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https://www.fanfiction.net/s/3780602/1/InvisibleNota: Estos personajes no son nuestros, le pertenecen a la multimillonaria escritora J.K. Rowling, y otros que hayan comprado sus derechos. Este fic no es de mi autoría, yo solo estoy traduciendo del idioma inglés, este fic pertenece a DebsTheSlytherinSnapefan.
Capítulo 46 Las consecuenciasLily se levantó, encontrándose a si misma en una pequeña celda, la pequeña cama en la que estaba, era negra, sucia y todo alrededor disgustante. Inmediatamente le entró el pánico trató de salir. Pensando que de alguna forma fue capturada. Agitando las barras como si milagrosamente se fueran a abrir. No lo hicieron, la habían encerrado. Debían tener magia en ellas para evitar que nadie escapara. Eso era por supuesto, hasta que recordó todo. Empalideció drásticamente, se tiró sobre la cama temblando más allá de lo imaginable. A penas podía comprender sus acciones, aún así odiaba a Harry, y odiaba todo lo que había construido. Ella quiso hacerle daño, y había ido demasiado lejos. Rodeo sus piernas con sus brazos y las acercó a su pecho, mientras continuaba temblando. Balanceándose adelante y atrás, su mente recordando lo que había pasado una y otra vez. Estaba en el ministerio, lo que significaba que acabaría en prisión. Azkaban era lo que le esperaba a alguien que usaba esos hechizos sin permiso. Su varita no estaba, no le sorprendía, de hecho todo lo que llevaba en los bolsillos había desaparecido.
Las horas pasaban, se negaba a comer lo que le habían traído. ¿Vendría James? ¿La perdonaría? ¿Y sus hijos? ¿Qué les pasaría? Había manchado el apellido Potter, James y los niños pagarían por ello. Oh, Merlin, ¿qué había hecho? Haciendo del apellido Potter un apellido de luz significaba todo para James y para ella. Por eso dieron dinero a la Orden todos estos años, y se unieron para la caída de Voldemort. Cuando su hijo finalmente derrotó a Voldemort por el bien, le perdonarían a él por sus acciones...eso esperaba.
Justo después de que su comida desapareciera horas después la puerta se abrió dejando pasar a James y otro mago que no conocía. Llevaba la túnica de trabajo, y dudaba que alguien le conociese o supiese lo que hacía. Eran los equivalentes de la CIA del mundo Muggle, por lo que James había dicho sobre su trabajo. Estaban en todas partes; usando identificaciones falsas y cualquier tipo de disfraz.
"¡James!" Lily lloró, sus ojos verdes llenos de miedo y alivio.
"10 minutos," dijo el desconocido mago serio.
"Lo sé," dijo James entrando, y la puerta fue cerrada de un portazo detrás de él, encerrándole con Lily, ala mujer que había amado desde que la vio por primera vez el primer año de Hogwarts. Una mujer que nunca se imaginó que estaría en esta posición, jamás. Cuando Dumbledore se lo dijo se negaba a aceptarlo. Inmediatamente fue al ministerio para encontrar que era cierto. Fue directamente a ver a sus hijos, se aseguró de que comieran algo, ahora estaba ahí visitando a su esposa, en las celdas del mundo mágico.
"¡James!" repitió lanzándose contra él, temblando y llorando.
James la cogió, pero no la dio confort; él a penas se sujetaba a la realidad. Su vida se había ido al infierno hacía un par de años, y continuaba empeorando. Sus mejores aigos desde que tenía 11 apenas le hablaban desde entonces, pero estaba junto a todo lo que quería, sus hijos y esposa. Entonces se dio cuenta de todo lo malo que le hizo a su segundo hijo, ahora esto...estaba cansado, no físicamente sino mentalmente. Nunca tuvo problemas antes; siempre tuvo dinero, amigos, esposa y cariñosos hijos. Tuvo lo mejor de todo por tanto tiempo, ahora tenía que hacer horas extra y no tenía amigos. Era un poco de la realidad que todos los demás vivían, y le había dolido. A lo mejor si hubiera tenido una llamada de realidad antes en la vida, a la edad de 11 años, a lo mejor nunca se habría metido con Severus por su falta de salud.
