alisevv
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| Tema: Wrapped Around His Finger. Epílogo Dom Dic 06, 2009 2:29 pm | |
| El Gran Comedor se estaba llenando rápidamente, pero los extremos más altos de las cuatro mesas permanecían visiblemente vacíos para permitir ubicar a los nuevos alumnos de primer año. La mayoría de los profesores ya se encontraban en la mesa principal, observando cómo los alumnos mayores iban llegando para el nuevo año escolar, en medio de grandes cantidades de risas y gritos saludando a los amigos.
Severus estaba sentado en un extremo de la mesa de los profesores, vestido con su habitual túnica negra, observando a los chicos, mientras Remus estaba sentado a su lado, en el puesto de Harry, hablando con Filius Flitwick. Harry no se encontraba pues estaba contestando una llamada urgente de Hermione Granger a través de la red flu, y Severus estaba escuchando con aire distraído la conversación sostenida por Remus y Filius, quienes estaban discutiendo las lecciones que habían planificado para que sus alumnos de cuarto consiguieran experiencia práctica en el uso de encantamientos en situaciones defensivas; aunque a Severus la idea le parecía muy buena, no resultaba particularmente interesante para él.
El maestro de Pociones estaba más interesado en las ondas de satisfacción y preocupación que le habían estado llegando de Harry durante los últimos diez minutos, mezclados con tanta diversión que Severus estaba sonriendo. Había estado considerando seriamente bloquear a Harry, sólo para que los estudiantes dejaran de mirarle fijamente. Pero no lo había hecho. Se estaba preguntando nuevamente qué era tan importante como para que Hermione no hubiera podido esperar, cuando escuchó que la puerta del personal se abría y levantó la vista para ver a Harry caminando hacia él.
El joven llevaba sus botas de quidditch, con pantalones negros y una camisa azul marino que se pegaban a su delgado cuerpo en todo su esplendor. Encima de eso lucía una túnica abierta que era muy parecida a la de los estudiantes, pero en lugar del emblema de una sola Casa, llevaba la insignia de Hogwarts. Él iba bastante ajeno a lo bien que se veía, pero muchas chicas en el Gran Comedor, e incluso algunos jóvenes, giraron sus cabeza para observarle mientras caminaba hacia Severus. Se detuvo a su lado, sonriendo mientras descansaba una mano sobre su hombro y se inclinaba para darle un beso que el hombre devolvió calurosamente.
Muchos de los estudiantes en el comedor dejaron lo que estaban diciendo o haciendo para mirarles, impresionados, mientras otros se giraban a quienquiera que tuvieran al lado y susurraron alguna variación de: ¡¿Viste eso?!
Harry no notaba a los estudiantes, ignorando el repentino descenso del nivel de ruido en el comedor, mientras sonreía a Severus.
—Nunca imaginarías lo que tiene a Hermione al borde del llanto.
Remus giró su atención hacia ellos, escuchando mientras el Slytherin miraba a Harry, divertido, y decía:
—¿Entonces por qué no me lo cuentas y me salvas del problema de intentarlo?
Harry sonrió.
—Está embarazada.
Severus abrió los ojos de par en par.
—Harry, dime que estás bromeando, por favor.
El joven se echó a reír ante la onda de impacto que pasó a través de su enlace.
—¡No, es completamente en serio! Ella ha estado alelada desde que lo averiguó hace unas horas, y casi lista para matar a Ron porque le contó a sus padres. Su madre y Molly están insistiéndole para que adelante la boda, pero Hermione todavía sigue deseando casarse durante las vacaciones de Navidad, para que todos podamos estar allí. También está determinada a no abandonar su entrenamiento como sanadora, ni siquiera porque va a dar a luz a principios de febrero.
—¡Merlín! —exclamó Severus, mostrándose horrorizado, aunque Harry podía sentir que no estaba tan disgustado como aparentaba—. ¡Ya va a empezar la nueva generación de Weasley! ¡Apenas estamos deshaciéndonos del último lote!
Remus rió entre dientes mientras Harry golpeaba el hombro de su pareja, riendo, y le regañaba.
—¡Sev! ¡Sé agradable!
El aludido bufó, y mirándole con tranquilidad, contestó:
—Yo soy agradable. ¡La perspectiva de una generación de chiquillos Weasley con la inteligencia de Granger es aterradora!
Harry puso su mayor esfuerzo en mantenerse serio, pero apenas lo logró unos momentos, antes de rendirse y echarse a reír.
