tratado como un elfo domestico; lo único que le hacía soportar las humillaciones era saber que le pertenecía el corazón de un ángel, alguien que era capaz de ver por encima de esas restricciones.

—Severus —respondió la melodiosa voz de Harry que se acercaba con lentitud a su cuerpo como si deseara enterrarse en sus brazos y permitir que le hiciera suyo al igual que todas las noches.

Harry levantó la mano y Severus por reflejo no tardó en imitarle, ambos, ansiando el contacto entre sus pieles, necesitando que fuera infinito y nadie tuviera el poder de ponerle fin.


Un ruido interrumpió el cercano contacto entre sus manos, Harry se dio la vuelta intentando localizar el ruido y Severus sólo tuvo que levantar la mirada para sentirse petrificado.

El profesor de artes oscuras, Tom Riddle, les miraba a ambos con desagrado; pareciera que no podía soportar la idea de que sangre pura se atreviera a tocar a un ser inferior. Riddle estaba en posición de ataque y la mirada que les dirigía les hizo saber que esa noche ocurriría una desgracia.

Harry retrocedió hasta chocar con Severus y se dio la vuelta para observar el rostro de su amante que mostraba cierta resignación; tuvo que morderse los labios para no gritar de rabia por las injustas circunstancias que siempre habían puesto una barrera entre ellos así que sin pensarlo por más tiempo se aferró al tibio cuerpo que en estos últimos meses había memorizado esperando sentir menos angustia y dolor.

—Este no es el fin, Severus. El amor no tiene final —susurró Harry intentando trasmitir una tranquilidad que no sentía.

—Te amo, Harry. No me olvides. —Pidió Severus desesperado por no perder la cálida sensación que brindaba el cuerpo de Harry.

—Nunca, pase el tiempo que pase volveremos a encontrarnos —Fue lo último que pudo escuchar Severus antes de ver un rayo verde dirigirse hacia ellos, antes de no volver a sentir nada más pudo fijar sus ojos negros en los verdes de Harry deseando nunca poder olvidarlos.

///--//--///


—¡Severus!, ¡Severus! —gritaba una voz que le causaba cierto malestar, abrió los ojos percatándose rápidamente del frió y la oscuridad que reinaba a su alrededor.

Una cabellera rubia y unos ojos grises le devolvieron a la realidad rápidamente.

—Has estado removiéndote desde hace un rato; temí no poder despertarte —comentó la cautelosa voz de Lucius Malfoy—; ¿pesadillas de nuevo?

—Lo siento, Lucius; no quise incomodarte. —Le hizo saber Severus levantándose, sintiendo todo a su alrededor supremamente real, se apodero de su cuerpo una gran tristeza al saber que su sueño no era más que eso.

—No te preocupes, ya estoy acostumbrándome pero deberías hablar de estos sueños con el profesor Dumbledore, tal vez sería prudente no correr un riesgo innecesario—el consejo de Lucius le mostró cual era el verdadero motivo del rubio para tal preocupación, como siempre buscando su propio bienestar—; tus pesadillas se han incrementando estos últimos meses, no tendrá algo que ver con…pues…—parecía que el rubio tenía problemas para terminar la oración así que Severus no tuvo problemas en completarla por su compañero.

—Mi licantropía, no lo creo posible. Aunque cuando cierta parte de ti es una criatura mágica, te sensibilizas a los recuerdos del pasado. No tuve una gran niñez. —Reprochó Severus caminando hacia el baño con disgusto.

—¿Y quién la tuvo? —escuchó la réplica de Lucius desde la habitación. Severus cerró la puerta y respondió para sí…tal vez Harry.

///--////////////--///



Cuando Severus logró abandonar las mazmorras la clase de transformaciones ya había comenzando, suspiró y tomó asiento el final del salón esperando que nadie notara su presencia. Nunca había sido especialmente sortario así que no tardó en sentir un ligero golpe en su cabeza y antes de que el profesor pudiera percatarse agarró el papel y leyó su contenido.

“Quejicus” junto con una imagen de sí mismo de cabeza y mostrando los calzoncillos. Buscó la mirada del grupo de tontos Gryffindor y rápidamente observó la sonrisa traviesa que se asomaba en los labios de Sirius Black, parecía muy complacido de sus habilidades como dibujante. Arrugó el papel y después lo hizo desaparecer. No valía la pena buscarse más problemas.


Cuando el timbre sonó los alumnos no tardaron en empezar a salir, Severus que no tenía ninguna prisa por encontrarse con Sirius Black se quedo un rato más ordenando su materia de estudio y considerando el consejo que Lucius le había dado.