"¿En qué pensabas Lils?" preguntó James después de unos minutos para que se calmara. "No lo sé," dijo antes de comenzar a llorar otra vez.
James cerró sus ojos, oírla llorar estaba destrozando su corazón. Ella era tan fuerte siempre, capaz e independiente. Un gatito feroz, she could hold a grudge, y pensó que podría retener su temperamento, pero evidentemente no era el caso.
"¿Qué me va a pasar James?" Lily preguntó, temblando de miedo y frío, todavía abrazando fuerte a su marido. No le importaba que sus gafas se clavaran en su cara, sólo necesitaba que alguien la diera confort.
Eso era exactamente lo que James se había frenado en pensar, qué le iba a pasar a su esposa. Con un suspiro, James reticente habló, sin duda confirmando a Lily lo que sospechaba. "Usaste una imperdonable Lily, la pena para eso es siempre Azkaban." Su voz tembló sólo de decir esa palabra.
"No seré capaz de sobrevivir allí," dijo Lily, su voz amortiguada por la capa de su marido. "¿Está presentando cargos?" por primera vez al hablar de ‘él’ no había desdén en su voz. A lo mejor casi maldecir a su hijo trajo a la mujer a la realidad.
"No fue Harry quién presentó los cargos," dijo James en voz baja, "Son Albus y Snape." Ambos habían solicitado que se presentaran todos los cargos contra Lily. Como director no había nada que Dumbledore pudiera hacer, tenía que respetar la ley, sus manos estaban atadas. Snape por otro lado, le sorprendió; siempre amó a Lily, para su consternación. Lo había odiado, y cuando se dejaron de hablar saltó de alegría. Aún así esa serpiente les avisó sobre Voldemort yendo detrás de su hijo, reparando la deuda de vida que tenía con ellos. Ahora Snape estaba haciendo lo posible por destruirles, usando a su hijo, quien estaba lo suficientemente enfadado por su infancia para ir a por ello.
"¿Albus?" preguntó Lily su voz llena de dolor. No podía creer que Albus le hiciera algo así. ¿Porqué lo haría? Ella era un miembro de la Orden, y la madre de Nick...la conocía, sabía que normalmente no hacía cosas así. No era una bruja oscura ni mortífaga...sólo estaba enfadada. Desde que le reveló todo a la prensa, no pudo pensar en él sin estar furiosa. Estaba incluso más herida por las acciones de Severus. Sabía que Sev siempre la había amado, era obvio. La única vez que Sev estuvo cerca de amenazarla fue 4 días antes del final del torneo. Cuando Nick fue capturado y casi muere pero consiguió lograr escaparse de Voldemort. Había cambiado después de eso, se enfrió con ella como con muchos otros.
"Lily...¿porqué?" preguntó James sonando deprimido y preocupado. Quería una respuesta, el 'no lo sé' de antes no contaba. No tenían dónde quedarse; Lily ya no trabajaba más en Hogwarts. No tenían casa, tendrían que pedir un préstamo a Gringotts y comprar una casa. No sólo eso sino que necesitarían un abogado para Lily, les costaría mucho dinero. No tenía nada con lo que avalar, o vender. El interés que Gringotts le pediría sería desorbitado; lo haría sólo como último recurso.
"Sólo me enfurecí tanto James; ¡él tiene todo nuestro dinero, nuestras casas! Y es su culpa que tengamos que trabajar tanto y no podamos conseguir a nuestros hijos lo que quieren. ¡Nick no nos habla y es todo su culpa!" dijo, su furia anterior volviendo.
James cerró sus ojos, escuchando las enfadadas palabras que salían de los labios de Lily. Él también se sintió así no hacía mucho. Desafortunadamente la realidad le golpeó, aparentemente a Nick también. "Lily, Harry no tiene la culpa; fueron nuestras acciones las que causaron esto. Si le hubiéramos querido como deberíamos, no habría hecho esto." James replicó cansado, "Queremos a Nick y Roxy, fuimos negligentes con Harry, y este es nuestro castigo."
