alisevv
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| Tema: To Heal a Soul. Capítulo 12 Lun Jun 01, 2009 9:43 pm | |
| Severus nunca había visto a Harry tan nervioso. Revoloteaba alrededor de la habitación, moviéndose nervioso y luciendo como si estuviera a segundos de un verdadero ataque de pánico.
Había salido del hospital dos días antes y de inmediato había hecho planes para el ‘gran anuncio’. Había invitado a varios miembros de la familia Weasley, Longbottom, y la chica Lovegood (por rezones de las que Severus no tenía idea). Severus había pedido a Minerva McGonagall y Kingsley Shacklebolt que también estuvieran presentes. Harry parecía estar bien respecto a la reunión próxima, sintiéndose apenas ligeramente ansioso… hasta esa mañana. Sin embargo, ahora que su casa estaba a punto de ser asediada por la gente que amaba, a Severus le preocupaba que su pareja estuviera cerca del punto de quiebra.
—Harry, por favor, ven a sentarte. Hacer un hoyo en el piso con tu paseo no ayudará—aconsejó, esperando que el joven se calmara antes que sus invitados arribaran—. Todos llegarán, les contarás lo que ha pasado, y eso es todo, amor.
Harry dejó salir un suspiro enfurruñado, pero fue a sentarse al lado de Severus en el sofá. Descansando la cabeza en su hombro, se acurrucó cuanto le fue posible al lado del otro mago.
—Dime que todo va a estar bien, Severus—musitó en tono suplicante.
—Lo haría si pudiera—contestó—. Todo lo que podemos hacer es presentarles los hechos y esperar que ellos vean nuestras acciones por lo que son.
Momentos más tarde, la chimenea se encendió y el primer miembro del clan Weasley salió tropezando. Uno tras otro, Severus observó, con creciente desagrado, mientras lo que parecían innumerables pelirrojos irritantes se apretaban en la habitación. Arthur y Molly estaban presentes, por supuesto, junto con los gemelos. Ronald vino después, jalando detrás de él a la que parecía una especialmente agotada Hermione Granger.
Harry pasó unos momentos saludando a todos, aceptando abrazos, besos y muchos cumplidos acerca de su saludable apariencia. Sonriendo nervioso, y luciendo completamente incómodo, se liberó de la multitud eventualmente, y fue a reunirse con Severus, tomando su mano buscando el tan necesitado apoyo.
Dobby apareció prontamente, conduciendo a Longbottom y Lovegood, quienes habían arribado por la puerta principal. A Severus no le sorprendió ver que la chica todavía parecía estar detenida en alguna clase de universo alterno, su expresión tan soñadora y de vivir en otro mundo como en la escuela. Longbottom, por otra parte, parecía haber crecido varias pulgadas y encontrado alguna fuente de confianza, a juzgar por su nuevo porte y comportamiento.
En el preciso momento que el reloj marcaba las tres, Minerva y Kingsley llegaron juntos, siempre esclavos de la puntualidad.
Dobby revoloteaba alrededor del salón, sirviendo té y galletas a quienquiera que lo deseara. Finalmente, todos estuvieron acomodados y miraban a Harry, expectantes. Con un confortante apretón a su mano, Severus le instó a comenzar.
—Me alegra que pudieran venir—dijo, sonriendo con nerviosismo y mordiéndose el labio inferior—. Supongo que todos se han estado preguntando que ha estado pasando conmigo últimamente.
Por supuesto, la Granger no pudo mantenerse quieta y eligió ese momento para comenzar a arengar a Harry, para gran disgusto de Severus.
—Apenas hemos hablado en varias semanas, Harry—empezó, en un irritante tono maternal—. Todos hemos estado enfermos de preocupación ante la duda de que hubieras empeorado, pero luces tan bien… ¿De qué se tratan exactamente estos últimos tratamientos?
—Sé que has estado preocupada, Hermione, y lo lamento. Pero hubo una razón y voy a decírsela, ¿vale?—hubo varios asentimientos entre todas las personas alrededor de la habitación.
>>Como ya saben, Minerva le pidió a Severus que viniera a prepararme mis muy necesitadas pociones. Hacia el tiempo de su primera visita, el sanador me había dado pocas semanas de vida, dos meses a lo sumo—se detuvo cuando se escucharon varios jadeos de sorpresa—. Por alguna razón desconocida, Severus decidió aceptar la tarea. Después de una semana, mi salud mejoró, y el progreso de la enfermedad se detuvo casi completamente.
>>Como pueden imaginar, pasamos una gran cantidad de tiempo juntos, dado que él se mudó aquí para poder tener un acceso continuo a mí, a fin de proveerme de las pociones adecuadas. En algún punto a lo largo del camino, nos dimos cuenta que habíamos desarrollado sentimientos uno por el otro.