Severus le lanzaba una sonrisa desconcertada, que era desmentida por el brillo divertido en sus ojos, justo en el momento que un repentino destello hizo que ambos alzaran la vista y parpadearan. Colin Creevey estaba parado en el lado más lejano de la mesa de profesores, sonriéndoles por encima de una cámara mucho más moderna que la que tenía el año anterior, y saludando alegremente.
—¡Hola, Harry!
Harry le sonrió, esperando que Severus no le lanzara una observación mordaz a Colin, sólo por respirar con demasiado entusiasmo.
—Hola, Colin. ¿Qué tal tu verano?
—¡Oh, me fue de lo mejor! —contestó efusivamente, todavía sonriéndole a pesar de la mirada que le estaba lanzando Severus—. ¡Me regalaron una cámara mágica para mi cumpleaños, y el kit de revelado y todo! ¡He estado tomando montones de fotografías!
—Eso es genial, Colin —replicó, sonriendo—. Tienes que enseñarme algún día todas esas fotos que has tomado.
—Señor Creevey —intervino Severus, haciendo que tanto el aludido como Harry le miraran—. Se supone que usted debería estar en la mesa Gryffindor, ¿no?
—Sí, señor —contestó, apresurándose a explicarse—. Es sólo que deseaba tener una foto de usted con Harry. Nunca le había visto tan feliz.
Harry luchó contra la urgencia de reír ante la sorpresa que percibió a través de su enlace, pero Severus consiguió evitar mostrar lo absolutamente impactado que se encontraba, y se limitó a elevar una ceja mientras preguntaba:
—¿Y mi actual felicidad es razón para que usted no se encuentre donde debe estar, señor Creevey?
Colin se ruborizó ligeramente.
—No señor.
—En ese caso, sugiero que vaya a reunirse con sus amigos, señor Creevey —le dio una mirada plana, y Colin asintió rápidamente mientras daba media vuelta para irse. Los labios del Profesor se torcieron en una pequeña sonrisa mientras agregaba—: Aunque apreciaría si sacara una copia de la fotografía para mí.
—¡Sí, señor! —contestó, deteniéndose y mirando hacia atrás, obviamente sorprendido pero nuevamente sonriente—. ¿Podría tomar otra? Sólo para asegurarme que al menos una de ellas resulte bien. No siempre salen bien, todavía tengo algunos problemas en preparar la mezcla del revelado.
Harry le sonrió.
—Claro, Colin, pero apresúrate, aquí llega el profesor Dumbledore —el chico levantó la cámara al tiempo que Harry se inclinaba más cerca de Severus, apoyando su brazo sobre sus hombros y sonriendo radiante mientras murmuraba—: Sonríe un poco más, Sev. Si tienes suerte, no tendrás que volver a verle durante dos largos días.
Severus bufó suavemente, sonriendo mientras contestaba.
—Sólo puedo esperarlo.
Colin tomó la fotografía y se despidió de ambos, corriendo hacia la mesa Gryffindor, mientras Remus se reía entre dientes y se levantaba para ir a sentarse en su puesto, al lado de Hagrid.
Harry se sentó al lado de Severus, sonriéndole.
—Realmente, los Creevey no son tan malos cuando no tienen miedo de ser convertidos en sapos.
Severus sonrió, repentinamente engreído.
—Los prefiero aterrorizados, así mantienen su distancia de esas cosas explosivas que ellos intentan llamar pociones.
Dumbledore se detuvo ante su silla y palmeó antes que Harry pudiera replicar; el joven sonrió a su pareja antes de girarse hacia las puertas abiertas del Gran Comedor. Un momento más tarde, la profesora McGonagall entraba conduciendo a los estudiantes de primero, y poco después todos miraban al Sombrero Seleccionador, cantando su nueva canción. Éste enfatizó, tal como había hecho por tantos años, que todos eran estudiantes de Hogwarts, y luego se procedió al sorteo.
El banquete apareció un par de minutos después de que los últimos estudiantes tomaran asiento, y tanto Harry como Severus se dedicaron a disfrutar de la comida. Para cuando los platos estuvieron nuevamente limpios, ellos estaban cómodamente sentados, tomando vino y charlando animadamente. Disfrutaban mucho este tiempo de relajación, conscientes que no tendrían demasiadas oportunidades de hacerlo en los próximos días. El comienzo de curso había caído en jueves, lo que significaba que tendrían sólo un día de clases antes que llegara el fin de semana y los estudiantes comenzaran a meterse en problemas. Como Jefe de Slytherin, Severus estaría muy ocupado los fines de semana, y él estaría ayudándole.