—¿Ocurre algo, muchacho? —preguntó Albus Dumbledore su maestro de transformaciones mirándole intensamente desde el escritorio.

Severus cerró su mochila y fue hasta donde se encontraba su maestro. Albus Dumbledore ocupaba el puesto de profesor de transformaciones y también era director de la escuela de magia y cuando se había enterado de la condición de Severus había adquirido el compromiso de ayudarle a poder realizar sus estudios sin representar un peligro para los otros estudiantes. Estaba profundamente agradecido con el hombre.

—Señor estoy preocupado —Albus acomodo su posición y prestó atención a sus palabras—; he estado teniendo pesadillas sobre mi y alguien más pero sé que esa persona que soy en mis sueños ya no se trata de mi. Estoy empezando asustarme porque es un sueño que tengo todas las noches y ahora mis compañeros se han dado cuenta de mis pesadillas; no es que sean molestas pero me gustaría saber que no tiene nada que ver con ser un licántropo.

El anciano empezó elevó la mirada y se detuvo a pensar por un instante antes de preguntar con cierta cautela.

—¿Esa otra persona es impórtate para ti? —el hombre parecía desear que le explicara más sobre su sueño y aunque era difícil hablar de algo que ni siquiera él mismo podía comprender hizo su mejor esfuerzo.

—En mi sueño esa persona lo es todo para mí, pero la realidad es que ni siquiera le conozco —Confesó Severus sin poder entender por completo los sentimientos que le embargaban en su sueño, eran tan complejos y profundos que sentía miedo.

El anciano junto sus manos antes de volver hablar esta vez mirando directamente a sus ojos negros.

—¿Qué es la realidad, Severus?, ¿No podría ser real tu sueño?, ¿Por qué es menos verdad que tu y yo en este salón compartiendo estas palabras? —hizo Albus una serie de cuestionamientos que Severus se hacía a sí mismo todas las mañanas.

—Esta vez no voy a despertarme, señor —respondió sin saber que más decir, le pareció una excusa poco elaborada pero era lo que realmente pensaba.

—No, no despertaras—dijo Albus como decepcionado, dirigió su mirada hacía la ventana y después retomó la palabra con seguridad—, hay algo que he querido mostrarte pero hasta ahora no sabía cómo, pero he estado haciendo investigaciones y creo que he logrado algo que vale la pena probar.

—No le entiendo, señor, ¿de qué está hablando? —a Severus le parecía que el hombre de barba blanca siempre encontraba las palabras más rebuscadas para decir algo simple.

—Te he observado mientras eres un lobo salvaje, siempre trato de asegurarme que estarás alejado del castillo y al principió eras incontrolable pero conseguiste un amigo que te maneja a su antojo —el hombre mayor hizo una pausa para analizar la expresión confundida de Severus–; al principió pensé que las criaturas mágicas tenían cierto poder sobre las otras, especialmente alguien como tu amigo, pero ahora creo estar comprendiendo porque perdiste toda tu agresividad.

Severus tomó asiento en el pupitre más cercano al escritorio de su maestro sintiendo cierta debilidad en sus piernas, tragó grueso antes de pronunciar palabra alguna.

—¿Cree que tenga que ver con mis sueños? —Algo dentro de su cuerpo parecía brindarle cierta confianza para seguir hablando—, tal vez, veo en mis sueños a ese amigo como humano.

—O tal vez, tú amigo y tú sólo volvieron a encontrarse —brindó Albus otra posibilidad—, algunas personas dicen que sienten haber conocido a otras en el pasado aunque nunca antes se hayan cruzado en esta vida, pero tal vez si en otra vida y una criaturas oscura como tú es indomable y peligrosa, excepto para alguien a quien ame o que haya amado mucho.

Severus se sobrecogió siendo como nunca antes consciente de los eventos que ocurrían en su sueño y los sentimientos que estaban presentes cuando se encontraba con ese muchacho de ojos verdes, le reconocía en sus sueños y entendía lo grande que eran sus sentimientos por él pero al salir de esa realidad todo se perdía.

—¿Cómo es posible que olvidemos a quién amamos? —quisó saber Severus fijando su vista en la madera del escritorio que estaba frente a él.

—Renacemos y perdemos todo lo que fuimos y pudimos ser, pero el amor nunca se pierde querido niño, solo se guarda y vuelve a despertar cuando encontramos a quién tanto amamos; algunas veces ese encuentro no ocurre o nos cansamos de esperar. —Albus hizo una pausa como si esperara que eso le ayudara a asimilar las palabras—. Creí que tu pregunta ante mis palabras sería diferente, lo que me hace pensar que no dudas de las posibilidades que estoy presentándote y me sorprende, para bien.