—Harry—gritó Molly de repente—. ¿Está diciendo que en verdad estás involucrado con Severus? Ron nos lo dijo… pero creímos…
—Sí—contestó, girándose para dar a Severus una sonrisa radiante—. Estamos involucrados… pero además nos amamos. Necesito que todos comprendan eso, pues tiene mucha relación con todo lo demás que tengo que decir.
Severus observó alrededor de la habitación y vio aceptación reticente de parte de los otros dos miembros del Trío de Oro, incredulidad por parte de los gemelos, y algo semejante al horror en el rostro de Longbottom. Lovegood lucía tan despistada como siempre, pero tanto Minerva como Kingsley mostraban sonrisas en sus rostros. Al mirar a lo más cercano que jamás tuvo Harry como padres, sin embargo, vio que ambos tenían expresiones de desaprobación. Suspirando con cansancio, supo que las cosas sólo podían empeorar.
>>Después de dos meses tomando las pociones de Severus, todo parecía estar yendo bien. Entonces, tuve un ataque masivo. El sanador informó que era una señal de que estaba empeorando el daño neurológico y que nuestra buena suerte había terminado. La prognosis no era buena, y el medimago temía que sería cuestión de pocas semanas antes que mis órganos comenzaran a colapsar.
>>Ahí fue cuando Severus decidió que iba a salvarme.
Minerva levantó la vista hacia Severus, haciendo la primera conexión.
—¿Encontraste lo que necesitabas en la biblioteca de Hogwarts, Severus? ¿Está Harry realmente curado?
El Slytherin miró a su pareja, preguntando silenciosamente si él deseaba que se hiciera cargo. Ante el ligero asentimiento de parte de Harry, regresó su atención a Minerva.
—Supongo que esa es la principal razón de que él los invitara a venir hoy. Tomó una buena cantidad de investigación, pero encontré el modo de darle los recursos que necesitaba para detener la progresión del daño y permitir a los sanadores de San Mungo reparar el extenso deterioro de su cuerpo—explicó Severus, dándose cuenta de la asombrada expresión de todos en la habitación.
—¿Es cierto, entonces?—preguntó Molly, con lágrimas en los ojos—. ¿Vas a estar bien del todo?
—Sí—contestó Harry—. Severus lo logró. Consiguió lo que nadie más pudo hacer. San Mungo ha certificado mi buen estado de salud.
Hubo un asombrado silencio por unos tres segundos antes que el caos explotara por la habitación. Gritos y chillidos de alegría llenaron el aire mientras varias personas saltaban a la vez, tratando de lograr que Harry les abrazara, estrechando su mano, e incluso levantándolo en el aire para celebrar. Por un breve momento, Severus pensó que quizás podrían escaparse sin explicar los aspectos específicos de lo que habían hecho para conseguir esto.
Entonces, Granger abrió su bocota.
—Pero, ¿cómo lo hizo, Profesor?
El silencio cayó al instante en la habitación, como un enorme peso, mientras toda la atención regresaba a Severus, excepto la de Lovegood, quien tarareaba soñadora alguna melodía desconocida mientras inspeccionaba la alfombra con gran interés.
Harry intercambió una nerviosa mirada con su pareja, pero esbozó una pequeña sonrisa cuando Severus le dio un apretón tranquilizador, una vez más.
—Encontré un antiguo rito de enlace que me permitió compartir mi magia con Harry, ayudándolo a fortalecer su núcleo mágico.
—¿Rito de enlace?—preguntó Arthur, confundido—. ¿Estás diciendo que tú y Harry están enlazados?
—Sí—contestó simplemente, decidiendo que no daría información adicional a menos que fuera autorizado.
—Ay, Dios mío—musitó Molly, cayendo en su asiento—. ¿Hay alguna manera de revocar el enlace ahora que él está mejor?
—¿Qué?—interpuso Harry repentinamente, luciendo asombrado ante la pregunta—. ¿Por qué querría revocar el enlace? Amo a Severus… él me ama… No revocaremos nada.
—Debe haber sido un enlace muy poderoso—comentó Kingsley—. ¿Lo encontraste en ese libro que recuperaste de la Biblioteca Malfoy?
—¿Biblioteca MALFOY?—preguntó Harry, obviamente molesto—. ¿Cuándo fuiste a la Biblioteca Malfoy? Pensé que era un libro tuyo.
—Investigué en mi propia biblioteca así como en la de Hogwarts, pero al ver que necesitaba información que no pude localizar ahí, le pedí a Kingsley que me permitiera examinar la Biblioteca Malfoy. Sin embargo, pienso que éste no es el momento para discutir sobre ese asunto—replicó Severus, esperando que esa revelación no creara problemas entre ellos.