Eventualmente, Dumbledore se volvió a levantar y comenzó a hablar, sonriéndoles a los estudiantes mientras Harry y Severus se giraban a mirarle.
—Bienvenidos a otro año en Hogwarts. Tengo unas cuantas cosas que anunciarles antes de que vayan a dormir, así que les pido me presten mucha atención —los pocos estudiantes que no se habían quedado quietos cuando el Director se levantó, guardaron silencio y se giraron hacia él. El anciano asintió—. Gracias, me esforzaré por no retenerles demasiado tiempo. En primer lugar, el señor Filch, nuestro conserje, me pidió que les informara que una lista con los seiscientos trece artículos que están prohibidos en el castillo está pegada en la puerta de su oficina, incluyendo muchas de las actuales líneas de venta de ‘Sortilegios Weasley’
Se escucharon unas pocas risitas mientras Filch observaba a varios Gryffindor que palmeaban a Ginny en la espalda, y la esquina de la boca de Dumbledore se elevó ligeramente mientras agregaba:
>>Además, debo decirles que los Pasteles de Fiesta Weasley están expresamente prohibidos para los estudiantes a menos que estén bajo la supervisión de alguno de los profesores. Si alguien desea programar una fiesta de pasteles, por favor, consúltelo con su Jefe de Casa o con el Consejero Estudiantil y se harán los arreglos correspondientes para utilizar un aula vacía —sonrió benignamente ante la salva de vivas y aplausos, esperando a que volviera el silencio antes de continuar—. Además, me gustaría recordarles que el bosque que se encuentra en los terrenos está prohibido, así como el pueblo de Hogsmeade para todos por debajo de tercer año.
Levantó su copa y tomó un sorbo de vino, antes de volver a colocarla sobre la mesa y continuar.
>>Cómo muchos de ustedes deben saber, Madam Hooch tomó el cargo de entrenadora de los Chudley Canons a fines del curso pasado, dejando un hueco en el personal. Me complace anunciar que el señor Harry Potter, uno de los mejores Buscadores que ha salido de Hogwarts, ha aceptado el puesto de instructor de Vuelo y entrenador de quidditch. El señor Potter publicará los programas para las prácticas de quidditch en el boletín de sus Casas en algún momento de la próxima semana, y asistirá a los cuatro equipos en la selección de los nuevos capitanes, y asimismo estará disponible durante todas las prácticas de este año.
Se escucharon muchos más vítores y casi todos los ocupantes de la mesa Gryffindor se levantaron a aplaudir mientras Harry ocultaba su rojo rostro tras sus manos, perdiéndose la cariñosa sonrisa de Severus, al tiempo que los estudiantes de las otras mesas también se levantaban. Los vítores prosiguieron durante varios minutos más antes que Dumbledore hiciera un gesto para silenciarles y que todos regresaran a sus asientos.
>>Gracias, es muy agradable ver que el nuevo miembro de nuestro personal es recibido con tanto entusiasmo —la mayoría de los estudiantes mayores sonrieron o rieron ante eso, recordando la escasa cordialidad con la que habían sido recibidas algunas elecciones de Dumbledore, y los ojos del anciano brillaron de felicidad mientras continuaba—. He estado bastante tiempo pensando la idea de que alguien que tuviera una edad cercana a la de nuestros discípulos podría resultar una gran adición a nuestra plantilla, para actuar como enlace entre los estudiantes y los profesores. Me complace informarles que este año hemos implementado una nueva posición, el Consejero Estudiantil, que también será llenada por el señor Potter —se escucharos murmullos especulativos entre los estudiantes, y Dumbledore observó sobre sus anteojos hasta que guardaron silencio nuevamente—. Son bienvenidos a hablar con el señor Potter en cualquier momento en la escuela, y si necesitan verle en privado, su oficina se encuentra detrás del retrato de Uric el Bicho Raro, localizado cerca del pasillo de Pociones.
Dumbledore enfocó su atención en la mesa Slytherin, que tenía apenas la mitad de estudiantes que las otras, observándoles atentamente.