—No dudo que diga la verdad. Cuando me sumerjo en esos recuerdos todo lo que soy ahora deja de importarme y solo quiero quedarme allí a su lado, mis emociones cambian, sentimientos que no tengo me atrapan y me esclavizan al deseo de no querer un nuevo amanecer, pero siempre llega y cada día despertar es más duro —le confió Severus, esperando que el anciano pudiera entenderle.

—Debes despertar, Severus, si quieres volver a reunirte con él. —Albus miro directamente a sus ojos como deseando asegurarse que no fuera hacer alguna locura.

—¿Cómo será posible, señor? Cuando me transformo en lobo soy un salvaje, no tengo consciencia de mi mismo, seguramente hasta represento un peligro para Harry. No deseo que sea de esta manera, así no quiero volver a verle —Severus aseguró con rotundidad sin poder creer que Dumbledore lo hubiera permitido.

—No creo puedas lastimarlo. Los Thestral son criaturas excepcionales y me parece que tu amigo es especialmente poderoso —Albus observó las reacciones de Severus ante la mención de la criatura, debió considerarla positiva, porque procedió a explicarle lo que tenía en mente—; de cualquier forma me parece injusto que no puedas recordar esos encuentros así que después de mucho estudio creo que le logrado un brebaje que hará que conserves tu personalidad al transformarte.

—La próxima luna llena es mañana y pensaba proponerte tomarla y que tú mismo descubrieras esa amistad pero ha resultado mejor de lo que esperaba, así no podrás sorprenderte al ver a ese caballo alado detrás de tus pezuñas —comentó Dumbledore con cierta complicidad e hizo aparecer un vial de poción color azul cielo que Severus rápidamente guardo en su túnica.

—Gracias, señor, por todo —dijo Severus considerando que faltaban palabras para expresarle su agradecimiento.

—Todos tenemos una misión en esta vida y cuando la descubrimos debemos dar lo mejor de nosotros mismo y esperar que sea suficiente —murmuró el anciano apenas para sí mismo pero Severus le prestó gran atención, considerando al excéntrico hombre alguien muy sabio.


///--////////////--///

Al día siguiente le pareció mucho más fácil despertar pero esperar que las horas pasaran aprisa y el sol se ocultara fue una tarea difícil de soportar. Una vez que el reloj marco las seis salió de su sala común y con el vial bien resguardado entre sus ropas se interno en el bosque prohibido.

Severus sintió una gran nostalgia al verse rodeado por casi los mismos arboles altos de su sueño, tomó la poción y elevo la vista al cielo donde la luna dejo atrás las nubes que la cubrían y se mostraba como una reina antes sus ojos.

Tal vez era la poción o solo se trataba de lo emocionado que se sentía por la posibilidad de reencontrarse por el muchacho de sus sueños pero esta transformación le pareció mucho menos dolorosa que las anteriores. Al sentirse por primera vez como un ser de cuatro patas y piel peluda tuvo que sacudir todo su cuerpo para asegurarse que no se tratara de otra de sus pesadillas.

El ojinegro tenía una extraña sensación siendo un hombre lobo, era como estar en el cuerpo de otra persona, porque de repente sentía cierta comezón en lugares que nunca antes había tomado consciencia de poseer.

Severus se sobresalto al sentir que alguien lamia ese lugar detrás de su nuca que estaba molestándole, alzó la cabeza y retrocedió un poco al ver al inmenso animal que estaba junto a él.

Era una especie de caballo grande y alado, tenía cara y cuello de dragón, un cuerpo de esqueleto completamente negro y una larga cola que por orden del animal se movía de lado a lado, lo que sobresalía en esa inmensa oscuridad eran los brillantes ojos verdes del impresionante thestral.

—Harry —Severus quiso decir y aunque escuchó algo más parecido a un gruñido de la bestia en la que se había convertido, se sorprendió al ver que de alguna forma podría decir algo.

El thestral se acercó a él lo suficiente para mordisquear las orejas del lobo con delicadeza, Severus encontró esa caricia placentera.

—Severus —el animal se posiciono frente a él y mirándole directamente a los ojos, concluyó—, a pesar de ser un lobo esta vez no eres salvaje. Me recuerdas.