"¿Cómo puedes decir eso? ¡No fuimos negligentes!" protestó Lily enfadada.r32;
"¡El tiempo se ha acabado!" dijo el auror golpeando en la puerta ruidosamente.r32;
"Por favor no te vayas James," dijo Lily apretando su agarre, su furia evaporándose.
"Tienes el juicio en una semana; tendré que ver cómo conseguirte representación legal. Lo siento Lily, pero me tengo que ir." dijo James triste, su corazón dolía al tener que romper el agarre de su esposa. Sentándola con fuerza sobre la cama, no podía quedarse con ella. Tragando, le dio un beso en la frente y dejó la celda. Fue escoltado de vuelta, sintiendo que había arrojado a su mujer a los leones no como si tuviera un juicio. Sin duda los periódicos habían hecho eco ya de lo que Lily había hecho, y estaría en la edición de mañana. Nick estaba teniendo un momento duro; esto iba a ser la guinda del pastel.
James fue escoltado de vuelta al atrio, se suponía que estaba haciendo horas extra, pero no podía. Necesitaba a alguien con quien hablar, alguien que le ayudara, y si tenía que rogar lo haría. No quería un idiota con ganas de escalar para que ayudara a Lily y que no hiciera bien su trabajo. Tenía que darle la mejor defensa que pudiese, le dejaba frio por dentro, pero sabía que a pesar del abogado, su preciosa esposa acabaría en Azkaban. Era cuestión sólo de cuanto tiempo, rezaba a Merlin y cualquier santo que no fuera una sentencia de vida. Saliendo de la zona mágica del ministerio, se apareció para ver a la única persona que le podía ayudar en un tiempo como este.
James miró alrededor antes de subir las escaleras llamando a la puerta.
"¿James? ¿Qué haces aquí?" preguntó Remus al abrir la puerta. Estaba sorprendido de verle, no había llamado a la puerta de Sirius en años. Envió un par de cartas, sacando la cobardía.
"¿Está Sirius aquí?" preguntó James, sabiendo que si Sirius no estaba Remus no estaría ahí. Sus ojos marrones rogaban a Remus estaba cansado, agotado de todo sólo quería recuperar a sus mejores amigos. Se comió su orgullo; no importaba cuando se trataba de sus amigos y familia.
"Entra," dijo Remus, abriendo la puerta a la brillante casa. La habían reformado y era agradable ahora. Diez veces más segura que la casa que Sirius compró con el dinero de su tio. Eso fue claro, antes de que todos los Black murieran dejando a Sirius el único heredero varón de la fortuna Black.
"¿Qué haces aquí?" preguntó amargamente Sirius, mirando de reojo a su una vez mejor amigo. "Sólo por que fui a ver a Nick no nos hace amigos James."
"Lo sé," dijo James. Nunca se había sentido tan dolido por todo y todos a su alrededor. "Lo siento tanto, lo siento." repitió.
"James ¿qué ha pasado?" preguntó Remus alarmado, cogiendo a su amigo antes de que sus piernas fallaran y sentándole. Era algo bueno que fuera más fuerte que otros magos, de otra forma habría estado en el suelo con James.
James se encogió, "Lily está en prisión," dijo con voz cansada.r32;
"¿Bajo que cargos?" tragó Remus sus ojos ambar brillando con incredulidad. Estaba tentado de no creer a sus propios oidos.
"Intento de uso de la maldición cruciatus." dijo James sus ojos llenándose de lágrimas pero negándose a caer. Tenían derecho a saber lo peor de todo, y una vez lo hiciera tenía miedo de saber su reacción.
"¿Contra un mortífago?" preguntó Remus, Sirius estaba simplemente sentado con los ojos puestos en James no sintiendo lástima por su ex mejor amigo.
"No," dijo James estrangulado, las lágrimas cayendo ahora, "Harry."
"¿Qué hizo qué?!" rugió furioso Sirius. ¿Destrozar la infancia de Harry no fue suficiente que también tenía que lanzar una imperdonable contra él? Años atrás no habría creido que James o Lily fueran capaces de algo así. Ahora sin embargo no creía que nadie pudiera sorprenderle haciendo eso.