>>El señor Potter cree, y yo estoy de acuerdo, que es hora que el odio entre las Casas termine. Me pidió que les informara a todos que va a ayudar a los de la Casa Slytherin de la misma manera que ayudará a los Gryffindor —se escucharon murmullos impresionados desde las mesas de todas las Casas, y Dumbledore frunció los labios, paseando la mirada a lo largo de todo el comedor con semblante extremadamente serio—. Estaré muy disgustado con cualquier alumno que intente proseguir con las rivalidades fuera del campo de quidditch, sin importar la Casa a la que pertenezca. Cualquier estudiante que cometa el error de hacer tal cosa, será severamente castigado. Perdimos a demasiados estudiantes de esta escuela a causa del odio y las luchas, y me gustaría ver que eso terminara.
En el Gran Comedor no se oía otra cosa que algunos movimientos nerviosos, y Dumbledore dejó que el silencio reinara por unos momentos antes de hablar nuevamente.
>>Antes de permitirles retirarse por esta noche, me gustaría dar a todos la oportunidad de felicitar a dos de los miembros de nuestra plantilla, que se han comprometido recientemente.
Harry miró a Severus, y se sorprendió al ver que sonreía; si se mostraba tan calmado, era obvio que había esperado esto. Miró nuevamente a Dumbledore, para encontrar que les estaba observado con ojos brillantes.
El Director alzó su copa hacia ellos y declaró:
>>Harry, Severus… Felicitaciones,
El resto de los profesores le imitaron, y Ginny Weasley fue la primera estudiante en levantarse y empezar a aplaudir, sonriéndoles mientras otros pocos estudiantes, la mayoría Slytherin, se levantaban a aplaudir con ella. Ginny miró a su alrededor cuando notó que apenas media docena de Gryffindor estaban aplaudiendo y exigió con irritación.
—¡Levanten sus perezosos traseros y felicítenles!
Todos los Gryffindor se levantaron, seguidos de inmediato por casi la mayoría del resto de los estudiantes, mientras Ginny sonreía a Harry y Severus, inclinándose como si dijera ‘allí va’.
Tanto Harry como Severus rieron mientras todos continuaban aplaudiendo, hasta que Dumbledore hizo otro gesto para que guardaran silencio; los estudiantes se calmaron, sentándose, y el Director prosiguió:
—¿Severus?
El hombre sonrió y asintió, mirando a todos los estudiantes por un momento antes de comenzar a hablar con calma, su elevada voz llegaba fácilmente a todos los presentes en el comedor.
—Gracias a todos, de parte de ambos.
Harry asintió, sonriendo a todos antes de mirar nuevamente a Severus, a tiempo para verle tendiéndole su mano, sonriendo y enviándole una oleada de amor y felicidad. El joven tomó rápidamente la mano ofrecida, y los sentimientos que estaba recibiendo a través del enlace se intensificaron con el tacto. Escuchó atentamente mientras su pareja proseguía.
>>Hace mucho tiempo que no me sentía tan feliz como soy ahora. Estoy bastante seguro que, durante los próximos días, les impresionaré cuando me vean reír ocasionalmente, o hacer algo igualmente humano, pero confío en que aprenderán a arreglárselas con eso —se escucharon risas dispersas y Severus agregó con obvia diversión—: Sin embargo, me gustaría vivir para disfrutar de mi recién adquirida felicidad, así que no esperen que las clases de Pociones sean más fáciles.
Pretendió no notar los quejidos que se produjeron ante eso mientras observaba a los Slytherin, aguardando un momento a que el recinto volviera a quedar en silencio antes de hablar nuevamente.
>>Particularmente, me gustaría pedir un favor a mis Slytherins, no como su Jefe de Casa, sino como un miembro más —todos le miraron, y antes de seguir se tomó un tiempo para mirar a los ojos a todos aquellos que podía, especialmente a los Prefectos y a los pocos estudiantes mayores—. Creo que debemos permanecer unidos ahora más que nunca, como Slytherins y como parte del mundo mágico. Eso incluye proteger a nuestras familias y amigos, sin importar sus Casas o linajes. Nuestra Casa es la única familia que nos queda a muchos de nosotros, una Casa que ha visto demasiadas pérdidas durante los últimos años. Me gustaría que tuvieran en cuenta que Harry, como muchos de nosotros, no tiene familiares de sangre vivos, pero es mi compañero de vida, y nuestras tradiciones lo hacen parte de Slytherin. Sé que Harry valora eso y hará su mayor esfuerzo para ayudarles a todos, y espero que ustedes le brinden idéntica cortesía —los estudiantes mayores de Slytherin asintieron solemnemente, muchos de ellos murmurando su aceptación; Severus asintió y les sonrió, mientras agregaba con sencillez—: Gracias.