—El director de la escuela me ayudo —empezó a relatar Severus sin poder apartar la vista del impresionante criatura—, después de mi transformación en un hombre lobo he soñado contigo cada noche, como éramos antes, el director me hizo comprender esos sueños y lo importante que son para mí. Lo importante que eres aún en mi vida.

Si de alguna forma el thestral podía sonreír, Harry lo había hecho porque los ojos verdes se mostraban más resplandecientes.

—Me alegra que puedas recordarme, aunque mi vida como esta criatura solo sirviera para acompañarte cada luna llena eso sería suficiente, estar a tu lado me hace feliz —susurró el thestral que ahora lamía la cara del lobo con cierta dedicación y Severus a pesar de encontrarlo asqueroso también sabía que era la mayor manifestación de amor que había recibido en la vida. Cerró los ojos y disfruto de lo que consideraba un beso.

Con los ojos cerrados pero los sentidos despiertos, tuvo que reconocer que las emociones que se hacían presentes en su sueño no podían ser comparadas con las que tenía en ese momento por la criatura a su lado, que parecía haber hecho la labor de su vida, cuidarle y protegerle.

—Te amo, Harry. —Lo pronunció con tanto convencimiento como en el pasado cuando se enfrentaron a la muerte.

—Y yo también a ti, Severus. —El thestral había abandonado la tarea de lamerlo y dando unos pasos hacia delante se echo en la tierra y con ayuda de las patas removió un poco la tierra a su alrededor dejando claro que deseaba tener compañía.

Severus se acostó justo a su lado y supo que a pesar de ser un lobo y estar en medio de la nada nunca se había sentido tan feliz.

—¿Cómo es que puedes verme? —preguntó Harry colocando su cabeza sobre la gran espalda de Severus.

—Vi morir a mi padre hace unos años atrás, en ese entonces fue cuando me transforme en un hombre lobo, aunque mi padre era un hombre desagradable y formaba parte de un grupo de magos que buscaban el poder a cualquier costo, no merecía morir como lo hizo y no conformes con acabar su vida también me transformaron en esto; después me entere que fueron derrotados por el ministerio de magia.

>>— Desperté en el hospital una semana luego del ataque tratando de asimilar mi nueva situación —relató Severus sin perder la tranquilidad, era como si ese pasado en realidad no le perteneciera porque junto a la compañía de Harry los sacrificios y el dolor se veían reducidos.

—Lamentó que hasta ahora no hayamos tenido una historia feliz —parecía que el relato de Severus había causado cierta tristeza en Harry.

—Cualquier historia contigo es feliz —aseguró Severus frotando su cabeza contra de Harry.

—¿Cuándo dejare de amarte tanto, Severus? —dijo Harry más para sí mismo que para el hombre lobo que gruño ante lo dicho.

—¿Quieres dejar de amarme? —preguntó Severus sintiendo un sentimiento amargo estrangularle la respiración.

—No, pero a veces ciento que este inmenso amor sólo nos trae desgracia e infelicidad. —Severus pudo observar como los ojos del thestral se cerraban con tristeza y le exponía la verdad en la cara—. ¿Cómo estaremos juntos ahora? Soy un thestral y tú eres un mago, un hombre lobo en el mejor de los casos, siempre nos hará falta algo para ser felices.

—Solo dime que necesitas y lo traeré para ti —habló Severus levantando la cabeza para enfrentar la mirada de la otra criatura.

—Si te dijera —los ojos del thestral se dejaron ver opacos ante los pensamientos que surcaban en su cabeza—…una familia.

Severus bajo su cabeza hasta la tierra, sabiendo que mientras ambos fueran tan distintos ese deseo jamás podría ser cumplido.

—Desearía poder —fue todo lo que se atrevió a decir Severus ante la aplastante realidad.

—No, yo desearía poder darte todas esas cosas, pero soy una criatura que muchos consideran monstruosa y no tengo nada bueno que ofrecerte —explicó Harry intentando hacerle ver a Severus que se sentía en desventaja con las miles de oportunidades que debía tener el chico fuera de ese bosque de conseguir una vida normal junto con alguien más.

—Me ofreces tu corazón y es lo que más deseo —respondió Severus sin vacilar acercando su cabeza a la del thestral.


—¿Es suficiente? —quiso saber Harry para después volver a lamer su rostro y parte de su cuello.

—Lo será por un tiempo —Harry detuvo la caricia y espero una explicación—, estudiare animagia y entonces, podremos estar juntos y ser una familia.

—Es arriesgado —murmuró Harry con preocupación.

—No más que ser un hombre lobo y he podido serlo sin perder mi dignidad, ser animago no será más difícil que eso —expresó Severus con seguridad.