—¿Ejecutó sobre Harry enfermo un ritual oscuro que encontró en la biblioteca de un Mortífago?—exclamó uno de los gemelos, luciendo aterrorizado—. ¡Probablemente, él no tenía ni idea de lo que usted estaba haciendo… y ahora se encuentra enlazado a usted!
Todos se tranquilizaron cuando una palpable oleada de magia atravesó la habitación, haciendo que las ventanas vibraran y muchas tazas de té se sacudieran y bailaran a lo largo de la mesita de centro. Severus miró hacia Harry y vio que estaba luchando por mantener el control de su temperamento y su magia. Rápidamente, comenzó un susurro tranquilizante, intentando calmarlo antes que su magia se descontrolara completamente y causara daños.
Una vez que se hubo calmado y el pulso de magia hubo retrocedido, Severus sostuvo su mano mientras Harry se giraba a lidiar con las acusaciones de su amigo.
—Fred, no fue así—comenzó, interponiéndose entre Severus y los gemelos—. Aunque yo no sabía dónde Severus había encontrado el ritual, entendí perfectamente todo lo que exigía. Hice esto porque amo a Severus y porque era la única manera de salvar mi vida… ¿O acaso olvidaste ese detallito?
Todos se mostraron algo avergonzados después de eso. Obviamente, era fácil olvidar que Harry había estado literalmente a las puertas de la muerte, cuando se mostraba tanta indignación ante el hecho de que ahora estuviera enlazado con alguien con un carácter tan desagradable. Severus bufó ante la hipocresía. Todos clamaban que amaban a Harry y deseaban lo mejor para él, pero aún así mostraban un desdén tan evidente ante su elección de pareja. Distraídamente, reflexionó si no habrían preferido ver a Harry muerto antes que enlazado con él.
—Creo que es encantador—comentó Lovegood con aire soñador, ganándose una extraña y penetrante mirada del profesor de Pociones—. El amor de Severus salvó la vida de Harry, y el amor de Harry le dio a Severus una vida nueva. Pienso en todas las cosas que podrá hacer ahora que la Marca Oscura se ha ido.
El Slytherin se giró hacia Harry, impactado, sin comprender cómo Luna Lovegood, entre toda la gente, pudo haber conocido esa información.
Lovegood sonrió ante las expresiones francamente aturdidas que recibió de todos los presentes.
>>¿No pueden sentirlo?—preguntó, paseando la mirada por los demás—. Lo noté en cuanto llegué. Esa sensación de hormigueo que siempre rodeaba al Profesor… ya no está. Se que era producida por la Marca Oscura, porque rodeaba a todos los Mortífagos contra los que luchamos en la guerra. Debe ser agradable no tenerla ya.
Habían existido pocas veces en su vida en las que Severus había tenido que admitir estar verdaderamente perplejo. Esta particular situación superaba a todos aquellos eventos que podía recordar. Lovegood parecía haber dicho todo lo que tenía que decir, sin embargo, porque antes que el resto de los ocupantes de la habitación pudiera recuperarse de su extraña declaración, ella había regresado a su inspección de la alfombra de Harry.
—¿Severus?—indagó Minerva.
—Es cierto—contestó el aludido, sonando inusualmente aturdido—. La Marca Oscura desapareció cuando completamos el ritual—enrollando su manga izquierda, mostró su antebrazo sin mácula a la concurrencia.
—Pero eso no es posible—declaró Granger con arrogancia, haciendo que Severus gruñera internamente—. Lo investigamos cuando Draco desertó hacia nuestro lado. No hay forma de remover una marca de enlace como la Marca Oscura. La solución más cercana que encontramos fue si el enlazado elegía reemplazar la marca con otra de un mago más fuerte…—quedó callada, levantando repentinamente la vista hacia Harry—. No lo hiciste, ¿verdad?—interrogó, observando al moreno como si de pronto le hubieran brotado alas y crecido una segunda cabeza.
Harry miró a Severus, el pánico claramente visible apenas más allá de la superficie. El hombre lo atrajo hacia él, susurrándole suavemente por un momento. Los otros sólo los siguieron mirando con un asombro incrédulo.
Besando suavemente la frente de Harry, Severus dio un paso al frente, preparado para asumir la parte más recia de la esperada agresión.
—Investigué durante semanas para encontrar una forma de salvar la vida de Harry—empezó, sintiendo como, por detrás, los brazos de su pareja rodeaban su cintura, ofreciéndole algo de la tan necesitada fuerza—. Llegué a la conclusión de que sólo había una forma de que sobreviviera; ésta era reconstruir su núcleo mágico y suministrarle suficiente magia prestada como para que pudiera luchar contra la mutación que estaba originando su debilitamiento. Para que él pudiera tener acceso al nivel de magia requerido para hacer esto, me di cuenta que sería necesario un enlace similar a los que empleaba Voldemort.
Severus levantó su manga derecha y giró hasta mostrar el dorso de su muñeca, con un nuevo residente en su piel.