"No tenemos donde quedarnos, necesito tu ayuda Sirius, por favor, te lo devolveré te lo prometo." dijo James cogiendo las manos de Canuto y apretándolas, mirándole desesperadamente. "Si no por mi hazlo por Nick, necesitan un sitio donde quedarse..."
Sirius miró a James, antiguos sentimientos saliendo; James nunca rogó a nadie por nada antes en su vida. No lo necesitaba, siempre tuvo de todo. Padres que le adoraban, que estaban orgullosos de él, dinero, belleza y encanto. Él tenía casi de todo también, a parte de padres que le amaban claro. Los padres de James habrían estado muy disgustados con su hijo. Le habían tomado en su casa y amado, ni siquiera era familia. Bueno eso era un poco mentira; la abuela de James era una Black. Lo haría, sabiendo que los padres de James lo habrían querido, y por Nick y Roxy. No se merecían sufrir por los errores de sus padres. Bueno no más d e lo que ya lo estaban.
"Bien, iré a Gringotts esta noche." dijo Sirius, todavía no levantando su mirada.
"Gracias," dijo James claramente aliviado. "Gracias." Repitió con un poco más de compostura. No esperó que Sirius estuviera de acuerdo, pensó que tendría que ir a Gringotts y tratar de conseguir un préstamo. No sabía si tendría éxito; no poseía nada que pudiera interesar a los duendes.
"¿Cómo está Harry?" preguntó Sirius, ¡sin duda agitado! Incluso su propia madre, no habría hecho jamás algo así. Probablemente lo pensó muchas veces; bueno...a lo mejor no, no era algo que le gustase pensar. De hecho no pensaba en su madre y punto. A no ser que empezara a gritar cuando el hechizo de silencio se rompía.
"No lo sé," admitió en voz baja James, "Snape se lo llevó." Según Dumbledore.
"Puedes quedarte aquí esta noche, hay muchas habitaciones." dijo Remus ignorando la mirada que Sirius le mandó. No iba a dejar que James durmiera en la calle, no importaba lo enfadado que estuviera con él.
"¿Estáis seguros?" preguntó preocupado James, no quería que Remus y Sirius estuvieran mal. Ya había destrozado su relación con ellos, era su culpa, no quería que discutieran por él.
"Sólo una noche," añadió Sirius reticente, no estaba feliz con ello pero tampoco quería verle durmiendo en la calle. Los padres de James le acogieron cuando huyó de casa, así que devolvía el favor.
"¿Cómo están Roxy y Nick?" preguntó Remus. "Albus me ha comentado que reiniciaría el entrenamiento la semana que viene... ¿está lo suficientemente bien para empezar otra vez?"
"No, no está del todo bien," gruñó James, "¡Albus no me lo ha mencionado y Lily no me ha dicho nada!" su hijo no iba a volver a entrenar, no hasta que se recuperase. Ambas mental y psicológicamente, estar al borde de la muerte y ser casi un squib le asustaron de verdad. No Nick necesitaba atención, no ser atacado o forzado a entrenar.
"¿Vas a apoyar a Lily?" preguntó Remus.
"Tengo que hacerlo, es mi esposa, no significa que esté de acuerdo con lo que hizo Remus," dijo James. Todavía no entendía en qué había estado pensando, le rompía el corazón pero era seguramente su final. ¿Cómo se recuperaba alguien del hecho de que su esposa había actuado en contra de la ley? ¿Tratando de maldecir a un niño, su hijo, no importaba cómo se sentían, con un dolor inimaginable? Le habían lanzado ese hechizo, chas veces, y no se lo deseaba a nadie, y menos a su hijo, aunque le hubiera dejado sin dinero.
Sirius se levantó y se fue sin decir palabra, dejando a Remus y James caer en un incómodo silencio. No es como si James quisiera hablar, sólo quería tomarse una poción para dormir sin sueño y no tener que pensar...ni sentir. Su vida se había transformado en un gran montón de mierda. Roxy había cambiado, Nick no le hablaba y no hacía falta mencionar a Harry.