Luego, se giró hacia la mesa Gryffindor, mirando especialmente a los alumnos de séptimo año, porque sabía que Harry tenía muchos amigos entre ellos.
>>Definitivamente, Harry sigue siendo un Gryffindor en esencia, tanto porque así lo decidió el Sombrero Seleccionador como porque su corazón pertenece a los leones. Espero que su relación conmigo no cambie la manera en que los miembros de su Casa y sus amigos se relacionen con él —hubieron unos cuantos murmullos en la mesa mientras muchos asentían. Repentinamente, Severus sonrió y agregó—: Después de todo, él ya tiene suficiente con tener que lidiar conmigo, no necesita que ustedes le atormenten también.
La mayoría de los estudiantes en el comedor estallaron en carcajadas, mientras Harry sonreía a Severus, observando cómo tomaba asiento. Después, Dumbledore se levantó y sonrió a la pareja.
—¡Bien dicho, Severus! —Harry miró al anciano en el preciso momento en que éste se giraba hacia los estudiantes—. Ya es muy tarde, así que, ¡todos a dormir!
El nivel de ruido en el comedor aumentó de repente, mientras los Prefectos llamaban a sus respectivos estudiantes de primero y el resto fluía hacia las puertas principales. Los profesores empezaron a levantarse y encaminarse hacia su propia salida. En el momento en que Harry se inclinaba más cerca de Severus para besarle, se escuchó otro flash de una cámara.
Harry se echó a reír y se giró a mirar hacia el el objetivo de la cámara, y Ginny le sonrió mientras Severus lanzaba a Colin una mirada severa y decía:
—Señor Creevey, parece bastante determinado a meterse en problemas con esa cámara, y ni siquiera hemos comenzado el primer día de clases.
Colin sacudió la cabeza con rapidez, abriendo los ojos de par en par.
—¡No, señor! Ginny me dijo que les tomara una foto para ella, ¡y es la Premio Anual, así que tenía que obedecerla!
Severus elevó las cejas, sorprendido, mientras Harry reía y sacudía un dedo ante Ginny, haciendo la mejor imitación posible de Molly, mientras preguntaba con voz regañona:
—Jovencita, ¿qué le he dicho acerca de usar sus poderes solamente para el bien?
La chica le sonrió, sus ojos azules bailando mientras Colin huía por un costado.
—Pero Harry, eso es muy aburrido. Y además, yo quería una foto de ustedes dos juntos. Son absolutamente adorables.
Severus se echó a reír, y Harry enrojeció y replicó:
—Señorita Weasley, ¿por casualidad el Sombrero Seleccionador le ofreció colocarla en Slytherin?
—Nunca lo diré —contestó la chica, todavía sonriendo mientras la cámara de Colin disparaba de nuevo. Ella hizo un movimiento de la mano despachando al chico y luego miró a los otros dos—. Vine para que Colin sacara la foto y a entregarte una nota de mamá —sacó un apretado rollo de pergamino del bolsillo de su túnica y se lo ofreció a Harry con una pequeña sonrisa—. Ron reveló el secreto cuando la medibruja dijo a mamá que Hermione daría a luz en febrero, así que ya sabe que dejaste que él y Hermione utilizaran tu habitación el año pasado. Supongo que está muy enojada contigo pero no quiso que tuvieras un howler en tu primera noche como parte del plantel docente. Tendrá oportunidad de hablar contigo la próxima vez que te vea.
Severus alzó las cejas mientras sacaba cuentas rápidamente y luego miró a Harry, quien observaba con cautela el rollo de pergamino de Molly, sintiéndose decididamente preocupado.
—Pensé que tendrías suficiente sentido común como para no dejar que nadie follara en tu habitación, Harry; ni siquiera Granger y Weasley.
—En mi defensa, diré que no lo sabía —replicó rápidamente, mientras levantaba los ojos para encontrar la mirada de desaprobación de Severus—. Pensé que Hermione estaría manteniendo las cosas bajo control hasta pocos días antes de terminar las clases. Cuando descubrí que estaban follando, pensé que Hermione tendría suficiente sentido común como para usar un hechizo anticonceptivo, ya que ella fue quien me lo hizo aprender en mi quinto año, cuando yo manejaba torpemente mi relación con Cho. Yo sabía que Ron no pensaría en hacer uno.