—No me arrepiento, ni Harry tampoco. Si hubiera habido otro camino para salvar su vida, es obvio que lo hubiéramos tomado primero, con preferencia a emplear ese tipo de magia oscura. Sin embargo, Harry tenía los días contados, y yo lo amo lo suficiente como para hacer cualquier cosa necesaria para evitar que eso sucediera.
El silencio en la habitación fue ensordecedor, mientras todos procesaban lo que acababan de escuchar. Severus miró cada par de ojos, desafiando a todos a hablar contra esa decisión.
Sorpresivamente, fue Minerva quien se levantó primero, cruzando la habitación y parándose justo frente a ellos. Esperando el estoico apoyo que siempre había recibido de ella, Severus se asombró cuando la bruja se giró hacia Harry, la furia emergiendo de su pequeña constitución.
—Sabiendo todo por lo que Severus ha pasado en su vida, no puedo entender cómo fuiste capaz de encadenarlo a ti de esa forma—dijo abruptamente—. Tú mejor que nadie sabes lo que sufrió en las manos de ese megalomaniaco, pues experimentaste muchas visiones de aquellas reuniones. ¿Cómo pudiste marcarlo de nuevo?
—¡Minerva!—gritó Severus, viendo la desvastada expresión en el rostro de Harry—. Detendrás este ataque de inmediato. Harry iba a morir… ¿comprendes eso? Aún en medio del extremo dolor que sufría, consciente de que estaba tan cerca de la muerte, discutió conmigo cuando le planteé la idea. Tuve que convencerlo para que aceptara. Incluso llegó a decir que prefería morir si esto arriesgaba mi vida de algún modo. No voy a permitir que envilezcas su honor o sus intenciones.
Minerva retrocedió, visiblemente sorprendida ante la vehemente respuesta de Severus. Reprendida, miró brevemente a Harry antes de dar la vuelta y dejar la habitación; momentos después, llegó el sonido a una Aparición. Siguió un muy incómodo silencio, roto sólo por la agitada respiración de Harry. Al ver que las lágrimas escapaban de sus ojos, Severus lo envolvió en sus brazos, intentando serenarlo.
—¿Alguien más tiene algo que decir sobre este asunto?—gruñó.
Molly se levantó, observándolos por un momento antes de hablar.
—No puedo decir que apruebe este enlace—musitó, mirándolos con preocupación—. Sin embargo, sabiendo que era la única manera de salvar la vida de Harry, y que él parece verdaderamente enamorado de ti…bien, lo aceptaré—se acercó más, sorprendiendo a Severus al abrazarlo—. Sólo te advierto que será mejor que cuides bien a mi niño, ¿me escuchaste?
Harry dejó escapar una sonrisa llorosa ante las acciones de ella. Severus permaneció firme, observando el notorio alivio en su pareja. Uno por uno, los demás llegaron a ellos. Granger y Ron tranquilizaron a su mejor amigo, asegurándole que serían felices con eso siempre y cuando él lo fuera. Los gemelos miraron a Severus con cautela, pero también ofrecieron a Harry su renuente aceptación.
Kingsley llevó a Severus a un lado, disculpándose por revelar dónde había encontrado el libro, y ofreciéndole su enhorabuena antes de estrechar la mano de Harry y retirarse, llevando consigo el ahora tristemente célebre libro. Arthur se vio claramente incómodo y salió con su esposa después de aferrar el hombro de Harry en una débil muestra de aceptación.
Longbottom se acercó a la pareja y miró a su una vez temido profesor sin nada del nerviosismo que le había poseído en la antigüedad. Girándose hacia Severus, lo miró a los ojos, mostrándole cuanto había madurado en el último par de años.
—Luna me ha asegurado que usted tiene las mejores intenciones hacia Harry—dijo en una voz fuerte y segura—. Confío en ella y sus instintos más que en nada de lo que pueda venir de la boca de usted. Pero, sepa algo…—su voz bajó una octava mientras su magia se hacía palpable—. Si alguna vez le hace algo a Harry, lo que sea, se las verá conmigo.
Severus asintió sin hablar, sin saber cómo tratar con este nuevo Longbottom. Observó mientras el joven se giraba y envolvía a Harry en un cálido abrazo, prometiéndole que siempre estaría a su lado. Luego, llevando a remolque a una distraída y sonriente Lovegood, también se fue.
Sintiéndose exhausto luego de todos los eventos del día, Severus se giró hacia Harry, anhelando algo de tiempo para relajarse con el hombre que amaba. Sin embargo, al notar la severa expresión en su rostro, supo que relajarse juntos sería algo que no sucedería esa noche.
—Tenemos unas cuantas cosas de las que hablar, Severus.
Última edición por alisevv el Vie Abr 22, 2016 7:22 pm, editado 4 veces | |
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