—Entonces tendremos pequeños thestral corriendo por el bosque —comentó con cierta gracias y satisfacción la criatura de ojos verdes.

—Los tendremos, espero que también puedan aprender a aullar —respondió Severus con una sonrisa que no podía ocultar.

Estaba por atreverse a lamer el peludo rostro de Harry cuando un aullido rompió el silencio de la noche. Harry y Severus se pusieron de pie y corrieron juntos hasta el lugar de donde provenían los extraños chillidos.

Se encontraron con otro gran lobo que se retorcía en medio del claro del bosque. Harry que parecía más consciente del entorno que el mismo Severus, le explicó.

—Está saliendo el sol, nos vemos mañana. Te amo, Severus. —Harry se despidió y antes de que Severus tuviera oportunidad de asegurarle que volvería y reiterarle sus sentimientos empezó a sentir el efecto de la transformación.



Volvió a ser consciente de sí mismo al sentir que algo lamia su cara y sonrió al ver al inmenso thestral parado junto a él.

Aunque no podían hablarse las miradas decían lo suficiente. Se levantó y acarició el gran lomo del animal y lo hubiese seguido haciendo por más tiempo de no ser por la voz que le sobresalto.

—Puedes ver a los thestral; yo también puedo verlo, es hermoso —Dijo Remus Lupin logrando obtener la atención de Severus que fijó los ojos negros en el muchacho que le hablaba y no tardo en reconocerlo, era un Gryffindor. El chico que Sirius Black amaba en secreto.

—Eres un hombre lobo, como yo —respondió Severus logrando que el Gryffindor asintiera sin mucho entusiasmo—, ¿lo saben tus amigos?

—Sí, pero a diferencia de tu amigo —Remus miró al thestral con cierto respeto y admiración—, ellos no pueden acompañarme en la luna llena.

En ese momento Severus comprendió las palabras que Albus Dumbledore había pronunciado en su despacho, específicamente aquellas sobre el propósito de en la vida y comprendió que estaba frente al suyo.

—Claro que pueden acompañarte, vamos tengo una idea que podemos llevar a cabo todos juntos —decidió compartir su idea de convertirse en animago, estaba convencido que los Gryffindor no le delatarían y dejarían los pleitos a un lado con tal de hacer menos amarga la transformación de su amigo de ojos castaños.

Invocó ropa para ambos y después caminaron juntos alejándose del bosque, hacia el castillo. Severus miro hacia atrás y observó al thestral batir las alas como despedida, su corazón se lleno de alegría al saber que no se trataba de otro de sus sueños.


///--////////////--///



Una semana después de la luna llena, Severus llevaba entre sus cuaderno todas las anotaciones necesarias para lograr la transformación en animagos, aunque era apenas el primer paso de un largo proceso que tal vez llevaría años para ser completado, estaba seguro que tendrían éxito.

Se encontraba bajando las interminables escaleras que estaban fuera del castillo, estas atravesaban gran parte de los jardines y le llevarían a la cabaña del semi gigante que se encargaba de cuidar de los terrenos de Hogwarts, no muy lejos de allí se reuniría con los impetuosos Gryffindors que habían decidido unirse a la difícil labor de convertirse en animagos.

Severus suspiró y se detuvo por un momento fijando su mirada en el bosque prohibido que estaba prácticamente al lado, aunque como humano lo sintiera tenebroso al ser también una criatura sentía ese lugar como si le perteneciera, un hogar que echaba de menos cuando no había luna llena.

Extrañaba a Harry, pero siendo humano internarse en el bosque era peligroso y estaba prohibido para los estudiantes del castillo, hasta para Severus.

Aunque no tener a Harry consigo le hacía sentir profundamente vació, sonrió al recordar que en cierta forma siempre lo había tenido a su lado, sin darse cuenta, en cada uno de sus pensamientos y sentimientos estaba presente, actuando siempre como un amante protector.

Severus buscó su varita entre la túnica y mirando hacia el inmenso bosque, invocó:

—Expecto patronum

Un enorme caballo alado salió disparado de la varita hacía el horizonte, perdiéndose entre los árboles, buscando a su semejante para alcanzar por un instante lo que tanto anhelaban, ser dos thestral cabalgando juntos en la inmensidad del bosque.

Fin




Notas de autora:


Pues me siento muy complacida con el resultado final, espero haber logrado algo creíble porque los requisitos del reto hacían muy difícil un romance, pero a la final he pensando en esto y dije ¿por qué no? Espero que ustedes piensen de forma parecida.


Gracias por leer.