Ginny les observaba hablar, fascinada por el evidente cambio del comportamiento de Severus, incluso después de haber tenido varias oportunidades de verles interactuar durante el verano. Nadie que hubiera conocido al Slytherin más de unos pocos meses, podía perderse el hecho de que alguien había hecho grandes cambios en su perspectiva. Todavía no tenía idea de cómo Harry había derrumbado sin esfuerzo las murallas de Severus y sacado a la luz al hombre que había estado oculto durante tanto tiempo bajo el pétreo exterior, pero en su mente no había duda de que su amigo lo había hecho.
Severus resopló, lanzando a Harry una mirada divertida.
—¿No pudiste saber que estaban follando sólo con caminar por tu habitación?
—Bueno, no —contestó, riendo repentinamente—. Yo no tenía experiencia para comparar, como sabes, así que no reconocí la mayoría de las señales. Sabía que habían estado besuqueándose en mi habitación, pero tampoco pensé demasiado en el asunto.
—¿Y cómo lo descubriste finalmente? —indagó Severus, mirando desconcertado como Ginny sofocaba una risita, mientras ambos se preguntaban cómo Harry había llegado a los diecisiete años siendo tan completamente inocente.
—Encontré una cosa rosada con volantes bajo mi almohada la última noche que dormí en la torre. Le dije a Dobby que lo regresara a la habitación de Hermione, pero ella no lo notó hasta que yo lo mencioné a la mañana siguiente, cuando ella estaba bromeando acerca de que yo estaba enamorado de ti —sonrió—. Eso les distrajo, aunque no se callaron del todo hasta que les dije que prefería encontrar boxers de seda negra en mi cama.
Ginny rió mientras Severus sonreía a Harry y comentaba:
—Eres muy cruel.
Su pareja sonrió ampliamente.
—¡Vaya, gracias, Sev!
El mayor bufó, sonriendo, y miró a Ginny mientras se levantaba.
—Familia o no, señorita Weasley, debería dirigirse a su habitación. Como Premio Anual, usted es un ejemplo para el resto de los estudiantes, y sería apreciado si eligiera mostrarles uno bueno —dio un vistazo a Harry antes de volver a observar a Ginny y agregar—: Y como parte de dicho ejemplo, espero que no comparta su habitación con nadie.
Harry rió entre dientes y Ginny miró a Severus, sorprendida.
—¿Usted me considera familia, señor?
El Slytherin levantó una ceja.
—¿Por qué no? Harry es mi familia, y usted es como una hermana para él.
Harry se acercó más a Severus y se inclinó para besarle la mejilla, antes de sonreírle ampliamente.
—Te amo.
El otro rió entre dientes, deslizando un brazo alrededor de su pareja.
—Lo sé.
El Gryffindor descansó la cabeza sobre el hombro de Severus mientras éste miraba a Ginny y sonreía.
>>Hora de dormir, señorita Weasley.
La chica le sonrió a su vez, asintiendo.
—Buenas noches, señor. Harry.
—Buenas noches, Gin —replicó, sonriendo mientras la chica daba media vuelta y caminaba rápidamente hacia las puertas principales; luego, se giró hacia su pareja con una sonrisa feliz—. Hora de dormir para nosotros también, Sev.
—Así lo espero —contestó, descansando sus manos sobre las caderas del joven, por debajo de su túnica, e inclinándose para besarle suavemente antes de alejarse, sonriente—. Pienso que ésta será mi hora favorita del día por los próximos diez meses.
Harry se echó a reír, elevando los brazos para cruzar el cuello del hombre.
—Y la gente piensa que el cachondo debo ser yo, dado que tú eres muy anciano.
Severus deslizó las manos por la espalda del Gryffindor, bajo la túnica, y luego las bajó para acariciar su trasero, los ojos negros brillando con travesura y diversión.
—Si ellos supieran…
En ese momento se besaron, y pronto estaban tan absortos el uno en el otro que no escucharon el ruido de las puertas mientras Ginny se deslizaba fuera del Gran Comedor, pocos minutos más tarde. Ella sonreía ampliamente mientras se dirigía hacia la torre Gryffindor, esperando llegar a ser tan afortunada como Harry. Estaba bastante segura de que había encontrado el hombre con quien deseaba casarse, y esperaba que algún día cercano, él se diera cuenta que sentía lo mismo.
Última edición por alisevv el Lun Abr 18, 2016 6:54 pm, editado 2 veces | |
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